Arriésgate Liz.

By Alleguerra

1.9K 574 2.5K

Muchas veces nos aferramos a relaciones que nos hacen daño, simplemente decidimos quedarnos por miedo a estar... More

Prólogo
Capítulo I: Conociendo A Raell
Capítulo II: Encuentro Fatal
Capitulo III: Raell Al Rescate
Capítulo IV: Se Terminó
Capítulo V: Ahogada En La Verdad
Capitulo VI: Mala Idea
Capítulo VII: En La Misma Habitación
Capitulo VIII: El Reto.
Capitulo IX: ¡Raell Traidor!
Capitulo X: Tu Paz, Es Mi Paz Liz
Capitulo XI: ¿Que Me Estas Haciendo Liz?
Capitulo XII: ¿Nos Daremos Un Tiempo?
Capitulo XIII: Todo Por Ella
Capitulo XIV: Desde Cero
Capitulo XV: Andrea Fuera De Control
Capitulo XVI: Te Casas Y Punto
Capítulo XVII: Te Lo Buscaste Aaron .
Capitulo XVIII: Hasta Nunca Aaron
Capitulo XIX: Al Perderte, Me Encontré ♥️
Capitulo XX: Solo Tú Y Yo
Capitulo XXI: Es Un Buen Partido 😏
Capítulo XXII: ¿Vives Con Él ?
Capitulo XXIII: Raiden
Reparto Masculino
Capitulo XXIV: Tu Mirada ♥️
Capitulo XXV: ¿Y Ahora Qué?
Capitulo XXVI: Celos
Capítulo XXVII: Resentimientos
Capitulo XXVIII: Mi Luz
Capítulo XXIX: Malentendido.
Capitulo XXX: En Mil Pedazos
Capitulo XXXI: Dejar Ir
Capitulo XXXII: Perdonar Sana El Alma
Capitulo XXXIII: te Seguiré Amando
Capitulo XXXIV: Aun Dueles
Capitulo XXXVI: Noticias
Capitulo XXXVII: La Cizaña En Forma De Cuñado
Capitulo XXXVIII: El Mirador .
Epílogo

Capitulo XXXV: ¿Raell Que Haces?

27 5 36
By Alleguerra

¡El día había llegado!

Hoy entregaría mi vida a Jesús.

¿Otro motivo para estar contenta?, mis amigos y mi chico me habían acompañado.

Vi a Raell desde mi lugar, estaba hablando con un grupo de personas un poco alejado de mí. Yo estaba con Val, Andrew y los gemelos.

—¿Estas emocionada Liz? —preguntó Andrew entusiasmado. De verdad se veía contento por esto.

—Si, muy feliz —le dije con un no sé que dentro de mí.

—Me puedo imaginar como será el día que yo me bautice —dijo sonriente—, a ver si Val por fin se decide conmigo —la miró coqueto.

Ella lo fulmino con la mirada.

—La que está bien decidida contigo es Juliana, deberías seguir con ella —dijo mi amiga chulita.

Mathew se puso tenso.

Oh, oh.

Creo que la fulana de la llamada ya tiene nombre. ¿Cómo lo supo Val?

—Te equivocas, es solo una amiga —se defendió él.

—¡Ah si, pero mira! Ahora las amigas se creen con derecho de celar —soltó mi pelirroja con ironía y burla—. Porque cuando te llamé casi me arranca los pelos a través de la línea.

Andrew estaba rojo como un tomate.

Había quedado descubierto.

—Esta obsesionada conmigo Val —esa fue su explicación.

Mi amiga soltó una carcajada más que incrédula.

—No me importa, tú no me importas —le dijo y auch, hasta mi me dolió.

—Al Andrew como que se le quemaron los frijoles —Tito susurró burlón en mi oído.

—Chitón Tito.

Lo reñi.

—Que bueno, porque Val esta muy hermosa para él.

Lo mire seria, —Andrew es muy guapo y un buen chico.

—Tal vez, pero Val esta como para mí.

¡Anda ya! Su lobo interior estaba saliendo.

—Ambos están equivocados con Val, ella es de Dios y no le hará caso a cualquiera.

Mi amigo me miró fruncido.

—¿Yo soy cualquiera?

—No estás a su altura, créeme amigo.

Lo amaba, pero como novio para Val no lo veía. Él está acostumbrado aventuras, pero ella no es así.

—Pues quien quita y sea ella que me ayude a sentar cabeza —dijo y suspiré para mis adentros.

Ojalá algún día alguien lo ayude a sentar cabeza como dice.

—De verdad Val, no tengo nada con ella —seguía diciendo Andrew suplicando.

Negué la cabeza. Pobre. Está calado por ella pero hace lo que no debe.

—¿Ahora un acoston es nada? —de verdad que no tiene filtros en la lengua mi chica.

—Tu no me pelas ¿por qué te molesta tanto?

—¿Entonces lo admites?

—¡No Val! bueno si, pero contigo todo será diferente, no veré ni a los lados.

Ella bufo enojada.

—Ya te dije que no me importas.

Y con eso cerró el tema. Ahora si el pobre Andrew la tenía liada más que antes.

—Bueno me voy a la fila, ya están llamando —avisé.

Llegue con las otras personas y avanzó poco a poco, era bonito ver como entraban al lago, se sumergian y salían del agua con una gran sonrisa.

—¿Lista mi amor? —Raell llegó a mi lado y me sorprendió.

Dejó un beso en mi mejilla.

—Si, ya falta poco —dije contenta.

—Estoy muy feliz por ti Liz, siempre imagine este día así contigo.

Levanté la mirada y sonreímos, este momento era muy conmovedor.

—Siguiente.

Llamaron y con un nudo de emoción en mi pecho caminé hasta el lago, una señora me guió al grupo de personas que estaban en el agua y me colocó junto a ella. Estabamos parados dentro del agua haciendo un círculo.

—¿Lista Liz? —preguntó el Pastor Elías.

Asentí y la señora me sostuvo del brazo y la espalda baja.

—Te voy a sumergir, si quieres te tapas la nariz ¿bien? —se aseguró y asentí—. Muy bien Liz, en este momento mueres para el mundo y vives para Cristo.

Entre al agua boca arriba con la nariz tapada y dentro solo estuve unos segundos, cuando salí mi corazón latía fuerte. Era una sensación diferente, tenía ganas de llorar pero de alegría, era como estar enamorado y mira que no se compara en nada al amor secular. Es algo más profundo, que te llena de vida.

—¡Felicidades Liz, ya eres de Cristo! —todos me felicitaron y me abrazaron.

Camine hasta la orilla del lago y ahí me esperaban todos, igual de felices que yo. Raell me tendió la mano para ayudarme a salir del agua y la tomé.

—Mi hermosa princesa de Dios —besó mi mano y morí de amor—. Eres la viva prueba de que los milagros existen.

Lo miré a los ojos, nuestras frentes juntas con cariño.

—Tú has sido mi más bonito milagro —musite cerca de sus labios.

Él sonrió y lo vi ponerse de rodillas, en el momento quedé fruncida pero cuando sacó una cajita de terciopelo de su mano y la puso ante mí cubrí mi boca con sorpresa.

—Raell...

—Liz, ¿me harías el precioso honor de ser mi esposa, mi amiga, compañera de películas y mi luz en los momentos más oscuros por el resto de nuestra vida? 

Esto en verdad estaba pasando, Raell Figueroa me estaba proponiendo matrimonio. Mis ojos picaron con lágrimas atoradas, este era un momento precioso que no me esperé.

Estaba siendo doblemente bendecida.

—¡Si, claro que acepto! —dije por fin y él súper contento me colocó el anillo de compromiso.

Se levantó y dejó un dulce beso en mis labios. Todos flipaban alegres a nuestro alrededor y no podía estar más feliz. No podía creer la dicha que estaba teniendo justo ahora, no después de haber pasado tanto dolor y lágrimas meses atrás.

—¡Enhorabuena Liz! —Val vino abrazarme y la recibí gustosa.

Los gemelos me miraron impactados.

—¿Qué acaba de pasar Lizi? —preguntó Tomás impactado.

—Seré una mujer casada dentro de poco —señalé el anillo en mi dedo.

Negó la cabeza sin poderlo creer y me abrazó. Luego vino Tito.

—Tú casada con Raell, desde el principio lo supe —nos reímos y abrazamos—, ¿Recuerdas cuando me dijiste que era imposible enamorarte de él?

Me encorve de hombros.

—El encanto de Raell fue más fuerte.

Pronto muchos vinieron a felicitarnos a Raell y a mí, yo estaba en una nube de emoción, alegría y amor. Esto era la felicidad y no quería que se acabara.

—Dios es tan milagroso Liz —dijo el pastor Elías acercándose a mí.

—Lo sé, cuando decidimos obedecerle cosas grandes suceden —apoyé su comentario.

—Estoy muy feliz por ustedes, sé que serán bendecidos —me dio un abrazo con cariño.

—¿No le dije Padre, que esta preciosa mujer sería mi mayor bendición? —Raell llegó a nosotros y cuando terminamos el abrazo Elías y yo, mi chico se posó junto a mí.

Lo mire risueña y dejó un beso en mi sien.

—Serán muy felices juntos, porque Dios está de primero en sus vidas.

—Lo sé Padre, que así sea.

Ambos se abrazaron y miré la escena con una gran sonrisa. Era hermoso ver tanto apoyo y amor en nuestra relación, que me presumieran delante todos sin temor, que no me hicieran menos sino algo preciado.

Esto lo quise desde hace tanto tiempo y aunque lo desee con otro chico, Dios me bendijo con uno mucho mejor. Aveces queremos y nos aferramos a alguien que no nos hace felices por miedo a estar solos, sin saber qué no es el final, que todavía se puede ser feliz con la persona indicada.

Si algo aprendí en mi experiencia, es que no debemos quedarnos en una mala relación por miedo al dolor, a la soledad, porque si te quedas donde te hacen daño te niegas a la posibilidad de ser valorado. Sino te valoran entonces hay no es, debemos darnos el valor que tenemos y quien te ama de verdad hace sacrificios por ti.

Raell y yo volvimos a casa por la tarde, luego de celebrar con todos nuestro nuevo compromiso. Fuimos a casa de los Pastores y ahí hicieron una parrillada y adoramos a Dios todo el rato. Fue hermoso.

He aquí ahora, en nuestro hogar.

Me sentía somnolienta, pero feliz. Esta alegría no se me quitaría tan fácil.

—Bienvenida a casa futura esposa —dijo mi dulce novio en mi oído, detrás de mí.

Me aferre a él, entre sus brazos.

—La casa se sentía vacía sin ti —la nostalgia me pegó un poco. Fueron días oscuros para mí.

—No recuerdes eso mi amor, ya estoy aquí y es lo que importa.

Me di la vuelta para poder mirarlo, sus manos siguieron aferradas a mi cintura y juntamos nuestras frentes.

—Te amo Raell. Demasiado —mi corazón parecía explotar por el sentimiento.

Sonrió y ese simple acto me dio paz, —Prometo hacerte la mujer más dichosa de este mundo.

Acercó su boca a la mía y me dejé hacer, ahogue un suspiro cuando sus labios acariciaron los míos, dándose su tiempo antes de besarme. Mi interior estaba revolucionado, brincando con las emociones que sentía en este momento.

Cuando ya nos íbamos a fundir en nuestro beso el timbre sonó, pero no un timbraso cualquiera, sino uno desesperado sin parar.

—¿Quién está tocando así? —dije preocupada, mirando hacia la puerta principal.

—Iré a ver.

Raell se hizo camino.

—Ten cuidado ¿si?

Se asomó primero por la ventana y luego abrió la puerta ahogando el siguiente golpe brusco. Aaron entró rojo como tomate, respirando pesado.

—¿Aaron estas bien? —pregunté angustiada, viéndolo así de perturbado.

—¿Se van a casar? —esa fue su respuesta.

Raell y yo nos miramos, sin poder responder. Pobre Aaron, sabíamos que se iba a enterar tarde o temprano.

—Aaron calma ¿si? —le dijo Raell.

Lo miró furibundo, —¿Qué me calme? Sabiendo que te vas a casar con la mujer que amo —había dolor en su voz.

Esto me puso mal. Yo no quería que llegáramos a esto.

—Ya lo hablamos, ella y yo estamos juntos ahora...

—¡Y nada! —ya Aaron estaba gritando—. Pensé que podía lidiar con esto, con ustedes juntos como novios ¿pero casarse?

Se cubrió la cara con las manos, frustrado.

—No me hagas esto Liz, no soportaría verte casada con alguien más —suplicó con la mirada, con lágrimas en sus mejillas.

Era primera vez que lo veía llorando.

No supe qué decir, tenía un nudo atorado en mi garganta.

—Tú eres mía mi amor, por favor —no dejaba de hablar y de acercarse a mí.

Retrocedí en mi sitio y Raell se hizo frente.

—Aaron ya basta, Liz está conmigo y será mi esposa —dijo mi chico.

—¡Cierra la boca Raell, quiero hablar con ella no contigo! —le gritó.

—De ahora en adelante lo que tenga que ver con ella me compete —Raell siguió firme.

—¡Quítate de mi camino! —tuvo intención de empujarlo.

—¡Aaron no! —lo reprendí y se detuvo, mirándome—. Raell tiene razón, nuestro tiempo pasó.

Nunca se lo había dicho en voz alta, era primera vez que hablábamos de esto así en realidad.

Aaron se secó las lágrimas.

—¿En qué momento Liz, en qué momento te perdí? —dijo, siendo la primera vez que enfrentaba este tema también.

Antes nos quedábamos en silencio, intentando barrer todo bajo la alfombra. Pero ya era tiempo de hablar las cosas como son.

—Cuando elegiste quedarte con tu posición social y no conmigo —se lo dije, no me quedaría nada por dentro ya—: cuando preferiste abandonarme antes que luchar conmigo, desde cero sin importar nada. Yo nunca te pedí lujos Aaron, solo un amor bonito donde juntos pudiéramos trabajar por nuestras cosas.

» Pero fuiste cobarde, te dejaste llevar por tu familia y mira es tarde. Raell me ama y quiero estar con él, estuvo en mis peores momentos siendo lo que tu no fuiste.

Respiré hondo, con mucho dolor en mi pecho al hacerle daño con mis palabras, pero él también me hizo daño a mí y estas son las consecuencias de sus decisiones.

—Estas recogiendo lo que sembraste amigo —concluyó Raell.

Aaron bajó la guardia, dejando caer las lágrimas una y otra vez teniendo un choque de realidad. La vida le estaba lo estaba enfrentando con una gran lección.

Nos miró un momento, secando sus lágrimas.

—Tienen razón, no debí venir perdón.

Lo vimos irse tan ofuscado como entró y quise ir tras él para asegurarme que estaría bien, pero ¿de qué valdría? Si igual yo me quedaría con Raell.

Solo pude pedirle a Dios que lo ayudara a superar todo esto y lo principal, a perdonarse a si mismo. Yo más que nadie sé cuanto cuesta eso.

—¿Estas bien princesa? —Raell preguntó acercándose a mí.

Asentí, —Todo está bien —sonreí y le tendí mis manos para que las sostuviera.

Lo hizo y las entrelazó con las mías.

—Pensé que estarías triste o algo.

—Me da tristeza Aaron, pero lo único que puedo hacer es esperar que Dios alivie su dolor con el tiempo.

Y era verdad, no estaba en mí hacerlo.

Él asintió, algo desanimado. Podía entenderlo, Aaron es su amigo y claramente esto le afecta. Pero si queríamos seguir adelante y hacer una nueva historia juntos, entonces debemos dejar todo lo que nos hace daño atrás.

Decidí ser feliz con Raell y mantendré mi fe en eso.

Continue Reading

You'll Also Like

60.6M 3M 42
Sinopsis Kaethennis ha disfrutado de los placeres de la vida, mucho, casi se puede decir que demasiado. Un alma libre, al menos así se definiría el...
349K 36.6K 31
Las votaciones del año 2036 son algo que no me emociona, ya que los candidatos, a mi parecer, no valen la pena, en especial Alejandro Villanueva, aqu...
1.7M 90K 45
Melody Roberts es una chica muy sencilla, no es muy sociable y solo tiene una mejor amiga. Vive sola en un pequeño departamento, el cual debe de paga...