17. Conociendo a Samantha

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Gente!! recuerden que este  sun lugar donde puedne comentar loq ue quieran, ya sean emojis, risas, gifs o lo que les nazca. 

Si se enojan con un personaje, también lo pueden decir. Yo no me enojo ni me lo tomo personal XD

Desde donde estaba le lancé una bola de papel. Él ni se inmuto, continuó parloteando. Samantha seguía haciendo lo suyo, muy concentrada en una tarjeta gráfica.

Ya que me iba a ignorar, mandé a Nicky. Le indiqué que le diera una orden y él me obedeció.

—Mi mamá dice que te busques algo que hacer y dejes de molestar a la gente que sí trabaja. —le dio el mensaje en voz muy alta y me miró buscando mi aprobación.

El resto de investigadores fingieron que no oyeron nada, pero más de uno se rio.

Samantha al parecer sí escuchó lo que dijo Nicky porque reaccionó con un sobre salto, luego miró hacia atrás y me pidió disculpas con la mirada.

—No, tranquilos, no me molesta, lo escucho mientras trabajo—dio explicaciones de forma muy apresurada, poniéndose algo roja por la vergüenza.

—Oíste, yo no molesto, entretengo—Daniel exclamó con tono infantil.

—Yo creo que sí molestas —lo contradijo Nicky.

—En serio Nicky, tu papá no me molesta —Samantha le dijo al niño con tono cariñoso.

Tanto Daniel como yo reaccionamos al mismo tiempo.

—¡No, no!— Daniel se apresuró a negar con las manos y yo caminé hacia ellos.

—Nicky no es mi hijo. Bueno, es como si lo fuera, yo lo crio—Daniel se explicó y abrazó a mi hijo a la fuerza—. ¿Verdad Nicky? soy tu ejemplo a seguir, pero no es mío, porque eso significaría que ella y yo...— Me miró con asco—. No la tocaría ni con un palo.

Como respuesta le di un pellizco, fuerte, que hizo que soltara a Nicky, quien se retorcía en sus brazos y aprovechó para correr hasta el otro lado del laboratorio.

—¡Oh, perdón, perdón!—Samantha se puso más nerviosa y roja, como si fuera posible—. ¡Lamento el mal entendido! —lo mal que se puso me puso mal a mí. Por momentos me recordaba a Claudia, mi mejor amiga del colegio, a quien ya no podía ver con frecuencia debido al trabajo de ambas, y me causaba bastante nostalgia, de cuando mi vida era completamente diferente.

—"Sophie, Daniel, vengan a mi oficina"—la voz de mi papá retumbó en la sala por el altavoz. Ahora yo era la nerviosa.

De inmediato fuimos con Daniel a la oficina que estaba justo al lado.

—Dejen de molestar a Samantha—nos regañó cuando entramos.

—La molestaba él, yo no —lo acusé.

—Daniel, te lo advierto, deja de acosarla, sí renuncia por tu culpa yo te renuncio de esta vida—mi papá lo amenazó.

—¡No la acoso! A ella le gusta que le converse. Es más, creo que yo le gusto —añadió petulante.

—¡Ay por favor! ella jamás se interesaría en ti —dije.

—¿Por qué no?

—Porque ella es una mujer y tú eres un niño.

—¡Claro que no! revisé su expediente, yo soy un año y ocho meses mayor que ella.

—¡Eso no es acosador en absoluto!—le reclamé con tono sarcástico—. Y no es un tema de edad, es de madurez.

—Ambos son unos inmaduros—mi papá masculló—. Samantha es el mejor elemento que tengo aquí, así que compórtense. Si quieren socializar, será en sus horas libres.

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