Yeah nigga, pude terminar de escribir el cap en el cel... no saben lo que me costó... Pero por ustedes, todo :3 ...
Sin más nada que decir, comencemos...
La memoria del corazón elimina los malos recuerdos y magnifica los buenos, y gracias a ese artificio, logramos sobrellevar el pasado. -Gabriel García Márquez.
-¡Basta! -gritó Joaquín desesperado pero todos hicieron caso omiso -¡BASTA! ¡Cállense todos que me desesperan! -esta vez lo miraron entre divertidos y asustados.
-¡Aayy me duele! -chilló Maia adolorida.
-Joaquín... -musitó Venecia. Él suspiró.
-A ver, Franco y Azul se van ya mismo de la cocina y se dejan de discutir -ordenó. Estos lo miraron de mala manera, pero entendiendo la situación, le hicieron caso y se fueron al lobby. -Gopal, agarrá un vaso de agua y tiráselo a Noah, cuando despierte dale una o dos cachetadas para que reaccione -dijo. Gopal asintió. -Daimon -este lo miró -ayudame a llevar a las chicas al cuarto que antes compartían, necesitamos dos camas. -Luego miró a Ámbar -Ámbar necesito que prepares las camas con sábanas limpias, y busques toallas -pidió. Ella corrió escaleras arriba.
Entre Daimon y Joaquín, llevaron a Maia y Venecia al cuarto que antes compartían, donde Ámbar había preparado ambas camas con sábanas limpias y almohadones.
Una vez que Gopal despertó a Noah como Joaquín le había pedido, los dos subieron.
-¿Cada cuanto son las contracciones? -les preguntó Joaquín.
-Un minuto -dijo Maia.
-Treinta segundos -habló Venecia.
Noah entró al cuarto y fue junto a su novia.
-Acá estoy amor -dijo ansioso.
-Noah -Joaquín lo miró -están muy igualadas en cuanto a las contracciones, vas a tener que ser vos quien saque a tu hijo, al mismo tiempo yo me voy a ocupar de Maia -informó. Noah asintió, no muy convencido. ¿Y si hacía algo mal? -Tranquilo -dijo Joaquín al ver su cara de pánico -yo te voy a ir dando indicaciones.
-¡Ayy! -Venecia se retorció de dolor.
-No pujen aún -dijo Joaquín viendo como iba cada una. -Tienen que llegar a los diez centímetros.
-¡Pero duele! -se quejó Maia.
Ámbar se sentó junto a ella para tomarle la mano. Maia la miró agradecida, tener a su amiga en ese momento era de muy buena ayuda.
Aún faltaba para que el cuello uterino de ambas se haya dilatado completamente, por lo tanto intentaban calmarlas con palabras. No podían sentir su dolor, pero lo entendían. Más Joaquín, que al ser médico, sabía que no era un dolor muy placentero, y menos si no tenían ningún analgésico a mano. A esto si se le podía llamar "parto natural".
Por la puerta entró Inti con unas toallas pues Ámbar cuando había subido para preparar el cuarto, lo había visto en el pasillo y le había contado que las chicas estaban por dar a luz.
Dejó las toallas en las camas, y le tomó la mano a Venecia ya que Noah estaba en el tema de tener que ser él quien sacara a su hijo.
*****
Valentín POV.
Sentado en mi cama sin saber que hacer. Así estoy.
Devi se había ido a la casa de Juani y yo como no soy chica, tenía que quedarme acá aburrido. Tampoco tenía muchas ganas de ir al hotel, ya que con esto de los bebes, los chicos no me prestan mucha atención. Así que estoy en un caso crítico.
Recordé que puedo hablar telepáticamente con Devi pero no la quise molestar. Aburrido, prendí mi laptop y me puse a ver videos graciosos en YouTube, lo cual me sacó muchas carcajadas.
No se ni cuanto pasó pero cuando más entretenido estaba, Taylor apareció en la puerta de mi habitación. No tenía buena cara, lo cual me preocupó.
-Valen, hay algo que tengo que decirte -habló serio. Extrañado, cerré la laptop y me senté en la cama. Él se sentó en frente mio.
-¿Qué pasa? -pregunté.
-Ehm... -miró hacia un sobre que tenía en sus manos. Yo también lo miré. -Hoy en la mañana llego esto. -dijo.
-¿Qué es eso?
-Es sobre tu mamá, Manuela -mi corazón se aceleró, y estoy seguro que mi cara se había vuelto pálida por la sorpresa. ¿La habían encontrado? Por la cara de Taylor, sentí que nada bueno decía en aquel sobre. -La encontraron...
Sonreí.
-¿En serio? ¿y donde está? ¿la puedo ver? -pregunté ansioso.
Taylor me miró triste.
-Está muerta -afirmó. -Parece que Justo, o Jack, no se quien habrá sido, mandó a que la maten. Tu madre dejó rastros, y la pudieron encontrar en Ushuaia, pero no llegaron a tiempo.
Bajé mi cara, solo veía mis manos. No sabía como reaccionar, sentía un mar de emociones. En si, Manuela nunca había estado presente en mi vida, pero en los pocos momentos que pasamos juntos, supe quererla. Y aunque Mary y Taylor eran como mis padres, ella seguía estando ahí, en alguna parte de mí.
Ella estaba en mi memoria.
Sentí los brazos de Taylor rodearme. No le correspondí el abrazo, no quería parecer débil. No quería explotar aún.
Lo único que quiero, es encontrar a quien dio la orden de matarla. Quiero que todo lo malo desaparezca, quiero que las personas que amo dejen de sufrir.
-Estoy bien -fue lo único que logré decir. -Estoy bien... -no iba a dejar que las lágrimas salieran de mis ojos.
*****
"¡Ahhh!" se escuchó el grito de dolor de Maia. Parecía como si la estuvieran torturando.
-Wow, no recuerdo que vos gritaras tanto -dijo Franco mientras recostaba su espalda en el respaldo del sillón y acariciaba la cara de su hija a quien tenía acurrucada entre sus brazos.
-Fue diferente, yo estaba en un hospital, con muchos enfermeros, ellas solo tienen a Joaquín, y son dos -explicó Azul al tiempo que descansaba su cabeza en el hombro de él.
Luego de que Joaquín prácticamente los echara de al cocina, y como no querían subir hasta su cuarto, se sentaron en uno de los sillones del lobby a esperar a que nacieran los herederos García Iturbe y Gaitán. Antonella desde el grito de Joaquín, no había llorado ni un poquito más.
-¿Qué loco no? Que nazcan el mismo día -comentó Franco escuchando otro grito más, esta vez, proveniente de Venecia.
-Al parecer tendremos cumpleaños doble en el futuro -Azul sonrió.
-A mi lo que me preocupa es tener un mini Noah en el hotel -dijo Franco pensativo -¿Te imaginas? Un mini Noah, una mini Azul..., no es muy buena combinación para el mundo -rió.
-Si hubiera sido un mini Franco estaríamos perdidos, en vez de leche, tendríamos que darle fernet -ambos rieron. Franco pasó el brazo que segundos antes usaba para acariciar a su hija por sus hombros, pero justo cuando estaba por besarla, Antonella comenzó a llorar. Ambos suspiraron cansados. -¿Te das cuenta, no?
-¿De que? -preguntó Franco, confundido.
-Empezó a llorar cuando la dejaste de acariciar -informó.
-A ver... -Franco dejó de abrazar a Azul y volvió a acariciar a su hija, haciendo que dejara de llorar. -Es que soy irresistible -sonrió. Azul rodó los ojos. -Mi amor, creo que nos estamos alterando un poco con esto -dijo refiriéndose a la nueva y costosa tarea de ser padres.
-¿Te parece? -contestó ella sarcastica.
-Que decís si esta noche dejamos a Anto con tus viejos, y pasamos la noche juntos, como antes, sin bebe..., y hacemos lo que hace mucho no hacemos...
-¿Vamos a jugar a las cartas?
-Algo parecido... -sonrió pícaramente. Antonella volvió a llorar.
-Ay no otra vez -murmuró Azul. Franco rió.
-A ver loca si te calmas -le dijo Franco a la bebe riendo. Luego miró a su novia. -Así son las Azules, les encanta ser el centro de atención -bromeó aguantando la risa, a lo que Azul le golpeó el brazo, haciendo que él soltara una carcajada.
Daimon y Gopal, quienes habían estado arriba ayudando a Joaquín, bajaron las escaleras.
-Hola -dijo Gopal sentándose en uno de los sillones individuales. -¿Por qué llora? -preguntó viendo a la bebe.
-Es un misterio que quizas nunca vayamos a descubrir -dijo Franco.
-¿Cómo van las chicas? -preguntó Azul.
-Joaquín estaba esperando a que estén dilatadas completamente así podían nacer, supongo que ya estarán en eso -dijo Gopal.
-¿Sigue llorando? -cuestionó Daimon con una sonrisa mientras se acercaba luego de haber ido a la cocina por un vaso de agua.
-¿Tenés alguna idea para calmarla? -preguntó Franco.
-Se me ocurre algo. -Daimon fue hasta el piano donde había una guitarra. La tomó y volvió a acercarse a ellos, sentándose en la mesita ratona. Agilmente comenzó a tocar una conocida canción, antiguamente compuesta por Luz.
-Me prendi fuego para despojarme
para desvestirme para desnudarme
me incendie toda para no quedarme
ni aun en el viento podrás encontrarme
Cantó la primer estrofa al compas de los acordes de la guitarra. Le guiñó un ojo a Azul incitándole a que lo acompañara.
Y fui luz, fui destello
fui dolor, fui humana....
Cantaron juntos. Gopal se incorporó, dispuesto a unírseles.
Cuando fuiste agua
yo crecí en llamas
y cuando fuiste llamas
me cayeron lagrimas
Y cuando fuiste sueño
yo estaba despierta
y tu tan dormido
no te diste cuenta, ni cuenta
Esta vez cantaron los tres, mientras Franco, sonriente, sostenía a su hija quien había dejado de llorar y con los ojos abiertos, los escuchaba atentamente.
En una de las habitaciones de la planta alta, mientras la música sonaba en el lobby, llenando el hotel de esas melodiosas voces, una chica morocha, y otra pelirroja, hacían el esfuerzo de sus vidas para por fin, concebir a esas dos personitas que hace tiempo esperaban, y que hoy, habían decidido salir al mundo, juntos.
Me prendí fuego para que me vieras
pero estabas ciego y ya no sentías
y ahora que quieres encontrarme toda
no hay fuego ni llama ni amor ni ceniza
-Vamos chicas, es ahora o nunca -decía Joaquín mientras sostenía las piernas de Maia, quien a su vez sostenía la mano de Ámbar con fuerza. -Noah, cuando salga la cabecita, tenés que limpiarle la nariz y la boca inmediatamente, para que pueda respirar -informó. -Todo va a estar bien -aseguró.
Noah asintió, mientras hacía lo mismo que Joaquín, solo que con Venecia. Inti sostenía la mano de su amiga, dándole ánimos.
Y fui luz, fui destello
fui dolor, fui humana....
-Vamos mi amor -la animó Noah a Venecia -vos podes.
-Uno -comenzó Joaquín.
-Dos -siguió Noah.
-¡Tres! ¡Pujen!
Cuando fuiste agua
yo crecí en llamas
y cuando fuiste llamas
me cayeron lagrimas
Y cuando fuiste sueño
yo estaba despierta
y tu tan dormido
no te diste cuenta, ni cuenta
Maia y Venecia comenzaron el trabajo de parto, Noah tenía agarradas las piernas de Venecia, mientras Inti tomaba muy fuertemente la mano de su amiga, ella estaba pujando, tanto que ya no sentía su mano. Pero todo valía la pena.
Luego de unos minutos, o quizas segundos, o quizas horas, aunque para ellos en ese momento el tiempo no existía, el ruido de un bebe se escucho por toda la habitación.
Noah vio a su futura esposa, con lagrimas en los ojos, mientras él cortaba el cordón umbilical, limpiaba a su hijo con las toallas que Inti había traído y luego procedía a envolverlo en una manta. Le dio el bebe a Venecia quien sonreía feliz al tener a su pequeño a su lado. Adam, al sentir los brazos de su madre, profirió una pequeña sonrisa, tenía una mata de cabello que se definía entre castaño y pelirrojo, era simplemente hermoso.
Soy el aire en ti, volando sin fin
Soy la gota de amor volviendo a sumar
Soy tu alma sin luz que ya se olvido
en ese corazón que ya se paro
Segundos después, otro ruido se escuchó en la habitación. Mientras Noah y Venecia, mimaban felices a su hijo, el hijo de Maia y Joaquín nació.
Joaquín hizo lo mismo que Noah y se lo entregó a Maia, quien lo acurrucó en sus brazos. Al contrario que el otro bebe, este tenía una mata de cabello negro, y una cara tan angelical que daba pena despertarlo de su paz.
Noah y Joaquín se miraron, sonrientes.
Cuando fuiste agua
yo crecí en llamas
y cuando fuiste llamas
me cayeron lagrimas
-Bruno -dijo Maia de repente. Joaquín la miró.
-¿Qué?
-Me gusta Bruno -volvió a hablar mirando a su hijo.
-Entones Bruno será -Joaquín sonrió.
Y cuando fuiste sueño
yo estaba despierta
y tu tan dormido
no te diste cuenta, ni cuenta.
Daimon, Gopal y Azul terminaron de cantar al tiempo que Inti bajaba las escaleras como un rayo. Se acercó a ellos, agitado.
-Nacieron -informó sonriente. -Los dos, ya nacieron.
***
Dos semanas después...
Noah POV
Aún no podía creer que por fin teníamos a Adam con nosotros. Todo está tan bien, tan tranquilo, tan perfecto, que a veces me preocupa. Pero intento no pensar en las cosas malas, por lo tanto, ahora mi única tarea es ocuparme de mi casamiento con Venecia, y cuidar de mis hijos.
Mi boda ya está toda planeada, Dana Molina es quien me está ayudando con todo, es una especialista en bodas y por eso la contraté. Quiero que sea la mejor boda que haya existido, Venecia se lo merece. Pero todavía me falta algo que quiero para la fiesta así que me dirigí al cuarto de Azul y Franco para poder hablar con Azul, ya que ella es la única que me puede ayudar en lo que me falta.
Al llegar toqué la puerta unas dos veces hasta que escuche "Adelante".
Entré. Franco estaba acostado, durmiendo, con Anto sobre él, también dormida. Junto a ellos estaba Azul sentada escribiendo en un cuaderno. Era raro verlos tan tranquilos, pero bueno... que no es raro en esta familia.
-¿Azul podemos hablar? -le pregunté en voz baja para no despertarlos.
-Si, claro -dejó el cuaderno a un lado y salimos de la habitación. -¿De que queres hablar?
Me rasqué la nuca pensando en como pedírselo. Es mi amiga pero no es que vaya a pedirle algo simple, lo que quiero es un poco difícil de conseguir. Y no se consigue con dinero, porque en temas de dinero no tengo problema, pero esto era diferente.
-Viste que vos sos famosa... -comencé a hablar.
-Si... -ella me miró extrañada. Quizas pensando a que iba mi discurso.
-Y supongo que tendrás a tus contactos ¿no?. De gente famosa... -dije. Azul alzó las cejas, extrañada, pero luego sonrió.
-Ok, vamos al grano, ¿a quien queres que te consiga? -dijo entendiendo a que quería llegar con la conversación.
-Bien, nos vamos entendiendo -sonreí.
*****
Una hora, dos horas, tres horas. Taylor se había sentado a su lado varias veces y había intentado hablar con él, pero Valentín no pronunciaba palabra. Desde que se había enterado de la muerte de Manuela no decía nada. Estaba mal, siempre mostraba una pequeña sonrisa cuando le hablaban, se mostraba fuerte, aunque por dentro estuviera destruido. A Joaquín también le había afectado, obviamente, ella era su madre, pero había sabido sobrellevarlo de una buena manera, recordando los buenos momentos.
Pero Valentín... con él era diferente... los recuerdos que él tenía sobre ella eran diferentes...
Devi bajó las escaleras de su casa y se quedó observándolo durante un largo rato. Él estaba sentado en el sillón más grande, observando la televisión apagada que se encontraba frente suyo.
Se fue a sentar al lado de Valentín, prendió la televisión dejándola en un canal de documentales. Valentín últimamente la ignoraba, y no quería hablar con ella sobre el tema de su madre. Devi no podía llegar a la conclusión de por qué era así; Valentín había vivido esas semanas con un nuevo brillo en los ojos que decía claramente que esa muerte no había sido en vano y que la venganza llegaría. Era, de alguna manera, un brillo optimista y de determinación, pero a la vez tristeza.
¿Pero qué era lo que le ocurría ahora? ¿En qué pensaba? ¿Hasta cuándo estaría así? Estas preguntas y más rondaban la mente de Devi mientras lo miraba de reojo, haciendo de cuenta que escuchaba el documental.
Sabía que él no le hablaría, que seguiría guardándose sus sentimientos. Iba a pararse e irse de nuevo a su cuarto, cuando Valentín hizo su primer movimiento. En la misma posición en la que estaba y sin quitar la mirada de la televisión, se inclinó hacia la izquierda y recostó la cabeza sobre las falda de su novia.
-Valen... -susurró ella débil e increíblemente sorprendida. Una de sus manos fue a parar a la parte superior del brazo derecho de él y la otra se recostó titubeante sobre su cabello.
-Es mentira, no estoy bien -dijo finalmente en una voz lúgubre y áspera, con un dejo de sueño.
Devi intentó pensar en varias respuestas para luego seleccionar la más conveniente, pero ahora su mente no trabajaba y lo único que salió de su boca fue un "Lo sé" algo atragantado y casi inaudible.
-Ni siquiera me acuerdo qué fue lo último que le dije, apenas pude conocerla -una vez más, su tono fue tenebroso, y una vez más, Devi no supo qué decir.- Taylor dijo que la muerte fue causada por Justo o Jack, que no hubiéramos podido hacer nada...
La frase parecía incompleta para Devi, que estaba esperando preguntas para poder decir algo coherente, pero, pasados unos momentos de silencio, le pareció que eso era todo lo que iba a decir. Abrió la boca y la cerró varias veces, y cuando ya sabía exactamente lo que iba a decir, Valentín volvió a hablar.
-Él no entiende nada... y ahora Manuela está muerta -finalmente la voz se le quebró.
-Llorá, Valen, necesitas llorar -le dijo ella mientras comenzaba a acariciarle suavemente el cabello. No tenía sentido decir otra cosa; Manuela no volvería a la vida por más frases y palabras sabias que le dijera.
Devi se dio cuenta en ese momento de que no había otra forma de tratar a alguien que perdió a un ser querido más que siendo permisiva, más que dejándolo que se ahogue y desahogue en llanto, más que demostrándole que aunque esa persona ya no está en este mundo él no está sólo y, por sobre todas las cosas, brindándole un oído atento, por más que todas las palabras sean un llanto.
Valentín lloró silenciosamente durante horas mientras Devi lo acariciaba y reconfortaba y se secaba sus propias lágrimas con el puño derecho. Él se quedó dormido y ella lo observó hasta que Taylor y los primeros rayos de sol se asomaron y llevaron a Valentín a su habitación.
Al abrir los ojos luego de varias horas, Valentín vio a Devi durmiendo junto a él, y al ver sus ojos rojos e hinchados descubrió que no había sido una pesadilla, que Manuela estaba muerta y que la batalla que estaba por venir, seguía privando al mundo de muchas vidas inocentes y, a los que quedaban, de su felicidad.
*****
Estaban todos reunidos en el arca para cenar en familia. Mary, Ámbar y Maia habían sido las encargadas de la comida mientras que los demás ponían la mesa. Valentín ya había pasado de su momento de angustia y hablaba animadamente con Joaquín, quien a la vez jugaba con Bruno, su hijo.
La noche estaba limpia y estrellada, pero caía una pequeña llovizna, lo cual los extrañó un poco ya que no estaba nublado y era ilógico que cayera agua sin nubes. Sin embargo no le dieron mucha importancia, sabían que el clima no estaba siendo muy normal últimamente.
-En serio, tenés que enseñarme a hacer eso -le dijo Azul a Venecia mientras esta cambiaba el pañal de su hijo tan ágilmente, que si hubiera un campeonato sobre eso, ella sería la ganadora. Adam, mientras intentaba meterse su pequeña mano derecha en la boca, dejaba que su madre lo cambiara sin interponerse.
-Azul, es solo cambiar un pañal -rió Venecia.
-¡Pero lo haces tan bien! -exclamó como si fuera algo maravilloso. -Ni siquiera llora -se quejó.
-No llora con Venecia -dijo Noah apareciendo junto a ellas mientras observaba a su hijo. -Pero yo lo toco y agarrate catalina -rió. -Parece que solo le gusta estar con mujeres... -y se fue ante la atenta mirada de las chicas.
Ambas miraron al niño.
-Si, es verdad -afirmó Venecia. -Parece que tengo un pequeño mujeriego -tomó la mano de su hijo. -¿O no, precioso? -sonrió.
En los sillones, alejados de la gran mesa donde todos iban a comer, se encontraban Luz, Matías y Franco quienes hablaban animadamente sobre la bebe faltante, que aún no mostraba signos de querer nacer.
-No aguanto más, ya quiero que nazca -se quejó Matías mientras rodeaba con un brazo la cintura de su novia.
-Yo también, no saben el dolor de espalda que tengo con esta panza -dijo ella acariciandose el vientre.
-Pobre sobrinita, estar ahí dentro... -rió Franco recibiendo una mirada fulminante de Luz, y una carcajada de Matías.
-Pobre tu hija, con el padre que tiene, mi más sentido pésame -contraatacó Luz, y Matías volvió a reír.
Franco frunció el ceño.
-Ba...da... -se escuchó frente a ellos. Extrañados, los tres voltearon a ver el cochecito color rosa que estaba frente a ellos, con Antonella dentro.
-Si princesa, tenés razón -Franco sonrió.
-¿Y eso? -Matías alzó una ceja.
-Dijo "Callate Luz, mi papá está re bueno" -comentó Franco orgulloso.
-Espero que no haya sacado tu bajo coeficiente intelectual porque sería una pena -acotó Luz. -Ojalá se parezca a Azul y no a vos -y se fue sin más.
-Las hormonas... -dijo Matías mientras la veía irse.
La cena fue realmente agradable. Al tiempo que comían, hablaban animadamente mientras los tres bebes, al igual que Tomás -quien ya había cenado- dormían plácidamente. Por un lado estaban Mary y Taylor, hablando con Daimon quien les contaba sobre las cosas que había estado descubriendo. Noah, Venecia, Inti y Emma hablaban sobre Adam y Tomás, aunque la segunda pareja intentaba cambiar la conversación para sacarles información a Noah sobre la "boda misteriosa". Maia, Manuel y Azul hablaban sobre el regreso de la banda, informando que querían que Gopal estuviera con ellos, cosa que lo hizo saltar de alegría. Devi y Valentín intentaban no sonrojarse ante las indirectas que Franco les tiraba sobre su relación y las hormonas... En fin, era la escena familiar perfecta.
Y se volvió aún mejor, cuando Noah se levantó de su asiento y golpeó levemente su vaso de vidrio con el tenedor para llamar la atención.
-¡Atención! ¡Atención todos! -habló con una sonrisa. Todos lo miraron extrañados y con un dejo de sorpresa.
-Noah... ¿qué haces? -le susurró Venecia.
-Levantate amor -Noah la tomó de la mano y la hizo pararse. Ella lo miró confundida. -Venecia y yo, queremos anunciarles algo.
-¿Ah.., sí? -dijo Venecia entendiendo cada vez menos.
-Si -miró a todos. -Preparen las maletas... ¡Porque mañana nos vamos a Mar del Plata! ¡Y Venecia y yo nos vamos a casar! -anunció elevando la voz. Venecia lo miró, ahora sonriente, para luego besarlo.
"¡Al fin!" "¡En hora buena!" "¡Felicidades!" "¡Wii vacaciones!" fueron algunas de las exclamaciones de los chicos que se levantaron a abrazar alegres a la feliz pareja, para luego continuar con la cena, ahora hablando sobre lo que harían al llegar a la playa.
Todo estaba bien...
Sin embargo, afuera la luz de la luna se había apagado. Las estrellas habían desaparecido, un manto oscuro cubrió el jardín, y un viento helado se hizo presente en cosa de segundos. Una figura espectral y perturbadora volaba a pocos centímetros del césped, como una gran sombra rodeo el hotel observando todo a su paso mientras dentro de este las charlas animadas y las risas continuaban sin percatarse de nada. Dio una última mirada y desapareció del lugar...
*****
Ahora a esperar a que arregle la fucking comPUTAdora -siempre con amor, yo te amo compu- (?
¡Saludos!