DEAR JOHN | taekook

Von khaleesi_quinn

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Taehyung, un docente universitario se involucra demasiado con su alumno, Jungkook. El verdadero problema es q... Mehr

nota de inicio
dear
prologue: illicit affairs
01: beauty
02: scars
03: problem
04: pain
05: unfold
06: first
07: broken
08: maniac
09.01: louder
09.02: louder
10: unravel
11: singularity
12: wonderstruck
13: sweet
14: chemistry
15: soul
16.01: wine
16.02: wine
17: fever
18: lies
19: fools
20.01: arson
20.02: arson
21: promise
23: orchid
24: gravity
25: headache
26: regrets
27.01: truth
27.02: truth
28: daydream
29: kid
30: if...
31: fuck
32: tortured

22: eternity

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Von khaleesi_quinn

adv: kinks, yo no me hago cargo de lo que lean


—영원—



Cuando Taehyung regresa a besarlo, Jungkook siente el cuerpo deshacerse en millones de partículas.

Lo abraza, como si fuera a caer al vacío si no lo hacía.

Lo abraza, como si de esa forma pudiera tenerlo cerca eternamente.

Jungkook abre la boca y recibe la lengua ajena sobre la suya, comparten saliva y suspiros, sienten el sabor a vino blanco, a menta, a secretos, a mentiras y a todo lo que un encuentro ilícito como el que tienen puede llegar a saber.

La luz de luna entrando por la ventana los descubre, pero ellos saben que ella es su aliada, es la que les permite encontrarse.

Taehyung cae a un costado, su cuerpo queda tendido sobre el colchón y Jungkook aprovecha para apoyar su cabeza en el hombro del hombre y abrazarlo nuevamente, cruzando una pierna sobre su cadera. Taehyung baja el brazo y sostiene al muchacho de la cintura, por encima de la ropa interior que ambos visten porque hace frío para estar desnudos incluso si están bajos las sábanas y frazadas.

Es cómoda la postura, Jungkook sonríe y alza la mirada hacia el mayor.

"Podemos quedarnos aquí para siempre, ¿no?" Susurra sobre los labios ajenos.

Taehyung copia su sonrisa.

"¿Aquí?" Responde con otra pregunta. "¿Sólo conmigo? ¿No te aburrirás de mí?"

El muchacho niega con la cabeza.

"Jamás me aburriría de ti" confiesa. "Si pudiera, pasaría cada momento contigo" traga saliva con fuerza. "La pregunta es, ¿tú te aburrirás de mí?"

Y no sabe interpretar la mirada del hombre.

Taehyung adquiere otro semblante, algo más serio y pensativo, las cejas negras rectas al igual que los labios.

"¿Qué te hace pensar eso?"

Jungkook parpadea y baja la mirada mientras suspira.

"Muchas cosas" admite alzando la mano y haciendo círculos sobre el pezón caramelo del hombre, sintiendo como éste se endurece. "Muchas cosas que pienso que quizás ocurrirán o ocurren, tal vez es la diferencia de edad o... el hecho de que lo que hacemos no está bien y quieras terminar todo..."

Es más una epifanía, no una revelación, se siente como si se estuviera diciendo aquellas cosas a sí mismo en vez de a Taehyung.

Es como si estuviera hablando en su cabeza.

Hay silencio un par de minutos, tajante y ensordecedor porque curiosamente no se escucha la ciudad de fondo.

Jungkook toma coraje y levanta la cabeza hacia Taehyung, su rostro luce un tanto desenfocado y Jungkook quiere pensar que se trata de que su vista está cansada luego de todo el día despierto.

El hombre luce impasible, respira con lentitud y no posee expresión alguna. Se ve como si no quisiera responder, pero al cabo de un par de segundos alza la mano y coloca un mechón detrás de la oreja del chico, éste tiembla.

"Mientras no nos descubran, esto puede seguir eternamente"

A Jungkook algo le hace ruido.

Frunce las cejas y se lame los labios.

"¿Y si... nos descubren...?" Susurra muy por lo bajo porque no sabe si quiere saber la respuesta. "¿Qué harías si nos descubren?"

Y algo dentro suyo se marchita cuando Taehyung no le contesta, sólo suspira y presiona los labios.

Porque en algún lugar dentro suyo, sabe que el hombre no es capaz de responder esa pregunta y si contesta, no es la respuesta que Jungkook espera.

Entonces, ¿es necesario saber la respuesta?

Jungkook duda y se lame los labios preparándose para decirle que no es necesario que responda porque se siente un niño tonto al preguntar aquello, pero Taehyung desvía sus ojos y mira más allá de Jungkook, hacia la puerta de la habitación.

Su rostro se transforma y se aparta violentamente de él.

"¿Jungkook-ah?"

No.

No, no, no, no.

No puede ser, no es posible.

Jungkook quiere llorar cuando reconoce la voz y su mundo se cae completamente cuando se voltea sobre sí mismo y ve quien está de pie en el marco de la puerta, quien lo llamó.

Todo este tiempo guardando este secreto, manteniendo en la oscuridad todos aquellos sentimientos que lo hacían sentir vivo y amando a una persona que nunca podrá llamar suyo. Todo se desmorona, se desliza en el tiempo y desaparece de un momento a otro.

Kim Soyoung los mira horrorizada.

La mujer tiene los ojos cristalinos, la boca abierta y el cuerpo débil. Está vestida como la última vez que la vió, con ropa clásica y sencilla, el bolso en su mano cae al suelo y ella se gira para salir corriendo.

Jungkook quiere morirse allí mismo.

Pero a pesar de escuchar el llanto de su hermanastra y sentirse mal por ella, su corazón se rompe cuando Taehyung aparece en su campo visual ya de pie, lo toma de la muñeca y lo obliga a pararse.

El muchacho comienza a llorar cuando Taehyung tira de él para sacarlo de la cama y lo arrastra por el departamento.

Lo está lastimando, el antebrazo le duele por lo fuerte que el hombre lo tiene agarrado, los pies descalzos tocan piso frío y se golpea la cadera con la esquina de un mueble por la rudeza con la que es llevado a rastras, pero nada, absolutamente nada, le duele tanto como el corazón.

Taehyung se está deshaciendo de él como si fuera una cosa.

Esto es lo que iba a pasar si lo descubren, pero no puede creer que realmente está pasando.

El hombre lo arrastra hasta la puerta, la abre y lo empuja fuera del departamento. Jungkook solloza completamente roto cuando cae al suelo, mira a Taehyung y le llora esperando que tenga un poco de compasión por él.

Pero la persona que ama sólo le grita.

"¡Vete!"

Jungkook jadea y se pone de pie queriendo acercarse.

"Tae-"

"¡No vuelvas!" Taehyung vuelve a gritar antes de cerrar la puerta en su rostro.











Jungkook exhala profundo cuando siente que se ahoga e inmediatamente abre los ojos.

Está en el sofá de una casa que no es la suya, transpirado, agitado, vistiendo su ropa de salida, oliendo a tabaco y alcohol. Se endereza y se sienta, se toca la frente con la palma de su mano e intenta estabilizar su respiración.

Un sueño, fue un sueño horrible.

Sólo eso.

Se toca el cuerpo, los brazos, el pecho y finalmente el rostro. Está entero, pero se siente vacío.

"¿Jungkook?"

Esta vez, la voz que lo llama es distinta.

El nombrado alza la mirada y se encuentra a Mingyu preocupado e inclinado sobre su rostro.

Jungkook parpadea y trata de ubicarse en tiempo y espacio. Repasa en su mente la secuencia de la noche anterior, recuerda haber tomado un vaso entero de cerveza, tres vasitos de tequila y el último de vodka ya es borroso. Sabe que Mingyu cuidó de él, que llegó a la casa de su amigo y nada más.

No sabe qué pasó luego, qué dijo y qué no, y sólo puede rezar no haber hablado de más.

Se seca el sudor de la frente con el dorso de su diestra y se lame los labios sintiendo el sabor salado en ellos.

"Kook" Mingyu vuelve a decir. "¿Estás bien?"

Jungkook finalmente reacciona y lo mira.

"Estoy bien" afirma y la garganta le arde al hablar. "Tuve una pesadilla"

Su amigo sonríe con ternura y estira la mano para darle palmadas en el cabello.

"Ya está, ya pasó" le dice suavemente. "Vamos, ven a desayunar. Estás con resaca, comer te va a ayudar un poco"

Pero la sonrisa de Mingyu cae junto con toda esperanza cuando Jungkook sacude su cabellera negra en negación.

"Tengo que ir a casa antes de que a mi mamá le agarre un ataque" comenta mientras se quita la manta polar de sus piernas y Mingyu retrocede cuando su amigo se pone de pie.

"¿Quieres esperar a mis padres y que ellos te alcancen?" Ofrece el dueño de la casa.

Jungkook vuelve a negar y se restriega la mano contra sus ojos aún dormidos tratando de despertarse de una vez.

"No quiero molestarlos y que me vean así" exclama y luego mira a su amigo con una sonrisa. "¿Me dejas usar tu baño y luego me acompañas a tomar el autobús?"

No, Mingyu no quiere eso.

Quiere pedirle que se quedara con él porque tener a Jeon Jungkook apenas despierto, con el cabello negro revuelvo, vestido aún con ropa ajustada y negra que delinea su cuerpo, la piel pálida con zonas rojizas y los labios hinchados es algo que lo tiene débil y sólo se enamora más de él.

Mas no tiene el coraje para hacerlo, sólo asiente con la cabeza a pesar de que el pecho le duela al hacerlo.

"Sólo no uses mi cepillo" dice, pero obviamente no le importaría que lo hiciese.

Jungkook alza una ceja.

"Pensé que eras mi amigo y los amigos se prestan los cepillos de dientes" bromea.

Pero Mingyu no quiere ser amigos.

"Sólo no lo hagas" le pide frunciendo las cejas con asco. "Hay enjuague bucal en el primer cajón"

Su amigo ríe mientras camina hacia el baño y Mingyu sólo lo ve irse.

Minutos después están caminando hacia la parada del autobús, bajo el rayo del sol de la mañana y a pesar de que Jungkook está con resaca y la cabeza le explota de dolor hace reír a Mingyu con sus ocurrencias y preguntas.

Se despide de su amigo con un abrazo y sube al autobús, agradece al Jungkook de la noche anterior que decidió llevar los auriculares en el bolsillo trasero de su jean porque se concentra en el ruido de la música y no en los pensamientos que lo torturan.

Media hora dura el viaje, baja en la parada más cercana a su casa y aunque le quedan casi dos calles de caminata, Jungkook se queda sentado en la parada.

Aspira con profundidad y se da cuenta que el pecho aún le duele.

¿Qué fue ese sueño? ¿Qué significa que lo haya soñado?

Tal vez es sólo su paranoia, quizá sólo es miedo y duda, pero no puede no resolver el desastre en su cabeza de otra forma.

Saca el celular de su chaqueta, desbloquea el aparato y busca en sus contactos. Presiona aquél nombre incógnito y lleva su teléfono a su oreja.

La espera se vuelve asfixiante.

"Hola" la voz profunda le responde. "¿Kook? ¿Estás bien? ¿Pasó algo? ¿Necesitas ayuda?"

Jungkook suspira.

Escuchar a Taehyung le eriza los vellos de la nuca y la parte interior de sus muslos tiemblan, pero el nudo aparece en su garganta y migra hasta sus ojos, los vuelven cristalinos y frágiles.

"Hola hyung..." susurra tratando de fingir tranquilidad. "Um, perdón por molestarte si estás ocupado"

La respiración del hombre contra el teléfono se oye agitada y Jungkook se siente un poco culpable por interrumpirlo en lo que sea que esté haciendo.

"Estaba corriendo con Namjoon. ¿Está todo bien? ¿Necesitas algo?"

El joven presiona los labios.

"Quería saber si lo de hoy sigue en pie"

Es un niño tonto.

Pero está seriamente afectado por lo que soñó y nadie puede culparlo por sentirse así. Nadie tiene el poder como para cuestionar sus dudas con respecto a Taehyung cuando se tiene en cuenta la relación que tienen ambos y quien lo hiciese, le falta empatía.

Es sólo un joven sentado en la parada de autobús, con la punta de los pies juntas y la espalda recta, esperando una respuesta de la persona de la que está enamorado.

Jungkook retiene el aliento cuando escucha al hombre respirar para hablar.

"Claro que sí, Kook" Taehyung dice. "¿Por qué creerías que no?"

El muchacho suelta el aire aliviado.

"Nada, es que yo..." masculla. "Yo pensé que tenías algo más qué hacer o algo había surgido o..." ay, es un tonto. "Perdón, soy un tonto"

Una ligera risa se escucha de parte del hombre.

"¿Cuándo te he cancelado a último momento?" Dice con cierta pizca de mofa. "Hoy tengo mi noche reservada para ti"

Jungkook no sabe si sonreír o llorar porque se siente de ambas maneras, aliviado y triste. Curiosamente ambos sentimientos coexisten dentro suyo y provocan que la sonrisa salga chueca.

Sólo logra suspirar.

"Entonces supongo que te veo hoy a la noche"

"A las ocho paso por ti en el lugar de siempre" Taehyung reafirma. "¿Hay algo más de lo que quieras hablar, Kook?"

El muchacho niega con la cabeza aunque sabe que no será visto.

"No..." susurra débilmente y se muerde el labio inferior. "Sólo quería asegurarme de eso. Gracias por atenderme"

"Está bien, Kook. Sabes que puedes hablarme por cualquier cosa, incluso algo pequeño como esto. Debo irme, nos vemos esta noche"

Jungkook se lame los labios.

"Adiós" simplemente dice y es él quien corta la llamada.

Pero permanece mirando el celular en negro, la pantalla le devuelve su reflejo y el no puede evitar sentir pena por el niño que observa. No logra identificar la expresión de su propio rostro del mismo modo que no sabe interpretar el dolor de su pecho ni de dónde nace.

Sólo sabe cómo hacerlo a un lado e ignorarlo, como siempre ha hecho.

"Entonces..." Nayoung dice, "¿hace cuánto no tienes sexo con él?"

Soyoung suspira y baja la mirada a la bebida color vid que tiene en la copa delante suyo.

Toma el delgado cuello del cuenco y lo lleva a sus labios, dejando que el vino se escurra por ellos y toque su lengua. El alcohol le duerme momentáneamente las papilas gustativas y luego recompensa la falta de sabor con una agradable sensación dulce al final de su garganta.

"Desde julio"

Su hermana está de visita en Seúl y luego de la cena que ambas tuvieron con su padre -Soyoung agradeció que Yuri no haya ido- las dos terminaron en un bar cercano comentando aspectos de su vida que su padre no podía oír.

Nayoung estuvo media hora hablando de su decepción amorosa con su compañero de trabajo con el que hacía meses salía y con quien no logró llegar a ningún lado por falta de interés en la relación.

Y ahora es turno de Soyoung de hablar acerca del desastre que su matrimonio es.

"Casi cuatro meses" la hermana menor exclama mientras arquea las cejas. "¿Tan mal está la cosa entre ustedes?"

Soyoung asiente con tristeza.

"Peleamos por todo, cada vez que nos vemos tenemos algo porqué pelear. Ya casi no dormimos en la cama y si lo hacemos, cada uno al borde de su lado. No salimos a ningún lado juntos y no hablamos de cosas muy relevantes" comenta con cierto pesar. "Sólo compartimos el departamento, a veces desayunamos y cenamos juntos y nada más que eso"

"Se oye horrible" la menor comenta sintiendo pena por su hermana.

"Somos dos fantasmas con un anillo en el dedo anular" dice mirando el objeto brillante que envuelve ese dedo específico de su mano izquierda.

Tuerce la boca hacia un lado y se siente triste porque no sabe qué sentir cuando ve esa joya, aquella que eligió con una sonrisa en su rostro y aunque ve con las cejas arqueadas.

A pesar de todo lo que está ocurriendo con Taehyung, nadie quiere que su matrimonio falle a tan pocos meses de haberse llevado a cabo y menos a los treinta años recién cumplidos.

Nayoung detesta ver a su hermana así y eso hace que su desprecio por Taehyung crezca.

"¿Dónde está él ahora?" Pregunta tomando su vaso y llevándolo a su boca para beber el alcohol dentro.

Soyoung vuelve al mundo real y parpadea al regresar su vista a su hermana.

"No sé" responde sinceramente, encogida de hombros. "Me dijo que salía y llegaba tarde, pero no a dónde ni con quién"

La ceja perfectamente perfilada de la menor se alza.

"¿Estás pensando exactamente lo mismo que yo?"

Soyoung suspira y asiente débilmente con la cabeza, apoya su barbilla en la palma de su mano y el codo en la mesa que ocupan.

"¿Crees que sería capaz?" Nayoung insiste teniendo los ojos de su unnie clavados en ella. "¿Crees que sería capaz de engañarte?"

"No lo sé" admite. "Taehyung es muy serio y estructurado, no lo veo capaz de hacer algo así, pero realmente no tengo idea si lo conozco lo suficiente. Ha tenido actitudes raras estas últimas semanas, pero nada extremo"

"Sabes que me cae muy mal, ¿no? Papá lo ama, pero yo no" comenta sacando una pequeña sonrisa a la mayor. "Un hombre de treinta años no soporta tanto tiempo sin sexo y que no te haya dicho a dónde se fue es... sospechoso"

No hay mentira en aquellas palabras, pero Soyoung aún no está lista para ver aquella realidad. Tal vez es paranoia suya y como su hermana es su mayor cómplice, la sigue en aquella locura, pero no quiere descubrir si son delirios de su cabeza o cosas que realmente pasan a sus espaldas.

Por eso, sólo alza la copa y se toma todo el vino que le queda de un sólo tirón.

"No lo sé... quiero creer que sólo es mi imaginación"









Jungkook gime cuando la lengua recorre su abdomen y asciende por su cuerpo hasta que moja su cuello. Él sólo puede retorcerse y pedir más.

Implorar, rogar, llorar.

Pero no debe hacerlo porque Taehyung siente que el cuerpo que sostiene es exquisito en cada aspecto y sólo quiere tocar cada tramo de piel, grabar cada curva en su tacto y sólo de esa forma permanecerá eternamente el recuerdo de que tuvo a Jeon Jungkook entre sus manos.

Sus labios se juntan mientras Taehyung se acomoda entre las piernas del chico, la ropa interior siendo el único impedimento para que ambos cuerpos se toquen, pero sienten lo duro que está el otro.

Jungkook jadea por aire mientras recorre la espalda ancha del hombre con sus manos y traza un camino con sus dedos desde la cintura baja, hunde las yemas en los hoyuelos de Venus y luego que culmina en los hombros gruesos, se agarra de ellos cuando Taehyung lo toma de la cintura.

Las bocas saben a delito y la esencia a incienso quemado crece en el aire mientras la temperatura de ambos cuerpos aumenta.

Es la entrada al limbo entre la consciencia y la locura.

Pero antes de sucumbir a sus instintos humanos, se separan y buscan llenar sus pulmones con oxígeno.

Es ahí que Jungkook ríe.

"¿De que te ríes?" Taehyung pregunta con una sonrisa en su rostro y se aleja un poco para ver completamente al chico.

"De nada" dice y hunde los dedos en el cabello negro del hombre. "Sólo me hace sentir bien estar contigo"

Taehyung no dice nada, sólo vuelve a besarlo, esta vez de manera más pausada e íntima, como si quisiera disfrutar del beso.

Pero antes de que pasara a ser algo más cariñoso y profundo, el morbo y la excitación lo empujan a soltar la cintura del muchacho y tomar sus muñecas. Las junta y sostiene con una sola de sus manos y mientras se endereza un poco y usa de apoyo la mano libre, las lleva arriba de la cabeza del chico.

Jungkook ahueca el estómago al respirar tan profundo porque, Dios, se siente vulnerable e indefenso.

Y le encanta.

El hombre se inclina y roza los labios con los suyos, por pura maldad. Lo tienta, pero no le da lo que desea.

"Me arrepiento de no haber traído algo para atarte" susurra sobre la boca ajena.

Jungkook, preso del éxtasis, se muerde el labio inferior y se ríe de manera coqueta.

"¿Ese es tu fetiche? ¿Atarme?" Pregunta y su curiosidad sólo crece cuando Taehyung niega con la cabeza. "¿Tienes alguno?"

"Todo el mundo tiene uno"

Oh, el chico se siente débil ante tanta excitación.

"¿Cuál es?"

El mayor cabecea con duda.

"Es asqueroso, no vas a querer hacerlo" le dice como advertencia, pero aquello sólo hace que Jungkook sienta el ardor en su vientre bajo crecer.

"Creéme que sí" insiste porque, Señor, siente que se morirá si no lo sabe. "Ya no hay nada de ti que pueda darme asco"

Taehyung parece pensar lo que va a hacer, pero los ojos de Jungkook brillan como dos faroles con anhelo y se decide.

¿Cómo resistirse a él?

Le daría el mundo entero si pudiera.

El hombre le suelta las manos y toma la mandíbula del chico con su zurda, de manera suave para no hacerle daño ni dejar marcada la piel, pero con tenacidad y ejerciendo cierta presión en los costados con la puntas de sus dedos.

"Abre la boca" le pide, el otro obedece completamente sumiso.

Se miran un par de segundos y Jungkook se paraliza cuando Taehyung le escupe dentro.

Y sonríe, completamente extasiado por lo que acaba de ocurrir.

"Te dije que era asqueroso" Taehyung comenta soltando al muchacho y volviendo a apoyarse en sus manos.

Se siente raro porque hasta ese momento, no lo había hecho con ninguna pareja sexual. Sólo un par de veces con algún sexo casual que no volvería a ver y con una persona que fuera igual de morbosa que él; pero jamás con alguien que conoce un poco más que una noche cualquiera.

Nunca lo hizo con una novia, ningún hombre fue lo suficientemente relevante para hacerlo. Ni siquiera con Soyoung...

Sólo con él, sólo con Jungkook.

"Me encanta" el muchacho exclama sonriendo ampliamente. "Me inculcaste un nuevo fetiche además del que tengo"

Taehyung alza la esquina izquierda de sus labios y aunque quisiera confesar a Jungkook que es la única persona con la que compartió esa parte tan profunda de sí mismo, no se atreve a hacerlo.

"Dime cuál es"

Jungkook sabe jugar, decide no responder porque, ¿para qué decirle si puede mostrarlo? Sus ojos no abandonan a los ajenos mientras toma la mano de Taehyung y la envuelve en su propio cuello.

Su nuez de adán se mueve cuando traga saliva y es que los dedos largos del hombre se amoldan a los costados de su garganta, de manera natural, como si hubiera sido moldeada para ello.

El muchacho sonríe con suavidad, de manera lasciva porque el caer en la cuenta que está cumpliendo su mayor fantasía por primera vez lo tiene demente.

El limbo desaparece y él desciende directamente al infierno.

"Presiona con fuerza, no tengas miedo" susurra y respira entrecortado, nunca se había sentido tan caliente. "Puedes asfixiarme si quieres..."

Algo similar le ocurre al hombre porque sus ojos se agrandan, se vuelven negros como la obsidiana.

Una demostración de que su parte más oscura toma posesión de su cuerpo, ese demonio que subyace bajo su carne sale a flote y cubre enteramente su aura. El negro lo invade, vacío, carente de color, la una ausencia de la luz.

Taehyung se deja guiar por su instinto y presiona un poco el cuello que su mano envuelve, no mucho para no dejar marcas que puedan meter en problemas al muchacho.

"¿Así?" Le pregunta con seriedad. "¿Así, Jungkookie?"

Jungkook se siente privado de aire y joder, es el paraíso en la tierra.

"Sí, um..." masculla sin aliento. "Hazlo mientras me follas"

El hombre es un poco más rudo y presiona aún más el cuello del joven, logra que éste gima y se retuerza de placer.

Es el pecado que escala hasta la cumbre en busca de su culminación, si fuera un elemento sería el fuego, si fuera un color sería la escarlata; pero aquello se ve representado por simple carne y hueso que se compacta en dos humanos, carentes de inmortalidad, pero que el momento que comparten, en el que se vuelven uno mismo los vuelve eternos.

Y la eternidad en sì se vuelve un concepto ambiguo cuando Taehyung besa la chico, lo toca y lo reduce a la rudeza del sexo.

¿Quién establece lo que es eterno y lo que no? ¿Quién establece el tiempo en sí?

En aquella habitación no existe tal cosa, a Jungkook le parece interminable el momento en que Taehyung lo penetra y abre la boca esperando que el hombre vuelva a escupirle porque se siente tentado a entrar nuevamente a ese mundo obsceno.

Ya no reconoce su propia voz cuando las embestidas se aceleran y él se ve obligado a gemir más alto, pero la mano apretando su cuello no permite el paso de aire y no tiene suficiente voz para gritar como quiere.

Es algo que sólo ellos comparten.

Es su secreto, pero incluso si todo el mundo supiera lo que pasa entre ellos dos, seguiría siendo exclusivamente parte de ellos porque sólo Kim Taehyung conoce al verdadero Jeon Jungkook y Jeon Jungkook tiene la dicha de que Kim Taehyung se muestre ante él tal y como es.

Con sus partes malas y buenas, sus matices negros y sus blancos.

Son sólo ellos.

El muchacho suspira cuando se toma el hombro y estira el cuello de lado a lado. No le duele, pero lo siente tenso.

Y sí, es esperable.

Deja de lado el dolor de sus músculos y se agacha nuevamente -con cuidado, obvio- para arreglar sus medias. Está sentado en el borde de la cama deshecha, ya vestido con el jean con el que había ido y su camisa blanca abrochada.

Se supone que está con Jimin, no en la habitación de un hotel con el cuerpo débil post sexo.

El poco descanso que tuvo al dormir sólo un par de horas luego de su salida y la pequeña siesta que se tomó en su casa no es suficiente. Se siente exhausto, tiene los músculos del cuerpo flojos, posiblemente porque también faltó al gimnasio esa mañana y realmente lo único que quiere es dormir en la ancha cama del hotel para olvidarse del resto del mundo.

Dormir abrazado a Taehyung, obvio.

Pero sabe que eso no va a pasar cuando el hombre sale del baño ya cambiado, con la ropa sencilla en tonos negros que vestía cuando llegó.

"Me gusta más el hotel anterior al que fuimos" Taehyung comenta apagando la luz del baño y caminando por la habitación. "Tiene mejor servicio"

El joven sólo lo sigue con la mirada y sonríe cuando el hombre se detiene al percibir que es observado.

"¿Qué?" Taehyung inquiere.

Jungkook no sabe cómo expresar todo lo que siente.

"Nada" exclama y se pone de pie, camina hasta el carrito con comida que habían pedido. "Tienes razón, me gusta más su champagne"

El mayor asiente mientras trata de abrochar el reloj alrededor de su muñeca.

"Y la comida también" exclama y mira la hora. "Es casi la una, ¿te llevo a tu casa o te dejo en otro lado?"

Jungkook lo mira y aunque quiere decirle que se quedaran en esa habitación, sólo aldea la cabeza y se guarda las manos en los bolsillos.

"A casa está bien"

Taehyung no cuestiona, sólo asiente con la cabeza.

Quince minutos después están en el auto, luego de pagar la habitación que usaron, el servicio de comida y silenciosamente pedir perdón al personal de limpieza por el desastre que ocasionaron. Taehyung maneja por la poblada ciudad coreana, atorada de tránsito al ser sábado en la noche a pesar del frío que hace y Jungkook ocupa el lugar del copiloto, su muslo se ve acariciado por la mano del hombre y le habla sobre cosas azarosas.

Le comenta su salida de anoche y cuenta las anécdotas que sus amigos relataron teniendo cuidado porque son sus alumnos y no quiere hacerlos quedar frente a su profesor de análisis matemático.

Taehyung escucha en silencio con una ligera sonrisa en sus labios al notar lo entusiasmado y feliz que Jungkook se oye.

Él también cuenta su viernes y su sábado, completamente aburridos porque no hizo más que corregir y preparar las clases de la semana siguiente.

Jungkook lo escucha de igual manera porque escucharía a Taehyung hablar por horas, sin importar el tema.

"¿Cómo vas con el libro que te presté?"

El hombre pregunta y Jungkook ladea la cabeza.

"Me falta un capítulo, pero me da tristeza terminarlo entonces atraso el sufrimiento de leer el final" admite con cierta timidez.

Y Taehyung no hace más que reír.

"Vamos, Kook" exclama con burla. "Es sólo un libro"

El muchacho alza las cejas un tanto indignado porque su pasión por la literatura es, en resumidas cuentas, sufrir por el libro que lee.

"Sí, un libro muy triste que seguro me deja secuelas" su dramatismo se ve reflejado en su tono y eso hace reír más al hombre.

Taehyung lo encuentra adorable y se da cuenta que hace tiempo que no se permite actuar de esa manera porque la adultez lo encasilló en un personaje serio que no debe divertirse, que siempre debe mantener la compostura y emocionarse o sufrir por un libro es demasiado infantil para él.

Jungkook aún tiene ese espíritu joven que a él le quitaron hace tiempo.

Y le gusta sentir ese aura cerca y a veces entrar en ese terreno al que alguna vez perteneció.

"Si quieres te cuento el final" se burla de él y quiere ver su expresión, pero sólo logra hacerlo por el rabillo del ojo derecho mientras se mantiene atento al tráfico

El muchacho niega con la cabeza y se tapa los oídos con las manos.

"No seas así" se queja. "Déjame sufrir en paz por mi cuenta"

Taehyung vuelve a reírse y le presiona el muslo con la mano firme, de manera suave y juguetona, como si fueran ¿pareja?

"Está bien, te dejo sufrir por tu cuenta" concluye usando su mano hábil para comandar el volante.

Jungkook traga saliva y trata de no ahogarse con ella aunque le sepa densa. Baja sus manos y una de ellas se desliza hasta donde la del hombre acaricia su muslo, la toma y enlaza los dedos juntos.

No tiene el coraje para ver el rostro del otro, pero él sonríe y mira hacia la ventana porque se siente demasiado emocionado.

Permanecen en un apacible silencio los minutos que quedan de viaje, Jungkook intenta no desesperarse cada vez que Taehyung suelta su mano para pasar de cambio cada vez que aminora o aumenta la velocidad, pero el hombre siempre vuelve a buscar y enlazar sus manos.

Llegan al vecindario de la familia Jeon y el auto se detiene a un par de calles de la casa de Jungkook como siempre.

Jungkook suspira y se prepara mentalmente para despedirse del hombre y volver al mundo real donde él y Taehyung tienen una relación completamente distinta, pero el dedo pulgar del hombre acaricia el dorso de su mano y él se voltea a verlo.

Taehyung no se ve del todo tranquilo.

"Hay algo que tengo qué decirte" susurra y a Jungkook se le atasca la respiración en la garganta. "Sabes que me gusta pasar el tiempo contigo, ¿no?"

Ay, no.

Jungkook quiere llorar.

"Sí, lo sé" el muchacho dice, pero no está tan convencido como le gustaría.

El hombre sonríe levemente.

"Te he comentado de que quería seguir la licenciatura y no quedarme sólo con el puesto de profesor. ¿Te acuerdas?" Pregunta y el joven asiente. "Bueno, ya me anoté en una comisión, pero son los martes..."

No necesita explicar tanto, Jungkook entiende.

Los martes y sábados son sus días, se esforzaban durante toda la semana, Jungkook estudiando y Taehyung trabajando para mantenerlos libres. El martes pasado no se vieron porque el mayor tenía un compromiso qué cumplir y a partir de ahora no volverían a compartir un martes juntos.

Cada vez es más difícil verse, es como si el universo estuviese en contra de lo que hacen.

Jungkook quiere deshacerse en llanto porque desde que despertó está sensible, la pesadilla lo persiguió todo el día y aunque por un momento pareció que había desaparecido, allí está torturando su mente nuevamente.

Pero no lo hace, permanece firme y sonríe un poco con serenidad.

"Está bien, hyung" dice muy bajo porque si habla más alto, seguro su voz se quiebra. "Nos quedan los sábados todavía, ¿no?"

Taehyung no es despistado, sabe que el muchacho debe de estar triste o frustrado y realmente no lo culpa.

"Perdón" masculla apretando los labios. "Siempre es mi culpa que no podamos vernos"

Jungkook sacude su cabeza en negación.

"No pasa nada. Ya te dije, sólo son nuestros horarios que no concuerdan. Además, siempre encontramos algún espacio en la semana para vernos, ¿no?" Suena tranquilo, miente por enésima vez en el día.

El hombre suspira.

"Sí, es verdad" y su voz sale débil. "Entonces, nos vemos el lunes"

El muchacho sólo asiente y se desabrocha el cinturón.

"Sí, hyung. Nos vemos"

Toma la manija de la puerta del auto y está listo para tirar de ella, abrirla y salir corriendo como desea hacerlo, pero una mano toma su brazo con tenacidad y tira de él.

Jungkook no puede reaccionar a tiempo, su cuerpo responde a la acción tensional, una mano toma su nuca y hunde los dedos en su cabello. Sus ojos se cierran cuando siente un rostro acercarse al suyo y siente una boca conquistar sus labios.

Un beso simple, puro.

Que le cosquillea cada terminación nerviosa y actúa como oxígeno porque de repente respirar no es tan difícil.

Taehyung le acaricia el cabello largo y le muerde el labio despacio, sabiendo que al joven le gusta aquello.

Cuando se separa de él lo mira y espera a que Jungkook abra los ojos y salga de ese estado narcoléptico en el que se encuentra. Una vez lo hace eleva las comisuras de su boca formando una cálida sonrisa.

"Duerme bien, ¿sí?" Le acaricia una mejilla con un sólo dedo porque esa es su manera de entregar cariño.

Jungkook asiente un poco más tranquilo que la vez anterior, el beso logró calmarlo.

"Tú también" vuelve a inclinarse y a besarlo, está vez siendo más breve que antes. "No vemos, hyung. Gracias por hoy"

"De nada. Gracias a ti, Kook" aspira y se aleja del chico. "Nos vemos"

Ahora sí.

Jungkook agarra la manija de la puerta y la abre, no se tarda en salir del vehículo y tal vez sea la acumulación de emociones en el día, pero comienza a llorar en el camino a su casa.

Taehyung lo ve irse y presiona los labios mientras arquea las cejas.

No le queda más por hacer que inclinarse, abrir la guantera del auto y meter la mano dentro en busca del objeto que debe volver a usar.

El frío anillo de oro toca sus dedos, él lo toma con su diestra y lo desliza por el dedo anular de su izquierda a donde debe pertenecer, al que debería ser fiel.

Pero no lo es.

Y sabe que aquello, esa bomba que él mismo alimenta explotará en algún momento.

Y va a lastimar mucho cuando lo haga.

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