Me Enamoré De Un Criminal

By FujoCushiBellamore

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¿Alguna vez te has preguntado la razón de tu mala suerte para que todos se cuestionen el porqué te gusta hace... More

Prólogo
Capitulo 1: ¿Por qué me persigue la desgracia?
Capitulo 2: Consecuencias
Capitulo 3: Stalker
Capitulo 4: Decisión
Capitulo 5: Venganza
Capitulo 6: El Zorro de la lujuria
Capitulo 7: El reencuentro (1/2)
Capitulo 8: El reencuentro (2/2)
Capitulo 10: Insaciable (1/2)
Capitulo 11: Insaciable (2/2)
Capitulo 12: La Bella y la Bestia (1/2)
Capitulo 13: La Bella y la Bestia (2/2)
Capitulo 14: Celos
Capitulo 15: Confesión

Capitulo 9: La bestia se ha despertado

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By FujoCushiBellamore

⚠️Advertencia: Contenido y lenguaje explícito/lascivo +🔞⚠️

Hanguang-Jun tenía entre sus manos el tesoro más valioso que se pudo haber encontrado en toda su vida, y que finalmente se volvería lo más sagrado para él. El contacto visual que ambos hacían destellaba un calor ardiente; una sensación que clamaba su lugar en la eterna llama de la pasión, aún si todo el mundo susurraba a su alrededor pensando que se trataba de el inicio de un conflicto, ambos lo ignoraban para no salirse de su mundo. Para ellos, no había nadie más que el otro. Es como cuando miras al cielo, hay millones de estrellas, pero solo una llama tu corazón, al son de una melodía suave y tierna.

A lo lejos, desde la barra del bar, una pequeña doncella estaba lista para atacar. Apretando fuertemente su látigo apuntaba a aquel hombre que sostenía el rostro de su preciado hermano, sus movimientos no denotaban buenas intenciones.

«¿Qué es lo que le está diciendo? ¿Acaso le está amenazando para que regrese con él? A-Xian es tan inocente y bueno que seguro creerá en sus mentiras de nuevo y lo perdonará...»

Ya había tenido suficiente de ese show ridículo.

Puso un pie sobre la barra del bar con la intención de saltar por encima de esta, y en seguida sintió una mano en su hombro que la hizo detenerse de nuevo. Sus suaves palabras la hicieron tranquilizar.

- Yo me haré cargo, A-Li.

Era Jiang Cheng.

Aún si sabía que su hermana era lo suficientemente fuerte cómo para enfrentarse a cualquier mal cliente, no quería que resultara herida en lo más mínimo en este tipo de conflictos. Y menos si era contra un hombre que medía el doble que ella.

- Déjame ayudar-

- No, A-Li. Ve a tu habitación y descansa. Hoy yo me haré cargo del bar y de lidiar con los problemas en los que se mete Wei Wuxian.

El pelinegro caminó a paso rápido entre la multitud hasta donde se encontraban ambos jóvenes, y sorpresivamente con fuerza agarró la muñeca de Hanguang-Jun para apartarlo del rostro de Wei Ying.

- Ya es suficiente, ¿no crees? - habló con voz autoritaria viéndolo directamente a los ojos para intimidar - Déjalo tranquilo, no lo molestes o tendrás verdaderos problemas conmigo.

- A-Cheng... - balbuceó Wei Ying al ver a su hermano en esa postura ¡Defendiéndolo!

Simplemente no lo podía creer.

¡¿Quién era este ser extraño que había suplantado a su hermano?!

WangJi ante esto retiró su mano del agarre del menor y acomodó su traje mostrando una actitud digna. La prepotencia mal interpretada se podía sentir en el aire, como una ligera brisa con un aroma a sándalo. - No le estoy haciendo nada, ¿o sí?

- ¿No? - soltó una risa cargada de malestar - Lo estás tocando. Te estás pasando de la raya con él, si no quiere verte entonces lárgate de mi bar.

Estas palabras fueron un duro golpe para Lan WangJi ¿Wei Ying no quería verlo? ¿Por qué? ¿Lo asustó aquel día que se encontraron por primera vez? ¿Quizás... Se dió cuenta que estaba viendo sus fotos y se disgustó? Ahora el enojo moderado del Lan había sido reemplazado por una profunda incertidumbre.

Tan débil, tan frágil ¿En qué lo había convertido el amor? Nada bueno por lo visto, pues con vanas palabras el hombre frente a él lo desarmó por breves momentos.

Debía arreglar ese mal entendido de alguna manera, aún si sus habilidades sociales no eran las mejores, debía darle un fin a eso. Era ahí donde renegaba en contra su propia juventud, pues de haber socializado más esto no estaría pasando.

- Solo estábamos conversando - dijo serenamente el chico de ojos dorados. Su apellido no estaba por adorno y nada más, sin necesidad de ir más allá, recobró la compostura - No tengo malas intenciones. - una mirada desdeñosa fue lanzada al menor.

- Él no quiere conversar contigo, y mucho menos volver contigo - Jiang Cheng se puso en frente de Wei Ying para impedir cualquier acercamiento de aquel tipo - No permitiré que juegues nuevamente con mi hermano.

- ¿Jugar con él?

Wei Ying, que seguía con la boca abierta siendo el espectador, reaccionó al darse cuenta del por qué el accionar de su hermano era tan bestial.

¡Él creía que Hanguang-Jun era su ex!

»Seguramente Shijie lo vió y dedujo que era él por la descripción que le di, sin duda es muy astuta. Pero... ¡Hanguang-Jun va a matarme si se entera que usé su nombre para algo así!« pensó Wei Ying entrando ya en pánico. Los pensamientos del joven se movían a mil por hora, craneando miles de soluciones al problema actual.

Tosió fuerte para capturar la atención de ellos antes de que comiencen una pelea, y dijo - A-Cheng, tranquilízate. No es lo que piensas.

- Te estaba amenazando, ¿no? Ví claramente cómo te tenía agarrado. Voy a romperle las piernas si es que-

- ¿Ah? No, no - lo interrumpió - Él no me estaba amenazando, solo estábamos hablando de... - miró hacía un lado - Mi deuda.

Jiang Cheng elevó una ceja y respondió burlescamente - ¿Qué tiene que ver él sobre la deuda que tienes? ¿Acaso piensa pagarlo?

- No es-

- Efectivamente - interrumpió Hanguang-Jun antes de que Wei Ying pudiera terminar de responder, captando la atención de ambos chicos que lo miraron sorprendidos. Y entonces, volvió a mostrar los fajos de dinero que traía en su mano - Estoy dispuesto a cubrir toda su deuda ahora mismo. A cambio... Solo quiero estar a solas con él - ahora la mirada desdeñosa del joven maestro era reemplazada por una insistente dirigida al joven de dicha deuda.

Wei Wuxian se quedó mudo ante está revelación.

Los ojos de Jiang Cheng brillaron al ver tal exquisito botín frente a él, que sin duda era muchísimo más de lo que tenían en deuda, y se le olvidó absolutamente todo. Del por qué estaba enojado, del por qué había sido tan faltoso con este buen hombre tan caritativo y piadoso de pulcro aspecto, y sin dudarlo más tomó todo lo que le ofrecían sin miramientos.

- ¡¡Por supuesto, acepto!!

- ¡¿QUÉÉÉÉ?! - preguntó Wei Ying, confundido por el cambio tan radical que tuvo la actitud de su hermano.

- Cómo el manager de Wei Wuxian les reservé una habitación en el segundo piso - mintió tranquilamente mientras contaba el dinero que ya traía en sus manos - Es zona exclusiva, porque es la habitación del endeudado en cuestión. Es la que está al final del pasillo de puerta roja, al costado está la mía pero está vacía así que nadie los molestará.

- ¡¡ESPERA!! ¡¡NO TE APROVECHES DE MI BELLEZA!! ¡¿NO SE SUPONE QUE ME ESTABAS DEFENDIENDO?!

- ¿Defendiendo? ¿Yo? - Jiang Cheng le mostró una sonrisa malévola mientras que detrás de él Wei Ying podía ver con claridad cómo salía llamas de fuego ardiente que lo rodeaban, cómo si estuviera parado en el mismísimo infierno y él fuera dueño de ese lugar. ¡Era terrorífico!

Hanguang-Jun al tener la aprobación del hermano de Wei Ying, no lo cuestionó más. ¿Quién era él para juzgar la relación de ambos hermanos? Se acercó nuevamente ante el castaño y lo tomó entre sus brazos para cargarlo sobre su hombro. Agarró con fuerza sus piernas y unos centímetros de su trasero para que no se cayera, mientras que la parte superior de Wei Wuxian estaba colgando sobre la espalda de Lan WangJi.

- ¡¿Qué haces?!

- Fuiste tú quien dijo que tuviéramos un duelo a solas mañana, y ya es mañana.

- ¡¡Eso lo dije hoy a media noche!!

- Para mí empieza a partir de la 1 a.m. el "mañana".

Lo estuviera diciendo en broma o no, Wei Wuxian estaba más que jodido.

- ¡¡¡A-Cheng, ayúdame!!! ¡¡¡Él va a comerme vivo!!! - aún si sus gritos eran muy escandalosos su pedido de auxilio fue ignorado por su hermano, y Lan Zhan seguía avanzando entre la multitud que los miraba conmocionados, alejándose así poco a poco de ahí - ¡¡¡Jiang Cheng, te juro que voy a sobrevivir a esto y te voy a acusar con mi Shijie!!!

Ambas siluetas se desvanecieron de ahí.

Jiang Cheng sopló su fleco que le estaba cubriendo la vista y susurró irritado - Pff... que te golpeen un poco no te va a matar. Mientras no te deje inválido no hay problema...

Sí, "golpear"

Jiang Cheng no lo sabía, y Wei Ying mucho menos, pero es que ese "Él va a comerme vivo" no significaba "la muerte".

Oh, por supuesto que no que significaba eso.

Estaba muy alejado de la lasciva realidad.

Para llegar a la habitación de Wei Wuxian solo tenían que subir la escalera que conectaba con el segundo piso y atravesar todo el oscuro pasillo.

En el camino Wei Ying había dejado de protestar y solo pensaba en algún plan para poder escapar de esa situación sin romperse las piernas en el proceso. Sabía que Hanguang-Jun lo estaba llevando a un lugar alejado de todos para poder golpearlo como se le plazca, y no quería que su atractivo rostro fuera dañado por alguien más que no fuera por sus propias estupideces.

Hanguang-Jun era muy callado, no había dicho ni una sola palabra desde que se alejaron del lugar. Medía minuciosamente cada movimiento que realizaba. Abrió la puerta de la habitación y sin más ingresó. Aún si no emitía sonido alguno, Lan WangJi estaba muy emocionado. Lo que había estado viendo por fotos al fin lo tenía frente suyo, era tan surrealista. La habitación roja que fue amueblado por objetos que variaban entre el rojo y negro que daban un ambiente apasionante para quién lo viera. Que abrasador.

Bajó con delicadeza a Wei Ying y cerró la puerta con seguro, así nadie los interrumpiría. Sorprendentemente, la habitación estaba ordenada en su totalidad. ¿Acaso Jiang Cheng ya había pensado en subastarlo esa noche y por eso limpió todo su desorden?

Sea cual sea la situación, el castaño se sentía aliviado por eso. Aún así, ya veía su vida pasar ante sus ojos por lo irreal que era la situación de estar encerrado entre cuatro paredes con la salida bloqueada y siendo prisionero del mafioso más temido de todos los clanes.

- Hanguang-Jun... ¿Qué planeas hacer conmigo?

WangJi volteó a mirarlo y analizó cada centímetro de aquel chico, que desde su perspectiva era tan provocador sin esforzarse.
Debía admitirlo, ese traje negro ajustado que llevaba puesto lo estaba volviendo loco por lo bien que remarcaba su miembro y su trasero, sin mencionar sus pechos que incitaban ganas de recostar tu cabeza en ellos. Quería arrancarle ese traje ahora mismo y dejar expuesto su precioso cuerpo al desnudo por completo.

Se acercó a un sillón rojo que estaba cerca de la cama de Wei Ying y se sentó para calmar su mente caliente. De su bolsillo sacó un cigarrillo y lo encendió para proceder a fumarlo. Se sentía igual de nervioso que la primera vez que usó un arma para asesinar a alguien sin práctica alguna, pero no iba a demostrar su lado más débil.

Wei Ying, aún estando atrapado no se iba a quedar callado - Hanguang-Jun, tú... Por primera vez no sabes lo que haces.

- ¿Mmh?

- Lo que escuchaste. No sabes lo que estás haciendo, Hanguang-Jun. Eso es patético.

WangJi frunció el ceño ante ese comentario fuera de lugar, y sólo atinó a responder de manera déspota - Arrodíllate.

- ¿Eh? ¿Vas a ignorar lo que te digo?

- Arrodíllate y piensa bien lo que dirás.

Wei Ying no lo cuestionó porque quería saber hasta dónde llegaría, solo se dejó caer sobre el suelo y gateó hasta estar a los pies de Hanguang-Jun. Está presentación hizo alterar al pelinegro de una manera exorbitante al tener a Wuxian entre sus piernas arrodillado y mirándolo fijamente desde abajo en un rol de "sumiso".

- A lo que me refiero es que de tantos lugares en los que pudiste atraparme, lo hiciste justo en un lugar dónde estoy rodeado de gente que me conoce y que vendrán a buscarme cuando se den cuenta que no estoy. Eso es muy descuidado de tu parte, Hanguang-Jun.

- ¿Descuidado?

- Según tengo entendido, tú eres muy analítico con todos tus movimientos. ¡Hasta para ir al baño dicen! - dijo algo sorprendido mostrando sus pequeños dientes de conejo y sus ojos brillantes - Y este plan tuyo.. no fue planeado con anterioridad, ¿verdad? Todo parece improvisado, nada típico de ti. Si hiciera un escándalo en este momento estarías rodeado de armas apuntando tu cabeza y un látigo rodeando tu cuello hasta asfixiarte.

- ...

Y sí, su Shijie sería capaz de matar por él con su Zidian. Wei Ying podría aparentar ser estúpido, pero en realidad era muy inteligente y observador cuando le convenía. No es que lo estuviera amenazando de verdad, pero tenía que salvar su trasero de alguna manera.

- Dime... ¿Entonces qué hacías aquí? De Gusu a Yunmeng está muy lejos, no creo que sea solo para beber un poco.. ¿Acaso te enamoraste de alguien de aquí?

- ... No - mintió. «Quería volver a verte». Su corazón era anhelante a que esas palabras fueran liberadas.

- ¿O... Has venido a ajustar cuentas con alguien?

- No, nada de eso.

Por supuesto que no iba a confesarle que acababa de asesinar a alguien horas antes. No quería causar esa impresión en él, una mucho peor de la que ya estaba aparentando.

- ¿Entonces acaso mi familia te debe algo? Nosotros ya no somos un "Clan" como tal, nos deslindamos de esa vida hace mucho, solo somos una gran familia de numerosos miembros ahora - sonrió. Tomó aire y engrosó su voz - Si es por nuestro problema y querías cobrarlo con ellos, déjame decirte que ellos no me enviaron ese día-

- No insistas con eso. Ya te lo dije, no quiero hacerte daño.

- ¡¿Entonces para qué me trajiste hasta aquí si no es para vengarte?!

Hanguang-Jun suspiró, acercó su mano a su bolsillo trasero y de ahí sacó un arma. Wei Ying sintió un escalofrío recorrer su cuerpo ¡¿Lo había provocado tanto que quería matarlo ya?!

Wei Ying cerró los ojos esperando su fin. Si iba a morir, al menos que sea en las manos de un hombre sexy que le gustaba tanto.

Pero, para su sorpresa, ese no fue el caso.

Lan WangJi acercó el arma en su dirección sin ninguna mala intención de por medio, y le dijo con total sinceridad - Quería devolverte tu arma.

Por un momento, al abrir los ojos, Wei Wuxian sintió que la habitación se iluminaba y una pequeña sonrisa se dibujó en el rostro imperturbable de Hanguang-Jun. No sabía si estaba alucinando o es que ya había muerto de un disparo en la cabeza y estaba en el limbo esperando su sentencia eterna. Pero sea cuál sea el caso, no quería salir de esa realidad tan hermosa.

Lentamente elevó sus brazos para tomar entre sus manos su arma. La apreció por unos breves instantes y la abrazó como si se tratara de un viejo amigo al que no había visto hace años.

- ¡¡Ahhh mi querida arma!! ¡¡Mi culito y yo te extrañamos tanto!! ¡Pensé que no te volvería a ver-!... - se detuvo abruptamente al darse cuenta de lo que había dicho en voz alta frente a Hanguang-Jun.

Uno de sus secretos más íntimos y desvergonzados había sido revelado por su emoción incontenible por ver su artefacto de placer favorito entre sus manos nuevamente.

Y por otro lado, Lan WangJi entendió que ese olor peculiar que tenía esa arma no era por lo que estuvo guardada tanto tiempo en su maleta, sino por dónde estuvo guardada antes de llegar ahí.

¿Pero quién era él para juzgar lo qué otros hacían con sus traseros?

Wei Wuxian se veía encantador cuando sonreía, Lan WangJi no podía apartar la mirada de él. Incluso cuando este se levantó en dirección a la puerta en puntillas para escapar, seguía cada uno de sus movimientos cautivado.

Espera un segundo.

¿Wei Ying estaba intentando escapar?

- ¡Bueno Hanguang-Jun! ¡Si esta fue tu obra de caridad de los sábados, entonces nos vemos! ¡Te recordaré como un hombre caritativo y te haré un santuario en el bar!

- Tenemos una deuda ahora - dijo sin vacilar, haciendo que Wei Ying se detenga en el acto ya apunto de tomar la perilla de la puerta.

Giró en su dirección lentamente y sonrió con cierto nerviosismo mientras algunas gotas de sudor bajaban por su frente. Sentía que hasta su culo estaba temblando por lo nervioso que estaba al haber tenido la audacia de querer escapar del gran Hanguang-Jun.

- Básicamente la deuda la tienes con Jiang Cheng, a él deberías de cobrarle... - la expresión de WangJi cambió a una de terror de nuevo - ... ¡Pero cómo buen y bien portado hermano mayor lo pagaré yo! - rio nervioso - Sólo que con mi sueldo de mesero no me alcanza para pagarte todo de una sola vez...

- ¿Mesero?

Oh mierda. Otra vez, su gran boca no estaba colaborando.

- Quizás... Te mentí un poquito sobre mi profesión... Solo un poquito... - hizo un pequeño gesto con sus dedos - Hoy era mi primer día trabajando de stripper... no es que estuviera tanto tiempo haciéndolo... ¡Pero lo bueno es que ganaré mucho más por eso!

En realidad, Hanguang-Jun ya lo sabía, había escuchado la conversación de los hermanos del castaño sobre eso antes de entrar al bar, solo quería indagar más a profundidad para ver si algo de esa información le funcionaria de aquí a más adelante.

- ¿Te están obligando a hacerlo? - preguntó serio pero con algo de preocupación en su voz.

- ¿Eh? ¡Por supuesto que no! ¡En realidad me encanta! Es algo que quería hacer desde hace mucho tiempo, solo que aún era menor de edad - se apuntó a sí mismo con el pulgar orgulloso - ¡Además quiero demostrarle a mi hermano menor que este inútil no es tan inútil cómo parece!

- No te califiques así.

- ¿Mmh?

- No deberías llamarte inútil.

- Oh... - su corazón se agitó por la respuesta inesperada de Hanguang-Jun, parecía que de nuevo lo estaba queriendo aconsejar. Desvió la mirada para poder calmarse - Bueno, mi hermano me llama así solo porque no logré ingresar a una universidad terminando la secundaria como él o mi hermana... ¡Pero se me dan mejor otras cosas!

- No todos destacamos en lo mismo.

- ¡Exacto! Y yo... Bueno, solo quería que se sintiera orgulloso de tenerme como su hermano mayor... Ya lo he decepcionado tanto últimamente que... - suspiró y se guardó lo último que iba a decir. ¿Por qué debía hablar de esas cosas con un "desconocido"? Acomodó su fleco y regresó su mirada hacia WangJi - Si me esperas a fin de mes... Trabajaré el doble y dejaré de comer una semana, así te podría pagar la mitad, y el próximo mes la otra mitad. Sólo ténme paciencia, ¿bien? ¡Y no tendrás que volver a verme en tu vida!

- Yo no quiero que me pagues con dinero.

»Y mucho menos no volver a verte« pensó. Hanguang-Jun se acomodó en el sillón y retiró el cigarrillo de su boca, aún tenía algo por decir. Su mirada se tornó glacial por un pequeño fragmento de tiempo.

- ¿Eh? ¿No?

- No te estoy cobrando intereses, ¿qué sentido tendría?

- Oh, bueno... Tiene sentido, eso de las finanzas no se me dan bien - se rascó la punta de la nariz confundido. No mentía, no le tomaba interés al tema monetario, llegando a ser irresponsable, cuando tenía dinero lo gastaba hasta quedarse sin ningún centavo sin pensarlo mucho - ¿Entonces por qué me ayudas si no vas a ganar nada?

Lan Zhan no respondió a esto, él tenía sus razones para querer ayudarlo. Se giró un poco y sacó un pequeño papel que traía escondido en el bolsillo de su traje, y discretamente empezó a leerlo.

«¿En qué paso me quedé... ?» susurró para sí mismo. En sus manos traía una pequeña guía: "Pasos para invitar a salir a alguien"

"1. Busca una excusa para ir a verle sin parecer sospechoso" ✓

Usó el tema de querer devolverle su arma, pero ahora involucró el tema de la deuda y Wei Ying piensa que lo quiere extorsionar.×

"2. Intenta hablarle a solas para una mejor comunicación (nada de decir "Mmh" ni "Ridículo")"√

Wei Ying piensa que Hanguang-Jun quiere reiniciarle la vida a golpes como venganza y que por eso lo llevó ahí×

"3. Menciona lugares interesantes y dile que pueden ir juntos"√

Hanguang-Jun nunca sale de su habitación, ¿cómo podría saber alguno?×

"4. Y lo más importante.. ¡Sonríe y deja de ser un espanta viej@s!"√

Nació con ese don, es inevitable×

"Psdt: Lo saqué de una revista, nunca me ha funcionado pero capaz a ti sí. ¡Suerte hermanito!"

«¡¿Esto aplica si es un hombre revoltoso?!» se cuestionó en silencio «Parece que hice algo mal.. ¿Sonreí?»

Hanguang-Jun había ido con un solo propósito.

Así es, invitar a salir a Wei Ying.

Solo tenía una misión, y aún con instrucciones por primera vez había fallado devastadoramente. Cada punto lo había hecho fatal, y no había vuelta atrás para remediarlo.

¡Qué difícil es ser un joven enamorado primerizo! Este era un claro ejemplo que algún día le contaría a Wei WuXian, pues él no era diestro en dicho campo.

Wei Ying lo miraba desde atrás con un gran signo de interrogación en su cabeza por la extraña actitud de Lan WangJi, que seguía metido en su mundo. Parecía que estaba peleando consigo mismo.

A Wei Ying se le encendió el corazón y se le ocurrió una juguetona idea para salirse con la suya al ver en ese estado tan "indefenso" en el que se encontraba el pelinegro.

Tenía muchísimas ganas de molestarlo, y por supuesto que no se quedaría de brazos cruzados aún si sabía que se encontraba en peligro.

»El que le tema a morir que no nazca«

Spoiler: no se salió con la suya.
Spoiler 2: sí, hará el mayor ridículo de su vida.
Spoiler 3: bueno no es spoiler, todos sabemos que está chiquito y pendejo.

- Hanguang-Jun - lo llamó sin esa energía que lo caracterizaba - Ya entendí a qué te refieres.

WangJi volteó a verlo confundido.

- ¿Mmh?

- ¿Quieres que te pague de "esa manera", verdad? - dijo seriamente.

- ¿A qué-?

- Shhhhh - lo interrumpió cubriendo sus labios con su dedo para silenciarlo y se acercó hasta estar a centímetros de él - Lo entendí perfectamente, no soy estúpido. ¿Sino por cuál otra razón ayudarías a alguien que recién conoces? ¿Solo para tener una excusa para estar cerca de él e invitarlo a salir? Lo dudo mucho viniendo de ti.

Lan WangJi estaba estupefacto ante las palabras del menor. Por lo que había investigado, se suponía que el joven Wei era despabilado, pero esto...

Wei Wuxian se estaba aguantando la risa por dentro al ver su reacción. Al fin estaba mostrando expresividad alguna en ese rostro tieso que tenía.

El castaño se acercó a su pequeño armario que tenía junto a su espejo, y retiró de ahí unas diminutas prendas que rápidamente las fue reemplazando por las que tenía puesta - Hanguang-Jun, si te digo que te voy a pagar lo haré de la manera que sea. Estoy agradecido contigo porque me salvaste de ir a prisión por el accidente que ocasioné aquella noche intentando escapar de la policía. Es un acto muy piadoso de tu parte.

La ropa caía ferozmente contra el suelo, aún así esto no logró desviar la mirada de Lan WangJi del ahora cuerpo expuesto de Wei Ying. Quien giraba desvergonzadamente dándole la espalda para mostrarle su carnoso trasero que era cubierto sólo por una fina tela de su conjunto de lencería.

Wei Wuxian continúo - Sin embargo, estoy sorprendido y muy decepcionado de ti. No eres como te imaginaba, ¿sabes? - se giró para mostrarle el resultado final. Su cuerpo más la lencería tan delgada que tenía era igual a una exquisitez visual muy gratificante. Su pequeña cintura y sus grandes muslos hacían que a Lan WangJi se le hiciera agua a la boca. Quería probar todo de un mordisco, pero no podía. Primero debía entender lo que pasaba - Las leyendas te cuentan como alguien digno y pulcro que es muy respetado por todos los clanes ya que se vale por su sentido de la justicia. Pero mírate ahora... El gran Hanguang-Jun aprovechándose de un hombre endeudado para sodomizarlo. Quién hubiera pensado que te gustara este tipo de cosas.

- Yo no... - las palabras apenas podían atravesar su garganta para intentar excusarse.

Era imposible, su autocontrol estaba llegando a su límite. Su aura mesurada iba desapareciendo poco a poco.

Wei Wuxian se agachó sensualmente y se acomodó entre sus piernas, pasando su mano por la entrepierna de Hanguang-Jun para tomar su mano y entregarle la cadena del collar que traía atado a su cuello.

- Amo, dime ¿Qué quieres que haga por ti? Puedes hacer lo que quieras conmigo esta noche, no me quejaré.

La tensión en la habitación había pasado de ser terrorífica a ser sumamente sexual. Wei Ying había logrado su cometido, y estaba más que satisfecho con eso. Solo tenía que ver la expresión de Lan WangJi para saberlo.

«Jejeje ¿Te sientes asqueado por qué un hombre se te está insinuando desvergonzadamente? ¿Estás furioso porque no te saliste con la tuya? Seguramente querías que fuera tu sirviente personal y que limpie los baños de tu casa con la lengua ¡Pero eso no va conmigo! ¡Así que apresúrate, échame a patadas de aquí y olvídate de la deuda por siempre!» se burló mentalmente de la situación. Pensaba que ya se había salido con la suya, y de que él lo dejaría irse así como su hermano se hartaba de él cuando lo jodia durante unos minutos.

Por supuesto que hubiese funcionado ese plan con cualquier otra persona, pero estábamos hablando de un hombre que de verdad quería follarselo.

- ¿Lo que yo quiera? - dijo Lan WangJi con su expresión imperturbable de siempre.

Parece ser que el "asco" ya se la había pasado, o es que en verdad no había causado un efecto permanente en él. Wei Wuxian sintió que se le cerró el culo con eso.

- ¿Ah?

- Si así serán las cosas, entonces recuerda tus palabras...

- ¡¿Eh?!

- Bien - se cruzó de piernas y apagó el cigarrillo que tenía sobre la mesita de noche del castaño - Tócate para mí.

Cómo si una bomba hubiera caído encima suyo, con el humo se formó la palabra »pendejo« y el tiempo dejó de avanzar para Wei Wuxian.

Tener el don de provocar sensaciones impredecibles sobre las personas fue el resultado de quedar condenado de por vida.

Y al fin, después de tanto autocontrol, una bestia insaciable se había despertado. Ni unas miserables súplicas de piedad lo detendrían. Si quería jugar con fuego, ambos arderán juntos hasta que no quede más que cenizas.

- ¿Pero qué-..?

- Lo que escuchaste - inclinó la cabeza a un lado y entrelazó sus manos - Mastúrbate, aquí y ahora.

- ¡¡E-espera Hanguang-Jun!! ¡¡Cálmate, relájate y respira!! ¡¿No lo dices en serio, verdad!? ¡¡El guión no iba así, se supone que aquí te enojabas y-!!

WangJi jaló de la cadena que tenía Wei Wuxian amarrado al cuello, lastimándolo en el proceso. Quiso toser, pero las palabras del pelinegro, quién había aceptado ser su amo, agarró tan fuerte sus mejillas que detuvieron cualquier tipo de sonido que quisiera emitir el castaño.

- No te estoy preguntando, es una orden.

Wei Ying se atragantó con su propia saliva, sentía sus labios ser presionados por aquellos dedos que minutos antes sostenía un cigarrillo, así que el olor de aquello aún permanecía.

En un acto de valentía, apartó aquella mano y retrocedió hasta chocar con un enorme armario. Su risa resonó por toda la habitación. ¿Acaso Hanguang-Jun se había tomado en serio sus palabras? Era la primera vez que jugaba así con alguien, por lo que siendo sinceros, no sabía cómo actuar ante la respuesta tan desafiante de su antes "víctima"

Según él, Hanguang-Jun quería matarlo. Pero ¿Y si no era del todo así? Había escuchado rumores que decían que Lan WangJi tenía... Ciertos gustos en particular. Le encantaba ser sádico con sus víctimas y jugar con ellas antes de acabar con ellas, y Wei Wuxian no sería la excepción.

- Amo, si quieres jugar así, primero tendrás que atraparme - tomó la cadena y la movió de un lado a otro e inclinó su cabeza para continuar con su sermón - No te lo pondré fácil, cariño.

WangJi solo lo veía a lo lejos sin tener la intención de querer perderlo de vista para que no intente escapar de nuevo. La palabra »cariño« se paseaba por la mente del pelinegro una y otra vez. Que coquetee así con él lo alteraba en todos los sentidos.

Hanguang-Jun tenía su atención total en aquél hombre provocador que estaba recorriendo su cuerpo con la punta de sus dedos hasta llegar a sus labios, por lo que no se percató de lo que hacía el castaño con su otra mano. Mientras que con la derecha le hacía señas a Hanguang-Jun para que se acerque a él, con la otra estaba buscando la manija del armario.

Detrás suyo tenía escondida su navaja que su Shijie le había regalado y que se había vuelto su favorita. Bueno, en realidad su favorita era su "amada pistola" por sus multiusos, sólo que estaba presa y siendo resguardada tras el alto y sexy victimario frente suyo junto a su ropa.

Su plan era sencillo. Tomar su pequeña y afilada arma para derribar a Lan Zhan y amenazarlo, y ya teniéndolo a su merced él sería quién dé las órdenes. Quería voltear los roles para que todo fuera a su manera, porque sí, tenía demasiadas ganas de ser follado por Hanguang-Jun. Sólo que él... No se dejaría dominar por nadie.

Su Shijie no había criado una perra débil.

- Hanguang-Jun, no te voy a mentir... Desde nuestro primer encuentro quiero decirte algo - posó su dedo sobre sus labios - Amo ¿Podrías escucharme sólo un momento?

Lan WangJi suspiró con un poco de molestia, pero aceptó al ver que Wei Ying movía sus caderas cómo si estuviera nervioso, solo que está acción resultaba sensual ya que la lencería potenciaba esto a niveles exorbitantes.

- Bien, habla.

Wei Ying sonrió.

- Sabes... Las personas dicen que generas miedo y terror a todo aquel que se cruza en tu camino por lo intimidante que llegas a ser - su mano buscaba discretamente la manija de la puerta del armario - Pero ante mis ojos... Eres una persona encantadora. No me das miedo.

Los latidos dentro de ese pecho duro y fornido empezaron a retumbar con desespero. El único que había dicho algo así de él había sido su hermano, los demás nunca se atrevían a dirigirle la palabra por lo mismo: siempre traía una rostro de pocos amigos «No estoy enojado, así tengo la cara» era lo que pensaba al ver la impresión que daba ante los demás.

Sin duda, WangJi era todo un caso.

- Tú...

- Sinceramente me hace feliz volver a verte... ¿No te hace feliz verme después de tanto tiempo?

- ...

- Auch, Hanguang-Jun. Tu silencio me lastima... Pero es entendible que no hubieras querido ver de nuevo al tipo que te quiso robar - como siempre aplicó sus dotes actorales - En cambio, a mí sí me hace feliz ver a mi atractiva "víctima", solo que no esperaba que fuera en esta situación tan... Acalorada. Y yo... ¡Quiero enseñarte algo!

Con fuerza terminó de abrir la puerta para efectuar su plan. Se giró para alcanzarla, sin embargo, lo que se encontró fue con una gran pila de sus artefactos de sadomasoquismo, bondage, vibradores y dildos que se le vinieron encima como una avalancha por lo mal acomodados y apretados que estaban. Así aplastándolo y dejándolo inmóvil contra el suelo en un espectáculo digno de mirar por lo ridículo que llegaba a ser.

Estaba aplastado debajo de muchos penes de plástico frente al chico que le gustaba, ¿qué más ridículo que eso?

«Ay, dijeron arriba los pendejos y volé. Mamá, papá... ¿Por qué no usaron un condón más resistente? Yo ya no necesito terapia, yo necesito regresar en el tiempo y evitar mi nacimiento»

Wei Wuxian había perdido está batalla épicamente sin haberla peleado antes. ¡Te recordaremos como un gran alterador de ovarios y próstatas mi estimado!

Hanguang-Jun se acercó a paso lento hasta estar a unos centímetros de Wei Ying, se puso en cuclillas para tomar entre sus manos un gran dildo que parecía estar nuevo aún para ponérselo en mejilla del castaño, cómo si quisiera que lo chupara.

- ¿Quieres usar todo esto? Es una gran iniciativa - dijo serio inclinado levemente su cabeza.

Aún si se escuchaba autoritario en sus palabras se sentía que estaba siendo sarcástico.

- Ah- yo... Eh.. - otra vez, lo había dejado sin palabras - Hanguang-Jun... ¡Estaba bromeando!

- ¿Bromeando?

Estaba atrapado, literalmente, las cosas de nuevo no le habían salido como él esperaba. Solo le quedaba recurrir a mentir y pedir clemencia cómo solía hacerlo cada que perdía un debate contra alguien.

- Lan Zhan, yo no sé cómo hacerlo...

El chico de ojos dorados se impresionó ante esto último. Por primera vez, Wei Ying lo había llamado por su nombre de nacimiento. Aún si fue por error o el calor del momento, ya estaba dicho y no había vuelta atrás.

El detonante había sido activado.

WangJi no aguantó más, quitó todas las cosas que tenían a su amado inmóvil y lo cargó entre sus fuertes brazos. Esto tomó por sorpresa a Wei Wuxian, quién sentía su temperatura subir por el roce de su piel contra el mafioso.

Fue lanzado contra el sillón rojo, y fue abierto de piernas por esas enormes manos blancas que con desespero querían tocarlo hasta dónde no debía. La vista era preciosa ya que no había nada de tela que cubriera por completo sus partes íntimas. Un platillo exquisito, sin duda.

- Yo te voy a enseñar a hacerlo.

Wei Wuxian tenía el corazón acelerado y las mejillas rojas por la posición en la que se encontraba ¡Hanguang-Jun estaba mirando sus nalgas con detenimiento!

- ¿Qué piensas ha-? Ahhh~ - sin previo aviso, unos dedos fueron introducidos sin ningún tipo de tacto dentro de la entrada rosada de Wei Ying, moviéndose de adentro hacia afuera con rapidez. Mientras que con su otra mano sostenía ambas muñecas del pequeño delincuente, manteniéndolo inmóvil contra el sillón - Han-Hanguang-Jun, me- me duele..

WangJi se veía seguro de lo que hacía, pero en cambio, sus acciones decían todo lo contrario. Se estaba guiando de toda la pornografía gay que había leído y visto, solo que sus impulsos y deseos de follarlo hacían que se olvidara de ser sutil con él.

Tanto él como Wuxian, era su primera vez haciendo algo así con otra persona.

- Resiste.

Sus dedos recorrían cada centímetro del interior del menor, que cada vez se introducían más y más profundo, queriendo abarcar todo y reclamarlo cómo suyo. Logrando que Wuxian soltara pequeños gemidos.

- Ngh, Lan... Zhan... tus dedos son tan largos y grandes que me lastiman... - en realidad, no le dolía, ya estaba "acostumbrado" a utilizar juguetes sexuales para masturbarse, solo quería lastimar el ego de Lan WangJi - Estás siendo muy impulsivo... Cálmate.

- Silencio.

¿En serio lo estaba haciendo tan mal? Nunca lo había puesto en práctica, y menos con alguien más. No pensó que lo había aprendido mal después de estudiarlo tantas veces. Hasta cierto punto, se podría decir que estaba cultivado en el tema.

- Es mi trasero, por supuesto que me puedo quejar - movió sus caderas un poco para entregar por completo su entrada a esos dedos tan feroces.

- Tú-

- ¿Te gusta lo que ves~? ¿Por qué mejor... No usas tu lengua y me devoras todo~? Seguramente te puede gustar probarme así - aún si no recibía respuesta alguna, quería molestarlo más y más - Amo~ Si así son tus dedos.. ya me puedo imaginar lo enorme y bestial que será tu pene. ¿Será que me lo podré tragar completamente o moriré en el intento?

Sin duda, era un completo sinvergüenza. Un joven docto en ese campo.

Hanguang-Jun en respuesta a tal provocación retiró sus dedos e introdujo un vibrador que estaba cerca suyo, haciendo que Wei Wuxian gimoteara por el cambio tan brusco de tamaño dentro de su culo.

Justamente escogió uno de los más grandes que había y que Wei Ying no había probado hasta ahora. Su agujero no estaba listo aún para un tamaño tan enorme.

- Amo, espera, es muy-

- Guarda silencio - repitió.

- Tengo boca por algo - protestó - No me puedes callar aunque quieras~

- ¿No puedo?

Introdujo más profundo el vibrador y se estiró un poco para tomar una mordaza de bola que estaba sobre los consoladores, y de una manera habilidosa en segundos se lo amarró a Wei Ying en la boca para silenciarlo por completo.

- ¡Mng ngh! - agitó las piernas para protestar abriendo más las piernas y enseñando cómo su entrada estaba siendo profanada por un objeto duro e inquieto, tornándose de un color rojizo intenso.

- Vas a aprender a comportarte.

Wei Wuxian se acomodó y su mirada se cruzó con la potente mirada de Hanguang-Jun que lo veía deseoso «¡¿Él cree que de verdad va a corregirme?! ¡Bien, seguiré sus reglas para que vea que soy incorregible! ¡Te voy a ganar, vas a ver!» se prometió a sí mismo.

Aún si el joven delincuente también deseaba profundamente a Hanguang-Jun, su ego por siempre querer salirse con la suya igualaba aquel deseo. Podía perfectamente estar así toda su vida intentando luchar contra esos sentimientos en vez de dejarse llevar solo por su terquedad, pero esta vez sería la excepción.

Los minutos pasaban, la bulla del bar cubría perfectamente lo que sucedía en el piso de arriba, por lo que podían ser todo lo ruidosos que quisieran. Aunque Wuxian tuviera su boca tapada, sus gemidos de placer aún resonaban escandalosamente por la habitación. Ahora se encontraba amordazado también de pies y manos a uno de sus juguetes favoritos, que lo mantenían elevado sobre una delgada tela roja de cuero para evitar cualquier lesión. Sus piernas abiertas y ahora sin lencería puesta mientras que masturbaba su miembro con una de sus manos sin atar mientras que su culo era tratado por ese vibrador enorme que se negaba a abandonar su agujero, lo estaba matando de placer.

Hanguang-Jun se había encargado de tal presentación para su satisfacción visual. Él se encontraba sentado en el sillón observando detenidamente la escena erótica.

- Escucha atentamente - dijo con esa voz seductora y tan masculina que volvía loco al castaño - No puedes correrte hasta que yo te dé permiso. Si lo haces, serás castigado.

Era firme con lo que decía, él nunca fallaba a su palabra y lo cumpliría si se viera obligado a hacerlo.

Aprovechando que Wuxian tenía los ojos cubiertos, bajó su mano hasta su entrepierna para desabrochar sus pantalones y liberar su enorme polla que desde hace rato se había puesto tan duro que el dolor ya se empezaba a tornar insoportable por la presión de dicha prenda. Mientras que Wuxian seguía masturbándose evitando correrse, Hanguang-Jun le seguía el paso haciendo lo mismo. Verlo en ese estado de sumisión lo excitaba tanto, esto era mucho mejor que cualquier sueño húmedo que hubiera tenido en toda su vida con él.

No iba a mentir, esto le encantaba.

Recordar su tacto, su sonrisa, sus carnosos muslos, el calor que sentía en sus dedos al estar dentro de él... ¿Sería igual de caliente y apretado cuando introduzca toda su polla dentro? Dios, todo.. Todo le encantaba y lo ponía realmente cachondo.

- Wei Ying... Eres realmente sexy - confesó.

Hanguang-Jun.

Hanguang-Jun, aquel hombre reservado en sus pensamientos que solo dice lo justo y necesario.

Hanguang-Jun, el mafioso que nunca diría algo desvergonzado por mantener su imagen pulcra...

¿Acababa de decir que Wei Ying era sexy?

Bastaron solo unas cuantas palabras para hacer que Wei Wuxian liberara todo su espeso líquido que tenía acumulado en su pene y terminara de mojarse por atrás, ensuciando su sexy cuerpo en el proceso voluptuoso. »Yo.. ¡¿Yo de verdad perdí?! ¡¿Cuánto tiempo duré?!« No lo podía creer. El pensar en que Hanguang-Jun lo estaba mirando fijamente mientras se masturbaba ya lo tenía a su límite, pero con eso último... ¡Eso último fue su condena final!

Hanguang-Jun se acomodó sus pantalones y se levantó al ver que sus órdenes no fueron cumplidas al pie de la letra. Era inconcebible que su acompañante se hubiera corrido sin que él lo follara antes, y si tenía que ser más explícito con sus palabras, entonces lo sería.

- Wei Ying, ¿por qué te gusta provocarme?

Por supuesto que no recibió ninguna respuesta, más que una respiración agitada y fuertes quejidos provenientes del lindo chico de ojos grises que todavía estaba procesando la situación.

Así que continúo - Te muestras como un hombre intrépido y desafiante... - tomó ambas piernas y las separó levemente para poder encajar a la perfección en medio de ellas, se agachó hasta estar a centímetros del miembro de Wei Wuxian y observó el camino que se formó en su abdomen del espeso líquido que aún goteaba de su miembro. Pasó su lengua por encima del apetitoso recorrido para probar al hombre que le gustaba con locura - Pero por dentro tienes un sabor dulce.

Siguió bajando hasta llegar a su entrada, retiró el vibrador y apreció ese agujero que estaba tan dilatado que parecía estarlo invitando a entrar en él. Lamió las comisuras de esta haciendo que Wei Ying se estremeciera por la húmeda lengua de Hanguang-Jun, que recorría cada centímetro de sus carnosas nalgas para seguir estimulando al menor. Se lamió los labios después de degustar la pequeña entrada antes del platillo principal que se iba a comer esa noche.

- Aún así, consentirte sería un error, seguirías desobedeciendo mis órdenes.

Se alejó de ahí para poder tomar un látigo que le serviría más adelante, y continúo con su temible discurso, el cual era más de lo que se le escucha hablar habitualmente a Hanguang-Jun. Solo que esta vez era más que necesario.

- En este juego mi palabra es ley - afirmó mientras que hizo resonar el látigo para captar la atención del castaño, que aunque no podía verlo, sentía que se lo estaba comiendo con la mirada - Así que no pienso detenerme aún si lloras y súplicas por piedad.

Sus palabras eran imponentes, intensas, amenazantes... Wei Wuxian, por primera vez en toda su vida, se sentía intimidado. Un candente tirano había sido dado a luz gracias a que el sensual sirviente no logró seguir el mandato de su amo.

Hanguang-Jun ya no tenía límites. Olvidó por completo todas las reglas de su clan. "No practiques la homosexualidad al tener relaciones con un hombre como si fuera una mujer. Es un pecado detestable" ¿A quién carajos le importaba eso ahora? Estaba más que decidido, se lo iba a comer esa noche. Lo haría completamente suyo y le rompería el culo para que aprendiera a que no debe desobedecer a su amo de ahora en adelante.

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