66. DOLOR.
Me desperté con un fuerte dolor en la pierna izquierda y un frío de los mil infiernos.
Subí la manta hasta cubrir completamente mi cuello y soplé aliento en mis manos tratando de calentarlas un poco.
—¿Liam?
—¿Mm?
—¿Estas dormido?
Gruñó. —Son las cuatro de la mañana. Si, estoy dormido.
—¿Dormiste con tu reloj? —Enfermo.
—Si.
—No puedo dormir.
—¿Por qué?
—Tengo frío.
Nuevo gruñido. —Ya dejé que pusieras tus pies en mi espalda, no puedo hacer más.
—Puedes contarme algo.
—Luce...
—¿Por favor? —hice un gesto de puchero a pesar de que sabía que Liam no podía verme.
Silencio.
Y cuando creí que se había dormido nuevamente, respondió:
—¿Qué quieres saber?
Me encogí de hombros. —¿Por qué eres tan aburrido algunas veces?
—No soy aburrido.
—Lo eres... algunas veces, pero otras te he visto divertirte, es como si estuvieras programado la mayor parte del tiempo —argumenté con la mirada puesta en el techo de madera. Estábamos sumidos en aquella total oscuridad que no valía la pena ni sentarnos a conversar, no nos habríamos visto ni la nariz.
—Bueno, el éxito de algunas personas está estrechamente relacionado con la seriedad con la que tomen las cosas. No puedo andar por ahí golpeando indigentes, saltar de autos en movimiento o comiendo dulces a lo bruto como cierta chica simpática que conozco.
"Simpática" siempre era la simpática, la loca, la graciosa, la divertida, nunca la guapa, sexy o atrevida chica que despertara la producción de testosterona.
—Lo del auto en movimiento fue un accidente.
—¿Y tu?
—¿Yo qué?
—¿No has pensado en ser mas seria?
—Oh, lo era, pero todo era demasiado aburrido, me di cuenta de que lo hacia solo para complacer a los demás y gracias a eso nunca obtenía lo que quería, generalmente me limitaba a responder únicamente en mi cabeza y a veces terminaba riendo sola, no era divertido. De todas formas me di cuenta de que no puedes vivir tratando de complacer a los demás porque ellos no van a hacer lo mismo por ti, es imposible agradar a todo el mundo pero encontré gente que me acepta tan idiota como soy. Me di cuenta de que la vida tiene mas sentido cuando eres tu mismo, y encuentras a personas que te quieren de verdad, una persona que te obliga a fingir no te quiere a ti, quiere tus capacidades para aparentar ser lo que quiere que seas.
Silencio.
—Juro que si te quedaste dormido te voy a patear.
De inmediato la risa musical mata-zorras de Liam llenó la habitación. —Tienes una muy sobrevalorada capacidad para aurruinar momentos ¿lo sabes, verdad?
—Me lo han dicho con anterioridad.
Liam rió.
—¿Cuando decidiste ser mas... más Luce?
—Cuando huí de Will... quiero decir, con el podía ser yo misma pero cuando me alejé de él comencé a ser yo con todo el mundo, no es que me haya resultado muy bien, mi suerte cayó en picada pero creo que vale la pena.
—¿Enserio?
Casi podía verlo arqueando la ceja.
Asentí. —Al menos ya no me siento reprimida... como cierto chico simpático que conozco.
—La seriedad es un arma muy poderosa.
—Arma poderosa el grano de mi culo, lo único que consigues es almacenar emociones y luego explotar de la peor manera.
(...)
—Eso debe ser doloroso.
—¿Explotar? Lo es, terminas llorando por decir cosas horribles a la gente que amas.
—Yo hablaba de tener un grano en el culo.
De inmediato casi tan rápido como activar una alarma comenzamos a reír en medio de la noche, hasta me había olvidado del frío y el miedo que me daba estar dentro de aquella oscuridad.
Y así fue como comenzamos a hablar de las tres mascotas que tuvo Liam, dos de ellas caballos y un perro. Yo solo había tenido una rana, un pez y un gato los tres murieron en manos de mi hermano Tom, también hablamos de su mejor amigo, no me dijo su nombre pero le robó millones de dólares y gracias a ello la editorial en Canadá estaba en peligro de cerrar y con ella la de Australia, la de Inglaterra y luego la nuestra.
Y yo que creí que la vida de Liam era sencilla. Tal vez después de todo sus seriedad no fuera tan mala bajo aquellas circunstancias. Hasta la creí necesaria, el mundo de los empresarios era como una jungla y nadie quiere ser la cebra indefensa. Nadie.
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—¿Luce? ¿Luce?
—¿Mmm?
—¿Luce, estás bien? Luce, despierta...
—Si.
—Luce, necesito que me mires, despierta.
Gruñí y abrí los ojos. Durante un par de segundos el rostro preocupado de Liam pareció borroso hasta que poco a poco fue tomando su forma.
Liam colocó el dorso de su mano contra mi frente y me miró.
—¿Como te sientes?
Pues la verdad es que tenía un frío de todos los cielos y la pierna me dolía enormemente, fuera de eso yo me sentía de las mil maravillas.
—Bien.
—Estas ardiendo.
—Liam, no es momento para que intentes algún mov...
—No, Luce, mírate, estás sudando y aquí sigue nevando.
Toqué mi frente y supe que Liam tenía razón, mi cuerpo estaba cubierto de sudor y la sensación de frío no había disminuido ni un poco.
—Tal vez es un resfriado.
—Yo no lo creo —dijo Sally negando con la cabeza detrás de Liam.
Yo ni siquiera me había percatado de su presencia.
—Tu pierna.
—¿Qué?
—Quiero ver tu pierna —repitió Sally.
—¿Para qué quieres ver mi...? ¡Auh!
Sally no esperó, Sally me quitó las mantas de golpe y bajó mi pantalón/pijama de letras estilo Times New Roman de un fuerte tirón. Sea como sea doy gracias a Dios por que solo bajó el pantalón.
Liam miró mi pierna, cerró los ojos y tensó la mandíbula.
Sally miraba calculadoramente mi pierna.
—¿Qué? —pregunté antes de mirar hacia mi pierna.
Uy. Rayos.
La cosa no se veía nada bien, tenía algo de liquido amarillo en las esquinas, pus, los contornos de la herida se habían tornado rojos con tonos morados y un ligero toque amarillo.
—Esta muy infectada —señaló Sally negando con la cabeza— ¿No te limpiaste cuando llegaste?
—¡Si lo hice! ... pero no había alcohol, use agua oxigenada.
—Ahora vuelvo —dijo Sally saliendo de la habitación.
Momento de silencio incómodo.
Liam se sentó en el pequeño sofá junto a la cama, posando sus codos sobre las rodillas y llevándose las manos a la cara hasta unirlas palmas frente a su boca con la mirada perdida en la pared.
—¿Esto es lo que usaste? —preguntó Sally acercándome el botecito azul de agua oxigenada.
—Ajá.
Sally negó con la cabeza. —Esto ya caducó... hace ocho años. El nuevo estaba justo al frente.
Gruñí y dejé caer la cabeza hacia atrás. Esas cosas solo podían pasarme a mi.
—¿Qué podemos hacer? —preguntó Liam aun con la mirada en la pared.
—Voy a intentar limpiar la herida, pero no creo que funcione demasiado, el tejido esta muy dañado, comienza a tornarse morado oscuro y la piel esta endureciendose, me sorprende que en realidad no esté llorando de dolor.
—No me duele —mentí. Dolía y mucho, pero no lo suficiente como para hacerme llorar... Todavía. Además, en mi opinión, la herida no era tan grave había visto cosas peores en la militar, mordeduras de serpientes, quemaduras que llegaban hasta el hueso...
—O podríamos llevarla al hospital —sugirió Liam ignorándome.
—Es la mejor opción pero ¿Cómo piensas hacer eso?
—Puedo...
—Ni se te ocurra —advertí logrando que Liam despegara la mirada de la pared y la dirigiera hacia mi—. No vas a ir tu solo.
—Bueno, tampoco voy a quedarme aquí a ver como se expande esa infección.
—Estoy bien Liam... no me pasa nada...
—No, solo estas a punto de perder la pierna.
—No estoy a punto de perder nada...
—Luce, realmente creo que deberías de escucharlo...
—No voy a dejar que salga a buscar ayuda con esta tormenta, es una misión suicida.
—Luce...
—Podemos esperar a que se calme la tormenta.
—Esto puede durar días... Incluso semanas —aclaró Sally.
Liam negó con la cabeza. —No hay tiempo...
—No estoy muriendo! Estaré bien...
—¿Por qué eres tan terca? No vas a estar bien Luce, mírate —espetó Liam con un tono autoritario que jamás había usado conmigo. Algo así como cuando le ordenó al capitán que parara.
—No voy a dejar que vayas a buscar ayuda tu solo...
Liam resopló como si estuviera escuchando el cuento más absurdo. —No te iba a pedir permiso.
—Tienes que ser tan imbécil todo el tiempo?
—Tienes que ser tan necia todo el tiempo?
—Ah pues no lo sé, tienes que ser tan....?
—Ya basta! —silenció Sally— Liam, sígueme... No vamos a ir a ningún sitio Lucinda —espetó Sally al verme abrir la boca para protestar.
Esa mujer tenía carácter. Me agradaba.
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Convencer a Liam de que aplacara su estúpido trasero responsable y sobre protector era tan sencillo como presenciar el apareamiento de un perro y un gato.
Perdón por las imágenes mentales.
Pero al final lo logré. Le dije que me arrastraría y cuando resopló y salió con la linterna (muy a mi pesar) caminé a paso lento, débil, pero decidido en su dirección. Lo que provocó en Liam un gruñido, una sesión de palabrotas y una media vuelta de regreso a la cabaña de Sally.
Al final pude llegar a un acuerdo con Liam (aunque creo que sea lo que sea que Sally le dijo tuvo más influencia que cualquier punto de mi terco argumento). Liam esperaría un día más y si nadie nos había encontrado para mañana a las 5:00pm Liam iría a buscar ayuda/morir devorado por lobos.
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N/A: Hola :3 ¿Qué les pareció el capítulo? Tengo mucho sueño es la 1:29am No digan que no las quiero. Muchas gracias por leer mi novela :D sus comentarios me alegran los días :) Debo recordarles que vayan a la pagina en facebook "RollitodeSushii" donde publico mis dudas existenciales como QUE NOMBRE TENDRÁ LA SEGUNDA PARTE DE LR? (T.T) estaba muy segura de que nombre usar pero ya me hicieron dudar, estoy entrando en crisis :p ayúdenme u.u
No se olviden de votar y decirme que les pareció :3
:) Alex