Mark sentía su corazón latir completamente acelerado, aferrándose a Johnny, a la espera de que su sueño pudiese extenderse por más tiempo y no perder a su esposo de nuevo. Necesitaba aprovechar cada momento, tocándolo, besándolo, sin embargo, el miedo volvió a atacarlo al creer que pronto despertaría solo en esa cama y estaba seguro de que no podría soportarlo.
—Por favor, no llores más —susurró Johnny, secándole las lágrimas suavemente y llenando su rostro de besos a la vez que Mark negaba con la cabeza.
—N-no quiero que te vayas, quiero tenerte aquí —jadeó, agarrando desesperadamente el pijama de Johnny, y tomando sus labios para después enredar los dedos en sus largos cabellos, llenándose del olor de su crema de afeitar y su jabón de baño, preguntándose por qué todo se sentía tan real.
—Me tienes aquí, no voy a irme —aseguró su esposo.
—Estás mintiendo, cuando yo despierte... —se detuvo cuando Johnny sonrió, haciendo pedazos todo su cuerpo porque nunca le había visto sonreír de una manera tan hermosa y compasiva.
—Esto no es un sueño, Mark, estoy aquí, contigo y no planeo volver a dejarte solo —manifestó—. Realmente lo lamento demasiado.
Mark se quedó mirándolo en silencio, con sus pupilas temblando tanto como su labio inferior.
—¿No vas a preguntarme qué de todo lamento? —inquirió Johnny, acariciándole el rostro y llevando hacia atrás sus cabellos para poder ver sus brillantes ojos.
Mark soltó una lenta exhalación y luego volvió a arrojarse sobre él, para besarlo desesperado, enseñándole ese conjunto de sentimientos que había guardado dentro de sí. Tomando sus labios sin tener que fingir que no era algo que realmente deseaba, sintiéndose correspondido, como nunca antes esperó volver a sentirse.
—Te extrañé demasiado —musitó sobre sus labios mientras Johnny le miraba fijamente, con sus ojos repletos de lágrimas y asentía arrepentido.
—Yo también lo hice, no podía sacarte de mi cabeza día y noche. Sé que estoy siendo egoísta, sin embargo, no soy capaz de vivir sin ti, no puedo aceptar que estás pasando por tantas cosas y yo no esté para ayudarte o consolarte. Me arrepiento de haber tardado tanto —se detuvo, tragando con fuerza y haciéndosele imposible alejar sus manos de él—. Cuando la abuela y Nathalie se marcharon, me di cuenta de lo que estaba haciendo y de lo mucho que tengo que aprender de ti, te necesito demasiado, Mark Lee.
Mark se abrazó a él entusiasmado, negando con la cabeza muchas veces.
—No puedo creer que esto sea cierto —comentó con una enorme sonrisa.
—Debes creerlo. ¿Recuerdas lo que me dijiste la última vez que nos vimos? —indagó Johnny—. Me dijiste: "si regresas, entenderé que quieres un reinicio de todo esto" —repitió porque lo tenía grabado en su mente—, y realmente lo deseo, lo necesito desesperadamente y espero que no sea demasiado tarde para hacerlo.
Mark exhaló, apretando los labios para no ponerse a llorar.
—No es tarde para hacerlo, te extrañaba mucho, John —musitó—. Quería ser sincero contigo, contarte cómo me siento, escucharte, que me escucharas... quería tantas cosas —añadió y luego negó con su cabeza—. Las sigo queriendo, así que debes hacerte responsable.
Johnny asintió, dándole un beso en los labios que no extendió demasiado.
—Ahora, bájate, por favor —comentó y Mark se dio cuenta de que se encontraba encima de Johnny, advirtiendo algo que no esperaba sentir cerca de sus glúteos y que le hizo sonrojar por completo. Johnny apretó los labios avergonzado y decidió sentarse rápidamente y salir de la cama, cargando a Mark a su vez y consiguiendo que éste envolviera sus piernas en su cintura debido a la impresión.
Johnny suspiró y le dio un último beso, luego dejó que Mark le abrazara mientras ocultaba su rostro abochornado en el cuello de él, hasta que el mayor finalmente lo dejó en el suelo.
—Quítate los lentes de contacto y cámbialos por tus anteojos, se van a irritar tus ojos —le reprendió—, también debes comer, me dijeron que hoy no has probado un solo bocado —añadió, cruzando los brazos sobre el pecho—. Las empleadas están esperando a que bajes a comer.
Mark le miró ceñudo y Johnny sintió su corazón encogerse porque extrañaba verlo en contra de lo que él le pedía.
—No quiero ir solo.
—Te acompañaré en un momento, tengo otro problema que atender —respondió con cierta malicia, causando que Mark terminara ahogándose con su propia saliva.
Johnny se le acercó para asegurarse de que estuviera bien y Mark negó con las manos, agarrando sus anteojos de la mesa y el estuche de sus lentes de contacto para salir de la habitación mientras se maldecía por sentirse tan abochornado e inexperto ante ese tipo de situaciones. De seguro Donghyuck y Jaemin hubiesen sabido qué responder y habrían aprovechado la situación, sin embargo, él terminó huyendo y metiéndose al baño de uno de los pasillos para cambiarse los lentes mientras que se miraba una y otra vez al espejo y negaba con la cabeza en desacuerdo por cómo se comportó, jadeando cuando en su mente se formó la imagen de Johnny "encargándose de su problema" y él apretó los ojos, sacudiendo nuevamente su cabeza mientras jadeaba.
Decidió salir de ese baño cuando supo que su bochorno no se controlaría, y se encaminó hacia el comedor de primavera, ya que la abuela Misook tenía un comedor que se adaptaba a cada una de las estaciones. Topándose con Nathalie en el pasillo, la cual apretaba los labios para no dejar que una enorme sonrisa se formara en sus labios mientras ella escribía en su teléfono. Mark quiso hablarle, hasta que ella pegó un gritito emocionado y dejó caer su móvil cuando recibió un mensaje, asustando al otro y luego guardando la compostura cuando se enteró de que éste le miraba sin entender.
—¿Está todo bien? —inquirió Mark y Nathalie asintió, fingiendo poca emoción.
—Claro, lo está —aseguró, estando a punto de preguntarle dónde estaba su hermano, hasta que Johnny apareció detrás, sin entender qué hacía el móvil de su hermana en el suelo e inclinándose para tomarlo. Frunció el ceño profundamente cuando una llamada inició y vio el nombre de un hombre acompañado de un corazón rojo en la pantalla.
—¿Quién es Doyoung? —reclamó y Nathalie le arrebató el teléfono.
—Lleva a Mark a cenar, son casi las once —alegó, continuando su camino por el pasillo con el mentón el alto mientras Johnny la miraba extrañado.
—¿Estás saliendo con alguien? —habló fuerte para que ella lo escuchara—. Primero deberías conseguir graduarte de la universidad —alegó, haciendo que ella se detuviera y luego Johnny sintiera la mano de Mark aferrarse a su pijama cuando la chica se dio la vuelta.
—¿Lo escuchaste, Mark? —preguntó y el mencionado no supo cómo responder—. Deberías salir con John únicamente cuando te gradúes de la universidad, él puede esperar —interpretó y Johnny exhaló por lo bajo.
—No es lo mismo, Mark y yo estamos casados —se defendió, pues ya estaba al tanto de que Mark en ningún momento había firmado el divorcio.
—Pueden divorciarse y casarse de nuevo cuando sea oportuno —aseguró Nathalie, comenzando a acercárseles y haciendo que los dos retrocedieran un paso debido a su brillante mirada—. Vete, yo cuidaré de Mark, tú encárgate de tus asuntos y regresa dentro de un par de años —añadió, intentando agarrar a Mark del brazo, sin embargo, Johnny lo jaló más rápido y negó con la cabeza, intentando decir algo sin conseguirlo, así que exhaló y se llevó a Mark con él mientras escuchaba a su hermana reírse.
—¡Ve a dormir, tu rostro va a arrugarse! —soltó Johnny cuando estuvo lo suficientemente lejos, apresurando los pasos por aquellos pasillos mientras Mark sonreía—. ¿Sabes quién es Doyoung? —inquirió con verdadera intriga.
—No lo sé —aseguró—, pero Nathalie...
—No puede cuidarse sola —bufó Johnny de inmediato y muy ceñudo, ingresando al comedor donde todavía se encontraban Boyoung, Hoon y Misook. La pareja tomaba a la abuela de cada mano, en lo que parecía ser una despedida de buenas noches, hasta que posaron sus miradas en ellos.
—¡Lo conseguiste! —comentó Boyoung entusiasmada—. Tae no quería irse sin saber que Mark había hablado contigo, se marchó hace un par de minutos con YoonOh, porque Jungwoo les avisó que Sunmi ya estaba dormida —contó, puesto que Taeyong y YoonOh la habían dejado pasar el día con Theo, sin saber que tardarían tanto porque Johnny llegó de improvisto a las seis de la tarde.
Cuando aquello ocurrió, Boyoung no pudo contener sus lágrimas al verlo, pues ella ya estaba al tanto de que Johnny no estaba dispuesto a salir del centro de reposo mental debido a la culpa que sentía por todo, sucediendo lo contrario.
Lo acapararon por casi dos horas a pesar de que veían en sus ojos el desespero por ver a Mark, sin embargo, una de las empleadas les había confirmado que Mark al fin dormía, ya que todos sabían que ese chico pasó la tarde entera fingiendo que lo hacía. Luego, cuando Johnny no pudo quedarse más tiempo con ellos, Nathalie le exigió darse una nueva ducha y afeitar su barba, porque verle así únicamente le hacía pensar en el Johnny que vio dentro de ese centro de reposo mental y le dolía. Johnny le hizo caso, siendo seguido por todos en cada espacio que estuvo hasta que finalmente le pidieron que cuando hablara con Mark lo hiciera bajar a comer, ya que intentarían esperar en el comedor, porque desean ver la tranquilidad en los ojos de ese chico.
—Creo que al fin podré dormir en paz —comentó Boyoung, moviendo una silla para que Mark se sentara, luego de ver a una de las empleadas llegar con los platos para que Mark y Johnny cenaran.
Todos se despidieron con amplias sonrisas y Mark miró extrañado a Johnny cuando tomó la cuchara con ojos hambrientos.
—¿No habías cenado?
—No iba a hacerlo sin ti —aseguró con una sonrisa—. Extrañaba mucho comer con tu compañía.
Mark le miró tocado y agarró la cuchara mientras asentía, comiendo a la vez que Johnny lo hacía mientras disfrutaba de cada cucharada, recordando lo agradable que era comer a su lado.
Jungwoo suspiró alegre mientras observaba el jarrón que había puesto en el centro de su mesa de café, éste cargaba con tantas rosas que él creía que podrían quebrar el vidrio, mientras Suni caminaba torpemente por los espacios libres de esa mesa, intentando buscar la manera de llegar a ellas.
Yukhei le había enviado aquellas rosas esa tarde, junto con una pequeña nota que buscaba reconfortarlo por haber perdido a sus cactus, asegurándole que en un futuro tendría un enorme jardín donde crecerían tantas plantas y flores que él no podría cuidarlas solo, haciéndolo sentir lleno de energía y amor durante ese día en el que Theo y Sunmi parecían no tener descanso.
Solo Jeno y Jaemin consiguieron que el par de niños cayeran rendidos una hora atrás, así que le puso el pijama a cada uno, con cuidado de no despertarlos y los dejó en la cama de Jaemin, puesto que éste tenía planeado marcharse a la mansión Jung, con intenciones de subirle los ánimos a Mark y conseguir que comiera, hasta un momento atrás, cuando Taeyong llamó para contarle a Jungwoo que Johnny estaba allí y todo finalmente estaba bien, así que Jaemin se negó a ir porque le ponía ansioso saber que toda la familia de Jeno se encontraba en la mansión Jung en ese instante.
—Yo... me marcharé antes de que mi hermano y mi tío lleguen —avisó Jeno después de haber estado hablando con Jaemin en la terraza de Jungwoo.
—¿Todavía tienes las llaves de mi auto, Jae? —preguntó Jungwoo, a causa de que Jaemin esa tarde había recogido a Jeno en el auto de Jungwoo y le había llevado escondido en los asientos traseros porque conocían a Minsuk y estaban seguros de que éste le contaría a Yukhei sobre su visita si le veía.
—Así es.
—Cuídate, Jeno, fue bueno verte —comentó Jungwoo, agarrando a Suni cuando ésta comenzó a chillar al ya no querer estar más sobre la mesa de café y manteniéndola alejada de Jeno, puesto que ese día se enteró de que al igual que Yukhei, Jeno era alérgico al pelaje de los animales, a pesar de que éste también tomaba medicamentos debido a los Border Collie que poseía su abuela y que él cuidaba gran parte del tiempo.
Jeno acarició la cabecita de la gata y luego le sonrió a Jungwoo, teniendo el impulso de agarrar la mano de Jaemin, pero conteniéndose para salir junto a éste. Jungwoo tomó asiento de nuevo en el sofá cuando el par de chicos cerraron la puerta, volviendo a mirar las rosas con una amplia sonrisa y sintiéndose emocionado porque Yukhei le había avisado que llegaría al día siguiente, por lo que tenía planeado irle a recoger al aeropuerto junto a Theo, saliendo de sus pensamientos cuando escuchó unas voces en el pasillo, aunque no pudo oír exactamente lo que decían, sin embargo salió y encontró a Taeyong de brazos cruzados mientras miraba con una ceja enarcada a Jaemin y Jeno, mientras YoonOh intentaba no reírse por aquella situación.
—Ah, Jungwoo, no vas a creer lo que vi —comentó Taeyong con una sonrisita en los labios mientras Jaemin estaba tan abochornado que su rostro, cuello y orejas se veían completamente rojos.
—Por favor, Tae, solo cállate —suplicó Jeno por lo bajo.
—Yo sabía que ambos no eran solo amigos —aseguró el Lee mayor, pasando sus brazos sobre los hombros del par de jóvenes para obligarlos a regresar dentro del apartamento de Jungwoo, el cual no sabía cómo actuar, porque estaba seguro de que YoonOh le diría aquello a Yukhei.
—Somos amigos —aseguró Jeno y Taeyong se detuvo ceñudo.
—Oh por Dios, cómo te atreves a decir aquello luego de que tenías a Jaemin acorralado en el pasillo mientras le comías la boca, eres un chico desvergonzado, Lee Jeno, no te enseñé ese tipo de cosas —soltó con su dedo índice en alto y muy indignado—. No creo que Jaemin esté a favor de lo que dices —añadió mientras Jungwoo les observaba sin habla y a punto de arrojarse desde el balcón de la terraza—. Oh, mira, dejaste también a Jungwoo absorto.
—¡No es mi culpa! —se quejó Jeno, encogiéndose cuando Taeyong alzó la mano, fingiendo que iba a golpearlo, sin ninguna intención de hacerlo.
—Eres... ah... —Taeyong negó con la cabeza.
—Es cierto, señor Taeyong —musitó Jaemin—, no estamos saliendo... todavía —añadió, mirando a Jungwoo.
—Está bien, no vamos a formar un problema de esto, son sus decisiones —comentó YoonOh, palmeando las espaldas de Jeno y Jaemin—. Parece que Jeno estaba a punto de irse —añadió—. Ve con cuidado, ¿está bien? —le dijo a su sobrino y éste asintió con un rostro descompuesto al advertir que Taeyong le miraba con los ojos entrecerrados.
—No deben decirle esto a nadie más, por favor —musitó Jeno.
—¿Te atreves a negarlo todo en frente de Jaemin? —jadeó Taeyong.
—¡No es así! —casi chilló Jeno.
—Vete —YoonOh los empujó fuera del apartamento—. Solo eviten estar besuqueándose afuera del pasillo de Jungwoo y Yukhei —pidió.
—El señor Yukhei está incluido entre las personas que no deben saberlo —aclaró Jeno, causando que YoonOh y Taeyong le miraran sin comprender, luego pasaron su vista a Jungwoo, el cual les devolvió la mirada asustado y luego fingió fruncir el ceño, como ellos lo hacían, para seguirles la corriente, pues no estaba dispuesto a afirmar que sabía sobre aquello si no se lo preguntaban directamente.
Jeno no pudo evitar soltar una risa agotada y divertida debido al rostro de Jungwoo, negando con las manos.
—Tal vez... todavía está molesto porque fui grosero con Jaemin al inicio, ya saben... —explicó rápidamente.
—Es cierto y te odiará porque ni siquiera te atreves a salir oficialmente con Jaemin. Tú también estás molesto, Jungwoo, ¿no es así? —preguntó Taeyong y el mencionado miró al par de chicos, viéndolos asentir por él e imitándolos solo por verlos haciéndolo.
—Voy a resolverlo, ¡adiós! —prometió Jeno, tomando la mano de Jaemin y corriendo fuera del apartamento mientras los hoyuelos de YoonOh se marcaban en sus mejillas, debido a lo mucho que sonreía.
Seúl. Domingo 24 de mayo de 2020
Donghyuck sacudió su mano cuando vio a Shotaro buscarlo entre las diferentes consolas que atestaban ese Arcade donde ambos quedaron en encontrarse. Shotaro abrió demasiado los ojos al ver su cabello de un tono violeta, abriendo sus brazos para saludarlo mientras aún se veía impresionado.
—Te queda bastante bien —le aduló y Donghyuck asintió con orgullo.
—Sungchan me dijo lo mismo ayer —comentó, a la espera de alguna reacción en el rostro de Shotaro, notando cómo su sonrisa se caía un poco, sin embargo, éste se forzaba a mantenerla, asintiendo únicamente a esto—. Creí que habías cancelado nuestra salida, no atendías el teléfono.
—Lo siento, estoy intentando tener un fin de semana libre de mi teléfono móvil —contó.
Todo se debía a que el viernes había tomado esa decisión, al pasar la última semana revisando el móvil, por si Taeil le había desbloqueado, pero no fue así, y a pesar de ello, el día anterior fue hasta su mansión, enterándose por los empleados de que éste llevaba una semana de vacaciones fuera del país, aunque no le dijeron exactamente dónde.
Luego de ello terminó visitando a Sungchan, porque estaba seguro de que Mark estaba con Johnny desde la mañana, porque éste debía ser recogido en el centro de reposo mental, así que no quería interrumpir su día repleto de amor y felicidad, pensando también que Jaemin no era una opción porque éste también estaría ocupado con Jeno.
Al visitar a Sungchan y contarle todo lo que le sucedió con Taeil, no pudo evitar notar que su expareja se veía extraño, aunque en el fondo pensaba que esto se debía al agotamiento con el que cargaba. Sungchan le aseguró que estaba así por lo mucho que estuvo estudiando y visitando el Centro Médico de sus padres para aplicar lo poco que sabía hasta el momento, mientras veía a los grandes médicos que trabajaban allí hacer su trabajo.
—¿Qué tal un poco de esto? —preguntó, apuntando un juego de encestar balones.
—Oh, realmente soy bueno en el baloncesto —comentó Shotaro emocionado, acercándose a la zona que le correspondía para iniciar el juego. Donghyuck no pensó que aquello era cierto hasta que su competitividad aumentó y ambos se vieron empatados tantas veces que tuvieron que intentar desempatar aquello en múltiples juegos, hasta que se dieron cuenta de que debían parar y fueron en busca de unas malteadas.
—Esto no puede quedarse así, alguno de los dos debe ganar —aseguró Donghyuck y Shotaro se rio.
—El que lo haga, deberá pagar la cena —propuso Shotaro y Donghyuck asintió.
—Está bien, pero dame un momento, necesito recargar mis baterías —pidió, bebiendo lentamente su malteada a la vez que su mente buscaba la forma de hablar con ese chico sin incomodarlo.
—Sungchan... —inició Shotaro, como si la vida intentara ayudarlo— ¿está bien? No le he visto hace bastantes días y me pregunto si le sucede algo —comentó, negándose a mencionar si acaso éste fue golpeado nuevamente por sus padres, porque no sabía si Donghyuck sabía sobre ello.
—No lo sé —contó con franqueza—. Es decir, lo vi ayer y se ve cansado, como muchas veces se ha visto con anterioridad a nuestros exámenes finales, son los peores para él, los que le permiten tener el promedio que sus padres desean.
Shotaro asintió muy despacio y Donghyuck apretó los labios, queriendo controlarse, sin embargo, no podía.
—¿Por qué has estado evitándolo? —inquirió—. No te forzaré a decírmelo como la otra vez, en realidad también quería disculparme contigo por cómo me comporté, fui muy grosero.
Shotaro sonrió tanto que sus ojos estuvieron a punto de desaparecer.
—No he estado molesto contigo —aclaró y Donghyuck estiró su mano para acariciarle los cabellos.
—Eres una muy buena persona —le dijo, sin insistir en su primera pregunta para cumplir con lo que decía.
Shotaro sonrió y volvió a beber de su malteada, alzando la mirada cuando ordenó sus pensamientos.
—¿Es demasiado obvio? —preguntó y Donghyuck inclinó la cabeza hacia un lado para intentar comprender—. Que Sungchan... me gusta.
Donghyuck exhaló y asintió.
—También es muy obvio que le gustas a él.
Shotaro miró hacia las decoraciones del café de aquel arcade, tan acorde a la temática del mismo.
—Lo evito porque no quiero que me guste mucho más —aclaró.
—¿Por qué no? —preguntó Donghyuck con cuidado.
Shotaro frunció un poco los labios, dándose cuenta de que nunca se había sentido tan cercano a otra persona para contarle sobre su vida, sin embargo, no podía negar que el tener a Donghyuck o a cualquiera de los chicos que se volvieron sus amigos ese año, lo llenaba de confianza.
—Eh... —inició, contándole los detalles más relevantes sobre su padre y luego quedándose en completo silencio, uno que Donghyuck rompió con una larga exhalación.
—¿Crees que... tal vez Sungchan será como tu padre? —inquirió.
Shotaro asintió.
—Yuta también estaba preocupado por ello y ahora, que no me ha vuelto a ver con él, se ve mucho más tranquilo, incluso Sicheng lo está, y sé que ambos quieren cuidarme —aclaró, luego se rio desganado—. Parezco un bebé al decir este tipo de cosas.
Donghyuck se rio y negó con la cabeza.
—No hay nada malo en ser el bebé de la casa —aseguró—. No lo hacen porque quieran avergonzarte —explicó, pensando en sus padres—. La semana pasada mencionaste durante el almuerzo que no llevabas una buena vida en Japón por los idiotas que te molestaban, tienes todo el derecho de ser tratado como lo mereces por parte de tu hermano y su novio, además, sé cómo se comporta Sungchan, pero él... lo hace para llenar el vacío que le dejaron sus padres. No quiero hablar demasiado al respecto, aun así, quiero que sepas que Sungchan necesita conocer lo que es el amor y tú... —se detuvo y sonrió— ya debes saber lo que quiero decir.
Shotaro asintió.
—Lo sé, aun así, no estoy listo para comenzar a preocuparme sobre si soy suficiente o no para alguien más —musitó, dejando a Donghyuck sin habla.
Jungwoo observó la pantalla de su teléfono y sonrió al ver una fotografía que Taeyong le envió minutos atrás. Se trataba de Suni durmiendo en el regazo de YoonOh mientras éste leía un poco, ya que su amigo le había propuesto cuidarla para que él llevara a Theo al parque antes de ir a recoger a Yukhei al aeropuerto.
Un nuevo mensaje apareció, en éste Jaemin le avisaba que había cambiado sus planes y que ya estaría ayudándole a Mark a mudarse a su mansión junto a Jeno, Shotaro y Donghyuck, pues finalmente había conseguido contactarlo porque no sabía nada de él desde el viernes. Jungwoo sabía que aquél era un mensaje para decirle por lo bajo de que ya se había asegurado de que Mark estaba feliz y bien, gracias a su exjefe.
—Junu, quiero jugar con esos niños —apuntó a un grupo de niños que corrían a unos cuantos metros de él.
—¿Y tu helado? —preguntó, ya que estaban esperando cerca de una caseta a que terminaran de preparar el helado con forma de pulpo que Theo deseaba comer.
—Lo comeré en un momento —explicó con una sonrisita y ojos brillantes.
—Está bien, pero ten cuidado, por favor —avisó—. No te alejes demasiado —añadió cuando lo vio con intenciones de correr, y luego le dejó un beso en la frente, para finalmente dejarlo escapar.
Bloqueó su teléfono y lo metió en su bolso para concentrarse en el juego de los pequeños, preocupándose porque no estaban en una zona de grama, sino una plazoleta de comidas que conectaba con la entrada al parque y un estacionamiento. Además de ello, en ciertos momentos un conjunto de chorros de agua era disparado desde el suelo, causando que los niños corrieran emocionados para evitar mojarse, así que, si Theo se caía y se lastimaba sus rodillas, ambos tendrían un gran problema.
Jungwoo recibió el helado cuando le avisaron que éste estaba listo e intentó que Theo lo mirara para que regresara y pudiesen caminar un poco más dentro del parque, donde sabía que encontraría a más niños jugando en la grama, evitando raspones o posibles gripes a causa del agua.
—Oh —una mujer habló a su lado y Jungwoo le miró levemente, volviendo su mirada a Theo hasta que ella llamó de nuevo su atención—. ¿Podrías decirme dónde lo compraste?
Jungwoo señaló con un dedo el puesto de helados y trató de mirar hacia donde se encontraba Theo huyéndole a un nuevo chorro de agua en una dirección más cercana a él.
—Muchas gracias, ¿puedo preguntarte algo más? —inquirió la mujer, obstaculizando su mirada y haciendo que Jungwoo finalmente se fijara en ella, observado su hermoso rostro perfectamente maquillado, como si se tratase de una modelo o una artista famosa—. Tu bolso, es una edición limitada de Louis Vuitton —comentó y Jungwoo observó el bolso en el que llevaba las cosas de Theo, sin saber demasiado sobre éste porque había sido el regalo que Sicheng le obsequió en su cumpleaños—. ¿Cómo lograste...? —Jungwoo la ignoró cuando vio a Theo caminar de la mano de otra mujer, sintiendo su cuerpo enfriarse cuando ella se volteó para cerciorarse de que él no estuviera mirando, y supo de inmediato que se trataba de Sohyun, a pesar del cubrebocas y la gorra que llevaba puestos, así que se puso de pie rápidamente, hasta que la mujer que le hablaba lo tomó del brazo, clavando sus largas uñas en éste mientras Sohyun caminaba mucho más rápido hacia el estacionamiento, comenzando a jalar a Theo cuando éste se giró para tratar de entender por qué Jungwoo no iba tras ellos—. Si guardas silencio, el niño no saldrá herido —amenazó la mujer a su lado.
Jungwoo sintió su cuerpo calentarse por la ira y la empujó, haciendo que cayera al suelo, mientras las personas a su alrededor se preguntaban qué ocurría.
—¡Suéltelo, ahora mismo! —gritó mientras corría hacia ellos.
Theo intentó soltarse de la mano de ella para correr hacia Jungwoo y Sohyun, al notar que todas las personas comenzaban a mirarlos y a hacer videos, se apresuró a abrir la puerta trasera del auto para meter al niño, el cual se resistió firmemente, así que ella sacó un pequeño revolver y lo golpeó en la cabeza, haciendo que el menor se desvaneciera y cayera al suelo justo en el momento en el que Jungwoo se acercaba, arrodillándose para tomarlo en brazos y quedándose congelado cuando la frente de Theo comenzó a sangrar y no le vio reaccionar.
La mujer que lo entretuvo en el parque le arrancó a Theo de los brazos, aprovechando que todo se movía a su alrededor, como si él hubiese sido el que recibió aquel golpe, aunque en realidad sabía que se debía a la sangre de Theo, escuchando a lo lejos cuando Sohyun posó el arma en su cabeza y lo jaló para obligarlo a meterse en la camioneta cuando vio que unos cuantos hombres se percataban de la situación y se acercaban para ayudar.
Jungwoo quiso arrancar a Theo de los brazos de esa mujer, quiso hacerlo a toda costa, pero fue incapaz de controlar su cuerpo, porque estaba luchando para no desmayarse, escuchando únicamente la puerta del auto ser bloqueada, viendo a Sohyun subirse para conducir precipitada y después todo volviéndose oscuro a pesar de lo mucho que se auto suplicaba por no perder el conocimiento y ayudar a Theo.
—¡Debemos llevarlo al hospital, está sangrando! —escuchó decir a la mujer desconocida con sus últimos esfuerzos.
—¡No seas tonta, Hyomin! No va a morir por un par de gotas de sangre, además, ¿sabes cuántas personas nos vieron? Tenemos que salir de la ciudad —exclamó Sohyun, siendo esto lo último que Jungwoo consiguió escuchar al no conseguir mantenerse alerta por más tiempo.
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Bueno, pueden tener razones para querer asesinarme, lo merezco, pero piensen en que la historia debe continuar, entonces pueden pensar en asesinarme después T_T Además, merezco ser perdonada porque el JohnMark ya está junto y será feliz, entonces era momento de enfocarnos en algo más, como hablar sobre Taro y Sungchan. -Se va sin mencionar a Theo para que no la acribillen-.
¿Qué tal estuvo su semana? Esta vez logré hacer más cosas y siento que Octubre será un gran mes, entonces estoy muy motivada. El que NCT127 haya ganado ya dos veces en los shows musicales me lo confirma <3 Deseo mucho que todo esté yendo hermosamente para ustedes y que la siguiente semana todo se ilumine. ¡GRACIAS POR ESTAR AQUÍ! ¡PERDÓN POR LO QUE SE VIENE! ¡LOS AMO!
Hoy terminamos en modo emo, así que sigamos el mood con Imagine Dragons, porque masoquista se nace.