POV BASTIAN DAVIS
—Busca a Rob Walton y dile que lo espero en el jardín— le ordené a Duclen, quien estaba en la barra tomándose una copa. Dejé prácticamente a Taylor hablando sola luego de que ella me revelara la identidad de la escuincla. Duclen soltó inmediatamente su copa para buscar a Rob.
Caminé a grandes zancadas saliendo al jardín lateral del salón del evento, pero me detuve en seco cuando vi a Erick Walton y la primera chica con la cual bailaba Will en el paseo del jardín, ambos estaban muy cerca uno del otro, aun así, podía escuchar lo que hablaban.
—Necesitamos hablar en otro lado, acompáñame — le pedía Erick a la chica.
<<Vaya, vaya... Erick sí que no perdía tiempo>>
—No, vine con Will—se opuso la chica.
—Olvídate del bastardo, esto es más importante— respondió él tomándola de la mano, arrastrándola al interior del hotel.
Al parecer Erick Walton conocía a la chica y se me ha adelantado esta noche, maldecí por dentro, me fastidiaba perder contra un Walton. Caminé colocándome en el mismo lugar donde ellos habían estado para esperar a Rob, era el lugar perfecto por la falta de iluminación.
Rob estaba tardando y esperar no era mi cualidad más sobresaliente.
Vi su silueta acercarse a los lejos, Duclen venía detrás de él.
—Señor Davis, buenas noches— saludó el viejo.
—¿Por qué solo me habló de su hija mayor cuando tenía otra hija? — espeté inmediatamente enojado.
—Señor Davis, yo... — tartamudeó Rob para ser interrumpido por mí.
—¿Qué hay de la menor de las Walton? — indagué.
—¿Kiara? — preguntó impresionado.
—Usted debe saberlo ¿Acaso no es su padre? — gruñí, me encontraba molesto y ni siquiera sabía por qué.
—Es que a Kiara no la considere pertinente para lo que usted representa, señor Davis— se excusó él.
—¿Y quién decide lo que es pertinente para mí? ¿Usted? — expuse fríamente.
—Kiara es una niña caprichosa, apenas tiene veintiuno, aún no termina la facultad, no toma su papel en serio dentro de la familia Walton, ¡es una rebelde! ¡me desafía constantemente! ¿¡Quién desearía tener una esposa como ella!?— gritó el señor Rob defendiéndose.
Sé que luego me arrepentiría de lo que estaba a punto de hacer, pero en cuestión de venganza, yo era capaz de hacer lo que sea.
—Yo— sentencié.
—¿Qué?
—Dije que ''YO'' quiero casarme con su hija menor— alegué dándome la vuelta para marcharme.
—¡Señor Davis! — gritó Rob, deteniéndome —¡no puede hacerlo!
Me giré. Di unos pasos hacia él mirándolo fijo, quería escuchar sus estúpidas excusas.
—Todos los acuerdos prematrimoniales están redactados, todas nuestras negociones llevan el nombre de Kate, los medios ya lo saben— explicó él.
—Pues llame a mis abogados, con gusto ellos cambiaran el nombre de Kate por el nombre de su hija menor, si ese es el problema; los medios no tienen una información oficial por parte de ningunas de las familias, todo lo que dicen son solo especulaciones — expresé como si ese fuera el menor de los problemas.
—Si desea casarse con la menor deberá pagar una sanción por incumplimiento de contrato al romper el compromiso con mi hija mayor— amenazó él.
Caminé lentamente hasta colocarme muy cerca de él, acerqué mi rostro al maldito de Rob.
—No me importa de cuánto sea la sanción, me cansaré con la menor— respondí con firmeza mirándolo a los ojos.
<<Me casaré con la menor, me casaré con la mocosa de Kiara Walton, en realidad tal vez era lo mejor, una niñata sería más fácil de controlar>>
POV KIARA WALTON
—Tu padre te matará— se burló Owen mientras caminábamos por el hotel Walton de Minnesota.
—Matará a mi hermano primero, yo solo le seguí los pasos— dije riendo.
Amaba bailar con Will.
—¿Aún no arreglan sus diferencias? — indagó mi amigo.
—¿Te refieres a Will y mi padre? ¿O te refieres a mi padre y a mí? Porque en ambos casos es no— respondí seria.
—No te preocupes, la familia a veces suele pelearse— dijo animándome.
—Quieres decir las familias normales, la mía lleva años tratándose como enemigos fuera de los reflectores de las cámaras— confesé.
Entramos a una especie de terraza rodeada de diversas plantas, mi primo Erick hizo de este hotel un verdadero paraíso; me entretuve mirando las luces cuando vi a Owen acercarse a mi sutilmente.
—Kiara— anunció Owen.
Lo miré un segundo dándome cuenta de sus intenciones iba a arruinarlo todo.
—Sí, Owen.
—Quiero decirte algo.
—Ay no, por favor— susurré retrocediendo.
—Debo decírtelo— sostuvo intentando sostener mi mano.
—Tú y yo somos amigos desde que éramos niños— le dije alejándome de él.
—No me hagas esto Kiara, sabes muy bien que siempre he estado enamorado de ti— reveló de la nada.
—¿¡Enamorado!?— chillé.
—No me digas que nunca te diste cuenta ¿Por qué crees que siempre intento estar a tu lado? ¿Por qué te sigo en todas tus locuras? Es porque me gustas— confesó acercándose de nuevo.
—¿Seguirme en mis locuras?
—¿Cásate conmigo Kiara? yo puedo hablar con tu padre, si no quieres hacerlo tú, o podemos casarnos en secreto, podemos irnos de aquí— sugirió el.
Negué con mi cabeza al escuchar sus proposiciones ¿Qué rayos pasaba con Owen?
—No arruines esta amistad que tenemos, no arruines lo que somos, por favor— supliqué.
Owen se pegó más a mí sosteniéndome por la cintura para intentar besarme, no podía soportarlo, lo golpeé con mis manos alejándolo, él las sostuvo fuerte, procurando acercar sus labios a los míos.
Cerré mis ojos buscando las fuerzas necesarias para alejarlo, y luego sucedió... no sé en qué momento él apareció.
<<El hombre al cual le rayé el auto>>
Tomó a Owen por el cuello alejándolo de mí, dejé mi boca abierta viendo al sujeto de más de un metro noventa en frente de mí, era él, el hombre al cual le había rayado el auto, no existía dudas, es que era él.
—¿Estás bien? — me preguntó, asentí con la cabeza, no podía hablar en este momento.
—Lárgate de aquí, niño— le ordenó a Owen.
—¿Por qué debería de hacerle caso a usted? y no soy un niño— gruñó Owen.
El hombre dio varios pasos acercándose a Owen, dudaba que Owen ganara si se le enfrentaba.
—Solo un niño sería capaz de obligar a una mujer a besarlo, un hombre de verdad no lo haría— expresó él, descomponiéndome.
—No la estaba obligando—aseguró Owen.
<< ¿En serio? ¿Y cómo podía llamarle a lo que intentaba hacer?>>
—¿De quién eres hijo? — preguntó el hombre —sabes que, no importa de quién seas hijo, escucha bien lo que te diré niñato, yo soy Bastián Davis, El Lobo de Minnesota y esa mocosa que ves ahí, es mi prometida y futura esposa, así que, si no quieres perder tus malditas manos, te aconsejo que no vuelvas a tocarla— amenazó el sujeto dejándome petrificada.
En mi mente solo podía escuchar dos palabras...
<<Futura esposa>>
No podía procesar lo que acaba de escuchar, ¿futura esposa?, ¿futura esposa?, ¿futura esposa?, ¿futura...?
—¿Qué? — susurré más para mí, que para él.
—Lárgate— le ordenó el hombre a Owen; mi amigo salió de la terraza bufando.
Bastián Davis se giró mirándome, yo seguía pegada al piso sin poder moverme, sentí mis ojos cristalizarse por un segundo, intenté abrir mi boca encontrando el mejor insulto el cual decirle, pero mi mente se negaba a concertar alguna idea razonal.
—Kiara— anunció mi padre entrando a la terraza.
—Dime que no lo hiciste, papá — le supliqué sin dejar de mirar a Bastián, con un odio que recién empezaba a sentir.
—Kiara debemos hablar—pidió mi padre.
—¿¡Debemos hablar!? — repetí encarándole.
—Fue algo que se me escapó de las manos, hija—se excusó Rob.
—¿¡Se te escapo de la mano!? — chillé, pero solo obtuve silencio de parte de él.
—¡Di algo maldita sea! — le grité furiosa —¡No me casaré con este imbécil, papá! ¿¡Qué diablos está pasando por tu cabeza!?
Me acerqué a Bastián sin dejar de mirarlo a los ojos, aunque me costaba hacerlo, mi cabeza solo llegaba a su pecho.
—Me escuchaste, ¡No me casaré con un imbécil como tu!— exclamé para alejarme de él y marcharme de allí.
Nota de la autora:
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