Jefe, quiero un hijo suyo ©

By ElenaPugaPascual

5.6M 273K 52.3K

"Jefe, quiero un hijo suyo" Sí, sé que no es lo mejor para decir cuando conoces a tu jefe por primera vez, pe... More

Jefe, quiero un hijo suyo ©
Capítulo 1. "¿Tienes un congelador donde entren tres kilos de helado?"
Capítulo 2. "Tus genes, tu nevera y tu jarrón"
Capítulo 3. "Una casa de cristal y una inquilina patosa"
Capítulo 4. "El hombre de hielo"
Capítulo 4 parte 2. "Por ahora, Grecia. Por ahora."
Capítulo 5. "Un beso"
Capítulo 6. "Eres mía"
Capítulo 7. "El Señor Cardovani se encuentra... indispuesto en este momento."
Capítulo 8."Puedes ponerlo"
Capítulo 9."Un loco, Grecia"
Capítulo 10. "Dulces sueños"
Capítulo 11."Solo no te eches para atrás."
Capítulo 12. "Lo siento"
Capítulo 13. "Cuando a mi me dé la gana" [MARATÓN 1/3]
Capítulo 14. "Paquete." MARATÓN 2/3
Capítulo 15."Yed" MARATÓN 3/3
Capítulo 16. "Sorpresa"
Capítulo 17."Una oportunidad."
NOTA- Tenéis un nuevo capítulo.
Capítulo 18. "Cabrón rencoroso."
Anuncio

Capítulo 19."No pienso contaros."

209K 12.8K 2.9K
By ElenaPugaPascual

Muchas gracias a las que seguís leyéndome, lo que hacéis no tiene precio, no voy a parar esta historia aunque tarde tanto tiempo en subir por exámenes. Voy escribiendo a cachitos en mi tiempo libre y así tendré que seguir hasta finales de junio que termino exámenes , tengo entre medias una semanita y media en la que no tengo que estudiar todo el rato así que intentaré escribir mucho en ese tiempo y una vez termine exámenes empezaré a darle a esto fuerte. Tengo que compensaros sin falta. Muchas gracias a todas. Os quiero.

Elena.

El vuelo había sido un asco, la señora que tenía al lado era una pervertida que no hacía más que observarme cada vez que me movía en busca de una mejor visión de mis piernas, esto ocasionó:

1.Que pareciese un elefante hiperactivo dentro de una cabina de teléfono.

y 2. Que dos cafés- si, seguidos- se me cayesen encima.

La nariz de la lujuriosa mujer parecía una chimenea humeante al ver mis piernas empapadas por el líquido. La imagen era tan espeluznante que yo ya no sabía si mis ojos lagrimeaban por el calor hirviente del liquido que me arrollaba o por la mirada perversa y lasciva de la mujer que me acechaba.

Por si eso os parece poco también me quede encerrada en el baño durante más de quince minutos; ya empezaba a quedarme sin aire cuando fueron a mi rescate, y no, no fue ningún azafato sexy en mi busca, fue la pervertida que casi me viola.

¿Lo único bueno? Las azafatas se dieron cuenta de que corría peligro y decidieron que lo mejor era separarnos y que no compartiésemos asientos.

Sí señoras, hicieron hueco en Business. Para la violadora pervertida.

¿Gracioso, eh? No, cero gracia. Voy a matarlos a todos.

El caso es que sobreviví, pude escaquearme de la acosadora a la hora de salir del avión y tuve suerte y mi maleta no se perdió.

¿Afortunada, verdad?

No. Podéis reíros porque Karl era quien me esperaba en la recepción del aeropuerto con un cartel que ponía "GRECIA COLE" como si no reconociese su jeto de imbécil todavía.

-Hola...

-Karl.- Dije fríamente. No pude sonar más animada, no después de Jace, el vuelo y tener que verle la cara a mi ex.

-Mmm... seré yo quien te acompañe al hotel, espero que no te importe.- Dijo con lo que creo que debía de ser una sonrisa cordial y de disculpa.

-Me lo imaginaba al verte aquí.- Dije rodeándole para acercarme a un taxi. Nunca había sido tan fría y ajena con alguien, solía ser más bien temperamental, con un pronto bastante malo que hacía que no quisieses volver a molestarme en la vida, pero no tenía ganas. Sinceramente ya no había ganas en mi para discutir o molestarme con Karl, solo quería llegar al hotel, poder ducharme, eliminar los restos de café de mi piel y poder centrarme en mi trabajo.

Por desgracia para mí y gracias al horrible trafico tardamos una hora y diecisiete minutos en llegar al hotel cuando normalmente se debía de tardar media hora.

Conmigo todo sale genial, está comprobado.

-¿Cómo te va con tu nuevo novio?- Gruñó más que otra cosa.

No me pregunté cómo diablos sabía sobre Jace, me lo imaginaba. Tampoco me pregunté por qué Jace me venía automáticamente a la cabeza cuando escuchaba la palabra "novio".

-Muy bien. ¿A ti con los tuyos?

Era un puñal. Un puñalaco que iba a matar. Casi se me escapa la risa al ver su cara de sorpresa y pánico.

-Gre...Grecia, sabes que yo no...

-Ah, era de una sola noche...- En algún momento la idea de utilizar la historia de mis gigantes cuernos para molestar a Karl había pasado a ser súper divertida.

-No, no, yo nunca...o sea no es como si tuviese sentimientos por ellos, yo...yo...

Me divertía mirarle fijamente porque eso lo ponía todavía más nervioso si es que era posible. Su mirada se fijaba en cualquier punto del taxi que no estuviese cerca de mi mientras sus manos jugaban con el dobladillo del pantalón de su traje, algo de lo que me alegré fue de que no mordiese su labio como Jace hacía cuando estaba nervioso. Era otra cosa más que siempre guardaría como nuestra. Mía y de Jace. Nadie más, menos aún de Karl.

-Oh, oh , mira, ese es el edificio Hagguens, es un edificio muy famoso, tener un cartel ahí sería fantástico para la publicidad que mis jefes quieren.

Su cambio de tema resultó ser la gota que colmase el vaso de mi risa. No se la esperaba para nada y el que me mirase como si estuviese loca solo hizo que mis carcajadas aumentasen de nivel.

Karl sin duda nunca habría podido ser mi hombre, igual si un buen amigo si no hubiese hecho lo que hizo, pero nunca un hombre del cual yo hubiese podido enamorarme.

-Sí, tendré en cuenta ese edificio para la cadena publicitaria, no te preocupes.

Afortunadamente para mi, después de haber roto el hielo con Karl pude relajarme mucho más, el estrés empezó a desaparecer y el silencio que parecía ser completamente incomodo para él a mi empezó a parecerme la nana mejor cantada que había escuchado nunca. La pena fue no poder dormir hasta haber llegado al hotel, y una vez allí solo poder hacerlo por tres cuartos de hora.

El guía, un chico con acento británico que parecía ser estudiante de intercambio, nos guió por toda la ciudad mostrándonos los puntos claves que podían interesarnos en base al número de gente a la que podríamos hacer llegar los anuncios que patrocinaríamos y al tipo de gente a la que queríamos llegar. Fue asombrosa su soltura cuando nos mostró los intereses culturales de la ciudad y lo que solía llamar la atención de los ciudadanos que en ella habitaban como si hubiese nacido para ello.

Como cambian las cosas de una ciudad a otra.

Sorprendentemente, - para los dos, creo- Jack, nuestro guía, consiguió un ambiente relajado en el grupo. Obviamente Karl y yo no nos sacamos fotos sonrientes frente a la catedral de Sant Johns cual felices turistas pero sí que pudimos conversar como dos socios y compañeros cordiales. ¡Hasta hablamos de lo bonito que estaba el cielo sin nubes!

Con una idea un poco más clara de lo que podría funcionar en esa ciudad, como llamar la atención y como convencer a la gente de que teníamos lo que querían pudimos volver al hotel.

No, no nos fuimos antes de invitar a Jack a cenar con nosotros. Y no, no era mi escusa para no cenar sola con Karl. Bueno vale, igual un poquitito, pero solo un poco. Gracias a Dios el chico aceptó y yo pude meterme a la ducha sin sentir que mis músculos chirriaban por la tensión.

Una hora después, con la piel todavía arrugada, tuve la tentación de meter la mano en mi maleta y ponerme encima lo primero que saliese de ella, pasarme los dedos por el pelo y bajar tal cual, pero no, no cedí, decidí que podía hacer algo mejor que eso aunque solo fuese por mí misma. Y lo hice. Me maquillé ligeramente, haciendo destacar mis rasgos más atractivos, me eché el perfume que me había enamorado nada más entrar en la perfumería de la calle Houston y me arreglé el pelo de manera que mi nuca, de la que mi madre estaba tan orgullosa, quedase a la vista. No faltó el vestido con el que me había encaprichado la primavera pasada y que nunca había usado. Y entonces sí, bajé a enseñarle al mundo lo que Karl se había perdido por idiota.

El ascensor era rápido, se notaba que nuestros jefes no reparaban en gastos a la hora de escoger hotel, en apenas cinco minutos me encontraba frente al metre que me dirigiría hacía la mesa en la que ya se encontraban Karl y Jack.

Fue Jack quien se levantó para acomodarme la silla cuando me senté. Todo un caballero, sí señor.

-Estas preciosa, Grecia.- Sonrió Karl con un brillo en sus ojos que había reconocido como lujuria muchas veces a lo largo de nuestra relación.

-Es cierto. Un vestido encantador.-En realidad Jack y Karl pegaban. Por un segundo me pregunté si Karl estaría intentando ligar conmigo para luego, al darse cuenta de que ya no conseguiría nada conmigo, acabar en la cama del impresionante ingles. Era una novedosa idea llena de posibilidades.

-Gracias chicos.- Contesté, entre sorprendida y divertida por mi actitud positiva hacía la idea.

Solo había necesitado de una tarde para que gran parte de mi enemistad hacia Karl fuese eliminada, me dije durante la cena, y eso me hizo recapacitar, entre risas e ideas de trabajo, en que igual Karl no había actuado tan mal como mi corazón me hacía ver.

Éramos amigos, por parte de Karl había habido amor y racionalmente éramos una pareja, pero... sentimentalmente no habíamos sobrepasado la línea de follamigos con exclusividad. Desde mi punto de vista lo que Karl había hecho era imperdonable, puede que no hubiese amor, pero la amistad...la amistad había estado ahí y si de verdad me había querido aunque hubiese sido solo un poco por los años compartidos no debería haberme hecho eso. O al menos eso de decía. Pero...yo también lo quería como amigo ¿Y que había hecho yo? Yo le había traicionado de igual manera o incluso peor, me había aferrado a él, no solamente quitándome a mi misma la posibilidad de conocer a alguien a quien de verdad pudiese amar si no a él, quitándole, a quien era un amigo, la oportunidad de tener a su lado a alguien que le amase. Había sido egoísta, mala amiga e incluso mala persona por ello, pero ¿Había eso hecho que mi cariño por Karl menguase?¿Significaba eso que yo no le había querido? No, ni un poco. Había seguido queriéndole de igual manera. ¿No implicaba eso que Karl podía haber obrado mal aun queriéndome y atesorándome como amiga? Todos cometemos errores ¿No? Quizá lo que Karl había hecho en un arrebato para, yo que sé, sentirse querido quizás. Posiblemente lo ocurrido era lo que los dos necesitábamos para darnos cuenta de lo que estábamos haciendo con nuestra vida y poder tomar las riendas de una vez por todas e ir en busca de lo que de verdad nos merecíamos: Ser felices. Quizá Karl llevaba tiempo queriendo tener a alguien que lo quisiese de verdad y por nuestra amistad no había querido dejarme y había acabado cometiendo un error "bajo presión". Quizá de esa manera Karl y yo podíamos aprovechar la oportunidad que nos había dado el destino haciendo que nos conociésemos y en vez de ser una pareja disfuncional podíamos ser verdaderos amigos.

¿Perdía algo intentándolo? O más bien...¿Dejándole a él conseguirlo? No lo sabría a menos que lo intentase, así que así lo hice, disfrute de la noche, completamente. O casi. Jace seguía apareciendo esporádicamente en mi memoria para recordarme la situación en la que nos habíamos alejado, pero aún así pude disfrutar, Jace era Jace y con él siempre salía todo bien, era la buena suerte en persona que le faltaba a una chica patosa como yo, así que confiando al completo como hacía tiempo que no hacía, disfruté.

-¿Y cómo dices que se llama tu novio?- Preguntó con una sonrisa Jack. Habría vuelto a dar un bocado a mi comida para evitar la pregunta como había hecho hacía cinco minutos pero lo malo de estar esperando por el postre es que no queda más comida por comer y que si bebes otro traguito de vino más empezarás a contar como casi te haces pis encima en tu ceremonia de graduación.

-Jace. Se llama Jace. - "Por favor que no me pregunte por el apellido, por favor, señorcito y amo de las preguntas, que no me pregunte por el apellido."Recé mentalmente.

-¿Jace? Me suena, creo. ¿Cómo se apelli..-Comenzaba a decir Karl.

-Bonito nombre.- Contestó a la vez Jack. Empezaba a descubrir que a Jack todo le parecía "bonito" o "maravilloso" pero cualquier tema de conversación era mejor que contestar la pregunta de Karl.

-¿Si, verdad? Me encanta su nombre, fue una de las cosas que más me llamaron la atención al conocerle.- Meeeeentira. Fueron sus brazos, sus abdominales, su tonificado cuerpo...No Grecia no, no te acalores.

-¿Y te trata bien, no? Tiene que ser todo un caballero para a ver conseguido a una chica como tú.

No pude evitar soltar una pequeña risita confiada, bueno, puede que mi risa dijese algo como "Bitch please, i'm fabulous y Jace Cardovani es mío ahora." pero aún así el chico no se asustó y huyó de mi como si estuviese loca.

-Sí, me trata genial, es el mejor no...-¿Novio? ¿Estaba hablando de Jace como si fuese mi novio? Jack y Karl me miraban callados, esperando que terminase mi frase. Miré hacía la puerta de la cocina esperando que nuestro camarero asignado saliese por ella con nuestro postre en bandeja. 1. 2.3 .No lo hizo.- Es el mejor. -Me repetí.- Estoy muy feliz con él. ¿Y tú qué? Cuéntanos.

El cambio de tema fue todo un éxito y Jack comenzó a relatarnos como él no era hombre de relaciones, como había cortado con su novia cuando decidió irse al extranjero y ella le dijo que era demasiado joven y tenía demasiadas cosas por vivir como para esperarle. Mala pécora.

-¿No podría haberse venido contigo?

-En esta vida, Darling, si hay una cosa que he aprendido es que todos te quieren mientras les apetece, cuando la cosa se pone difícil se les van las ganas, es así de fácil.

¿Era así? Sí, sin duda era así. No creía haber amado a nadie verdaderamente, nunca, pero aún así el amor era una cosa pasajera, viene y se va junto con las personas que lo invocan. La gente cambia, se vuelve otra, y tu amor se va junto con la persona que conocías y que de un momento para otro deja de existir.

-Supongo que es cierto.

Y el postre llegó subiendo de nuevo el ánimo. Con tres copitas más de vino yo empecé a contar como me hice pipi encima en mi graduación. ¿No era un "casi", os preguntareis? No, no fue un "casi", fue un "me meé bien meada" por culpa de mi mejor amiga y su afición por el whisky.

-No sabía eso de ti.- Reía Karl. Estábamos borrachos y todo parecía volver a su rumbo. Mientras me entretenía odiando a Karl me había olvidado de lo bien que te lo podías pasar con él cuando no estaba en modo aburrido, cuando simplemente éramos como dos colegas haciendo locuras y descubriendo barbaridades secretas que toda la vida nos habían avergonzado. Todo parecía volver al tiempo en el que Karl y yo nos habíamos conocido, cuando estábamos bien. Cuando todo estaba bien.

-Yo me tengo que ir ya.- El tambaleante Jack se levantó de la mesa, nosotros ni nos molestamos en hacer el amago, el era joven y se notaba que llevaba la borrachera mucho mejor que nosotros, si Karl o yo nos levantábamos no cabía duda de que sería la mesa lo que bajaría al suelo justo después de nuestro culo.

-Mañana nos vemos.- Fue lo que le dije. Creo. ¿La intención es lo que cuenta, no?

-Yo también debería...- Intenté pronunciar.

-Espera.- Pidió Karl, de repente mucho más serio y más sereno. Casi parecía no estar borracho.- ¿Podemos hablar?

¿Podíamos? Mi teoría sobre la amistad que podía llegar a tener con el chico que una vez me había traicionado de manera tan dolorosa voló a mi mente. Y es que soy demasiado buena. Y encima una borracha.

-Claro. Salgamos.

Si íbamos a tener "la conversación" necesitaría aire. ¿Y qué mejor que los preciosos jardines de un caro hotel para hablar de porque un gilipollas y mal amigo te puso los cuernos haciendo un trío?

Eso sí, los jardines eran preciosos, casi me evaden de la realidad cuando Karl empezó a relatarme media vida suya.

-Al grano, Karl.- Dije intentando no sonar demasiado rencorosa.

-Te quiero. Te he querido durante mucho tiempo, se que hice mal, que te herí y que no me lo perdonarás nunca, al igual que yo no lo haré, pero fue un error Grecia, no estábamos bien o al menos así me sentía yo, no quería decírtelo, preocuparte, solo quería estar bien y ellos...ellos me conocían, sabían por lo que estaba pasando y me aconsejaron hacer algo para "esparcir", para dejar de preocuparme, me dijeron que ellos habían pasado por lo mismo y que solo habían necesitado desestresarse durante un tiempo, que en cuanto yo mejorase y me sintiese mejor la sensación se transmitiría a ti, que tu estarías bien. Que estaríamos bien. Sé que no es escusa, pero fue tentador y caí. Estaba borracho, no sé qué pensaba cuando me dijeron de ir a casa, al principio dije que no pero...pero necesitaba dejar de pensar y tu no estabas, no te enterarías y nada pasaría, todo estaría bien. Grecia, tienes que creerme, lo hice por nosotros. Por ti y por mí. Siempre has sido una amiga muy importante para mí, fue un cabrón y lo sé, pero no quiero perderte por esto.

Patos.

Había patos en ese jardín. Patos bonitos, pequeñitos y cuquis.

Nunca había tocado un patito.

Y yo quería tocarlos.

-Grecia.-Y es que estaba a dos jodidos metros de una mama pato con cinco pequeños y amarillitos patitos que gritaban por ser abrazados. Estaba tan cerca... y a la vez tan lejos. ¿Podría acercarme? ¿Se escaparían?- Grecia, ¿Me estás escuchando? Perdóname, por favor, te quiero más que a nada.

Sus plumitas parecían tan suaves...¿Podría tener un pato en casa de Jace? ¿Me dejaría? Podía pedir permiso cuando se lo llevase, una vez lo viese le sería imposible negarse y si encima el patito le seguía como si fuese su mama... Jace se enamoraría.

-Sí, claro, todo está perfecto.

¿Dejaría Karl algún día de hacer ruido cuando más necesitaba de silencio?

-¿Hablas en serio?

-Sí, sí.- Dije con mi vista puesta en el ultimo patito de la fila india que seguía a la mama pato. Ese tenía pinta de poder seguir a Jace.

-No sabes cuánto me alegro...- Decía Karl. Mientras yo, ágil y sagaz como una pantera me movía entre las sombras en busca de una patito adorable. -Grecia. ¡Grecia!

No pienso explicaros como acabe en ese estanque.

Continue Reading

You'll Also Like

4.1M 272K 74
Una mujer, que por miedo a no tener a quien amaba junto a ella, oculto su verdadera identidad. Hace cuatro años , Alexander abandono en un descampado...
2.9M 182K 35
Desmont James es un hombre que se repite a sí mismo que lo perdió todo cuando la mujer que amaba dejó de existir , aun cuando ella dejó como recuerdo...
4.6M 246K 61
[Libro #3 de la serie amores verdaderos] Nota: Las cinco historias están relacionadas pero ninguna es secuela de la otra; no es necesario leerlas en...
1M 57.7K 46
Una bebida alcholizada y una habitación equivocada será más que suficiente para cambiarle la vida a la retraída Anastasia, quien hasta el día del inc...