Señorito Desconocido

By AddieGreco

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Axel es un omega que se embaraza de un desconocido en una fiesta, y no le queda de otra que encontrarlo para... More

💜 Notitas
🍁 No bebas, imbécil
🍁 El amigo religioso
🍁 Falso negativo
🍁 Mermelada de feto
🍁 Sangre ilegal
🍁 Novio tóxico
🍁 Muy drogado
🍁 Hagamos incesto
🍁Mi novio muerto
🍁 Omega zoofílico
🎃 Mamada gratis
🎃 Test de embarazo
🎃Omega lactante
🎃Garganta profunda
🎃 Sangre de puta
🎃 Te quiero, Axel
🎃 La hermana del diablo
🎃 Prohibido follar
🦃Desayunar leche
🦃Facial en el hospital
🦃 Relación abierta
🦃 Propuesta indecente
🦃 Seamos Swingers
🦃 Postre gourmet

🦃 Orgifiesta Suicida

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By AddieGreco

[...]

En el segundo acto de la grandiosa fiesta de los Hilton ubicada entre las diez y once de la noche de algún día de septiembre, Axel Green descubrió que su cuerpo además de no reaccionar a la voz de un alfa, también era inmune al alcohol.

Cualquier joven promedio le sacaría provecho a ese pedazo de genética que se cargaba: yendo a innumerables fiestas, participando en alocadas competencias, o ponerse a escuchar chismes de borrachos, pero para Axel que vivió gran parte de su vida siendo estigmatizado por ser diferente a sus compañeros de clases, no podía sentirse del todo alegre. Es decir, claramente Axel Green era una persona incompleta, rara, una deformidad de la humanidad y, muy probablemente, un omega... defectuoso.

Joder. Estaba en la universidad, sin amigos, a punto de graduarse, y en una fiesta a la que fue arrastrado por su compañero de habitación. No debería seguir martirizándose con sus bonitas inseguridades. Lo normal sería estar en ese momento besuqueándose con un desconocido en una esquina oscura mientras le masajeaba la polla descaradamente. Sin embargo, Axel estaba en un sofá intentando desesperadamente embriagarse. Ridículo.

Axel se mordió el labio y apretó el vaso entre sus dedos de la rabia. Quería largarse de allí, llegar a su cómoda cama y usar el consolador aprovechando que Michael no llegaría en toda la noche. Solo tenía un pequeño problema: ¿cómo? Caminando no. ¿Pidiéndole a alguien que lo lleve? Sería genial sino fuera porque todos estaban medio borrachos, medio drogados y eran muy, pero muy, desconocidos.

De vista si los conocía, la joven del café, el chico de la biblioteca, el alfa de la polla mordida... Una decena de personajes sin nombres. A Axel no le asombraba que no tuviera conocidos en una de las mejores fiestas universitarias, lo que le asombrara era que ninguno le resultara interesante. Pero no estaba todo perdido, no cuando sus ojos fueron a parar al personaje principal del evento, al personaje principal del campus, al personaje principal de su corazón en la temporada 1.

Logan Hilton, alfa, gemelo de otro alfa, rico en todos los jodidos sentidos. Y su compañero de clase. Su divino compañero de clase que lo acompañó durante todos esos años universitarios. A Axel casi le salieron alas para ir flotando hacia él, pero su orgullo lo mantuvo anclado al sofá con una mirada siniestra.

El alfa estaba en el balcón con un omega pelirrojo. Nada raro, Logan siempre estaba agarrando de la cintura a un omega. Al comienzo fue algo chocante, ya que del pueblecito clasista del que venía Axel, todos ya tenían pareja y si bien había infidelidades, no había cambios, se quedaban así por siempre. Logan no, Logan cambiaba dependiendo del clima, y no entendía de donde putas sacaba tantos omegas hermosos, ¿acaso los fabricaba? Nunca repetía.

Pensó en que sería un completo fastidio molestar a Logan en su noche de ligue, pero luego de recordar como este se burló de su proyecto de sistemas operativos, Axel afiló una sonrisa y se puso de pie. Molestar a Logan siempre fue la opción por defecto. Cuando iba caminando hacia ellos, se chocó con una omega que salía del baño llorando con una prueba de embarazo. Axel se la sacó, y al ver que era positivo, se la llevó. La omega ni siquiera protestó porque estaba ocupada llorando a mares.

Ni siquiera lo pensó cuando entró al balcón.

—¡Logan! —sollozó Axel con la prueba de embarazo en mano, el alfa se giró a verle extrañado— Dio positivo.

—¿Qué? —el horrorizarse ante la mínima posibilidad de paternidad debía ser un acto reflejo de un alfa porque así estaba Logan—. Aguarda, Green... Tú y yo...

Axel no le dio tiempo ni a respirar porque se abalanzó a sus brazos y lo tomó del cuello.

—Tendremos un lindo bebé —siguió Axel—. Lo llamaremos Laxel así todo el mundo sabrá que es nuestro. Le comprarás ropa de bebé Chanel o Gucci, Balenciaga iría bien. Una cuna de mármol, un biberón del más fino cristal, y le comprarás un apartamento en la torre más alta de Nueva York.

Avergonzar a Logan podía traducirse en la más pura dicha, ver al omega pelirrojo de frente hizo que Axel lo gozara aun más porque era precioso. Alto, esbelto, ojos esmeraldas rodeadas de pestañas tupidas, cabello como fuego con las puntas ligeramente onduladas, y tenía una mirada arrogante y peligrosa que le hizo pensar que Logan definitivamente estaba por llevárselo a la cama.

Axel 1, Logan 0.

—Tendrás un bebé —repitió Logan y Axel asintió lentamente—. No puedo dejar que tengas un hijo mío.

Eso le dolió, extrañamente le dolió.

—Pero quiero tenerlo, por lo que...

Antes de terminar, Logan le tomó de la cintura y lo atrajo. Axel tragó saliva cuando palpó los músculos del alfa sobre su cuerpo, su energético ser poseyéndolo por completo. Y casi jadeó cuando el alfa le alzó el mentón.

—No puedo dejar que tengas un hijo mío —repitió Logan seriamente, y agregó con una sonrisa luminosa—, no sin antes casarnos.

—¿Qué?

El horrorizado ahora era Axel.

—Sí, casarnos. Es un pecado concebir fuera del matrimonio —explicó Logan tomándolo con fuerza mientras Axel intentaba huir cual gato de una bañera—. Una boda tradicional de alfa y omega donde bailamos bajo la Luna y mezclamos la sangre en un ritual milenario. Llevarás puesto las joyas de mi familia y un fino y delgado vestido de hilos de plata que hará que todos los invitados puedan observar cada centímetro de piel y sepan que es lo que me comeré en la noche de bodas...

Axel estuvo por gemir cuando Logan le suspiró en el lóbulo al mismo tiempo que le acariciaba los hoyuelos de venus.

—¿En serio te lo vas a follar? —replicó el pelirrojo poniendo los ojos en blanco— Logan, estoy ocupado buscando a mi hermano, no tengo tiempo para ponerme celoso y querer dispararle en la cabeza al juguete que tienes entre tus manos.

Con ese comentario, Axel despertó del papel de omega embarazado e intentó alejarse del alfa. Logan lo mantuvo cerca y en la misma posición, una en la que cualquiera pensaría que no eran solo compañeros de clases.

—Ve a buscar a tu hermano —señaló Logan—. Puedo entretenerme mientras espero.

Axel se asustó de que no le horrorizara ser el entretenimiento de Logan. Pero sus nervios se maximizaron cuando el pelirrojo le dirigió una rápida mirada de pies a cabeza y chasqueara la lengua. No sabía cómo, pero podría interpretar eso como un insulto. Axel vio irse a ese omega y se sintió como un completo ganador. Y su premio era Logan.

—¿En serio existen bodas tradicionales de alfas y omegas? —cuestionó Axel, no estaba del todo seguro que la imaginación de Logan implicara crear una secta— Porque nunca oí de eso.

—Entonces debes venir de una familia que inició de betas —razonó Logan—. No necesitas saber que es una boda tradicional de alfas y omegas, no creo que la practiques.

—Acabas de proponerme matrimonio, me rompes el corazón —exageró Axel—. Nuestro hijo se siente tan ignorado por ti que se va a suicidar con el cordón umbilical.

—Solo tú eres capaz de hacer chistes con eso.

—Y eres solo tú quien me seguirá la corriente sin espantarse —musitó Axel y Logan sonrió—. Somos raros, ¿no?

—Solo un poco, pero yo puedo fingir no serlo, tu solo puedes esperar que tu rareza quede estancada —informó Logan empujándolo contra la pared— ¿Qué haces en mi fiesta? No recuerdo haberte invitado.

Ah, sí. Por eso no quería ver a Logan. Axel parpadeó en cortocircuito.

—Vine... a divertirme... Y a pasarla bien... Porque... Me gustan las fiestas.

—¿Has tenido sexo?

Axel se puso de mil tonos de rojos.

—Eso no te importa.

—Mis fiestas son para que gente como tú, pueda tener tanto sexo como le guste —Logan hablaba en un tono rasposo que a Axel lo ponía loco—. Si no has tenido sexo, entonces me sentiré un pésimo anfitrión.

—Me gusta tener sexo con mis pensamientos suicidas —replicó Axel—. Es ardiente cuando pienso ahogarme con un ramo de rosas.

El alfa le obligó a abrir la boca metiéndole unos dedos

—Podría ahogarte con mi polla si tanto quieres algo en la boca, ¿quieres?

Axel se relamió los labios.

—¿En serio tienes ganas de follarte mi boca?

—Tengo ganas de follarme cualquier cosa, espantaste a mi novio, y creo que va a matarme mañana. Hoy necesito que un bonito omega con un culo gordo me dé abrazos.

—Sí es tu novio no deberías ponerle el cuerno —razonó Axel—. Pero... No me importa si luego te castra por esto.

Y de inmediato, Axel Green quizá movido por el alcohol o por las ganas, o por la mismísima Luna plateada, besó a Logan Hilton en un arrebato de toxicidad.

Y ahí comenzaron los problemas de la noche: con los amantes posesivos de Logan.

[...]

Durante los siguientes diez minutos de despertar del mayor recuerdo de su vida, Axel Green permaneció en un estado casi vegetativo donde solo podía mover la cabeza y soltar expresiones similares a las de un zombi. Haberse tomado un segundo de relax en la cama luego de salir de bañarse no fue del todo una buena idea. El viaje por la mañana había sido demasiado pesado como para creer que no estaría destrozado y muerto de sueño, así que quizá fue un acto insensato descansar en una cama mullida y creer que no se dormiría.

Por fortuna, el reloj marcaba una hora para las ocho. Aun llegaba a la cena con Hassan. Dios. Dios. ¿pero cómo iba a hacerlo luego de su gran descubrimiento? Aquella noche, en la fiesta más horrible de su vida, muy posiblemente... Oh Dios.

Axel se encogió de hombros y con una vergüenza descomunal, puso una mano sobre su vientre. Era plano, suave, blanquecino y sin ningún detalle que señalara su estado de embarazo. Imaginaba que se debía a su genética, no solo no poder embriagarse, o ser inmune a la voz de un alfa, ahora también descubría su habilidad para lucir normal. Lo cual no era tan extraño, porque los embarazos de su papá no se notaron hasta finalizando el segundo trimestre.

En fin. Tocar el vientre e imaginar que había una vida desarrollándose ahí, no le conmovió ni un pelo. Axel creía que ser tan descorazonado también venía de la genética de su papá. A diferencia de otros omegas, Axel no veía su embarazo como una vida gestándose, lo veía como estar alimentando un parasito con derechos próximamente humanos. Quizá cuando lo tuviera en los brazos, quizá ahí, recién sentiría ese apego emocional novelesco de omegas dramáticos, pero por el momento, no sentía nada más que... ¿nada?

La posibilidad de que ese parasito se tratara de la semilla de Logan era inexplicablemente coherente. Logan comenzó a molestarlo más, Logan estaba más presente en su vida, siempre estaba insinuando algo sobre aquella fiesta, y era hasta raro que Logan no temiera embarazarlo cada vez que follaban sin condón, y además... ¡Solo Logan lo embarazaría para hacerlo enfadar!

Axel dejó la estupefacción de lado e hirvió como una cafetera. En esa fiesta seguramente Logan acabó en su interior, le puso un hijo en el vientre para luego llegar como el alfa que lo salvaría de su tóxica familia y así consiguió que follaran en el estacionamiento. Ajá. Claro. Eso tenía todo el sentido del mundo. Logan lo manipuló para que tuvieran tanto sexo y volverlo adicto a su polla, eso explicaría porque Axel solo quería mamársela y sentir su corrida entre sus labios. Carajo, que sádico, hijo de puta, imbécil, manipulador.

No lo perdonaría. Jamás. Le haría una denuncia por abuso. Demonios. Se lo merecía. Aunque ahora estaba en una fiesta de la familia de Logan, y ellos parecían buena gente, así que quizá debería perdonarlo. Sí, eso sería lo correcto. Pero no se lo dejaría muy fácil. Logan tendría que follarlo cada mañana, tan temprano que cuando Axel abriera los ojos lo primero que viera fuera la verga de Logan dándole profundas embestidas que le llenaran de tanta corrida que cuando fuera a clase aun sintiera como se deslizaba en sus muslos, sí, eso estaría bien.

También Logan debería darle el dominio de su polla, así Axel podría chupársela cada vez que se le antojara, tanto estuvieran en el metro o en el parque, y los condones estarían prohibidos porque era un desperdicio que la leche acabara allí cuando bien Axel tenía una boca donde poder recibirla gustosamente, sí, muy bien, con eso Logan se acercaría un poco a su perdón, pero le faltaría muchísimo más.

—¿En qué estás pensando pequeño depravado?

Axel se sobresaltó apenas salió de su delirio místico y vio a Logan delante de él, cruzado de brazos y con una ceja alzada. Lucía irónico, como de costumbre, y Axel tenía el cuerpo demasiado caliente como para encontrar una respuesta que no delatara sus muy vergonzosos deseos.

—No pensaba en nada —respondió deprisa Axel huyendo de la mirada celeste del alfa—. Voy a salir en un rato.

—¿Con quién?

Axel detuvo sus movimientos de repente y observó a Logan no sabiendo si darle explicaciones o no. Es decir, no debía dárselas porque estaban en una relación abierta y podía decirle que iba a verse con un alfa, pero, por otro lado, creía que era importante decirle que había visto a Hassan. Además, si se concentraba en el presente y no en los recuerdos de la fiesta, quizá podría actuar con normalidad.

—Hace unas horas me encontré con Hassan —Logan se sorprendió y Axel procedió a explicarle—. No tuvimos tiempo de hablar, solo me dijo que vino a cuidar de una anciana más muerta que viva y unas personas lo invitaron a una cena de omegas con temática griega. Y él me invitó por si era una secta o algo así, incluso me dio esa caja con la ropa que debo usar para ingresar.

Hassan había sido muy específico al mencionar que no podía vestirse como sea, que había una regla de etiqueta que se debía respetar y que a lo mejor era ir desnudo que desobedecer. La caja era una blanca con un moño dorado, grande, con sandalias planas de tiras finas marrones, pulseras, aros, un collar de omega dorado y un traje.

Bueno, no era un traje. Era un vestido de seda de su tono de piel. Fino, delgado, casi traslucido. Axel parpadeó y la alzó a contraluz. Se veía de buena calidad y resistente, pero al mismo parecía frágil y liviana. Solo viéndolo sabía que no era de su talle, y al probárselo notó que sí le quedaba, solo que no tan suelto como debería. Se ajustaba en su cintura y los pliegues verticales caían hasta sus tobillos. Le incomodaba un poco la forma en que la tela no protegía del todo su cuerpo, como dejaba su espalda descubierta y sus pezones apenas escondidos por la tela.

Se sentía desnudo. Bañado por una ligera capa de polvo de estrellas.

Al salir del baño con el cambio puesto, Logan se le quedó mirando unos segundos. Recalculando. Axel no se sentía del todo bien vistiendo así frente al alfa que le había follado en numerosas posiciones, ¿entonces cómo podría ir a la cena?

—Nunca tuve la tan imperiosa necesidad de follarte —fue la desvergonzada declaración de Logan, Axel se puso rojo—. Es raro que te veas tan bien vestido cuando literalmente estás desnudo.

—No lo digas —suspiró Axel—. Hassan me invitó, quiero ir, pero no con esto.

—Harás que a varios se les ponga dura con solo mirarte.

—Gracias, mi sueño es provocar erecciones —ironizó Axel mordiéndose el labio—. ¿En serio luce tan mal?

—¿Cuándo dije que se veía mal?

Axel parpadeó, confundido.

—Dijiste que con esto querías follarme.

—¿Y eso es malo? —cuestionó Logan— Me encanta verte así, me dan ganas de llevarte a cenar con mi familia y follarte sobre la misma mesa.

Eso sonaba feroz. No creía que las madres de Logan lo vieran con buenos ojos si llegase a ocurrir, pero eso no le quitaba lo emocionante. Y lo fantasioso.

—¿Y soy yo el de los fetiches? —se rio Axel ruborizado—. Iré a cenar con mi hermano, a reconciliarme, tú esperarás aquí y podremos hablar de aquella mierda de relación abierta, ¿sí?

—También tengo una importante cena con mis madres, Axel —aclaró Logan—. Pero nos veremos mañana.

Tenía un mal presentimiento. El instinto del cuerno, le decían.

—Nos veremos en el comedor —insistió Axel—. Porque las cenas se hacen ahí.

—Debo ir al último piso —dijo Logan—. Cena arcaica sobre mi deber familiar y formación militar.

—No eres militar, Logan —refunfuñó Axel.

—Por eso debemos hablar de ello —se rio Logan saliendo de la habitación.

Algo escondía. Algo asqueroso y vil. Quizá un amante. Quizá iba a cenar con su ex. Y... si lo pensaba bien... Logan siempre decía que iba con su familia, pero desde que llegaron Axel no se cruzó con ninguno. Ese maldito hijo de perra que le hizo aceptar una relación abierta. Axel sacudió la cabeza sabiendo que Logan Hilton nunca fue de fiar, nunca fue un novio fiel y mucho un alfa que pudiera estar con solo un omega.

Pero Axel tenía ese vestido. Ese que Logan juró pondría a los alfas babeando. Y ese lugar estaba lleno de ellos, lleno de ojos, y lleno de cámaras de seguridad. El hijo de puta no iba a salirse con la suya, si Axel lo encontraba sobre otro omega, lo castraría, le arrancaría la polla solo para que supiera a quien le pertenecía.

***

La respuesta final la tenía la recepcionista. La beta esbelta de cabello café perfectamente vestida, con el uniforme impecable y una sonrisa de hielo. Axel esperó la respuesta casi anhelando un milagro ya que no había encontrado a Logan donde había dicho estaría.

—El matrimonio Hilton llegará mañana. Actualmente solo se encuentran los hijos —dijo ella—. No puedo dar más información.

Y entonces Logan Hilton dejó de ser un sueño primaveral y se volvió un invierno helado. Axel tragó saliva conteniendo las ganas de llorar, y se mordió el labio cuando lo sintió temblar. No sabía porque se sorprendía, pero... Había creído que... Quizá Logan no era ese tipo de persona. Y de la desolación para la venganza. ¿Llorar por Logan? Lo haría luego de darle maldito merecido a esa calentón de mierda.

—Necesito ver las cámaras.

—Denegado.

—¿Puede verlas usted por mi y decirme si mi novio está metiéndole la lengua hasta la garganta a un omega?

—Denegado.

—¿Puedo ser feliz?

—Denegado.

—¿Qué?

—Lo siento, la costumbre —la beta se alzó de hombros, desinteresada—. Si pretende infringir las normas de convivencia deberé reportarlo a mi supervisor.

¿Quién es el jodido supervisor? A Axel no le importó y pidió por él. Apareció de inmediato como un oso, grande, peludo, y fortachón. Pero era un alfa, y los alfas siempre tienen debilidad por más músculos que se cargaran. Axel mostró una sonrisa dulce, y no ignoró la desvergonzada mirada morbosa del alfa a su cuerpo, quizá a como el vestido no dejaba nada a la imaginación. Asi que aprovechando su único valor como ser humano, Axel se apoyó en ese alfa y no le dio un manotazo cuando este le manoseó el trasero. Solo necesitaba la información necesaria.

Y la obtuvo solo minutos después. Logan Hilton estaba en el último piso. En el verdadero último piso. La recepcionista le explicó todo ya que estaba en su tiempo de descanso.

—El último piso está dividido en dos partes, en una es una bodega de vinos, en la otra es la orgía.

—¿Qué?

—La orgía. Estas reuniones de familias clasistas y racistas suelen terminar en orgias. El ultimo piso funciona de escenario. Si tu novio está ahí, es que ha ido a coger, no hay otra excusa. Felicidades por los cuernos.

Ahora si necesitaba un cuchillo afilado. Iba a rebanarle todo, hasta el corazón. A Axel le dolía el pecho, un sentimiento que torció sus emociones a unas violentas e iracundas. Se metió al ascensor y presionó el botón. Cualquiera que lo viera lo definiría como la muerte. Nada lo detuvo cuando ingresó al verdadero piso diez, quizá porque los guardias definieron su mirada como algo a respetar, o porque su vestido encajaba con el concepto de orgía.

Sin cavilar, Axel entró a la fiesta con el mentón en alto y el cuchillo escondido. Su porte era elegante, silencioso y malvado. Pero lo que hizo que perdiera toda la compostura fue ver a un alfa masturbándose delante de dos omegas que se besaban.

Dos omegas que jugaban con sus lenguas y se tocaban y el alfa con la verga tan dura que estaba por reventar. Los omegas sonrieron entre ellos antes de compartir la polla con sus lenguas. Eran vulgares y descarados, unos... Dios. Axel se puso colorado y volteó a otro lado.

No tuvo que hacerlo. Un omega se balanceaba sobre una polla mientras que con su boca chupaba otra y con las manos les daba placer a otros dos. Un sueño... ¡Una pesadilla! Axel se cubrió los ojos y caminó deprisa buscando a Logan, cada rincón, cada espacio oscuro, gemidos, jadeos, chillidos y gritos. Los sonidos húmedos que se regulaban con la música, las cajas de lubricante, los dildos, los condones llenos de semen tirados en el piso, las sonrisas y, finalmente, el éxtasis.

Eran degenerados. Gente enferma. Repleta de traumas. De daddys issues. ¿Cómo podían tener sexo sin sentirse expuestos? Axel llegó a otra sala donde un omega tenía las piernas bien abiertas y una fila de alfas y betas se acariciaban las pollas esperando el turno para follarlo. ¿Cómo iba a aguantar tanto? Pero se veía realmente feliz, deseoso, como si estuviera en su lugar favorito.

Tenía que irse. Largarse. Pero la cabeza de Logan Hilton apareció justo cerca del balcón.

Con un omega. Con Liam.

El corazón de Axel se descompuso, se deshizo como tierra. El dolor pasaba por su garganta y llegaba a sus nervios recordándole que había omegas que podían conseguirse cualquier alfa solo moviendo las pestañas, mientras tipos como Axel debían sexualizarse para llamar un poco la atención.

Aun así, iba a castrarlo. Iba a rebanarle la polla para que no le hiciera eso a ningún otro omega. Logan no tenía corazón, no tenía alma, solo era un alfa manipulador. También le destrozaría esa cara bonita a Liam, teniendo una pareja por la que cualquiera mataría, ¿Cómo se le ocurría ponerle el cuerno? Nathan era un sueño, su sueño, no permitiría que le hicieran eso. Nathan merecía a un buen omega, uno fiel que le cocinara y le diera hijos... Uno que no fuera Liam. Axel solo pensaba en rojo cuando razonó que Liam era el problema, no Logan ni Nathan, ni los alfas.

Liam era el jodido problema. El como le sonreía a Logan, con esa falsa dulzura, con ese encantamiento de bruja. Seguramente le hizo lo mismo a Nathan. Seguramente se lo hacía a todos.

Axel se puso delante de ellos y se cruzó de brazos. A pesar de que ninguno se hallaba desnudo y ni siquiera daban señales de haberse manoseado, Axel no iba a perdonar esa traición. Logan lo miró de hito en hito mientras abría sus brazos, Axel le dirigió una mirada de asco.

—¿Qué te pasa? —preguntó Logan

—Dijiste que no hacían orgías en este evento —el tono de voz de Axel era helado como una cueva.

—Esta es una orgía privada —replicó Logan y Axel no le dio tregua—. Se que se ve raro, pero tiene una graciosa explicación.

—¿Cuál es?

—No puedo decirla.

—Tienes lengua, puedes decirla —escupió Axel—. Si quieres que te perdone solo debes arrancarte la lengua y cortarte las manos.

—Estás exagerando —musitó Logan—. No pasó nada.

—Es cierto, es una coincidencia —aclaró Liam con dulzura—. Lo que pasa es que yo me perdí y...

—No te pregunté —le cortó Axel.

—Pero debo aclararlo —insistió el maldito niño—. Sé que mi apariencia y cercanía con los alfas suele poner a sus parejas un poco irritadas, o inseguras, no los culpo, pero de verdad no soy ese tipo de omega. Solo me gusta llevarme bien con todos.

Axel solo escuchaba «Golpéame, golpéame, y no pares»

—El tema no es contigo, es con mi pareja.

—Aun así —Liam hizo un mohín que seguro le servía para causar ternura en alfas, no en omegas—. Logan solo me decía lo increíble que eras.

—¿Dices que tu pusiste a hablar con mi novio sobre mi persona?

Liam parpadeó.

—Una cosa llevó a la otra, pero descuida, no intento quitarte a tu pareja, si quisiera lo hubiera hecho —Axel no pudo contenerse y le agarró de la mandíbula para que tuviera la boca abierta. Liam le ponía de malas, le irritaba su aura angelical, sus gestos adorables y la forma en que parecía siempre salirse con la suya— ¿Eh?

Axel mostró una cajita de pastillas y las dejó caer una por una en la boca de Liam. Ni Logan reaccionó cuando Axel lo obligó a cerrar la boca.

—Esto es lo que sucederá si sigues hablando —empezó Axel—. Te tragarás esas malditas pastillas, tendrás calor y perderás los sentidos, te llevaré al baño y mantendré tus piernas abiertas sujetas a los extremos de un palo. Te pondré una venda en los ojos y pegaré en tus manos un cartel donde se ponga «Baño público, úseme por favor» para que todos los alfas vengan a follarte u orinarte, me da igual. Grabaré el momento y lo subiré a internet para que en el futuro ningún omega sienta inseguridad por ti, sino más bien lastima, ¿escuchaste?

Liam que hasta hace unos instantes parecía indestructible, tenía los ojos llenos de pánico. Axel gozó tener ese control sobre una criatura que se jactaba de su belleza como un superpoder, ver el miedo en sus iris, el temblor en su cuerpo, sus feromonas desesperadas. Logan interrumpió el bello momento dándole un beso que le nubló los sentidos a Axel.

Escuchó a Liam toser las pastillas, el como parecía faltarle aire y si tenía indicios de ataque de pánico, a Axel no le importó porque prefería que Logan le siguiera besando y llenara sus feromonas el ambiente. Cuando acabó el contacto, Liam ya no estaba y Axel estaba sonriendo.

—Te perdonaré porque sé que fue Liam el que buscó este encuentro. Es ese tipo de omega.

—Comprendo —aceptó Logan y el corazón de Axel se alivió—. Debemos terminar, Green.

—¿Qué? —preguntó Axel— No, no vamos a terminar.

—Eres extremadamente toxico, extremadamente inseguro, y extremadamente celoso —enumeró Logan riendo, cansado de todo, Axel se negó a aceptarlo—. No sé si es que en serio piensas que te pondré el cuerno o solo te esmeras en que pase.

—Tú te esmeras en que lo piense —replicó Axel—. Siempre le coqueteas a los omegas.

—Es parte de mi personalidad.

—Entonces ser tóxico es parte mi personalidad —ironizó Axel—. Eres un alfa, deberías ponerte celoso de que otro alfa me hable pero te da igual.

—Te doy tu espacio.

—No quiero un puto espacio separado de ti —exclamó Axel—. No me haces sentir deseado.

—Siempre tenemos sexo.

—Porque yo tomo la iniciativa —resopló Axel—. Siempre has tenido citas alucinantes con tus ex, lo he visto en tus redes... ¿Cómo crees que me hace sentir eso si ni siquiera me llevas a comprar pan?

—No te gustan las fiestas, odias el aire libre, prefieres jugar videojuegos, odias las fotos, no te gusta el puto pan, Axel.

—¿Cómo sabes no me gusta el pan? —se sorprendió Axel.

El alfa rio, suspirando.

—Hace unos años la profesora Piper horneó pan, solo eso, y nos lo trajo. Tú lo aceptaste, pero hiciste ese diminuto movimiento con la nariz cuando algo te causa desagrado. No te gusta el pan, ni los nachos. Eso sé de ti, ahora dime si tu sabes algo de mí además de todo lo que pudiste averiguar googleando mi nombre revisando cada enlace y documento. Estudiamos análisis de datos juntos, Axel, sé que pudiste averiguar hasta mi número de seguro.

—Y tienes uno muy bueno —señaló Axel y luego se ruborizó—. No sé mucho de ti, no me gusta preguntar, siento que eso podría incomodarte e irritarte.

—Y a mí no me gusta adivinar que es lo que quieres o no —le dijo Logan acariciándole la mejilla—. No me gusta tener el presentimiento de que cuando tenemos sexo piensas en alguien más. No soy estúpido, ni ciego.

Axel quedó mudo. Aturdido por la ola de sentimientos que se apilaban en mente. Una bomba explotando. Una fantasía haciendo añicos. El alfa no le miraba con ira, o tristeza, solo era una mirada compasiva. Compasiva hacia la relación que mantenían. Una que nunca tuvo que haber empezado.

—No quiero que esto acabe —musitó Axel con los ojos vidriosos—. Perdóname, soy estúpido, inseguro, y suelo arruinarlo todo... Es solo que... No puedo evitar preguntarme si es que no debería prepararme para el momento en que me dejes.

—¿Por qué iba a dejarte? —se burló Logan—. Eres la fantasía de cualquiera alfa. Tus feromonas son asombrosas, tu personalidad me alegra todos los días, y siempre estás dispuesto a tener sexo en cualquier lugar. Si los alfas descubrieran la persona que se esconde detrás de esa mirada gruñona, joder, tendría un miedo atroz a perderte.

—¿Entonces porque propusiste una relación abierta? —el corazón de Axel bombeaba alegría— ¿Por qué aceptarías compartirme?

—Porque soy estúpido.

—El más estúpido —repitió Axel besándolo—. Solo quiero sentirme deseado por ti, ¿acaso no lo entiendes?

—¿En serio solo quieres eso? —murmuró el alfa bajándole los tirantes del vestido. Axel lo permitió sin abochornarse, sintiendo los dedos acariciando superficialmente la punta de sus pezones que rápidamente tomaron forma— Lo haces relativamente fácil.

—¿Sí? —Axel empujó a Logan contra el respaldo del sofá—. ¿Qué tanto?

—Así —señaló el alfa agarrándolo de una mano para apoyarla en su entrepierna. Axel agrandó los ojos al sentir su dureza tan fuerte—. Asi de fácil.

Fue como un sueño cuando el alfa le mostró la parte delantera, sus abdominales bien definidos, esos hombros y el gran pedazo de carne que se erguía como acero. Joder. Joder. Solo la vista hizo que la boca de Axel se llenara de saliva. Ya lo había visto numerosas veces, pero siempre quedaba impresionado porque era hermosa la manera en la que se marcaba en la tela del pantalón.

Axel no tardó casi nada en mover sus manos hacia el cierre y liberar esa polla necesitada de atención, y casi gimió del gusto cuando la verga le rebotó en el rostro de lo erguida que estaba. Dios que caliente, grande y gruesa. Tan dura como una puta piedra, el glande bien hinchado y las venas talladas a su alrededor. Axel la tomó con la mano sin poder cerrar los dedos, subió y bajó por toda la longitud

—Extrañaba esto —musitó Axel sintiéndola caliente y palpitante—. La quiero en la boca, ¿puedo?

—Es tuya.

—Mía —repitió nublado del placer Axel—. Toda mía.

Relamiéndose los labios, Axel pasó la lengua por toda la carne hasta besar la cabeza hinchada. Era deliciosa. La tomó con la boca, metiéndola lo más que podía. Le gustaba de una manera alucinante que encendía cada nervio de su cuerpo. Es que no tenía sentido. Se había vuelto adicto ¿Cómo puede ser que a un omega de buena familia le gustara tanto que le follaran la boca? Su papá estaría horrorizado, su hermano asqueado. Los omegas habían luchado por años para que dejaran de ser vistos como objetos sexuales, pero ahí iba Axel llorando porque quería chupar una polla. Era una vergüenza de ser humano, de persona, joder. Axel era un omega privilegiado que tuvo muy buena educación y modales, pero ahora se comportaba como si hubiera salido de un burdel.

—Abre más —ordenó Logan clavándose en su boca de golpe y a pesar de que a Axel le faltó aire, no se quejó, debía agradecer que le dieran ese uso a su boca—. No derrames ni una gota.

Axel asimiló las palabras con torpeza. Las embestidas iban con fuerza y la polla se deslizaba en su garganta, saliendo y entrando con rapidez dejándole solo microsegundos para tomar aire al mismo tiempo que ponía su lengua a jugar con el glande, envolviendo la textura y saboreándola. Demonios. Axel lubricó sin pudor hasta que tuvo los muslos empapados de deseo. Su estado debía ser muy notorio, al menos lo suficiente como para sentir las miradas de los otros alfas sobre su cuerpo. De por si la ropa era un poco traslucida y sumado a tener el culo empinado y la boca devorando una gran y buena polla, la imagen que le daba a esos desconocidos no era muy diferente a la que encontrarían en un video para adultos.

Le daba igual que le miraran con morbo, prefería seguir disfrutando de la follada de su boca. Tomó una bocanada de aire y volvió a devorarla con rapidez. Bajaba y subía por la longitud tanto como podía, avivando y masajeando el miembro para que por fin le diera su jugoso premio. El líquido preseminal hizo acto de aparición y Axel se usó su lengua para lamerlo hasta que la sintió ponerse más dura y rígida, y sabiendo lo que venía, engulló la cabeza del miembro aun chupando y acariciando porque no podía quedarse quieto.

Fue entonces cuando lo sintió. De la base subiendo por el tronco, como una ola furiosa y violenta. Axel tomó toda la descarga del alfa, con los labios bien cerrados alrededor de la polla para no desperdiciar ni un hilo, y tragó todo lo que el alfa iba disparándole en la boca. Entonces Logan le sacó la polla de golpe de los labios y le acabó en los pezones. Axel por la sorpresa quedó con la boca medio abierta permitiendo que los mirones de la fiesta vieran su boca mancillada de blanco y como de las puntas enrojecidas de sus pezones escurría la corrida de un alfa.

Dios. Tragó la corrida y se limpió los labios con la lengua. Si supieran que estaba embarazado sería todo un escándalo.

—Qué pervertido —murmuró Axel riendo mientras se acariciaba la punta de los pezones—. Cualquiera imaginaría que esta leche que se derrama es mía, pero es tuya, ¿no te parece un poco degenerado que profanes el lugar donde alimentaré algún día a mis hijos?

—Desde mi punto de vista, se ven muy bien así —afirmó Logan masajeándose la polla con descaro—. Hasta parecen más alegres.

Axel no tenía por qué avergonzarse considerando todo lo que habían hecho con anterioridad, pero no pudo evitarlo ya que era cierto. Cuando Logan se vino en sus pezones, estos se pusieron aún más duros y sensibles, hasta se hincharon como si la sustancia del alfa fuera un gel estimulante por lo que el alfa debía tomar la responsabilidad y aliviarlos. Sonriendo, Axel se sentó sobre la pelvis de Logan.

El alfa no tardó casi nada en devorarse esos extremos rosados que anhelaban ser chupados y pellizcados, y Axel jadeó con cada succión, con cada jaloneo y por la forma en que la textura de su lengua le hacía hormiguear los nervios. Sintiendo la punzada de la polla del alfa bien dura contra su vientre, no dudó en tomarla con los dedos direccionarla a su entrada y gimotear mientras la sentía abrirse paso entre sus paredes, en como el tallo venoso se deslizaba en su cuerpo y como le gustaba sentirse así de lleno.

—No te di permiso para que usaras mi polla para esto —se burló Logan y Axel lejos de avergonzarse por su desvergonzado accionar, comenzó a subir y bajar, lento y profundo buscando ese pequeño interruptor que despertaba la parte más sincera de él. Al hallarlo, se mordió los labios y comenzó a dar fuertes azotes con el culo contra la pelvis del alfa—. ¿Cómo es posible que un omega que no está en celo sea tan caliente?

—¿Cómo es posible que un alfa no pueda prestarle su polla a un necesitado omega? —replicó Axel jadeando. Montar la polla de Logan le llenaba de gusto. El lubricante de su cuerpo hacía que se resbalara más fácil y sonara la humedad con cada arremetida. Había algunos curiosos de la fiesta que se masturbaban con la verga afuera, pero Axel solo podía pensar en la de Logan, en cómo le ponía la mente en blanco y lo volvía una puta muy deseosa. Subió por completo hasta sentirla casi afuera, y se dejó caer sobre ella gimiendo—. Necesitaba esto con urgencia, me estaba volviendo loco.

—¿Necesitabas brincar sobre una polla? —las manos del alfa se posaron en la cintura de Axel—¿Tanto te gusta que parece que fueras a llorar si te empujo?

—Si, sí... Me encanta. Me hace muy feliz —admitió Axel contoneándose sin vergüenza y Logan, de repente, le devoró los labios, su lengua húmeda acariciando la suya, su ferocidad, el dulce en el roce de sus labios. Eso hizo que perdiera completamente la mente y cuando Logan comenzó también a moverse levantando las caderas cada vez que Axel bajaba, ahí fue el punto de quiebre. Axel llegó al éxtasis con el corazón inflado de alegría y deseo, de obsesión. Su corrida humedeció la tela del vestido, pero en ningún momento paró de dar saltos sobre el falo—. Sí... Sí... Más. Quiero más.

Logan lo volvía loco. Le hacía subir a las nubes, y luego lo arrastraba al infierno, ¿cómo podría vivir sin él? ¿cómo no podría imaginar un futuro donde despertaba a su lado? Era el indicado. Era perfecto. El alfa con cada estocada le hacía pronunciar un gemido incluso más fuerte, cada vez más vertiginoso, certero y profundo. La fuerza de Logan provocaba que Axel terminara saltando sobre la polla con desesperación, sintiéndola agrandarse y el glande por reventar.

—¿Adentro? —preguntó Logan solo para pervertirlo— ¿O afuera?

Axel le mordió el labio superficialmente.

—Tú sabes que es lo que me gusta —murmuró Axel clavando las uñas en la espalda del alfa al sentir el derrame. Caliente, espesa, suya—. Muy buena.

Incluso luego de eso, no pudo tener suficiente. Ni Logan. Siguieron besándose, montando, follando, en esa puta fiesta orgásmica. Axel solo podía asentir ante cualquier comentario morboso que pronunciaban los desconocidos respecto a cómo se devoraba la polla de su novio. Y cuando creyó que tuvo suficiente de tener público, le susurró a Logan en el oído que fueran a la habitación.

Estaban tan desesperados por hacerlo, que el camino al ascensor se volvió parte del escenario. Axel apenas podía caminar con Logan encima devorándole el cuello a besos y restregando su palpitante y dura verga contra su culo. Era delicioso el contacto, la sentía húmeda y dura frotándose entre sus nalgas, como quería hundirse y llenarle de su esencia. Llamó al ascensor y la espera fue infinita. Y su calor no dio tregua ni cuando entraron a tropezones y se dio contra el tablero de botones.

—No aguanto esta tortura —gimió Axel finalmente. Estaba un poco perdido en el deseo, por lo que le pareció completamente racional darle la espalda a Logan, subir el vestido hasta la cintura y empinar el trasero. Separó el par de volúmenes de carne y mostró su entrada que seguía derramando hilillos de corrida—. Fóllame aquí.

Se sentía muy indefenso, muy necesitado. Vulgar. Una criatura sucia que solo pensaba en complacerse sin importarle nada. Y Logan era el único que podía entenderlo, el único que le daba todo lo que necesitaba. El más perfecto. El alfa respondió apoyando el glande en su agujero y sin esperar ni un segundo, clavarse de una estocada.

—¿No te importa que te vean? —cuestionó sin sentido Logan— Hay una cámara allí

Axel suspiraba agitadamente cuando Logan lo obligó a que mirara a la lente que los grababa, en la que seguramente había alguien atrás contemplando la situación indecorosa donde un alfa y un omega tenían sexo en un ascensor. Lejos de cohibirse, Axel sonrió y mostró el dedo medio moviendo sus caderas hacía la pelvis del alfa con urgencia.

—Es completamente natural que un alfa y un omega tengan sexo donde quieran —explicó Axel jadeando—. Debería ser ley.

—Perdiste la cabeza, ¿verdad? —se burló Logan.

El ascensor comenzó a funcionar. Era de madrugadas, dudaba que hubiera alguien que detuviera el elevador en un piso y se topara con tremenda escena, y aunque fuera así, Axel no iba a detenerse. Con cada embestida, pasaba a segundo plano la moralidad y la vergüenza. La imagen de estar recibiendo una buena polla le hacía agua la boca, el que otros pudieran verlo solo lo hacía sentirse superior.

En realidad, Axel nunca esperó que el ascensor se detuviera en un piso, pero cuando sucedió apenas podía comprender lo peligroso y morboso de la situación. Cuando las puertas metalizadas se abrieron, Axel soltó una risita de burla al ver a Liam del otro lado. La misma puta que le ponía los cuernos a buen alfa y quiso tener a Logan esa noche.

Sus ojos azules estaban bien abiertos y su pálida piel se había puesto roja como un tomate. Había algo de incredulidad, vergüenza e ira en su mirada, y Axel pensó que fue su imaginación celosa la que le hizo ver a Liam a segundos de llorar.

—Más —pidió Axel recobrando el recuerdo de cuando vio a Liam en una situación semejante—. Más fuerte.

Las puertas se cerraron con un arrastre lento. Solo unos pisos después llegaron a la habitación. Iban uno sobre otro, y ni entrando a la habitación se dieron privacidad. Axel terminó acostado en la alfombra con las piernas abiertas y apoyadas en los hombros de Logan. El alfa iba hundiéndose tan gozosamente que Axel estaba por cuestionarse si es que había algún limite para lo bien que se sentía. La puerta seguía abierta y cualquiera podría verlos fornicando como animales en la entrada, pero tentó a su suerte a que sucediera porque no iba a detenerlo por nada del mundo.

Era omega, su lugar era yacer bajo un alfa todas las noches y ahora por fin no le avergonzaba admitirlo.

***

Axel Green despertó alegre, casi cantando y bailando. Su novio le había follado toda la noche. Aún sentía su sensible agujero deseando más polla, pero sabía que había sido suficiente. Logan se había ido temprano porque tenía actividad con el club de caza, y Axel estuvo toda la mañana durmiendo abrazado a la ropa de su alfa.

Solo cuando fue el momento de asearse fue capaz de notar el desastre. Sus piernas temblorosas, débiles, de no ser por las jornadas de ejercicio a la mañana quizá estaría paralitico. Luego su piel toda magullada, sus glúteos con moretones en formas de grandes manos, los chupetones en su cuello, las mordidas en su pecho, su entrada goteando por sus muslos. La vista era tan buena que Axel pensó en tomarse una foto y mandársela a Logan con un comentario corto «Así quiero despertar cada mañana». No lo hizo por el pudor, aun tenía un poco de eso.

Diez minutos después de arreglarse y verse completamente presentable, bajó al comedor para desayunar. Eran pasadas las ocho y había muchas personas con uniformes verdes cargando armas como quien hace unboxing de maquillaje. Axel no sabía a qué mesa acercarse porque todas estaban ocupadas por personas que no conocía y tenían rostros de poder matarlo si los molestaba, así que desistió de llenarse de carbohidratos y fue a la mesa vacía de frutas que estaba al lado de la puerta que daba al exterior. Antes de darle un mordisco a la manzana, alguien lo agarró por detrás y Axel alzó el mentón para saber quién era.

Por supuesto. Logan. A Axel se le dibujó una sonrisa mientras entrelazaba la mano con la de Logan. La gente iba llegando con sus uniformes para la ocasión, los niños con sus mochilas y los omegas con las ropas típicas de hogar. Todo perfectamente en el estereotipo americano. Solo hubo algo que lo descolocó.

—Pensé que eran solo los alfas quienes cazaban en serio —musitó Axel mirando al que reconoció como el ex de Logan que mencionó Brice. Pelirrojo, vestido de militar limpiando un rifle. Tenía un aspecto poderoso con sus gafas de sol, los auriculares y los cuchillos de luna sujetos con tiras a sus muslos—. No que había omegas participando.

—¿De verdad? Creo que mencioné que era variado.

—Mencionaste que los omegas se quedaban a comer pastel y cuchichear —se enfadó Axel— ¿O sea que puedo participar?

—¿Sabes diferenciar el norte del sur?

—Tengo una buena conectividad móvil

—Entonces no, Green. No puedes —rio Logan—. La mayoría prefiere quedarse, los pocos omegas que asisten: van acompañados de sus familias o son profesionales. Algunos solo siguen la tradición. Tu no debes cumplir con nada, solo relájate.

Axel lo hubiera hecho. Es decir, estaba muy dispuesto a no hacer nada, pero su cuerpo se paralizó cuando Liam apareció en la entrada del comedor.

La primera vez que había visto a Liam, fue en un hospital. Con sus ropas en tonos pasteles y sueltas. Transmitía una aura inocente y amable, como de niño productivo e inteligente. Repitió ese estilo cada vez que cruzaban caminos, incluso la noche anterior lo había visto con una camisa verde pastel con los numerosos emojis de una sonrisa. Era indefenso, quizá doble cara, pero adorable y gentil. Axel le había amenazado, lo había hecho llorar, creyendo que con eso podría vivir tranquilamente.

Pero el Liam que ahora veía era todo lo contrario. Una mirada orgullosa que escupía fineza y buena sangre. Había reemplazado los colores pasteles por negros y rojos, la suavidad del algodón por el cuero y firmeza. Axel lo vio acercarse llevando una caja con la misma elegancia de una gacela y quiso derrumbarlo de un escopetazo. Axel no tuvo ni tiempo a reaccionar cuando Liam se presentó frente a ellos y abrió la caja.

—Felicidades —la sonrisa era falsa y de hielo, Axel dejó de respirar cuando Liam inclinó la caja para mostrar un biberón y pañales—. Felicidades por tus nueve semanas de embarazo, Axel.

Solo fueron esas palabras suficientes para que Logan sonriera y lo mirara esperando que fuera un chiste. Y como no lo era, Axel se delató a si mismo al no responder. El alfa chasqueó la lengua y salió del comedor. Liam lo siguió con una sonrisilla de superioridad.

Bueno... Al menos pudo sentirse amado solo una noche. Y eso era lo máximo a lo que podía aspirar.

***

Notitas: PERDOOOOOOOOOOOON por la tardanza. Descubrí que escribo mas rápido sin música, veamos si con eso la sig actu será más rápida.

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