La polla de Mew era preciosa, en un abrir y cerrar de ojos, ya me encontraba arrodillado en el suelo de mi salón, comiéndosela. Mew se limitó a cerrar los ojos sintiendo los placeres de mi boca y de mi lengua.
Pasaron unos cuantos minutos, en los que disfruté de ese tronco, no dejaba de lamer y de meterlo en mi boca y cuando me di cuenta, Mew me había levantado en sus brazos y caminaba hacia mi habitación.
Rápidamente se quitó la camisa, mostrándome su fornido cuerpo desnudo y yo me saqué la camiseta quedando igualmente desnudo ante él.
—¡Joder, Gun! —me dijo, acariciando mis pezones y haciendo que me estremeciera de placer.
Me puso de a cuatro sobre mi cama y sin más preparación que un escupitajo contra mi culito me metió su enorme polla de una sola estocada.
Apenas un quejido —más placentero que de dolor— salió de mi boca y él agarró mis caderas y empezó a follarme con todas las ganas, yo solo podía disfrutar sintiendo esa erguida polla llenándome por completo, mientras sus manos acariciaban mis pezones.
En la habitación sólo se podían escuchar nuestras respiraciones agitadas y nuestros cuerpos chocando entre sí. Unos cuantos minutos después, entre gemidos y jadeos, Mew consiguió hacerme ver las estrellas con sus embestidas cada vez más enérgicas, hasta el punto de hacerme pensar que podría partirme en dos, tuve que sostenerme del cabecero de la cama sintiendo como me llenaba las entrañas magistralmente, y sin poder contenerme más me corrí de forma brutal, sintiendo un orgasmo intermitente que se iba multiplicando cada vez que su polla entraba en lo más profundo de mi orificio.
—¡Sí, Mew, sí! —grité entre convulsiones.
Apenas dos minutos después de caricias y placentero mete y saca que me revolvía todo en el interior y me hacía sentir malditamente caliente, Mew dejó mi culo sin su polla y cuando iba a protestar, me dio la vuelta, dejándome tumbado con la espalda contra el colchón y con un ronco grito se corrió sobre mí, dejando mi cuerpo cubierto de sudor y semen, sin dejar de mirarme con fuego inyectado en su mirada, como si el incendio en ellos fuera imposible de apagar. Innumerables chorros cayeron sobre mi cuerpo y salpicaron hasta mi boca, yo, pude saborear su esencia con gustoso.
—¡Ohh, Gun, Dios! —dijo él con su polla agarrada por la base escupiendo los últimos chorros sobre mi sudoroso cuerpo.
En poco rato, volvimos a hacerlo y fue tan o más maravilloso como la primera, segunda y hasta tercera vez. Mew era insaciable, y yo estaba condenadamente encantado con ese hombre.
Nos quedamos dormidos, abrazados, pero incluso después de haber follado tantas veces, me parecía increíble estar completamente desnudo abrazando a Mew, sintiendo como sus potentes brazos de bombero fornido y guapísimo, me rodeaban.
Unas horas después, me desperté antes que él y salí de la cama, sin dejar de degustar la vista con ese magnífico cuerpo que yacía en mi cama "en verdad me había follado ese magnífico espécimen". No resistí la tentación y acaricié suavemente su polla flácida pero que me había hecho ver las estrellas varias veces, y finalmente me dirigí a la cocina y empecé a preparar el desayuno.
Apenas minutos después, noté un cuerpo desnudo pegarse a mi espalda y unas manos amasar mis tetillas.
—Joder, no voy a poder resistirme a verte por la estación y no querer follarte otra vez. ¡Me encantas Gun! —dijo mordiendo mi cuello.
—A mí me pasa igual. Eres magnifico Mew, sabes cómo darme gusto.
—Pues buscaremos el momento. ¿Te parece?
—Totalmente, aunque tendremos que ser discretos, no quiero que el capitán...
—Tranquilo. No pasará nada...
Giró mi cabeza hacia él y capturó mis labios en un beso cálido.
—Oye, —dije al terminar el beso— que pena que Off se fuera tan pronto anoche. Podíamos haberlo pasado muy bien los tres —le solté de golpe.
Quizá fui muy atrevido, pero habíamos platicado acerca del significado que tenía este encuentro. No había compromiso que valiera y desde el primer momento, lo importante era mantener las cosas claras. Sexo sin compromiso, eso funcionaba bien para mí y para Mew también. Sin duda, Mond, Mew y Off, son los tres bomberos más buenos de mi guardia y Off era el único que me quedaba por follarme. Él tenía todo lo que me gustaba en un hombre, solo me faltaba comprobar como follaba, pero estaba seguro que tocaría el cielo con su polla dentro de mi culo, o de mi boca, no importaba como... aunque estaría en la gloria si llegara a tenerlos a los tres al mismo tiempo.
—Sí, bueno, ya sabes, hombre casado, hombre castrado.
—Aún no está casado —le recordé— ¿es que acaso no tengo ninguna posibilidad con Off? —pregunté riendo.
—Ni hablar, olvídate. ¿Realmente te gusta?
—Sí —dije sin dudarlo— eh... están buenísimos los tres, y otros muchos, también...
—Como sigas así, vas a acabar con todo el cuerpo de bomberos, pero con Off, nada, ese es muy fiel a Milk.
"Milk", así se llamaba la mujer que podía disfrutar a diario de Off, pero tampoco era como si quisiera quedármelo, solamente quería saber cómo era sentir su polla dentro de mi culo, quería saber que tan fuerte podría hacerme gemir y pedir por más... luego podría regresar a ella.
Mew y yo desayunamos desnudos compartiendo tostadas, sonrisas y deliciosos besos, para finalmente acabar follando sobre la silla del comedor, subido en su regazo, revotando sobre su erguida polla.
—¡Mew, me encanta tu polla! —le dije clavándomela hasta el fondo una y otra vez.
Pasamos un buen rato en esa posición, hasta que, Mew tuvo que ir a su casa y yo a tomar un largo baño.
Al volver a mi habitación y ver todo el reguero que habíamos dejado, no pude evitar pensar en que estaba cometiendo una locura, me había follado a dos de mis compañeros en apenas días de haber empezado a trabajar y definitivamente no podía continuar haciéndolo.
Si Fluke y Arm se enteraban iban a regañarme de por vida. Ya me lo había dicho Love, la hermana gemela de Flukie y mi compañera en la escuela de preparación, que con tanto hombre bueno, iba a ser una tortura y que no me podría resistir. Ciertamente ella no se equivocó, pero a decir verdad, no pensaba que fuera a tener tan poca fuerza de voluntad y muchísimas ganas de quitarme la ropa interior... yo realmente era un novato súper cachondo.
Tenía que frenar mis impulsos y luchar contra mi calentura, porque sino terminaría follándome a todo el cuerpo de bomberos como bien había dicho antes Mew. Y sólo de volver a pensar en ellos me volvía a poner súper cachondo, recordando lo bien que me lo pasé con Mond junto a los casilleros y luego el jueguito de los dardos y mi follada magistral con Mew, aunque por algún motivo no podía dejar de pensar en Off, estaba seguro que de haberse quedado, hubiese sido con él con quien hubiera echado un polvo antológico, mágico, esplendoroso...
¡Maldición que me pasaba con ese hombre!
No debería pensar en él, porque estaba atado a una mujer, aunque nunca hubiera imaginado que sería hetero, puesto que me miraba con los ojos encendidos como antorchas, cada que se presentaba la ocasión, su respiración era más agitada cuando estaba cerca de mí, se sonrojaba y evadía mi mirada. Debía estar buscando la manera de olvidarme de él, borrarlo de mi mente, pero me resultaba muy difícil hacerlo. Siempre me gustaron los retos y pensar en quedarme con las ganas de ese cuerpazo, ese pelo negro, el tatuaje que le había visto en la pelvis. ¡Santa mierda! me llenaba de angustia, me entraban unas ganas enormes de averiguar hasta donde le llegaba ese tatuaje y poder lamérselo, a la vez que averiguaba si su polla era enorme como la de sus amigos o más, quería disfrutarlo solo y luego quizá pasarnos un buen rato los dos junto a sus amigos. Nunca había tenido sexo grupal, pero con ellos, definitivamente podría aventurarme a una primera vez.
Iba a enloquecer a causa de esos tres bomberos.
Debería haber pensado con sensatez en mi trabajo y en que me podían abrir un expediente si me descubrían, pero era más fuerte que yo, de sólo recordarlos o pensar en ellos me ponía caliente.
𝕰𝖛𝖎𝖎 𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ