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Leah no sabía muy bien cómo descifrar aquella profecía. Sabía que hablaba de su hermano... pero entonces, tendría que enfrentarse a Voldemort cara a cara...

En ese instante unas sombras negras y oscuras aparecieron volando por los aires, al igual que unos gritos muy conocidos poniéndola muy nerviosa.
—¡Ginny cuidado!

Leah se escondió en un sitio donde esperaba no ser vista y esperó a que los mortifagos aparecieran de una vez. Esperaba que no la encontraran.
Pero que tenemos aquí... si es el pequeño, indefenso, bebé Potter.

—Eres... Bellatrix Lestrange.
—Neville Longbottom... ¿cómo están tus padres?— las risas de aquella mujer eran escalofriantes tanto que hacía que la piel de la chica se erizara.

Leah por curiosa quiso verle la cara, haciéndose ver por nada más que Lucius Malfoy el cual sonrió.
—Parece que tenemos una agradable compañía con nosotros, ¿no es así Leah Potter?

En el momento que la Slytherin quiso salir corriendo una sombra convirtiéndose en un mortifago la arrastró hacia el centro de sus compañeros y Ballatrix quien la miraba con curiosidad.
—¿Que haces aquí?— le preguntó Harry.

—La Potter olvidada, ¿que hace ella aquí?— dijo la mujer dando vueltas a su alrededor. Abalizándola para ponerla más nerviosa.
—Eso debería preguntaros yo. ¿Buscando algo?

—Sorprendente. Me agrada, tiene agallas, suficientes para cortarle la cabeza aquí delante de su hermanito.— dijo esta amenazante.
—Me llegas a tocar, y te juro que lo lamentarás.— la enfrentó ella.

Los demás, estaban en shock por la actitud de la chica. ¿Quién diablos enfrentaba a Bellatrix Lestrange en excepción de Voldemort?
—No hay por que ponernos agresivos, ¿no es así?— interrumpió Lucius Malfoy.— Venimos buscando la profecía secreta, y supongo que vosotros sabéis donde está.

—Si lo supiéramos no te la daríamos, eres vil y cruel, y apostaría a que tienes miedo.— respondió Hermione ganándose una mirada asesina de Bella.

Leah escuchaba y estaba atenta a todo. Tenía escondida la profecía entre su jersey. En su cabeza estaba el debate entre, hacerle caso a Sirius y entregarle la profecía a la orden del Phoenix, ser del bando de los buenos y así a lo mejor exponerse a morir. Luego estaba la parte de Voldemort, que le decía dale la profecía a Lucius Malfoy.

Si se la daba, el rumbo de la historia cambiaría para Harry y Dumbledore. Aunque pensándolo bien, este mismo quería que se ganara la confianza del mago tenebroso para poder ver su punto débil lo que significaría traicionar a sus "amigos".

¿Que debía hacer?
—¡Danos la profecía de una vez!— gritaba la mujer loca y descontrolada.

—¡No la tenemos! ¡No la hemos encontrado!— respondió Harry.— Alguien se la ha llevado.
—¿Qué?— preguntó Lucius.

Todos miraron entonces a Leah la cual sonreía mientras mostraba la dichosa bola en sus manos con amenaza de tirarla al suelo para romperla.
—Si alguien da un paso, la rompo.

—Leah, no lo hagas...— dijo Hermione.
—Dánosla nosotros pequeña...— decía ahora Bella mirando la esfera.

—¿No te has preguntado alguna vez cuál fue la razón de la conexión entre tú y el Señor Tenebroso?
—¿Qué?— preguntó ahora mirando al señor Malfoy.

—Si... tienes una conexión al igual que tu hermano con el señor tenebroso, ¿no te da curiosidad de saber por qué? Todas las respuestas están ahí, Potter, en tu mano.

Leah frunció el ceño pensando en lo que estaba diciendo. Si eso era verdad...
—Entonces, ¿yo soy la elegida?

—¡Ha leído la profecía!— gritó Bellatrix.— ¡Ella sabe la profecía!
—¡Atrápenla!— gritó otro mortifago.

Por que claro, si ya tenían a la chica, ¿para que querer la profecía? Con torturar a Leah ya sabrían lo que querían saber. Ahora la importante, era ella.
—Leah, ¡corre!— gritaron todos.

Y así, la Slytherin soltó la bola rompiéndola y empezó a correr, para escapar de ahí como podía. Con la varita en mano, iba desarmando mortifagos, pero cada vez eran más y más, acorralando a todos sus amigos incluidos hermanos.
—¡Alto ahí!

De repente la orden del Phoenix apareció justo a tiempo para defender a los chicos que se encontraban ahí. Remus, Sirius, Tonks entre otros dispuestos a ayudar.
—¡Leah!— gritaba Remus muy desesperado intentando proteger a la chica la cual estaba demasiado nerviosa.

—¡Atrapar a la chica Potter!— gritaba Bellatrix con objetivo de cazar a la chica que seguía escapando como podía.
—¡Bombarda!— gritó ella haciendo explotar una pared haciendo caer a pedazos el lugar.

—¡Sirius, ocúpate de Harry, yo iré con Leah!— gritaba el hombre sin quitarle el ojo a la chica la cual se encontraba ahora desarmada en el suelo.— ¡Expulso!

Remus tomó la varita de la chica dándosela y ayudándola a levantarse.
—Estás aquí.— dijo ella sin poder creérselo.
—¿Crees que no sabía nada del plan loco de Sirius? No iba a dejar que viniera solo.

—¡Muy buena esa James!— se escuchó el grito orgulloso de Sirius riéndose de Lucius el cual acababa de ser tirado por los suelos.

Leah y Remus vieron todo pasar demasiado rápido cuando Bellatrix por detrás apuntó a Sirius y pronunció "Avada kedavra", matándolo en el proceso.
—Harry...— balbuceó Remus yendo a por el chico el cual se encontraba más que devastado.

En ese tiempo, Leah la cual estaba más que en shock viendo como el alma de Sirius se levantaba, y se iba sin más, sintió como alguien la tomaba del brazo bruscamente y la llevaba con ella.
—¡Harry! ¡Remus!

El azabache viendo eso, lleno de rabia fue en busca de la mujer la cual acaban de matar a su padrino y ahora se quería llevar a su hermana.
—¡Crucio!— gritó con mucha rabia haciendo retorcerse a Bella.

Leah por otro lado cayó al suelo golpeándose la cabeza. Cuando empezaba a ver algo borroso, pudo ver a quien tenía delante de ella.
—Tú.

El mismo Lord Voldemort quien iba con la intención de matar a Harry sonrió a Leah ya que la consideraba inocente y fue hacia el azabache, quien estaba en descontrol.
¡Crucio!— gritó este haciendo sufrir al azabache.

—¡No! ¡Suéltalo!— gritaba ella intentando encontrar su varita en algún lugar del suelo para ayudar a su hermano.

En ese instante, a Leah le empezó a entrar ese sentimiento oscuro, que había estado reprimiendo durante tanto tiempo. Sus ojos se volvieron amarillos y de repente solo quería venganza.
—¡Leah!— gritaba Remus desde lejos.

"Mátalo, mátalo, mátalo."
Los malos pensamientos se apoderaban de ella y de un momento a otro, al igual que Harry quien también empezaba a estar como poseído, cayó al suelo como siempre intentando reprimirlo.

"Todos confiamos en ti."
Finalmente, era tanto el esfuerzo por mantenerse consciente, era tanto el estrés y los nervios que cayó rendida al suelo inconsciente.

you're my story (Draco Malfoy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora