Estabas con la mente en el juego tanto así, que no notaste el sonido de la llave en la puerta, la puerta abriéndose o incluso el sonido de los tacones altos haciendo eco en la sala y deteniéndose, siendo reemplazados por unas pantuflas de mariquita extremadamente cómodas para esos pies cansados. quien caminó lentamente hacia la habitación en la que estabas.Tampoco se podían escuchar estos sonidos con un auricular a un volumen alto, con disparos de diferentes tipos de rifles de asalto y granadas de mano explotando.
Tampoco notaste el olor del dulce perfume que se apoderó de la habitación, olor que alababas cada vez que se te metía en la nariz. Casi todos tus sentidos estaban demasiado concentrados en lo que estaba pasando en esas tres pantallas enormes en el escritorio de la computadora ubicado en la pared opuesta a la entrada de esa habitación.
En la pantalla, tenías algunos objetivos: matar a los miembros del equipo contrario, mantenerte a ti y a tus compañeros con vida y, sobre todo, armar y activar una bomba en el campo de defensa del enemigo. No fue tan difícil como parecía, lo más difícil fue encontrar un buen equipo -que tú, por suerte, ya habías encontrado- y armar una estrategia.A veces, estos juegos no solo eran divertidos para ti, eran una sana competencia y un desafío para tu cerebro.
"¡A tu derecha, gashinassassin!", escuchaste la voz aguda de tu compañera de equipo, thej0k3r (o, como la llamaste desde la secundaria, Sieun), alertarte.
Tus dedos trabajaron ágilmente en el teclado y el mouse, presionando las teclas y los botones correctos para apuntar y disparar en el momento adecuado, moviendo tu avatar hacia el lado izquierdo para esconderte detrás de la pared y salir de la vista del oponente. Un juego colorido con gráficos tan realistas en pantallas de ese tamaño que te hacía sentir parte de él, como si realmente estuvieras allí.
Sentiste que te quitaban los auriculares de la oreja izquierda y, antes de que pudieras darte la vuelta, unos labios suaves aterrizaron donde habían estado los auriculares."Hmmm... Acabo de llegar al apartamento y este tal gashinassassin ni siquiera me dio un beso...", una voz astuta encontró el túnel a tus tímpanos y fue directo a tu estómago, despertando a las mariposas que vivían allí.Era ella.Le sonreíste ampliamente a la hermosa mujer que estaba a tu lado.
"Hey, nena-"
Tu voz fue interrumpida por el fuerte disparo en tu oído derecho y un efecto que no habías escuchado en mucho tiempo. Disparo a la cabeza. Volviste a mirar la pantalla gigante y soltaste una maldición. ¡Un disparo justo en el centro de la cabeza de tu avatar!"Ahora que has muerto en el juego, merezco una decente 'bienvenida, amor'. ¿No crees?", sugirió Sunmi, todavía con la misma ropa que usaba antes de salir de su apartamento temprano en la mañana para una cita.
Levantaste un dedo como si le pidiera que esperara un minuto y ajustó los auriculares mientras escuchaba a su equipo elaborar otra estrategia. Ahora, tu avatar estaba en la "base de partida". 15 segundos para "resucitar" y volver con toda la energía al juego.
"Chicos, vuelvo enseguida, llegó mi novia", lo dijiste bastante rápido y, antes de que pudieras escuchar las burlas de tus amigos, te quitaste los auriculares y los dejaste caer junto al mouse.
"Ven aquí", llamaste a Sunmi, jalándola de la mano.Sunmi se sentó en tu regazo, envolviendo sus brazos alrededor de tu cuello, un fuerte abrazo. Buscaste sus labios con los tuyos y ella te dejó manchar su labial. No importaba ahora que su maquillaje estaba arruinado, siempre y cuando mostraras cuánto la extrañabas.
Terminando este largo beso con besos cortos, sonreíste al notar el lápiz labial completamente corrido de Sunmi.
"Te pareces al Joker".
"Espero que te estés refiriendo al verdadero Joker y no a Sieun", Sunmi levantó una ceja y se levantó de tu regazo.
"¡Ewwww! ¡No! ¡En absoluto!", sacudiste tu cuerpo deliberadamente de la cabeza a los pies e hiciste una mueca de completo disgusto.
Sunmi se rió mientras se pasaba los dedos por el cabello, recogiéndolo en un moño en la parte superior de su cabeza.
"Voy a darme una ducha. Cuando vuelva, olvídate de este juego. Estoy aburrida y quiero pasar un rato con mi amor.", no esperó respuesta y fue directo al baño de la suite.
"Este es el último-" dijiste, tu respuesta fue la puerta del baño cerrándose de golpe.
Desde que salió del baño, Sunmi se dio cuenta de que tu enfoque en el juego era intenso. Llevaba una de sus camisetas holgadas y pantalones a cuadros, con el pelo todavía recogido. Después de tantas horas dedicadas a un programa y participando en un juego de competencia con otros idols, Sunmi solo quería pasar un rato contigo, viendo una película recostada sobre ti, besándote de vez en cuando y disfrutando de ese cómodo silencio que solo podia tener de ti.
Queriendo llamar tu atención sobre ella, Sunmi agarró tus hombros y comenzó un masaje. Besó la parte superior de tu cabeza, justo por encima de la curva de los auriculares.
"Más a la derecha", dijiste, sin apartar la vista de la pantalla.
"¿En el hombro derecho?", preguntó ella, colocando ambas manos sobre tu hombro derecho."Ahí."
Ella sonrió, continuando con el masaje."¡¡AHORA ABAJO, ABAJO, ABAJO !!", gritaste, Sunmi casi cae hacia atrás, asustada.
"Idiota, ¿hablabas con la gente del juego?"
Te quitaste los auriculares y giraste ligeramente hacia un lado, mirando a Sunmi con su mano derecha apoyada en su pecho, respirando rápido.
"Lo siento, es muy difícil por aquí...", señalaste la pantalla. "¿Te asuste?"Solo la mirada enojada de Sunmi fue suficiente respuesta.
"Lo siento, bebé, voy a terminar aquí y te daré atención. Va a ser muy rápido, ¿de acuerdo?", dijiste, haciendo un puchero.Sunmi se cruzó de brazos y puso los ojos en blanco.
"Voy a hacer un bocadillo.", y salió de la habitación, sin mirar atrás ni preguntarte si querías.Después de diez minutos, regresó a la habitación con un plato de ese sándwich grande y también una lata de refresco. Colocó el plato del sándwich junto a tu ratón y abrió la lata junto a tu oído, para que el ruido fuera fuerte para ti.Estaba de pie, apoyando el codo en tu silla, mirando la pantalla como tú. Cogió el sándwich, le dio un mordisco y tenía mayonesa en el labio inferior.
"¡Ahí, ahí, mira!", señaló en la pantalla a un soldado con un AK47 en la mano. "¡Dispara!""No, no, esta es Yeri, ella es de mi escuadrón", sonreíste."Mmm..."
"No, estaba hablando con Sunmi", tu expresión cambió a plena concentración.
Sintiéndose ignorada, Sunmi se sentó en la cama y encendió la televisión. A propósito, dejó el volumen casi al máximo en una sitcom de Prime Video.Sintiendo el sonido, miras rápidamente la pantalla y luego a Sunmi. Ella fingió que no notaba tu incomodidad. Nada cambiaría hasta que volvieras tu atención hacia ella, así pensaba.
Pasaron unos minutos más y Sunmi comenzó a reír. No era una risa natural, se podía ver. Era una risa forzada, una risa escandalosa, que te hizo mirar hacia atrás de nuevo en busca de contacto visual con Sunmi. Una vez más fingió no darse cuenta.
"Solo un poco más y el juego terminará y finalmente podré prestarle toda mi atención", pensaste.
Las notas de una canción que conocías muy bien comenzaron a resonar sobre los auriculares y trataste de ocultar una sonrisa. Sunmi parecía una niña que necesitaba atención. ¡Oh, qué bien la conocías! Te unirías a ese juego con ella. Pero, al final, ninguno de ustedes perdería.
Apagaste el micrófono y conversaste con tus amigos, diciendo que necesitabas salir del juego. Ellos no se opusieron. Sin embargo, al hacerlo rápidamente para que ella no viera, Reproduciste un juego en YouTube y fingiste que eras tú quien lo estaba jugando.
Cuando llegó una parte específica de la canción, Sunmi cantó a todo pulmón:
"¿Cuándo me abrazarán y me besarán?"Contuviste una risa y simulaste una tos. Sunmi bailaba con su propia música en la cama, de una manera descuidada y completamente hermosa.
"¿No es demasiado narcisista escuchar tu propia música?", preguntaste, girando tu silla en un movimiento que te haría enfrentar a Sunmi.
"¿No es un poco malo hacer esperar a tu novia?", se tiró de espaldas sobre la cama y una de las almohadas cayó al suelo.
Te levantaste y lo recogiste, lo volviste a poner sobre la cama y te tiraste al lado de tu novia. Estaba enfadada, lo sabías.Pero también sabias acabar con ese enfado.
"Vuelve a tu juego. Ya no te quiero", con su teléfono celular en las manos, Sunmi buscaba otra canción.
"¡¿Entonces ya no me quieres?!", fingiste incredulidad. "¡Esto es cruel!"Acercaste tu cuerpo al de ella y ella no hizo nada. Pero ella tampoco trató de alejarse. Y ella estaba empezando a hacer pucheros. ¿Cómo podía ser tan adorable?
"Cruel es hacer esperar a tu novia", Sunmi presionó la reproducción enojada y Gashina comenzó a jugar.
"¡Mira! Hay un jugador muy bueno que usa el nombre de esta gran canción como usuario en juegos...
"No me importa", se encogió de hombros.
Te reíste y escondiste tu rostro en su cuello, estiraste tu brazo izquierdo y abrazaste a Sunmi en un medio abrazo. Besaste su hombro.
"Perdóname... ¡estoy aquí! Te prometo que no volveré a jugar ahora, haré lo que quieras y te daré toda la atención del mundo".Sunmi puso los ojos en blanco."Tu juego todavía está en la pantalla".
"Es solo una brona... una trampa para ver hasta dónde llegas", confesaste.
"Muy divertido", dijo Sunmi, sin una pizca de verdad. "Dijiste que me vas a dar toda la atención del mundo y que harás lo que yo quiera. ¿Es eso cierto?", preguntó ella, todavía haciendo pucheros.
"Super duper ultra cierto", le levantaste el dedo meñique.
"Está bien entonces.", ella unió su dedo meñique con el tuyo y luego la besaste, presionándola contra ti.
Después de un rato de ese beso, Sunmi separó tus labios."¿Cuánto tiempo ha estado funcionando ese juego?"
"Unos minutos, ¿por qué?", deslizaste tus labios sobre los de ella.
"¡¿Todo este tiempo podrías estar dándome atención?!", se indignó. "¡Estaba a punto de ceder!"
"Oh, nena, ven aquí.", la jalaste, riendo.
Ella no necesitaría pedir tu atención. Nunca. Tus ojos siempre estarían enfocados en ella.Empezó otro beso y sonrieron. Los juegos de amor saludables siempre terminaban con el sabor de los labios de Sunmi y sus hermosas y sinceras sonrisas. Y ustedes dos terminaban ganando.
No había mejor juego.
Sunmi mi gay panic x siempre