Leo vio nuevamente a tweek y pensó que algo le había molestado. Con sólo ver su expresión lo sabía. Sin embargo, tweek sólo ignoró la existencia del recepcionista y salió apresurado del consultorio sin despedirse.
—A... Adiós —dijo apenas cuándo esté ya se había retirado, luego sujeto su mochila y en eso vio a su jefe salir desde el pasillo, éste lucia completamente agotado y suspiraba con pesadez.
—Amm, craig ¿Está todo bien? —preguntó el asistente.
—... Si, descuida. Sólo lo de siempre —evitó el tema a toda costa y luego siguió —. Por favor déjale comida a los peces y cierra bien antes de salir. Te veo mañana.
El rubio sólo asintió y lo vio salir, algo inquieto y apenado por no poder ayudarle o al menos escucharlo. Craig odiaba que se metieran en sus asuntos personales después de todo, y a veces se preguntaba, con quien se sinceraba su jefe de vez en cuando.
Éste se encogió de hombros al no tener la respuesta y buscó la comida de los peces. Lo que sea que le estuviese pasando seguro podría manejarlo sólo.
Siempre podía...
Cuando craig salió del consultorio notó que tweek ya se había ido en su respectivo auto. Resopló y sacó sus llaves para subirse al suyo y una vez ahí le marco a su hermana menor, quien contestó en cuestión se segundos.
—Tricia, ya voy por liam, ¿en donde estás ahora? —quiso saber, mientras veía de reojo por la ventana.
—¿Ya saliste del consultorio? —respondió ella.
—Si.
—Acabamos de salir del centro, y ya íbamos directo para allá.
—No será necesario. Quédense dónde están, voy en camino —le aviso a su hermana y en eso encendió el auto, después colgó la llamada y se encaminó al centro comercial.
Tricia y liam se encontraban fuera del centro, probando un dulce bocadillo mientras esperaban. Craig los distinguió rápidamente con la mirada y al estacionarse bajó del auto, luego se les acercó y el pequeño al verlo sonrió felizmente, bajandose de la silla y corriendo hasta él.
—¡Papi! —exclamó al llegar a los brazos de éste y ser recibido con un cálido abrazo.
—¿Cómo estás, campeón? —preguntó con una ligera sonrisa.
—¡Super! ¡La tía tricia me llevó a comer helado y luego fuimos a la sección de videojuegos! —grito sonriente. Cosa que le causó un pequeño dolor de cabeza al azabache.
—¿En serio? Que divertido.
—Sii, lo fue —respondió animado y dándole otro mordisco al bocadillo que traía en manos.
—Emm... ¿Que está comiendo? —preguntó a su hermana.
—Esunbocallodechocodate —pronunció apenas el niño con la boca llena.
—Sólo es un bocadillo de chocolate —tradujo la pelirroja — ¿quieres uno? —ofreció levantando una pequeña bolsa en su mano, pero craig negó.
—No gracias... Ya tengo irme. En serio gracias por cuidar a liam hoy. Te debo una —habló apresurado, dispuesto a darse la vuelta e irse.
—Oh vamos, ¿Por qué tanta prisa? —dijo la chica cruzandose de brazos.
Craig se detuvo a verla, y la imagen del estricto rubio se le vino a la mente.
—... Tweek ya llegó —soltó.
Al escuchar eso tricia comprendió su prisa.
—Ahh... Ahora entiendo —resopló girando sus ojos, y metiendo ambas manos en los bolsillos de su chaqueta. El rubio era todo un caso.
—¿Mi papi ya llegó? —preguntó al de ojos verdosos y esté asintió —. ¡Genial!
—Si hijo... Genial —dijo craig sin mucho ánimo.
—Bueno, pues en ese caso, adiós chicos. Cuídense —se despidió tricia para después irse alejando poco a poco.
—¡Adiós tía! —agitó su mano en el aire, mientras su papá aún lo cargaba y se dirigían al auto.
***********
Tweek revisaba rápidamente la gaveta de la cocina y en eso sacó un pequeño frasco de pastillas. Tomó una sola y la dejó sobre la mesa mientras se servía un vaso de agua. Después de tomarla el rubio se quedó pensativo y respiraba hondo. La maldita ansiedad había regresado, y definitivamente no tenía ganas de discutir con su pareja en estos momentos. Cuando craig lo hacía enojar fácilmente podía decirle cosas hirientes y sin pensar.
Aún le costaba controlar esa horrible parte de él...
La puerta se abrió y tweek levantó su vista alertado, tomó el frasco para guardarlo en donde estaba y en eso escucho la voz de su pequeño, quien corrió a buscarlo apenas entró.
Tweek salió de la cocina y al verlo se acercó para cargarlo y darle un tierno abrazo. El niño correspondió gustoso a su abrazo y le sonreía contento.
—Ngh, mi amor, ¿Cómo te sientes? —le preguntó algo inquieto al niño.
—Estoy bien, papi.
—¿Estás completamente seguro? —insistió el padre, colocándolo en el piso y agachandose para revisarlo de pies a cabeza.
—Amm ¡Sip! —asintió seguro.
—¿Y tu respiración? Vamos, inhala y exhala conmigo, y de manera profunda —le indicaba al niño
—Está perfectamente, tweek... —habló craig, quien se quitaba la chaqueta y veía a su pareja —. ¿Por qué no lo estaría?
—...
—Tricia sólo lo llevó a comer helado.
—¡De fresa! —exclamó el niño.
—Ngh... Espera, pero hueles a chocolate, cariño.
—Ah, es que también comi dulce de chocolate —respondió inocente.
Tweek veía fijamente al pequeño y suspiro, luego se puso de pie y miró a su pareja.
—Ok... —dijo tweek, conteniendose —. Pero ya sabes que liam tiene prohibido comer tantos dulces en un día. Es un niño hiperactivo, y ahora que sabemos que tiene tdha debemos ser más cuidadosos.
—Si, tienes razón... Disculpame por eso, se lo diré a tricia para la próxima.
—¿Pará la próxima? —cuestionó el rubio levantando una ceja y cruzandose de brazos.
—Pues al menos que ya estés considerando a una niñera no tengo con quien más dejarlo. Y honestamente no creo que tricia vaya a estar disponible todo el tiempo.
—...
—¡La tía tricia es genial! ¡Me da helado, dulces, y también jugamos videojuegos! —decía liam ansioso, cosa que notaron ambos padres y fijaron su atención en este —. ¡También dijo que iríamos al parque de diversiones la próxima vez y también al circo y, y el zoológicooo!
—Ngh, ¿cuántos dulces le dio? —pregunto tweek, ahora viendo correr al niño de un lado a otro por toda la sala.
—Ahh... No tengo idea.
—Liam, ve a lavarte los dientes, ¡ahora! —le ordenó al niño y este al principio lo ignoró.
—¡Mira papi, soy sonic!
—¡Liam!—habló en un tono más demandante y el pequeño se paralizó un momento y luego corrió hacia el baño.
—Amm, ya se le pasará, tranquilo —quiso creer craig ante la mirada acusadora de su novio.
—No seas tan despreocupado, craig. Ugh, la última vez que comió tantos dulces se quedó dormido después de la media noche, y mañana tiene que levantarse temprano.
—Ah si, por cierto, debe tener tarea para mañana.
—Agh, ¿donde está su mochila? Tengo que revisar —pregunto el rubio viendo en todos lados.
Craig hizo memoria y en eso maldijo mentalmente.
—... Creo que, se quedó en el auto —dijo mirándolo.
—Pues entonces dame las llaves, la sacaré —le pidió.
—No, no me refería a mi auto.
—...
—probablemente, se haya quedado en el auto de tricia.
—¿Que? —exclamó el rubio, casi indignado —. Por dios craig, ¿donde tienes la cabeza hoy?
—Pues realmente ni yo sé. Sólo se que estoy estresado... —dijo esto último con voz rasposa y viendo hacia el suelo.
—Ngh, cómo sea, dile que la traiga ¡Seguramente tiene como cien reportes que hacer y ni siquiera ha empezado! —dijo alterado y craig lo vio raro.
—Tampoco exageres, tweek, está en el kindergarten no en la nasa.
—¡Aún así llámala, craig!
—Está bien, no tienes que gritar —respondió cansado y sacando su teléfono del Bolsillo.
Sin embargo, antes de que pudiera marcarle se escucho una bocina desde afuera. La pareja se miró algo confusa y y en eso craig fue a abrir.
Era tricia quien los llamaba, presionando la bocina un par de veces más y luego bajandose del auto. Está sostenía la mochila del niño.
—Creo que esto es de su hijo —dijo tricia mientras se acercaba a la puerta y luego le entregaba la mochila a su hermano.
—Si, efectivamente lo es. Gracias por devolverte por esto —respondió el azabache.
—Descuida.
—Si tricia, gracias. Tu hermano es un descuidado —dijo tweek, mirándolo atento y quitándole la mochila.
—Ja, no lo dudo, ¿Y liam?
—Está adentro cepillandose los dientes —respondió craig tranquilo.
—Es que comió muchos dulces y no quiero que le salgan caries, y al parecer también está más hiperactivo que nunca —siguió hablando el rubio, dándole una mirada medio interrogativa a la chica —. Tu ya debes saber porque.
—Oh, bueno, no sabía que los dulces lo ponían hiperactivo —contestó con simpleza —. Lo siento, cuñado.
—Es la regla número uno de está pequeña familia, tricia. Nunca darle demasiados dulces a liam.
—¡Entiendo! Es una pena ya que es un niño pequeño y ama todas esas cosas... Pero bueno, lo entiendo. En fin, ahora si tengo que irme —señaló el auto atrás y seguido se dio la vuelta para regresar.
Tweek la veía irse y respiró hondo.
—... Tricia.
Le pelirroja se detuvo a verlo, esperando a que hablara, y rogando mentalmente que este no comenzará a reclamarle.
—... Muchas gracias por cuidar a liam mientras tu hermano trabajaba duro. Te lo agradezco.
—Emm... De nada, tweek.
—Ten una linda noche... —dijo el rubio siendo lo más honesto posible, luego regresó adentro, dejando a su pareja en la puerta.
Craig miró la expresión extrañada de su hermana y se encogió de hombros. Ya se estaba acostumbrando a los repentinos cambios de humor de su pareja.
Aun así esperaba a que esté y su hermana se llevarán mejor en un futuro.
—¡Ya me cepille los dientes, papi! —le hizo saber el pequeño, corriendo por la sala y subiendo luego al sofá. En donde tweek tomó asiento y revisaba su mochila.
—Que bien, cariño. Ngh, ¿la maestra te encargo tarea?
El niño bajo su mirada pensativo, tratando de recordar. Acto seguido comenzó a saltar el los cojines.
—¡Eso creo, papi! —respondió mientras reía.
—Liam, no brinques en el sofá, sabes que no me gusta —le regaño el rubio y este apenas pudo controlarse. De repente tenía demasiada energía.
—Ahh, es que.. Ngh, siento muchas ganas de correr y jugar.
—Tienes que hacer tu tarea, cariño. Mira, tu maestra quiere que rellenes todos estos dibujos con papel grepe y macarron pintado—le mostró el cuaderno —. Ngh ¿macarron pintado dice?
—¡Ahh! ¡Que divertido! Hoy hicimos eso en clase —contó sonriente.
—Bueno, cómo sea hay que hacerlo. Buscaré la pintura —sin más opción el rubio se levantó del sofá y se dirigió a la habitación del niño.
—Mm, me duele la barriga —se quejó el niño.
—¿Comiste demasiado chocolate? —preguntó craig sentándose a su lado.
—Ugh eso creo, pero es que estaba muy rico.
—¿Cuántos bocadillos te comiste?
—Mmm... Cómo unos ¿Siete? Talvez.
—Eso es... Mucho.
—Si papi, y di tantas vueltas y brincos que ahora me estoy sintiendo mal, ughh —le hizo saber mientras se tocaba la panza.
—... Oh no.
—Creo que voy a vomitar.
—E-Espera un momento, hijo. Aguanta —en un rápido movimiento tomó al niño en brazos y lo llevó lo más rápido posible al baño, en donde le indico que vomitara en el excusado, ya que si lo hacía en los muebles el resultado sería lamentable.
Las náuseas se volvieron insoportables. Él pequeño no recordaba haberse sentido tan mal antes. Así que fue cuestión de pocos segundos para que empezará a vomitar.
—¡Agh! ¿Que pasó? —soltó el rubio nervioso al escuchar ruido en el baño, éste sostenía las pinturas en sus manos y se acercó preocupado a ver. Liam vomitaba sin parar.
Mientras craig le acariciaba la espalda al niño.
—Supongo que comió demasiados bocadillos —comentó a su pareja.
—Ngh, iré por medicinas. Vas a estar bien, cariño —salió rápido del baño y dejó las pinturas sobre la mesa de la sala, después se dirigió a la cocina para sacar su botiquín especial. Uno repleto de medicamentos pediátricos.
Liam por fin paró de vomitar y craig le ayudó a limpiarse con un trozo de papel higiénico. También bajó la palanca del inodoro, deshaciendose así del vómito.
—¿Ya te sientes un poco mejor?
El niño asintió lentamente, aunque aún se veía algo enfermo.
Craig le acaricio suavemente el cabello y sonrió
—Ahora tendrás que cepillar tu boca otravez —le dijo al niño.
—Lo haré papi... Mi boca ahora tiene un sabor feo —respondió mostrando algo de asco.
—Vamos, hazlo de una vez. Tu papá está buscando que remedio darte para tus náuseas.
Liam procedió a cepillar nuevamente su boca y craig salió del baño para ver a tweek, quien ya venía con un frasco de pastillas en su mano.
—¿Es medicina para las náuseas?
—Si.
Respondió cortante para seguir caminando directo al baño.
Craig no estaba del todo seguro, pero, ¿acaso tweek se estaba comportando de una manera algo indiferente desde que llegó?
O quizás en el fondo seguía molesto por haber dejado a liam con tricia.
—Tómate está pastilla, cariño. Aquí está tu agua —decía tweek a su hijo y esté sólo obedeció, tomándose la pastilla seguido de un gran sorbo de su vaso agua.
Craig se recostó en el marco de la puerta.
—Adelante, dilo. Fue culpa de tricia, por lo tanto, mía —dijo craig viendo a su pareja.
Tweek lo miró un poco serio.
—... Ya me siento mejor —decía el pequeño aliviado y mirando a ambos adultos.
—Que bueno, amor. Ahora ve a tu habitación y esperame un rato ¿ok? Si quieres, enciende la tele —le pidió a su hijo y este asintió yéndose de inmediato.
—Así que...
—No tengo nada en contra de tu hermana, craig. Entiendo que no tenga hijos y por eso cometa este tipo de errores. Y tampoco, tengo la suficiente energía para seguir discutiendo sobre eso —fue directo con este y después salió del baño dirigiéndose a su habitación.
Craig lo siguió.
—Bueno, me alegra que lo entiendas.
—Si, se que si —respondió, dándose la vuelta y viéndolo a la cara.
—¿Sabes?, Podríamos evitarnos éste tipo de cosas si tuviéramos una niñera de confianza que lo cuidara mejor.
—La niñera sólo lo cuidaría en caso de que yo esté trabajando y tu igual, así que...
—¿Es un si?
Tweek respiro profundo y lentamente asintió.
—Hablaré con Francis, a ver si me puede recomendar alguna niñera. Tengo sabido que una cuida a su hija mientras el trabaja.
—Bien, habla con él y luego me dices que decisión tomaste —dijo craig ya un poco más tranquilo. Después de todo era lo más recomendable —. Y... Por cierto, ¿cómo estuvo tu reunión? No había tenido la oportunidad de preguntarte.
—Ngh bien... Aprobaron mi proyecto y ejecutaremos la obra aquí en denver.
—Eso es maravilloso, cariño, sabía que los dejarías con la boca abierta —se alegro por su pareja —. Y... Ese asqueroso tipo, ¿dejó de molestarte?
—... Si, no pasó nada más, craig, todo salió bien —respondió seguro.
—Mm... Bien. Igual debió ser muy desagradable para ti ¿no? Digo, si es que se trataba de alguien muy mayor.
—Ugh si, debe tener cómo unos cincuenta y tantos.
—... Es un idiota y pervertido. Creyó que por tener poder y dinero podía convencerte de pasar una noche con él. Pero no sabía con quién estaba tratando —confío craig, acercándose más al rubio y tomándolo repentinamente de la cintura para pegarlo a su cuerpo.
Tweek jadeo por el movimiento.
—Ngh ¿que haces? Debemos regresar con liam.
Craig le plantó un largo y apasionado beso, uno que sentía que no había tenido en varios días, y así siguió, probando el sabor de sus labios, hasta que se separó soltando un ligero jadeo y tweek igual, ahora lo veía un poco agitado.
—Oye... Ngh, craig. Sé que debes tener ganas ahora, pero...
—... No es eso. Estoy demasiado agotado para tener Sexo.
—...
—Ayudaré a liam con su tarea, y luego me iré a la cama —dijo el azabache soltando su agarre.
—Ugh no, no es necesario que nos ayudes. Mejor prepara algo ligero de comer, algo rápido. Y luego vete a descansar.
—Ok... Me gusta la idea —le sonrio levemente y después salió de habitación.
Tweek se le quedó viendo y en eso pensó en lo cansado que debía estar craig. Y no lo negaba, el también estaba agotado, así que definitivamente no sería una noche movida.
Continúara...