Astra Vol. 05

By RiickG

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Arco: "Culto de Ker" More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 8
Capítulo 9
Epílogo

Capítulo 7

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By RiickG

Parte 1

– ¡No podrás escapar!

Con aquella exclamación, Jane, la maga de cabellos celestes de mediano tamaño, corría a través de las calles de la ciudad, persiguiendo a la misteriosa mujer que antes había estado acompañando a uno de los cultistas.

La mujer, que iba cubierta con una túnica negra que ocultaba su identidad, corría en medio de la gente que se encontraba a lo largo de su camino, pero que conforme iban percatándose de la persecución, se iban haciendo de lado, por temor a verse involucrados en lo que fuera que estuviese pasando.

Está consiguiendo mantenerse a salvo al correr entre tantos civiles, muy astuto de su parte – pensaba la maga.

– ¡¡¿Cuánto más planeas seguir huyendo?!! –volvió a exclamar.

Aún quedaba mucho trecho antes de llegar a un extremo de la ciudad, por lo que la persecución no parecía estar cerca de terminar; pero un apagón total sorprendió a todos, quedando el lugar en la completa oscuridad.

– ¡¿Qué sucedió?! –preguntó Jane, mientras las personas en la calle se encontraban quietas, entre murmuraciones y nervios. – Maldición... ¡Lux temp...! ¡¡¡¿...?!!!

La oscuridad es el ambiente idóneo para el mejor desenvolvimiento de los usuarios de la magia oscura, como es el caso de los miembros de Safiot. Jane lo había entendido y trató de reaccionar rápido lanzando un hechizo de luz, pero lo interrumpió gracias al gran desarrollo de la habilidad de predicción de movimiento que tenían trabajado todos los magos de Neo Génesis, explicado anteriormente por Alexei, pues pudo sentir el peligro encima y alcanzó a eludir un intento de corte que terminó impactando en el suelo.

El fuerte ruido del arma destruyendo parte del concreto, asustó a las personas que se encontraban quietas en el lugar, las cuales salieron corriendo entre gritos y desesperación.

Jane se alejó al instante, dando un salto hacia atrás, y sin tener visibilidad alguna.

– ¡¡¡AEGIS!!!

Como lo había hecho antes, la maga utilizó por segunda vez aquel hechizo, justo una fracción de segundo antes de ser alcanzada por la alabarda de su enemigo.

El fuerte impacto no pudo destruir el blindaje de la joven; sin embargo, Jane tenía la hoja del arma presionando fuertemente contra su cuello.

– Ohh ♪ –se pudo oír justo delante de la maga–... es la segunda vez que burlas uno de mis ataques, supongo que es lo que podría esperar de un mago de Neo Génesis.

La hoja de la alabarda se alejó de Jane, mientras esta se encontraba casi inmóvil, y aún con el hechizo de blindaje activado.

La mujer de cabellos celestes no podía ver nada en aquella oscuridad.

– ¡Jeh! ¿Crees te dejaré jugar en tu campo? –Jane levantaba la mano para intentar lanzar su hechizo de luz.

– Yo no haría eso –habló aquella misteriosa mujer desde la oscuridad–, eliminaré a todas las personas de este lugar antes de que puedas siquiera comenzar a hablar.

Al oírla, Jane se detuvo y volvió a bajar la mano.

– Veo que planeas continuar con el juego sucio –refirió la joven maga.

– Ese hechizo –continuaba hablando sin embargo, la mujer–... ¿es a lo que llaman de clase divino?

– ¿Sabías sobre su existencia? Me sorprende que gente sin ningún tipo de educación, como ustedes, sepan este tipo de cosas.

– Te sorprenderá aún más saber que nosotros conocemos de ustedes, más de lo que ustedes de nosotros.

– ¿En serio? –preguntó Jane con cierta ironía.

– Por ejemplo, me da curiosidad saber por cuánto tiempo más podrás mantener activo ese alto hechizo defensivo.

– ¡...!

– ¿Verdad que te sorprendiste? Un hechizo de semejante calado debe consumir cantidades impresionantes de poder mágico por cada segundo activado. Por más fuerte que seas, mientras hablamos, debes estar perdiendo grandes cantidades de poder...

Por unos segundos, Jane se quedó en silencio, antes de contestar.

– Tienes razón.

– ¿Huh? –aquella respuesta clara y sin titubeos sorprendió a la misteriosa mujer.

– Es verdad que me sorprendió, pero solo eso... ahora tú... ¿te imaginas cuánto poder puedo tener, si te digo que en este momento no siento que haya disminuido en lo más mínimo?

– Pues no me sorprendería la verdad... es más, quiero comprobar qué tan cierto es lo que dices...

Tch...

Aquella voz, inmersa en la oscuridad, había retado a Jane. La joven se sabía en desventaja en aquel momento, pues se encontraba en un escenario absolutamente favorable al enemigo.

Pero aquella situación comenzó a cambiar con una extraña aparición en el cielo, lejos de su posición.

Pronto el oscuro cielo empezaba a iluminarse.

– ¿Huh? ¿Qué es...? –Jane pudo notar cómo las casas comenzaban a proyectar sombras en el suelo. Volteó rápidamente para ver el cielo tras ella. – ¿Qué diablos es e...?

Sub oculis Barbatos, Liber'est... octavo hechizo de oscuridad...

– ¡¿Eh?! –la maga regresó rápidamente la vista al frente.

Umbrae

– ¡Maldición...!

En su descuido, la mujer oculta en la oscuridad tomó la oportunidad para huir del lugar, solo segundos antes de que el lugar en el que se encontraban, comience a tener cierta visibilidad.

Jane giró la cabeza en diferentes direcciones, pero esta vez no podía sentir la presencia de la otra mujer, y solo cuando se sintió segura de ello, el hechizo defensivo que la estaba protegiendo finalmente desapareció.

La joven maga tambaleó por un instante, mientras jadeaba.

– Realmente... he perdido mucho poder... no esperaba que esa gente tuviera esa clase de información... esto pudo haber terminado muy mal.

En ese momento, muchas explosiones a lo lejos llamaron su atención.

Nuevamente se dio vuelta, ahora para ver la procedencia de aquellos estruendos. El círculo rojo en el cielo continuaba expandiéndose.

– Ese es un hechizo de afectación masiva... ¿planean usarlo con la ciudad entera?

Luego de decir esto, Jane comenzó a correr en aquella dirección.

– ¿Qué clase de personas están jugando con algo como eso? ¿Y dónde se supone que están los idiotas de Fénix Negro?

Parte 2

"મૃત્યુના મોજા"

Numerosos ataques de energía negra, provenientes de la palma de la mano del sujeto llamado Darius, fueron lanzados contra los magos que lo enfrentaban.

Milo agitó el brazo, creando delante una barrera de aire que comenzó a bloquear los impactos.

– ¿Otra vez esos ataques? –cuestionó Teressia.

– ¿Qué quieres decir? –Milo vio la vio por el rabillo del ojo, luego de girar levemente la cabeza.

– Fuimos atacados de la misma manera antes, en la mansión –intervino Alviria.

¿Todo estaba planificado? –pensó el joven.

– ¡EL ORBEEE! –gritó con fuerza Darius, consiguiendo nuevamente la atención de los jóvenes.

El hombre dejó de lanzar sus ataques y volvió a hablar con aquel extraño lenguaje.

"હું તમને સેવા પ્રદાન કરું છું મને શક્તિ આપો..."

– ¿Q-Qué está haciendo? –preguntó Alviria.

– Es... balog –contestó Milo.

– ¿Balog? –Hana frunció el ceño.

– Dentro del mundo de la magia oscura, hay una lengua arcana que emula la utilizada en las profundidades del Tártaro, conocido como el único medio para comunicarse con demonios... el Balog.

En ese instante, una gran sombra apareció debajo de donde se encontraban los hombres de túnicas, que habían sido derribados anteriormente.

– ¿Señor? ¿Qué es e...? ¡¡¡GWHAAAA!!!

Todos comenzaron a gritar de dolor mientras se tomaban la cabeza, sacudiéndose de un lado a otro.

La sombra comenzó a expandirse por el cuerpo de todos, para luego salir de ellos en forma de energía oscura.

Aquella energía iba siendo absorbida por el cuerpo de Darius, mientras los cuerpos de los sectarios iban cayendo sin signos vitales.

– ¿Qué está sucediendo? –Teressia observaba con estupor, aquello que estaba ocurriendo.

– Es como si... les estuviese robando la vida –respondió Hana.

– ¿Cómo una persona pude hacer ese tipo de cosas? –cuestionó Alviria.

– ¿A ustedes les parece que eso es una persona? – volvió a intervenir Milo.

– ¿Eh?

– Observen bien –con la indicación de Milo, las jóvenes centraron sus miradas en aquel sujeto.

– ¡¡...!! Su cuerpo... está...

Las mujeres habían visto a aquel hombre, cuyo cuerpo había sido cubierto totalmente por una capa negra, que al mismo tiempo mostraba numerosas grietas que desprendían un rojo en intenso brillo.

– Ha perdido su alma –refirió el joven de cabellos negros.

Las estudiantes se sorprendieron al escuchar esas palabras, y Hana se encontraba de la misma forma.

– Son las consecuencias de llevar al límite el uso de la magia negra cuando no se tiene el poder suficiente. Eventualmente la oscuridad se apoderará del alma y tomará el control absoluto del usuario.

Su explicación llamó extrañamente la atención de Hana.

– Ya no hay tiempo –empezó a hablar Darius, mientras su cuerpo seguía cubriéndose de la energía negra –, completaré el sacrificio de la manera más rápida... ustedes serán los primeros.

Con la energía oscura terminando de integrarse en el cuerpo del hombre, este estiró el brazo al frente, contra los magos.

En la palma extendida de la mano, comenzó a generar una esfera de energía negra que fue haciéndose cada vez más grande.

Con el tamaño de un cuerpo humano, la esfera salió despedida hacia los jóvenes.

Milo, que se encontraba al frente, sosteniendo en una mano el orbe de cristal, agitó el brazo que se encontraba libre, generando nuevamente una barrera de aire delante.

La energía oscura impactó contra la defensa, y a los pocos segundos, la barrera terminó destruyéndose.

El ataque acabó impactando en todos los jóvenes, que salieron despedidos hacia atrás; solo Milo pudo resistir y mantenerse de pie.

El hombre volvió a crear otra esfera igual y la lanzó nuevamente contra ellos.

Mientras las jóvenes iban recuperándose del ataque reciente, Milo decidió contrarrestar aquello con una fuerte ráfaga de aire.

La esfera negra destruyó sin mayor dificultad el ataque de Milo, y nuevamente golpeó a los jóvenes magos.

Esta vez Milo no pudo mantenerse de pie... cayó al suelo, pero al instante pudo reponerse para lanzarse a evitar que el orbe que había salido despedido de su mano, impactara en el suelo y terminara destruyéndose.

– ¿Q-Qué clase de ataque es ese? –se quejaba Teressia, mientras trataban de levantarse por segunda vez.

Esta cosa no nos dejará escapar... y si continuamos así... –pensó Milo en aquel momento.

Esta vez, Darius alzó el otro brazo y juntó ambos para realizar un tercer ataque.

Milo tuvo una extraña sensación esta vez, y de inmediato lanzó el orbe hacia atrás, hacia una de las jóvenes.

– ¡Atrapa eso, Hana!

– ¡¿Eh?! –la joven recibió el cristal entre sus manos.

Milo tomó una postura más firme al de las dos ocasiones anteriores, y esta vez, con sus dos brazos generó una nueva barrera de aire.

La esfera de energía impactó contra la barrera, y ahora la defensa era más sólida ante un ataque con mayor poder.

Sin embargo, poco a poco la acumulación de energía parecía estar cerca de romper nuevamente la defensa de Milo.

– ¡Salgan de aquí! ¡Ahora! –el joven se dirigió a Hana y a las dos estudiantes.

– Pero inspector, podemos a...

– ¡¿No oyeron?! ¡¡Lárguense!!

El grito del joven escarapeló el cuerpo de las estudiantes, que terminaron haciendo caso a la orden. Hana salió corriendo junto con ellas, pero por momentos volteaba a ver al mago de cabellos negros.

Los dientes de Milo se apretaban con fuerza, la barrera estaba a punto de ser destruida, mientras parecía ser sostenida con el uso de todo su poder mágico.

Por otro lado, Hana y las dos estudiantes corrían, alejándose del lugar.

Darius alcanzó a ver a las mujeres y desplazando un brazo en su dirección, generó una nueva esfera de energía negra y la lanzó contra ellas.

Milo, aun resistiendo el ataque, notó la segunda esfera que tenía como objetivo a las jóvenes.

Sin pensarlo, pues no había tiempo para hacerlo, anuló su barrera y extendiendo con fuerza el brazo, lanzó una gran cantidad de poder mágico en dirección a las jóvenes.

La esfera negra impactó a Milo, lanzándolo contra una de las casas del lugar; el impacto destruyó toda edificación. Mientras, las tres jóvenes que fueron alcanzadas por el poder mágico se vieron envueltas en una esfera de aire que hizo de barrera contra el ataque enemigo.

Pero aquella acumulación de energía oscura parecía estar a punto de destruir la barrera que las protegía.

– El inspector fue... –decía Alviria con la voz temblorosa.

– No te preocupes, un oficial de Neo Génesis no puede ser derrotado tan fácilmente –Teressia trató de calmar a su compañera.

– Dejen de preocuparse por eso, tenemos un problema aquí... si esta barrera se rompe volveremos a ser golpeadas por esa magia negra –Hana llamó la atención de las estudiantes.

Y si eso sucede... dudo que volvamos a levantarnos... –pensó.

– Tiene razón –afirmó Teressia, viendo a su compañera–, tenemos que repeler esto.

– Pero mi poder mágico casi se ha agotado –aseguró Alviria.

Mi poder mágico está igual, no tengo lo necesario para poder hacer algo –pensaba Hana–, si solo hubiera fuego cerca... un momento...

La joven de coleta alzó la mirada y pudo ver la incandescente esfera de fuego que iluminaba el lugar.

– ¡Eso es! –enfatizó, dejando el orbe a un costado.

– ¿Huh? – las dos estudiantes vieron a Hana, mientras ella ahora alzaba su brazo.

– ¿Qué está haci...?

En aquel momento, la esfera de fuego tuvo una reacción que llamó la atención de Teressia, quien alzó la mirada también hacia ese punto.

Las llamas entonces, comenzaron a alterarse y a aumentar su intensidad.

– ¡¿Qué está pasando?!

Luego que Teressia preguntase, Hana bajó el brazo haciendo flexión. Las llamas salieron desde aquella esfera luminosa, como si se tratase de un remolino.

– ¡¡Las llamas están...!!

El remolino de fuego cayó sobre la acumulación de energía oscura que golpeaba a la barrera de aire.

– Está controlando las llamas... –comentaba con asombro, Alviria.

– E-Es cierto, eso puede ayudar –refirió Teressia, tratando de enfocarse en el ataque enemigo. La joven de cabellera rubia generó un círculo mágico por encima de ellas, que apuntaba contra el ataque oscuro y agitando el brazo hacia delante, otro remolino de fuego aún más intenso que el controlado por Hana salió despedido, para poder apoyarla.

– Las llamas han multiplicado su poder –comentaba Alviria, cubriéndose con el brazo del intenso calor generado cerca de ellas–, d-de esta forma lo conseguiremos.

Las expresiones de Hana y Teressia hacían notar el enorme esfuerzo físico y el gasto de poder que estaban sufriendo.

*Hah* *Hahh* *Hah*...

Pero, la joven de cabellos violeta no pudo soportar el agotamiento tras su excesivo uso de poder y terminó perdiendo el conocimiento.

– ¡O-Oye! –Teressia agachó la cabeza para verla.

Las llamas que controlaba Hana se extinguieron, dejando solo el fuego de la estudiante, y provocando que la resistencia disminuyera significativamente.

– ¡Maldición! ¡Me va a vencer!

Metros más allá, en lo que quedaba de la casa que había sido destruida por el ataque que golpeó a Milo. El joven se levantó de entre los escombros; su uniforme maltrecho evidenciaba la magnitud del daño que había sufrido.

– Oh fantástico –refirió con ironía, mientras se sacudía el polvo de encima–, ahora tendré que pagar por esto –finalizó viendo el uniforme dañado, y quitándose luego el saco.

– ¡¡¡Diablos!!! –las llamas de Teressia sucumbieron frente a la energía oscura, al igual que la barrera de aire, que terminó destruyéndose.

En ese momento, una fuerte ventisca generada desde el suelo, en el punto donde se encontraban, arrojó a las tres mujeres por los aires. Esto evitó que fueran impactadas por el ataque.

– ¡¡Kyaaa!!

Aquel ataque destruyó una hilera de casas en su camino, mostrando así la magnitud del poder que Hana y las estudiantes enfrentaron.

Las jóvenes de la academia caían desde el cielo nocturno, entre gritos, y cuando estaban a punto de impactar contra los tejados de las casas aledañas, una pequeña corriente de aire amortiguó sus caídas por un instante, aunque solo fue por una fracción de segundo, esto permitió que ambas se estabilizaran y cayeran de pie.

Y tras ellas, la última persona en caer sobre otro tejado cercano fue Milo, sosteniendo entre sus brazos Hana, que aún seguía inconsciente.

– ¡Inspector! –clamaron las estudiantes, con un evidente alivio en sus rostros.

– ¿Qué es eso? –el joven frunció el ceño, mientras observaba en la dirección en la que se encontraba el sujeto– Esa sobre acumulación de magia negra es...

Darius se encontraba de pie, rodeado por una gran cantidad de energía oscura, que emitía pulsos como si estuviese a punto de hacer explosión.

El cuerpo del sectario había sido consumido por la oscuridad absoluta, incluso el brillo intenso de sus ojos había sido borrado, solo podían observarse aquellas grietas que le brindaban un aspecto intimidante.

– ¿Q-Qué está haciendo? –preguntó Alviria.

– Parece alguna clase de barrera especial –respondió Teressia ante la pregunta de su compañera.

– No es una barrera –refirió Milo, mientras dejaba a Hana sobre el tejado–, es una concentración masiva de energía oscura, tan exorbitante que no podrá mantenerse en ese ínfimo espacio por mucho tiempo.

– ¿Concentración masiva? –preguntó Teressia.

– Es la parte más recóndita que se conoce de la magia negra.

– ¿Eh? ¿A-A qué se refiere?

– Ya no queda mucho, la ciudad entera va a desaparecer.

– ¡¡¿Qu...?!!

– Váyanse de la ciudad y llévense a ella con ustedes... tienen ese hechizo de transporte, úsenlo.

– ¿Gate?

– Sí, háganlo rápido...

Y una vez que se vayan, escaparé también... después de todo, no hay forma de salvar esta ciudad.

Milo saltó desde la parte superior de la casa, para quedar frente a Darius; y al instante Teressia avanzó unos metros hasta el borde del otro tejado, desde el que podía tener al joven a la vista.

– ¡No podemos hacerlo! –enfatizó ella, apretando los puños con una mezcla de enfado y miedo–, ¡debemos buscar una forma de salvar a los ciudadanos!

La respuesta de la estudiante irritó la paciencia de Milo, quien se encontraba viendo hacia la posición de Darius, y terminó volteando a ver a la joven, mostrando una mirada enfurecida. Sin embargo, antes que pudiera decir algo, regresó la vista intempestivamente hacia el frente.

Tal como el joven lo había aclarado segundos antes, la intensa acumulación de energía oscura finalmente se liberó.

Pero al mismo tiempo, una capa de aire encerró a toda esa energía, evitando que comience su expansión. Milo había alcanzado a reaccionar cubriendo el hechizo de destrucción que Darius había realizado, con una barrera de aire.

– ¡¡Inspector!!

– ¡Deprisa, tomen a Hana y váyanse de aquí! –ordenó Milo, con los brazos extendidos hacia delante, mientras mantenía aquella barrera de aire–, ¡no me queda poder mágico, no aguantaré mucho!

– Pero la ciudad...

– ¡¡¡Lárguense de una maldita vez!!!

El agresivo grito de Milo escarapeló el cuerpo de las estudiantes, quienes sin mencionar una palabra más, hicieron caso a la orden. Saltaron al lugar donde se encontraba a Hana, y Teressia de inmediato comenzó a recitar el hechizo.

Soy el nexo entre la gracia y la sumisión, ofrezco lealtad a tu nombre, Guardián del Puente, concede a mi voluntad tu asenso y permite mi paso a través de tus dominios... ¡Gate!

Entonces, las tres mujeres desaparecieron del lugar gracias al hechizo de transporte.

La barrera de aire comenzó a sucumbir ante la energía oscura, con Milo tratando aún de sostenerla.

Sus dientes se presionaban con fuerza, sus brazos comenzaban a temblar, el poder disminuía aceleradamente, ya no quedaba tiempo.

La esfera de fuego en el cielo, invocada por Teressia, había terminado de extinguirse, dejando el lugar nuevamente en la completa oscuridad.

Ya no puedo hacer más... lo lamento por la gente de la ciudad, después de todo no son problema mío, nunca lo fueron... supongo que ellas ya estarán lejos, más les vale...

Sub oculis Barbatos, Liber'est... Octavo hechizo de Oscuridad: Umb...

Milo, con gran dificultad, recitaba un hechizo de magia oscura, uno que en alguna ocasión anterior había utilizado, pero terminó siendo interrumpido por un evento inesperado.

Una ventisca gélida barrió todo el lugar.

Darius y su desborde de energía oscura habían quedado atrapados en un inmenso bloque de hielo.

– ¿Eh? –Milo no había esperado aquello y fue sorprendido en el momento.

Con el lugar aún cubierto por una gélida niebla, una voz femenina se dirigió a él.

– Ese fue un admirable intento de resistencia... lástima que no habría servido de mucho.

–...............

El sonido de los tacones haciendo contacto con el suelo fue oyéndose cada vez más cerca.

Lux Sphaera

Una esfera de luz apareció frente a Milo, y sobre la palma de la mano de la persona que lo había originado.

El hechizo iluminó un pequeño sector del lugar, en la magnitud en que una pequeña fogata lo haría, alcanzando a dar a Milo una visión limitada solamente a la mujer en frente suyo.

Es... –pensó Milo, viéndola con claridad.

Cabello de tamaño medio, despeinado, a la altura del hombro, mirada profunda y una figura esbelta.

Aunque Milo no traía puesto el saco blanco que había quedado casi deshecho con el último ataque sufrido, Jane, la joven maga que poco antes estuvo tras un miembro de Safiot, pudo reconocer la vestimenta.

– ¿Huh? ¿Inspectoría? ¿Qué hace Inspectoría en este lugar?

Lo ha notado... ¿Qué se supone que diga ahora? – pensó el joven nuevamente, en una fracción de segundo.

– Tengo a cargo un grupo de investigación de la academia de magia –fue su respuesta inmediata.

– ¿Grupo de investigación?

– Nos encontrábamos recorriendo el lugar cuando este evento extraño ocurrió, en un instante nos vimos rodeados por estas personas, aparentemente tenían intenciones de realizar una masacre en la ciudad, y tuvimos que enfrentarlos.

– Así que es eso... ¿y ellos dónde están? – la mirada de Jane se encontraba fija sobre los ojos de Milo, como esperando encontrar algún ápice de dudas que pueda delatar algo.

Milo se había percatado de la intención de Jane, pero su personalidad fría y calculadora evitó que cometa un descuido como el que ella esperaba.

– Este sujeto se salió de control y comenzó a vociferar que acabaría con todos, mientras acumulaba esa energía con un ritmo acelerado. Pensé que si tratábamos de atacarlo en ese estado, podríamos acelerar la liberación de todo. Ordené entonces al profesor y sus estudiantes que se vayan tan lejos como puedan...

– Y fue entonces cuando intentaste controlarlo.

– Desde luego sabía que no podría resistir mucho, al menos quería darles tiempo de ponerse a salvo.

– Aun así, la ciudad entera, con todos sus habitantes, hubieran corrido tu misma suerte.

– Lo tenía muy claro, pero al final salvarlos a ellos, era mejor que no salvar a nadie.

– No tenías más opciones, entiendo tu decisión. Debo felicitar tu intención.

–....... Gracias.

Jane parecía haber despejado sus dudas respecto a Milo, a quien veía con su apariencia falsa, por lo que la conversación iba haciéndose más fluida.

– Por cierto, debo decirte que no sabía que la División de Inspectoría podía tener magos con niveles de poder interesantes. Podrías tranquilamente formar parte de la escolta de cualquiera de nosotros.

– Creo que está exagerando un poco, aquella barrera de aire es el límite de mi poder, no me considero estar al nivel de un mago de combate, de hecho, el enfrentamiento que tuvimos lo libraron los estudiantes y su profesor, yo actué más como apoyo.

– Entiendo...

– Si me permite cambiar de tema –Milo quería evitar seguir teniendo que responder preguntas que en algún momento lo podrían comprometer–, ¿qué va a suceder con ese hombre?

– Ah sí –Jane se dio vuelta y comenzó a caminar hacia el bloque de hielo, manteniendo en la palma de su mano aquella esfera de luz. – ¿Qué le pasó? –preguntó, mientras observaba la apariencia que tenía el hombre.

No debo darle ningún motivo de sospecha o me meteré en problemas, esta mujer tiene una personalidad muy diferente a la de Jayla, y eso la hace peligrosa.

– No lo sé... se ve como... si hubiese sido poseído o algo parecido –contestó Milo.

– Pues... el término poseído podría acercársele más, da la impresión de haber sido corrompido por energía oscura. Este sujeto de ninguna manera podría ser alguien de Safiot, pero el hecho de que haya estado manipulando magia negra es algo preocupante. Como sea, ya no puede ser salvado.

– ¿Qué quiere decir?

– El proceso de liberación de la energía solo se ha detenido, si el hielo desaparece, todo continuará.

– Sería una muy mala idea.

– Exacto, es por eso que lo desparecemos todo.

Luego de decir aquello, Jane posó la palma de su mano en el gélido bloque y liberó una cantidad considerable de poder mágico.

Le está... bajando la temperatura aún más... –pensaba Milo, mientras observaba como aquel bloque recibía ese exceso de magia.

Cuando Jane terminó de hacer aquello, retrocedió unos pasos, mientras alzaba el brazo, generando en el momento una lanza de hielo de gran tamaño, que apuntaba contra el bloque gélido.

– ¿Sabías que si la temperatura del cuerpo baja a niveles extremos, este se vuelve tan frágil que puede romperse como si se tratara de un cristal?

– Algo como eso... ¿es posible? –Milo mostró cierto escepticismo.

Tras aquella pregunta, Jane chasqueó sus dedos, haciendo que la gélida lanza, ubicada algunos metros por encima del bloque de hielo, lo atraviese con un rápido desplazamiento, de un extremo a otro.

Como resultado de esto, Darius y la energía oscura, junto al hielo que lo aprisionaba, se destruyeron completamente, cayendo al suelo en miles de pedazos.

Realmente... lo hizo – pensó Milo, viendo incrédulo lo que había ocurrido.

– Es posible... ahora lo sabes –refirió la joven, girando levemente la cabeza para verlo por el rabillo del ojo, y mostrando una ligera sonrisa de satisfacción.

–............

Antes que Milo pudiera decir algo, las luces en la ciudad volvieron a encenderse, llamando la atención de ambos.

Jane desapareció la esfera de luz que hasta el momento mantenía.

– Mmm... así que ya llegaron.

– ¿Llegaron?

– Fénix Negro... y por lo que veo, Kayl está con ellos.

¿Kayl?

– Iré a hablar con esa gente, su incapacidad estuvo a poco de hacer desaparecer una ciudad entera... alguien debe restregárselo en sus caras –continuaba hablando Jane. – Supongo que tú irás con tu grupo de investigación –esto último iba dirigido a Milo.

– Así es...

– Por cierto, tal vez hayas visto a una mujer, es de mi unidad y estaba por esta zona cuando empezó todo.

– ¿Una mujer?

– Sí, traía una larga coleta –dijo Jane señalando con un dedo la parte posterior de su cabeza.

¿Habla de Hana?

– Nos encontramos con una de la misma característica, estaba inconsciente y malherida, posiblemente haya estado luchando poco antes de que llegásemos.

– Esa idiota, cree que el hecho de ser la prometida de Alexei le da derecho a hacer lo que le dé la gana...

¿Prometida?

– Aún tenemos unos días más de desplazamiento y no podemos cargar con heridos que solo retrasarían nuestro ritmo. Aprovechando la ocasión, te voy a pedir que te encargues de llevarla a la mansión.

– Pero...

– ¿Cuánto tiempo más te queda como asignado en la academia?

– Un día... después de todo, mañana tendré en mis manos lo que entré a buscar –pensó Milo, luego de responder, recordando que un estudiante llamado León había ofrecido darle aquello que muy probablemente era lo que Jayla le había mandado a buscar.

– Perfecto, llévala a la academia y se encargarán de tratar sus heridas más graves, luego mañana regresas con ella.

¿Cómo me pide eso? No es un buen momento... pero, no creo que sea buena idea tratar de contradecir a esta mujer.

– Sí, está bien –Milo terminó aceptando el pedido de Jane.

– Bien –respondió la joven, mientras un círculo mágico se dibujaba en su posición–... "Gate".

La maga utilizó el hechizo de transporte, desapareciendo del lugar ante la mirada de Milo.

– Haaah –suspiró el joven de cabellos negros–... afortunadamente conseguí mantener mi identidad a salvo. Qué noche más absurda... y ese nombre, Kayl... ¿a quién se refería?

Parte 3

En otro punto cercano a la ciudad, muy próximo a la entrada, había un reducido grupo de personas, todos cubiertos con largos sacos negros, conversando entre sí, mientras permanecían en sus mismas posiciones.

Hasta ese lugar llegó Jane, apareciendo delante de todos ellos, y causando su extrañeza.

– ¿Eh?

– ¿Quién es?

Las preguntas entre el grupo comenzaron.

– Silencio –una voz entonces, ordenó a los demás, quienes murmuraban frente a la joven maga.

La persona que habló se encontraba al frente del grupo, viendo fijamente a Jane.

Su apariencia lo resaltaba del resto, por traer además un diseño diferente en la vestimenta.

El hombre delgado, de cabellera rubia rojiza, tez clara y ojos oscuros, dio un paso al frente.

La diferencia de estaturas respecto a la bella joven era muy notoria, pero era algo que a ella no le afectaba.

– Sabía que esto debía ser obra tuya, el que la ciudad haya recuperado su iluminación, Kayl "del Rayo" –dijo Jane, mostrando una expresión seria.

– Pero miren nada más a quién tenemos aquí, Jane Hagens... ¿has venido solo a eso? –preguntó aquel hombre, con una expresión irónica. – Lo siento pero no tengo ganas de perder el tiempo con ningún mago blanco.

– ¿Aún siguen buscando a los responsables de la masacre a la unidad de Dobre? –la joven devolvió la sonrisa irónica.

– ¿Cómo dices? –la expresión de Kayl se tornó sombría al escuchar a la joven.

– Tenía entendido que estaban movilizando a todas las unidades de tu organización para conseguirlo. Y por lo que veo, aún no hay resultados.

– No seas ilusa, no propagaríamos información como esa, tratamos de encontrar a los responsables, no de ahuyentarlos. Parece que no sabes mucho sobre ejecución de acciones de inteligencia –Kayl sonrió nuevamente, intentando burlarse de Jane.

– ¿Inteligencia? ¿Ustedes?

Algunas venas en el rostro de Kayl comenzaron a hacerse notorias, producto de las provocaciones de Jane.

– Parece que has venido con ganas de pelear –refirió, mientras pequeñas chispas de electricidad iban liberándose alrededor suyo.

– Claro que no –Jane seguía calmada–, tampoco planeo quitarte más tiempo, sobre todo cuando vienes a recoger los cadáveres de tus compañeros –contestó.

El semblante de Kayl cambió una vez más al escuchar las palabras de la maga.

– ¿C-Cadáveres? –preguntó, mientras los demás hombres que estaban con él, se miraban entre sí, confundidos.

– ¿Cómo? ¿Acaso no venías a eso?

– No entiendo, ¿qué clase de broma de mal gusto es esta?

– Así que no lo sabes, esto solo me confirma lo incompetentes que pueden llegar a ser.

– ¡¡¿Qu...?!! –Kayl trató de mantener su compostura.

– ¡¿Cómo te atreves?! –otros no pudieron hacer lo mismo, mostrando abiertamente su enfado.

– ¿Entonces no sabes que esta ciudad estuvo a punto de desaparecer completamente hace algunos minutos?

– ¿Qué estupideces estás diciendo?

– No es ninguna estupidez –la joven respondió, manteniendo su seriedad–, solo venía a recordarte que el único propósito de la existencia de Fénix Negro es el bienestar de la ciudadanía, si no pueden hacer ni siquiera eso... sería mejor que desaparecieran.

– ¡¡...!!

– "Gate" –mencionó Jane, haciendo que se genere un círculo mágico bajo sus pies, y con un chasquido de los dedos, desapareció, dejando en el lugar solo a los magos de Fénix Negro.

Kayl frunció el ceño, mientras presionaba con fuerza sus dientes, dejando ver en su rostro una expresión de completa ira.

– Neo Génesis... magos de mierda, ya me las pagarán.

– Señor, la ciudad –dijo uno de los hombres a su lado.

– Sí –respondió Kayl, calmándose dentro de lo que le era posible–, vamos... a la ciudad.

* * *

Las horas transcurrieron, y el sol comenzaba a salir, dando inicio a un nuevo día. Una carreta rústica se desplazaba por un sendero de tierra, rodeado por frondosas arboledas y largos campos verdes, en el horizonte ya podía observarse la ciudad de Aglynthor, la capital del reino.

Hana comenzó a abrir lentamente los ojos, mientras se encontraba recostada en el piso del vehículo, el cual era conducido por un hombre de mediana edad, quien se encargaba de sostener las riendas del caballo que tiraba de la carroza.

Debajo de su cabeza habían acomodado un manto para evitar que pueda lastimarse.

– Está despertando –advirtió Teressia, acercándose a la joven.

– ¿Qué ocurrió? –comenzaba a preguntar Hana, mientras se sentaba y alzaba la cabeza. – ¿D-Dónde.........? ¡Es cierto! –cuando regresó en sí por completo, se puso de pie con presura. – ¡La ciudad! ¿Qué fue lo que...? ¿Eh? –antes de culminar su pregunta, al hacer un movimiento con los brazos, notó algo extraño en su vestimenta; y de inmediato agachó la cabeza para verse, la ropa que traía puesta no era su uniforme, ahora llevaba puesto un vestido blanco hasta las rodillas, con finos bordados y adornos, y ajustado en la parte superior, que enfatizaba sus pechos.

– ¿E-Eh? –de inmediato los ojos se le abrieron más y su rostro se puso colorado hasta las orejas. – ¡¿P-P-Por qué estoy vestida así?! –preguntó, retrocediendo un paso, antes que un pequeño hoyo en el camino hiciera que la carreta sufra un movimiento brusco que la tiró al piso, cayendo sobre su trasero.

– ¡Kya!

– Oye, cálmate –Alviria trató de apaciguar a Hana, agitando ligeramente las manos–, estás herida y no hemos podido tratarte aún.

– L-Lo siento, es que perdí el equi... –Hana, que con la caída había cerrado los ojos como una acción de reflejo, al abrirlos notó la presencia una persona más, y girando la cabeza hacia un costado y al alzar ligeramente la mirada, vio a un mago de cabellos negros, que la veía fijamente con sus cansados ojos turquesa, y que estaba sentado en el asiento lateral del vehículo.

Tras su caída, el rostro de Hana había comenzado a recuperar su color; sin embargo, con la mirada fija que tenía encima por parte del mago inspector de Neo Génesis, Adrien Friedrichs, que no era otro más que Milo, nuevamente su cara se puso colorada, incluso más que la vez anterior.

–........................ ¡Ky...!

– Como te pongas a gritar, te saco del carro y te quedas en este lugar.

La rápida advertencia de Milo dejó en silencio a la bella joven, que no tuvo más remedio que hacer caso.

Minutos después, Hana se encontraba sentada en uno de los asientos laterales de la carreta, teniendo al lado a Teressia, y en frente a Milo.

La joven no podía evitar sentirse avergonzada por el vestido que traía puesto, algo que se hacía notar en el ambiente.

– Estás muy lastimada –explicaba Alviria–, el hecho que ahora mismo te sientas bien, es porque te realicé un hechizo de supresión de dolor, algo temporal hasta que lleguemos a la capital y puedan tratarte debidamente.

– L-Lo entiendo, en verdad muchas gracias. Pero, ¿por qué estoy vestida así?

– Sobre eso... traías roto el uniforme, no te podíamos dejar así.

– Bueno... tal vez habría forma de arreglarlo.

– Seguramente, pero el profesor Relish evacuó a todos los habitantes de la mansión, cuando llegamos no encontramos a nadie. Nosotras no sabíamos cómo hacerlo, por eso decidimos buscarte un traje. El señor Legrand tiene una hija, así que no fue difícil encontrar algo, aunque solo eran vestimentas de este tipo.

– Y-Ya veo.

– Por cierto inspector –refirió Teressia–, aún no nos explica qué es lo que ocurrió con aquel hombre.

En ese momento, la carreta que los transportaba se detuvo.

– Hemos llegado señor –el hombre que conducía el vehículo se asomó a la parte posterior para avisarle a Milo.

– Se lo agradezco... muy bien, todos abajo –ordenó luego el joven.

Una vez que todos se encontraban fuera, el hombre se despidió de ellos, mientras daba la vuelta para retornar nuevamente.

– Haaa... por fin hemos regresado –expresó con alivio la estudiante de coletas.

Los jóvenes se encontraban en la entrada de la ciudad capital del reino, Aglynthor.

– Andando, aún tenemos que llegar a la academia –volvió a ordenar Milo.

Así, todos comenzaron a caminar.

– Oiga, pero cuéntenos... queremos saber lo que ocurrió –insistió Teressia.

–...... realmente no pasó mucho –comenzó a hablar Milo, que caminaba delante del grupo; seguido por las dos estudiantes, y un poco más atrás, Hana.

La joven iba mirando fijamente al "inspector", mientras este hablaba con las estudiantes.

¿Por qué... siento que conozco a esta persona? –pensó.

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