Narra Rose
16 de Julio, 2017
Estos días para nadie han sido fáciles, noches en vela y mucho café de por medio. Asher finalmente ya está recibiendo su transplante y es todo un sueño, aunque no ha sido fácil, mi bebé ha tenido algo de vómito, pero nada más grave de lo que preocuparse.
Hasta ahora su organismo no ha rechazado el transplante y eso nos alivia. Toda la familia ha estado muy presente, claramente no han podido venir, ya que no queríamos tanto movimiento, pero si han estado sus llamadas y mensajes constantes.
—¿Te has sentido bien, cariño?
Mi hijo está terminando de comer.
—Sí, mami. —Me da una radiante sonrisa.
—No sabes lo feliz que me haces. —Beso sus manos.
—Tú me haces muy feliz, mami —canturrea.
Presiono mis labios para no soltar lágrimas, mi hijo siempre tendrá el poder de quebrarme con sus palabras.
—Eres tan tierno. —Presiono sus mejillas.
—Pero no quiero ser tierno —resopla. Se cruza de brazos fastidiado—. ¿Cuándo llegará papá?
—Lo más probable que en unas horas, recuerda que fue a darse una ducha y descansar un poco. —Masajeo su cabello.
Amos había estado muchísimo más que yo con Asher, se llevaba la peor parte y era cuidarlo por las noches. Debíamos estar a cada momento vigilando que nada sucediera y debo confesar que ese hombre era increíble.
Creo que hoy todo ha estado bastante tranquilo, Asher no ha tenido contratiempos y eso es excelente. Con Amos hemos estado a su lado en todo el proceso, creo que competimos por cuál tiene más ojeras, pero estamos inmensamente felices por todo lo que está resultando.
Ayer habíamos tenido algo de susto, ya que comenzaron las noticias que tanto temíamos. Aún la prensa no sabe sobre Asher, pero si están bastante ocupados buscando la razón por la que él gran magnate no ha aparecido por la empresa y no se le ha visto en eventos por más de dos semanas.
Sabemos que es cosa de días para que todo explote y solo queremos que Asher pueda estar mucho mejor y ya pueda irse a casa y terminar allá su recuperación.
Por otro lado está la propuesta de Amos, aún no le he dado mi respuesta, aunque ya la tengo hace unos días.
¿Estoy nerviosa? Claro que sí, pero si es lo necesario, lo haré. Ya es momento que piense en el bienestar de mi hijo y así superaremos esto mucho más rápido.
—¿Cuándo veré a mi padrino? —Sonrío.
—No lo sé. Sabes que tu padrino es una persona muy ocupada e intenta pasar todos los días a verte.
—Sí, tío Hal ayuda a muchas personas, ¿cierto, mami?
—Tu tío Hal, es una persona increíble.
Siento algunos golpes en la puerta y la cabeza de Harry se asoma. Parece que lo invocamos.
—¡Padrino! —Asher grita.
—Pero ya veo que mi ahijado me ha extrañado bastante. —Se acerca besando mi mejilla y seguido abraza a Asher.
—¿Vienes a jugar conmigo? —Busca desesperadamente sus autos para pasarle uno a su padrino.
—Vengo a hacer lo que mi ahijado quiera.
—¿Te quedas con él un momento? —le pregunto—. Quiero ir a tomarme un café.
—Claro que sí, tengo veinte minutos libres. Ve tranquila. —Me empuja hacia la puerta y solo puedo escuchar la risa de mi hijo.
Enarco una ceja hacía él, pero solo se encoge de hombros y hace señas de que salga de la habitación. Finalmente lo hago y camino por el pasillo, para entrar al ascensor.
Estoy entrando a la cafetería del hospital cuando me entra una llamada de mamá.
—Hola, mamá —saludo, mientras veo que café tomar.
—Hija mía, ¿cómo estás?
—Mucho mejor, Asher no ha tenido complicaciones y si termina esta semana así, podremos llevarlo a casa. —Tomo asiento en una de las mesas libres.
—Ay cariño, son tan buenas noticias, tendrás que volver a ambientar su habitación. Si gustas con tu padre podemos encargarnos. —Tomo un poco de mi café, aún debatiéndome si debo de hablar con ellos.
—Sobre eso, debo hablar con ustedes —digo con lentitud.
Escucho un leve suspiro de su parte.
—Rose, ya siento miedo cada vez que dices esas palabras. ¿Es algo de lo que debamos preocuparnos?
—No lo creo mamá —o eso espero—. Es una decisión que he tomado y me gustaría compartirla con ustedes —intento pensar que no se volverán locos.
—Esta bien, hija. Sabes que igualmente siempre tendrás nuestro apoyo, nunca te dejaremos sola.
Mi vista se empaña con sus palabras, a pesar de todo lo que he hecho, los secretos que he guardado. Mis padres siempre han estado para mí y es algo que agradezco enormemente.
—Lo sé, mamá. Los amo demasiado.
—Y nosotros a tí, debo dejarte porque tu padre ha dejado unos papeles y me ha pedido que se los lleve —resopla—. Un día de estos se le olvidará todo —ambas reímos.
—Adiós, mamá. Me saludas al viejo gruñón.
—De tu parte. —Corto la llamada sintiéndome mejor y dejando un poco el nerviosismo a un lado.
Termino mi café con calma y cuando estoy por subir al ascensor para volver con Asher me choco con Amos.
—Hola —susurro, aún no me acostumbro a su cercanía.
Y ese perfume que es tan llamativo, me hace querer cerrar los ojos cada vez que se me acerca.
—¿Hoy ha estado mejor? —pregunta.
—Sí, ha estado exelente, justo ahora está con Harry. —Sonrío con nerviosismo.
—El doctor.
Asiento despacio, la verdad es que hay veces donde siento que se odian.
—Asher lo quería ver —ni yo entiendo porqué le estoy dando explicaciones.
Cuando llegamos a la habitación ellos siguen jugando y no es hasta que Amos carraspea que notan nuestra presencia.
—¡Papá! —creo que el grito de mi hijo, lo escucharon hasta el otro pasillo.
—Hijo. —Se acerca para abrazarlo.
—¿Jugarás a los autos?
—Las veces que quieras. —Aún me sorprende la naturalidad con la que Amos se desenvuelve. Cualquiera pensaría que siempre estuvo con Asher, ellos tienen una unión increíble.
Asher comienza a ordenar todos sus juguetes para utilizarlos con su padre, mientras Harry se nos acerca.
—Que bueno que están ambos, me gustaría hablar de algo importante con ustedes. —Nos hace señas de que lo sigamos fuera de la habitación.
Miro a Asher, pero está absordo jugando con sus autos, por lo que ni siquiera nota que salimos de la habitación.
—Como saben, el organismo de Asher hasta el momento no ha rechazado el transplante y tampoco ha tenido graves síntomas secundarios, por lo que llegamos a la conclusión de que en unos días podría ser dado de alta. —Siento ganas de gritar al escucharlo— Además que usted, señor, Maxwell, ha dicho que puede facilitar todo para que pueda tener su recuperación en casa y creo que si no hay más contratiempos, pueden dar por hecho que en unos días Asher será dado de alta.
Miro a Amos y está con mi misma emoción.
—Muchas gracias, doctor. Estas son muy buenas noticias —el hombre a mi lado agradece.
—No hay nada que agradecer, solo hago mi trabajo. —Mira su reloj— Ya es hora de irme, debo atender al siguiente paciente.
Quedo a solas con el magnate y siento mis nervios florecer. A veces me pregunto si el nota lo nerviosa que me pone.
—Creo que es mejor entrar, se dará cuenta que no estamos. —Rasca su nuca.
—Tienes razón. —Entramos nuevamente a la habitación.
—Mi madre quería hacer videollamada, no sé a qué hora, pero quería hacerla —me informa.
—No tengo problema.
—Mami, quiero ir a hacer pis —Asher llama nuestra atención.
—Ya te llevo, cariño. —Hago el amago de ir hacía él, pero Amos me frena.
—Ya lo llevo yo, no te preocupes. —Toma todo lo necesario para trasladarlo al baño— Vamos hijo.
Muevo mi cabeza frenéticamente, cuando me doy cuenta que quedé como una boba viéndolos.
El sonido de mi celular me sobresalta. Es la madre de Amos.
—¡Hola, Freya!
—Rose, cariño. No preguntaré cómo estás, ya que me lo puedo imaginar, pero si deseo que las noticias sigan siendo buenas, como hasta ahora. —Me da una de sus radiantes sonrisas, a veces pienso que Asher las sacó a ella.
—Muchas gracias, Freya. Es bueno saber que tenemos mucho apoyo.
—Tú y ese nieto mío, siempre tendrán nuestro apoyo —reitera—. ¿Y dónde está?
—Amos lo acaba de llevar al baño —indico.
—Aún me es imposible imaginar a mi hijo como padre —ríe—. Debe ser algo digno de ver.
—Créame que lo es —antes de que lo pueda evitar, las palabras ya habían salido de mi boca y mis mejillas están comenzamos a sonrojarse.
—¿Es la abuela? —Asher pregunta emocionado.
Creo que justo ahora puedo agradecer enormemente a mi hijo, por librarme de lo que había hecho.
—Sí, mi amor.
—Quiero hablar con ella, papá apúrate, súbeme, súbeme —le habla a su padre.
—Ya voy, pero ten más cuidado hijo —lo riñe cuando mi hijo casi se tira a la camilla.
—Estoy bien, quiero hablar con la abuela. —Toma el teléfono de mis manos, sin darme cuenta de alegar— ¡Hola, Abuela!
—Hola, mi amor, ¿cómo está mi nieto consentido?
—Muy bien abu. —Mueve sus brazos con energía— Hoy no he sentido dolor y estoy muy feliz.
—No sabes lo que me alegra escuchar eso, yo siempre supe que tenía un nieto guerrero.
—Soy muy fuerte. —Muestra sus brazos. Todos reímos por sus ocurrencias.
En algún momento de la llamada, también se agrega el padre de Amos y su hermano menor; que debo admitir es todo un joven encantador. No sé que tiene esa familia, pero todos son iguales, las mismas características, sus auras, sonrisas y creo que podría seguir.
Yo con suerte he sacado el color de ojos de mi padre y es lo único a ellos.
La tarde pasa con rapidez y Asher se queda dormido después de un día con bastante movimiento.
Amos termina sentado en el sofá con su cabeza apoyada y mirando el techo. Desde hace unos días lo he visto extraño y no sé porqué.
—¿Cómo va todo sobre la prensa? —pregunto.
—¿Segura que quieres hablar sobre ello? —Asiento despacio, haciendo que él deje un suspiro— No creo que pasen más de tres días para que que salga alguna noticia, ellos están empeñados en saber todo —su voz sale frustrada.
—Está bien, es algo que ya sabíamos que pasaría —intento ver el lado positivo.
—No está bien, si... si yo no tuviera toda esta popularidad, no tendríamos de que preocuparnos —ríe irónico.
Abro y cierro la boca sin creer lo que estoy escuchando.
—¿Te estás culpando? —Amos me mira por largos segundos, pero se queda en silencio—. En ningún momento te he culpado, por lo que no debes sentirte así. —Me siento a su lado— Eres famoso por tu esfuerzo y créeme que estoy muy feliz de que tú seas el padre de mi hijo, todo lo de la prensa lo superaremos —le sonrío.
—Se supone que yo debería de subirte el ánimo. —Ambos reímos.
—Bueno... tendré que comenzar a hacerlo, ya que viviremos juntos —digo como si nada.
Ya les he dicho que no sirvo para dar noticias.
—¿Qué? —dice desconcertado.
—Nos iremos a vivir contigo. —Desvío mi vista a la puerta.
Pasan algunos segundos, hasta que siento sus manos en mi rostro y me giran para mirarme.
—Rose, quiero que me mires cuando me lo digas y así saber que estás totalmente segura de ello.
Relamo mis labios y cierro mis manos con fuerza, antes de soltar las palabras que me ayudarán o me condenarán por siempre.
—Acepto tu propuesta, Amos. Cuando le den el alta a Asher, nos iremos a vivir contigo.
Ya está, lo hice y espero no arrepentirme.
★★
Al final no sé si fue el destino, pero al otro día todo era un caos, no pudimos seguir ocultando y la noticia solo explotó. Buscaron hasta que lo consiguieron y había titularse por todos lados.
Ahora todos sabían que el gran magnate: Amos Maxwell, tenía un hijo.
Y la madre era: Rose Black, de la chica a la que hace unos años atrás habían dicho cosas horribles.
★★★★
¡Nuevo capítulo!
¿Que les pareció? Rose ya dió su respuesta.
Nos leemos pronto.
Instagram: (@rubi_escritora)
-Rubí.