KODOKU: The First #PGP2024

By AvenciniART

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Un príncipe mestizo lucha contra el reinado cruel de su padre y se embarca en un viaje para encontrar la libe... More

INTRODUCCIÓN
🎖️ DIARIO DE TRIUNFOS 🎖️
II
III
IV
V
VI
VII
VIII
IX
X
XI
XII
XIII
¡Especial San Valentín! 💌
XIV
XV

I

124 12 80
By AvenciniART

EL COMIENZO
Capítulo 1

UNTERWELT
¹Schloss könig Aranhold

En aquel entonces, en las tierras secas y rojizas llenas de sangre, piedras y huesos humanos, habían sido desoladas y abandonadas por seres sobrenaturales durante siglos, haciendo que el lugar fuera extremadamente desfavorable y oscuro. Criaturas y monstruos infestaban el lugar, produciendo un ruido incesante que resonaba por todas partes. Esta es Unterwelt, el reino de los arraigados, una dimensión donde vivían las criaturas más peligrosas y terribles de todos los tiempos.

Dentro del castillo, dos entidades sirvientes, con pieles grises cubiertas con mantas oscuras y gastadas, custodiaban una habitación donde se encontraba un niño de 5 años que era completamente inocente y desconocía el destino que le esperaba hasta el día de hoy. El infante tenía cabello blanco, ojos azules y siempre usaba una bufanda roja para abrigarse del frío de la habitación. Extrañaba los abrazos de su madre, la mujer que siempre lo protegía. Lamentablemente, el niño estaba totalmente separado de ella para siempre.

Se preguntaba dónde estaría su hermanita de un año, ya que no la había visto en días desde que lo cambiaron a su nueva habitación. En ese momento, el niño escuchó pasos que se acercaban a la puerta. Se puso nervioso y se acurrucó en su bufanda, como si se sintiera protegido por ella.

Cuando abrieron la puerta de su habitación, un arraigado entró para verlo. Con sus tres ojos, observó al niño y, a primera vista, no le gustó lo que vio, un tímido y debilucho. Como era de esperar, el niño comenzó a llorar. Los sirvientes del arraigado, asignados para cuidarlo, tomaron sus brazos y trataron de calmarlo.

—¡Ustedes dos, quítense del camino! —ordenó el monstruo.

Los sirvientes se alejaron, inclinándose ante él mientras salían de la habitación. El nombre del arraigado es Aranhold, conocido como el Rey. Transformándose en una apariencia humana de un hombre de alrededor de 40 años, con una expresión que mostraba cierta fatiga, cabello oscuro poco despeinado, y vestido con un elegante traje negro y una capa roja, se acercó al infante y lo miró fijamente, esperando que algún día pudiera ser digno de heredar su trono. Al principio, lo consideraba un cobarde frente a todos, pero era solo cuestión de tiempo para que se convirtiera en un gran guerrero y el próximo heredero del reino.

—Tendrás que entrenar duro cuando crezcas, hijo mío —prometió Aranhold antes de encerrarlo en la habitación.

El llanto del niño se detuvo gradualmente, sintiéndose completamente solo. Le hacía mucha falta las caricias que brindaba su madre. Sin embargo, los días fueron pasando y parecía que le estaba yendo bien sin recibir tanto amor como estaba acostumbrado. Esto hizo feliz al rey, quien claramente es su padre.

Durante los primeros años, su padre trajo a los mejores tutores y maestros para criar y enseñar a su hijo. Durante años, el rey se sorprendió por el altísimo coeficiente intelectual de su hijo, quien aprendía muy rápido y sin ningún problema.

Luego de una ardua década, llegó el día en que el niño se convertiría en un guerrero, luchando y aprendiendo de los mejores combatientes, adaptándose rápidamente y, durante el crecimiento de la agilidad, la fuerza y la voluntad, finalmente despertó su potencial de controlar el fuego, un poder que desarrolló durante toda su vida. Aprendió el arte de la guerra y el combate, así como otras habilidades heredadas de su padre.

Y así, el chico, de 15 años ahora, ha cambiado mucho en los últimos años de aprendizaje y duro entrenamiento: Su cabello, que antes era blanco, ahora es negro y el flequillo cubre su ojo derecho.  Sus ojos azules ahora son rojos carmesí. Llevaba la misma bufanda roja que había usado desde la infancia sobre un suéter negro de manga larga, pantalones negros y botines color carbón.

Al recorrer por el largo pasillo, acercándose a la gran puerta de madera custodiada por dos guardias no-muertos, con antiguas armaduras de guerra, se dirige a la habitación donde se encuentra su padre, quien lo esperaba a la sombra del gigantesco trono en su titánica naturaleza del tamaño de un edificio de al menos tres pisos. Su piel oscura y desnuda revela en su torso una enorme boca donde devora a los seres vivos, del mismo modo que ingiere a sus espíritus junto con los dolores y sufrimientos que son sus mayores gustos y placer. También, en su forma arraigada, sus orejas son reemplazadas por enormes y extraños cuernos. Sus tres ojos son amarillentos e luminosos que expresan una mirada de un ser sin compasión son los que han dejado a sus víctimas con el alma al vilo.

—Kodoku, hijo mío, te he estado esperando —saludó Aranhold con su voz monstruosa.

—¿Qué quieres, padre? —pregunto.

—Una tarea más para ti.

Con cuidado, el rey, con sus grandes y afiladas garras, tomó el rollo del tamaño de una mano humana, como si sujetara una mota de polvo con las uñas y se lo arrojó a su hijo, quien lo atrapó con éxito.

—Aquí está la próxima víctima —dijo Aranhold —. Se cree que está en algún lugar de la gran ciudad mercante, probablemente te moleste en el asunto. Espero que cumplas con tu deber. ¡Tráemelo ahora! —señaló con el dedo directamente a la puerta grande.

—Sí, padre. Enseguida —asintió y salió de la sala del trono.

Mientras sale del castillo, el joven se prepara para cumplir casi siempre la misma misión que su padre le encomendó: secuestrar humanos. Y como siempre es lo mismo cada vez que piensa en su padre le arden los ojos de la furia.

Sentía tanto desprecio por él que un día anhela el momento en que convertiría a su padre en cenizas. Tanto entrenamiento en el mundo arraigado como en el mundo humano para ser un gran guerrero. Tanto esfuerzo para ser capaz de afrontar cualquier reto. Tanto sudor y sangre ha derramado en los últimos años. ¿Y para qué? ¿Para terminar como la mascota del rey trayendo a esos estúpidos y débiles humanos solo para satisfacer su hambre insaciable? Se enfada demasiado sólo de pensarlo.

—¡Maldito! ¿Qué se cree? —maldijo Kodoku —. Sé que él es el rey, pero no puede enviarme al mundo humano para hacer más de su caza.

Luego levanta la mano y abre un portal que conduce directamente al mundo de los humanos y lo atraviesa.


²IRDISCH

Del otro lado del camino, un joven se encuentra parado en medio de una vereda de tierra rodeada de árboles y arbustos. A dos pasos de él (como siempre), su hermana menor se asoma entre los árboles y comienza a seguirlo sin recibir permiso.

Su hermana menor tiene el pelo largo y liso de color blanco hasta la cadera. Su rostro es de tez clara y tiene unos grandes ojos color ámbar, con una expresión alegre, brillante y vivaz. Lleva puesta su ropa habitual: una camiseta negra decorada con un pequeño corazón, mangas largas y anchas que cubren completamente sus manos, shorts cortos azules por encima de los pantalones elásticos negros, y grandes botines marrones. El único accesorio que lleva es un collar de perlas de aguamarina. Su arma es un hermoso arco con aspecto de hielo y una caja llena de flechas colgada de su espalda.

—Yuki, deja de seguirme en estas misiones, no es asunto tuyo —habló Kodoku, mirándola de reojo.

—¡Pero quiero ayudar! —respondió ella con un puchero.

Su hermana menor siempre lo molestaba para que la dejara acompañarlo en cada misión. Si no lo hacía, se volvía loca haciendo berrinches y pateando cualquier cosa que encontrara en su camino o simplemente insistía hasta volverse realmente molesta.

—Escucha bien, no quiero que me sigas en el trabajo, ya te lo dije y no lo voy a repetir —la reprendió con dureza mientras caminaba alejándose de ella, pero su hermana aún lo seguía.

—Y te digo lo mismo de siempre: quiero ayudar. Y no te dejaré ir solo. Somos hermanos, ¿olvidaste que yo también soy una mitad arraigada?

Kodoku se detuvo y se volteó, diciendo con severidad:

—La última vez que estuve en una misión contigo, hace tres días en este mundo, mi padre me castigó injustamente con un duro entrenamiento solo porque TÚ —señaló bruscamente con su dedo índice con una mirada oscura —tú me encerraste con una humana dentro de una habitación del castillo y creyó que contaminé su "comida" con actos llenos de impurezas.

—¿"Actos de impurezas"? —preguntó ella confundida mientras se llevaba la mano a la barbilla — ¡Ah! ¿Te refieres al "sin respeto"? —inquirió pervertida.

—No vuelvas a mencionar esa palabra.

—Pero al menos lo hicieron, ¿verdad? —ella sonrió.

Kodoku sintió ganas de liberar el fuego en su puño.

—No —le respondió a su hermana.

—¿No lo hicieron entonces? ¡Ya! Seguramente eres uno de los tímidos.

A estas alturas, Kodoku estaba a punto de explotar de ira, pero decidió calmarse y le dio la espalda para seguir su camino.

—¡Hmph! De todos modos, no vas a ir conmigo. Fin de la discusión.

Debido a la respuesta negativa que recibió, Yuki saca su arco y responde con una flecha a los pies de su hermano, congelándolos al instante. Este quedó quieto, notando que sus pies estaban cubiertos por hielo hasta los tobillos, pero los descongeló aumentando la temperatura con su poder de fuego.

—¿Es lo mejor que puedes hacer? —inquirió Kodoku mientras continuaba su camino.

Con una sonrisa pícara, Yuki dispara de nuevo la flecha y detiene a su hermano congelando sus pies. Kodoku se libera nuevamente de la misma manera, aumentando la temperatura de sus pies para descongelarlos otra vez.

—Puedo hacer esto todo el día —dijo Yuki con una sonrisa felina.

Fastidiado, Kodoku suelta un suspiro de fastidio y le responde a su hermana:

—Haz lo que quieras, pero no lo arruines esta vez.

—Sabía que te cederías, al fin y al cabo soy la mejor —Yuki levanta triunfante el puño derecho. Luego se da cuenta de que su hermano se aleja caminando y, por ende, lo persigue a toda prisa —. ¡Oye, espérame!

Mientras tanto, Kodoku abre el pergamino que tiene en su mano derecha y ve el retrato de la víctima a la cual debe reconocer y cazar; la víctima es una hermosa joven asiática, con grandes ojos de color verde esmeralda y cabello negro corto hasta el cuello. Al ver el rostro de su objetivo, comienza a sentirse extraño. ¿Qué sentimiento es ese al presenciar la belleza de esta chica a la que debe cazar?

—Hermanito, ¿pasa algo malo? —logra alcanzarlo Yuki, interrumpiendo sus pensamientos.

Ella se da cuenta de que su hermano estaba mirando fijamente el retrato.

—No es nada. Aquí está el objetivo —le entrega Kodoku el pergamino y Yuki comienza a mirar el retrato detenidamente —: "Un ser puro, pacífico y de noble corazón".

—Lo que nuestro padre quiere del menú del almuerzo. Típico —Yuki frunce los labios mientras entrecierra los ojos.

—Ya sabes cómo funciona esto: la sacaremos de este pueblo, igual como hacemos con las víctimas anteriores. ¡Y no empieces a ponerme una trampa con tus trucos de "enamorarme" con la humana!

Yuki se ríe al último comentario de su hermano. En cuanto al "emparejamiento", ella tiene la costumbre de molestar a su hermano emparejándolo con las víctimas, especialmente si son mujeres. En esta ocasión la víctima es una muchacha muy hermosa, la cual pensó que podría ser la pareja perfecta para ella y decidió hacer todo lo posible para cumplirlo. Por eso lo mira con una larga sonrisa y una mirada juguetona, ya que quiere que su hermano tenga novia pronto.

—¡Deja de mirarme así, tenemos trabajo que hacer! —protesta Kodoku molesto.

—Sí, sí, lo que tú digas —responde ella sin abandonar su marcada sonrisa en el rostro.

La joven comienza a construir un castillo imaginario en su mente, pensando en la boda de su hermano con la hermosa chica.

(—¿Cómo se llamará la chica? —piensa Yuki —Apuesto a que mi padre la eligió para casarse con mi hermano. Sería una boda espeluznante y a la vez hermosa. Kodoku besará a la chica, cortará el gran pastel, se irán de luna de miel para multiplicarse y tener miniKodokus y mini... Um, no sé el nombre de la chica).

—Recuerda que puedo leer mentes, hermana —dice Kodoku con una expresión indiferente, como siempre.

Yuki se encoge de vergüenza al olvidar que su hermano escuchaba todo lo que ella pensaba.

(—Mejor me callo... —pensó Yuki.)


GROSSE HANDELSSTADT
³Eiserne Nation

Como su nombre indica, Handelsstadt significa "ciudad comercial". Es una enorme ciudad antigua llena de gente humilde, económicamente próspera gracias al comercio de la ganadería, la agricultura y, sobre todo, la mayor mercadería de toda la nación Eiserne. A pesar de ser el pueblo que más sufrió por las guerras de siglos atrás y por la actividad de los arraigados, los comercios siguen vigentes, siendo un lugar muy tranquilo actualmente.

—Muy bien, ya estamos aquí —señaló Kodoku con los ojos hacia la entrada de la ciudad —. Mantén los ojos bien abiertos, la víctima puede estar cerca entre estas personas.

—¿Dónde espera tu futura esposa? Lo sé —dijo Yuki después de reírse.

Después de bromear, Yuki fue sorprendida por su hermano al ser agarrada por el cuello de su camisa y suspendida del suelo por sus pies. Él estaba cabreado.

—Ya hermanito, ya. Estaba bromeando... je, je —Yuki rió nerviosamente. Kodoku la soltó, dejándola caer sobre sus nalgas contra el suelo lleno de tierra — ¡Ay! ¡Oye! —se quejó mientras hacía un puchero.

—No olvides por qué estamos aquí —recordó Kodoku con seriedad.

—¡Hmph! Tonto —resopló ella.

Al acercarse a la entrada del pueblo, cerca de la mercadería, ambos hermanos pasaron desapercibidos, entre la multitud, cruzando por locales y puestos de ventas hasta llegar a los muros de un edificio enladrillado de tres pisos en un callejón apartado.

Durante meses o semanas, las desapariciones de víctimas habían sido un problema para los habitantes del pueblo. Las autoridades se encargaban de encontrar no solo a los desaparecidos, sino que también buscaban a los responsables para llevarlos a la justicia o ahorcarlos públicamente, dependiendo del crimen que hubieran cometido. Por lo tanto, Kodoku debía trabajar de forma discreta. Cualquier testigo que los viera era eliminado si era necesario.

Con su bufanda roja, Kodoku se cubrió la mitad de su rostro para no revelarse tanto. Después, comenzó a escalar el edificio, saltando y sujetándose por los bordes de las ventanas hasta llegar al techo con eficacia.

Al frente se encontró con un guardia en el balcón de su puesto de vigilancia. Como todos ellos, el guardia llevaba puesta una armadura plateada con sus telas azules con el símbolo del reino Eiserne. Además, portaba una espada de dos manos como arma.

El guardia se quedaba en su puesto vigilando a la multitud desde arriba. Pero, al estar de espaldas, Kodoku aprovechó la oportunidad para propinarle un fuerte golpe en la cabeza y tumbarlo contra el suelo, dejándolo completamente noqueado gracias a su fuerza sobrehumana.

En cuanto a Yuki, ella llegó sobre el edificio flotando en el aire para llegar hacia su hermano.

—¿Un guardia real? —Yuki preguntó sorprendida al mirar fijamente al sujeto tirado —Nunca lo había visto en un pueblo como este, especialmente en un puesto de vigilancia.

—Debe ser que se tomen en serio el asunto de las desapariciones de los habitantes. O puede ser que el rey esté por visitar este lugar —respondió Kodoku mientras levantaba y tiraba al guardia del edificio justo en el callejón donde nadie podía observar o sospechar —. Vámonos lo antes posible.

En ese momento, Kodoku se movió de edificio en edificio de forma sigilosa, desplazándose entre la multitud para pasar desapercibido. A diferencia de Yuki, que seguía caminando libremente, ya que nadie sospecharía de una niña. No obstante, para prevenir, ella se mantenía alerta siguiendo a su hermano de forma discreta para no comprometer la misión de cacería.

Ya había pasado la tarde y aún no encontraban al objetivo. Kodoku dio un enorme salto hacia una torre de vigilancia que, por suerte, no estaba custodiada por ningún guardia. Permaneció allí por un rato para localizar a la chica desde arriba.

(—¿Dónde está? No la veo —decía él para sí mismo.)

Seguía buscando y se dio cuenta de que había demasiadas personas, lo que complicaba mucho su búsqueda. Aprovechando que el lugar estaba completamente solitario, decidió permanecer en la torre por un buen rato para seguir buscando.

Mientras tanto, Yuki apareció flotando, comiéndose una manzana. Parecía tener una grandiosa habilidad de volar como un pájaro sin que la gente se diera cuenta.

—¿De dónde sacaste esa manzana? —preguntó Kodoku.

—Pues... la robé —confesó con mucha honestidad.

—¡Hmph! Al menos tienes algo de maldad —comentó él y siguió buscando.

Kodoku ya estaba impaciente por estar tanto tiempo en la torre sin éxito de localizar al objetivo. Antes de decidir abandonar y buscar en otro lugar, su hermana logró encontrarla.

—¡La encontré! —señaló Yuki.

Veían a la chica entrar al mercado con una bolsa llena de uvas y frutillas bien frescas. Llevaba puesta una ropa de campesina un poco desgastada pero cosida en algunas partes, que consistía en una camiseta blanca por debajo de un overol azul con falda y unas botas marrones. Kodoku sacó el pergamino confirmando la descripción de la apariencia del objetivo.

—Definitivamente es ella —se guardó el pergamino nuevamente en los bolsillos del pantalón —. ¡Vámonos!

Ambos la siguieron cautelosamente por los tejados. Por lo visto de los hermanos, la vereda que la chica seguía no atravesaba tanta luz del día, lo que era una ventaja para esconderse entre los cajones o en las sombras y sorprenderla en el acto.

Cuando la chica entró en la vereda, no se percató de que estaba siendo asechada. De pronto, escuchó un extraño ruido cerca de su posición, lo que la asustó. Empezó a observar fijamente los barriles y cajones de donde provenía el misterioso ruido, llenándose de incertidumbre y temor.

En ese instante, un gato rubio como el sol saltó de su escondite con un tremendo maullido, causando que la chica se sobresaltara y gritara de susto.

—¡Ahhh!

El gato corrió hacia afuera de la vereda mientras la chica, todavía temblando por la impresión, cerraba los ojos por unos momentos para recuperarse.

Cuando los abrió, se encontró con un chico misterioso parado frente a ella, con un peinado que cubría su ojo derecho y un pañuelo rojo en la mitad de su rostro. Él se acercó a ella llevando un enorme saco sobre su hombro izquierdo. Asustada, la chica se alejó, pero al darse la vuelta, se sorprendió al ver a una niña de cabello blanco y ojos amarillos frente a ella.

—¡Hola! —la niña saludó con una sonrisa simpática.

La campesina se encontraba confundida y, antes de que pudiera reaccionar, el chico misterioso la metió dentro del saco, dejándola en la más completa oscuridad.


SCHLOSS KÖNIG ARANHOLD
Mazmorra subterránea del castillo.

En el castillo del rey, ubicado en la prisión subterránea, Kodoku y Yuki salieron del portal y llevaron a la secuestrada a un calabozo húmedo e iluminado en ciertas partes con lámparas de aceite. La misión fue todo un éxito.

Cuando Kodoku encierra a la prisionera en su celda, ella comienza a llorar a mares. Se nota que la pobre estaba muy asustada, pero eso no le importaba nada al joven semiarraigado.

Mientras tanto, dos muertos vivientes llegan en presencia de los tres jóvenes. Estos sujetos, además de dejar rasgos óseos expuestos en sus pieles sombreadas, visten armaduras oscuras con lanzas bien afiladas.

—Ustedes dos, quiero que vigilen a la prisionera mientras le digo al rey que la tenemos —ordenó Kodoku a los no-muertos. Ellos obedecieron —. ¿No vienes conmigo? —le preguntó a su hermana.

—Paso —respondió —. Me quedaré con la chica y veré cómo va.

—Bien. Solo mantén un ojo en ella también —se dirige directamente a las escaleras donde lo llevan a la salida de la mazmorra.

—¡Bien!

Kodoku se aleja, dejando a su hermana sola con la prisionera, sin olvidar a los dos guardias no-muertos.

—No te preocupes por el chico, solo es un pobre tonto que aún no ha salido del cascarón —dice Yuki a la prisionera mientras se apoya en los barrotes del calabozo.

—¡Te escuché! —gritó Kodoku a lo lejos.

Yuki se ríe y luego dirige su mirada hacia la prisionera.

—Hola de nuevo, soy Shiroi Yuki. ¿Cuál es tu nombre?

—Me... Me llamo Onagami Risoku —respondió temblorosa —¿¡Qué quieren de mí!? No me hagan daño, por favor —imploró la chica.

—Tranquilízate, no te haremos daño —dice Yuki a la prisionera que intenta quitarse el saco —. Hoy será una ocasión especial, vas a ir a la cena de mi padre en el gran salón del castillo.

—¿Comeré junto con tu padre en la mesa? —preguntó confundida.

—Pues claro, eres precisamente el festín que se va a comer hoy. Abrirá tu cuerpo como una mandarina y devorará tu espíritu junto con tus viseras para dejarte exprimida como un limón, solo que te dejará muy gris después de que eso suceda —dice Yuki con serenidad, como si no fuera nada de otro mundo.

—¿¡QUE COSA!? —grita la prisionera.

—Pero creo que es para que te cases con mi hermano —susurra atrevidamente.

La chica cae al borde de las lágrimas.

—¡No quiero morir! —empieza a sacudirse desesperada— ¡Por favor, Dios, sálvame! ¡Te lo ruego...!

Yuki mira a la prisionera que parece estar a punto de sacudir sus piernas de la perdición.

—Relaja la raja, mija, te sacaré de aquí —dice Yuki.

El guardia no-muerto se pone delante de la puerta de la celda y con su voz siniestra que exhala mucho su aliento dice:

—Está prohibido liberar a la prisionera.

—Tranquilos, solo quería sacarla de paseo. ¿Puedo? —se inclina y hace ojitos para verse tierna.

—No.

—Esperaba que dijeras eso —dice Yuki con una sonrisa atrevida.

En un instante, se vuelve para atacarlos. Derriba al primero con su arco y luego le acierta con una flecha en la cabeza. El otro guardia prepara su lanza para atacar, pero Yuki la esquiva ágilmente. Como el guardia no reaccionó lo suficientemente rápido, recibe un flechazo directo al ojo que lo deja inmóvil.

Después de mirar a los guardias no-muertos completamente inmóviles, Yuki no parece arrepentirse. De lo contrario, cree que fue la mejor decisión que tomó para finalmente tener la oportunidad de convencer a su hermano de lograr la libertad.

Yuki aprovecha el tiempo para abrir la celda, donde la prisionera —todavía cegada por el saco— estaba tan confundida y aterrada después de escuchar el ruido de la pelea que acababa de ocurrir.

—¿Q-qué...? ¿Qué pasó? ¿Hola? —Risoku preguntó tembloroso.

—Como dije antes: te sacaré de aquí —asintió Yuki ya dentro de la mazmorra.

La niña peliblanca queda suspendida en el aire sobre la prisionera para agarrar el saco. Después, comienza a jalar desde arriba, aunque con un poco de dificultad porque la cuerda le quedaba ajustada a la cintura, por lo que, al quitarla, le levantaba la falda y también su cabello corto que le quedaba hasta las puntas. Yuki se ríe del desordenado peinado de Risoku. En cambio, Risoku sonríe con alegría mientras se limpia las lágrimas de sus ojos verdes y se arregla el vestido.

—Gracias, de verdad... —Agradeció la campesina mientras se bajaba la falda para cubrirse —Pero no entiendo, ¿Por qué... Por qué me salvaste?

—Porque cuando hago un emparejamiento, siempre hago lo mejor que puedo para que se haga realidad —respondió Yuki encantada —. ¡Arregla tu cabello Risoku, porque nos vamos de aquí!

MIENTRAS TANTO...
En la sala del trono del castillo.

El joven semiarraigado caminaba por el pasillo directamente hacia la sala del trono para encontrarse con el rey, su padre. Después de atravesar la enorme puerta, se paró frente al colosal ser para informarle:

—Padre, traje a la víctima como lo pediste. Siento mucho la demora, localizarla fue un poco complicado por la multitud de gente que había.

—¿Y qué esperas para traérmelo? ¿Tengo que hacerlo yo solo? ¡Muévete ahora! Tengo mucha hambre —replicó amargamente Aranhold.

En ese momento, Kodoku apretó los dientes y los puños mientras miraba a su padre. Estaba harto de tolerarlo. ¿Era esta la misma recompensa de siempre? ¿Seguir tolerando y aguantando a un ser que ni siquiera agradecía?

—¿Y por qué no lo traes tú mismo? ¿Te cuesta pedirle a alguien más o no puedes traer tu propia cena? —cuestionó Kodoku, enojado.

—Me sorprende que digas esas palabras a un rey como yo. ¿No tienes la habilidad de recibir órdenes, o eres un chico tonto e indisciplinado? ¡Mejor ubícate!

—¡Ubícate tú, padre! —señaló el dedo índice— Déjame recordarte que estás ante un príncipe, un guerrero calificado que lleva a cabo las misiones más sucias, incluyendo secuestrar a las víctimas por ti. ¿Y todo para qué? ¿Para acabar siendo tu camarero que lleva humanos a un vago como tú?

Aranhold se pone hecho un basilisco y golpea brutalmente el reposabrazos del trono, acompañado de un enorme rugido que sacude todo el castillo. Kodoku mantiene el equilibrio ante el temblor que sacude el suelo. Aunque se esperaba que lo provocara, en realidad se sorprende al ver la ira de su padre.

—¡Me vuelves a dirigir así y te trataré peor que la última vez! —exclamó Aranhold mientras señalaba con su enorme y oscuro dedo índice a su hijo— Si vas a seguir tratándome así, entonces devuélveme las enseñanzas que te he dado a lo largo de los años. Devuélveme las habilidades que has aprendido de lo mejor que yo mismo te he traído. Devuélveme el dormitorio, la comida y la ropa que te di, y los poderes que has heredado de mí. Si no fuera por todo lo que he hecho por ti a lo largo de los años, tu vida sería miserable dondequiera que vayas. Serás un debilucho, incluso un chiste delante de todos, y nunca serás lo que eres ahora gracias a mí. ¡Así que quita esa cara estúpida que estás haciendo ahora mismo o te la arrancaré yo mismo aquí y ahora! No quieres ponerme a prueba. ¿Te ha quedado claro, hijo mío?

Kodoku relajó sus manos mientras resoplaba, no le quedó más remedio que aceptar la dura realidad.

—Dije: ¿Te quedó claro? —repitió Aranhold la misma pregunta.

—Sí... padre —respondió Kodoku con resignación.

—Bueno, no me hagas esperar más y tráeme a esa zorra. Estoy hambriento.

Sin perder tiempo, Kodoku regresa a la mazmorra para buscar a la prisionera.

ACTO SEGUIDO
Mazmorra Subterránea Del Castillo.

Cuando Kodoku regresa a la mazmorra, baja por las escaleras y atraviesa la puerta de seguridad solo para llevarse una enorme y desagradable sorpresa: los guardias han muerto a flechazos y la prisionera ya no está en su celda. Cerca de los dos cadáveres, hay un portal aún abierto que muestra la vista hacia la dimensión humana, por donde obviamente escaparon. La pregunta que se hace Kodoku es cómo pudieron escapar. Pero al examinar las heridas de los guardias, no hay duda de que sabe quién fue el responsable de todo esto.

—¡YUKI! —grita Kodoku a todo pulmón.

Realmente su hermana lo ha cabreado. Como un león furioso, salta al portal y va al mundo humano a buscarla.

IRDISCH
A las afueras de Grosse Handelsstadt.

Al otro lado del portal, un campo cerca del pueblo se extiende ante Kodoku. Camina con precaución mientras vigila a su alrededor por si ve a alguien cerca, especialmente a la fugitiva y a su molesta hermana. A poca distancia, hay cabañas y granjas a la vista, así que piensa que ambas no podrían ir muy lejos. Va a la cabaña primero.

—¡Maldita sea, Yuki! ¿En qué estabas pensando? —murmura Kodoku.

Mientras tanto, Yuki y Risoku siguen escondidas en la cabaña abandonada. Risoku está acurrucada en la esquina de la pared, asustada, mientras Yuki se apoya en la pared de troncos y mira por la ventana rota y destartalada. Y aunque está conteniendo la risa por lo que había hecho en el calabozo, en el fondo sabe que se metió en serios problemas.

—Él nos va a encontrar, ¿verdad? —pregunta Risoku nerviosamente, refiriéndose al chico semiarraigado.

—Sí, puede leer mentes, así que no pienses nada —responde Yuki en tono de advertencia.

Sin embargo, el chico los sorprende atravesando la puerta con una patada que termina destruyéndola. Los encontró simplemente escuchando sus pensamientos.

—¿Me creen un idiota o qué? —inquirió Kodoku.

Inmediatamente, Yuki se levanta del suelo para pararse frente a Risoku y protegerla de él. Kodoku la mira enojado y confundido.

—¡¿Qué diablos estás haciendo, Yuki?! —dice Kodoku —Esta vez cruzaste la línea. Si mi padre descubre que liberaste a la humana, te matará.

—¿De verdad crees que mi padre me matará a mí, a su propia hija? —pregunta Yuki mientras cubre por detrás a Risoku, quien está aterrorizada.

—No entiendo qué tiene de especial esta humana. ¿Qué te hizo convencerte de hacer esta locura?

—Hubiera sido mejor para ella morir aquí que allí. No es justo. Ella no merece morir siendo devorada por un ser tan mezquino y cruel como nuestro padre.

—¡Me importa un carajo lo que digas! Son órdenes que nos envió el rey. Mejor no digas nada. Volveremos al castillo y llevaremos a la prisionera a donde pertenece.

Sin pensarlo dos veces, Yuki saca una flecha del estuche y endereza la cuerda del arco, posicionándose para preparar el tiro a su hermano. Kodoku levanta una ceja sorprendido por la acción de su hermana que está a punto de realizar.

—¿Te vas a rebelar? ¿Estás pensando seriamente en pelear conmigo para defender a esta humana?

—¡Estoy harta! —exclama Yuki furiosamente —¡Estoy harta de hacer siempre lo mismo! ¡Ya no quiero seguir matando gente! —tira fuerte de la cuerda del arco para aumentar la potencia del disparo.

Kodoku le da breves segundos que parecen largos y silenciosos, para darle a su hermana la oportunidad de cambiar de opinión. Sin embargo, al mirar sus ojos ámbar llenos de ira, entiende que ella ha tomado su decisión.

—¡Ts! Como quieras. No tendré piedad de ti solo porque eres mi hermana, desertora —Kodoku empuña su espada y la envuelve en fuego.

—¡Acabemos con esto de una vez por todas! —exclamó Yuki, mientras emanaba viento helado de su arco y flecha, manifestando su poder de hielo.

Los dos hermanos semiarraigados se encontraban cara a cara, dispuestos a luchar. La vida de Risoku estaba en juego ¿Lograría salir junto con la peliblanca hacia la libertad? ¿O terminaría en un destino terrible donde el chico la acompañaría hacia la muerte?

CONTINUARÁ...
Fin del capítulo 1

SHIROI KODOKU
Der Prinz von Unterwelt

¹SCHLOSS KÖNIG ARANHOLD (Castillo del Rey Aranhold)
He vivido allí durante algunos años, pero mi hermano ha vivido allí durante muchos, muchos más. A diferencia del exterior de Unterwelt, el castillo es muy decorativo y sepulcral, y es muy, muy, muy grande. Para ser un ser tan mezquino y despreciable, mi papá tiene un gusto humano elegante desde que conoció a mi mamá. La estructura es ridículamente compleja que desafía cualquier plano arquitectónico, ya que hay tantos corredores que parecen interminables y surrealistas, millones de ventanas y miles de puertas, pasillos secretos, adornos... Por eso nunca quise vivir allí, no solo porque no hay nada bonito que ver a través de cada ventana, tengo miedo de perderme en los interminables pasillos entre las paredes muy refinadas.

²IRDISCH (terrestre)
Esta es la dimensión donde viven especies como los animales y los humanos. Ambas especies han sufrido mucho por las guerras y las plagas, pero también parecen ser fuertes cuando se trata de sobrevivir. Este lugar tiene hermosas tierras, así como su naturaleza, solo que algunos humanos no la respetan, lamentablemente. Los arraigados creen que lo mejor para ellos es acabar con su sufrimiento, castigando a los culpables con la tortura y matando a los inocentes de forma rápida y sin dolor. Creo que los arraigados quieren apoderarse de este mundo y causar sufrimiento a todos, pero ¿por qué quieren dominar el mundo humano si ya tienen mucho más en su propia dimensión?

³NACIÓN EISERNE (Nación de Hierro)
La Nación de Hierro es la nación más fuerte y también es una de las regiones que ha sobrevivido a la Era de la Muerte en toda Europa. Me encanta caminar por todos lados en esta región, hay casi de todo. Pero mi lugar favorito es la mercadería más grande de la nación, que por cierto es mi hogar.

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Este libro esta lleno de leyendas urbanas de distintas partes del mundo.