Situación Crítica || #7

By seokjin30_jk26

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Tras ver sus caras publicadas en todos los periódicos y televisiones tras un caso de gran repercusión, los ag... More

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By seokjin30_jk26

Jungkook se movió con cautela mientras SeokJin caminaba con él hacia la habitación del hotel. SeokJin nunca había tenido un cálculo renal, pero había oído historias de horror. Todo lo que sabía era que Jungkook había tenido la suerte de estar drogado y tener una preocupación de menor importancia para distraerlo durante el proceso.

Mientras se abrían camino por el pasillo, Jungkook alargó la mano para sujetarse al brazo de SeokJin y mantener el equilibrio. El medicamento que le habían dado todavía estaba haciendo efecto, y se tambaleaba sobre sus pies.

-¿Necesitas ayuda?

Jungkook sacudió la cabeza.

-No, estoy bien. -Pero no soltó el brazo de SeokJin. Mantuvo su otra mano en su costado. SeokJin no estaba seguro de si le dolía o si sólo le hacía sentirse mejor sostenerlo.

Cuando llegaron a su habitación, SeokJin no se sorprendió al ver a los otros hombres ya allí. Había llamado para hacerles saber que estaban soltando a Jungkook y NamJoon tenía una llave. Todos se levantaron cuando Jungkook entró en la habitación.

-¿Estás bien, Six? - Preguntó Digger. Jungkook asintió brevemente.

-Entonces -dijo Jimin con una sonrisa-. ¿El episodio psicótico es el nuevo tratamiento prescrito para una de esas cosas?

Jungkook se aclaró la garganta y se ruborizó.

-Las alucinaciones son una perra cuando te contestan.

SeokJin puso la mano sobre el brazo de Jungkook, ofreciendo un mínimo de apoyo. La mano de Jungkook tembló mientras colgaba entre ellos. La cerró para que parara.

-Necesito un cigarrillo o algo así -murmuró Jungkook.

-Mi paquete está en los vaqueros -ofreció SeokJin.

Jungkook se dirigió a la pila de ropa que SeokJin se había quitado la noche anterior. SeokJin lo reconoció como más que una distracción de la necesidad real de un cigarrillo. Era algo para hacer por sí mismo, con sus manos y su mente, así tendría un poco más de tiempo para encontrar la manera de explicar su comportamiento al resto de ellos.

Se inclinó con cautela, sosteniéndose el costado mientras rebuscaba en los bolsillos de SeokJin. Todo el mundo estaba en silencio, esperando, sabiendo que el silencio haría más para forzar a Jungkook a hablar que cualquier pregunta. SeokJin sonrió. Le gustaba observar la dinámica Sidewinder, porque a pesar de que todavía se sentía como un poco marginado, también sabía que estaba en una habitación con algunas de las personas que mejor conocían a Jungkook. Ya no era el único presente que le gritaría gilipolleces.

Jungkook se enderezó con una mueca, una vez que encontró el paquete y el encendedor. Tenía el ceño fruncido, sosteniendo el trozo de papel arrugado que SeokJin había metido esta mañana. SeokJin tardó un momento en recordar lo que era. Estaba bastante seguro de que Jungkook estaba demasiado dopado para molestarse por ello. Incluso podría encontrarlo divertido. Jungkook sacó uno de los cigarrillos del paquete y se lo puso en la boca, luego dejó caer el paquete y sin decir nada aplanó el papel para leerlo.

SeokJin estaba esperando que hiciera una broma o un comentario lascivo sobre alguien dándole un número de teléfono en un bar, por lo que se sorprendió por el cambio que apareció en el rostro de Jungkook. Se sacó el cigarrillo de la boca y lo dejó caer al suelo. Su mandíbula se tensó y sus ojos duros se precipitaron hacia SeokJin.

-¿Qué? -Preguntó SeokJin.

Jungkook levantó el papel y lo arrugó en su puño.

-¿De dónde has sacado esto?

-Ayer por la noche, un tipo me lo metió en el bolsillo.

-¿Qué tipo? -Exigió Jungkook. Su voz se había vuelto baja y peligrosa, y avanzó hacia SeokJin a través del cuarto, sin hacer caso a los otros hombres, ya no andaba lento o inestable.

-No lo sé, Jungkook, un tipo que quería un encendedor. -SeokJin miró por encima del hombro de Jungkook a los demás. Todos estaban cada vez más inquietos, intercambiando miradas con los ojos abiertos y moviéndose inquietos donde estaban sentados. Jungkook no era por lo general tan abiertamente posesivo o combativo.

Jungkook no era consciente de la incomodidad en la habitación mientras iba donde SeokJin, le acorraló en la pequeña entrada. Levantó el papel.

-¿Cómo era?

-Jungkook-dijo SeokJin suavemente-. Es un pedazo de basura en el bolsillo. Me robó el encendedor y me lo devolvió con esa nota. No es gran cosa, ¿de acuerdo? Tal vez podamos hablar de ello una vez que los medicamentos desaparezcan.

Los ojos de Jungkook destellaron y se apoyó en la pared junto a SeokJin, golpeando la palma de la mano y la hoja de papel contra ella. SeokJin se apartó, los ojos muy abiertos.

-¿Cómo era? -Gritó Jungkook.

-¡Jeon! -gritó Jimin-. Tienes que sentarte antes de la morfina saque lo mejor de ti.

Los ojos de SeokJin permanecían fijos en Jungkook. Sacudió la cabeza. Sabía que Jungkook no iba a hacerle daño, pero se estaba volviendo embarazoso. Sólo quería mantener calmado a Jungkook hasta que las drogas desparecieran.

-Era... rubio. Británico. Ojos azules. No sé, estaba oscuro.

-¿Se llamaba Jung HoSeok? -Gruñó Jungkook.

SeokJin oyó una inhalación aguda de uno de los otros, y le distrajo lo suficiente para echarles un vistazo y ver a NamJoon y Jimin de pie. Se encontró con los ojos de Jungkook y asintió.

-Sí. Creo que era su nombre. ¿Cómo sabes eso?

Jungkook dio un paso atrás y soltó el papel. Revoloteó al suelo a los pies de SeokJin. Jungkook se llevó una mano a la boca y se alejó.

-¿Jung HoSeok? -Preguntó NamJoon, horrorizado-. ¿Cómo es posible?

-¿Quién es Jung HoSeok? -Preguntó SeokJin-. ¿Cómo lo sabes?

-¿Cómo supiste que era él, Jungkook? -Preguntó Owen.

Jungkook todavía tenía una mano sobre su boca. Cerró los ojos.

-Lo viste, ¿no? -Dijo NamJoon-. En urgencias. Por eso te volviste loco. Le viste allí.

Jungkook asintió, con los ojos todavía cerrados.

-Pensé que estaba alucinando.

-¿Quién es Jung HoSeok? -preguntó SeokJin otra vez. Jimin inhaló profundamente, mirando de Jungkook a SeokJin.

-Él era... eh.

-Es un fantasma -respondió Digger-. Está muerto.

-Tenemos que salir de aquí -murmuró Jungkook-. Tenemos que salir de la ciudad.

SeokJin soltó una risa.

-¿En serio?

Jungkook se volvió hacia él.

-¿Qué más te dijo?

SeokJin suspiró, demasiado consciente de todos los ojos puestos en él. Se encogió de hombros.

-Quería fuego. Coqueteó conmigo. No hubo nada.

Jungkook apretó los dientes, dando un paso más cerca.

-SeokJin, las palabras que usó. ¿Qué dijo?

SeokJin frunció el ceño mientras luchaba más allá de la sensación de urgencia y la confusión de recordar exactamente lo que el hombre le había dicho. Sacudió la cabeza, distraído por la mirada casi asustada en la cara de Jungkook.

-Dijo algo sobre querer verme otra vez. -Se detuvo, inhaló profundamente para armarse de valor contra la reacción de Jungkook-. Sin mi novio alrededor.

Jungkook enderezó los hombros y sus rasgos se volvieron más duros, más peligrosos.

Miró por encima del hombro.

-Me dijo que quería venganza. -Miró de nuevo a SeokJin, el miedo deslizándose a través de sus ojos-. Va detrás de ti.

-¿De qué demonios estás hablando, Jungkook?

Jungkook retrocedió, cubriéndose la cara como si estuviera tratando de bloquearlo todo y poder pensar con claridad. Esos medicamentos todavía estaban afectándole y SeokJin no estaba muy seguro de qué hacer. Ni siquiera estaba seguro de si esto justificaba el tipo de pánico que se había disparado, pero el resto también parecía sorprendido.

-¿Por qué es este tipo tan temible? -Preguntó SeokJin, frustrado. Necesitaba más detalles, no más laberínticas charlas de fantasmas.

Jungkook se dejó caer en el extremo de la cama y se pasó una mano por los ojos. Miró a SeokJin, con la cabeza apoyada en la mano.

-¿Recuerdas que te conté que entrené con un equipo del SAS?

SeokJin asintió mientras trataba de recordar. Había sido antes de salir a la misión en el crucero y Jungkook había explicado donde había aprendido el acento británico que había sido obligado a utilizar.

-HoSeok era el líder del grupo al que nos asignaron. Era un equipo de Coalición avanzado.

-Bien -dijo SeokJin, todavía confundido. Se sentó en una de las sillas cerca de la cama, observando el lenguaje corporal de Jungkook más que cualquier otra cosa. Su rodilla estaba rebotando, no podía dejar de mover inquieto las manos, y no miraba a nadie a los ojos.

-Nos emparejaron con los miembros del equipo SAS -explicó NamJoon cuando Jungkook se mantuvo en silencio-. Vivíamos juntos, comíamos juntos, íbamos a misiones juntos. Dijeron que era una prueba para ver cómo funcionaría, integración de Fuerzas Especiales o alguna mierda. Estaban tratando de formar un equipo internacional de ataque.

SeokJin miró a los cinco hombres.

-¿Con el SAS?

NamJoon asintió.

-Había otros. SEALs y australianos, boinas verdes y canadienses. Dos meses después descubrimos un topo. Le cazamos como un equipo. Durante meses.

-Los canadienses son astutos, tío -murmuró Digger. SeokJin puso los ojos en blanco.

-Entonces, si Jung HoSeok fue el líder del equipo, estaba emparejado con Jungkook.

-Sí -respondió éste de manera cortante. Su rodilla estaba rebotando más rápido, y tenía las manos entrelazadas entre sus muslos, tratando de no moverlas.

SeokJin se quedó mirándolo, esperando a que hiciera contacto visual. Cuando el silencio comenzó a estirarse demasiado y Jungkook seguía mirando al suelo, SeokJin suspiró. Conocía el modus operandi de Jungkook.

-¿Te enrollaste con él?

Jungkook finalmente levantó la vista y se encontró con sus ojos. Asintió bruscamente. SeokJin no se sorprendió, pero los otros cuatro hombres estallaron en un coro de shock e ira. Jungkook hizo una mueca cuando cada uno se expresó.

Jimin y Digger gritaron:

-¿Qué?

NamJoon se pasó una mano por el pelo y se dio la vuelta. SeokJin alzó la voz para ser escuchado.

-¿Por qué eso es un problema?

-Porque fue Jungkook quien disparó al cabrón -Soltó Owen.

Los ojos de SeokJin se agrandaron y se quedó sin aliento, incapaz de ocultar su sorpresa. Jungkook tenía la mano sobre su boca y sus ojos estaban cerrados otra vez.

-¿Jungkook? -Susurró SeokJin-. ¿Era el topo?

Jungkook se pasó los dedos por los labios y respiró hondo, con los ojos todavía cerrados.

Finalmente, los abrió mientras asentía.

-¿Disparaste a un tipo con el que estuviste durmiendo? -Preguntó Owen, y era difícil saber qué parte le escandalizaba más.

-No es lo que crees -explicó Jungkook con voz ronca.

-Jesús -susurró Jimin. Se hundió en la silla, con el ceño fruncido.

-Eso es frío, tío. Incluso para ti, eso es una mierda -murmuró Digger. Se paseó hacia el balcón, moviendo la cabeza.

NamJoon seguía de pie en la pequeña puerta de entrada cerca del baño, de espaldas a ellos. Su cabeza estaba caída y tenía una mano en la cadera. Los ojos de SeokJin se sintieron atraídos por él. ¿Por qué parecía tan traicionado por el conocimiento? Lo que Jungkook había hecho era duro, SeokJin no se hacía ilusiones al respecto. Pero no necesariamente le molestaba. Sabía cómo se sentía Jungkook sobre la traición, y era un hombre peligroso, rápido en actuar y rara vez miraba atrás. NamJoon y los demás tenían que saberlo también. Una vez que Jungkook se encendía, tu tiempo había terminado.

NamJoon finalmente levantó la cabeza, pero no se dio vuelta.

-Le diste en el centro del pecho -dijo, en voz baja.

Jungkook se volvió, pero SeokJin no podía ver su expresión mientras miraba la espalda de NamJoon. Todo su cuerpo temblaba, y SeokJin se preguntó si era por los medicamentos, los nervios, o ambos.

NamJoon se volvió hacia él, con aspecto sombrío.

-Disparaste al centro del pecho desde seis metros, pero no diste a ningún órgano vital.

-¿Cómo sabes eso? -Preguntó Jimin.

-Porque escribí el informe -gruñó NamJoon. Señaló con el dedo a Jungkook-. Fallaste a propósito.

Jungkook le miró fijamente, sin moverse. El temblor se había detenido casi como si Jungkook le hubiera dado a un interruptor.

NamJoon dio un paso.

-Le ayudaste a escapar. ¿No es así? Es por eso que sabes que está vivo.

Jungkook vaciló antes de dar una breve inclinación de cabeza.

El grupo entró en erupción con otra ronda de protestas.

NamJoon se pasó las manos por el pelo y se dio la vuelta de nuevo.

-Fallaste en el centro de su cuerpo para ayudarle a escapar y tú fuiste el único que lo cubrió.

SeokJin se puso de pie, con la intención de tratar de calmar las emociones que podía ver bullendo, pero el movimiento agitó la habitación. Jungkook se levantó con él, dando un paso hacia NamJoon. Pero NamJoon se dio la vuelta cuando le sintió detrás, lo agarró por la pechera de la camisa, y lo estrelló contra la pared.

-¡Hey! -gritó SeokJin, dando un paso para interceder. Jimin le agarró del brazo y lo mantuvo a raya, dándole palmaditas en el pecho como si calmara un perro.

NamJoon gruñó en la cara de Jungkook.

-¡Me aseguraste bajo juramento que no tenías nada que ver con eso, Jungkook!

-Eso hice -dijo Jungkook entre dientes. Empujó a NamJoon por el pecho, obligándole a soltarlo.

Jimin dejó ir a SeokJin. Su voz era severa.

-Ayudaste a escapar a un traidor.

Jungkook echó un vistazo a todo el mundo antes de encontrarse con los ojos de NamJoon de nuevo. Cuadró los hombros y levantó la cabeza, preparándose para lo peor.

-Sí. Sí, lo hice.

**

2000. Localización clasificada

-¡Todo este tiempo! -Gritó Jungkook mientras caminaba por la habitación. Estaba demasiado enojado para estarse quieto. Agarró su arma con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos.

-Jungkook, sé que estás enojado, pero...

-¿Enojado? ¡HoSeok! ¡Esto está más allá de enojado!

HoSeok asintió y dio un paso a un lado.

-¡Deja de moverte! -Gritó Jungkook. Levantó su arma y apuntó a la cabeza de HoSeok. HoSeok se detuvo y se quedó mirando, se encontró con los ojos de Jungkook sin pestañear.

-¿Tienes la intención de dispararme, Jungkook?

-Hemos estado buscando a este topo durante meses -dijo Jungkook con los dientes apretados.

-He estado a tu lado.

-¡Eres un traidor!

-No, no lo soy. No para ti -dijo HoSeok, manteniendo la calma frente a la rabia cada vez mayor de Jungkook-. Y no para ellos.

Jungkook sacudió la cabeza.

-Nunca te he traicionado, compañero. Sólo estoy haciendo mi trabajo.

-Yo también.

-Si dejas que me explique.

Jungkook gruñó, apretando la pistola.

-No quiero oírlo, estoy cansado de los juegos de espionaje.

-Eso es divertido, Jungkook, porque eres uno de los mejores jugadores que he visto en mi vida.

-Lo mismo digo -gruñó Jungkook.

HoSeok asintió, inhalando profundamente.

Jungkook apenas podía mirar al hombre a los ojos y bajó la pistola por temor a dispararle en la cara sólo para borrar esa mirada herida.

-Bien. Explícate. Hazlo rápido.

-El NIA me plantó aquí.

-¿El NIA? ¿Te piensas que soy estúpido?

-Jungkook, creo que eres todo lo contrario.

-El NIA es una vieja tía desdentada en el sótano de la CIA. Ellos no se involucran en esta mierda.

-No lo hicieron. Están siendo militarizados. Están echando mano del personal militar que ya tienen para construir su base. El NIA me sacó del SAS y me reclutó para operaciones militares que no podía hacer su propia gente. Sé que sabes sobre esto, porque trataron de meterte también.

Jungkook apretó los dientes, luchando por no reaccionar a ese conocimiento. Durante meses, Chas Turner había intentado reclutarlo para la primera oleada de operaciones militares encubiertas de la Agencia Nacional de Inteligencia, pero Jungkook nunca se lo tragó. Había trabajado en unas pocas misiones y se había convertido en una valiosa pieza de artillería, pero recibía órdenes del cuerpo de marines, no de los trajeados del NIA.

-Me pusieron aquí para alimentar con información falsa a la oposición.

-¿Por qué? -Preguntó Jungkook. HoSeok se humedeció los labios.

-Tengo familia en Rusia. Crearon un pasado en la KGB que podría ser explotado, y esperaron a que alguien lo encontrara y me contactara.

-Eso es débil, HoSeok.

-Funcionó, no obstante. He estado transmitiendo información falsa durante meses. No soy tu enemigo.

El arma bajó mientras Jungkook se quedaba mirando el sargento SAS al que había llamado amigo y amante durante los últimos meses.

-Cada día me has mirado a los putos ojos y me has mentido.

-Nunca he mentido.

-¡Gilipolleces! -Jungkook levantó el arma de nuevo y la apuntó con total frustración.

-¡Gilipollas obstinado! Escúchame. ¡La vida no es blanca y negra! Lo sabes mejor que nadie. Yo no soy el malo.

Jungkook se dio cuenta que estaba casi hiperventilando. Estaba tan lívido que los bordes de su visión empezaban a desdibujarse.

HoSeok continuó hablando, con voz suave y baja, como un hombre que trataba de calmar a un animal salvaje. Lo había hecho antes, le había calmado y persuadido de volver a la cordura.

-Ahora escucha, necesito su ayuda. Si se corre el rumor de que el espía ha sido erradicado y eliminado, las fuerzas insurgentes tratarán de sacarme. Yo no sé tú, pero yo no quiero ese tipo de regreso a casa. Si no me pueden extraer y no oyen de mi muerte, sabrán que todos esos mensajes eran falsos. Costará vidas. Muchas vidas.

-¿Me estás pidiendo que no te entregue?

-No. Te estoy pidiendo que vengas conmigo.

-¿Ir contigo?

-Tengo que fingir mi muerte, lo he sabido todo el tiempo. Siempre fue la única estrategia de salida. Pero entonces llegaste y... -Se lamió los labios, haciendo una mueca. Suspiró y dejó caer sus manos-. Estoy enamorado de ti, Jungkook.

Jungkook dio un paso involuntario hacia atrás, la boca abierta y jadeando en busca de algo que decir y casi tropezó con un par de botas. HoSeok le siguió y Jungkook levantó el arma de nuevo con manos inestables.

HoSeok notó el temblor y sacudió la cabeza.

-Esta noche te necesito estable, cariño.

-No.

-Ayúdame a morir esta noche. Luego, puedes venir conmigo, empezaremos de nuevo en algún lugar.

Jungkook sacudió la cabeza sin palabras.

-Te estoy ofreciendo la oportunidad de una vida sin órdenes, sin reglas, sin ser un peón en el juego de otra persona.

-Nunca hemos sido peones.

-¿No? Tu nombre en clave es Torre. No te equivoques, sólo eres un jugador en un juego. Como yo.

Jungkook le miró, luchando por calmarse. HoSeok estaba con las manos a los costados, sin amenazar y serio.

-Vamos a huir, Jungkook. Ven conmigo. Nos enterraremos y empezaremos de nuevo. Sin nada que hacer excepto tumbarnos en una playa todo el día, beber y follar.

Jungkook no podía responder, aún se debatía entre la conmoción y la ira.

-Sí -se burló-. Beber, follar y huir del NIA.

-¡Maldito bastardo testarudo! -Gritó HoSeok, su fachada, finalmente, rompiéndose-. ¡Te estoy diciendo que te amo! ¡Tenemos la oportunidad de dejarlo y huir, y quiero que vengas conmigo!

-HoSeok -dijo Jungkook cuando la desesperación y la incertidumbre comenzaron a filtrarse.

-Está bien. ¿Todavía quieres servir? Estoy en el juego. Ven conmigo al NIA -intentó HoSeok-. Seríamos imparables.

-¿Cómo?

-Disparamos. Tú me derribas, yo te disparo en una pierna, te hace no apto para el servicio en el Cuerpo.

-¡No voy a dispararte! ¡Y seguro como la mierda que no vas a dispararme!

-¡Te acuchillaré entonces! Ven conmigo, Jungkook.

Jungkook tomó una bocanada temblorosa, no se permitió reflexionar sobre la posibilidad o incluso tener la tentación de desertar.

-No puedo.

La máscara de HoSeok se rompió, y Jungkook pudo ver el dolor en sus ojos azul claro. Lo reconoció porque lo había estado sintiendo desde que había descubierto que HoSeok había estado usando su autorización para transmitir en la frecuencia CB a los rebeldes que estaban monitoreando. Jungkook apretó los dientes. Había pensado que HoSeok era un traidor, y aunque se sentía aliviado de estar equivocado, parecía que lo perdería de todos modos. Por primera vez, la incertidumbre comenzó a roerle por dentro.

HoSeok se sacudió, recuperándose más rápido de lo que Jungkook había sido capaz de hacer.

-Si no tienes la intención de venir conmigo, ¿me ayudarás? ¿Te reunirás conmigo más tarde?

-¿Cómo?

HoSeok sacudió la cabeza con tristeza, con las manos aún extendidas a los costados.

-Tienes que dispararme. Y tiene que ser ahí, en las áreas comunes, para asegurarse de que no estás en peligro y extender los rumores.

Jungkook sacudió la cabeza, su voz áspera.

-No puedo hacer eso.

-Puedes.

-No puedo dejar que te vayas así.

HoSeok le dio una débil sonrisa.

-Oh, cómo me gustaría que quisieras decir eso como suena, cariño. -Dio un paso hacia la puerta.

-Deje de moverte.

-Oblígame, Jungkook. -HoSeok dio otro paso hacia atrás y puso su mano en el picaporte-. Tú y yo sabemos que no puedes derribarme sin un arma, y no me dispararás ni siquiera cuando te lo pido.

Jungkook respiró hondo.

-HoSeok. Ya se nos ocurrirá algo más. Por favor, no te vayas.

-¿Por qué no? ¿Me echarías de menos?

Jungkook le miró a los ojos y asintió bruscamente.

-Sí, lo haría.

-Entonces dime por qué no debería irme. -Se miraron el uno al otro. HoSeok dio un paso atrás-. O mejor aún, ven conmigo y dímelo todas las noches.

El corazón de Jungkook golpeó, la sangre corría por su cuerpo y se sintió ligeramente mareado.

-Si no me sigues y me disparas en alguna parte que se vea como un disparo mortal, voy a ir a buscar a alguien que lo haga. Una persona sin tu puntería.

Jungkook entrecerró los ojos.

-Podrías matarme si fallan. -HoSeok se volvió y desapareció por la esquina.

Jungkook enfundó su arma y corrió tras el hombre, sabiendo que HoSeok haría exactamente lo que había amenazado. Lo alcanzó en la cantina. Estaba llena de soldados, riendo y comiendo, jugando al billar y a los dardos, relajándose después de un largo día de entrenamiento.

-¡Sargento Jung! -Gritó Jungkook.

HoSeok se detuvo al otro lado de la sala, volviéndose para mirarlo a los ojos. La sala se calmó poco a poco, confundida por sus posturas combativas.

HoSeok echó un vistazo a sus compañeros de armas. Jungkook entendía ahora que HoSeok siempre había tenido la intención de dejarlos, había sabido siempre que como espía entre ellos le dispararían y matarían. Ellos nunca sabrían lo que había hecho por su seguridad, lo que había sacrificado, y HoSeok lo había sabido todo el tiempo.

Jungkook se enfadó más a medida que la confusión disminuía. ¿Quién coño tenía el derecho de pedirles que fuera así? ¿Quién decidía que era su trabajo sacrificar sus vidas?

HoSeok le miró expectante, rogándole en silencio que anunciara que era un traidor, que recurriera a él. Un murmullo de confusión y diversión comenzó a alzarse en la cantina.

Jungkook no podía pronunciar las palabras. Se atascaron en la garganta. Su mano no iba a alcanzar su arma. Sacudió la cabeza, incapaz de alcanzar a HoSeok cuando más lo necesitaba.

HoSeok articuló las palabras.

-Por favor.

Jungkook apoyó la mano en su arma. Su cuerpo estaba frío por todas partes y la mano le temblaba. De ninguna manera podría disparar. Fallaría y le mataría.

HoSeok bufó y observó a Jungkook con fríos ojos azules. Sacó su pistola. Conmoción y alarma recorrieron a los soldados y marines mientras HoSeok apuntaba a Jungkook.

-Te dispararé, Jungkook -murmuró HoSeok.

Jungkook se quedó helado al ver la verdad en los ojos del hombre, y sin embargo, seguía sin poder sacar su propia arma. Si tenía que morir, quería a alguien digno de realizar el disparo mortal.

HoSeok disparó y la bala le atravesó el hombro izquierdo. Gritó y se tambaleó hacia atrás, luchando contra la conmoción para darse cuenta de que si no disparaba a HoSeok, alguien más en la habitación lo haría. Sacó la pistola de servicio, y sin tomarse el tiempo para pensar, sin dejar que sus nervios controlaran sus manos, disparó dos veces al pecho de HoSeok.

**

-¿Le disparaste porque te lo pidió? -Preguntó SeokJin. NamJoon soltó la camisa de Jungkook y retrocedió. Todos jadearon.

-Técnicamente, le disparé porque él me disparó. -Jungkook presionó su espalda contra la pared. Respiraba con dificultad, como si esperara que uno de ellos fuera a por él otra vez. Se veía acorralado.

SeokJin sabía lo que le pasaba a Jungkook, y a las personas a su alrededor, cuando estaba acorralado. Se movió hacia adelante, pasando junto a NamJoon.

-Tienes que sentarte -dijo en voz baja.

Jungkook asintió, tomando una respiración profunda. Cerró los ojos con SeokJin, negándose a mirar hacia otro lado cuando éste colocó una mano en su hombro.

-¿Si te pidió que le dispararas, por qué iba a estar aquí por venganza? ¿Por qué tienes miedo? -Preguntó Owen.

Jungkook se aclaró la garganta, dando un paso hacia la cama y luego retrocedió y pasó ante SeokJin. Se encontró con sus ojos de nuevo brevemente y luego volvió de nuevo a la cama.

NamJoon lo agarró por el brazo para detenerlo.

-Contéstale.

Jungkook volvió a respirar hondo.

-Lo siento -susurró.

-¿Por qué? -Preguntó NamJoon.

Jungkook se aclaró la garganta y miró a su alrededor. Tiró suavemente para soltarse de la mano de NamJoon. Se sentó con fuerza.

-HoSeok es la razón por la que los Sidewinder fueron licenciados.

Un coro de preguntas y quejas se alzó, pero todo lo que SeokJin podía hacer era mirar la línea de los hombros de Jungkook mientras se inclinaba hacia adelante y apoyaba la cara entre las manos. De repente, parecía un hombre que había estado cargando un gran peso, y SeokJin sabía que había otros secretos que llevaba, secretos tan grandes como éste. Secretos que pesaban sobre él de una forma que nadie podía entender con sólo mirar su fachada.

NamJoon dio un paso hacia el centro de la habitación, levantando las manos para calmar a los otros tres. Se volvió hacia Jungkook y se arrodilló delante de él.

-Cuéntanos lo que pasó. Por favor, Jungkook. Es obvio que te has estado guardando esto para ti mismo, es el momento de confiar en nosotros.

Jungkook se enderezó, con las manos sobre las rodillas. Miró a NamJoon.

-Una vez que le declararon muerto y se recuperó lo suficiente como para moverse, creo que HoSeok movió los hilos con el NIA. Los convenció de que seríamos un buen activo, todo el equipo, que podríamos ser activos militares para el NIA como había sido él.

-¿NIA hizo un trato con el cuerpo de marines? -Preguntó Jimin. Jungkook asintió, parecía enfermo.

-Lo intentaron, por lo que fui capaz de reunir. Nunca me dieron la información completa, pero sí sé que íbamos a ser liberados bajo el marco de la Agencia Nacional de Inteligencia para ser utilizados como parte de un nuevo brazo ultra-militarizado de la CIA. Hubiéramos tenido que saltar cada vez que llamaran. Ya no habríamos sido marines de verdad, habríamos sido fantasmas con uniformes de marines. Cuando se me informó de las órdenes, yo... yo me negué.

-¿Hablaste por todo el equipo? -Preguntó SeokJin.

-Sí, lo hice.

-¿Me estás diciendo que fuiste expulsado del cuerpo por tener una discusión con un amante? -Gruñó Owen.

Jungkook se puso de pie, mostrando los dientes como un animal. NamJoon se mantuvo junto a él, logrando evitar que avanzara por los pelos. Lo empujó de vuelta a la cama. Jungkook rebotó en el colchón, se agarró el costado y gruñó.

-¡Mierda, lo siento! -Dijo NamJoon. Acarició la cabeza de Jungkook, pero mantuvo su cuerpo entre él y Owen-. ¿Por qué Jung volvería aquí en busca de venganza?

-No lo sé, pero eso es lo que me dijo en el hospital. Su plan era que me uniera a él. Elegí el Cuerpo, a todos vosotros, por encima de él. Sólo puedo imaginarlo.

-Y ahora que estás aquí con SeokJin -añadió NamJoon-. Qué es el compañero que nunca dejaste que fuera él.

El estómago de SeokJin se revolvió al escuchar a alguien decir eso. Probablemente debería haber estado avergonzado por sentirse emocionado por las palabras, pero no lo estaba.

-¿Entonces crees que está aquí en Nueva Orleans, asesinando gente porque está enojado contigo? -Preguntó Jimin-. ¿Por qué?

Jungkook sacudió la cabeza.

Digger se levantó y se encaminó hacia el balcón.

-Esto explica muchas cosas. Siento que acabo de terminar un crucigrama.

-¿Cómo sabes lo que se siente? -Preguntó Jimin.

-No lo sé.

Jimin bufó.

-Por eso nos pagaron, para guardar silencio sobre el NIA. Y por eso nos dieron esos términos de jubilación -dijo Owen-. Por Dios, Jungkook, ¿por qué no nos dijiste nada de esto?

-Era alto secreto -respondió Jungkook. Sonaba y parecía agotado-. No podía.

SeokJin dio un paso adelante, con el ceño fruncido.

-¿Qué términos?

Todos se volvieron para mirarlo, como si se hubieran olvidado que estaba allí.

-¿En serio? -Espetó Owen. Miró de SeokJin a Jungkook-. ¿Hablas de lo mucho que amas a este tipo y ni siquiera se lo has dicho?

Jungkook le apuntó con el dedo y gruñó:

-Cállate.

-¿Decirme qué? -preguntó SeokJin con cautela. Owen le miró, frunciendo los labios.

-Pregúntele a tu novio. Él es el que tiene todos los secretos.

NamJoon se dirigió hacia Owen y le empujó por el hombro.

-Johns, cierra el pico.

Pero SeokJin volvió su atención a Jungkook. La expresión del rostro de su amante no hizo mucho para disipar el repentino ataque de nervios.

-¿Jungkook?

Jungkook se puso de pie. Sus manos se apretaron en puños mientras miraba de SeokJin a NamJoon. NamJoon asintió.

-¡Cuéntaselo, Jeon! -Gritó Owen. NamJoon empujó a Owen contra la pared y le apuntó con un dedo a la cara, siseando.

-Sácalo de aquí -gruñó Jungkook. NamJoon agarró el hombro de Owen, pero el hombre se liberó.

-No tienes que decírmelo dos veces. Me largo. -Salió corriendo, dejando que la puerta golpeara detrás de él.

NamJoon cuadró los hombros, recuperando su actitud de calma con una velocidad impresionante. Les dirigió una última mirada, luego se dirigió hacia la puerta. Jimin y Digger le siguieron murmurando adioses a SeokJin mientras pasaban.

Tan pronto como la puerta se cerró, SeokJin oyó a Owen gritando en el pasillo. Se volvió hacia Jungkook, sin embargo.

-¿Qué diablos está pasando?

-SeokJin -dijo Jungkook, su voz ronca. Se aclaró la garganta. Parecía estar luchando por encontrarse con los ojos de SeokJin-. Hay algo... algo que te he estado ocultando.

El estómago de SeokJin giró.

-Creía que habíamos terminado con los secretos.

Jungkook sacudió la cabeza, parecía enfermo.

-Este no.

SeokJin respiró hondo, tratando de llegar a un acuerdo con el destello de miedo en los ojos de Jungkook.

-Entonces dime.

Jungkook luchó por encontrarse con los ojos de SeokJin mientras empezaba a hablar.

-Nunca fui licenciado por completo de los marines.

SeokJin soltó una risa.

-Estás tan lleno de mierda.

-No estoy bromeando, SeokJin.

La sonrisa de SeokJin cayó y se dio un paso hacia Jungkook.

-¿De qué estás hablando?

Jungkook echo un vistazo a la puerta.

-Los chicos y yo... el equipo. Todavía estamos unidos a los marines.

SeokJin le miró, con la boca abierta.

-¿Qué?

Jungkook se pasó una mano por el pelo.

-Sucede con muchos equipos de Operaciones Especiales; los militares en realidad nunca nos dejan ir. Estamos demasiado altamente capacitados, demasiado dinero y tiempo puesto en nosotros. Y los términos que firmamos cuando nos licenciaron nos obligan a volver si nos lo ordenan. Si nos quieren de vuelta...

-¿De qué diablos estás hablando?

-SeokJin.

-No, Jungkook, quiero decir... ¿De qué diablos estás hablando?

-Nunca fui licenciado de los marines. Los Sidewinder no se disolvieron, a pesar de que los papeles oficiales citaron desobediencia como el motivo de la salida. Sólo... nos pusieron en la reserva debido al alboroto que hizo el NIA. Aceptaron mi negativa de las órdenes y lo usaron como excusa para enfriarlo todo.

Jungkookparecía lleno de nervios y a la vez aliviado de haber dicho las palabras. SeokJin intentó hablar, pero no salía nada. Dio un paso atrás y se llevó la mano al estómago, sentía náuseas y mareos.

Después de unos momentos de silencio tenso, Jungkook se acercó más.

-¿SeokJin?

-Estás diciendo que todavía eres un marine.

-No técnicamente. Algo parecido.

-No puedes ser algo parecido a un marine, Jungkook. ¡O lo eres o no lo eres!

Jungkook levantó una mano para calmarlo, pero SeokJin la apartó de un manotazo.

-¡Todavía eres un marine! ¿Me estás diciendo que cualquier día, podrías ser llamado de nuevo al servicio y tendrías que ir a dar saltos con tu bolsa y estar fuera durante meses en primera línea?

-Estas molesto.

-¡Tienes toda la razón estoy molesto! -Rugió SeokJin-. Para eso estás preparado, ¿verdad? La bolsa en el armario, sales a correr todas las mañanas. ¿Cuándo coño planeabas decirme esto?

-Yo... tenía la esperanza de que no lo necesitaría. Los contratos vencen en diciembre.

SeokJin bufó con disgusto.

-Jesucristo, Jungkook.

Jungkook levantó ambas manos.

-No es como si fuera algo que pudiera ir por ahí diciendo a todo el mundo.

-¡No soy todo el mundo!

-¡Lo sé! Pero SeokJin, no hay nada que podamos hacer al respecto.

-¿Y eso hace que esté bien que no me lo dijeras?

Jungkook sacudió la cabeza.

-Dame detalles -exigió SeokJin.

-No puedo contarte más. Se suponía que no podía contártelo.

-Joder que no puedes. Estás ahí diciéndome todavía eres un puto marine, que tú y tu equipo todavía estáis en algún tipo de puto...

-SeokJin, cálmate.

SeokJin dio un puñetazo en la pared. La sangre rugía a través de sus oídos y tuvo que gritar para escucharse a sí mismo.

-¿Llevo viviendo contigo un año y no puedes decirme más?

-Estoy...

-¡Gilipolleces!

-¡No puedo decírtelo, SeokJin! -Gritó Jungkook-. ¡Dios! ¡Lo que ya te he dicho podría hacer que me arrojaran a los Barracones Disciplinarios en Leavenworth! ¿Lo entiendes? ¡Todavía estoy sujeto a las leyes y códigos de conducta del USMC!

SeokJin se pasó las manos por el cabello.

-Y, francamente, Jung HoSeok me asusta más en este momento que los secretos que te he estado ocultando.

-¿Hay más? -Preguntó con sarcasmo SeokJin.

Jungkook vaciló y SeokJin captó un destello de culpabilidad en sus ojos.

-Oh, Dios mío -susurró SeokJin-. Hay más. ¿Hay algo peor que esto?

-SeokJin.

-Dime qué más ocultas.

Jungkook levantó la cabeza y se puso derecho, sus fosas nasales dilatadas.

-No.

SeokJin se lo quedó mirando. Su corazón latía con fuerza. Había sabido que tenían secretos entre ellos, cosas que no estaban dispuestos a compartir. Habían hablado de esas cosas, piezas oscuras de su pasado que preferirían no sacar de la caja. Pero SeokJin nunca había esperado que los secretos de Jungkook fueran algo que pudiera hacerle daño. Herirlos a los dos.

SeokJin estudió a su amante, dejando que se asentara la verdad en algún lugar profundo dentro de él.

-Dime, dime todo lo que necesito saber.

Los músculos de la mandíbula de Jungkook saltaron, pero se quedó tenso y recto, mirando a SeokJin. Cuando habló, sin embargo, salió roto.

-No.

SeokJin apretó los dientes y golpeó la palma contra la pared.

-¡Dime la verdad o me voy!

Jungkook tragó con fuerza, pero era obvio que estaba sopesando si debía o no hablar.

-¿De verdad tienes que pensar en ello? -SeokJin se apartó de Jungkook, incapaz de apartar los ojos de él, incluso mientras el dolor se retorcía en el pecho como un cuchillo-. Creo que finalmente encontramos una de las cosas más importantes para ti que yo.

La cara de Jungkook se endureció.

-Sabes que no es verdad.

-¡Que te jodan, Jungkook! ¡Siento que no sé una maldita cosa! -SeokJin le apuntó con el dedo-. Te digo que me voy y ¿tienes que pensar en ello? Joder. ¡Que te jodan!

Jungkook tomó una respiración profunda, pero no ayudó a la fuerza de sus palabras cuando trató de hablar.

-Si te lo dijera... Me temo que te irías de todos modos.

SeokJin levantó las manos.

-¿Qué puedes perder?

La mandíbula de Jungkook se tensó. SeokJin contuvo el aliento, esperando, dándole una última oportunidad para despejarlo, incapaz de imaginar que podría haberle estado ocultando que tuviera tanto miedo de admitir.

Jungkook sacudió la cabeza y apretó la mandíbula.

SeokJin dio un paso atrás. Estaba destrozado por haber sido rechazado. No tenía ni idea de a dónde ir desde aquí.

Sólo se le vino un lugar a la mente, un lugar al que retirarse de la pared de piedra que Jungkook acababa de levantar. No era sólo una pared para proteger a Jungkook o sus secretos. Era una pared para proteger los secretos de Jungkook de SeokJin.

Se dio la vuelta y cogió el paquete de cigarrillos y el encendedor del suelo. Pasó junto a Jungkook mientras se dirigía a la puerta.

-SeokJin.

Se volvió.

-Hay un hombre por ahí que quiere hacerte daño. Y es bueno. Por favor, no te largues solo.

-Vete al infierno, Jungkook-gruñó SeokJin, abrió la puerta de golpe y salió.

***

De a poco se van revelando las verdades

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