ABIGAIL: Emboscada

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- Evitaste un ataque frontal de Alley.

Celine mira su almuerzo con desagrado. - Si, eso hice, y tengo que hablar con Abel y Rachael.

- ¿eso es malo? -indago.

- ¿Tan mala es mi compañía?

- Te prefiero a mi lado que buscando...

- Spence está de nuestro lado. Solo necesito controlar a Storm.

- ¿qué tienes contra él? - pregunto antes de pinchar con mi tenedor mi propia comida.

- Los lindos son idiotas.

Abel escoge ese momento para hablar con Axel Watson, admito que son bastante lindos pero la visión se vuelve demasiado cuando William abandona a Declan Roth para unirse a ellos.

- Eso es malo - Susurra Celine.- Ouch, prepárate para una emboscada.

- ¿qué?

- Ligia es buena jugando. Ella anticipa. El problema con los príncipes es que tienen que arreglar nuestros desastres, así que si yo hice algunos reclutas, obviando a Stone y la ausencia de los chicos Franciscotti en esta generación.

- eso es inusual.

- Demasiadas muertes. Allan va a venir por ti. Axel está tomando partido.

- Axel es familia.

- Como tú Fletcher. Así que Allan vendrá. Si están incluyendo a Axel, las cosas están a punto de cambiar.

...

Hablar con Celine es difícil, termino mis misiones justo cuando encuentro a Allan.

- ¿Estás tramando algo? - pregunta Allan Aldrich casi sonriendo.

- No mi príncipe. Nada que involucre chicos agua por cierto.

- Estuviste hablando con William - dice con un tono que hace que me encoja de hombros.

- Chico agradable. Parece que Celine no pudo convencerlo.

- Agradezco su intento pero aún...

- Ella es... - sacudo la cabeza sin terminar la oración.

- Celine Tyler es esa persona que  tienes que mantener en tu ojo derecho.

- Esa es una buena opinión.

- Vamos, sabes que es cierto. La mayoría retrocede cuando se encuentra con su genio.

- Tú no.

- Demasiado tiempo, además ella es un poco... - su expresión ligeramente feliz hace que me tense un poco, no lo entiendo, íbamos bien, sin embargo, no soy la única en notar el cambio - Espera, crees que todo no sería más fácil si me fijara en Celine - me preguntó Allan cruzándose de brazos.

- ella fue entrenada para esto, compréndeme - le pedí.

- ¡Abigail! - me reclamó.

- Celine Tyler es mejor para ti que yo - respondí esquivando sus ojos café en llamas.

- A Celine le gusta Abel - explicó él ya cansado.

- Lo sé, pero tienes que admitir que esto es como mucha molestia. Ella te quiere.

- Y yo a ella pero no como lo estás pensando. Celine y mi hermana, son Celine y mi hermana ¿entiendes? no puedo cruzar esa línea y no puedo creer que tú si quiera lo pienses - me acusa.

- déjalo, no quiero que me manden a la Patagonia por tu culpa.

- te puedo mandar a la Patagonia si quiero – amenazó.

Sé que no lo dice en serio, me quiere lo suficiente como para intentar que me entregue por las buenas pero no quiero ser la reina, me mata del susto, además que me garantiza que corra detrás de Henry y que Allan Aldrich no me bote mañana.

- No tienes que ser una Jane.

Las palabras se trabaron en mí, lo miré, no podía creer que eso había salido. ¿Creía que yo podía traicionarle? ¿No era mi papá el guardián de su madre? Mi padre daría la vida por esa mujer, ¿no lo había demostrado ya? Salí incapaz de mirar a Allan por más tiempo, corrí como desquiciada llevándome gente por el medio. De pronto algo me hizo casi caer de bruces pero me mantuvo flotando.

- ¡Bájame! - ordené sabiendo que Anton Orailey me dejaría darme un golpe.

- creo que no - dijo la voz de un chico. La voz no era de Anton por lo que me estremecí.

- déjate de idioteces - solté incapaz de hacer otra cosa.

- Bájala Richard - pidió Lorelei Bennet.

- no te metas Bennet - dijo el hermano de la reina y mi cuerpo avanzó, dije unas cuantas malas palabras, odiaba ir en falda.

- Richard - insistió Lorelei.

- no me fastidies Lorelei.

Tomé su distracción para golpearle sacando fuego por mis pies, él perdió la concentración y caí, corrí aun mas rápido mientras Lorelei me gritaba que me detuviera. Corrí hasta que me encontré en algún jardín, me tiré a la grama sin
importarme y me giré a ver el cielo, las estrellas estaban apareciendo, las lágrimas me nublaron la visión y perdí la conciencia entre un minuto y otro.

El trono. La guardiana 3 Where stories live. Discover now