Arriésgate Liz.

By Alleguerra

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Muchas veces nos aferramos a relaciones que nos hacen daño, simplemente decidimos quedarnos por miedo a estar... More

Prólogo
Capítulo I: Conociendo A Raell
Capítulo II: Encuentro Fatal
Capitulo III: Raell Al Rescate
Capítulo IV: Se Terminó
Capítulo V: Ahogada En La Verdad
Capitulo VI: Mala Idea
Capítulo VII: En La Misma Habitación
Capitulo VIII: El Reto.
Capitulo IX: ¡Raell Traidor!
Capitulo X: Tu Paz, Es Mi Paz Liz
Capitulo XI: ¿Que Me Estas Haciendo Liz?
Capitulo XII: ¿Nos Daremos Un Tiempo?
Capitulo XIII: Todo Por Ella
Capitulo XIV: Desde Cero
Capitulo XV: Andrea Fuera De Control
Capitulo XVI: Te Casas Y Punto
Capítulo XVII: Te Lo Buscaste Aaron .
Capitulo XVIII: Hasta Nunca Aaron
Capitulo XIX: Al Perderte, Me Encontré ♥️
Capitulo XX: Solo Tú Y Yo
Capitulo XXI: Es Un Buen Partido 😏
Capítulo XXII: ¿Vives Con Él ?
Capitulo XXIII: Raiden
Reparto Masculino
Capitulo XXIV: Tu Mirada ♥️
Capitulo XXV: ¿Y Ahora Qué?
Capitulo XXVI: Celos
Capítulo XXVII: Resentimientos
Capitulo XXVIII: Mi Luz
Capítulo XXIX: Malentendido.
Capitulo XXX: En Mil Pedazos
Capitulo XXXI: Dejar Ir
Capitulo XXXII: Perdonar Sana El Alma
Capitulo XXXIII: te Seguiré Amando
Capitulo XXXIV: Aun Dueles
Capitulo XXXV: ¿Raell Que Haces?
Capitulo XXXVI: Noticias
Capitulo XXXVII: La Cizaña En Forma De Cuñado
Capitulo XXXVIII: El Mirador .

Epílogo

20 7 11
By Alleguerra

Y si, el día por fin había llegado.

Estaba a solo minutos de entregar lo que soy al hombre que amo y con quien estaré muchos días de mi vida si Dios lo permite. Estaba en la habitación de mujeres que había en el salón de fiesta donde será la ceremonia, en la boda hebrea los novios debían pasar una semana antes de la boda sin verse, y las mujeres en un cuarto y los hombres en otro antes de comenzar el acto matrimonial.

—¿Estas lista Lizie?? —preguntó mi mamá apunto de llorar. Estaba más emotiva que yo.

—Si, mami. Más que lista —mi seguridad era increíble.

Estaba ansiosa por unir mi vida a la de Raell.

—Tú papá y yo no nos casamos mi cielo, pero me alegra mucho que tú si cumplas ese sueño.

Sonreí, —Aún no es tarde para ustedes.

Reconforte y sonrió aún más.

—¡Ya me dieron la señal que llegó el Pastor Elías! —dijo Val emocionada.

—Llama al papá de Raell para que venga a romper el plato —avisó la mamá de Val.

Ellas se encargaron de eso y a lo poco tocaron la puerta, le dimos permiso al papá de Raell y sonrió al verme.

—Liz, te vez tan preciosa —elogió y se me derritió el corazón.

Vino a darme un abrazo y luego se acercó a mi mamá y juntos sostuvieron un plato de porcelana, dejándolo caer al suelo para que se rompiera. Todos celebraron alegres luego de eso. Esto se hace como símbolo de que si algo va a romperse que sea ese plato y no la unión de nuestro matrimonio. Usualmente se hace con ambas madres de los prometidos, pero como la mamá de Raell falleció entonces le corresponde a su padre con mi madre.

—Es hora de que Raell venga a bajar tu velo Liz, ya le mande un texto —avisó Val y mi corazón bombeo fuerte. Era primera vez que lo vería después de esta semana que se me hizo eterna.

En los matrimonios hebreos es el novio quien le coloca el velo a la novia, como símbolo de que el amor es mas profundo que la belleza física. Sin importar que yo no sea virgen o pura. Y si, nos veremos antes del acto rompiendo todo paradigma de que si el novio ve antes de la boda a la novia hay mala suerte. Aquí no es así porque con Cristo no existe mala suerte. A este acto se le conoce como Badeken, que es bajada de velo en hebreo.

La puerta volvió a sonar y Raell hizo acto de presencia en la habitación, todas comenzaron a celebrar al verlo y se me puso un nudo en el pecho cuando lo vi vestido con su traje. Sus ojos le brillaron al verme y me sonroje.

Se acercó a mí, frente a frente y se me engroso la bilis.

—Estas hermosa —dijo y sentí las lágrimas atorada en mis pupilas.

Sostuvo el velo y lo puso encima de mi rostro, cubriendome.

—Ya llegó el día —dije igual de enamorada que él.

—¡Mucho por hoy, ya después tendrán toda la vida para verse! —nos cortó Val enseguida.

Quise quejarme pero era momento que él saliera con su padre a esperarme en el altar. A los minutos que se fueron ellos y las otras invitadas mujeres mis padres fueron conmigo afuera, para caminar hacia la Jupá.

En el exterior (porque quisimos hacerlo en un jardín muy bonito), los invitados ya estaban sentados y el camino hacia la Jupá estaba listo con la tela blanca estirada en el suelo todo el recorrido. Mis padres y yo nos dirigimos hacia Raell y su padre, que nos esperaban junto al Pastor Elías. Durante el camino no dejaba de imaginar mi vida junto a Raell y que este día maravilloso al fin había llegado. Mi chico estaba tan precioso ahí esperándome.

Una vez que llegamos, me coloque junto a Raell y nuestros padres alrededor, el pastor Elías hizo una oración para bendecir la unión de ambas familias y ellos se retiraron luego para poder comenzar la ceremonia.

—¡Buenas tardes a todos! —saludó el Pastor Elías iniciando—, hoy se unirá la vida de Raell figueroa y Liz Torres delante la presencia de Dios, donde ambos se comprometen a dejar de ser dos, para ser uno sólo —que bonito sonó eso. Casi lloro—. A continuación ambos novios entrarán en la Jupá y Liz dará siete vueltas alrededor de Raell —avisó y me preparé para hacerlo.

Nos colocamos dentro de la Jupá y comencé a rodear a Raell en forma de círculo, contando las vueltas que daba alrededor suyo. Esto se hace como símbolo de los siete días de la creación del mundo, las siete cualidades divinas, los siete portales de la misericordia, las siete profetizas y los siete pastores de Israel. Pero lo que más me enamoraba es que representa el poder de la mujer de construir murallas externas que protejan su familia y derrumbar toda muralla interna que quiera destruirla alrededor de su marido. Es una protección.

En la vuelta número siete me detuve junto a Raell nuevamente, quedando enfrente del Pastor Elías para empezar el acto. Él bendijo nuestra relación con una oración, luego bendijo el vino que Raell y yo beberiamos antes de darnos el anillo. Esto representa la última copa de vino como solteros, porque dejaríamos de ser dos para ser uno solo.

—Ya pueden beber el vino —nos avisó y ambos sostuvimos nuestras copas dando un sorbo—. Es momento de los votos y entregarse el anillo.

Raell empezó primero, sacando el anillo de su bolsillo y colocándolo en mi dedo índice de la mano derecha.

—Eres consagrada para mi con este anillo de acuerdo a la ley de Moisés y de Israel —empezó y sentí tanta ternura—. También me comprometo delante de Dios amarte, respetarte y bendecirte cada día de mi vida Liz, siendo tu ayuda idónea en cada paso que des.

Tan bello mi chico.

Yo también saque el anillo del bolsillo de mi vestido y lo coloque en su dedo índice, comprometida amarlo hasta el final.

—Yo soy de mi amado y mi amado me pertenece —dije como símbolo de unión para iniciar—. Prometo ser una esposa respetuosa contigo, bendecirte y vivir para hacerte feliz bajo la voluntad de Dios.

Él sonrió por mis palabras y quise besarlo ya. Pero no, todavía faltaba para eso.

—Es hora de leer el acta matrimonial para que los novios puedan firmar delante todos ustedes y sobretodo delante de Dios —el pastor Elías lo hizo así como dijo y pudimos firmar el acta de matrimonio, siendo esposos legalmente.

Elegimos a Valeria y a Tito para que nos colocarán el Talit, ya que aquí no hay damas de honor solo quien uno decida honrar para consagrar nuestra unión. El Talit es un manto flecado que representa que el novio se consagra exclusivamente a su mujer. Los chicos lo colocaron a nuestro alrededor arropandonos con el y Raell y yo lo sostuvimos para que no se cayera.

—¿Están listos para beber su segunda copa de vino como casados? —preguntó el Pastor Elías y asentimos.

La tomamos con el Talit puesto encima aún y así nos consagramos como esposos.

—¡Los declaró marido y mujer delante la presencia de Dios! —avisó el Pastor y no cabía en la alegría.

¡Por fin era la señora de figueroa!

Todos aplaudieron atrás en celebración y sonreímos mi chico y yo. Ya estábamos oficialmente casados.

—Ahora te toca pisar la copa Raell —El Pastor Elías la envolvió en una tela para evitar accidentes y la colocó en el suelo, Raell la pisó rompiendola.

Esto simboliza el final de la ceremonia y da inauguración a la fiesta que está por venir.

Elías nos dio un abrazo fuerte, felicitándonos y no podía estar más contenta, todo salió hermoso y perfecto. Toda la espera valió la pena.

Fuimos a saludar los invitados que no pudimos al principio y antes de seguir por mucho tiempo, el Pastor nos interceptó.

—Antes de la celebración y seguir con esto, es hora de que pasen un tiempo a solas como esposos —nos avisó, haciéndonos saber que todavía falta parte especial de la boda hebrea.

Meredith nos guió a la habitación especial que habían reservado para nosotros dado el momento, Raell me dio paso primero cuando llegamos y luego ingresó él.

—Disfruten su compañía recién casados —Ella guiño el ojo animada.

Me sonroje.

Raell y yo quedamos a solas y me sentía extasiada, feliz y como nueva. Mire el anillo en mi dedo y estar casada se sentía diferente, en verdad era como dejar de ser yo misma para estar unida a alguien..., a mi Raell.

—¿Y cómo se siente ser la señora de Figueroa? —preguntó mi esposo, cortando el espacio entre nosotros.

Sostuvo mi cintura con delicadeza, para acercarme lo más posible a su pecho, yo rodee su nuca con mis manos.

—¿Me crees si te digo que me siento maravillosa?

—¿Y será que mi dulce esposa me deja besarla?

—¿Qué parte de que soy tuya no entendiste allá afuera?

—¿Eres mía? —arqueo una ceja.

—¿No lo soy? —arquee la mía también.

—¿Debo responder a eso o besarte de una vez?

—¿Tengo que pedirte que lo hagas o el acta de matrimonio no te dio el derecho suficiente?

Se carcajeo.

—Amo cuando me respondes con otra pregunta.

—Y yo que me sigas el juego —mordí mi labio inferior y él lo miró encantado.

No esperé que me besara él, lo hice yo misma con amor, con ganas, con desespero. Habían sido muchos días sin estar a su lado y no iba a darle mucha larga al asunto. Raell me correspondió de inmediato, apretando mi cintura con mucha más intensidad, sentí espasmos en mi vientre y el deseo se desató. Ya nada me impediría estar con él, ya era su esposa.

—Te deseo mi amor —dije entre besos.

Oí su jadeo y me encendí más.

Sus manos empezaron a pasear por mi cadera, los costados de mi cintura, mi espalda y quedé lela en mi lugar, sus caricias por encima de la tela de mi vestido de novia era muy especial.

—Si seguimos así no vamos a esperar hasta la noche —bromeó y me reí.

—Hemos esperado mucho para esto —jugué con su corbata y me miró con picardia.

Casi me derrito entre sus brazos con esa mirada que me estaba dando, siempre había sido respetuoso y sutil, pero justo ahora me estaba mostrando a través de sus iris lo candente que puede llegar a ser.

Raell pícaro eh..., algo interesante que ver.

—¿Dejarías que te suba el vestido en este momento y tus bragas sean mías durante toda la fiesta? —preguntó en mi oído, mordiendo el lóbulo de mi oreja.

Un fuego tremendo me arropo.

—¿Hablas enserio?

—Más que nunca —sus iris oscurecidas por el deseo me decían que no mentía.

—Entonces hazlo —le di permiso.

Se agachó frente a mí, sus manos viajaron a mis piernas y comenzó a subir lentamente, mirándome deseoso. Trague grueso sin cortar la mirada con él, llegó a mis muslos y el vestido fue cediendo hacia arriba a su mismo ritmo. Cuando tocó el borde de mi braguita al fin, acarició mi piel con sus suaves manos dejándome atontada. Por instinto apreté mis piernas y el ladeo una sonrisa lobuna.

—¿Me deseas? —preguntó y asentí.

Bajó mi braga quitándola poco a poco, cerré los ojos y me dejé hacer, sentí sus labios besando mis muslos y ya no podía con tanto deseo, era un hormigueo desde la planta de mis pies, hasta la punta de mi cabeza.

—Tengo una esposa muy hermosa —lo oi decir y levanté mis pies para poder dejar mis bragas a su disposición.

La apretó en su mano y se levantó, guardandola en el bolsillo de su pantalón.

—Te la devuelvo en la luna de miel —besó mi cuello seductor.

—Como quieras, igual todas mis bragas ya son tuyas —dije y solto una carcajada.

—Pícara eh, me gusta.

Nos besamos nuevamente y para evitar adelantar la luna de miel salimos de la habitación tomados de la mano, en el jardín ya la fiesta había iniciado, los invitados estaban en sus asientos asignados con su mesa y los meseros sirviendo el servicio de comida y bebida.

—¡Se nos unieron los tortolos! —gritó Val para llamar la atención de todos.

Nos vieron y el solo recordar que mis pantis las tenía Raell en su bolsillo me dio vergüenza, aun así sonreí a todos como si nada.

Íbamos de mesa en mesa saludando a todos y felices juntos, no nos queríamos separar por nada, solo cuando Raell iba a tomarse fotos con alguien y luego me le unía yo. El área de tomar fotos había quedado preciosa, con muchas margaritas alrededor y tela blanca.

—¡Es hora del baile para los recién casados! —indicó el anfitrión y Raell me guió a la pista de baile.

Bailamos al ritmo de la canción que juntos escogimos, se llamaba hasta el fin de Majo y Dan.

—Gracias por siempre estar ahí mi amor —susurre mirándolo a los ojos.

Dejó un beso en mi frente, —Y lo seguiré estando.

—¿Hasta que tu luz deje de brillar?

—Incluso si deja de hacerlo, hago lo posible porque brille de nuevo para ti.

Sus palabras derritieron mi corazón. Seguimos danzando al ritmo de la canción hasta que terminó y mi padre se unió conmigo a la pista, pidiéndole mi mano a Raell.

—Usted me dio la mano de su hija más bien —bromeó y se rieron.

Negue la cabeza divertida.

—Mi hija está casada con el amigo de hace meses ah —dijo papá en la pista conmigo—. El buen Partido.

Me reí por sus ocurrencias.

—Después que dije muchas veces que no.

Nunca estuvo en mis planes enamorarme de Raell, pero fue inevitable.

—Me alegra que lo hayas aceptado hija, es un buen chico.

Lo miré desde mi lugar, estaba hablando con andrew y los gemelos. Si, definitivamente era un gran chico y lo amaba mucho.

—Aaron estuvo temprano aquí —dijo papá y lo miré extrañada.

—¿En la boda?

—Si, pero se ocultó en la recepción. Lo miré desde mi lugar a través del cristal, durante la ceremonia.

—Yo no quise invitarlo papá, no me pareció apropiado.

—Pero igual vino, supongo que a darse cuenta por él mismo que te casabas con Raell hoy.

—Pobre, debe sentirse mal en este momento.

—Él tomó su decisión hija.

Asentí, sin más que decir o hacer. Todo tomó el rumbo que debía tomar.

—No pienses en eso, disfruta tu boda que está preciosa —animó papá.

Bailamos un rato más y luego me reuní con mis chicos en su mesa, Val y Tito se reían a carcajadas el uno con el otro y Andrew se veía incómodo en su sitio. Creo que fue mala idea ponerlos en la misma mesa.

—Cómo que hay amor en el aire —susurró Raiden en mi oído viendo a Val y Tito.

Lo mire mal, seguía con su intriga.

—Ya deja el chisme Raiden —lo reñi.

—Lo más chistoso es que se lo comenté al Andrew y se lo creyó —soltó una carcajada—. Ahora anda con mala leche.

No puede ser. Raiden es un pesado cuando quiere.

—¿Te entretiene meterte en la vida ajena verdad? —cuestione.

—¿Me estás llamando chismoso?

—Si, eres un chismoso.

—A mi no me gusta el chisme.

—No, solo te entretiene —rodé los ojos.

Sonrió despreocupado, —Ya quiero ver el desenlace de esta historia.

—Aquí no hay ninguna historia Raiden.

—Claro que si, dos chicos se interesan por Val ¿con cuál se quedará?, eso estoy esperando a ver.

—Esto no es una novela —le hice saber.

—Para mí si cuñadita, nuestra vida es una historia y aveces solo queda sentarse a mirar como termina y si es muy aburrida la tuya, entonces mira la de otro.

Negué la cabeza sin hacer caso a la manera tan sutil de justificar que es un metiche.

La noche cayó rápido y tenían el suspendo de decirnos quien nos regaló la luna de miel y en donde sería.

—¿Listos para saberlo chicos? —preguntó Val risueña.

—Nací listo —dijo Raell.

—Qué de un paso al frente quien pagó la Luna de miel —avisó ella.

Andrea, los gemelos, Andrew, el Papá de Raell, mis papás y Val dieron un paso al frente.

No lo pude creer.

—Entre todos quisimos hacer esto posible —dijo mi suegro con un sobre en su mano—. Espero que lo disfruten, es un viaje a Napoli con todo pago por un mes.

Raell agarró el sobre y los abrazamos a todos. Eran muy especiales para nosotros y no sólo por este regalo, sino porque en cada circunstancia sea buena o mala están con nosotros.

—Gracias de verdad, por tanto amor —les dije feliz.

—Lo merecen chicos, son especiales para nosotros —dijo mi Tito y lo volví abrazar.

—Espero que me hagan tío cuando vuelvan.

—Con calma Teo, con calma —lo frenó Raell y nos reímos.

—Bueno ya es hora de ir a  su casa, el uber los está esperando —dijo mi papá.

Nos acompañaron afuera y nos subimos al auto, de camino a casa repose mi cabeza en el pecho de Raell y luche para no quedarme dormida. Pero entonces su estómago rugió y me dio risa.

—¿Aún tienes hambre? —dije burlona.

Soltó una risita.

—Si, de ti —dijo y me colore. Mi cuerpo reaccionó enseguida.

—Creí que el pastel te había saciado.

—Tu eres la única que puede saciarme en este momento.

Mis mejillas se calentaron. Oírlo hablar así era nuevo para mí, él siempre trató de no cruzar la línea de lo seductor tan directamente.

—¿Sabes? Me siento extraña sin pantis —saque ese tema.

—Acostúmbrate, te las quitaré seguido de ahora en adelante.

Negué la cabeza divertida. Podía acostumbrarme a esto, a él y yo tan íntimos y cómodos hablando de estos asuntos.

El uber llegó a casa a lo poco y Raell me ayudó a salir del auto, gracias a Dios no tenía un vestido ostentoso ni nada por el estilo que se atorara en la puerta. Caminamos hacia la entrada y antes de entrar como era costumbre Raell me cargó en sus brazos.

—Bienvenida a casa dulce esposa —dijo y sonreí, con las manos enrrolladas en su nuca.

—Gracias dulce esposo.

Fuimos a nuestra habitación y jadee al ver cómo estaba decorada, el piso y la cama estaban lleno de margaritas, había luces de navidad en forma de lluvia alumbrando el espacio y quedé maravillada. Era perfecto.

—¿Te gusta? —quiso saber.

—La pregunta sobra mi amor, me encanta —dije embobada.

Me dejó en el suelo de pie y seguí mirando todo feliz, esto si era un verdadero momento de amor especial.

—Entonces prepárate Liz torres, porque serás mía el resto de tu vida —Raell me abrazó y juntó su frente con la mía.

—Yo soy de mi amado y mi amado es mío.

Con esa frase nos fundimos en un besos radical, lleno de pasión, amor y deseo, sabiendo que a partir de ahora éramos uno sólo.

Después de tantas pruebas, tantas luchas, tanta desesperanza, dolor y caos, podíamos decir que valió la pena luchar para estar juntos.

******

Y llegoooooo el final lectores ♥️♥️♥️

De verdad amé crear a cada personaje de esta historia, cada uno con personalidad propia y difícil de entender muchas veces. Bastante cliché lo se, pero de eso se trata el romance  😂 😂 😂 de soñar con un amor bonito.

Raell nos enamoró a todos y bueno, en el próximo proyecto de Arriésgando todo seguiremos viendo a esta maravillosa pareja, porque es imposible dejarlos por fuera.. Pero solo por fragmentos cortos, aun así, sabrán de ellos.

Capítulos extras no se si tengan.. Pueda que si.. Así descubren como les fue en su luna de miel ♥️ ya veré..

Los amo mucho, espero que puedan seguir de cerca mis nuevos proyectos y ser parte de mi pequeña fandon family..

Espero que Arriesgate Liz les haya dejado un positivo mensaje del perdón, la superación, el amor de Dios y cómo personajes ficticios pueden llegar a semejarse a la realidad muchas veces.

Quiero dar créditos a los primeros lectores fijos y fieles que ha tenido hasta ahora esta historia Znarvaez_17 Alinder29 aeduardo038 _FlyingUnicorn_ AlbyG17

Gracias por tanto amor y apoyo chicos, les ama y les bendice.. Sol ❤️

Y las nuevos lectores que vayan llegando, esta humilde escritora también les ama  y agradece su apoyo 😍

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