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Día siguiente.
Leah despertó con más ganas de lo normal, y es que la conversación que había tenido con Harry al parecer había tenido sus frutos.
Vio que tanto Pansy como Daphne se habían ido sin esperarla así que se vistió por su cuenta y salió de su sala común.
Claramente los malos comentarios seguían pero esta vez, no iba a dejar que le afectaran para nada.
—Buenos días.— dijo mientras se sentaba al lado de Harry en el patio donde este se encontraba con Hermione haciendo los deberes.
—¿Estas nerviosa por la prueba? He escuchado que el primer reto son dragones...— explicó la castaña mostrando interés en ella.
—¿Cómo sabes eso?— le preguntó por curiosidad.— ¿Y por qué me entero ahora?
—Por qué Charlie ha traído a sus dragones de Rumania para el torneo, duh.— respondió la voz de Ron detrás de ella con algo de celos.
—Ronald...— empezó a decirle Hermione.
—No, da igual... ¿verdad Ron?— le preguntó Harry a lo que su amigo suspiró con pesadez para sentir y estrecharle la mano a Leah.
—Suerte con no morir.— murmuró este mientras se sentaba a su lado.
En ese instante, Cedric el cual se notaba que buscaba a alguien miró a la Slytherin para ir con ella.
—Leah, tienes que venir conmigo.— dijo este algo apresurado.— Nos necesitan, a los campeones.
La chica asintió y se despidió de los leones para seguir al Hufflepuff por los pasillos.
—Y... ¿que tal llevas todo?— preguntó el castaño con cierta curiosidad.
No parecía que estuviera enfadado como los demás, Leah sentía que más que molesto, le hablaba con más amabilidad.
—Bueno, todos me odian, y no confían en que saldré viva.
Si antes recibía odio, ahora aún más cuando todos empezaron a murmurar que le estaba intentando quitar el novio a Cho.
—Tiene que ser una broma...— murmuró para si misma mientras rodaba los ojos.
El castaño pudo notar ese gesto y antes de entrar en una sala, la paró.
—Oye, se que no te ayuda en nada, y no se por lo que estás pasando, pero puedes estar tranquila, Cho no está enfadada contigo... ni yo.— explicó este con una pequeña sonrisa.
—Está bien saberlo, gracias.— mencionó ella ahora entrando en la habitación encontrándose con Viktor, Fleur... y una mujer.
—¡Aquí estáis bellos y jóvenes!— gritó mientras saludaba a los chicos.— Muy bien, soy Rita Skeeter, del diario del profeta... muy bien, empezaremos por haceros una foto a los cuatro campeones del torneo.
Leah analizaba a la mujer y no transmitía ni una pizca de confianza. Al hacerse la foto para las noticias, suspiró esperando poder irse de allí.
—Os entrevistaré para que todos sepan un poco de vuestra historia, ¿quién quiere empezar?— preguntó entusiasmada no obstante, ninguno de los cuarto habló.
—Yo me voy, disculpar.— interrumpió la más pequeña, yéndose de allí, llamando la atención de Rita.
—¡Leah Potter! Solo unas preguntas antes de que te vayas....
La Slytherin tenía como objetivo ir a su sala común, pero le sería complicado pues no quería encontrarse con ninguno de sus amigos. No aún.
No sabía muy bien donde ir pero tenía el presentimiento de que tomar su escoba y salir volando sería una buena opción.
—No voy a contestar ninguna de sus preguntas, lo siento.— explicó esta.
—Está bien, está bien, pero, ¿que opinas sobre el pin tan famoso que circula por Hogwarts?
La chica miró a la mujer la cual sonreía para si misma mientras le entregaba uno de los pines.
—¿Que es esto?— preguntó ella.— Aquí solo dice, "apoya a Diggory, el verdadero campeón".
—Oh, eso es porque no lo has apretado.— murmuró está con inocencia.— Muy original si me dejas decirlo...
Cuando la chica apretó el pin, este cambió automáticamente, cambiando el mensaje de este por uno que decía "Potter busca fama, apestas".
—¿Que sientes corazón? ¿Rabia?— le preguntó la entrevistadora esperando una mala respuesta de la chica.
Leah miró a su alrededor y vio como muchos de sus compañeros llevaban puesto el pin con orgullo.
—No.
La verdad es que no le importaba demasiado. Se convencía a sí misma para que no le importara. Eso, hasta que vio como Pansy, Daphne, incluido Blaise la llevaban. Entre ellos, Draco también.
—¿Como te hace sentir que tus mejores amigos te traicionen de esa manera? ¿Tristeza? ¿Enfado?— preguntó Rita ansiosa por escuchar lo que tuviera que decir.
Leah le entregó el pin a la mujer y negó.
—La idea... es muy original.— fue lo único que mencionó antes de irse de allí.
Lo cierto es que descolocó a Rita la cual miró raro a la niña. Bien jugado pensó antes de ir a entrevistar a Fleur.
Pero lo cierto es, que los Slytherins no tenían ni idea de lo que contenía esa chapa. No tenían idea hasta que Theo los miró muy mal.
—¿¡Cómo se os ocurre llevar eso puesto y más delante de Leah!?
—Tranquilo Nott, solo es un pin.— explicó el moreno sin entender nada.— Apoyando a Diggory... un búlgaro nos lo ha dado.
—Si, ¿por qué no pruebas a apretarlo?— dijo este muy molesto.
En cuanto todos lo hicieron, Daphne y Blaise fueron los primeros en quitárselo realmente sorprendidos y tristes.
—No teníamos ni idea.— dijo la rubia con mucha lastima.
—¿Quién ha hecho esto?— preguntó la peli negra mientras intentaba quitárselo.
—Alguien quien quiere desmotivar a Leah.— soltó el castaño sin saber que hacer.
El platinado por otra parte, se quitó el pin tirándolo al suelo.
—¿Dónde está?— preguntó sin aguantarse.
—¿Por qué te interesarías por ella ahora?— se metió Pansy algo celosa.
—Da igual, la buscaremos todos, necesita saber que no estamos enfadados con ella.— propuso Daphne a lo que todos aceptaron.
El platinado tenía pensado mirar en el baño de ultimo piso pero Theo quien seguía a la rubia pasó por su lado susurrándole "el campo de quidditch".
Y así fue, el chico puso el campo encontrándose a la chica volando a toda velocidad, al parecer jugando un partido con los búlgaros.
—Wow.
Si era cierto lo que decían. Cuando te enfadas o tienes ira, juegas mejor, le pones más empeño, y ese era el caso de Leah.
—¡Así se hace!— gritaban desde las gradas la gente que animaba, la mayoría francesas.
La Slytherin por otra parte parecía haber conectado bien con las chicas y los búlgaros extranjeros ya que estos no le habían criticado ni la habían excluido.
—¡La tengo! ¡Hemos ganado!— gritó ella al atrapar la snitch.
Todos se sorprendían al ver que le acababa de ganar al mismísimo Viktor Krum. Cuando bajó de la escoba, el equipo con el que ella jugaba la empezaron a felicitar mientras que al contrario del equipo del búlgaro, se burlaban de él.
Cuando la chica pasó por el lado del platinado, este intentó pararla.
—Potter, tenemos que hablar.— mencionó este.— Tienes que escucharme, yo...
—No me importa. En serio, no tienes que excusarte.— le interrumpió está antes de irse de allí, pasando completamente de él.
¿Y Draco? Solo pensaba en quien podía haber creado ese dichoso pin, tenia rabia por haber sido ignorado y rabia porque no podía mejorar las cosas con la chica.
A lo mejor, Leah le estaba empezando a importar demasiado...