Martes, 23 de julio de 2019.
— ¿Estás segura? — preguntó Wanda desde el asiento delantero mientras se ponía el cinturón de seguridad y miró a Yelena que estaba detrás del volante, arrancando el coche.
— Absolutamente. — Yelena le sonrió mientras presionaba el acelerador.
— Está bien, entonces... — asintió ella. — ¿Qué le dijiste a tu jefe, por cierto?
— Emergencia familiar... De todos modos, me quedan muchos días de vacaciones, así que no había ningún problema... Además, es casi agosto, y ya sabes que España está prácticamente dormida todo el mes. — Yelena sonrió de nuevo mientras conducía, concentrada en el camino por delante.
— Es verdad. — Wanda sonrió y luego se mordió el labio, sintiéndose nerviosa por el siguiente tema que estaba a punto de abrir. — ¿Has hablado con Kate?
Yelena tensó la mandíbula antes de responder, sintiendo una repentina sensación de calor en el pecho.
— No. — respondió después de perder el debate dentro de su cabeza sobre su debía preguntarle a Wanda sobre Kate. — ¿La viste hoy?
— Sí. — respondió Wanda y vio cómo su amiga tragaba con dificultad. — Pero, solo antes de la reunión de la mañana, no tuvimos la oportunidad de hablar ni nada...
— Wanda, sé que siempre estás tratando de arreglar todo, pero no olvides que me prometiste no hablar con ella sobre esto...
— Ni siquiera sé qué es ESTO, Yel. — dijo ella. — Entiendo que es difícil para ti, pero realmente desearía que me lo dijeras... creo que te vendría bien desahogarte.
— No hay nada que contar, Wanda... — Yelena suspiró y miró a su amiga que estaba claramente decepcionada, y luego volvió la vista hacia la carretera. — Mira... sabes que confío en ti, ¿verdad? — Wanda asintió y Yelena exhaló antes de hablar. — Ella estaba en el gimnasio con Bucky...
Wanda volvió la cabeza y miró a Yelena, sorprendida por la información, pero prefirió no decir nada, esperando que su amiga continuara.
— Nos divertimos mucho, en realidad, los tres... — una sonrisa triste se abrió paso en los labios de Yelena. — Y Kate... incluso estaba coqueteando conmigo... al menos eso es lo que pensaba, no lo sé... Y luego salí de la ducha y ella estaba allí, en el vestuario, ya vestida y luego vi que Ontari también había venido... De repente, todo se sintió tan incómodo y tenso cuando Ontari comenzó a tontear conmigo, con las dos, en realidad, y luego Kate... — se detuvo debido al aguijón que sintió en el momento en que su nombre dejó sus labios. — Se fue... dijo que tenía que rechazar la oferta de Ontari y que nosotras dos deberíamos terminar lo que habíamos comenzado el viernes.
— Espera... — interrumpió Wanda. — ¿Cómo supo Kate sobre el viernes?
— Ontari lo menciono cuando me estaba invitando a tomar una ducha juntas... De todos modos, salió del vestuario y lo siguiente que se es que la estoy persiguiendo como una tonta, envuenta en la puta toalla... Corrí hasta la recepción y allí estaban... besándose.
— Yel... — Wanda sintió el dolor de su amiga con cada palabra que salió de su boca y supo que estaba demasiado cegada por eso para ver la verdadera razón detrás del comportamiento de Kate. — ¡Estaba celosa!
Yelena se río a carcajadas sarcásticamente.
— Vamos, Wanda... somos adultos y esto no es una telenovela. — dijo ella. — No parecía que fuera su primer beso tampoco... Están saliendo, simplemente yo no quería aceptarlo.
— ¡No están saliendo! — Wanda levantó la voz y luego se dio cuenta de lo que acababa de decir y miró a Yelena. — Creo que ella solo lo está usando para que te pongas celosa, Yel... ¿Por qué te besaría si no fuera así? ¿Y lo de coquetear contigo todo el tiempo? Ella salió corriendo del vestuario porque estaba celosa de Ontari, ¿por qué no puedes ver eso?
— ¡Basta, Wanda! Estas viendo cosas que no están allí porque ahora estás llena de amor y emocionada de ver a Natasha de nuevo y todo eso... pero esta no es una de esas historias con un final feliz, ¿de acuerdo? — El tono de Yelena fue un poco más duro que el comienzo de la conversación. — Soy consciente de que hay algo de química entre nosotras y está coqueteando conmigo y besándome porque sabe que puede y es divertido para ella... Si no tuviera sentimientos por ella y si ella no estuviera saliendo con Bucky, probablemente me dejaría llevar... pero SÍ tengo sentimientos por ella y ella está saliendo con él. Así que... no estoy interesada en ser su juguete, Wanda... y Bucky es realmente un tipo increíble y no se merece esto...
— ¡Bien! No insistiré en ello, aunque no esté de acuerdo... da igual. — Wanda decidió volver al papel de observadora, al menos hasta que el polvo se asentara.
El resto del viaje al aeropuerto fue mayormente silencioso, no estaban enfadadas la una con la otra, pero era difícil hablar de trivialidades cuando había algo persistente en el aire que debía evitarse a toda costa.
Se despidieron en la terminal de embarque y Wanda se fue después de un largo abrazo, prometiendo cuidar bien el coche de Yelena.
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Natasha finalmente estaba en su propio apartamento en Los Ángeles, despertando lentamente y estirando su cuerpo, acostada en su cama.
Poco después de la 9:30 de la mañana se dirigía al baño cuando escuchó el timbre de la puerta y sonrió, sabiendo que era su amiga Pepper, ya que habían quedado para desayunar juntas. Era algo que ambas estaban ansiosas por hacer desde el momento en que Natasha le envió un mensaje de texto desde París diciendo que había algo importante que necesitaba contarle y la única información que Pepper pudo sacar de su amiga fue que se trataba de una chica.
Después de abrir la puerta del edificio a través del portero inalámbrico, Natasha desbloqueó la cerradura de la puerta de su piso y fue al baño. Se estaba cepillando los dientes cuando escuchó a Pepper entrar y cerrar la puerta detrás de ella.
— ¿Nat? — Pepper gritó.
— Aquí. — respondió Natasha después de escupir el agua mezclada con pasta de dientes.
Pepper dejó las bolsas que contenían su desayuno en la cocina y fue al baño que supuso que encontraría a Natasha. Su amiga se estaba secando el agua de la cara con una toalla y Pepper se apresuró a darle un fuerte abrazo por la espalda, envolviendo sus brazos alrededor de la cintura de Natasha.
— ¡Te eche de menos, boba! — gritó Pepper, sorprendiendo a su amiga.
— Y yo a ti. — se río Natasha y dejo la toalla en el fregadero. — ¡Me estás apretando! — se quejó.
— Aguanta. — Pepper se río también, sus brazos aún apretados alrededor de la cintura de su amiga, apoyando la cabeza sobre su espalda.
Natasha se río a carcajadas ante la travesura de su amiga y unos momentos después se dirigieron a la cocina, donde sacó platos para los panecillos que trajo Pepper.
— Conseguí tus panecillos y té favoritos. — dijo Pepper mientras sacaba el contenido de la bolsa.
— Gracias, me muero de hambre. — dijo Natasha y colocó los platos en la isla de la cocina.
Comenzó a comer de inmediato, sin darse cuenta de la mirada curiosa que su amiga le estaba dando mientras tomaba un sorbo de si café.
Pepper finalmente llamó la atención de Natasha cuando carraspeó intencionalmente y Natasha alzó la vista con la boca llena de comida.
— Entonces... — Pepper se estaba impacientando.
Natasha se tragó la comida por la garganta y tomó un sorbo de su té.
— ¿Qué? — fingió no saber lo que significaba la mirada de su amiga.
— ¡Natasha! ¡Habla ya!
— De acuerdo, de acuerdo. — se río Natasha. — Conocí a alguien en París.
— ¡Eso ya lo se! Detalles, Natasha... ¡Detalles! — Pepper no pudo evitar reírse también.
— Dios, cálmate... estoy en ello. — sacó la lengua antes de continuar. — Ella... su nombre es Wanda. — dijo ella e inmediatamente sintió el calor en sus mejillas.
— ¿Wanda? Es un nombre un poco... especial. — comentó Pepper.
— Ella lo es también. — el enrojecimiento en las mejillas de Natasha se extendió por toda su cara y se volvió dos tonos más oscuros; algo que no pasó desapercibido para Pepper, pero decidió no comentar nada al respecto... por ahora.
— ¿Cómo se conocieron? — pregunto.
— En la convención. — respondió Natasha. — La vi primero cuando nos tomamos una selfie juntas y luego otra vez con su amiga en la sesión de fotos... y nuevamente en la sesión de autógrafos.
— ¿Entonces es una fan o estaba trabajando en la convención?
— Una fan... — Natasha sonrió. — Estaba preciosa, Pepper... En el momento en que la vi, supe que era especial, ¿sabes? — dijo Natasha con una mirada soñadora en sus ojos. — Simplemente no sabía qué hacer y cómo invitarla a salir, es decir, nunca me habia pasado antes... Pensé que podría ser algo extraño para ella... vino a conocerme como actriz, ya sabes, y me ves a mi intentando ligar con ella.
— ¿Entonces, qué hiciste? — Pepper estaba intrigada.
— Nada... ella se fue... y luego encontré una nota en la mesa, preguntándome si quería pasar el rato después de la convención y había anotado su número de teléfono... En pocas palabras, le envié un mensaje de texto, la recogí en su hotel, nos besamos en el coche camino al restaurante, tomamos unas copas después y... y pasamos la noche en la habitación de mi hotel.
En cuanto Natasha terminó de hablar, sintió que la temperatura había subido peligrosamente y se levantó para tomar un vaso de agua.
— ¡Madre mía! — exclamó Pepper. — ¡Tuviste una aventura de una noche! ¿Cómo estuvo? ¿Es buena en la cama? ¿Cuántas veces lo hicieron?
Natasha se río de la emoción de su amiga, bebió un poco de agua antes de responder y se apoyó en la isla de la cocina.
— Fue el mejor sexo de mi vida. — suspiró ella. — No sé exactamente cuántas veces lo hicimos, más de cinco seguro, entre cinco y diez veces diría yo... tuve como mil orgasmos y fue súper intenso.
— ¡Joder, Natasha! ¿Follaron toda la noche o qué?
— Y toda la mañana... — su sonrisa se hacía cada vez más grande, sintiéndose más relajada mientras hablaba de eso.
— ¡Wow! Parece que los franceses también inventaron el sexo, no solo los besos franceses.
— Ella es sokoviana. — Natasha se río cuando vio que los ojos de Pepper se abrían más. — Medio eslovena en realidad. — explicó Natasha. — Y Pepper... no te he dicho la mejor parte...
— ¿Qué podría ser mejor que mil orgasmos, tía?
— ¿Recuerdas mi primer flechazo? ¿En Rusia?
— ¿La cantante en ese programa de talentos? — Natasha asintió. — ¿Qué pasa con ella?
— ¡Es Wanda! — dijo Natasha con una gran sonrisa en su rostro, haciendo que Pepper se quedara boquiabierta. — Lo sé, tampoco podía creerlo... Es tan inteligente, Pepper... es hermosa y amable y... me hace sentir tan... no sé, como... en casa... Como si nada más importara... solo éramos nosotras y fue suficiente, no necesitábamos nada más...
— Vaya, Natasha... nunca te había visto así antes. — Pepper se sorprendió de ver a su amiga en ese estado.
— Es porque nunca me habia sentido así... Sé que es una locura, quiero decir, apenas la conozco, ¿verdad? Pero, se siente tan bien, Pepper... no puedo dejar de pensar en ella.
— ¿Estuvieron en contacto desde entonces?
— Todo el tiempo... Me siento como una adolescente con el teléfono en las manos todo el tiempo, esperando sus mensajes.
— ¡Y ni siquiera te gustan los mensajes de texto!
— Lo sé. — sonrió Natasha. — También hacemos videollamadas... — añadió y vio a Pepper mover las cejas sugerentemente. — No ESE tipo de videollamadas. — se río de nuevo. — Sólo hablamos.
— Vaya... no sé que decir... Esto es simplemente... wow... — Pepper se quedo sin palabras. — ¿Dondo vive ella entonces?
— En España. — Pepper frunció el ceño, expresando su confusión. — Wanda es médica y está haciendo su residencia médica allí. — dijo Natasha con orgullo. — ¡Y deberías ver como dibuja! Y su voz es tan sexy... y habla como 100 idiomas... — suspiro. — Ella es perfecta.
— Joder... suena irreal... ¿Estás segura de que no es fruto de tu imaginación debido a la falta de sexo? — bromeó Pepper.
— Cállate. — se río Natasha. — Es tan real como las marcas de arañazos que dejo en mi espalda. — le sacó la lengua a su amiga.
— Uuuh, a alguien le gusta hacerlo duro. — bromeó Pepper. — Déjame verla, enseñame a tu mujer perfecta.
Natasha tomó su teléfono y le mostró a Pepper algunas de las fotos que Wanda le había enviado y también fue a su página de Instagram y le enseñó sus fotos.
— ¡Wow! Es hermosa, Nat... — Pepper expresó su admiración antes de detenerse en una de las fotos de Wanda donde podía ver su cuerpo y luego se enfocó en su escote. — Joder, no es tan bueno que tengas las manos pequeñas... ¡Esos melones son enormes! ¡Bien hecho, tía!
Natasha no pudo evitar reírse mientras le quitaba el celular a su amiga.
— Para una mujer heterosexual, te pareces demasiado a un tío cachondo. — dijo ella, riéndose. — Y te digo que he descubierto que estoy obsesionada con sus pechos... Los tiene tan suaves... y firmes al mismo tiempo, y se ajustan perfectamente a mis manos y solo quiero tocarlos todo el tiempo.
— Nat... no quiero ser la asesina del romance aquí, pero... hay literalmente un oceano entre ustedes. — dijo Pepper con preocupación en sus grandes ojos verdes. — No me malinterpretes, me encanta verte toda emocionada, pero... ¿a dónde va esto? ¿Ella siente lo mismo? ¿Cuánto sabes realmente de esta chica?
— Yo... — Natasha inclinó la cabeza hacia abajo y se detuvo antes de responder con voz suave. — Me voy a España.
— ¿Qué? ¿Cuándo? — Pepper abrió mucho los ojos.
— En una semana. — Natasha respondió y finalmente levantó la cabeza para mirar a su amiga.
— ¿No se suponía que ibas a Rusia a visitar a tu familia?
— Eso sigue en plan... tengo el vuelo el 13 de agosto, de Málaga a Moscú. — explicó. — Mira, Pepper... Sé que es un poco intenso, pero... no puedo evitarlo. Pienso en ella todo el tiempo y ella siente lo mismo. — Natasha se sonrojó. — Me escribió una canción para mi cumpleaños.
— Wow... eso es... — Pepper estaba gratamente sorprendida. — Entonces supongo que se encontraron de verdad, ¿o qué? ¡Y en París, de todos los lugares! — le sonrió gentilmente a su amiga y se levantó para darle un abrazo. — Estoy muy contenta por ti, Nat. — dijo ella y su amiga la miró, entrecerrando los ojos, esperando ese "pero" que sabia que venía. — No me mires así. — se río Pepper. — Sólo no quiero que sufras, ¿sabes?
— Lo sé... pero no te preocupes, ¿sí? Ella es una de las buenas, lo sé. — Natasha intento tranquilizar a su amiga.
— ¿Es castaña natural, por cierto? — preguntó de repente Pepper, confundiendo a Natasha.
— Eh... creo que sí... no estoy segura... Quiero decir, no pregunté. ¿Por qué?
— ¿De qué color era su vello... ya sabes... ahí abajo? — Pepper se miró la entrepierna.
— Ella... — Natasha se sonrojó, recordando el cuerpo desnudo de Wanda. — Ella estaba depilada.
— Hm... ¿Y el pelo en sus antebrazos?
— Apenas tenía... Probablemente castaño claro... pero eso también podría ser por el sol.
— Pregúntale. — sugirió Pepper.
— ¿Qué? ¡No!
— Oh, vamos... Si es tan perfecta como dices, no le importará. — insistió Pepper.
— Hoy lleva a su amiga al aeropuerto... ¿qué hora es?
— Son casi las diez de la mañana. — respondió Pepper, mirando su teléfono. — ¿Qué hora es allí?
— Siete de la tarde. — dijo Natasha apresuradamente. — Le enviaré un mensaje de texto para ver si ha vuelto. — dijo y comenzó a escribir.
Mensaje de texto.
Natasha:
Hola, Wanda! :) ¿Regresaste del aeropuerto?
Un par de minutos después, recibió una respuesta de la castaña.
Wanda:
Hola :) Acabo de llegar, en realidad... estaba estacionando el coche de Yelena cuando recibí tu mensaje. ¿Dormiste bien?
— ¡Llamala! — Pepper interrumpió antes de que Natasha pudiera responder.
— ¡No! — Natasha sacudió la cabeza, sentándose en el sofá y Pepper la siguió.
— Vamos, quiero escucharla hablar. — rogó. — ¿Por favor? — parpadeó repetidamente, mirando a su amiga.
— Ahh... bien, le preguntaré. — Natasha cedió a la presión.
Mensaje de texto.
Natasha:
¿Podríamos tener un video chat? Estoy con Pepper y quiere conocerte... Esta bien si dices que no, de verdad... es que me hizo preguntarte. :/
En lugar de una respuesta, Natasha se sorprendió al ver una llamada de vídeo entrante de Wanda en la pantalla. Se sintió nerviosa y miró a Pepper, que se reía de ella, sintiéndose satisfecha de sí misma.
— ¡Compórtate! — amenazó Natasha, señalando con el dedo a su amiga antes de contestar la llamada.
Videollamada:
Natasha:
Hola. — sonrió cuando vio a Wanda en la pantalla.
La castaña llevaba una camiseta negra sin mangas con una ilustración de un águila en el frente y la palabra TOPANGA escrita en letras gruesas blancas encima. Tenía em cabello ondulado, se veía sexy e informal, lo que Natasha notó inmediatamente antes de perderse en los grandes ojos verdes de Wanda que parecían haberse vuelto aún más intensamente verdes debido al contraste con el delineador de ojos perfectamente aplicado.
Wanda:
Hola, Nat. — sonrió a la cámara.
Natasha:
Hola. — Natasha estaba tan nerviosa que se repitió, lo que hizo reír a Pepper en voz alta.
Pepper:
Ya dijiste eso, boba. — se burló de ella y recibió un puñetazo en el hombro por parte de Natasha. — ¡Oye! — se quejó y Wanda se echó a reír al otro lado del teléfono.
Natasha:
Lo siento, Wanda. — dijo ella y sintió el calor subiendo a sus mejillas. — Eh, te presento a Pepper... — giró la cámara hacia ella. — Pepper, ella es Wanda.
Wanda:
¡Encantada de conocerte, Pepper!
Pepper:
¡Igualmente! Nat me ha hablado MUCHO de ti. — dijo ella y vio a Natasha poner los ojos en blanco.
Wanda:
Cosas buenas, espero... — Wanda le sonrió.
Pepper:
Oh, sí... Cosas excelentes, no deja de hablar de ti ¿verdad, Nat? — dijo, mirando a su amiga que abrió mucho la boca y rápidamente volvió la cámara hacia sí misma, a pesar de saber que Wanda probablemente vería todos los tonos de rojo en toda su cara.
Natasha:
Lo siento mucho, Wanda... No le hagas caso... Solo está tratando de avergonzarme. — dijo y luego vio que Wanda estaba claramente divertida por toda la situación, lo que la hizo relajarse un poco.
Wanda:
No pasa nada. — se río la castaña. — Eso es exactamente lo que me está pasando con Yelena desde que regresamos de París.
Natasha:
Di adiós, Pepper. — volvió a girar la cámara hacia su amiga quien saludó a Wanda con la mano mientras Natasha caminaba en dirección a su habitación.
Pepper:
Muy bien, ya lo capto... Esperaré aquí, entonces... sola. — se quejó.
Natasha:
Ahora vuelvo, métete en Instagram mientra tanto o algo así. — dijo ella y entro en el dormitorio, se sentó en la cama y miró la pantalla donde Wanda la estaba mirando sonriente. — Hola... — le sonrió.
Wanda:
Eso fue divertido. — Wanda le devolvió la sonrisa.
Natasha:
Ajam... — rodó los ojos. — ¿Ya echas de menos a Yelena?
Wanda:
¡Curiosamente sí! Pero al mismo tiempo, creo que es bueno que se haya ido... necesita resolver algunas cosas en su cabeza. — Natasha la miró, confundida. — Te lo explicaré en otro momento.
Natasha:
Vale, podemos hablar de eso la próxima semana si quieres... en persona. — le dio una sonrisa tímida.
Wanda:
Oh... algo me dice que vamos a hacer mucho más que solo hablar, Nataska... — levantó la ceja con una sonrisa en su rostro.
Natasha sintió una oleada de sensación eléctrica en todo su cuerpo y supo que esperar su vuelo a España iba a ser la semana más insoportable de su vida.
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Bueno... Yelena se fue...
Una semana más y tendremos más escenas ScarletWidow, ahora ya en persona! <3
Tkm <33
–Shani:^