les confieso que actualizo esta fic con miedo que me la borren porque tiene mucho smut
— 거짓말 —
"¿Cómo se conocieron tú y tu esposa, Taehyung-ssi?"
Taehyung regresa a la realidad, a sentir el peso de los palillos en su mano, a percibir el aroma a comida, a saborear el gusto salado en su boca y a escuchar aquella voz.
Se percata que está sentado en una mesa familiar, rodeado de personas y una de ellas es quien le habla y hace tal pregunta. No quiere contestar, pero menos quiere dar el motivo del porqué no quiere responder.
Del por quién no quiere responder, mejor dicho.
Antes de hacerlo, en un intento de ganar coraje, estira su mano y toma el vaso de agua delante suyo. El líquido le reconforta un poco la aridez en su esófago.
"Por un amigo en común hace un par de años" le responde a Sunmi con el tono amable completamente plástico.
Mas la mujer no iba a frenar su interrogatorio allí y Taehyung se prepara para ello.
"¿Y cuánto estuvieron en pareja antes de casarse?"
"Seis meses" responde sintiendo el fondo de su garganta un poco agrio y que Sunmi abriera los ojos con sorpresa no ayuda.
"¿Tan poco?" Exclama pasmada y en realidad, Taehyung no puede demonizar a la mujer, es normal que todo mundo actúe así cuando se enteran de la historia con su esposa. "Lamento mi reacción, pero es impactante que se casaran con tan poco tiempo de noviazgo"
"Sí, creo que se dieron las cosas muy rápido entre nosotros"
Taehyung sonríe a penas porque hasta para él es impactante.
Él tuvo relaciones de años, cuatro fue su máximo, y ninguna de ellas prosperaron en un matrimonio hasta que una de mese lo convirtió en esposo de alguien. Tal vez fue influenciado por las edades que tenía en el momento de cada noviazgo, pero casarse a los veintinueve años tampoco era su ideal de vida.
No el suyo por lo menos.
Sin embargo, no quiere hablar de estas cosas ahora, en este almuerzo y con Jungkook al lado suyo.
Lo estuvo observando los últimos diez minutos y a pesar de que es normal no hablara mucho y su expresión seria, a Taehyung le preocupa profundamente.
¿Qué fue esa mirada que le dio antes? ¿Qué significaba? ¿Por qué?
Tiene un indicio, un punto de partida para la respuesta, pero no quiere que sea ese.
No quiere confirmar ni pensar que de alguna forma lo ha lastimado.
A pesar de eso, se siente culpable, claro que sí, porque es consciente de la fragilidad del chico y la sensibilidad que aflora en sus sentimientos luego de una noche entera juntos como la que tuvieron.
"¿Y de qué trabajas, Taehyung-ssi,?" Hyukmin pregunta alzando el vaso de agua y mirando a través del cristal los ojos del nombrado observando su persona.
Es una pregunta más digerible, pero Taehyung ya quiere dejar de ser el centro de atención.
"Soy profesor de matemáticas en la universidad de Seúl" contesta y antes de que pregunten otra cosa, afloja la garganta. "Ahora estoy por comenzar la licenciatura en matemáticas aplicadas a ciencias físicas"
El señor Im alza las cejas.
"Suena interesante" comenta con lo que parece ser sinceridad.
El hombre interrogado abre la boca para decir más acerca de su trabajo, pero una voz aguda, perteneciente a la segunda mujer sentada en esa mesa se le adelanta.
"Taehyung es profesor de Jungkook en la universidad"
A pesar de la alegría y lo orgulloso en su tono, Yuri dijo lo que Taehyung quería evitar decir.
La pareja de invitados vuelve a reaccionar y esta vez su atención deriva en el chico callado, oculto tras el cabello negro cayendo por su frente. Los ojos de Jungkook se alzan ante lo escuchado y se posan en la pareja de adultos.
Su sonrisa es por pura educación y aunque guarda genuinos matices de timidez, lo último que quiere hacer es sonreír.
"¡Oh! ¿En serio?" Sunmi exclama con los ojos bien abiertos. "¿Qué estudias, Jungkook-ssi?"
Estar tanto tiempo callado le ha secado la garganta y Jungkook debe carraspear para lubricar su boca.
"Ingeniería mecatrónica"
La mujer alza las cejas, Hyukmin entrecierra los ojos.
"¿Y tú y Taehyung-ssi no tienen problemas por ser, por así decirlo, conocidos?"
El señor Im no tiene idea que la pregunta que hizo puede aplicarse a varias situaciones entre ellos dos, más de una, más de las que quisieran.
Antes de que pudiera decir algo, Taehyung niega con la cabeza y alza un poquito la mano.
"Un profesor de la misma materia, compañero mío, se encarga de corregir sus exámenes y trabajos. Yo sólo le doy clases" su tono es calmado, disociado del latir de su corazón cuando se gira y mira a Jungkook con complicidad. "Además, Jungkook es un gran estudiante que no necesita tener a nadie conocido para tener buenas notas. Es brillante en todos los aspectos"
Es un comentario con todas las intenciones de hacer reaccionar a Jungkook, ya sea de buena o mala manera y sacarlo de esa neutralidad, de descubrir qué le pasa.
Sin embargo, es completamente sincero, Taehyung lo dijo con una mano en el corazón y jurando bajo el nombre de Dios.
En serio piensa y lo ve así.
Ese chico no necesita a nadie para nada, ni para resaltar su voluntad ni su inteligencia, tal vez sí a alguien que esporádicamente se lo recordarse porque esa criatura celestial sigue siendo humana y como todos, a veces tiende a olvidar sus cualidades porque los defectos parecen ser cosas más fáciles de recordar.
Pero Taehyung no tiene problema en ser esa persona y recordarle la maravilla andante que es. Es un honor para él.
Y Jungkook, no pudiendo escapar de la marea de timidez y dulzura que ese halago le produce, sonríe como agradecimiento, tal vez siendo el tipo de agasajo que necesita.
Taehyung respira con tranquilidad.
"Me imagino que sí" el señor Im los saca de su burbuja e inintencionalmente le recuerda a ambos que no pueden vivir en su utopía por siempre. "Llegar a segundo año de una carrera es bastante difícil, Jungkook-ssi. Te felicito"
El joven aludido despega su mirada del rostro del hombre y lo dirige al invitado de su madre, presionando los labios cuando sonríe porque sólo cree la adoración de parte de una sola persona.
"Gracias, señor Im" inclina un poco la cabeza y mira disimuladamente la sonrisa de su madre, encantada por el comportamiento de su hijo.
La señora Kim cierra ese tema de conversación y abre otro comenzando a charlar con Yuri del tipo de educación que le han dado a sus hijos y el señor Im aporta de vez en cuando.
Una buena atmósfera flota en el almuerzo en la que Taehyung no escucha atentamente lo que dicen, pero tampoco se disocia como suele hacer, simplemente se mantiene en un discreto segundo plano. Baja la mano que no usa a su regazo mientras que la zurda se mantiene en alto comiendo lo que le queda de comida en el plato.
Algo pellizca el borde externo de su dedo meñique y se paraliza al instante.
No debe girarse, no debe preguntar.
Entiende al instante.
Baja la mano diestra al aire y la mueve un poco hacia el lado derecho, encontrando unos dedos largos y delgados extendidos, abiertos para recibirlos. Taehyung enlaza su mano en la contraria y siente alivio al ver que le corresponde, que Jungkook ejerce un poco de fuerza para darle un pequeño apretón y le acaricia el dorso de la mano con su pulgar.
Ambos siguen comiendo, se atragantan y fingen serenidad sin pensar en que tienen sus manos atadas las una a la otra y sienten el correr de la sangre por debajo de las venas, eufóricos.
Jungkook intenta no sonreír, pero alza la vista encontrando la mirada de su padre fija en él.
Kyungsoo tiene la barbilla sobre el talón de la mano, el codo sobre la mesa y la cabeza ladeada hacia un costado.
Estuvo toda la conversación anterior en silencio, observando, y una sonrisa suave en sus labios y los ojos destilan compresión.
El joven se la devuelve y Kyungsoo la acepta antes de girarse a ver a su esposa y los invitados.
Taehyung avanza con cautela porque aunque conoce la casa hacía tiempo, ir a ese lugar es algo que no hace a menudo.
Casi nunca.
Se acerca despacio con intenciones de tocar la puerta porque a pesar de estar abierta, no quiere interrumpir la privacidad del dueño de manera tan abrupta.
Alza la mano, junta los dedos índice y medio, los dobla, pero antes de siquiera tocar la madera laqueada con los nudillos, la persona dentro de la habitación alza la mirada y le sonríe de forma amena.
"Hola, hyung"
Jungkook se había retirado antes del almuerzo con la excusa de que debía limpiar su habitación y organizar su material de estudio porque mañana es lunes, debe volver a rutina y el sábado entre su religiosa mañana de gimnasio, la tarde con sus amigos y la noche ocupada, no pudo hacer nada.
Y aunque pareció ser un pretexto para escaparse, no mintió, porque está allí, sentado en la cama con las piernas cruzadas rodeado de hojas, folios y sobre sus piernas una carpeta con ganchos abierta.
Taehyung alza la comisura derecha de su boca, no sabe por qué le genera ternura.
"Hola" susurra con suavidad mientras se apoya en el marco de la puerta. "Veo que estás preparándote para mañana"
"Sí, mi profesor de análisis matemático se divierte mandando trabajos prácticos imposibles y aterrando a sus alumnos si no los entregan"
El docente se ríe.
"Creo que tu profesor es justo y sus alumnos son unos exagerados" lo confronta con tono burlón, cruzándose de brazos.
Jungkook se muerde el labio inferior y baja la cabeza para seguir tomando sus hojas de teoría y abrir los ganchos de la carpeta para acomodarlas allí. En silencio, no sabiendo qué decir porque sabe que Taehyung está allí por algo, pero le cuesta descifrar qué es por lo que opta por dejar fluir la situación y no preguntar porque entendió que a veces esa es una manera inteligente de sobrevivir.
Nota que el hombre avanza con precaución, como que con cada paso le estuviera pidiendo permiso para entrar.
Él se lo concede tácitamente moviendo las hojas que tiene delante suyo y haciéndole un espacio en la cama.
Taehyung se sienta en el borde del colchón con lentitud, manteniéndose recto, alisa el suéter azul marino que viste y se acomoda el reloj de cuero claro en su diestra, gesto que Jungkook descubrió que hace cuando está nervioso.
"Yo..." dice y sonríe porque se siente un tonto. Alza la mirada y Jungkook se derrite ante ella. "Yo la pasé bien este fin de semana. Gracias"
Jungkook no puede evitar sonreír.
"Gracias a ti por invitarme"
El hombre asiente y suspira y no sólo porque le parece entrañable el rubor en las mejillas del chico, sino porque notarlas hace que un hueco se forme en su pecho.
"¿Tú... escuchaste algo de lo que dije antes de comer?"
El joven parpadea.
"No" responde y frunce el ceño. "¿Por qué? ¿Estabas hablando mal de mí?"
Taehyung ríe por lo bajo, la voz profunda retumba en su pecho y crea un eco en la habitación.
"No, pero quizá algo de lo que dije se puede malinterpretar" hace un pausa para lamerse los labios. "Yo soy una persona que se adapta a las situaciones y a veces, dice lo que tiene que decir para contentar al resto. Muchas veces les miento, es una mala costumbre que tengo"
"No entiendo a qué viene todo esto y que tengo que ver yo" Jungkook sigue con las cejas arrugadas.
Taehyung aspira profundamente y busca sus ojos, dándole la mirada más sincera que puede una vez se halló con esos orbes plagados de estrellas.
"Sabes que a ti no te miento, ¿no? Todo lo que hago y digo contigo es verdad"
Jungkook no sabe donde meterse.
Él sí mintió, sí escuchó lo que Taehyung dijo.
Sí le dolió, sí le provocó un malestar en el estómago, sí le arrebató el aire y le anudó la garganta.
Pero, ¿qué podía hacer él con ello? ¿Qué sentido tiene ponerse así cuando no le corresponde?
No tiene derecho, ni siquiera uno sobre lo que Taehyung dice sobre su matrimonio porque el hombre puede alardear la vida sexual con su esposa las veces que quiera, puede presumir y bromear sobre ella con total libertad. Taehyung puede hablar de su esposa las veces que quiera, cuando quiera y de la manera que quiera porque es elocuente que lo haga.
Y Jungkook debe tolerarlo.
Al principio no pudo evitar sentir cierto rechazo hacia Taehyung, pero en el almuerzo, meditó su comportamiento y llegó a la conclusión de lo infantil que se veía actuando así.
¿Le duele? Sí, porque viene de entregarle su cuerpo toda la noche y fantasear con la idea de que Taehyung y él eran los únicos en el mundo.
Pero ese dolor es consecuencia de todo el embrollo en el que él mismo se metió.
"Kook" Taehyung lo nombra con suavidad y el muchacho no puede no mirarlo. "Contigo soy sincero"
Y Jungkook por primera vez quiere contradecirlo.
Sí le miente a los demás, ¿qué garantía tiene de que no le mienta a él también?
¿Acaso lo es tener sexo y saber que la totalidad de su heterosexualidad es una mentira también son esa garantía? ¿O lo es el hecho de que, aunque le mienta aún lo lastima y no tendría sentido hacerlo? Quiere preguntar, quiere saber.
Aun así, se calla y sonríe con tristeza.
"Sí te escuché" le confiesa, atrae las rodillas a su pecho y las abraza. "Pero sé porque lo dijiste y lo entiendo. No malinterpreté nada, está todo bien entre nosotros"
Taehyung presiona los labios y tuerce la boca porque entiende que lo lastimó y que Jungkook sólo está evitando una conversación incómoda entre ambos.
Se odia por eso.
"¿Seguro?" Insiste.
A Jungkook sólo le queda asentir con la cabeza.
"Si, hyung" el honorífico establece la distancia que corresponde entre ellos. "Todo está bien entre nosotros, como siempre. Al menos que me repruebes este trabajo porque con lo que me costó hacerlo, voy a matarte si no lo apruebo"
La sonrisa genuina se extiende en los labios de Taehyung, una que al joven le produce que algo se desacomode dentro suyo.
"Namjoon no es tan estricto" le recuerda quien corrige sus trabajos. "Tal vez tengas suerte"
"Eso espero"
Jungkook lo interpreta como la finalización de la conversación.
A pesar de eso, de haber aceptado que no hay nada más qué decir, su corazón se encoge cuando Taehyung se pone de pie y lo mira con un brillo particular en los ojos, uno de despedida.
"Me tengo que ir, tengo que corregir un par de trabajos y desaprobar varios alumnos"
El chico ríe con tristeza porque quiere seguir sintiendo a Taehyung cerca el mayor tiempo posible. Lo tuvo a su alrededor más de doce horas seguidas, ¿qué esperan de él?
"Suerte" le desea con la voz chiquita.
"Nos vemos mañana" dice mientras retrocede y cada paso hacia la puerta es una parte del corazón de Jungkook que cae al suelo. "No llegues tarde"
"¿Cómo llegar tarde a la clase de mi profesor favorito?"
Taehyung le regala una última sonrisa y le guiña el ojo antes de llegar al marco de la puerta, dar la media vuelta y desaparecer por el pasillo.
Jungkook parpadea para deshacer el cúmulo de lágrimas que se forma en la retina de sus ojos y traga la saliva acumulada en su boca para tratar de desenlazar en nudo en su garganta.
Es inútil, no funciona.
"Qué cara" Mingyu comenta al verlo caminar hacia él y Jungkook acentúa su expresión malhumorada.
"No empieces"
Su humor no es el mejor porque tuvo que levantarse temprano, desayunar pobremente, tomar el autobús y asistir a clases con el frío otoñal que hace.
Y es lunes.
Estar rodeado de sus compañeros, en la entrada al aula a la espera a que el profesor llegara para poder entrar a él, no aminora la situación.
"¿Qué te pasa?" Pregunta su amigo, acercándose con preocupación. "¿Estás bien?"
"No" Jungkook bufa. "Es lunes, odio los lunes"
Mingyu suspira aliviado y sus labios se estiran en una sonrisa. Alza la mano y pellizca juguetonamente la mejilla a su amigo.
"Deja de gruñir y fruncir el ceño, te van a salir arrugas y vas a arruinar tu carita de ángel" le dice con agudeza en su voz.
Los pómulos de Jungkook se acaloran ante ese comentario y su timidez innata produce que la sangre corra por ese lugar con fuerza, coloreando la zona de matices rojos.
"Ya" sonríe con pudor y levanta la mano para separar la de su amigo y deje de apretar su cachete.
Mingyu amplía su sonrisa cuando ve que él fue quien lo hizo sonrojar y sonreír, ahora sólo pensando en como quitarle un poco de ese mal humor.
"¿Ves? Sonriendo eres más lindo, deberías hacerlo más seguido"
Otro comentario que nuevamente provoca en Jungkook una sonrisa llena de vergüenza porque no sabe cómo aceptar esos tipos de elogios por su apariencia cuando durante toda su niñez le dijeron exactamente lo contrario.
Se muerde el labio y ladea la cabeza, no siendo consciente de que con esa pose embellece su rostro y hace que Mingyu se enamore un poquito más.
Jungkook se tambalea entre pie y pie con las manos en los bolsillos de su chaqueta de manera adorable y abre la boca para contestarle cuando nota una figura conocida pasa por delante suyo.
Kim Taehyung los mira y ambos jóvenes se tensan.
Mientras Mingyu lo hace porque el profesor le impone respeto, la razón de Jungkook es que conoce esa mirada y qué quiere decir con ella.
Ay.
El docente abre la puerta del salón y entra, la manada de alumnos lo siguen por detrás y van ocupando los asientos disponibles.
Jungkook se sienta en su lugar de siempre y Mingyu al lado. Charlan de sus fines de semana mientras sacan sus materiales de estudio, Jaehyun y Yugyeom llegan más tarde juntos porque viven en la misma zona y se unen a ellos.
La clase transcurre como cualquier otro lunes, en silencio, los alumnos bostezan, el profesor pregunta si entendieron y recibe vagos cabeceos de afirmación, los recursantes responden lo que el docente pregunta y el resto trata de seguir el hilo.
Las dos horas reloj de explicación concluyen y le sigue otra vuelta de agujas más descontracturada donde se intenta realizar los ejercicios del práctico de la semana.
Algunos discuten entre ellos sobre la resolución, otros se paran y le preguntan a Taehyung cómo hacer, y más de uno aún intenta despertarse, tal como es el caso de Jungkook, callado y perdido en sus pensamientos.
"La hora terminó"
La voz del docente, contundente y clara, llama la atención de todo el alumnado.
Él de pie, frente a todos con un aura majestuosa alrededor suyo, digna de ser venerado. Sus ojos oscuros se posaron en Jungkook y éste tiembla.
"Dejen sus trabajos de la semana pasada en mi escritorio y pueden irse"
La marea de jóvenes comienza a movilizarse. Jungkook despabila, saca el trabajo hecho de su carpeta y lo mete en el folio que tiene reservado para él. Se las arregla para quedar último en la fila de estudiantes que avanza frente al escritorio del profesor, mientras que Jaehyun delante suyo le da charla.
Jungkook llega al escritorio y deja su trabajo en la pila, alzando la mirada, pero encontrando la de Taehyung baja y por eso, decepcionado, comienza a caminar hacia la puerta donde sus amigos lo esperan.
"Jeon"
El muchacho se paraliza, da media vuelta para encarar al dueño de ese barítono.
"¿Sí, profesor Kim?"
Taehyung levanta la cabeza, sus ojos gélidos lo miran.
"¿Puedes quedarte un momento?" Pregunta con neutralidad en su tono porque al ver al resto de sus estudiantes detrás del joven con quien quería hablar, sabe que no puede ser tan obvio.
Jungkook asiente e inmediatamente se gira hacia sus amigos quienes lo miran con cierto temor porque el profesor Kim suele hablarles a aquellos alumns que están al borde de desaprobar la materia y ellos, salvo Mingyu, no saben que Taehyung es el esposo de su hermanastra.
Los mira y hace un gesto con la cabeza indicando que se vayan a guardar un lugar en el comedor para almorzar.
Jaehyun, Yugyeom y Mingyu lo entienden y aunque éste último presiona los labios preocupado, los tres comienzan a caminar lejos de la puerta.
Jungkook regresa su vista hasta Taehyung y se acerca a él, y a pesar del lugar donde se encuentran, lo hace de manera seductora.
Un pie delante del otro, las botas negras golpean contra la madera del suelo y el skinny jean negro que había decidido usar delinean sus piernas.
Taehyung lo mira sin ser ni un poco disimulado.
Sólo puede imaginarse ese cuerpo esbelto desnudo, tal como vino al mundo, sus manos tocándolo, reclamando cada pulgada de piel, besando y lamiendo cada centímetro, apoderándose de él.
Jungkook llega al escritorio, apoya las manos en el borde y se inclina hacia adelante de forma cautivadora.
"¿Qué pasa?" Susurra y se muerde el labio inferior, queriendo tentar al hombre.
Sabiendo que están solos, la mirada de Taehyung adquiere calidez, deja de lado ese personaje estricto e impenetrable y vuelve a ser el Kim Taehyung que Jungkook conoce, no la persona fría que finge.
La sonrisa un poco retraída en sus labios lo denota.
"Vas a querer matarme"
Y es así que cada músculo del cuerpo de Jungkook se entumece.
Se aleja instintivamente.
La sonrisa socarrona desaparece de su rostro junto con todo el céfiro encantador que había construido. La incertidumbre baila en sus ojos y una silenciosa súplica grita dentro suyo pidiendo que no sea lo que él cree que será.
"Tengo que ir a buscarla al aeropuerto mañana" dice con culpa y se entiende que habla de su esposa. "No podremos vernos, perdóname"
Oh, por lo menos no es lo que esperaba.
Sin embargo, Jungkook realmente no sabe cómo actuar ni responder, simplemente titubea y parpadea insaciablemente tratando de encontrar las palabras adecuadas en su mente.
"No, no" se da cuenta que no es lo que quiere decir. "E-está bien, hyung. No pasa nada"
El nudo nace en su garganta y es como que Taehyung lo notara porque él y Jungkook, en esta época del año, sólo pueden verse los martes que Jungkook tiene libre y los sábados que ambos suelen mentir acerca de sus salidas al resto de sus conocidos.
Antes solían verse más, pero conforme sus responsabilidades crecen, su tiempo juntos se acorta.
Culpable, Taehyung tuerce la boca.
"¿Tienes algo qué hacer el jueves o el viernes?"
"Tengo laboratorio de física con los de primero, pero puedo tener un tiempo después" el joven responde con cierta tristeza. "El viernes iba a salir con mis amigos, pero puedo cancelar..."
"No" Taehyung dice inmediatamente. "Sal con ellos, diviértete, te lo mereces. Ya veremos cómo hacer" si ya se siente culpable por tener que cumplir con su deber de esposo, no quiere hacerlo también porque Jungkook tuviera que cambiar sus planes. "Perdóname"
"No pasa nada, hyung. No te disculpes" Jungkook se apura en decir. "Ambos tenemos horarios engorrosos, es sólo eso"
No, no es sólo eso.
Sino el hecho de que incluso con los horarios perfectamente escuadrados para sus encuentros, deben hacer un trabajo extra para verse que implica mentir a los otros, encontrar un lugar y luego guardarse todos los sentimientos que les dejan cada vez que se ven.
Deben ser discretos, mantener todo en secreto cuando internamente gritan deseando ser libres.
Pero ninguno quiere entrar en esos detalles.
"Ve a comer, Kook" el hombre musita ladeando la cabeza, con media sonrisa en sus labios. "Tienes mucho qué estudiar, ¿no?"
Y Jungkook, ya experto en hacerlo, le sigue el juego.
"Tengo otro trabajo práctico eterno de un profesor super estricto que se su hobby es ver a sus alumnos sufrir"
El docente pone los ojos en blanco, pero internamente agradece el comentario burlón porque rompe con el hielo creado entre ellos.
"No exageres" le replica cruzándose de brazos, la sonrisa aún existente. "O puedo ser peor"
Si bien es un tanto preocupante el giro que da la conversación y que se encuentra arraigado a esa mala costumbre que ambos tienen de esquivar lo que obviamente deben hablar, a ambos les gusta este tono atrevido.
Jungkook alza la ceja completamente consciente de que están en el aula de la universidad, a la vista de todos, pero siendo este dato el que lo enciende.
"Me gustaría verlo, señor Kim"
Las intenciones brillan en los ojos de Taehyung y se trata de querer responder esa insinuación con una invitación a su oficina, pero debe ser postergada cuando escucha pasos acercarse.
La frialdad vuelve a su rostro, cosa que a Jungkook le parece aterradoramente fascinante y recién entiende este abrupto cambio cuando otro profesor entra en el aula.
Namjoon alza la mirada del celular en su mano y sonríe al alumno.
"Jungkook" masculla con amabilidad, guardando su teléfono en su bolsillo y acercándose a donde su amigo y el estudiante estaban. "¿Cómo has estado?"
"Ho-ola, señor Kim" Jungkook es tomado por sorpresa, su postura tensa y cómo trastabilló lo delatan. "Yo bien-... o sea, yo-, um, ¿usted?"
"Bien, gracias por preguntar"
"No hay d-de qué" ay, debe irse antes de meter la pata. "Debo irme, mis amigos me esperan. Hasta luego, señor Kim"
El joven afianza la mochila a su hombro y se inclina rápidamente a ambos profesores antes de correr hacia la puerta y salir por ella, respira profundo cuando cree que se encuentra fuera de peligro.
Namjoon no sabe explicar qué ocurrió con su alumno por lo que se gira a su amigo, encontrando los ojos oscuros de Taehyung mirándolo de manera fija.
"¿Qué haces aquí?"
El mayor suspira.
"Tú siempre de tan buen humor" le reclama con voz baja. "El profesor Shin ya abrió las inscripciones para el seminario. Te buscaba para anotarnos juntos"
Taehyung lo mira y el suspiro que da le descontractura los músculos tensos de la espalda y los hombros. Los deja caer mientras deshace el enlace de sus brazos, adoptando una postura menos cerrada.
"Okay, espérame que ordene esto" le dice volviendo a tomar los racismos de hojas en sus manos y luego los folios de sus alumnos.
Namjoon lo observa hacerlo.
"¿Todo bien con Jungkook? Se veía nervioso"
La pregunta descoloca a Taehyung, pero es capaz de fingir que no y se encoge de hombros mientras sigue acomodando sus cosas.
"Me supongo que sí" susurra.
Quiere creer que sí.
Taehyung la reconoce incluso a lo lejos y sin gafas.
Es hermosa, eso no lo puede negar y quien lo haga, miente.
Más de uno la debe mirar y él recibió en su vida más de un elogio por haberse casado con alguien tan bella, como si fuera el mayor logro de su vida.
Pero incluso con esa belleza, no puede afirmar que sea la persona más preciosa que ha visto, ese puesto ya lo ocupa alguien más.
Soyoung lo está esperando en la acera de la salida del aeropuerto, con la mano en la manija de alto y el bolso colgando de su hombro. La mujer lo ve venir, claramente habiendo identificado el auto y se acerca al borde porque hace frío y quiere subirse lo más pronto posible.
Taehyung frena y se baja del auto.
Ni siquiera saluda a su esposa, gesto que quizá más de una persona chismosa que los esté mirando debe de ver como raro. Simplemente toma la valija, acerca a la parte trasera del vehículo, se las arregla para abrir el baúl y meter allí el equipaje.
Cuando vuelve a la puerta del conductor se da cuenta que Soyoung ya está dentro del auto, esperándolo.
Taehyung entra y cierra la puerta, abrocha el cinturón que cruza su pecho y enciende el vehículo.
El silencio del viaje no es atípico, lo que sí es sorpresivo es cuando Soyoung carraspea la garganta lista para decir.
"Escuché que el domingo fuiste a almorzar a lo de la familia feliz"
Taehyung simplemente asiente sabiendo que esa forma de llamar a su familia es despectiva, pero quiere ahorrarse peleas porque es martes a la noche y está de mal humor por el día de trabajo y porque ahora mismo debería de estar en otro lugar con otra persona.
"Yuri-ssi me invitó porque vinieron un par de amigos de Busan" frena el vehículo cuando el semáforo en rojo se lo ordena.
Soyoung asiente, preguntó porque su padre le había contado de que vio a Taehyung el fin de semana.
Y realmente, está un poco intrigada por lo que el hombre haya hecho en su ausencia.
Por eso, cuando llega al departamento, luego de quitarse el calzado y aprovechando que Taehyung está en el baño, directamente se dirige a la cocina y a la vinoteca.
Desde donde está puede deducir que la botella de vino blanco que Taehyung había comprado días atrás está abierta.
Hay mil escenarios posibles, muchos más que incluso ella no llega a imaginarse y con ellos una explicación completamente distinta y válida. No es que sea paranoica, pero no entiende, no puede deducir qué ocurre.
Y no sabe si quiere descubrirlo.