«Me enamore de un prostituto...

By JordanRgz

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Nuevos personajes, nueva trama y sobre todo nuevos líos. Esta vez podrán perduran ante todos los obstáculos q... More

Sinopsis
Dedicatoria
Prólogo
Capítulo Piloto
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 17
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Epílogo
Agradecimientos
Dedicatoria
Sobre el Autor

Capítulo 18

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By JordanRgz



Dedicatoria Especial:

Por hacerme sentir mejor cuando me siento mal, por esos días que nos peleamos y que me abrazas y no me sueltas para no dejarme ir, Cuando me siento mal tu eres mí único remedio.

Lo más hermoso del mundo para mí, eres tú.

M.C.

Jacob Breidan

Día 1

Me dolía la cabeza, estuve en cada todo él día porque no quería levantarme y hacer nada, obviamente no fui a clases y está bien era mi vida y ya era mayor de edad para saber qué hacía con ella. Mi madre no se opuso si faltaba hoy a clases pues ella entendía lo que estaba pasando, Porque no era nada fácil y ella sabe lo que es pasar por desacuerdos con tu pareja.

Es la mejor madre comprensiva la quiero tanto por eso y nadie podrá hacer que me sienta mejor que ella misma dándome su apoyo de madre.

Me pidió que no hiciera alguna estupidez mientras ella se iba al trabajo pues no podría quedarse conmigo y mí sufrimiento.

No quería hacerla que se quede por una idiotez de adolescente y romance, es patético que este en cama por un hombre, algo de lo cual yo no me dejaría decaer nunca, siempre me burlaba de las parejas así porque prometí no ser así como ellos.

Y mírenme ahora estoy deshecho.

Estúpido Marcus y maldito seas Patrick, lograste lo que querías, que termináramos.

Aunque no oficialmente pero no necesita una ruptura oficial para esto.

Me duele la cabeza y siento que me explotara.

Creo que mejor me dormiré.

Día 2

Otro día más en cama, mire él reloj de mí celular y observe que eran las 7:28 am, ya debería estar rumbo al instituto en mí motocicleta, pero no. Mírenme aquí como idiota sufriendo por mí ex novio aun.

Mí mama me hizo él desayuno y lo trajo a la cama y me dio su típica charla sobre él amor y las relaciones, me explico todo lo que dijo Marcus ese día que vino.

Yo claramente le había dicho que no quería verlo y le di indicaciones que no quería verlo en la casa ni que entrara.

Ella me defendió y le dejo en claro a él que yo era un chico sensible y especial y no permitirá que me hiciera daño de nuevo, como todas las madres defienden a sus hijos como leonas protegiendo a sus cachorros.

Ella saco las garras de la forma más educada y siendo Cortez de no dejarlo entrar y que no quería verlo en un tiempo, que era una pérdida de tiempo si venia por qué no lo vería.

Mi madre hablo con él principal de la escuela para pedir una semana de ausencia así yo podría recuperarme emocionalmente, excusando que estaba enfermo.

Es la mejor madre de todas, todos quisiéramos una así como la mía.

Día 3

Esto se estaba poniendo tan habitual, lo de siempre pues estaba poniéndome un poco mejor, no del todo.

Mí mama se había ido a trabajar, así que aproveche para levantarme temprano, estaba en pijamas y baje las escaleras para ir a la cocina y servirme un rico y gran tazón de helado en él bol más hondo y sentarme frente al sillón y poner una película romántica en la televisión.

Obviamente me gustaba ser masoquista y ver la felicidad en otras personas y en vez de pensar en la mía la cual esto no me hacía sentir especial y feliz.

Me estaba volviendo algo aséptico, quería creer en el amor de nuevo, sin duda era algo hermoso pero cuando sufrías esto, no es bueno para él corazón andar en este tipo de idioteces.

Puse la película, y me cruce de piernas para verla y con él gran cucharon hundirlo en él helado que se derretía de sabor moras, se pegaba a mí paladar y sentía que era la gloria.

―Que rico sabe esto, joder.

Tenía tiempo que no hablaba de verdad que empecé a creer que me había vuelto mudo, desde la ruptura solamente hablaba en mi mente conmigo mismo, en mis pensamientos, mí gran profundo mar de pensamientos y con algunos gestos con mí mama para decir sí o no.

Fue tan extraño escucharme a mí mismo, que hasta sentí que me había cambiado la voz.

Me recosté de lado viendo la película y hundía la cuchara en él helado sintiéndome culpable mientras una lagrima salía de mis ojos, haciendo queme ardieran y me empezara a dar algo de sueño hasta quedarme dormido.


Día 4

Tenía 2 días de no bañarme, empezaba a darme asco por mí mismo, hasta un poco de lastima. Había descuidado mí higiene, siempre fui un chico aseado y tan delicado en mí aspecto físico y personal que no sabía por lo que pasaba este momento.

Lloraba todas las noches y todas las mañanas.

Me quedaba dormido después de las 3 de la madrugada y me levantaba hasta las 2 de la tarde,

Malpasaba las horas de la comida que solo llegaba a tener una o una y media comida al día.

Adelgace en extremo, se me empezaban a marcar los huesos de las costillas y la clavícula, de las caderas y mí abdomen perdía musculatura.

Empezaba a odiarme a mí mismo por culpa de alguien más.


Día 5

La barba me empezaba a crecer, creo que en exceso pues tenía como 2 semanas sin afeitarme, la última semana que estuve con Marcus descuide mí aspecto, más esta semana encerrado en casa que ni había tocado él rastrillo de afeitar y ni la esponja de baño.

Mí mama pedía que me bañaba y me limpiara para poder arreglarme y salir a comer, yo no quería pues no me importaba salir de la casa solamente quería dormir y quitar el dolor de cabeza, calmar mí dolor de estómago.

Creo que he perdido 4 kilos en estos 5 días, apenas es viernes y debería estar disfrutando mí fin de semana afuera saliendo a pasear, al cine o con los amigos.

Era él vagabundo más feo de todos, aunque nadie me juzgaba nadie me creería por lo que pasaba.

Hoy no me dejaría estar en casa, pues casi mi madre me metió a obligación a la ducha para que me metiera y me pudiera bañar.

No tuve otro remedio que hacerlo y bañarme, hice caso y estuve 45 minutos en la tina de baño sentado cepillando mí cabello con shampoo una y otra y otra vez.

Al igual que él jabón lo pase por mí cuerpo escuálido y no tan esbelto como antes, me daba pena tocarme a mí mismo, pues antes me sentía físicamente cómodo con mi cuerpo pero ahora sentía repugnancia porque si no me amaba a mí mismo, como me podría amar alguien más.

Sobre todo porque él que yo amaba me traiciono.

Todos los hombres gay eran iguales.

Hundí mí cabeza en él agua y al salir a la superficie para respirar y tallar mis ojos.

Con la esponja de baño talle mis delgadas piernas y entre los largos dedos.

Él cabello me había crecido bastante esta última semana que en el último mes.

Su largo era tanto como 7 cm más de lo que ya tenía, me tapaba él rostro y llegaba a la punta de mí nariz.

Salí del agua levantándome de la tina con cuidado quite él seguro para que se fuera él agua enjabonada y sucia por él drenaje y Salir poco a poco sacando mis pies y pisando el tapete afelpado y tomando la toalla colgada del perchero de la pared y secando mí cuerpo con cuidado y enredándolo en mí cintura, me acerque al espejo del baño y quite con la mano lo empañado que estaba y trate de sonreír.

Tome la navaja para afeitar, la mire tan larga y brillosa, filosa como si me llamara dentro de mí cabeza, que la pusiera esa navaja fría de metal en mí piel fresca y limpia.

Era un llamado para que la pusiera sobre mis muñecas y presionara en ella para cortar mis venas.

Cerré los ojos y presione un poco, sentí un ardor en mis muñecas sobre mis venas y después empuje más fuerte y un líquido caliente y que me hervía la piel tan espesa y pegajosa bañaba de rojo mí piel limpia.

Cuando me mire las manos sobre él lavabo empecé a gritar y llorar de lo asustado que estaba porque nunca había visto tanta sangre en mí vida.

Grite él nombre de mi madre como loco y Salí del baño corriendo por él pasillo que caí de golpe en él suelo por que estaba empapado y mojado, él piso me hizo resbalar, me golpeó la cabeza muy fuerte.

No tenía de manera y detener este sangrado, trate de sobarme la cabeza pero no podía hacer movimiento y las articulaciones para apretar mí cráneo con él golpe que me di por que más sangre me salía.

Mi madre llego corriendo, porque se terminaba de vestir para llevarme a cenar y espantada grito: ―Jaaaaaaaaacob!! Que has hecho mí vida, porque lo hiciste. Hijo reacciona, mírame aquí estoy... Llamare a la ambula...

Me desmalle, totalmente serenidad, oscuridad y frio.

Desconectado del mundo, no veía nada más que la oscuridad como si estuviera en él vacío del espacio, mi mente relajada y en calma como si hubiera muerto y estar en paz.

Ninguna voz, ningún sonido... solamente yo mismo con mi mente y mis pensamientos.

Día 6

Desperté...

Estaba en una habitación blanca, esterilizada y limpia.

Tan clara que la luz del sol entraba por la ventana, una cama suave y sábanas blancas.

Estaba encamado, con vendas en las muñecas y un tuvo para respirar que me molestaba.

Arranque los tubos que estaban pegados a mí cuerpo por ser una molestia.

Eso activo un sonido en forma de pitido continuamente como latidos.

Una enfermera entro rápidamente y trato de ayudarme a tranquilizarme y relajarme, me acostó de nuevo y me pidió de por favor que no me quitara los tubos del cuerpo porque eran necesarios.

Hice caso, realmente estaba cansado para defenderme de ella y excusarme sobre lo que sentía.

El doctor entro por la puerta, sabía que era él por la bata que traía puesta y por él gafete con su nombre y su oficio debajo que decía "Doctor".

Se acercó y me miro con una sonrisa―Como despertaste Jacob Daniel.

¿Daniel? Ya nadie me llamaba así, de echo nadie me llamaba Daniel es súper raro.

―Bien gracias, que hago aquí puedo saber, me siento ya mucho mejor.

―Estas aquí. Internado porque intentaste suicidarte.

Abrí los ojos de par en par e intente reírme, era absurdo yo nunca haría eso porque lo haría.

Ya no estaba deprimido, pues empezaba a sentirme mucho mejor porque quisiera matarme.

― ¿Suicidarme? Como

―Te cortaste las venas, no sé si apropósito o fue un accidente pero... estas mucho mejor.

―No recuerdo, nada de eso porque me cortaría las venas, me sentía bien.

―Quizás caíste en depresión.

―Por qué lo haría dígame usted.

El doctor me miro e irónicamente contesto.

―No lo sé, soy doctor no psicólogo, quizás por un ex.

Quise cambiar de tema rápidamente ― Y donde esta mí madre, quiero vera e irme a casa.

―No podrás, lo siento sr Breidan, quedaras en cama otro día mas antes de irte a tu casa y recuperarte.

―Bien.

Lo mire molesto y me voltee de lado e ignorándolo.

La enfermera me puso algo de anestesia o morfina que empecé a ver borroso y me quede dormido.

Día 7

Otro asqueroso día más en una cama de hospital, parecía un esclavo aquí mismo en estas 4 paredes.

Me sentía encarcelado, no había visto a mí madre porque me lo habían negado las visitas de cualquier persona.

Pasaron las horas, una tras otra hasta que viniera él doctor a decirme que ya podría irme a casa.

―Hola, buenos días Daniel- parecía hacerlo a propósito.

―Buenas Doc. Dígame Jake o Jacob, no Daniel. Ese era el nombre de mi padre.

―Está bien Jake, Te informo que ya te puedes ir a casa, este dado de alta, tu madre quiere verte.

Trate de levantarme y caminar hasta él baño y cambiarme lentamente.

Al salir del baño con mí ropa limpia, una diferente a con la que vine.

De hecho ahora empiezo a recordar que estaba duchándome, estaba desnudo en una toalla.

Qué vergüenza.

Camine hasta la puerta y la gire con cuidado con mis manos débiles y heridas, con esas puntadas en mí muñeca.

Al salir vi a mi madre sentada en una banca que estaba frente a la habitación del pasillo.

―Mami...

Ella se acercó con lágrimas en sus ojos y me abrazo.

―Angelito, que bueno que estas bien y tuve miedo, pensé que te perdería Jacob. No vuelvas a hacer esto nunca más.

Ahí estaba, mi madre la normal madre protectora que me regaña cuando hago algo mal.

―Lo siento, no sé qué pensaba y porque lo hice.

―Vamos a casa hijo.

Día 8

En casa:

Estaba reposando en la comodidad de mí casa, mi madre se había vuelto muy Cortez y sobreprotectora, últimamente no me dejaba solo para nada, solo para ir a trabajar, solo que él primer día pidió a su jefe que no podría ir para cuidarme.

Ya tenía como 12 días sin afeitarme la barba y realmente me hacía ver más viejo para mis 18 años que tenía.

Eso me perjudicaba a mí imagen física. Mi santa madre no quería que me afeitara porque pensaba que me suicidaría de nuevo.

Este día será fatal y aburrido.

No podre estar 2 semanas más aquí y sin poder afeitarme y que piensen que me quiero quitar la vida.

Día 9

Era apenas él 2do día que estaba en casa desde que Salí del hospital y juro por mi vida que si pasaba otro día encerrado morirá literalmente, porque si lo digo enserio mi madre me llevaría con él doctor para que me revise la cabeza.

Día 10

Porque mí mama me había planeado una cita con él psicólogo para hablar sobre mis sentimientos y lo que sentía, porque ella dice que soy rebelde y que no quiero hablar con ella, pero es que me sofoca todo él día siendo protectora en exceso.

No me dejo que me arreglara ni me peinara, o me afeitara la barba.

Me obligo a vestirme con ropa absurda, unos jeans, una camisa blanca porque dice que tengo que purificar mí alma y no me dejara usar negro en todo el mes.

Con él cabello lacio medio enredado y marañoso porque me rehusaba a bañarme ya que no me dejaba afeitarme justo cuando ya me molestaba e incomodaba mí aspecto.

Zapatos Vans y una gorra para poder ocultar mí cabello grasiento y algo reseco por que no estaba usando mí acondicionador.

En fin, me baje del auto y azote la puerta del coche de mí madre, porque ella estacionaria él auto en lo que yo entraba al edificio donde estaba el psicólogo y esperaba.

Subí los escalones y llegue a una pequeña estancia con una recepción,

La chica atendía las llamadas telefónicas que no pararon por 3 minutos de sonar.

Me senté en una banca pequeña esperando que me atendiera, baje la cabeza con pena y oculte mis brazos abrazándome a mí mismo.

Había usado unas muñequeras negras con él logo de mí banda favorita Nirvana y con remaches y pinzas con picos estilo punk rock.

Mi madre entro a la estancia y se acercó con la recepcionista para hablar en voz baja, no podía entender y ni leer sus labios por que no era legible y no los leía.

Minutos después la señorita recepcionista se levantó y entro a la oficina del psiquiatra, al salir me miró fijamente y me dedico una cálida sonrisa y dijo:

―Puedes entrar, él psicólogo te espera.

Yo me levante, muy firme aunque me dolían las piernas y las sentía algo temblorosas a paso lento me moví caminando hasta la puerta, sabía que del otro lado estaría él hombre que me daría terapias todo y trataría de sacar de mí todo lo posible.

Voltee y mire a mí mama sentada con una revista en manos y me dedico su sonrisa de madre, la sonrisa que te hace sentir cómodo y seguro contigo mismo.

Tome la manija de la puerta y la abrí para entrar, cerrarla al estar adentro con seguro y me acerque a un sofá de descanso para poder iniciar con la terapia.

El doctor o psicólogo se presentó conmigo, Era algo joven para ser psicólogo, tendría unos 28 o 30 años por lo mínimo.

Cabello rubio, con poca barba al menos más que yo por que se veía súper bien y joven, yo solamente me veía asqueroso.

―Hola Jacob, soy tu doctor o más bien psicólogo y quiero que sepas que seré tu amigo puedes contar conmigo.

Moví mis labios mordiéndome y reí un poco ― Gracias, doctor, pues bueno yo soy Jacob como sabrá y mi madre me trajo aquí quizá piensa que este loco y necesite esto.

―Porque crees que necesitas un psicólogo.

―Quise suicidarme eso dice mí registro pero no es así, fue un día normal y común cuando Salí de ducharme y tome la navaja de afeitar para recortar mí vello de mí rostro porque soy muy aseado y sentí un cosquilleo por querer empujar esa navaja en mí brazo en mis venas y cuando menos pensé estaba sangrando. No quería suicidarme fue un momento descontrolado sin pensar, no quería quitarme la vida.

―Entiendo Jacob, suele pasar solo que te dejaste llevar por ese instinto, eres un buen chico sé que no lo harías a propósito. Pero porque sufrías tanto para estar deprimido.

―No quiero hablar de ello.

― ¿Seguro?

―Si,

Hizo una mueca ― quizá después me puedas decir sobre él.

― ¿Él?

―Tu sabes, tu mama me informo un poco pero quiero saber de ti por tu cuenta lo que tú piensas.

―Es una loca controladora y chismosa, es mi vida no tiene que estar divulgando mí intimidad y mis humillaciones, MÍ EX NOVIO ME ENGAÑO CON SU EX, SE ACOSTO CON ÉL! ESTOY DESTROZADO.

Grite en voz alta para sacar ese dolor, creo que me sirvió sacarlo porque me hacía sentir más relajado después de eso.

―Tranquilo Jacob, entiendo lo que pasas, no es fácil y créeme que es difícil superarlo pero no era la mejor opción lo que hiciste.

―Así que... ¿Eres gay?

―Ehhh.

No entendía que quería saber de mi vida íntima o privada, le acabo de confesar lo de mí ex novio y me pregunta esto.

―Que si lo eres.

―Que tiene que ver eso, le dije de mí ex y lo que hizo creo que es notorio que me gustan los chicos soy súper gay... Tengo un pene dibujado en la frente acaso no lo ve doctor.

Él soltó una carcajada sonora que retumbo en toda la sala de su consultorio.

―Eres un chiquillo divertido, entusiasta y alegre después de todo esto, me parece bien que tomes todo con buena cara, sabes creo que es todo por hoy, solo quería conocerte como paciente desde la próxima semana una vez vendrás aquí y tendremos una sesión de 40 minutos y me contaras todo lo que quieras para des ahogarte conmigo.

―Sera mí diario humano, excelente lo que necesitaba.

Me levante y me despedí del doctor, sacudiendo mí mano y Salí de su consultorio y cerré la puerta, me dirigí hacia mí mama y camine hasta la salida.

No quise hablar con ella porque me molesta que le contara al doctor sobre mí, se supone que para eso había venido yo, para que él supiera de mí, por mí cuenta no por ella.


Día 11

Todo lo que tengo que decir este día es que mi madre está loca, estoy molesto con ella.


Día 12

He revisado él teléfono esta mañana y pude notar que tengo como 76 mensajes de Marcus.

No los quise responder por que no vale la pena lo que él hace ni lo que quiera explicarme o decirme, es un estúpido idiota cobarde.

Borre sus mensajes, más no su número. ¿Porque? no lo entiendo acaso lo amaba a un y no me atrevía a borrar su número.

Tenía intriga en que decía o explicaba sus mensajes, talvez la mayor explicación que me dejaría en claro todo y sacaría muchas dudas.

Creo que ya arruine todo. Talvez si pudiera llamarlo, quisiera verlo no puedo resistirme lo necesito estoy tan clavado con él pero recuerdo lo que me hizo y me vuelve él coraje.

Apague él celular para no recibir mensajes ni notificaciones suyas en un buen tiempo.

Día 13

No tengo mucho que decir, pero él día de hoy mi madre me dejo afeitarme pero obviamente con su supervisión, pero todo salió bien porque ya empezaba a irritarme la piel y a molestarme.

Empiezo a ser yo mismo de nuevo, me aseo todos los días, estoy afeitado y puedo empezar a vestirme a la moda como antes.

No salía casi, ya había pasado dos semanas y había regresado a clases, todos me preguntaban donde me había metido y evadía todo tipo de comentario o preguntas sobre mí y mis marcas de mis muñecas o sobre mí novio.

No muchos conocían a él pero solo unos cuantos que me habían visto con Marcus les daba por preguntar por él.

Empecé a hacer ejercicio de nuevo, en el instituto en clase de gimnasia, en las tardes iba a correr al parque y en la mañana cuando era fin de semana, en casa hacia abdominales, bíceps y pecho.

Volvía recuperar mi vida poco a poco, ya no tenía tantas ojeras porque dormía lo necesario sin pasarme las horas y desvelarme tanto.

Comía a las horas que debía, las 3 veces al día y mi cuerpo volvía a recuperar su peso ideal, musculoso y curveado.

Gracias a mí mismo que pude salir adelante por darme una oportunidad como persona para perdonarme y amarme como ser humano.

Cuando nadie me daba una segunda oportunidad, yo mismo lo hice.

Todo iba excelente y nadie estropearía mí nueva vida, desde ahora soy otro.

(Un mes después)...

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