Capítulo 78 ✔️

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POV BASTIAN DAVIS

Pasó una semana desde que visité a Kiara, su decisión sobre el divorcio no me sorprendió, yo en su lugar hubiera hecho lo mismo; tenía una profunda grieta dentro de mí y duda que pudiera repararla.

Kiara se vengaba de mí de la manera más déspota en la cual se pueda hacer, dejándome con vida, pero lejos de ella.

Me encontraba justo donde comencé, donde había empezado todo, "sin ella". El dolor estaba superando lo que sentíamos el uno por el otro, y el nudo en mi estómago cada día se intensificaba, es como sentir miedo constantemente, el cual no me deja vivir en paz.

Dolía saber que la perdía, Kiara se iba de mi vida lentamente, sin yo poder hacer nada.

—Señor— anunció Fannie por el intercomunicador.
—Te escucho— contesté.
—El señor Rob Walton y su hija Kate, están aquí— informó mi secretaria.

<<¡Y ahora esto era perfecto!>>

—Hazlo pasar, por favor— pedí.

Al parecer Rob Walton regresó de su viaje de negocios; sé que vendría a verme desde que llegara, sus hijas, especialmente Kate, le contaría lo que estaba aconteciendo.

La puerta se abrió, Rob Walton caminaba hacia mí a pasos apresurados, conocía al gusano de los Walton perfectamente, así que me puse en pie, recibiendo un golpe inesperado en la cara.

—¡Papá, no! — gritó Kate.

Toqué mis labios viendo algo de sangre en mis dedos.


Me reí irónicamente, por lo menos este golpe era lo más real que he sentido en estos últimos días.

—Me vas a explicar, ¿¡qué diablos has hecho!? — gruñó Rob tomándome por el cuello de mi camisa.

Clavé mis ojos en los de él, esbozando una sonrisa.

—¿Qué pasa, Rob?, ¿Te sientes amenazado por un simple abogado? — inquirí solo para cabrearlo, quería que me golpeara.

En ese momento entró Nora a mi oficina.

—¡Bastián! — gritó ella acercándose a mí; la detuve levantando mi mano, quería ver que era capaz el padre de Kiara.

—¿Qué piensas cuando escuchas el nombre de Martin De Santis? — indagué mirándolo fijo.
—¿Qué? — soltó Rob de repente.
—El hombre al cual engañaste, ofreciéndole acciones que nunca le pensaste vender, el hombre al cual casi dejas en la ruina con una niña— escupí.

Un silencio reinó en el lugar, y la imagen de Nora bajando la cabeza se hizo presente.

—Tú no sabes nada— aseguró él.
—¿En serio? Sé muy bien lo que vi, vi a un hombre suplicarte en el suelo, muriendo, rogándote por su medicamento de hipertensión, la cual estaba sobre su escritorio, vi a un hombre agonizando en tus pies mientras sufría una muerte cardiaca súbita. Nunca fui capaz de decirle a Nora, como pude ver a su padre delante de usted, mirándolo fijo, sin hacer nada— declaré con odio.

—¿Papá? — susurró Kate.

Nora salió de la oficina.

—Entre usted y yo no existe diferencia Rob Walton, quizás yo sea un hombre despiadado, pero nunca sería capaz de matar por placer; ¿tiene la fuerza suficiente para mirarles las caras a sus hijas, para mirarle la cara Nora? A la niña que usted dejó huérfana por su ambición— indiqué.
—Te mataré, Bastián, si no te callas, créeme que lo haré— amenazó Rob, quitando una de sus manos de mi camisa, propinándome otro golpe, no haría nada para detenerlo, los golpes de mis palabras serían más que suficiente para él.

Rob seguía con su mano en el cuello de mi camisa, dispuesto a darme otro golpe cuando lo detuve con mi mano.


—Puede golpearme hasta matarme, pero le aseguro, que nada de esto hará que sus hijas olviden lo que usted hizo— sostuve soltando su puño, —y créame cuando le digo que, de no ser por Kiara, usted ahora mismo estaría en el suelo suplicándome, al igual que lo hizo Martin por su vida.

Rob se alejó de mí dirigiéndose a su hija, la cual le impidió que la tocara.

—Usted no es nadie Rob Walton, nadie— concluí.

Kate salió de la oficina inmediatamente.

—¡Kate! — gritó su padre corriendo detrás de ella.

Pasé mi mano por mi cabello halándolo con fuerza.

<< ¡Maldita sea!>>

Salí de mi oficina encaminándome a la de Nora.

Entré encontrándola de pie cerca de la ventana, fui hasta ella rodeándola con mis brazos, quería que supiera que yo estaba para ella.

Nora lloró; era consciente de cómo se sentía y más ahora que sabía como falleció su padre en verdad.

—Todo terminó— le susurré abrazándola más fuerte, —todo terminó— volví a asegurarle.
—No quiero escuchar más sobre esto Bastián, no quiero escuchar más sobre la muerte de mi padre, solo quiero que todos lo dejen descansar por una maldita vez— suplicó Nora levantando su cabeza.

—Nora...

—Déjalo ir, Bastián— susurró.

Mis ojos se cristalizaron, lo que Nora me pedía era algo sumamente difícil para mí, no obstante, si no dejaba aún lado mi venganza contra Rob, nunca podré recuperar a Kiara.

—Has vivido con este resentimiento por mucho tiempo, ya es hora de que lo sueltes, no puedes intentar sostener a Kiara mientras tienes tus manos ocupadas sosteniendo otras cosas, dejar ir a mi padre— rogó.

—¿Me pides que me olvide de Martin?

—Bastián, te aseguro que no existe una persona en este mundo que le duela la muerte de Martin, más que a mí.

—No dejaré que Rob se salga con la suya...— advertí.

—Entonces, espero que estes preparado para perder a Kiara.

—¿Por qué demonios debe ser así? — indagué, quejándome de la vida.

—Porque Rob es el padre de Kiara, te guste o no, ¿Qué mujer estaría con un hombre que intenta fundir a su padre en la cárcel?

—Rob no es una mansa paloma, ni un inofensivo corderito— le recordé.

—Lo sé, pero aquí el depredador salvaje, eres tú. Si de verdad amas a la mocosa, serás capaz de olvidar tus deseos de venganza contra Rob.

Nora tenía razón, no puedo intentar agarrar una cosa, si antes no suelto la otra.

La MenorWhere stories live. Discover now