Narra Rose
25 de Julio, 2017
Los días han sido más fáciles de lo que imaginaba. Me ha costado un poco acostumbrarme a mi nuevo hogar, pero ya todo está mejor.
Asher está teniendo una buena recuperación y estamos muy felices, ya que podrá dejar su reposo y comenzar a tener algo de actividad.
Respecto a Amos, no hay mucho que decir. Ha estado de ida y vuelta a la empresa, según me dijo hace unos días, tenía nuevos contratos muy importantes que no podía retrasar.
Todos los días cenamos junto a Asher en su habitación y nos quedamos hasta que se duerme. Ambos intentamos estar el mayor tiempo con él.
El tono de llamada de mi teléfono me hace salir de mis pensamientos, y camino a la pequeña terraza para contestar.
-¡Comadre! -río ante la voz entusiasmada de Emily.
Emily es mi mejor amiga desde que éramos unas bebés en pañales, nuestras madres son mejores amigas y nosotras les seguimos.
Justo ahora se encuentra en Francia, ya que está en todo lo que es el modelaje.
—¡Rubia!, Te he extrañado —suspiro.
-Yo también, cariño. No sabes las gana que he tenido de tomar un avión y volver a New York. Quiero verte a tí, a mi sobrino, tus padres y obviamente conocer al buenorro de tu esposo.
-¡Emily! -siento mis mejillas arder.
-¿Qué?, Solo soy sincera, ese hombre tiene al grupo femenino totalmente loco, si tan solo vieras los titulares de hoy.
-Y espero no verlos, me estoy ahorrando esos detalles. -Juego con una de mis pulseras.
-No miento cuando digo que me gustaría estar ahí, contigo, con Asher.
-Lo sé, Rubia. Pero Asher y yo entendemos que no puedes estar.
-Hablando de mí bebé, ¿Cómo está mi sobrino?
-Muy bien -suspiro.
-¿Qué sucede Rose? -pregunta.
-No lo sé, Asher hoy ha estado muy callado. ¿Puedes creer que hoy no quería almorzar?.
-¿Qué? -se oye consternada.
-Lo que escuchas, lo tuve que obligar a comer.
-Algo está pasando con él. -Asiento aunque sé que no me puede ver-. Asher nunca niega una comida, no importa lo enfermo que esté.
-También lo pienso, quería subir a pasar toda la tarde con él y jugar un poco. Quiero que me diga si le sucede algo.
Muerdo mi labio con nerviosismo.
-Debes hacerlo. Entonces te dejaré para que veas que le pasa a nuestro bebé. No olvides que te extraño.
-Tú tampoco olvides que todos te esperamos, no importa cuánto tardes.
Guardo mi teléfono después de cortar la llamada y entro a la casa dispuesta a pasar toda la tarde con mi hijo.
Cuando abro la puerta de su habitación me asombra ver qué solo hay silencio, Asher está sentado y algunos de sus autos están para los pies de la cama.
-Mi amor, vine a pasar toda la tarde contigo, he cancelado algunas reuniones, así que dime qué te gustaría hacer -Beso su frente.
Mi hijo está en completo silencio, es como si estuviera mudo. Sonrío con evidente nerviosismo.
-¿Quieres jugar con mamá? -Tomo uno de sus autos, pero me lo quita totalmente enojado.
-¡No quiero jugar! -exclama.
Me aparto sorprendida por su tono de voz.
-Cariño...
-No. ¡Vete!, ¡Vete! -grita.
Mis ojos pican y mis manos comienzan a temblar. Nunca había visto a mi hijo así, no tengo palabras. No sé cómo actuar, no sé reaccionar ante ésto.
-Hijo... -Intento acercarme.
-¡Quiero estar solo!, ¡Vete!
Opto por apartarme y salir de la habitación, pero antes lo vuelvo a ver, y él solo tiene su mirada en la ventana.
Bajo las escaleras y las lágrimas no tardan en salir. Sollozo sin poder creer lo que acaba de suceder.
★★★★
Narra Amos
Suspiro cuando por fin llego a casa, fue un día duro de trabajo, pero ha valido totalmente la pena. Me voy a tomar libre los días que siguen, quiero poder pasar tiempo con Asher.
Entro a la casa y ésta parece desolada, escucho leves ruidos en la cocina, por lo que voy allí. Lo que veo me deja estático por unos segundos.
Rose está apoyada en el lavamanos, mientras llora.
-Rose, ¿Que sucede? -Dejo mi maletín en la encimera, y me acerco con rapidez.
-Es Asher... -solloza.
-¿Pasó algo con nuestro hijo? -mi voz está teñida de preocupación.
Niega.
-No lo sé, él solo comenzó a gritar y me dijo que lo dejara solo. -Su cuerpo se sacude por sus sollozos.
-Iré a verlo, pero por favor intenta calmarte. -Le doy un corto abrazo.
Subo las escaleras con rapidez. Estoy preocupado por lo que ha dicho Rose, nunca la había visto de esa forma, ella estaba llorando de forma desconsolada.
Abro la puerta de la habitación de Asher con lentitud, lo encuentro con la vista en la ventana. No me recibe como siempre, ni siquiera me observa. Él solo está observando un punto fijo.
-Hijo -me ignora-, Asher. -Ahora si me mira.
Su ceño está fruncido.
-¿Que quieres? -su tono seco me sorprende.
Juro que no quise creer cuando Rose me lo dijo, pero ahora veo que es verdad.
-En primer lugar. En éste mismo instante me bajas ese tono de voz, Asher. Soy tu padre y pido respeto -lo reprendo.
Abre y cierra la boca, quizás dándose cuenta de lo que ha hecho y baja la vista a sus manos. Pasa algunos segundos dónde ninguno de los dos dice algo.
Mis manos sudan, ya estoy lo bastante preocupado.
-Lo siento, papá -sus hombros se mueven por los leves sollozos que deja salir y me acerco con rapidez.
-¿Que pasa, hijo?, ¿Por qué estás así?, ¿Te duele algo?
-No. Yo... ya no quiero estar en la cama, me aburro mucho y quiero salir al jardín -dice aún sollozando.
Suspiro y le beso la frente. Con Rose nos habíamos dado cuenta que desde ayer andaba algo irritable y entendemos que sea por ésto.
-Lo sé, campeón. Entendemos que quieres salir, con tu madre estamos haciendo todo lo posible para que suceda muy pronto.
-No quería gritar, papi -Escucho un leve ruido. Llevo mi vista a la puerta de la habitación y se encuentra Rose, que se limpia algunas lágrimas.
Sigo abrazando a Asher, escucho todos lo que tiene que decir y lo arrepentido que se encuentra.
-Hijo, te das cuenta que fuiste muy grosero con tu madre, ¿No?
Asiente.
-¿Está enojada conmigo? -su voz sale afligida.
-No lo creo, ella en realidad estaba muy preocupada por tí.
-Le tengo que pedir perdón -dice.
-Sí, y creo que ya podrías comenzar a hacerlo. -Le hago una seña para que mire la puerta, dónde aún se encuentra Rose.
-Mami -susurra.
-Mi bebé. -Rose se acerca y lo abraza.
-Lo siento mucho, mami. Yo no quería decir esas cosas. -Asher realmente está sollozando desconsoladamente.
-Está bien, cariño. Mamá te ama demasiado.
-¿También me perdonas, papi? -Sus ojos ya están hinchados de tanto llora.
-Sí, hijo. Ya pasó, no debes de estar triste que ninguno de nosotros está enojado contigo. Solo quiero que entiendas que debes de tener respeto hacía nosotros que somos tus padres. -Beso su frente- Te amamos, eres nuestro milagro, y quiero que nunca lo olvides.
Asiente y nos da esa sonrisa que tanto amamos.
-Papi, ¿Tú alguna vez le gritaste a la abuela? -Luce interesado.
-Lo hice. Y al igual que tú, apredí que eso no se debe hacer, son mis padres y debo respetarlos -le respondo.
-Nunca lo volveré a hacer -nos asegura.
-Y nosotros te creemos. -Rose lo vuelve a abrazar.
-Ahora, con tu madre te tenemos dos noticas muy buenas -le digo.
-¿Qué cosas? -luce emocionado.
-Hablamos con tu padrino, y nos dijo que en tres días ya podrías salir de la cama -el grito de Asher no se hace esperar.
-¡¿En serio, mami?!
-Sí, mi amor.
-¿Cuál es la otra? -Nos mira expectante.
-Esa te la dará tu padre.
Le sonrío por darme la oportunidad, estoy también muy feliz por ésto y espero que Asher lo esté.
-¿Qué es, papá?
-Tus abuelos vendrán en unos días a visitarte y con tu madre hablamos, haremos una cena con toda la familia.
-¿Con todos los abuelos y abuelas? -Com Rose reímos al escucharlo.
-Sí, Asher. Y tus tíos también estarán.
-¡Ya quiero verlos! -Se lanza a mis brazos.
Beso su cabello negro y Rose le soba su espalda con delicadeza.
No solo Asher conocerá a mis padres, Rose también, y puedo yá sentir su nerviosismo en los días que vienen.
★★★★
30 de Julio, 2017
-¡Papá, tómalo todo! -río terminando de tomar lo que queda de jugo.
-Listo, ahora es tu turno. -Hace lo mismo que yo hace unos segundos, pero termina derramando un poco en su camiseta.
-¡Asher! -la voz de Rose no tarda en escucharse. Tomo un servilleta intentando limpiar un poco el desastre en su camiseta, pero ésta empeora.
-Mamá ya viene. -Mueve su pie con nerviosismo y su rostro gira a la puerta de la cocina- Date prisa, papá.
-Ésto no sale, ayúdame un poco -susurro histérico.
-Ya vie... -Asher no termina cuando Rose ya está en la cocina.
-Asher te estaba buscando para... -Sus ojos abren con asombro y yo intento esconder la servilleta-. ¡¿Qué ha sucedido?!
Mi hijo y yo solo nos miramos con nerviosismo.
-Rose, te lo puedo explicar -digo despacio.
-Estoy esperando -Pone sus brazos en jarra.
Aclaro mi garganta.
-Yo estaba haciendo un jugo, pero Asher también quería, entonces le hice uno. Cuando él estaba tomando se pasó a ensuciar.
-Papá me dijo que tomara -Abro los ojos cuando mi propio hijo me está culpando-. Yo soy la víctima, mami.
-Pero yo no fuí el que te derramó el jugo en la camiseta. -Solo se encoje de hombros.
El suspiro de Rose hace que la miremos.
-Ya no importa quién hizo ésto. Asher, quiero que subas a tu habitación y me esperes allá, y tú -Me apunta-, terminarás de limpiar lo que derramaron en la encimera.
-Pero...
-Y no hay pero, Amos. Nuestros padres llegan en diez minutos y quiero ésto limpio para entonces. -Me da una mirada realmente aterradora, y opto por guardar silencio-. Vamos Asher.
Miro a mi hijo totalmente decepcionado por lo que acaba de hacer, pero solo me ignora mientras sigue los pasos de su madre.
¡Genial!, Ahora me toca limpiar.
Tomo unas servilletas y limpio el jugo que hay en la encimera, llevo los vasos y lo lavo. Finalmente dejo todo listo.
Salgo de la cocina rumbo a la sala de estar, escucho algunos pasos y son Asher y Rose que vienen bajando las escaleras. Mi hijo viene con una camiseta nueva.
-Ahora estarás en ese sofá hasta que lleguen tus abuelos, no quiero más camisetas sucias -Rose lo riñe, y retengo las ganas de reír.
-¿No me puedo sentar con papá?
-No, bastante han hecho los cinco minutos que los dejé solos. Iré a ver la cena, no quiero más desorden -Nos da una larga mirada antes de desaparecer.
-Papá, te juro que no quería hacerlo -Asher me habla, pero solo lo ignoro-. ¡Ella me obligó! -exclama.
-Yo no ví que te haya obligado -entrecierro mis ojos a su dirección.
-No lo dijo, pero su mirada tuvo la culpa. -Hace un gesto de escalofrío, y no puedo retener la fuerte carcajada-. ¿Me perdonas, papá?
-Te perdono.
Corre hacía mí y me abraza fuerte, solo estamos unos segundos así, ya que vuelve a su lugar en el otro sofá.
Amo demasiado a mi hijo. Nunca pasó por mi mente tener de alguna forma estos momentos.
Hace ya cinco días Asher ha podido salir de la cama, ha sido todo un caos tenerlo de aquí para allá. Él solo quería conocer la casa a su manera.
-Veo que no son tan desobedientes -Rose aparece.
-Nosotros siempre somos obedientes, mami -dice Asher sonriendo.
-Hace un rato no fue así -nos recrimina.
Voy a hablar pero se escucha el timbre. Los tres nos quedamos en completo silencio y nos miramos, ninguno hace el intento de ir a la puerta, y yo solo puedo pensar que:
Nuestros familiares llegaron.
★★★★
¡Nuevo capítulo!
Ese Asher me hizo reír bastante, ¿Que les pareció?
El otro capítulo dejará mucho que desear.
Nos leemos pronto.
Instagram: (@rubi_escritora)
-Rubí.