Leire's POV
Trago saliva antes de entrar.
—¿Entonces... Para que soy buena Miriam? —Le pregunto mientras entro a la cocina.
Debo de aceptar que me encuentro nerviosa, no me gusta mucho conocer a las mamás de las personas.
Ella me ve de reojo, se que me quiere pregunta algo, lo se por la forma en como me mira.
—Solo necesito que mezcles los ingrediente que están en el plato verde —Apunta con su mano a aquel plato ondo.
—Si claro —Y empiezo a mezclar los ingredientes algo nerviosa.
Todo esta algo callado.
Muy callado, siento que a veces no es muy bueno cuando hay dos personas calladas, ya que se genera como algo de incomodidad. O tal vez solo me estoy volviendo algo paranoica. Debería de tranquilizarme, es una persona más. Es una mamá más.
—Leire... ¿Cierto? —Murmuro un si apenas audible—. ¿Sabías que un cabello tan vivo y rojizo como el tuyo no debería ser oculto?.
Me sorprendo algo, nadie antes se había dado cuenta de mi color de cabello a travez de la gorra, porque siempre lo metía en esta y no se veía, lo hacia para ocultarlo, de hecho lo hago todavía.
En un punto de mi pasado fue la burla de los niños pequeños, por ser diferente a lo que estamos acostumbrados a ver.
Miriam me ve por varios segundos esperando alguna respuesta por parte mía, así que decido darle una. Aunque no me guste mucho.
—Porque así no llamo la atención, me gusta pasar de desapercibida —Me detengo un segundo—, es más fácil así, ya que con mi tono de cabello llamo mucho la atención... Y odio hacer eso.
—Supongo que es un argumento razonable... Conociendo a chicos como Eliot —Trago saliva, al parecer sabe cómo es su hijo—. ¿Pero por que te gusta pasar de desapercibida?
Odio que me pregunten eso, es como si me llegaran a preguntar, ¿Por qué respiras?
—Digamos que no me tratan bien en el instituto —Ella asiente tratando de comprender.
—¿Eliot te trata bien?
Me detengo un segundo, no lo sé, supongo que si lo hace. Aunque antes no lo hacía, pero ahora lo hace y me confunde. Simplemente no se como responder a eso.
—Mmm... —Abro mi boca pero de ella no sale nada.
—Vamos Leire, no hay problema conozco a mi hijo, se de lo que es capas —Trata de darme seguridad—, dime si hay algo.
Suspiro, ¿Le digo que de un día para otro me trata bien su hijo? Tal vez sea necesario de que se entere de lo raro que suele ser su hijo en poco tiempo. Si que suele ser raro a veces.
—Bueno la verdad es que... Desde hace tiempo me trata mal todo el mundo, hasta Eliot lo hacía —Hace mucho que no lo llamaba por su nombre, aunque claro él no esta aquí para saber que lo he llamado por su nombre—. Toda la preparatoria lo hace y es gracias a mis constantes desgracias, pero un día su hijo se dio cuenta de mi así de la nada, y desde entonces no se ha alejado. Mas clara a su pregunta; la respuesta sería si, ahora si.
Nos volvemos a quedar calladas las dos, yo termino de mezclar las cosas, así que me dedico a observarla.
—Ahora entiendo todo —Se voltea a mi muy alegre y eso me asusta un poco.
—¿Disculpa? — ¿A que se refería con que entendía todo? Yo cada vez entendía menos.
—Bueno —Se tranquiliza un poco—, hace unos meses él no estaba bien, por razones personales, pero empezó a estar feliz a partir de unos días para acá, no encontraba razones, y ahora se cuales.
Me ve muy alegremente, y sigo sin entender la razón de su comportamiento.
Realmente yo cada vez entendía menos.
—A él le interesas —Agrega—. Y mucho.
—No estoy muy segura, Miriam —Susurró algo apenada—. Eso es lo que él trata de hacer ver. Pero Eliot... Bueno él no tiene la mejor reputación como para poder creer en eso. Y si te soy sincera... Me da miedo eso.
—¿Ya te dijo lo que siente por ti? —Miriam abre mucho sus ojos—, si lo hizo... es...
—Si, aunque suene mal lo que vaya a decir y más porque es su hijo... La verdad es que todavía no confío mucho en él, no se si trata de jugar conmigo —Como todo el mundo, pero eso no se lo digo—, he pasado por algunas cosas que hace que no confíe últimamente en las personas. En nadie.
—Se como es Eliot —Asiente—. Créeme que lo sé, y lo cierto es que siento que él te tiene mucha confianza.
Hago una mueca.
—¿Por qué dices eso?
—Fácil —Lo dice como si lo fuera—, porque conozco a mi hijo, lo conozco muy bien.
No fue un buen argumento, pero supongo que para cualquier madre sería el mejor argumento de todos.
—Miriam —Necesito saber algo más, sobre su comportamiento nervioso cuando me vio por primera vez, me gustaría saberlo—. Cuando me viste hace rato... Te sorprendiste mucho, lo pude ver en tus ojos, ¿Por qué?
Ella fue un poco bueno... Sus ojos mostraban una gran sorpresa como si hubieras visto a un fantasma, supongo que imaginó que no me iba a dar cuenta, pero estar tanto tiempo sola provoca que entiendas mejor el comportamiento de las personas.
—Te voy a decir algo —Le hecha una mirada rápida a la puerta, del otro lado está Eliot—. Pero necesito que lo comprendas y no comentar de nada a Eliot, creo que todavía no está muy seguro de todo esto, o no lo quiera aceptar todavía.
Asiento con la cabeza, pero creo que necesita que pronuncie las palabras.
—No dire nada —Debo de aceptar que sus palabras me congelaron por varios segundos.
—Cuando dije que a Eliot le interesas es cierto, lo puedo comprobar por la actitud que ha tomado contigo, y en como últimamente esta feliz, no miento podría decir que ha cambiado un poco —Sonríe y después pone una expresión algo sería—. Pero la verdad es que nunca había traído a una chica a la casa, siempre que tenía novia, yo nunca hablaba personalmente con ella, nunca las traía a casa simplemente, también eso pasaba con sus amigas, me hablaba de ellas pero tampoco las llegaba a invitar, ninguna chica piso esta casa hasta el día de hoy y fue por ti —Trago saliva... Bueno... Esto no era lo que me imaginaba, ni en lo más mínimo—, le interesas y yo creo que mucho, porque eres la primer chica en pisar esta casa, por eso me sorprendí, y entendí la razón por la que mi hijo andaba de buen humor últimamente. Y la verdad, es que veo que se preocupa por ti, como tu dolor de cabeza, si fueras cualquier chica no le importaría que te pasará, pero no eres cualquier chica para él , y lo se por sus acciones.
No abro mi boca, me quedo callada, sin saber que decir.
Al final de todo pueda que si le importe, tal vez si sienta algo por mi como cada vez que lo dice, tal vez él quiera algo serio, tal vez no quiera jugar conmigo, tal vez sea bueno, yo soy importante para él, su mamá me lo acaba de confirmar, tal vez debería de tratarlo mejor, tal vez si lo que siente es verdadero pueda que yo sienta lo mismo por él, debería de darme una oportunidad con él. O tal vez no lo se. O tal vez no estoy muy segura en confiar en él.
—¡Leire, encontré una película perfecta! —Grita Valerio. Medio río por eso.
—Toma, ya está listo el té —Me dice Miriam, creo que yo estaba más bien ayudando para la comida que para preparar el té—. Te lo puedes llevar a la sala, para que tu y Eliot puedan ver la película que haya escogido él.
—Gracias Miriam, en serio —Voy saliendo de la cocina, pero me detengo—. Miriam, tal vez su hijo no sea tan mala persona como me lo imagine todos estos años. A veces todo el mundo aparenta ser alguien más, y su hijo lo estuvo haciendo a lo largo de los años, pero al parecer ya no.
Y salgo de la cocina, con el té en la mano, entonces lo veo, sentado en el sillón esperándome. Tengo que aceptar que es bastante guapo, me ve con sus ojos grandes y con una gran sonrisa.
—¿Lista, Cariño? —Me muerdo mi labio interior, sigo odiando que me llame así. Solo, un poco.
Asiento y me siento junto a él en el sillón. Y me dedico a observarlo, sus ojos son de un café oscuro que me gusta. Tal vez, solo tal vez Valerio no sea un chico tan malo como pensé.