[Amy Abbott]
Mis ojos no se podían abrir. A pesar de todo recordaba perfectamente que pasó ayer.
George me metió dedos en el antro, ¡En la zona vip! Y si era sincera... No me arrepentía de nada. Besarlo fue un placer, uno que quería repetir hasta que no se me olvidará la sensación de sus labios.
Me senté para buscarlo, sin embargo me encontré sola en la habitación, totalmente sola. Maldito idiota, ¿Esto era lo que valía para él? Me acosté en la cama molesta, y claro, con un dolor de cabeza y estómago horrible. Solo quería ser consentida por él y... ¿Por qué me dejó de nuevo?
Escuché pasos que retumbaron en mi cabeza torturandome. Mire hacia la puerta para verlo, para ver al que me había dejado sola.
—estas despierta bonita, buenos días.— se acerco y me cubrí dándole la espalda.— ¿Que ocurre? ¿Tu resaca te está torturando?
—¿Que te importa?
—mucho en realidad.— se sentó en la cama con unas bolsas.— ven, te traje cositas.
—mmm.— le di nuevamente la espalda.
—nena, se que es molesto-
—amaneci sola. ¿Por qué te fuiste en la noche? Solo te pedí una cosa: que te quedarás. ¿Tan difícil era?
—nena...— escuché como reía.— toda la noche estuve contigo. Nos abrazamos de forma deliciosa y me levanté para traerte desayuno.
Sentí su peso detras de mi e intenté ignorarlo.
—te traje unos jugos, galletas, huevos...— corrió mi cabello y suspiré. Las frazadas parecían estar generando más calor de lo habitual.— vamos mi amor, no te enojes conmigo. No me iré hasta que me lo pidas.
—tengo calor.— George me destapó por completo y me dió vuelta para abrazarme.
—fue delicioso dormir abrazado contigo.— se sentó conmigo encima y sonreí. Me encantaba sentirme pequeña y muy fácil de manejar para él, ya que me podía agarrar muy bien de todos lados.— ¿Podemos comer, nena?
—por favor, tengo hambre.— me senté y mire debajo mío. Estaba perfumado, peinado, arreglado...— te ves muy guapo George.
—ay...— sonreí al notar su sonrojo y como evitaba mi mirada.— no juegues conmigo.
—¿Por qué sería un juego?
—no lo sé.— se acerco a mi.— ¿Sigo siendo guapo para ti?
—que bobo.
—pero dime, solo dime... ¿Yo o Leonard?— fruncí el ceño sin entender. ¿Por qué me hacía está clase de preguntas? ¿Por qué sabía que lo iba a elegir a él? Quizás solo quería alimentar su ego.— ¿Acaso él te gusta más?
—¿Eso importa?
—¿Cómo no va a importar? Es mi trabajador, y si te quiero hacer mi mujer... Lo verás a diario.
—¿Qué? Creí que lo habían echado.
—pues si, era una prueba.— se inclinó a tomar la bolsa.— ¿Y? ¿Me dirás? El que no me digas me hace pensar que lo prefieres.
—que celoso.— rodé los ojos.
—es que no lo soporto.— dejo de verme y tome su rostro.— me arde Amy, me da rabia, me dan celos y quiero golpearlo.— confesó.— y parezco un enfermo, lo sé, pero es lo que siento.
—¿Y que puedo hacer yo?
—¡No lo sé!— se quejo. Paso sus manos por su rostro mientras soltaba un bramido.— solo puedo imaginar que tú se lo pediste o que se yo. No sé cómo arrancar el sentimiento de-
Quite sus manos y me incline a tomar sus labios. George me separo abriendo los ojos.
—si, definitivamente eso se siente bien.— tomó mi cuello y me acerco nuevamente a él. Agarre su cuello y sus hombros, se sentían más duros y fuertes.
—¿Has estado haciendo más ejercicio?— comencé a bajar por su cuello y sentí como me apretaba más fuerte.— me encantas tú, George. El único que me encanta.
—ah... ¿En serio?
—si, el único.— me separo y beso mis labios asintiendo.
—tú eres la única... Y te creo, te creo ciegamente.— sonreí dejando que bajara por mi cuello.— te he extrañado tanto, te juro que... No podía ni dormir.— sentimos ruido y nos separamos. Rápidamente me senté a su lado y George tomo una almohada para dejarla en su regazo. Comenzó a entregarme el café y demás.
—Amy... ¿Estás bien?— María apareció algo despeinada y rasco su nuca.— estaba algo ocupada...
—si, lo estoy. Ahora voy a comer algo y de seguro estaré con más energía.— María asintió y miro a George. Hubo un silencio incómodo por unos segundos.
—bueno, me llamas cualquier cosa.— asenti y se fue. George suspiro y me pasó un café con leche y dejo la bolsa en medio.
—ahora si.— tomó un sándwich y me miró.— entonces... ¿Mañana que harás?
—¿Por qué te importa?
—porque mañana el piso está solo y-
—George, si quieres-
—¡Quiero una cena contigo! Ron mañana se irá temprano del piso y cerraremos un poco más temprano. Me dará tiempo de hacer una rica cena para dos y con suerte postre.— rode los ojos sonriendo.— vamos, por favor.
—claro que no, vienes saliendo de ti relación y esperas a que vuelva contigo así nada más.— negué intentando hacerme la difícil. Obviamente quería esa cena, esa cena, dormir abrazada a él y volver a lo que teníamos, aunque está vez más serio.
—¡No! Bueno, si espero que volvamos nena, pero también quiero ir sanando tú corazón y volver a tener confianza.— bebió de su jugo.— a todo esto, ¿Cómo te ha ido en la peluquería? Vi que hasta personal aumentaste.
—oh si, papá me ayudó. No tenía tantos ánimos de trabajar, estaba mal así que para ayudarme simplemente contrato a personal únicamente un mes y creo que he surgido más.— limpie la comisura de mis labios.— creo que ha estado bien, la verdad es que ya tengo mis clientes frecuentes y me he podido dar gustos.
—¿Cómo Leonard?
—ja, que chistoso.— rei.— si George, como Leonard.— ví tenso la mandíbula y asintió.— te pones celoso a ti mismo.
—no es así...
—lo es. Bobo.— bese su mejilla y sonrió.— está rico, ¿Dónde compraste?
—en la avenida 12.
—¡Oh, ya se dónde! En estos días me iré a comprar un vestido que ví.— lo recordé con emoción. Nunca había visto un vestido tan lindo.
—mmm... ¿Uno amarillo, de mangas...?
—si, ¿Ya lo viste?— él nego.— oh... Bueno, cambiando de tema, ¿Cómo te ha ido en la tienda?
—ha sido todo un lío. Tengo trabajo extra, porque Fred está viendo arreglos de su boda y tiene sus terapias todos los miércoles, así que estoy cansado.
—¿Y más personal?
—no, ya que tendríamos que recortar unos gastos para alguien más profesional en tema de negocios.— termino su sandwich y tomo una tarta.— pero estoy bien, puedo con esto.
—¿No estás tenso o estresado?— toque sus hombros y sonrió inclinandose hasta mi hombro. Acaricié su cabello y se inclinó aún más para llegar a mi cuello dejando besos.
—¿Me quieres quitar el estrés, nena?
Sonreí dejando que que continuará, presione su nuca a mi cuello y beso una última vez para separarse. Asenti mirándolo a los ojos, y dejo ver su sorpresa cuando paro de reír.
—¿Es... En serio?
—te haré un masaje si tú me haces uno y me consientes por no haber estado en mi cumpleaños.
—si, claro.— asintió. Acerco más cosas y suspiré ya satisfecha.— come.
—no, ya comí demasiado. Estoy satisfecha.
—mmm... Pero compré todo para ti, prueba al menos.— tome una cuchara y el pastel de chocolate.— ¿Vienes mañana a mi departamento? Por favor, quiero estar contigo.
—mañana... Es que los lunes normalmente trabajo más. Si es tipo nueve... Si.
—okey, a las nueve será. ¿Que quieres de cenar? Aparte de mi claro.
—bobo.— rei comenzando a ordenar.— ¿Vas a pedir o preparar?
—voy a cocinar yo, seré tu chef personal.— bajo todo de la cama y se acerco a abrazarme. Me acomode en su pecho.
—mmm... Algo con verduras, salteado... Quizás pastas, vino. Luego tú.— acaricié su abdomen y tomó mi mano.
—ando sensible Amy, por favor ten cuidado.— asenti, sin embargo al momento que dejó libre mi mano continue en el mismo lugar.— que mala.
—detenme.
—no puedo.— puso su mano encima y sonrió.— me gustan tus caricias, pero si bajas un poco-... Más.— cerro los ojos cuando jugué cerca de su abdomen bajo. No entiendo por qué se contenía tanto, si parada ya la tenía.
—¿Sabes, George? Cuando algún día note que en serio me deseas y pierdes la cabeza por esto... Quizás podamos. Pero hoy no, estoy cansada.— cerré los ojos simplemente descansando.
—descansa... Oye Amy.
—dime.
—¿Te gusta Leonard?
—George, por favor basta.— pedí con los ojos cerrados.
—es que no dejo de pensar en eso... Aprnas ayer paso, los ví y... Se que no tengo cara para decir algo, lo tengo más que claro, sin embargo quiero saber.— acaricio mi espalda.— quiero saber si estás entre nosotros dos, si tienes preferencia por él o si-
—fue sexo George, sexo de dos personas que querían tenerlo. ¿Me gusta Leonard? De apariencia claro que sí, ¿Estaría en una relación con él? No lo creo, porque los dos amamos a otras personas. Se dió la ocasión, se dió el momento y lo aprovechamos. Me reiteras y más, y si, me acosté con él y lo disfruté, pero no por eso estoy enamorada. Tú qué has tenido sexo con más personas deberías saberlo o entenderlo, así que por favor basta de lanzarme una y otra pregunta y sacar a flote que tuve sexo con Leonard. No te diré quién me gusta más, no te diré detalles, no te diré nada más. Yo no te ando preguntando cosas tan personales de ti y Saray, así que por favor deja de fastidiarme.— lo pedí tan exaltada que abrió los ojos, casi como si quisiera llorar.
—ya.
—perfecto.— sonreí jalandolo a mí pecho.— ahora duerme conmigo.
—me hablaste feo, ya no quiero.— se alejo como si fuera un niño haciendo berrinche, solo faltaba que me diera un ligerp empujón y se cruzará de-... Se cruzó de brazos y miro el techo.— Leonard es un desleal, era mi trabajador y se viene a... Pff.
—¿Y tú con Saray? ¿Uh? ¿Que hicieron?
—nada.— me miró hacia el lado.— fuiste mi último sexo.— acaricio mi cadera.— es curioso el que pensaba siempre en ti, en el fondo sabía que no hacia lo correcto. Cuando no estaba contigo no sentía esa conexión con otra, ni siquiera con Saray, todo se sentía más forzado.
—porque soy la mejor.— jugué riendo acariciando su pecho.
—si... Es que también tú eres la única que deseo.— quería apartar la vista, porque no debía caer tan fácil. Es difícil intentar bloquear sentimientos cuando amas a la persona, más cuando la tienes en tu cama dándote caricias.— no podría desear a otra, nena. Eres tan... Es que tienes todo. Tus ojitos brillantes, tus labios, tus manos y caricias... Eres perfecta.
—nadie lo es.
—bueno, para mí tú eres lo más cercano a la perfección. Te amo Amy, y no voy a descansar hasta que confíes nuevamente y te haga mi esposa.— me acerco a él.— y serás la única que tendrá derecho y poder sobre mi.
—¿Acaso no lo tengo?— acaricié su mandíbula.— eres mío Georgie, nunca has dejado de serlo...
—nunca.
—vuelves a mi y lo harás siempre.— presione nuestros labios.— por eso me encantas, pero odio que hayas estado entre los brazos de otra, así que espero con ansias ver qué harás para recuperarme.
—más de lo que esté a mi alcance, seguro.— juntamos nuestros labios y sonreí. El sentimiento nuevo de esta vez dominar tanto como él me gustaba.
Acaricié su nuca y cerré mis ojos. Extrañaba tanto besarlo en calma, sin tenerle rencor, sin odiarlo... Y se sentía el cielo. Nuestros cuerpos parecían entenderse bien y recordarse aún mejor. Profundice el beso apretando su cabeza a la mía para hacer más presión.
—ya quiero tener esa cena juntos, nena.
—no te hagas tantas ilusiones, George.
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¡Holaaaa! Se que me he demorado en actualizar y lo siento muchísimo :( es que tenía muchos caps, pero estoy cambiando ligeramente la historia, ya que me gustaban los caps, pero no me encantaban.
¿Que opinan de cómo va la historia? Me sirven mucho sus opiniones 🥺
Cuidense y beban agua 💗