Las cinco pesadillas

By Sabridarks72

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En una ciudad grande, pero poco conocida, en donde desde hace cientos de años han pasado sucesos extraños y d... More

1-Los quiero
2-Mala primera impresión
3-Información y odio confuso
4-Adorable
5-Víctima
6-Gato de ojos amarillos
7-El adiós al dolor

8-El templo Malorum

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By Sabridarks72

¡Ugh! ¡Maldito! -Se quejo alargando la última letra mientras escribía en la carpeta- ¡Se levanto antes y se fue dejándome haciendo su maldita tarea de Ingles! ¡Arg! -Gritaba con la cabeza mirando el techo con los ojos cerrados-.

 El teñido se encontraba en la casa de su amigo, ahora ausente, haciendo su tarea. Estaba sentado en la cama con su espalda apoyada en la pared, aún en pijama ya que eran las nueve de la mañana.
Pero a pesar de responder bien las preguntas en ingles, su mente estaba en otra parte, recordando su pesadilla.

 Si, en esa noche, él tuvo una pesadilla.

 Pero ¿Qué iba a hacer al respecto? Cualquier cosa que haga solamente retrasaría su destino así que siguió haciendo la tarea de Max, escuchando de fondo su PlayList del celular intentando que ambas cosas lo distraigan del peligro que ahora corre.

 Decidió escapar, se ocultó toda la noche en una cueva de un bosque que, por como vio, ni las pesadillas paseaban por ahí.

 Logro sobrevivir, solo por esa noche, no se sabrá si en esta también.

 Cobarde, soy un cobarde se regaño mentalmente mientras caminaba solo por los largos pasillos llenos de alumnos. Argh, me gustaría que hubiese una manera de sacarme esa cosa. Sin darse cuenta, se chocó contra un cuerpo pequeño -A comparación de él-, se fijó contra quien chocó y ante su vista estaba la femenina de los gemelos, detrás de ella estaba la adolescente que siempre regaba la flor de Amelia, esta vez con la ropa de cuando se conocieron, mientras que Lilly traía la típica ropa de siempre. Se disculpó después de que soltará un quejido de dolor la contraria.

Si, no te preocupes estoy bien -Sonrió con una mano acariciando su cuello-.

 Levanto un poco la vista para enfrentarlo mientras reía, pero se agarro una enorme sorpresa al ver la expresión muerta que traía su amigo y no ayudaba en nada sus grandes ojeras. Lo agarro de ambas mejillas con sus manos y acercó su rostro al de ella, estando lejos nomás por unos nueve centímetros.
Eso provoco un sonrojo en la castaña. Un poco más y pensaba que se besaban Dijo en su interior mientras calmaba su rubor y contenía una sonrisa temblorosa.

¡¿Qué te paso?! ¿En que te desvelaste? ¡No me digas que viste la serie que había dicho que veríamos todos! -Preguntó exasperada, moviendo su rostro de un lado a otro-. L-Lilly lo vas a marear -Le advirtió la castaña mientras la separaba un poco de él-.

Eh... ¿Desde cuando son amigas? -Ignoró la preocupación de la de pelo verde mientras las mirabas a ambas con la cabeza media inclinada, su voz sonaba fatigada-.

A veces salimos juntas y Zedric nos acompaña y-Sintió la mirada de su compañera junto con un movimiento de negación para que entienda que se desvió completamente del tema- ¡Pero eso no importa ahora mismo! ¿Qué te pasa?, dime.

Nada... ya lo dije -Mintió antes de bostezar-. ¿Puedo ir a mi salón?.

 Sin mucho esfuerzo se soltó del agarre de Lilly y paso por su lado, tratando de no caerse al piso por el cansancio. Se veía muy suave como para dormir en ella.
Su muy corta caminata tuvo que ser interrumpida al sentir en su brazo derecho un poco de peso, la responsable de esto era la adolescente que aún no había dicho alguna palabra en la conversación.

Dinos... 

Yo... no -Insistió aún sin expresar nada-.

 El agarre se hizo más fuerte y la expresión de Lea cambió a uno sombrío. -"Tu amiga se esta preocupando por ti, si podemos ayudarte dilo si no lo quieres por las malas"-. Lily y Jack abrieron los ojos por el repentino cambio de voz y actitud de la de vestimenta violeta.

 Se soltó del agarre y las enfrentó directamente, cerro los ojos acompañado de un gran respiro que exhalo para afuera.

Yo... yo tuve... tuve una... pesadilla. -Admitió bajando su voz de a poco hasta que se convirtió en un pequeño susurro que solamente sus dos amigas escucharon- ¿Chicas? -Preguntó un poco nervioso al no recibir respuesta-.

¡¿Quéeeeeeeee?! -Gritó la de pelo teñido antes de que la otra le tapara la boca-. ¿U-Una pesadilla? ¿De qué? ¿Cuándo? -Farfulló la de ojos violetas preocupada, ignorando por completo la atención de los demás por el repentino grito -dado anteriormente-.

Creo que... ver algo que no me gustaría y, bueno, la muerte...

 Exactamente como Amelia. Fue uno de los tantos pensamientos que tuvo cuando se despertó a media noche, eso junto a la pesadilla fueron la razón por la que rompió en llanto en la noche anterior.

imposible. No, debe de haber una manera para que te salves. ¿Tu sabes algo? Vos fuiste quien nos dio ese libro, algo debes saber -Lilly miro alarmada a la otra chica, buscando una respuesta positiva de ella-. Espera ¡¿El libro que tenían se los dio ella?! -Preguntó escéptico el despeinado de una coleta-. 

¡Si!.

Déjame pensar... -Pronunció mientras apoyaba su mano en su mentón, estando en esa posición durante un rato- quizás si haya una manera... creo ¿Y si lo mejor lo dejamos para el recreo? Ya falta poco para que empiece la primera clase.

 Justo en ese momento sonó el timbre dando a entender que empezaba las clases. Ambos estuvieron de acuerdo con Lea y los tres se dirigieron a su salón, ya que eran de la misma clase. Se sentaron en sus puestos y la profesora, que ya estaba en el salón antes que sus alumnos, empezó la clase de Historia.

 Durante la clase, algunas chicas se le quedaban viendo embelesadas. Digamos que -como no había dormido bien- además de tener ojeras su cabello estaba despeinado, a pesar de que lo tenía atado en su típica colita, pero no estaba tan despeinado... solo lo necesario para dejar pasmadas y llamar, de manera accidental, el interés de algunas compañeras.
Jack para nada estaba consciente de esto, solo se concentraba en no dormirse en clases, pero ese intento fue infructuoso. Max no intento despertarlo, ya que estaba concentrado en lo que la profesora de historia decía.

Oye Max -Llamó haciendo que esté deje de comer. Ambos estaban en el recreo sentados en el banco- ¿Tu... quieres seguir siendo empresario?.

¿Y vos contador, no?.

Ja ja, contesta tú primero -Entrecerró los ojos que le decían "responde la maldita pregunta tarado"-. Bueno pues... ay ¡Ya no se! ahora me hiciste dudar -Se quejaba mientras que sus manos movían su cabello, como si estuviese en una crisis-. Ah ok, -Ignoro esa crisis interna de su amigo- yo, por ahora, quiero seguir siendo contador pero quien dice que después cambie de opinión.

 O quién dice que después de este día ya no viva, Se lamento internamente. Iba a dejar completamente solo a su amigo, a su hermano de otra madre. Pero debía fingir que todo andaba bien, no quería ver a Max triste antes de su muerte.
Abrió los ojos al darse cuenta de un detalle, el otro no lo notó ya que se concentró en su comida. Se dio cuenta que, Amelia había hecho exactamente lo mismo que estaba haciendo él; actuaba como si nada pasara y ahora le pregunto que quería ser en el futuro -pero de una manera diferente-. Solo faltaba una cosa.
No, mejor no pienso negativamente. Lea dijo que quizás haya una manera de salir de esta maldición, confió en ella Negó con la cabeza, esparciendo esos pensamientos negativos que inundaban su mente.

Hola, -Saludó siendo respondida de la misma manera por los dos- ¿Me puedo llevar a Jack un momento?

¿Para qué? -Interrogó Max-. Para algo importante... -Max le quedo viendo, queriendo saber para que. Era muy chismoso- para algo que no entendí de... ingles -Sus mejillas mostraron un rubor por la vergüenza que pasaba-. Ah ok, ven -Ya convencido, con su brazo golpeó la espalda de Jack-.

 Ambos se alejaron un poco -Mucho- de Max para que no escucharan su conversación.
Ya en un rincón de la escuela, donde nadie pasaba por ahí pudieron comenzar sin ninguna molestia la conversación. Solamente faltaban cinco minutos para que el recreo terminará.

¿Descubriste algo? -Siseo con tono serio- vaya, soné como detective en cubierto cuando quiere información y-Paró de hablar al ver la expresión ortiva de su amiga- ay... perdón, estoy nervioso.

Recordé que en el libro había un texto sobre como se puede salir de la maldición. Decía que había que ir a un lugar alto del bosque ¿Conoces ese bosque que se encuentra cerca de la calle Fachuco? -Jack asintió, en esa calle vive su amigo- bueno, ahí hay una especie de templo abandonado pero -como típica peli de acción- hay varias trampas que no se saben si están activas. ¿Estás dispuesto a que vayamos de noche?.

¿Estás segura de que acabara con la maldición?.

No lo se, pero... si esta esa información ahí, debe ser por algo ¿No? -Añadió antes de sonreír- y repito ¿Estás dispuesto a que vayamos de noche? 

Si esa es la única manera que tenemos. Aceptó, de todas formas moriré si esto no funciona -Admitió con una sonrisa que denotaba seguridad-. 

Esa es la actitud -Sonrió orgullosa con los ojos cerrados la chica antes de irse- Ah, Lilly nos va acompañar, dice que quiere ayudarte ya que eres su amigo. Bye -Dicho eso se adentró al colegio-.

 Una pequeña sonrisa se mostró en su rostro, estaba más que agradecido en tener buenas amigas.
Esperaba con toda su alma que funcione ese rompimiento de "maldición".

Prometo que mañana te ganare en ese juego -Le advirtió determinado, estando en frente de la casa del teñido-.

¡Ni lo creas! Pasaré toda la noche practicando para que no me llegues ni a los talones -Dio una falsa sonrisa mientras tenía sus manos apoyadas en su cadera-.

¡Oye, eso no es justo!. Tu tienes el juego porque tu mamá te consiente mucho -Se quejo encorvándose y bajando sus brazos, como si hubiera apagado la función de ellos-.

Exacto... -Afirmó recordando a su madre-.

 Su madre... siempre lo consentía; quería una pelota de futbol, la tenía -aunque unos días después de pedirla, ya que había veces que no alcanzaba a comprarle lo que quería-. Luchaba con tal de satisfacer las necesidades de su hijo con lo promedio que le pagaban en su trabajo. No ayudaba mucho con que era soltera y su padre rara vez le daba lo requerido para criarlo, lo odiaba a muerte a pesar de nunca haberlo visto pero ¿Hace falta conocer a alguien personalmente para odiarlo? Él mismo confirmo que no lo hacía. Cuando le preguntó por él, lo único que recibió de respuesta fue que lo primero que hizo al saber que estaba embarazada, fue divorciarse de ella e irse de la ciudad.
Quizás si lo consentía mucho, pero cuando llegaba el momento se ponía dura como una piedra para cuando hiciera algo malo, a tal punto de castigarlo por una semana -aunque después se disculpaba por ser dura, pero aun así no le quitaba el castigo-.
Era una gran madre que dio todo por él, y le entristecía saber que quizás después de este día, ya no se vean más. Se sentía apesadumbrado por como estaría ella si se enterara de su muerte por una -dos- estúpida pesadilla.

¿Por qué tan absorto en tus pensamientos? -Inclino su cabeza sin mover el resto de su cuerpo para verlo-.

Ah, nada. Nomás, yo eh... -Rascandose la cabeza, desvió sus pupilas de Max, mirando hacía donde estaba el sol, escondiéndose para dormir y hacer que salga la luna ya despierta y con energía para ver lo que sucederá en sus horas- Que lindo atardecer... -Mencionó perplejo al ver el cielo anaranjado junto con el sol escondiéndose-.

 Siempre ha visto muchos atardeceres en su vida diaria, pero esta es la más bella que ha visto en su mundo. Quizás lo vea así porque será mi último día ¿No? Pensó mientras sonreía, disfrutando del sosiego atardecer que pasaba frente a él.

Normalmente lo son. -Volteó su mirada hacía donde veía su amigo, quedando perplejo al ver el cielo- Fa, pues tienes razón. Que bonito -Sonrío al decir lo último, quedándose estático por un rato para acompañar al otro-.

—Se alteró al darse cuenta que pasaron dos minutos, volteando abruptamente para ver a Max- ¿No te tienes que ir a tu casa? ¿Qué esta lejos a unos... veinte minutos?.

—También se altero, volteando con la misma velocidad que hizo el otro- ¡Ay mierda, tenes razón! ¡Yo me voy, chau! -Saludo con la mano mientras se volteaba para comenzar a correr- ¡Nos vemos mañana!

¡Chau! -Se despidió, juntando todas sus fuerzas para guardar su risa hasta no ver más a Max. Donde al fin pudo sacar las pocas carcajadas que le quedaba- Hahaha -Río un poco antes de respirar hondo- siempre fuimos un grupo tan random -Sonrío mostrando los dientes con los ojos achinados, yéndose dentro de su casa para comer con su progenitora-.

 ¿Estarías dispuesto a que vayamos de noche?. Las palabras de Lea se reprodujeron en la mente de Jack.
Una manera... solo una manera. Estoy dispuesto con tal de seguir viendo a todos los que quiero Pensó seguro al mismo tiempo que agarraba un cubierto para comer la comida recién hecha de su madre, la mujer que estaba frente a él comiendo felizmente sin saber por lo que estaba pasando su hijo.

 Después de comer, él mismo se propuso a lavar los platos. Su madre estaba cansada después de trabajar tanto. Y mientras lavaba los platos en silencio, Jack pensaba en que pasaría si lo que le había dicho Lea no funcionará. No vería de vuelta a su madre, a sus amigos, a Max, a los -odiosos- maestros -Menos a la de ingles, le agrada-. Estaba frustrado, jamás le paso algo tan desmesurado como esto. Después de terminar con su trabajo subió por las escaleras para ir a su habitación y agarrar una mochila, la cuál estaba llena de lo necesario para el lugar a donde iba.
Encendió la pantalla del celular, donde se veía la notificación de Lilly diciéndole que ya estaba en la entrada hacía el bosque. Después de verlo, lo apagó y lo metió al bolsillo de su pantalón. Se aseguró por última vez si ya tenía todo guardado para luego confirmar que ya estaba listo, así que salió de su habitación no sin antes apagar la luz y dar un último vistazo a su proclamada caverna.
Rezaba poder volver ya con la maldición eliminada.

 Finalmente bajo las escaleras, encontrándose con su madre. Quién estaba acostada en el sofá durmiendo mientras que la televisión estaba encendida, siempre cuando regresaba del trabajo y terminaba de cocinar, se sentaba en el sillón y se ponía su novela para que después se durmiera de forma automática -pero después de unos diez minutos se levantaba para tomar las pastillas y luego irse a la cama-.
Se acercó lentamente a ella y ya al estarlo le dio un pequeño besito en la mejilla con toda la suavidad del mundo, como si acariciaras la cabeza de un bebe, para que no se despertará.

Te quiero ma -Susurró con cariño separándose de ella y yéndose lentamente, y sin hacer ruido, a la puerta de la casa-.

 Al mismo tiempo, lejos de la casa de el de pelo teñido, Max se encontraba en el patio de su casa, rebotando una pelota de voleibol contra la pared para que así vuelva a él, haciendo la misma acción reiteradas veces.

¡Maxi! ¡Maxi! -Se puso en posición mientras gritaba-.

 Esa actividad fue interrumpida cuando la pelota iba a golpear la pared, ya que una adolescente apareció de la nada, recibiendo la pelota y haciendo que choque contra la cara de Max, quien este no pudo evitar sacar un quejido de dolor.

Uy... perdón -Se disculpó mientras se ponía derecha y ponía una mano en su cadera-.

Arg hola... -Saludo antes de sacarse la mano de su rostro- ¡Ay no! ¡Eres tú! ¡La chismosa de mierda! -Se exaltó al verla por completo-.

Ay tampoco es para tanto. Bueno ¿En qué pensabas? -Cambió de tema-. ¿Cómo sabías que—Eres mi vecino desde hace dieciséis años ¡Pues claro que te voy a conocer! -Le grito con gracia mientras iba a por la pelota- Mamá quiere saber chismes.

 El rubio solamente suspiro con desdén. Ó sea, es normal "despreciar" a alguien que te espiaba hace un año atrás. Pero no podía hacer nada, no podía obligar a su familia o a la del vecino a mudarse a otra cuadra.  
Suspiró una vez más antes de abrirse ante la persona que no soporta -Ya que en el puesto de desprecio estaba Zedric, quién esté también lo tiene en desprecio-, después de todo no le va a prestar atención como siempre hacía. Además de que ahora la chica tenía en sus manos la pelota de vóley.

Me encontré con Ame ¿La recuerdas? -Preguntó al aire, ya que sabía que la chica no lo escucharía-.

Si, buena chica... lamento por la perdida. -La respuesta dejo entumecido junto con una agradable sorpresa de parte del macho- Continúa, quiero saber como y donde te la encontraste -Le aviso mientras que con un dedo mantenía la pelota, la cual estaba girando-.

¿No se te hace raro que me encontre con ella, siendo que está muerta? -Pregunto sin estar convencido de si de verdad le hizo caso-.

Yo misma experimente cosas raras, esto es... meramente normal. Prosiga -Le apuró, aún viendo la pelota giratoria-.

Bueno... -Meditó un rato antes de seguir hablando, había comprobado que si le estaba prestando atención-.

Soy toda oídos.

 Max empezó a admitir lo que le preocupaba después de lo sucedido en la iglesia y del objetivo que tenía ahora. Contándole a su vecina chismosa, que había aparecido en su patio en medio de la noche y de la nada, todo lo que una persona normal no le creería ni aunque estuviera borracha. Ya que no era muy elocuente lo que decía el muchacho. Pero esa chica era todo menos normal y, especialmente, alguien mala. Así que sabía que tampoco iba a hablar mal de él.

 Estuvo así por un rato, ignorando por lo que pasaba al mismo tiempo alguien cercano a él, en un lugar un poco lejos de donde él y la chica se encontraban.

 Un pequeño grupo de adolescentes pararon de caminar al ya haber llegado a su destino, el templo. El lugar estaba muy descompuesto y moribundo, que parecía poco creíble que siguiera en pie sin ningún tipo de cuidado. En los rincones de la entrada se podía ver moho e incluso en algunos lados se veían pequeños hongos blancos. Las puertas del sitió estaban tiradas en el piso haciendo que la entrada estuviese abierta, mostrando la oscuridad que vivía dentro del templo lúgubre, dando una sensación vertiginosa. El letrero que se encontraba encima de la entrada estaba encorvado, aferrándose con toda su -inexistente- vida a la pared para no caer. En el se leía.

Malo...rum... -Leyó después de forzar su vista-.

¿Templo Malonrun? ¿Y eso que significa? -Pregunto la de cabello verde sin darse cuenta de que lo habia pronunciado mal-.

No sé si dice eso, es lo que logre leer. No ayuda mucho con que este sucio y sea de noche.

No importa su nombre, ya sabemos que es aquí. Vamos -Aclaró con impaciencia mientras se adelantaba para entrar-.

Espera... -Le aviso, pero el otro no le hizo caso- ¡Imbécil! -Grito mientras le agarraba el hombro justo antes de que entrara al lugar-.

 Jack volteó a verla sorprendido, Lilly estaba igual. Ya de por sí estaban sorprendidos por la acción que había hecho ese día. Pero escucharla maldecir, dios, eso si era una sorpresa.

Ay perdón. -Le soltó el hombro, pero sin cambiar su semblante serio- Pero no sabemos que clase de trampas hay ahí, y aunque no las tuviera, hay que tener cuidado con los escombros. No te lo tomes todo así nomás -Le advirtió antes de caminar delante de él-. Para eso prefiero sacrificarme yo -Dijo con determinación-.

Lo siento... -Se disculpo con culpa y vergüenza, mirando hacía el suelo de madera desgastada- espera...

¡Tampoco es para que te sacrifiques! -Gritaron ambos caminando detrás de la chica, quién ya estaba adentrándose al sitio abandonado-.

 Se adentraron a la vivencia derruida. Al ver bien el lugar, ambos chicos decidieron agarrarse de Lea. Jack agarraba la blusa de ella y Lilly la de Jack, como si fuese una cola de niños de primaria en su primer paseo escolar.
La madera del piso estaba podrida así que, además de tener cuidado conque no les caiga el techo encima, debían de tener cuidado en donde pisar, sino quedarían atrapados en un hoyo.

¡A la mierda! -grito mientras levantaba una pierna-.

¿Qué pasó? -Volteo tembloroso a verla junto con la otra chica-.

Ay, perdón... -Se disculpó bajando la pierna mientras se desinflaba -en otras palabras, una risa como la de un globo desinflándose- pensaba que era una araña.

¡No me asustes así! -Su rostro que denotaba miedo ahora mostraba enojo-.

Eu, ¿Terminaron de asustarse? -Pregunto siguiendo caminando y mirando a los dos "niños"-.

 Los dos asintieron con desgana y volvieron a seguirla. Entraron a un pasillo lleno de puertas, algunas ya no existían, otras estaban en el suelo y otras estaban partidas descuidadamente por la mitad -Sea inferior o superior del objeto-. Mientras más caminaban, más infinito y más oscuro se volvía el lugar -y de no ser por la linterna que trajo Lilly, que ahora la llevaba Lea, no se vería nada-.

¿Por qué es tan infinito? -Se quejo Lilly alargando las últimas palabras-.

Si queres invoco a los dueños de este lugar, aunque hay riesgos de que nos maten -Respondió de forma burlona la que estaba yendo delante-. Igual quería caminar hoy -Cambió de tema la peli-verde mientras fingía trotar-.

Lea ¿Desde cuando haces bromas y eres así? -Preguntó Jack, caminando a la par de la otra chica-.

¿Eh? -Paró de caminar al verlo- Pues... la verdad no sé ¿No lo era antes? -Dijo en una pose pensativa- ¡Ay! ¡Qué importo yo, debemos ayudarte! ¡Sigamos! -Cambió el tema rápidamente mientras seguía adelante-.

Ella actúa así cuando esta conmigo y con Zedric, y al parecer ahora lo es contigo. Eso significa que se siente cómoda con nosotros -Susurró sonriente-.

Eso me alegra... Creo -Admitió dudoso viendo la espalda de la chica-.

 Aún no entiendo el porque me está ayudando, casi nunca hemos hablado ¿Lo hará por pena o por qué se lo pidió Lilly? O... ¿Solamente quiere ser mi amiga? Pensaba siguiendo y viendo directamente a la chica que no estaba consciente de su mirada.

 Su visión normal y completa comenzó a distorsionarse, como si estuviese borracho, intento ver a su lado, viendo que alrededor y a Lilly los veía de la misma manera. Cerro los ojos para poder abrirlos y poder ver normal de vuelta, pero en vez de eso, antes de abrir los ojos, sentía que estaba cayendo y no escuchaba ninguna pisada, sino que escuchaba como si te dieras un chapuzón y después te sumergieras en el agua. Abrió los ojos viendo que estaba cayendo y estaba en un sitio completamente diferente, y, lo más importante, estaba completamente solo, cayendo lentamente.
Todo su alrededor era blanco, estaba dentro del agua, pero de alguna manera no se sentía mojado. Intento enderezarse para nadar hacia arriba, pero era imposible, solamente su mitad superior lograba levantar, haciendo que obligadamente este de cabeza para abajo. Quería moverse, pero esos intentos no eran recíprocos.

Jack... -Una voz susurrante se escucho detrás de él-.

 Con toda sus fuerzas volteo su cuerpo hacía la voz, siendo esta acción al fin correspondida. Estando frente de la figura de esa voz.

Nada es lo que crees que estas viendo...

 Sus ojos se abrieron y sus pupilas se achicaron ante la figura que, a pesar de que está estuviese oscura, le era completamente familiar...

¿Ame? -Susurró con sorpresa-.

 Un montón de burbujas aparecieron, arrasando la vista de Jack. Aún así, a traves de ellas podía ver como esa figura se desvanecía poco a poco.
Dirigió su brazo hacía donde estaba "ella", intentando agarrarla, a pesar de que supiese que ese movimiento iba a ser infructuoso. Cuando las burbujas terminaron de subir, ya no había nadie a la vista. Pero, de alguna manera se escucho la voz susurrante de esa adolescente.

Estás a salvo. Pero ten cuidado...

 Aún con el brazo extendido, y los ojos lleno de sorpresa, de su boca salió.

¿Cómo... hiciste para-No sabía que preguntar, millones de ellas había en su pequeña mente para hacerlo-. ¡Uah! -Exclamo levantándose-.

¡Ay! ¡Mierda! -Se quejo, cubriéndose la frente con una mano-.

Oh, ya despertaste -Volteo a verlo, ignorando el sufrimiento de la otra-.

¿Qué? ¿Ustedes vieron eso? -Pregunto desorientado viendo hacia todos lados-.

Si. Vimos como caíste febril al piso. Lea te tuvo que cargar hasta que se canso y tuve que vigilarte -Explicó Lilly después de aliviar su pequeño dolor-.

¿Tú... me cargaste? ¿Tú? ¿La misma Lea? -La señalo- ¡Espera, ¿Cuánto tiempo estuve?!

No te creas, solamente eres muy liviano. -Aclaró con una pequeña sonrisa, con una leve carcajada al final de su oración- Y tranquilo, estuviste inconsciente por unos cinco minutos, creo.

 El chico se quedo sentado en el desgastado suelo, junto con la otra chica. Vio hacia los rincones, estaban en un lugar abierto, los pilares que sostenían algunas paredes estaban a punto de derribarse, y una parte del techo estaba roto y dando vista al cielo estrellado junto a la brillante luna. Detrás de él estaba el pasillo en donde, supone, que de ahí vinieron.
Por ahora no ha pasado nada Pensó, ya que no había estrellas cuando pasaba algún incidente.

 El recuerdo de la figura de Amelia apareció en su mente en un segundo, antes de desaparecer. Esa figura lo estaba señalando mientras había dicho las palabras que le dejo reflexionando.

 ¿Por qué tan de pronto me apareció eso? ¿Y por qué Ame? Se hacía preguntas viendo su mano, específicamente con la que quería alcanzar a esa figura negra.

¿Qué paso?. -Le preguntó Lilly viéndolo con preocupación- Te quedaste viendo tu mano como si fuese lo más hermoso del mundo -Formó burlona-.

No paso nada, tranca. Solo estaba en mi mundo.

Si tu lo dices... -Respondió no convencida-.

 Una pesadilla no fue, esto y lo que había soñado no tiene ninguna afinidad entre ellos... a no ser que...quizás Pensó mientras conectaba eso con lo que le había pasado estando dormido.

¡Chicos! ¡Ve-vean esto! -Se oyó a unos metros la voz de la otra mujer. Sacando de sus pensamientos al de pelo teñido-.

 Ambos adolescente se levantaron cuidadosamente -para no agarrarse ninguna astilla- y se acercaron corriendo a su compañera. Al ya estar al lado de ella, en frente de ellos había un enorme muro, el cual estaba pintado. Arriba se veía un enorme sol. Ambos miraron hacía donde miraba Lea. El muro estaba cubierto por muchos papeles, algunos en perfecta forma -Un poco sucios-, algunos tenían las extremidades rotas y otros estaban totalmente destruidos.
Alguno de estos tenían escrituras que no lograban entender, pero la mitad de ellas contenían imágenes con rostro de personas. Así que, para ellos, eran unas hojas anodinas que estaban pegadas porque sí.
Jack y Lilly voltearon su cabeza para ver a Lea y preguntarle el porque tanto drama por eso, a lo que respondió.

Si, eso mismo pensé. Pero miren estos últimos papeles -Señalo con la pequeña linterna-.

 Jack abrió los ojos sorprendido, esos papeles que pensaba que carecían de interés, parecían que hubieran tomado sentido al ver los señalados.

 Esos papeles un poco desgastados tenían las fotos de las recientes víctimas de las pesadillas. Entre ellas estaba la foto de Amelia; con su típica gorra, su pelo corto y pelirrojo, era exactamente ella.

¿Qué hacía ahí?

¿Qué demonios? ¡¿Por qué están aquí todos los muertos?! ¡Si este templo fue abandonado hace muchísimos años! ¡Antes de que los adultos que aparecen en estas fotos existieran, incluso! -Empezó a farfullar con desesperación Lilly mientras se agarraba la cabeza y se arrancaba algunos pelos con cada pregunta que hacía-.

Es verdad, y esto no fue pegado hace poco. Mira, -Tocó la hoja- esta destruida y sucia.

¿Será que... todas estas muertes fueron previstas ya? o incluso... ¿Planeadas? -Preguntó otra vez Lilly mientras veía todos los papeles pegados, incluso los que estaban debajo de algunos, ya que estaban amontonados-.

 Jack al escuchar eso empezó a buscar con su mirada un papel que tuviera su imagen, esperando a que no estuviera. Si resultaba cierto lo que decía su amiga, ya fue un Game Over para él.

Jack, para. Busque tu foto, pero no esta en ningun lado -Intento calmarlo, después de estar un largo tiempo callada y viendo el muro-.

¡Pero eso no prueba nada! -Señaló viéndola-.

En realidad... si. -Agarro una hoja del muro y lo saco para mostrárselo- Este señor aún no ha muerto y aún así aparece.

 Lilly se acercó para ver. La foto era de un hombre de unos cuarenta y tantos con una barba de candado, su cabello era marrón oscuro y sus ojos eran azules, el resto de su cuerpo no se veía, pero parecía un hombre rellenito.

¿Y como sabes? -Preguntaron ambos apartando la vista de la hoja-.

Porqué lo vi hoy en la tarde cuando fui a comprar tomates para comer pizza, es un gran frutero. -Habló mientras volteaba la hoja para que lo vea ella. Una mueca triste apareció en su rostro- Si es como teorizó. Mañana ire a comprarle la mayoría de fruta que pueda. Pero sin llegar a quebrarme, porque sino me mata mi papá -Añadió con tono triste-.

¿Dices que espere otro día para ver si es cierto?

Perdón si suena mal, pero si. Ya son como las dos de la mañana y la verdad no quiero que tengan problemas con sus padres. Además Jack, vos ya sobreviviste una noche escondiéndote según lo que nos dijiste en el camino -Explicó con un poco de culpa y miedo, esté último por como se lo iba a tomar-.

Oh... -Pronunció con su celular en mano y apuntando hacía los papeles. Se escucharon varios clicks de el objeto-.

—Dio un largo suspiró antes de amedrentar- Si, pero antes quiero seguir buscando una forma de salvarme, sino lo encontramos nos vamos -Pidió con superioridad y con los brazos cruzados-.

Tu cara es un completo adefesio cuando intentas intimidar -Agrego de fondo Lilly, haciendo reír a Lea-.

¡Cállate!

De acuerdo, de acuerdo. Pero solo por treinta minutos. -Acordó después de dejar de reír y ponerse en marcha- Vamos o los dejo.

 Los tres se adentraron más al templo, en busca de una salvación para Jack. Pero no iban a dejar en incognito lo que habían visto hace rato, cuando puedan retomaran ese misterio. Ahora lo importante -Para las dos féminas-, era buscar una manera de ayudar a su amigo.

Eu, una duda -Llamó la atención de Jack- ¿Vos tomaste las pastillas?

 Lea, sin parar de caminar, volteo discretamente su cabeza para verlos.

Si. Y eso es lo que se me hace más extraño, la verdad. Se supone que las pastillas estan hechas para no tener pesadillas, pero bueno, no todo tiene que funcionar siempre. -Vaciló sonriente, después de todo tenía razón-.

Pero que pase un error después de tantos años sin uno, ¿No se te hace raro? -Se llevo una mano al mentón-.

¿Quién dice que él es único al que le paso eso? -Lea habló de repente-.

Lea, perdón pero vos te mudaste hace como un mes y medio -creo-, asi que no creo que debas hacer ese tipo de pregunta al no saber que no hay ningún caso como el mío -Habló sin pensar mientras bajaba ambas cejas-.

 Siguieron avanzando, un leve silencio en el pasillo se inundó, escuchando solo las pisadas impactando con el piso de madera derruido.

¿Entonces quién dijo que "No todo tiene que funcionar siempre"? -Su tono de voz daba a entender que estaba un poco lastimada por su comentario- También, quizás a cierto porcentaje de personas les haya ocurrido lo mismo, solamente que ellos no contaron con la suerte que estás teniendo ahora mismo.

 Con eso, finalizó ese tema de conversación. Dejando en cosas que pensar a Jack y Lilly ante los comentarios de Lea. 

 Mientras caminaban en uno de los tantos pasillos que habían, Jack y Lilly estaban viendo las paredes podridas, en donde en alguna de ellas aún habían colgados unos cuadros ya destruidos y otros estaban tirados en el piso sin una imagen siquiera. Algunos cuadros se notaban que era un retrato de alguien importante, pero luego había otros que eran totalmente inescrutables. Justamente estos últimos le llamaban la atención a la chica de una trenza, quién estaba tan ensimismada en eso que no se había dado cuenta que piso una tabla del suelo que, lamentablemente, estaba muy podrida. La que estaba en frente de ambos volteo a verlos al escuchar el crujido de algo.
La tabla se rompió junto con las que estaba alrededor de manera repentina, sin darle tiempo de reacción a Lilly que empezó a gritar ya cuando se estaba cayendo.

 Pero afortunadamente Lea la salvo a tiempo, y con ayuda de Jack -Quien de alguna manera salto el hoyo para llegar al otro lado- lograron salir.

Menos mal que traje esto -Dijo cansada y al mismo tiempo aliviada mientras levantaba un gancho-.

¡Lea, te amo! -Grito con emoción y abrazándola- Me casaría con vos pero ya estas ocupada -Agrego haciendo que la otra inclinara la cabeza con duda-.

¿Estan bien las dos?

Si, gracias a este angel de Dios -La señalo con una enorme sonrisa-.

Tch... -Soltó un quejido agarrando el brazo con el que había usado el gancho- Que artista que sos...

¿Y como pasaste vos? Si estaba atrás mío cuando me caí -Lo vio al darse cuenta de ese pequeño y gran detalle-.

Saltando. Tuve fe. -Respondió orgulloso- No sé -Agrego después de reflexionar-.

 Después de ese gran susto que pasaron, siguieron con su rumbo, solo que esta vez lo hacían con más precaución. Ninguno de los dos notaron el dolor que sentía la "salvadora".

 Lea salió corriendo del colegio para ir a la frutería, donde le esperaba el dueño de la tienda.
Cuando llego se puso en la fila, mientras que de su mochila sacaba su billetera y contaba el dinero que tenía y calculaba en su mente que comprar y que le alcanzaría. Hasta que después de no mucho, ya era su turno.

Ah, otra vez vos. ¿Todo bien? -Preguntó el de barba-.

Bien ¿Y vos?

Bien, ¿Que quiere comprar? ¿Tomates otra vez? ¿O Manzanas para tu papá? -Preguntó ya agarrando una bolsa-.

De hecho...

 Se escucho un ruido sordo en el mostrador. Lea saco su mano de ella, mostrando la gran cantidad de billetes que había dejado.

Deme medio kilo de tomates, uno de papas y de manzanas; ah y si sobra, medio de banana si se puede. Gracias -Ordenó sin ninguna pizca de inseguridad-.

¿Tanto? -Pregunto agarrando los tomates- ¿Acaso tendrán una fiesta y ni siquiera me lo dices? Oh, es un cumple ¿No? -Siguió mientras ponía en la balanza la fruta ya mencionada-.

No. Es un secreto -Sonrió sin mostrar los dientes mientras ponía un dedo en sus labios-.

Si tu lo dices.

¿Y como esta tu familia?

Bien, solo que mi esposa se quemo al cocinar papas.

Que irónico -Menciono riendo-.

Si, exacto -Río con ella-.

 Cuando al adulto estuvo de espaldas para agarrar manzanas. La sonrisa de la chica se fue, al igual que una sombra se mezcla con una más grande.

 Si mi teoría es cierta... él mañana ya no estará Pensó solemnemente y recordando las leves charlas que tuvieron.

Oye ¿Qué quieres ser en el futuro? -Preguntó, dejando entumecida a la chica-.

¿Qué? -Logro pronunciar, intentando no dejar su boca abierta aunque por sus ojos se le notaba la sorpresa-.

Que ¿Qué quieres ser de grande? Mi hijo quiere ser psicólogo, ya tan pequeño y tiene como objetivo un buen trabajo -Comentó orgulloso-.

 Según Jack, eso mismo le pregunto a Max ayer, y Amelia también lo había hecho... ¡Mierda!, Pensaba con un puño cerrado. Él... tuvo una pesadilla...

 No importa si es mentira, debo decir algo para que este feliz, porque en realidad...

Quiero ser doctora -Mencionó sonriendo con falsedad-.

 Yo nunca seré nada.

Que lindo trabajo. Y pensar que a tu edad no sabía ni que comida me gustaba. -Alagó antes de entregarle todas las bolsas- Literalmente es todo el dinero que me pusiste en el mostrador, que tengas buena tarde.

Tu también, Arthur. -Se despidió de él, esta vez con una verdadera sonrisa- Chau.

 Lea empezó a caminar a paso lento. Pero al ya saber que no estaba a la vista de Arthur y de que nadie más estaba lo suficientemente cerca como para notarla. Dejo las bolsas en el piso y puso sus manos en su cara.
Trataba de evitar que no le vieran y que no se le cayeran las lágrimas en el piso. Trataba de no hacer ruido, pero leves hipos se oían salir de su boca.
Arthur era un hombre que vivía bien con su esposa y su hijo de once años, se llevaba bien con él ¿Por qué tuvo que tener una pesadilla?.

 Imprudentemente se agarro el brazo que justamente ayer había dejado de tener un yeso, estaba tratando de calmarse y no hacer un teatro en medio de la calle.
Respiro profundamente para que rato después se secará los ojos y agarrara de vuelta las bolsas, yendo a su casa para simular que no había pasado nada.

Como me duele el brazo... -Susurró para ella misma-.

 Los tres estaban volviendo a sus casas, habían salido del templo después de ver que ya no había nada. Exacto, no pudieron encontrar nada que los pudiera ayudar, además de que la mitad del sitio estaba completamente destruido, haciendo totalmente inaccesible algunos sitios.

Che, ¿No tenías el brazo enyesado hoy? -Preguntó Lilly viéndola incógnita-.

Es cierto ¿Que brujería hiciste? -Comentó burlón el único hombre-.

Ah, en la tarde me lo sacaron.

¡Imposible! ¡En tan poco tiempo no se cura una quebradura! -Contradijo la teñida-.

¿Y de que te quebraste? Nunca te pregunte.

Porque en primer lugar ni hablábamos. Y segundo, me quebré al caer de las escaleras... -Se hizo silencio- Te ríes y yo te mato en lugar de las pesadillas.

De acuerdo, no lo hago... pff -Por suerte no se logró escuchar esa risa escapada-.

¡¿Por qué ignoran mi lógica ustedes dos?! -Grito alarmada-.

¡Ok, te digo la verdad! Mi papá me acomodo el brazo, ya que le mentí conque tenía algo importante que hacer y me ayudo con esto -Levanto su brazo que antes estaba enyesado- ¿Felices? -Bajo el brazo-.

Auch ¿No te dolió? -Preguntó Jack, agarrando su propio brazo, como si sintiera el dolor-.

¿Doler? La mejor pregunta es ¿No te desmayaste? -Le corrigió-.

Doler, me dolió como un infierno. Y duele si hago movimientos bruscos, pero lo necesitaba para esta situación, quien sabía si había algo ahí dentro.

En parte, menos mal que lo hiciste. Pero la próxima no hagas eso, puede tener graves consecuencias -Le advirtió Lilly mientras la agarraba de los hombros con un poco de fuerza-.

Auch.

¡Ay, perdón! -Se apartó rápidamente- Ah, y también gracias por salvarme la vida, ya lo dije pero esta vez es el doble. Sacrificaste tu brazo por mí ¿Que clase de buena amiga hace eso?

 Los tres adolescentes estaban en un salón que no ocupaba nadie. Jack estaba sentado en un mueble, Lilly estaba apoyada en una mesa y Lea estaba sentada en una silla. Los tres formaban un circulo entre ellos.

 Se habían reunido después de enterarse por las noticias que Arthur, el vendedor de una tienda de frutas, se encontro asesinado por la tercera pesadilla. Había sido encontrado completamente desmembrado en un parque que estaba cerca de su casa.

Me invitaron a su funeral, ire sin duda junto a mi padre -Afirmó con pesadumbre, viendo los dedos de sus manos, se encontraba mal por la pérdida. A pesar de no conocerlo tanto-.

Ok, no hay problema. Lo entendemos -Le respondió Lilly, con Jack estando de acuerdo con ella-.

Así que... con esto confirmamos lo del muro y de que yo no muero, de alguna extraña forma no lo haré -Confirmo Jack, aún con duda con lo último-.

Si. Después intentare sacarle fotocopias yo misma a las fotos que saque con mi celu en el templo. -Sacó su celu del bolsillo de su pequeña campera- De hecho, ahora mismo voy a verlas en el celu, luego les aviso si veo a alguien que aún no murió.

 Se fue del salón, dejando solos a Lea y a Jack. Quienes no hablaron entre ellos por un minuto.
Lea se iba a levantar de la silla para irse, pero antes de cumplir su objetivo fue detenida por una mano que se apoyo en su hombro, haciendo que se vuelva a sentar y que mire a Jack. El chico se sentó en otra silla y la miro con una pequeña y cálida sonrisa. Había sacado su mano del hombro de la chica y, mirándola fijamente -poniendo nerviosa a la otra, ya que le incomodaba eso-, le dijo las palabras que le debía de haber dicho antes.

Gracias por ayudarme.

 Confudida, sonrió.

De nada.



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