TaeHyung terminó de peinarse y se miró al espejo, observando el suéter de cuello alto que se había puesto, junto al bonito collar que le hacía juego. Quería verse lo mejor posible para el evento. Después de todo, habría personas mucho más reconocidas que podrían subestimarlo y mandarlo a la mierda fácilmente.
--- Soy un estúpido en estas cosas. Por eso BoGum debería de arreglarlas por mí. ¡Ese es su trabajo, no el mío!--- se quejó al recordar que no tenía modelos para que mostraran sus creaciones--- Ten-tendré que hacerlo yo. Otra vez.
Se colocó un abrigo bonito de color café claro y, temblando, comenzó a avanzar hasta la cama donde estaban sus maletas, aunque al intentar tomarlas, simplemente no pudo. Y no, no fue por el peso. Los nervios le estaban ganando.
--- No pasa nada... Nada saldrá mal--- tomó sus cosas y salió apresurado por la puerta, tropezando con JungKook, quién aparentemente estaba esperando a la señora Jeon--- lo siento. No me fijé.
--- ¿Estás bien?--- preguntó el mayor al notar el extraño comportamiento de su ex novio. TaeHyung solía ser confiado y seguro de sí mismo, pero en esos momentos parecía que se había convertido en un manojo de nervios--- Escucha--- colocó sus manos en las mejillas del otro de manera delicada, logrando así obtener su atención--- Tienes que calmarte.
El presidente tan solo se dedicó a observar aquellos temblorosos ojos, notando que se enfocaba únicamente en él. Entonces, su corazón comenzó a agitarse. Su TaeTae era tan bonito, que no podía evitar caer ante su belleza. Simplemente olvidó lo que estaba diciendo. Estaba pasmado.
Su contrario no estaba mejor. Ese chico estaba severamente ruborizado y ni siquiera podía decir palabra alguna. Lo único que podía hacer era recordar el cómo solía perderse en la mirada ajena, cuando no había nada más que su reflejo. Entonces, pensó que quizás algo así le gustaba mucho.
--- Caballeros, tenemos que irnos--- habló la señora Jeon, asustando a ambos, los cuales no se habían percatado de su llegada--- lo siento, tortolitos. ¡Pero ya comenzó la alfombra roja!
JungKook se deshizo de su agarre y observó al menor, quien se aferraba a su equipaje con una fuerza desmesurada. No confiaba en el estado de este.
Llegaron a la alfombra roja. Estaba repleta de camarógrafos y gente del staff, quiénes daban indicaciones de qué hacer en el lugar. Nuestro querido TaeHyung ya tenía conocimiento sobre lo que sucedía en el lugar, así que en cuanto se dió la orden, pasó a tomarse fotos junto a los Jeon. Claro, fue jodidamente incómodo, pero lo soportó bien. Y es que, ¿Qué relación tenía con ellos? Era extraño.
Le restó importancia y pasaron a la segunda fase, donde comenzaron a tomar fotos individuales que el peliazul no desaprovechó. Deslumbraba a todos con su hermosura, y por supuesto, embriagaba de curiosidad a todo aquel que no lo conocía. Era tan carismático frente a las cámaras, que todos estaban sumamente inmersos en su persona.
JungKook era muy conocido, así que no se salvó de una guerra de flashes que lo atacó sin parar. Esto lo molestó en demasía, pero la expresión seria en su rostro jamás se perdió. Ante todo, lo profesional. Posó sutilmente y desvió la mirada hacia el más joven, sonriendo inevitablemente al verlo disfrutar tanta atención.
"¡Por aquí!". Escucharon los tres, acomodándose finalmente para tomarse fotos. La señora Jeon seguía modo androide. Era espeluznante.
--- ¿¡Para cuándo la boda!?--- gritó alguien, asustando a los ex novios sobre la alfombra roja--- ¿Acaso ya terminaron?
¿Cómo es que los medios estaban interesados en esas cosas?, ¿Y cómo es que se informaban de ello? Es decir, la propuesta de matrimonio había sido hace años atrás. ¿Cómo es que podrían recordarlo?
Y antes de que el caos se desatara, los de seguridad los acompañaron dentro del recinto, dejando que disfrutaran de las nuevas colecciones que se presentarían dentro de un rato. Las luces los iluminaban y mostraban los varios detalles de cada atuendo. Algún día las creaciones de TaeHyung estarían en el lugar principal y recibiría la atención de todo el mundo.
--- Oh, por Dios. ¡Mira, Hyung!, ¿Recuerdas que me compraste los de primera generación? Esta ya es la séptima--- señaló los tenis que, en realidad se le hacían sumamente similares a los que alguna vez tuvo. La única diferencia recaía en las agujetas de diferente color y la franja nueva que habían agregado en la parte trasera--- son una mierda.
JungKook asintió y caminaron lentamente, uno al lado del otro mientras miraban los aparadores y el contenido de estos.
--- Una vez, intentaron robar a la diseñadora alemana Ayla Charlotte en el M.O.D.A Fest del 2015--- narró brevemente el azabache al recordar tal desastrosa época--- así fue como su marca comenzó a ser nombrada en todo el mundo.
--- De ahí dió su salto a la fama. ¡Mierda!, ¡Pero como quisiera que alguien deseara robarse la chaqueta nueva que diseñé!--- chilló con evidente entusiasmo en respuesta, mostrando lo apasionado que se mostraba en lo que era bueno.
La señora Jeon ladeó la cabeza al ver cómo los más jóvenes se alejaban cuchicheando entre ellos. Estaban hablando alemán fluidamente, cosa que no le sorprendía. Lo único conflictivo era que siguieran actuando extraños. Ellos se llevaban estúpidamente bien. No tenía sentido que el tiempo hubiera arruinado su increíble química. Todo ello seguía ahí. La mujer estaba meramente segura de ello.
--- ¿Qué más sabes, Don Perfecto?--- inquirió el diseñador mientras se acercaba curioso hasta una estatuilla en honor a alguien que ya había fallecido--- Oh. Que descanse en paz--- murmuró.
--- En un descuido, Terehsa Kim, infestó el evento entero con una plaga que traía entre las telas que había comprado en otro continente--- recordó ese lío y frunció los labios. Afortunadamente su familia no se había presentado en el lugar--- fue vetada definitivamente por ese suceso. Después de todo, aquella plaga perduró durante algunas semanas en varios países. Las telas aparecían con minúsculos mordiscos o hilos cortados a la mitad. La ropa se deshacía en cuanto se tocaba.
TaeHyung lo escuchó fascinado, asintiendo varias veces seguidas. Que su ex novio estuviera informado al respecto, lo volvía cien veces más atractivo. Y eso era estúpido para él.
--- Es verdad. Echó a perder ediciones limitadas de "The Channel 1819", valuadas hasta en un millón de dólares--- suspiró--- podría ser de mal... Mal...
--- Presagio--- intentó ayudarle con el, al parecer, oxidado alemán de su menor.
--- Augurio--- recordó finalmente el de cabellos azulados, soltando una risita tonta al haber olvidado una palabra así--- podría ser de mal augurio que llevemos el mismo apellido, ¿No?--- terminó en coreano.
Justo antes de decir algo más, fueron llamados para acudir a sus respectivos alojamientos temporales. Las salas privadas donde podían prepararse y esperar su turno en el podio, donde los medios escucharían todo lo que tuvieran que decir, donde las oportunidades se abrían.
TaeHyung entró a la habitación y se recostó en el sofá. Los zapatos altos que traía lo cansaban mucho, pero como siempre, prefería estar bien arreglado. Verse jodidamente guapo era prioridad.
Se acercó a la mini nevera y tomó una botella de whisky. Según él, quería calmar sus nervios, por lo que comenzó a beber directamente del objeto de vidrio, haciendo una mueca al sentir el alcohol avisar que pasaba por su garganta.
Tosió un poco y dejó la botella de lado, cubriendo su boquita al sentir que el alcohol era muy fuerte. Incluso su estómago ya le estaba reclamando el haber ingerido aquello como si nada.
--- Si BoGum estuviera aquí, el tonto me haría un masaje. ¡De verdad que fui bobo al dejarlo atrás! Es más, debería de despedirlo por no pensar en venir--- golpeó un maniquí y tan solo vio cómo caía, creando un estruendoso sonido plástico--- tengo que arreglarme y no quiero.
Tomó nuevamente de su bebida y fingió querer vomitar, riendo casi que sin darse cuenta. Quizás se había dejado llevar de más y ahora sufriría las consecuencias. Se poniendo ebrio.
--- Mh... Hablando de masajes... Él es magnífico. Sus manos, Dios--- se estremeció al recordar el cómo tuvieron sexo después de relajarse un poco en el spa. ¿Cómo es que sus pensamientos siempre se dirigían hacia el pelinegro que tanto quería? Inmediatamente puchereó mientras dirigía una de sus manos hasta la parte del pene, pero únicamente por sobre la ropa, deseando tocarse un poco--- estoy necesitado--- habló quejumbroso.
Si bien, no era el mejor lugar para hacerlo, quizás podría intentarlo.
Se bajó la ropa interior y comenzó a acariciar su propio falo, abriendo un poco las piernas para que su otra mano fuera capaz de explorar entre sus nalgas, buscando su cavidad anal.
Se mordió el labio inferior y cerró los ojos, jadeando al darse placer a sí mismo. Se sentía bien, pero no era lo mismo a estar con otra persona. Podría conseguir a cualquier hombre por ahí, pero nada le aseguraría que estuvieran a su nivel. Quizás no se sentiría tan complacido como debería.
--- Hace calor-- se quejó una vez más, comenzando a desnudarse poco a poco antes de depositar su ropa en el sofá, dónde decidió recostarse para seguirse toqueteando, meramente ansioso--- Mmm--- hacer eso, le recordaba a los días en los que iba en la secundaria y, como todo chico, se masturbaba frecuentemente. Esa era la única razón por la que se bañaba tan seguido.
Ahora las cosas habían cambiado. Bombeaba menos su largo falo, pero seguía bañándose hasta dos veces al día. Principalmente porque odiaba sudar y sentirse sucio, pegajoso.
Con dos de sus dedos, comenzó a expandir su cavidad anal, buscando dilatarla prontamente. Era lamentable, pero no había llevado ningún juguete sexual por esa vez. Puesto que creyó que tendría intimidad con JungKook, cosa de la que ahora no estaba tan seguro.
--- Mmh... Hace falta lubricante.
Con movimientos torpes, observó la botella de la cual antes estaba tomando whiskey y soltó una risa de mera diversión. Eso servía.
JungKook no quería admitirlo en voz alta, pero ya comenzaba a preocuparse por su ex novio, pues ya habían hecho el primer llamado a los novatos del M.O.D.A Fest, segmento donde TaeHyung tendría la oportunidad de darse a conocer. Sin embargo, el chico ni señales daba. ¿Estaría nervioso acaso?, ¿O quizás había salido con otro hombre? No lo sabía realmente, pero le gustaría avisarle que pronto sería su turno.
--- No te preocupes tanto. Él ya es un adulto--- le recordó su madre al verlo en otro mundo--- además dijo que asistir era su sueño. Ni por cien millones de dólares se perdería esto.
--- Uh... Yo creo que eso sería suficiente--- aseguró el pelinegro en voz baja. En verdad que las personas no conocían muy bien a su ex novio. Con algo de dinero, ese joven podría hacer lo que sea. Claro, si es que le convenía. Sino, pues era evidente que se rehusaría.
Tanto la señora Jeon, como el hijo, decidieron disfrutar de las primeras fases del Fest, las cuales consistían en descansar en las habitaciones privadas y ver el show que se transmitía desde el lugar. El opening ya había comenzado, así que tres artistas diferentes, estaban uniéndose para ofrecer un buen show a todos los invitados.
Los primeros minutos fueron entretenidos, sin embargo, Jeon menor comenzaba a perder el interés. No era música clásica y tampoco era la banda favorita de su ex novio. Lo que presentaban eran canciones vacías, en su opinión. Por lo que no podía hacer más que pensar en sus pendientes y fingir que los organizaba en alguna carpeta enorme que su mente poseía. Siempre pensaba en esa clase de cosas. Como si fuera algún episodio de una popular caricatura cómica.
La segunda llamada fue prontamente anunciada, lo que significaba que cada vez faltaba menos tiempo para que TaeHyung subiera al podio y este seguía sin llegar hasta ellos.
--- Iré a buscarlo--- dijo el presidente cuando ya no pudo más con su preocupación. ¿Y si estaba bajo un ataque de pánico? No podía permitir eso. Tenía que ir a verificar su estado. Después de todo, temprano se había sentido algo mal.
Su madre asintió y miró el reloj que llevaba sobre su mano.
--- Su turno es en algunos minutos. Espero que todo salga bien.