Entré a casa revisando si había traído el chocolate y el zumo que me había pedido Avery. Entré al salón buscando entre las dos bolsas.
—¿Trajiste el chocolate?
Asentí dejando la bolsa en la encimera. Un chocolate con galleta en medio, porque la niña no quería otro. Me sonrió desde el sofá. No sé qué me daba más ternura, si Avery mirando las bolsas anhelando el chocolate desde el sofá o que llevara mi sudadera y aún así se le notara la barriga.
Cuando estábamos viendo una película se le antojó el chocolate y un zumo de melocotón y uva; tardé diez minutos en traérselo.
—Aquí tienes.
Besó mi mejilla antes de ponerse a devorar el chocolate. Volví a la encimera para servirle un vaso de zumo. Llevaba seis meses de embarzo, ya me había tragado dramas absurdos desde que iba a dejarla por dramática hasta que no la quería por decir que se le notaba la tripa con mia sudaderas. Al principio era un suicidio, de verdad que sus llantos y enojos constantes por cosas incoherentes me sacaban de quicio; pero no era su culpa. Tampoco me hizo gracia esos vómitos que a veces no llegaban al baño...sobre todo cuando Bam se avanlazaba al charco...
—Alice se va a pasar luego—dijo antes de partir una onza de chocolate.
—Yo iba a salir con Justin, ¿Necesitas algo de mí?
Me senté a su lado mordiendo un cacho del chocolate. Negó con la cabeza sin quitar la sonrisa de su cara.
—Estuve pensando...¿Segura que no quieres saber nada?
—Nada, me gustan las sorpresas.
Miré su abultada tripa, la acaricié curioso; ¡Quería saber si era niña o niño ya! Mi instinto de padre no me dejaba mirar a otro lugar del supermercado al encontrar cosas para niños pequeños; algunos purés tenían buena pinta... Y qué decir de las tiendas, los zapatitos pequeñitos... qué ternura.
—¿A qué hora volverás?
—¿Once?
Asintió jugando con sus manos, sólo hacía eso cuando estaba nerviosa.
—¿Qué ocurre?
—Se me antojó pizza del Telepizza.
AVERY'S POV
Alice y Liv estaban apostando el género de mi bebé; veinte exactamente. Alice estaba segura de que era niña mientras que Liv estaba convencida de que era un niño. Bebí de mi chocolate caliente que me habían traído, y seguí observandolas discutir. Haylie me había llamado para saber cuánto me quedaba de embarazo porque quería conocer el género de las primeras, era un sol. Lo único que echaba de menos era grabar, cuando mi jefe me sugirió darme de baja sentí que me pasaría lo mismo que cuando estaba de vacaciones hacía un año. Pero Jungkook me ayudó a buscar cosas que hacer aún estando embarazada, entre ellas yoga. No era mi punto fuerte, pero podía hacerlo mientras veía una serie y era llevadero. También paseaba a Bam, largos paseos.
—¿Y tú qué quieres que sea?
—¿Yo? Niño—dije abrazándome el estómago.
—¿Y Jungkook?
Él no era muy comunicativo, nunca lo fue. Cosas aparentemente básicas como esa pregunta eran difíciles de saber.
—No lo sé—contesté pensativa.
No me había dado ni un indicio de qué quiere, solo de las ganas que tiene de saber el género. Miré mi móvil cuandi vibró debido a un mensaje. Me sorprendió al ver la foto que mandó Nury. "¿Estabas enterada de esto?" Era un collage en el que salía la misma chica cerca de Jungkook en fiestas o rodajes. Al parecer Harper, mientras miraba las fotos que la empresa de Jungkook le hacía y las fotos de las fiestas se percató de ello. Una chica estaba acosando a mi hombre, y eso no es admisible. Por suerte Jungkook se estaba cambiando de empresa a una que le pagaban mejor y en la que ascendería hasta ser parte de las reuniones de empresa importantes. El problema sería que le sigue acosando fuera de la empresa, y eso es turbio. "¿No es denunciable?" Pregunté preocupada. "Obviamente, pero tiene que hacerlo Jungkook" "Luego hablo con él".
JUNGKOOK'S POV
Una acosadora, lo que me faltaba. Me metí en el coche de Justin, él fue el único que no bebió más que una cerveza. Llevó a todos dejándome el último. A pesar de haber bebido hacía más de una hora mi cabeza seguía algo espesa.
—¿Seguro que lo solucionarás tú?
Esa conversación llevaba vigente desde que nos percatamos de la situación en la fiesta.
—Cuando lo hago yo es más efectivo.
Eso era verdad, completamente. Mi mirada, mi actitud y mis palabras siempre intimidaban. No me había fijado nunca en esa chica, ni siquiera recordaba haberla visto por los lugares de fotos, simplemente resultó existir.
Al llegar a casa, Avery me comentó también lo de la acosadora preocupada. No sabía si fue porque estaba sensible o porque de verdad estaba agobiada por eso, pero se puso a llorar en plena entrada. La levanté llevándola al cuarto como si fuera uns princesa. No quería que se preocupara por mis problemas, por eso trataba de mantenerla alejada de ellos; pero ya había aprendido tras tantos años que ella quería exactamente eso, compartir, ser uno sólo juntando los problemas y los gustos del otro.
—Me voy a ocupar de eso, no te preocupes.
Acaricié su rostro, las lágrimas comenzaban a cesar. Si estando embarazada y aburrida, su mayor preocupación era una acosadora que además de mirarme no hacía nada más, estábamos jodidos.
—Pero-
—Duerme, mañana lo soluciono todo.
Besé su frente y me fui a cambiar rápidamente para dormir con ella, quería sentir su calor.
Pasos firmes, mirada inexpresiva y pensamientos fijos en la búsqueda de la acosadora. No tardé en dar con ella al entrar a la sala acendrada. Las personas iban y venían colocando las luces y preparando al modelo; pero ella estaba llorando parada con un par de hojas. Me acerqué respirando profundamente, debía guardar mi compostura frente a mis trabajores. Levantó su mirada al tenerme delante, noté la tensión en su cuerpo. Solté un rudo: "sígueme" que pareció funcionar pues a paso rápido fue tras de mí hasta el pasillo. Peiné mi cabello azabache hacia atrás evitando su mirada.
—¿Qué obsesión tienes conmigo?
—Y-y-yo... sólo...eres atractivo y-y pues...
—¿Esa es razón para acosarme?
Susurró un "no" casi inaudible mientras su mirada se dirigía al suelo. Bufé, al menos no era una loca.
—Estoy casado y esperando un hijo, así que agradecería que no me acosaras. Por el bien de todos, porque ni te beneficia a tí ni al trabajo y mucho menos a mí. Te lo digo como compañero de trabajo, la próxima vez que sepa de tu mal hábito, será llevado a juzgado y realmente no quiero ir; ¿Entendido?
Asintió lentamente pidiéndome perdón. Fue más fácil de lo que pensé, pude realizar mi trabajo las siguientes semanas sin su mirada ni apareciones en fiestas. Avery también estuvo aliviada; para no estarlo...
—Deberías de dormir y no estar aquí bebiendo—comentó Harper.
Di vueltas a la copa de mi mano. Avery últimamente estaba insoportable, entre lo sensible que estaba y sus antojos, me tenía de mal humor. Antes de acabar en ese bar con Harper había discutido con ella porque al parecer ya no la quería. Simplemente le había dicho que estaba cansado y no quería ver ninguna película ni nada, que me iba a dormir pronto. De esa conversación salió a flote que últimamente no la hacía caso, que salía mucho de casa—obviamente salía a trabajar varias horas—y que no la quería porque no quería hacerme cargo del bebé. El cabreo me obligó a salir de casa para evitar gritar cosas que realmente no sentía o pensaba. Quería muchísimo a Avery, sabía que esa situación era puntual por las hormonas y el embarazo, pero yo necesitaba un respiro.
—Cuando nazca el bebé echarás de menos dormir, Jungkook.
—Si me hubiera quedado allí a lo mejor arruinaba mi matrimonio.
Harper negó bebiendo del vaso. Me señaló antes de regañarme por decir esas cosas. Harper sí sería un buen padre, tenía las cosas claras y una mente abierta. Los mejores consejos me los había dado él, y nunca fallaba. Pero él y Yael no tenían pensado ser padres, les bastaba con pensar en cuidar a mi hijo o hija.
—Vuelve a casa. Tienes una mujer pasando momentos difíciles que cuidar.
—Odio que tengas razón.
Al volver a casa me encontré a Avery en el sofá, hecha bolita comiendo chocolate mientras veía El Rey León. Ni se inmutó cuando cerré la puerta., Estaba sumida en la película. Me arrodillé tapando su visión a la película. Tenía los ojos rojos, no pude sentirme peor.
—Perdóname por irme—suspiré mirando mi mano, mi anillo de bodas—Te quiero con locura, y me duele que lo dudes. Siento no estar mucho en casa y estar cansado tras el trabajo, pero nunca dudes de lo que siento por tí.
Estaba llorando, otra vez. Besé su frente acariciando su cabeza mientras dejaba las lágrimas caer.
—Te queda un mes, ¿Crees que puedes aguantar un poco más?
Asintió lentamente. Yo también podría aguantar sus cambios de humor unas semanas más... Besé su tripa sacándole una sonrisa, se veía preciosa.
Según se acercaba el día me tensaba más, Avery también se preocupaba por los dolores que sentía de vez en cuando. Pero no me esperaba que el momento en que me llamara por romper aguas sería estando yo en el trabajo.
—Mierda, debo irme.
—¿Qué?
El modelo estaba confuso, igual que su representante. Los asistentes de miraron sorprendidos.
—Debo irme—repetí guardando la cámara apresurado—Siento el imprevisto.
—¿No puede cancelar lo que sea que deba hacer? Mi modelo está -
—Mi mujer está dando a luz—le corté serio—Así que no, no puedo cancelarlo.
Me llevé la mochila a la espalda y señalé a uno de los trabajadores que conocía. Le pedí que siguiera él la sesión y salí corriendo del lugar. Llamé a Nury y Harper mientras me montaba en el coche. Mi hermano me sugirió coger aire y relajarme de camino, algo que no pude conseguir. Entré apresurado al hospital y me llevaron a la sala de parto. La persona que había traído a mi chica al hospital era el vecino. Eran una familia de tres, tenían un hijo de uno o dos años. Habíamos hablado relativamente poco, pero no nos llevábamos mal. Avery sí había conversado más con ellos al estar tanto en casa, les pedía algunos ingredientes cuando se sentía cansada para ir a comprar y a veces hablaban en el jardín.
El parto siempre parece más bonito mentalmente, era algo que había que destacar.
—¡Enhorabuena! ¡Es una niña!
Niña...¡Una niña! Salté de la emoción. Miré como se llevaron a nuestra hija, no me creo que sea padre de una niña...
Al salir a dar la noticia me eché a llorar, todos se rieron de mí. Nunca mostraba mis sentimientos, y cuando lo hacía se reían de mí... Haylie no pudo venir, estaba en un rodaje fuera, pero juró venir a visitarla en unos meses. Había ido hasta Pablo, seguía igual de sonriente el cabrón.
—Así que padre—dijo Nury revolviéndome el cabello.
Asentí avergonzado. Él acababa de comprometerse con una chica fabulosa, se llamaba Christine y era algo seria pero divertida, una combinación peculiar.
Era padre...
—Te acordarás de mí—dijo Harper dándome palmaditas en la espalda—Extrañarás dormir.
Harper tenía razón, echaba de menos dormir. Me encontraba actualmente en el sofá de mi salón tratando de calmar a Arian, pensaba que las niñas eran más tranquilas, pero en mi caso, tuve la suerte de tener una niña que lloraba por cualquier sonido. No quería levantar a Avery, por lo que me la llevé al salón.
—Quiéreme un poco, Arian...
Siguió en llanto mientras movía los brazos al ritmo que le gustaba. Fue calmándose poco a poco hasta estar riendo en vez de llorando. Sonreí triunfante y me recosté por completo en el sofá, estaba exhausto. Soplé el rostro de la pequeña Arian haciendo que riera más, era tan alegre y sensible como Avery.
—Ahora a dormir—susurré dirigiéndome a la habitación.
Dejé en su cuna a la niña y mecí a mi hija hasta que se quedó dormida. Me tumbé en la cama quedándome dormido al instante.
AVERY'S POV
Mientras daba de mi pecho a Arian, esperaba a que el aceite se pusiera caliente para hacerle los huevos fritos a Jungkook antes de que se fuera a trabajar. Tarareaba Giants, la canción que sonaba por los altavoces del salón. La pequeña Ari era adorable, una mezcla de Jungkook y yo esplendida. Tenía una nariz redonda y los lunares de Jungkook además de sus ojos ligeramente rasgados.
—Buenos días, linda.
Besó mis labios y la frente de Arian antes de dejar la mochila en el sofá y atarse los zapatos. Tenía unq sesión de fotos en la ciudad de al lado, iba a volver tarde en la noche.
—¿Quieres bacon también?
—Por favor—respondió mirando la pantalla de su móvil.
Di palmaditas en la espalda de Arian esperando a que eructara. Dejé el plato con su desayuno en la mesa frente al sofá. Me senté a su lado hablando de cosas triviales, entre muchas cosas de Loren que vendría en unas semanas a conocer a Arian.
—Dentro de poco vuelves al trabajo.
—Lo extaño bastante—comenté moviendo mis piernas haciendo reír a Arian que botaba sobre ellas.
—¿Te acordarás de agarrar una cámara?
—Muy gracioso Jeon Jungkook.
Sonrió masticando su desayuno. Me parecía asombroso como su rostro se había quedado estancado en los venticinco, ¿Cómo podía verse igual?
—¿Pasa algo?
—Llegarás tarde—solté levantándome con Ari riendo también.
—Hay maneras más dulces de echarme.
—Bam se está comiendo tu desayuno—comenté mirando al perro relamer el plato.
Sonreí, amaba mi vida actualmente.
Me asomé al jardín encontrándome a la vecina Ryuji con su hijo jugando a construir con madera una torre. Los saludé desde mi jardín.
—Buenos días.
Entré a su jardín por una pequeña puerta que mandamos construir para ayudarnos con los niños mutuamente. Me senté con Arian al lado de Max, el chico estaba adorable con el chupete. Hablamos de la pesadilla que era lidiar con ellos en las noches, y es que realmente era un sacrificio.
—¿Qué tal con Jungkook?
—Perfectamente.
Sonreí viendo a Arian tratar de quitar una pieza a Max.
—Parece un sol.
—Lo es. No es muy hablador pero me da lo que necesito, así que todo bien.
Me pasé el día en la casa de Ryuji, su marido había ido a un viaje de trabajo y no volvía en un par de días por lo que la estaba haciendo compañía. Su casa era menos moderna que la mía, más acogedora. Ellos se mudaron antes que nosotros, nos vieron literalmente volver de la boda e irnos de luna de miel. No hablamos mucho hasta ahora.
—Jungkook sólo aguanta a Bam, no le gusta tanta responsabilidad.
—Pues mi marido odia los perros, por eso estoy tratando de convencerlo para un gato. Necesito un animalito para ser feliz por completo.
Sonreí dándole del pecho a Ari. Entendía su punto, yo también quise con todo mi alma el tener un animal y gracias a Dios tuve a Bam.
En la noche, mientras veíamos una película sonó mi teléfono, era Jungkook. Acababa de llegar, le dije que estaba viendo una película con la vecina. Simplemente me dijo que no tuviera prisa en volver, él iba a recoger la habitación y a terminar algo del trabajo. Le pregunté si podía pasarse a por Ari, y no dudó en llevarse a la pequeña a casa. Era un sol de hombre.
Pasado un año conseguimos convencer a mi padre para que cuidara una semana a su nieta para dejarnos tiempo para nosotros. Echaba de menos las citas y las peleas de almohadas en la noche por quitarnos las sábanas mutuamente.
—Paz—comentó sentándose en el sofá.
Yo tenía otras intenciones, más que relajarme sentada en el sofá prefería saltar sobre mi hombre hasta saciarme. Me senté sobre él rodeando su cuello.
—Ahora sí nos entendemos—susurró al levantarme la falda y sentir mis besos bajar por su cuello.
Gimió cuando mordí cerca de su mandíbula. No tardé ni un minuto en desnudarme, estaba realmente necesitada. Sus grandes manos pasaron por mis curvas, estaban frías.
—Sobre la mesa.
Miré la mesa de madera frente al sofá, era baja, pero nos serviría. Me tumbé sobre esta abriendo las piernas para Jungkook. Besó lentamente el interior de mis muslos hasta adentrar uno de sus dedos dentro de mí y estimular con su boca mi clítoris. No pude contener ningún sonido, llevaba sin exoerimentar ese placer casi un año y medio. Enredé mis dedos en la cabellera de Jungkook. No tardó en adentrar dos de sus dedos, incluso tres. Perdí completamente la razón durante el segundo orgasmo, dos tan sólo provocado por sus dedos. Se sentó en el suelo relamiéndose los labios, dio dos golpes al sofá en el que su cabeza estaba recostado. Guió mis rodillas a cada lado de su cabeza, me tensé al comprender lo que me esperaba.
—Ahora baja, y ni se te ocurra alejarte.
Tragué en seco abriendo más las piernas y bajando hacia su rostro. Lo siguiente que vino fue otro orgasmo más por su lengua. Estaba muerta apoyando la cabeza contra el respaldo del sofá. Jungkook reía comentando que había perdido práctica, y tenía razón. Me azotó la nalga derecha y me mandó levantar el culo. Me pegó contra el respaldo y levantó mi trasero a su disposición, no tardó en penetrarme desde atrás.
—¡Joder!
Escuché su risa, a mí no me la estaba haciendo. Llevaba mucho sin sentir eso, fue demasiado brusco. Comenzó a besar mi espalda antes de moverse lentamente, algo poco propio de él. Eran profundas y lentas, justo lo que necesitaba en esos momentos. El que estaba hecho un mar de gemidos esta vez no era yo, era Jungkook. Ese ritmo era una tortura para él, pero lo hacía por mí. Le pedí cambiar de posición, acabó levantándome del suelo y el sofá llevándome a la encimera de la cocina. Besó mis labios antes de adentrarse dentro de mí a un movimiento más dinámico.
Así nos pasamos la semana entera. En cada rincón, de todas las posiciones posibles. Incluso fuimos al cine y al zoo, lugares donde acabamos también teniendo relaciones. Parecíamos adolescentes.
JUNGKOOK'S POV
Estaba esperando a que apareciera la pequeña Ari para llevarla a la guardería, tenía ya dos años.
—Ari, pequeña, llegaré tarde...
La pequeña bajó con su mochilita con colores y hojas. Venía vestida de azul cielo y con una coleta.
—Mamá etá rara.
Me agaché a su altura preguntando por qué decía eso. Al parecer estaba en el baño maldiciendo, algo poco común de ella. Subí a mis brazos a Ari y fui a ver qué le pasaba a mi mujer. Toqué la puerta antes de que abriera encontrándome a Avery con un test en su mano.
—¿Otro?
—Otro.
Bufé mirando a la pequeña Ari, tenía el ceño fruncido.
—Vas a tener uns hermanita o hermanito.
Su sonrisa se ensanchó mientras que Avery y yo lamentábamos la noticia, habíamos comenzado a dormir de forma decente hacía poco y ya íbamos a estar en vela de nuevo.
—Te quiero mucho Avery.
—Yo también Jungkook, pero al parecer no estaba engordando...llevo dos meses.
Dos meses...eso fue el finde en la playa. El día en que follamos en la playa entre rocas, una experiencia arriesgada y que no íbamos a repetir.
—¡No me jodas!
—¡Papá! Esa boca.