Las cosas tomaban un extraño orden, se ponían dificiles. Estabamos vivos y no evacuariamos ésta vez. La amenaza puesta bajo control gracias a Ligia Alley, era una proeza. Detectar la amenaza y dar las órdenes correctas era un lujo que ojalá siempre tuviéramos de nuestro lado, no podía confiar demasiado en que las cosas se mantendrían así de bien, por descontado sabía que las cosas empeoraban antes de mejorar.
A Henry, lo mantenía en Jaque, con Beirut haciendo de las suyas tenía libertad de movimiento reducido. Axel no la pasaba del todo mal. Había despachado a Nathan y Tavo dejándonos alrededor de Mia y Lucille. Era una guardia confiada, pero Axel como mi novio soportaba la presión.
- No es necesaria una escolta - le susurré pasado el evento.
- Nos clavamos la diana.
- por aparentar seguridad o por saber que podemos.
- Ambas cielo.
Custodia de chicas era mi estilo, feminista y confiado. Lorelei estaba como mano derecha de la mayor de las Scheider y eso retorcía mis tripas como las de Izzy.
Izzy que comprobó con Noah a sus chicos y que aparentemente lo llevaba bien con Sydney.
- podemos averiguar lo que pasa - Me acerqué más a Axel casi en un susurro.
Recibir ataques cada cierto tiempo era normal, no caer en trampas lo que Axel aspiraba desde su inicio conmigo.
- ¿Comprobamos a Richard antes?
Si alguien debía estar ansioso era mi tío. Jessica no era incompetente pero Aria y Phill eran unos niños aunque debatía con Anton sobre lo contrario.
- Sin dudas
Nos encaminamos en búsqueda de respuestas que tomarían su tiempo pero podría ver la cooperación y la competencia. Ligia no volvería a tener contrincantes, si no se sobrepasaba estaría junto a Jesse y me parecía qué él estaba encantado con ello.
Scheider me ponía los pelos de punta, el pobre Robin rechazaba pretendientes humanos cada tanto y por descontado quizá Richard y Anton eran los únicos inmunes a su infinita gracia. Hasta Baker estaba un poco demasiado feliz con su nueva posición, aunque no sabía si sería un elegible, quizá tendría que discutirlo con Lorelei, las posibilidades. Storm Dahl nos saludó en la distancia, al menos Aileen no parecía interesada en sus huesos y era refrescante.
Axel recibió una notificación, se requería su presencia. Me miró como pidiendo disculpas en el momento que vio a Abigail, al parecer caminaria junto a quien podría ocupar mi amado trono. La orden fue silenciosa, ellos intercambiaron una mirada y lo supe, Fletcher era la chica con más ansiedad a la redonda, y todas sus dudas eran culpa de mi hermano.
Para mi sorpresa Avery escogió ese justo momento para aventurarse por el pasillo. Igui le tendió una caja de lo que serían dulces y se mantuvo a la espera por si la princesa se los lanzaba en la cabeza. Quizá Abigail estaba menos estresada de Avery, como conseguiría yo que mi asustadiza amiga fuera el punto clave en el consejo.
- Eso es... - Abi no continuó lo que iba a decir, así que intenté ayudar un poco.
- Mi dulce Abi. Algunas personas se encuentran desde que nacen. Jesse y Ligia tienen un épico consurso de quien grita más fuerte desde niños. Desde que la corona fue puesta sobre su cabeza Ligia ha sido más recatada.
La cara de Abi me insinuó que recatada no era la palabra correcta así que hice una mueca con fastidio. Moderación no era una palabra para definir a Ligia Alley. Los dos se alejaron por el pasillo. Jesse iba querer interrogarla.
- ¿Qué me dices de Avery?
Suspiré
- Wesen tiene que ser mano derecha. No se que tan bueno sea Igui como rey.
Abigail me miró enfadada. William era hermoso, no tenía que estar ciega en ello. Al menos Avery no lo habia rechazado hace un momento pero no lo había aceptado, y Oriana tenía mucho que ver en eso.
- William es el chico más tierno y considerado de este mundo.
- Y ese es el chico que no conserva a la chica - rebuzne.
- Porque a todos les gustan los hijos de.
Se calló súbitamente recordando mi presencia. Lo deje pasar. La dejaría maldecir si necesitaba. Yo no era una santa después de todo.
- Pero Axel es...
- un verdadero incordio pero no como mi hermano
- Tiene alguna posibilidad...
- Rubia.. La posibilidad eres tú.
Abigail no tuvo que responder, tuvo que seguirme el paso mientras yo corría por el pasillo. Quería mis respuestas, y había visto un atisbo de donde encontrarlas