Capítulo 3

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Indur, una de las ciudades comerciales más importantes del basto reino de Thrin Theras, es conocida como la ciudad textil, siendo la que genera mayores ingresos, producto del comercio con otros continentes, y superando incluso a las productoras textiles del reino de Agaia.

Esto la convierte en una de las grandes ciudades del reino, y como en toda gran ciudad, existen dentro de esta, sectores marginados, que parecieran haber sido dejados de lado por el ojo del gobierno, y donde incluso la delincuencia tiene el control, lejos del alcance de quienes deberían evitar ello, Fénix Negro.

Al interior de uno de aquellos tantos callejones oscuros, bajo el manto de la noche, se alcanzaba a ver diversas siluetas, tendidas en el suelo; y por la apariencia en sus formas de vestir, podrían calificar como traficantes menores.

– Son basura incompetente – se oyó una voz.

El hombre vestido con la oscura túnica, sujetaba del cuello a una de estas personas, solo segundos antes de tirarla al suelo.

Con todos los cuerpos tendidos, el sujeto sacó del interior de su desgastada túnica, un objeto cilíndrico de pequeño tamaño, el cual luego de manipularlo brevemente, alzó hacia el cielo.

Al instante, desde aquel objeto salió disparado un proyectil incandescente, que subió muy alto antes de estallar e iluminar una parte de la ciudad.

Aquel fuego artificial, alcanzaba a verse incluso desde los lugares más alejados del centro de la misma.

Luego de hacer aquello, sustrajo un pequeño reloj de un bolsillo de la túnica y se fijó en la hora que las manecillas marcaban; mientras abandonaba el estrecho callejón y comenzaba a desplazarse por las calles concurridas de la ciudad.

Caminaba apresuradamente, buscando algún lugar en particular, hasta que en un momento pareció encontrarlo. Se acercó a una vivienda de gran altura, la escaló rápidamente por la parte posterior, valiéndose de escalones metálicos incrustados en la pared, y que daban hacia lo más alto del lugar.

Cuando finalmente llegó a la cima, desde donde se podía contemplar gran parte de la ciudad, volvió a sacar su reloj. Y ahora, las manecillas se habían movido diez minutos desde la última vez.

Estaba inquieto, movía los ojos constantemente hacia diferentes lugares, y luego regresaba a ver el reloj. Ese fue su patrón durante un corto lapso de tiempo.

De pronto, a lo lejos, desde el lugar hacia donde miraba con más frecuencia, un proyectil idéntico al que había utilizado minutos antes, se prendió en el cielo; coincidiendo así con una sombría sonrisa esbozada por este.

– Finalmente... ¡nuestro deseo se hará realidad! – exclamó, extendiendo los brazos hacia los costados – ¡Es hora de comenzar con los preparativos!

El sujeto cerró los ojos, y al instante, comenzó a recitar palabras en un idioma desconocido.

Sobre este se comenzó a formar una circunferencia completamente oscura, que poco a poco fue extendiéndose sobre ese sector de la ciudad; sin embargo, esto iba pasando desapercibido por la gente en las calles, pues la oscuridad de la noche se mezclaba con esta.

La gente que se encontraba bajo la sombra de la circunferencia oscura, de pronto, comenzó a sentirse mal, se tomaban la cabeza como si sufriesen algún fuerte dolor, quejidos y algunos gritos empezaron a llamar la atención del resto de personas.

Pocos segundos después, comenzaron a salir alguna clase de sombras espectrales desde los cuerpos de cada persona, mientras estas aún seguían soportando aquel dolor.

Estas sombras, con el pasar de los segundos, comenzaron a tomar una apariencia exacta a la de las personas a su lado.

Finalmente se veían como dobles exactos de estas, pero con un semblante completamente oscuro.

Astra Vol. 05Where stories live. Discover now