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HP.8
Novato, sexy y muy cachondo, Gun Atthaphan ha conseguido su primer empleo dentro de la compañía de bomberos de su ciudad. Él quiere apagar el fuego que le quema las entrañas, pero no precisamente haciendo uso de las bombas de agua q...
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Me reuní con Mond en el gimnasio y ambos charlamos amenamente, no había nadie más en el lugar así que disfruté viendo a mi compañero. Mond tampoco podía dejar de mirarme sobre todo cuando me quité la camiseta y comenzamos una serie de ejercicios.
Me puse realmente nervioso cuando lo vi quitarse la camiseta. Me alejé del área de las pesas y fui hacia la caminadora, el pantalón me estorbaba, por lo cual me lo quité y me quedé con la malla que llevaba debajo.
—¿Te molesta? —le pregunté con toda mi mala intención, sabiendo que la prenda me marcaba bien el culo.
—Por supuesto que no —respondió sonriente, viendo claramente a través de los espejos que tenía frente a mí, como la prenda no sólo marcaba mi trasero sino el bulto en mi entrepierna, que saltaba mientras yo trotaba.
—¿Qué tal tu primera salida? —me preguntó.
Y a través del espejo yo me deleitaba con sus bíceps y él lo hacía con mi culo.
¡Me encantaba mi nuevo trabajo!
—No ha sido tan complicado, por suerte. —respondí.
—Cierto, porque a veces se complica todo.
—Supongo que alguna vez me tocará una más difícil y...
No terminé de hablar, porque lo vi ponerse de pie, mostrándome a través del espejo todo su pecho al descubierto, provocando que casi cayera de la cinta y que se me fuera la voz.
—¿Estabas diciendo algo, Gun? —me preguntó.
Y yo dije lo primero que se me pasó por la cabeza.
—Espero hacerlo bien...
Seguí corriendo y las primeras gotas de sudor aparecieron en mi frente y mi polla empezó a humedecerse.
Mond dejó las mancuernas en el suelo, y se acercó a mi lado rápidamente.
—¿Te molesta que te protejamos? —me preguntó.
—No, como compañeros todos lo tenemos que hacer, además soy el nuevo, pero si me molesta que piensen que no soy capaz de valerme por mí mismo, no sé si me entiendes.
—Entiendo, Gun, perfectamente —añadió con su vista en mis pezones.
—Gracias, Mond. —respondí con una sonrisa
Su torso se tensó.
—Además estoy seguro de que eres capaz hasta de ganarle a cualquiera de nosotros.
—¿Tú crees? todos son muy fuertes. —afirmé mirando su cuerpo de arriba abajo.
—Bueno, tú también estás en muy buena forma. —añadió observando mi pecho y abdominales, además de los músculos en mis piernas.
