POV Casey
ODIARÍA VERSE EN EL ESPEJO, viéndose tan vulnerable y rota. Sólo Merlina podía llegar a afectarla de esa manera tan profunda.
Quería alejarse de todos y escapar, a un lugar lejano donde nadie la conozca, donde nadie sepa de su pasado. Pero no puede, se prometió a sí misma que no lo volvería a hacer, ahora solo le queda una cosa por hacer y es enfrentar sus problemas, problemas que tienen nombre y apellido.
Cuando despierta, tiene el cuerpo y la mente entumecidos y solo se le ocurre una solución inmediata; se levanta de la cama con el amanecer. Y como casi todas las mañanas camina tranquilamente por el bosque detrás de la academia. Lo hace con las manos en los bolsillos de una sudadera de color beige. Ella siempre tiene las manos frías y es la única manera que encuentra para calentarlas.
El paisaje es agradable. La niebla se mezcla con la hierba mojada del bosque creando una vista nítida e infernal. Se acuesta de espaldas sobre el césped húmedo por la lluvia de la noche anterior y deja que el frío se apodere de su cuerpo. Al cabo de lo que parecen ser horas se obliga a sí misma a incorporarse y a levantarse del lugar. Ahora el cielo ha adquirido un tono azul celeste, y los árboles en tonalidades verdes se mueven con la suave brisa mañanera.
Al llegar a su cuarto se topó con su mejor amigo Ajax, el cual se encontraba esperándola para poder ir a clases. Se dejó caer en su cama sintiéndose pesada y cansada.
—Te sientes bien? —pregunto el Gorgona sentándose al lado de su amiga para acariciar su cabello— ¿Qué pasó ahora?
—Me siento culpable— Suspiró cansada —Quiero arreglar las cosas con Merlina, pero desde que llegó aquí solo la he tratado mal.
—Quizás aún no es el momento de arreglar las cosas—Intentó razonar el joven— O tal vez necesitas un empujón para hablar con ella.
Asintió no muy convencida
—Yo te ayudaré, aprovechando que esta semana es el festival—Dijo su amigo—Puedes intentar acercarte y hablar con ella.
Antes de poder contestar a la propuesta de su amigo la puerta de la habitación se abrió, revelando a la directora Weems.
—Vamos Casey, el día de hoy tienes una salida gratis, me acompañarás a Jericó— Les sonrió a los jóvenes y salió de la habitación. La joven se despidió de su amigo con la mano, tomó su mochila y salió de su ático en dirección al auto de la directora.
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YA EN EL AUTO, se dispuso a sentarse en el asiento del copiloto, giro su cabeza y le preguntó a la directora:
—¿Estamos esperando a alguien más?
—Sí, Merlina Addams nos acompañará— Carajo, porque todo tenía que ver con la joven pelinegra.
Asintió y se dispuso a mirar por la ventana. Unos minutos después Merlina entra al coche. Weems arranca el auto y el viaje es silencioso. Al llegar al pueblo, la chica Addams se dirige al consultorio de la Dr. Kinbott. Mientras que la castaña se baja del vehículo y camina en dirección a la Cafetería.
Se sienta en una mesa cerca al mostrador, saluda al joven Galpin, el cual se le acerca con un café helado y le regala una sonrisa. La castaña le agradece y toma su café mientras observa a su alrededor.
Unos minutos más tarde, suena la campana de la puerta, por lo que la joven se voltea en dirección al sonido y se encuentra con la mirada de la joven Addams.
—¿Necesitas algo Merlina?
—Yo necesito conseguir un taxi— dijo de forma esquiva —¡Ahora!
Suspiró suavemente, era demasiado claro para Casey que Merlina quería escapar de ese lugar. No deseaba que la chica que amaba se fuera, pero tampoco podía detenerla pues sabia lo terca que era.
—Creo que Tyler puede ayudarte con eso—Casey sonrió— ¡Oye Tyler! —Tyler rápidamente se acerca a la mesa, siempre era muy considerado— Mi amiga necesita algo de ayuda.
—No soy tu amiga...—Pronunció Merlina de forma venenosa— Quiero un cuádruple con hielo..., es una emergencia— Tyler la miró y no pronunció ninguna palabra— Son cuatro shots de expreso.
—Se lo que es un cuádruple, pero la máquina de expreso está fallando, solo tenemos café de jarra— Señaló en dirección al mostrador.
—Eso es para los que se odian y saben que su vida no tiene propósito— Le dijo la pelinegra a Tyler, la castaña no puedo evitar soltar una risa.
—Oh y necesito un taxi— dijo dándole una mirada al joven lobo antes de girarse a mirar al chico.
—Aquí en Jericó no hay taxis—Tyler miro a la castaña— ¿y qué tal un Uber?
—No tengo teléfono, me niego a ser esclava de la tecnología— Casey sonrió— ¿Hay trenes?
—La estación más cercana es Burlington, está a media hora de aquí— dijo a la de negro
—¿Cómo lo sabes? —preguntó la pelinegra, la cual solo se encogió de hombros— Perfecto, llévame— Le dijo a Tyler.
—Salgo dentro de una hora— dijo el joven, en eso Merlina saco un rollo de billetes. Casey solo se dispuso a agachar la cabeza y sonreír— O te esperas o no te llevaré Addams, no soy fácil de sobornar.
Posterior a eso, la pelinegra se sienta frente a ella. Solo se limita a mirarla, y no puede aguantar las ganas de hablarle.
—Necesito hablar contigo.
—Y yo no tengo nada que hablar contigo— Dijo con desprecio.
—Merlina, por favor— Le agarra la mano a la otra joven— Solo quiero arreglar las cosas contigo.
En ese momento Merlina se levantó velozmente de su asiento, golpeando con su puño la mesa. Logrando llamar la atención de algunos en la cafetería.
—¿Arreglar las cosas? ¿Después de que me dejaste sin siquiera decir adiós? — Prácticamente gritó— Porque crees que de repente te dejaré volver a mi vida? Vete a la mierda Casey.
Antes de siquiera dejarla contestar, entró el oficial Galpin, padre de Tyler, quien miro a las jóvenes de forma seria, así que por inercia tomó a Merlina de la mano y caminó hacia la puerta, con la joven intentando zafarse de su agarre.
—Me disculpo oficial, debió escaparse—dijo la directora quien acababa de entrar— Señorita Addams, Señorita Morningstar, es hora de irnos.
Salieron del local, no sin antes escuchar la acusación del sheriff al padre de Merlina. En el auto la directora increpa a la pelinegra porque en su primer día ya se estaba metiendo en problemas. Más adelante se encontraron con un accidente.
—Ojalá el conductor se encuentre bien— Dijo la directora mientras se asomaba por la ventana.
—Murió, se rompió el cuello— Comentó la chica Addams, la castaña solo se limitó a rodar los ojos e ignorar el comentario.
—¿Cómo sabe que eso paso? —Le preguntó la directora, pregunta a la cual Merlina no respondió.
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YA ERA DE NOCHE, y aunque desde que llegaron había intentado acercase a Merlina la chica se lo impedía. La ignoraba de forma olímpica, así que se rindió y fue a su ático, donde encontró a Ajax dormido en el sofá.