No s eolviden de votar y comentar :) los quiero
Mientras caminaba por el laboratorio intentaba mostrarme segura y confiada, aunque por dentro tenía mucho miedo.
Sabía que todos fingirían hacerme caso, pero que a mis espaldas estaban planeando cómo hacerme desaparecer, o no me tomarían en serio. No puedo negar que tener el control me daba satisfacción, una motivada por la revancha, por todo lo que nos habían hecho pasar. Por otro lado, no estaba segura de qué iba a hacer, ni cómo. Solo esperaba que Ian regresara, porque él sí estaba capacitado para liderar el proyecto y en cierta forma, se lo debían.
Me tomé unos segundos frente al oficina de Solange, antes de tocar la puerta ¿o solo debía entrar y demostrarle quién manda?... no, preferí tocar. Y no fue necesario.
—¿Qué es lo que quieres? —me gritó desde adentro. Claro que sabía que yo estaba ahí, recogiendo valor para hablarle.
Entré con mi pose más altanera y me senté frente a ella.
—Estoy ocupada, niña. —Me dijo de mala manera, sin desprender la vista de la pantalla de su computadora.
—Cómo no sea buscar la forma de traer a tu hijo de regreso como ordené, no es importante.
Pensé que mis palabras causarían alguna reacción en ella. No fue así. Siguió escribiendo como si nada.
—Hay muchas cosas para hacer aquí de las que tú no estás ni enterada. No voy a dejar todo de lado solo por tu capricho.
—Oh, así que esas vamos a jugar. ¿Ignorarás por completo el hecho de que ya sé que Ian y Daniel son tus hijos?
Por fin dejó de escribir y me dirigido la mirada.
—No son mis hijos.
—Según esto tú los concebiste y los pariste, eso los hace tus hijos—le extendí la pantalla de mi tablet, con el archivo de Ian.
—Fue solo por mi compromiso con el proyecto. —Ahora ella era la que intentaba mostrarse con confianza, pero notaba que por dentro se sentía tan insegura como yo.
—No lo creo. Estar aquí a diario y verlos con el resto y no pensar que son parte tuya... por más fría que quieras ser, es imposible que eso no te mueva alguna fibra sensible. ¿Eres portal? ¿Qué pasó al otro lado?
—¿Pues qué crees que pasó? —me habló con sarcasmo—. Me morí, igual que tú, hace más de veinte años.
—¿Y tú y el señor Key tuvieron algo?
—No—de nuevo pretendió sonar segura y no me convenció—. Tener a los chicos solo fue parte del proyecto. Los portales naturales tienen habilidades que los que creó Anthony de manera artificial no. Pero siempre fui consiente que solo era eso... parte del proyecto.
—¿En serio? ¿Qué edad tenías? ¿dieciocho? ¿Diecinueve? ¿A qué edad entraste al proyecto?
—La misma que tú al entrar aquí. — Se puso más hostil—. Yo también era una niña estúpida con una habilidad especial que creía que iba a cambiar el mundo.
—Yo entré por dinero, pero Anthony Key no me utilizó de la forma que lo hizo contigo...
—¡Ja!—exclamó con una risa y me vio como si fuera el ser más estúpido que conociera—. Al enterar aquí nos diste poder sobre todo, niñita. ¿O acaso crees que ese hijo tuyo fue solo una coincidencia? Cuando entras a las cámaras de monitoreo sabemos todo y controlamos absolutamente todo.
—¿Me estás diciendo que me pincharon los condones de una manera muy sofisticada?
—Por decirlo de alguna manera. Anthony se moría de ganas por un hijo tuyo y de Ian. Un portal natural, de dos portales naturales. Si pusiéramos un precio a cada uno de ustedes, el de él sería incalculable.
No supe como sentirme. Mi embarazo no había sido un accidente. Un fallo en el anticonceptivo como había creído siempre.
—¿Le hicieron lo mismo a Grecia? ¿Porque no con Maya? Era más lógico.
—Obviamente era el plan inicial, pero Maya no podía tener hijos, útero infantil o algo así. Anthony se molestó mucho, pero vio la oportunidad de hacer lo que el Círculo hace, niños portal hijos de hermanos de diferentes dimensiones. Funcionó, claro que él nunca llegó a saberlo.
—Ni lo hará—determiné y me quedé pensando. Había obtenido más información de la que esperaba y no estaba segura de cómo sentirme el al respecto.
Algo dolió dentro de mí. No solo el hecho de que ellos hubiesen jugado con mi anticoncepción y en cierta forma forzado mi embarazo, sino que Maya no podía ser madre. No debía importar porque al final de cuentas ya había muerto, pero toda la vida que pensé que iba a tener en la dimensión T52, no se habría cumplido de una u otra manera.
—¿Eso es todo? ¿O puedo regresar a lo que estaba? —Solange interrumpió mis pensamientos.
—Daniel e Ian no lo saben ¿verdad?
—No y no se los digas.
—No puedo prometer eso.
—Vas hacerlo, nadie gana nada con esto. Nunca quise hijos y no pienso jugar a la mamá a estas alturas. A ellos tampoco les va a hacer ningún bien.
—Tienes un punto, pero se me hace difícil de creer que jamás los hayas...—pensé que decir y de pronto me di cuenta—. Su madre de Almarzanera. La que los crio ahí junto con el señor Key antes de que muriera. ¿Eras tú verdad?
—Sí. Jugamos a la familia feliz un par de años. Luego los del Círculo nos asesinaron. En esta dimensión yo vivía aquí, mientras los chicos estaban en el laboratorio de Londres, cuando me conocieron en esta dimensión, ya tenían diez y once años, no me reconocieron y fue lo mejor.
—No diré nada de momento; sin embrago, es posible que ellos revisen sus documentos y se den cuenta. Aunque no quieras admitirlo, sé que en el fondo también quieres a Ian de regreso. Así que por favor ayúdame —me levanté del asiento. Ella no me respondió, volvió a ignorarme. Permanecí un momento en la puerta y volteé hacia ella—. Oye... me acabo de dar cuenta que Nicky es tu nieto. ¿Te lo presento? O....
—¡No! ¡no te atrevas a decir eso! ¡no soy una... abuela!—me gritó furiosa, de todo lo que habíamos hablado, eso le molestó más que nada y me pareció muy gracioso.
—Él frunce la frente igual que tú cuando está enojado —añadí para hacerla rabiar más. Como respuesta apretó el botón de la puerta y la comenzó a cerrar con medio cuerpo mío adentro. Me vi forzada a salir escurriéndome.
Solange me había dado un golpe de realidad. Seguía siendo tan ignorante e ingenua como antes. Siete años atrás le había dado al proyecto y a Anthony Key poder absoluto sobre mí, y recién estaba dándome cuenta.
No me arrepentía. Si regresaba al pasado a cambiar mis decisiones, hubiera tomado las mismas, siendo menos ingenua; y no lo iba a ser más.
Mi corta meditación fue interrumpida por Sam, me daba a entender que necesitaba hablar a solas. Lo esperable. De los diecinueve hermanos de Ian que quedaban vivos, cuatro habían desertado años atrás, su localización no me interesaba. Ellos seguro estaba viviendo vidas normales. Once estaban de mi lado, o eso decía, mas solo confiaba en cuatro de ellos, y el resto estaba en Londres, seguro tomando un vuelo, desesperados por venir a revisar la situación.
Sam, pese a todo, eran de los que más confianza me transmitían.
—Sophie, necesito hablar contigo—me dirigió hacia una oficina vacía, ninguno tomó asiento, al parecer sería una charla corta.
—Te escucho.
Se tomó su tiempo para empezar a hablar.
—Sophie, voy a ayudarte a traer a Ian, haré lo que pueda te lo prometo, pero necesito cierta... reciprocidad de tu parte.
—O sea que tu ayuda está condicionada.
—Algo así. Mira, hace años que quise desertar, escapar como algunos hicieron. No lo hice porque...—otra pausa, jamás lo había visto así.
—Sam, mataste a alguien o qué pasó, porque eso no es un problema aquí. Solo suéltalo, es tú oportunidad de negociar.
—No sé si ya lo sabes. Tienen niños nuevos, una nueva generación. Son cinco.
—Sí, lo acabo de ver en los archivos.
—¿Tienes acceso?—por fin dejó la inseguridad.
—Claro, Thaly consiguió acceso a todo. ¿Necesitas salgo sobre alguno? —le pregunté, sospechando a donde se dirigía todo.
—Sí. No tenemos contacto con ellos, no quieren que creemos vínculos emocionales, ni siquiera sabemos quién es padre de quién. Una vez los trajeron para unas pruebas y hay una niña, Miley... estoy seguro que es mía.
— Thaly, muéstrame los archivos de Miley Key—pedí en voz alta, de inmediato el expediente se abrió en mi tablet. Le di una ojeada primero. Era una niña de la edad de mi hijo, piel morena y ojos claros, solo con verla uno se daba cuenta de quién era el padre. De todas formas lo revisé, debajo de la casilla "Donante de esperma", estaba Samuel Key. Datos de la dimensión T51, lo curioso que noté, fue que esta vez ella tenía el mismo nombre en ambas dimensiones. Miley Key en la T51 y Miley Hide en la T52—. Thaly, pasa el expediente al dispositivo de Samuel.
Sam sacó el teléfono de su bolsillo, en cuanto lo vio, pude notar el cúmulo de sentimientos encontrados que surgían en él al examinar el expediente de su hija.
—Sam, tu ayuda es valiosa, te juro que en cuanto Ian regrese, lo siguiente que haré será traer a eso niños y arreglar su situación. Tú eres libre de dejar el proyecto junto con ella, en ambas dimensiones. Estoy segura que Aaron se encargará de ello. Y si alguno de tus hermanos quiere a sus hijos, tienen el mismo trato.
Sam no pudo estar más agradecido. Con esa promesa ya lo tenía incondicionalmente de mi lado.
****
Pasada la tarde, volví a reunirme con varios, sobre todo con Renata y Solange, esperaba un informe de su parte, dándome las primeras acciones a tomar con Ian. Daniel me acompañaba sonriendo de oreja a oreja, él disfrutaba de todo eso más que yo. Noté que Solange lo esquivaba, bajaba la mirada cuando sus ojos estaban por entrar en contacto con los suyos. Por un momento también me expresó sin palabras que guardara silencio.
Y eso iba a hacer.
Daniel e Ian, se habían criado siempre sin una madre y no la necesitaban a esas alturas. Menos a una como Solange, que no los veía más que como objetos de investigación. Decirles la verdad, no le hacía un favor a nadie.
—¿Y bien? ¿Qué vamos a hacer? —le pregunté.
Renata levantó la mano con timidez.
—Como te expliqué antes, podemos usar el método que usamos para la transmigración del señor Key al cuerpo de Aaron, pero necesitamos alguien que... lo guíe, por decirlo de alguna manera.—trató de explicarme sin tanto tecnicismo.
—Perfecto, podemos hacerlo hoy. Emily ¿crees que puedas?—me dirigía a la chica, ella asintió con un gesto despreocupado.
—Ese es el problema....—Renata intervino—. Si fuera tan fácil lo habríamos hecho antes. En palabras sencillas, vimos que para que esto funcione el tipo de energía de ambos portales debe ser similar, de otra manera sus caminos no se cruzan—me explicó haciendo un gesto de entrelazar los dedos de sus manos—. Cuando hicimos algo similar con el señor Key, no solo tomamos en cuenta la similitud en el ADN, con lo que cinco de sus hijos varones coincidían en el mismo porcentaje, sino también el tipo de energía, y solo Ian y Daniel lo tenían. Lo mismo con Ian, necesitamos un tipo de energía similar y ninguno de sus hermanos lo tiene.
—¿No podemos tomar el riesgo de todas maneras?
—Podemos, pero estoy como un ochenta o noventa por ciento segura que no va a funcionar a menos...—Tragó saliva, como si fuese a decir algo muy malo—. Es muy probable que su hijo sí la tenga. Tendría que hacerle unas pruebas.
—¡No! reaccioné. Nicky no va a formar parte de esto.
—¡Ay por favor! —Solange soltó con ese característico sarcasmo que me desagradaba tanto—. ¿Quieres traer a tu novio de regreso? Haz lo que debas hacer, al mocoso no le va a pasar nada, el riesgo es mínimo.
—Sí, es decir, no es igual a lo que hicimos hace años. Esto es diferente, el riesgo para ambos sería mínimo y hasta el momento es la única solución que tengo, claro que primero debo revisar al niño y si es compatible, no aseguro éxito en la primera prueba, pero cada fracaso nos ayuda a reunir información —añadió Renata, cada vez más entusiasmada.
—Sophie... creo que debemos intentarlo. Ya habíamos pensado en hacer algo similar con alguno de nosotros y no lo hicimos por lo que ya te explicaron, el nivel de riesgo es bajo. Tu pequeño solo tendría que dormir, al otro lado unirán la energía de Aaron con la suya y él lo jalará hasta aquí. En el peor de los casos, Ian se quedará donde esta y Nicky despertará como si nada.
Los odiaba, porque me estaban convenciendo.
—Creo que vale la pena intentarlo, si mienten y le pasa algo a Nicky, solo los matamos a todos—los amenazó Daniel, sin dejar de sonreír. Ninguno se lo tomó a chiste y eso era bueno.
—Denme dos horas —dije finalizando la reunión. Si alguien debía decidir, ese era mi pequeño.
Regresé a casa, Leonardo lo había cuidado. Monitoreado todo el tiempo por Daniel y por mí, con Thaly programada para soltar una alarma en caso de algún movimiento sospechoso. Como veíamos en cámaras, habían estado todo el día jugando video juegos.
—Gracias Leo, puedes irte. Te prometo no usarte de niñero de nuevo, hoy fue una situación muy especial, necesitaba a Daniel y mi padre está muy ocupado...
—No hay problema, es parte de mi trabajo. ¿Arreglaste los asuntos en 3IE?
—Sí, todo marcha bien, soy... inversionista en un área de nuevas tecnologías en las que el padre de Nicky trabajaba. —le mentí. él no espero más explicaciones, solo se despidió.
Llevar a Nicky al laboratorio era algo que hasta un día atrás había jurado que no sucedería. Llamó mucho la atención, los ojos les brillaban a todos, seguro ansiosos por hacer alguna prueba con él. Antes de entrar a la oficina de Renata, le tuve que explicar lo que íbamos a hacer. Lejos de tener miedo, Nicky saltó con entusiasmo, quería ser quien trajese a su papá de regreso. Pensé que cambiaría de opinión cuando Renata le sacó una muestra de sangre, pero fui yo quien sufrió más, apretando su carita contra mi pecho para que no viera la aguja. Hasta se quedó muy quieto cuando le dije que debía estar inmóvil para un escaneo de cuerpo completo. Nicky estaba más comprometido con la causa que yo.
Renata casi baila de alegría al comprobar que como pensábamos, Nicky tenía un flujo de energía igual al de Ian y todo estaba listo para realizar el primer intento esa noche.
Le di a Nicky un helado como recompensa y esperamos hasta la media noche.
—Sam y yo nos iremos a dormir, debemos pasar nuestra conciencia al otro lado para arreglar todo —me dijo Emily. Además de recoger a Aaron y llevarlo al laboratorio, ella y Sam pasarían toda la información al doctor Jones, quien hacía el trabajo de Renata y manejaba parte del proyecto en la dimensión T52.
Estaba demasiado ilusionada. Me mentalizaba que una primera prueba podría no funcionar y necesitaríamos más, pero ya avanzaba, por fin avanzaba.
Pocos minutos antes de la media noche, le quité la ropa Nicky y lo metí a la cámara de monitoreo, explicándole que no tuviera miedo del agua y respirara por la manguera. En momento así, era imposible pensar que Nicky era un niño pequeño, casi un bebé. Se comportaba como todo un adulto determinado.
—Nicky, solo debes dormir, nada más. Al otro lado te darán instrucciones similares —le explicó Renata.
Solange nos acompañaba, observando todo de brazos cruzados, ocultando el sentimiento de emoción que seguro había en ella. Me era aún imposible creer que su hijo biológico no le interesaba en lo más mínimo.
—Nicky... ya duerme—le pidió Renata después de un par de minutos, ya estábamos cerca de media noche—. ¿No puedes hacer algo para que duerma? Debemos hacer esto a la misma hora en ambas dimensiones.
—¿Cómo voy a obligarlo a dormir? Es un niño, si supiera sería una heroína para el resto del mundo—le respondí—. Nicky cariño, cierra los ojitos e intenta dormir.
—No tengo sueño—me respondió con sinceridad.
—Tal vez lo tendría si a alguien no le hubiese dado un helado a las diez de la noche—Solange me increpó.
—¿En serio Solange? ¿Vas a darme tú clases de maternidad?
Se hizo a la loca y esquivó la respuesta.
—¿No puedes meterle cloroformo a la cabina? —sugirió, y todos voltearon a verla con reprobación.
—Puedo darle algo para dormir... en una cantidad pequeña—ofreció Sam. A esas alturas tuve que aceptar.
Miré la hora, ya casi eran las doce, faltaban segundos y Nicky ya estaba dormido.
—Está en sueño ligero. Necesitaremos que entre a sueño rem y su conciencia pase.
Me senté a esperar, estaría a su lado toda la noche.
Cuando su conciencia por fin pasó al otro lado y seguro vivía el día en la dimensión T52, todos estuvimos más expectantes que nunca.
—¿Y bien? ¿Funciona? — pregunté.
—Dale unos minutos, cuando despierte lo sabremos.
Observamos el monitor de Ian, no había movimiento. Seguía igual y de pronto eso cambió. Su pantalla se iluminó, un pequeño flujo de energía pareció llegar a él.
—¡Creo que está funcionando! —exclamó Renata. Yo tenía el corazón en la garganta, rogando que ese flujo creciera, que Ian por fin llegara a casa, y por estar atenta a su pantalla no me di cuenta de la de Nicky, hasta que una alarma sonó.
Su energía estaba como loca, iba y venía, venía cada vez menos, estaba por desaparecer.
—¡Qué pasa!
—No, no sé... es como si se hubiera quedado donde no debe...—Renata no me podía dar explicaciones.
—Es lo que pasó con Anthony antes de perderse —Solange acotó preocupada—. Desvincúlalos.
—¿Qué? ¡no, esperen! —reaccioné. Temblando de pies a cabeza, la energía de Nicky estaba desvaneciéndose.
—¡Desvincúlalos! —volvió a ordenar Solange.
Renata se levantó de su silla y fue hacia el panel principal.
De pronto se apagó. El agua de la cámara empezó a bajar y casi rompo la puerta tratando de sacar a Nicky de ahí.
Seguía con los ojos cerrados. Sin moverse.
—¡Nicky! ¡Nicky!—le grité desesperada. Le quité el tubo de oxígeno y lo cargué en brazos. No podía estar pasando eso, no podía haberlo perdió a él también.
Ya empezaba a llorar desesperada cuando abrió los ojos con calma.
—¿Vine con mi papá? —me preguntó en un susurro.
Lo abrace fuerte. ¿Cómo me ocurría hacer eso?
Sin soltarlo miré hacia la cámara de Ian, él seguía igual.
—No funcionó—Renata dijo con decepción—. Podemos intentarlo mañana o en luna llena cuando el traspaso es más sencillo.
—¡No! no volveré a poner a Nicky en riesgo.
La puerta se abrió, Emily entró apresurada.
—¿Que pasó? ¿Qué hicieron? —demandó saber.
—No funcionó al parecer....
—No solo no funcionó. Aaron no despierta —explicó con la voz entrecortada—. Teníamos la esperanza que de hubiese pasado aquí por completo.
Lo había jodido, todo, absolutamente todo, estaba peor que al principio.
*********
Perdí los ánimos por dos días. Ian no despertaba en Scielo1, y Emily me mantenía al tanto sobre Almarzanera. Aaron tampoco había despertado, aunque su situación era extraña. Su cuerpo seguía teniendo una estela de energía, pero su conciencia era la que no regresaba.
Nicky no se dejaba de culpar, diciéndome que le había soltado la mano y por su culpa se había perdido. ¿Cómo le hacía entender que la culpa era mía, solo mía?
En el laboratorio nadie se animaba mirarme a los ojos. Me prometían estar trabajando en solucionar todo y a esas alturas no sabía cómo. Por cinco años no habían logrado traer a Anthony Key de regreso, ¿Cómo encontrarían una solución para Ian?
Con las esperanzas por los suelos, y como a veces sucede, recibí una llamada que cambió la situación drásticamente.
—Hola princesa—de mala gana le contesté a Adam, solo porque no quería más sorpresas.
—Qué quieres.
—Uy... noto cierta ¿molestia? ¿Hice algo que no te agradó?
—¿Algo? Adam, estuviste en esa reunión del Círculo, ¡me mentiste!
—Oye, oye... tranquila mi princesa, yo no te engañaría nunca. No sabía que te invitaron también y como seguro ya sabes, eso no fue una reunión amistosa, fue una advertencia. A Franz Ayala no le gusta nada que te hable y te lleve a subastas del Círculo, o que te pase información. Mi vida corre peligro.
—¿Entonces por qué me llamas? ¿Quieres ser la próxima comida del deamon?
—¿Para qué son las normas si no son para romperlas? y por ti, vale la pena el riesgo. Te llamo porque hay rumores de que regresaste al proyecto Transalterna y este está bajo tu mando. Movida inteligente.
—¿Y eso qué?
— Que tengo un trato para ofrecerte. En realidad, un cliente mío, yo solo soy un intermediario. ¿Querías aprender todo lo que el Círculo sabe? Este cliente te enseñará, te dará toda la información que yo no puedo darte y que desconozco.
—¿Y por qué tu cliente haría eso?
—Porque quiere algo tuyo a cambio.
—¿Qué cosa?
—Protección, del proyecto Transalterna. Digamos que quiere salir del Círculo, pero es muy valiosa para que ellos la dejen ir. Así que te ofrece ese trato.
—Valiosa—recalque la palabra—. Entonces es una mujer. Si es Amanda, solo la quiero muerta.
—¡Oh, no! no es Amanda. Si aceptas concertaré una reunión para que se conozcan y cierren el trato.
—¿Y tu precio cuál es? —le pregunté, Adam, jamás hacía nada gratis.
—Tranquila, ella ya me pagó por ambas. Considéralo. Te veo en mi galería en una hora—colgó.
Daniel, quien había estado a mi lado escuchando me preguntó qué iba a hacer.
—Puede ser una trampa—consideré—. Pero confío en Adam. Si el Círculo quisiera hacerme algo, lo haría de frente. Puede ser un trato beneficioso.
—¿Y de qué nos sirve proteger a esta persona? No sé...
—Si es alguien que quiere escapar del Círculo, no veo por qué negarle ayuda y si me puede ensañar cosas que no sabemos...
—¿Enserio vas a aceptar?
—Daniel, a estas alturas ya no tengo nada que perder. Tal vez esta persona sepa como traer a Ian. Si seguimos esperando que Renata encuentre una solución estaremos años. Además, desde un inicio me involucré con Adam por sacar información del Círculo.
Daniel sabía que tenía razón, era un riesgo que debíamos tomar. Por supuesto él me acompañó y teníamos todo listo por si era una trampa. No nos tomarían por sorpresa.
***
La galería estaba cerrada. Toqué el timbre, un pequeño botón ridículo en comparación al tamaño monumental de la puerta. Nadie me habló por el comunicador, como esperando nuestra llegada, las puertas se abrieron.
Ni bien las travesamos hacia el hall, estas se cerraron. Nuestros pasos hacían eco en el suelo de mármol, no había luces encendidas, así que todo estaba en penumbra. Con la luz de los ventanales del segundo piso apenas iluminando.
—¡Princesa!—Adam me recibió con los brazos abiertos, caminó hacia mí. Lo esquivé cuando quiso darme un beso—. Eso fue rudo, pero seguro vas a perdonarme con todo este riesgo que estoy tomando solo para ti o bueno, ambas.
Detrás del avanzó hacia mí una mujer joven y de inmediato la reconocí por el cabello rojizo y largo, trenzado hacia un lado. Su piel se veía demasiado pálida debido a la luz y sonreía de manera encantadora. En sus manos llevaba a un gato gris, adormilado. Y cargaba una maleta negra y mediana. Era la mujer de esa reunión de Círculo, la que había abierto el portal.
—Sophie, ella es Alice Ayala. También es nieta de Franz Ayala y quien va ayudarte —la presentó Adam.
—Mucho gusto Sophie, ¿nos vamos? —respondió ella, con la seguridad de que yo iba a aceptar el trato.
las cosas ahora se pondrán un poco raras... ¿Ian regresará? o se quedra con su amiga Sophie/no sophie ?
je, bueno... espero les guste y a ver que opinione stienen de Alice ¿Aliada o enemiga?
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