Siempre nos quedará París; Wa...

By shanioff

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Wanda Maximoff, una joven doctora residente en España, va a una convención de fans en París y conoce a su act... More

[Introducción]
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By shanioff

Wanda fue despertada por el toque de los labios de Natasha en su cuello, sintiendo su brazo envolverse alrededor de su cuerpo.

Abrió los ojos y vio una pared beige, aunque la luz del sol que entraba por las cortinas blancas le dificultaba mantener los ojos abiertos. Había un sillón rojo y una mesita de café junto a la ventana, y allí reconoció la rosa blanca que le había dado a Natasha el día anterior, que ahora estaba en un jarrón de cristal lleno de agua.

— Mhm — suspiró al sentir las yemas de los dedos de Natasha acariciando la longitud de su brazo hasta el dorso de su mano. — Esto se siente muy bien...

— ¿Acariciando tu brazo? ¿O besando tu cuello?. — preguntó Natasha y movió los labios sobre el hombro de Wanda. — ¿Qué tal aquí?

— Todo... y también se siente bien ser la cuchara pequeña.

Wanda podía sentir a Natasha sonriendo mientras dejaba suaves besos en su piel.

— ¿Siempre eres la cuchara grande, entonces? Supongo que encaja con tu necesidad de tener el control. — se rió.

— Ey — protestó Wanda juguetonamente. — ¿Me estas llamando maniática del control?

— Nunca — Natasha rió — Me parece adorable.

— ¿Sí? — Wanda acercó su cuerpo al de Natasha, sintió sus cálidos y desnudos pechos en la espalda.

— Ajam — la actriz susurró al oído de Wanda. — ¿Quieres saber qué más me parece adorable de ti? — continuó y recibió una respuesta afirmativa de Wanda, que asintió con la cabeza. — Tus dedos de bebé — dijo mientras agarraba la mano de la castaña, juntando sus palmas y luego se echó a reír.

— Oh, vamos. — la castaña no pudo evitar reírse también. — Decirle eso a una lesbiana es como decirle a un chico que tiene una pollita de bebé muy chula.

Natasha comenzó a reír a carcajadas, luego se alejó de la castaña y salió de la cama. A Wanda no le gustó el contacto de piel perdido, así que se dio la vuelta para buscar a Natasha, que se alejaba de la cama, completamente desnuda, caminado hacia la antesala de camino al baño.

— No es que me importe la vista, pero prefiero tenerte aquí, a mi lado. — protestó la castaña.

— Dormí con los lentes de contacto puestos, tengo que sacarlos. — dijo Natasha y siguió caminando. — Vuelvo enseguida.

Wanda ojeó las largas piernas de Natasha y notó lo que parecía ser una mancha de nacimiento de forma irregular del tamaño de una ciruela en su muslo izquierdo, justo debajo de su glúteo. Le recordó a la que tenía ella misma en la parte interna de su muslo pero más pequeña y más cerca de la rodilla y la hizo sonreír.

Wanda había visto una gran cantidad de fotos de Natasha en Internet, pero nunca había notado la mancha de nacimiento. Tal vez tenía que ver con el hecho de que Natasha no solía tomar el tipo de fotos que requerían quitarse la ropa; en realidad era muy moderada en ese aspecto, excepto por su traje de viuda que lo consideraban "revelador". Era obvio que Natasha quería ser notada por sus habilidades de actuación y no por su cuerpo.

Todos esos pensamientos se abrieron paso en la cabeza de Wanda y en ese momento finalmente pudo comprender la realidad de la situación; estaba en la cama de Natasha Romanoff después de haber tenido sexo alucinante con ella la noche anterior. Y lo mejor de todo fue que no se sentía raro en absoluto, dado que Natasha era alguien que Wanda había estado admirando en la pantalla del televisor durante los últimos dos años.

La conexión entre ellas se sentía natural y real, incluso familiar, como si sus cuerpos siempre estuvieran destinados a encajar como dos piezas de un rompecabezas. Eran solo dos mujeres, extremadamente atraídas entre sí, aprovechando al máximo su tiempo juntas en una habitación de hotel en París.

Los pensamientos de Wanda fueron interrumpidos por la pelirroja, que estaba apoyada en el marco de la puerta, sonriéndole a la castaña que todavía se encontraba en la misma posición en que la había dejado.

— La cama se ve mucho mejor contigo en ella. — dijo con una sutil sonrisa e su rostro, mirando a Wanda a través de sus anteojos.

— Se vería aún mejor si te unieras a mí. — Wanda respondió rápidamente — Ah... y déjate las gafas puestas, por favor.

Natasha estaba muy tentada de meterse en la cama junto a Wanda.

Junto a ella, encima de ella, debajo de ella...

Una y otra vez.

Todo el día; toda la noche y ella todavía no habría tenido suficiente.

— En realidad... — dijo y se mordió el labio inferior. — Te iba a preguntar si te gustaría acompañarme a la ducha.

— El día que diga que no a eso, llévame a un hospital para que me revisen por un ictus o un tumor cerebral. — Wanda salió de la cama y caminó hacia Natasha, cuyos ojos estaban enfocados en los senos de la castaña.

Una vez que Wanda estuvo frente a ella, Natasha la agarró por la cintura y la besó en el cuello, acercándola.

— Mhm... Tu piel es tan suave. — dijo en voz baja mientras continuaba besando su cuello, luego la clavícula, la parte superior de su seno, deteniéndose justo antes de llegar al pezón. — Parece que alguien está feliz de verme — Natasha sonrió y luego atrapó el pezón erecto de Wanda en la boca.

— Oh... sí, definitivamente. — la rubia suspiró al sentir la cálida lengua de Natasha en su piel. — Y te dejaré jugar un poco más... Mhm...

— Mhm... ¿Sí? — Natasha le dio un mordisco suave.

— Ajam, pero, primero necesito usar el baño... — Wanda logró decir a pesar de la excitación que comenzaba a acumularse en su abdomen inferior.

Natasha se apartó de mala gana del pecho de Wanda y la miró a los ojos.

— Claro. — le sonrió — Está por allá, a través de la antesala. — mostró en dirección al baño.

— Gracias. — Wanda le devolvió la sonrisa y comenzó a acercarse al baño.

Mientras se alejaba, los ojos de Natasha exploraron todo el cuerpo de Wanda, recordándole una vez más cuánto se sentía atraída por esta mujer.

Todo lo que quería hacer era sentir cada curva de cuerpo con la lengua y descubrir cada zona erógena que la hiciera temblar, incluso los puntos que le hicieran cosquillas. Se sentía completamente consumida por ella e intentaba activamente no pensar qué iba a pasar una vez que salieran de la habitación de hotel, porque no estaba segura de estar preparada para la respuesta.

Estaba a punto de llamar a la recepción y pedir servicio a la habitación cuando escuchó la puerta del baño y luego también la voz de Wanda.

— Nat, ¿puedo usar tu enjuague bucal? ¿O si tienes un cepillo de dientes extra? — gritó, asomando por la puerta del baño ligeramente abierta.

— Por supuesto que sí... Eh... no, no tengo extra, lo siento.

— ¡Gracias! — Wanda gritó y alegremente cerró la puerta.

Luego, Natasha procedió a llamar a la recepción y pidió todo el menú de desayuno vegano, debido a la aversión que le tenía a la toma de decisiones, especialmente a primera hora de la mañana.

— Sí, ¿podrían entrar, por favor, y dejarlo en el balcón? Gracias. — terminó la conversación y colgó el teléfono.

La puerta del baño se abrió nuevamente y poco después escuchó el sonido del agua corriendo por la ducha. Natasha entró en el baño y vio a Wanda a través de la puerta de cristal de la ducha aplicando un poco de gel de ducha en la piel de su cuello y tan pronto como sintió los ojos de Natasha sobre ella, movió sus manos hacia sus pechos y comenzó a masajearlos.

— Creo que voy a necesitar ayuda con esto... — dijo la castaña en voz baja y ronca, con una sonrisa pícara en su rostro.

Natasha se quedó boquiabierta y rápidamente se quitó los anteojos y los dejó en el fregadero de mármol antes de unirse a Wanda en la ducha, quien la recibió con un beso caliente y húmedo, apretando sus labios contra los de Natasha.
Empujó hambrientamente hacia ella, abriendo la boca y dejando que sus lengua comenzaran una batalla como luchadores, cada uno tratando de dominar al otro.

El calor aumentó en sus mejillas cuando el beso se hizo más firme y sus manos comenzaron a explorar sus cuerpos, sintiendo una sensación eléctrica atravesando a ambas.

Wanda suavizó el beso y separó lentamente sus labios de los de Natasha, que se inclinó con la frente sobre la de Wanda mientras su respiración comenzaba a calmarse.

— Date la vuelta... — pidió Wanda y Natasha abrió los ojos para encontrar los de ella. — Voy a lavarte la espalda.

La pelirroja sonrió y obedeció, dándose la vuelta para enfrentar la pared, presionando las palmas de sus manos sobre los azulejos de baño de color beige. Wanda vertió un poco de gel de ducha en su mano y procedió a aplicarlo en la espalda de Natasha, comenzando en sus hombros, haciendo movimientos lentos y circulares, luego moviéndose entre sus escápulas, acercándose cada vez más a su espalda baja. Natasha arqueó la espalda, sacando el trasero, casi como si rogara que la tocara allí.

Wanda no dudó y agarró sus nalgas, haciéndola gemir mientras inclinaba la cabeza hacia atrás, exponiendo su largo cuello. La castaña puso sus manos sobre los abdominales de Natasha, presionando la pelvis contra sus nalgas y comenzó a besar su cuello apasionadamente.

El espacio se llenó de sus gemidos cuando las manos de Wanda agarraron los pechos de la pelirroja, sus labios firmemente colocados en su cuello, chupando y lamiendo su dulce piel hasta que una de sus manos encontró el camino hacia el sexo de Natasha. La pelirroja gritó de placer cuando Wanda tocó su clítoris pulsante y aplicó un poco más de presión cuando Natasha comenzó a mover la caderas hacia adelante y hacia atrás, intensificando el contacto entre la mano de Wanda y sus pliegues.

Los movimientos se hacían cada vez más rápidos y los gemidos más fuertes, Natasha se sintió débil en las rodillas cuando el dedo de Wanda entró en su vagina por detrás, mientras su otra mano todavía estaba colocada sobre su clítoris. Podía sentir el cálido aliento de Wanda sobre su piel y sus senos presionados sobre su espalda, mientras movía sus dedos más profundamente y más rápido dentro de ella.

En cuestión de segundos, Wanda sintió que la presión aumentaba, obligándola a disminuir el ritmo de la penetración, mientras que Natasha aceleró los movimientos de sus caderas, frotando su clítoris contra los dedos de Wanda. Soltó un gemido fuerte, seguido de unos espasmos post-orgásmicos breves pero intensos, hasta que finalmente relajó su cuerpo, apoyando la frente en los azulejos del baño.

Wanda retiró lentamente los dedos del sexo de Natasha y envolvió los brazos alrededor de su cintura, dejando suaves besos en la piel húmeda de su espalda.

— No sé cómo lo haces, pero nunca antes me había corrido tan rápido — dijo Natasha mientras recuperaba el aliento. 

— Bueno... — Wanda sonrió y habló mientras seguía besando la espalda de Natasha. — Ese es un secreto entre mis dedos de bebé y yo.

Natasha se rió a carcajadas y se dio la vuelta para mirar a Wanda que tenía una sonrisa traviesa e su rostro.

— No piensas dejarlo, ¿verdad? — dijo antes de dejarle un beso suave en los labios.

— Eh... — dijo Wanda con una falsa mirada pensativa en su rostro, — Probablemente no. — sonrió mientras le devolvía el beso a Natasha.

— Mhm... estoy segura de que hay algo que podría hacer para que lo olvides — Natasha miró a Wanda provocativamente mientras movía sus manos hacia sus pechos, haciendo círculos con los pulgares alrededor de sus pezones. — Puedo ser muy persuasiva, ya sabes...

Las pupilas de Wanda se dilataron y sus labios se entreabrieron, dejando escapar un suave jadeo cuando sintió la lengua de Natasha en su duro pezón.

 La actriz se tomó su tiempo con los senos de Wanda, dándoles toda su atención usando su boca y sus manos, y cuando sintió que los sonidos que salían de la garganta de Wanda se volvían más fuertes, encontró sus labios y la silenció con un beso lujurioso. Giró su cuerpo hasta colocar a Wanda con la espalda contra la pared y se alejó de sus labios solo para encontrar su cuello, donde dejó unos mordiscos suaves, haciendo que Wanda tirara de ella, dejándole marcas de arañazos en su espalda en el proceso.

Natasha se movió hacia el sur, lamiendo el espacio entre los pechos de Wanda y dobló las rodillas para alcanzar su abdomen, acercándose lentamente a su liso monte de venus mientras se arrodillaba en el suelo de la ducha.

Una vez que su cara estaba a la misma altura que el sexo de Wanda, levantó su perna izquierda y la colocó sobre el hombro derecho, obteniendo un mejor acceso a sus pliegues, que exploró rápidamente con su lengua. 

Wanda instintivamente agarró su cabeza con ambas manos, soltando un fuerte gemido, mirando a la castaña.

— Nataska... Oh... Joder.

Natasha levantó la vista y vio a Wanda, manteniendo los labios bien colocados en su sexo y rodeando su clítoris con la lengua. Estaba apretando los glúteos de Wanda con las manos, acercándola a su cara y cuando las caderas de la castaña comenzaron a moverse hacia adelante y hacia atrás con más intensidad, Natasha entró en su sexo empapado con el dedo medio.

Wanda dejó escapar un profundo gemido cuando sintió a la castaña dentro de ella y apretó los puños, tirando suavemente de su cabello húmedo e intensificando el contacto. Fue entonces cuando Natasha insertó otro dedo, cambiando la dirección hacia la pared superior de la vagina de Wanda y supo que había dado en el lugar correcto cuando la castaña arqueó la espalda y todo su cuerpo comenzó a temblar.

Sus gemidos se volvían más pesados a medida que sus caderas comenzaban a calmarse después del orgasmo arrebatador, proporcionado por la lengua y los dedos de Natasha.

Después de que terminaran de lavarse los cuerpos, salieron de la ducha y se pusieron las batas de baño blancas con el logotipo del hotel que estaban colgadas en la pared.

Natasha se puso los anteojos y salió del baño para entrar en la antesala.

— Ven conmigo. — invitó a Wanda a unirse a ella mientras comenzaba a caminar hacia el balcón.

— Voy, solo tengo que encontrar mi teléfono... Yelena debe estar muy preocupada porque no volví anoche.

— Tal vez ella tampoco volvió — Natasha sonrió y le guiñó un ojo a Wanda mientras cruzaba la antesala para salir al balcón.

Wanda le devolvió la sonrisa antes de entrar en la habitación. Encontró su bolso en el suelo, sacó su teléfono y cuando desbloqueó la pantalla, vio que tenía tres llamadas perdidas y un mensaje de Carol, de la noche anterior, una vídeo llamada perdida de su madre esa misma mañana y absolutamente nada de Yelena.

Decidió ignorar los mensajes de Carol, en cambio, abrió el chat con Yelena y le envió un mensaje de texto.

Mensaje de texto

Wanda:

Estoy viva y bien, ¡Gracias por preguntar!

La respuesta llegó casi al instante.

Yelena:

Oh, no hay ni una sola duda en mi mente al respecto. ¡Perra suertuda! ¡Quiero TODOS los detalles! Y asegúrate de sacar la lengua a tiempo si no quieres que perdamos el vuelo.

Wanda:

Estaré allí a las 14h.

Envió el mensaje de texto y procedió a hacer la cama antes de hacer una vídeo llamada a su madre. Las dos tenían una relación muy estrecha y sabía que su madre estaría preocupada si no la llamara, incluso si fuera solo para hacerle saber que estaba sana y salva.

Wanda terminó la conversación y decidió unirse a Natasha en el balcón.

Cuando llegó allí, una expresión de sorpresa total apareció en su rostro cuando vio todo tipo de comida para el desayuno en la mesa y Natasha con sus gafas, sonriéndole y bebiendo té.

— ¿Té o café? — preguntó la actriz mientras sostenía la tetera y la cafetera en sus manos.

— Té, por favor. — respondió Wanda, sentándose en la silla frente a la pelirroja. — ¡Vaya, esto es increíble! ¿Cuando hiciste todo esto? Solo me fui por cinco minutos.

— Llamé a recepción antes de entrar a la ducha — explicó Natasha mientras servía un poco de té en una taza y se lo entregó a Wanda. — Todo es vegano.

— Qué apañada eres. — la castaña sonrió, alzando las cejas. — Eso significa que estaban aquí cuando estábamos... Oh, dios... ¿crees que escucharon algo?

— Bueno, eres bastante ruidosa. — sonrió cuando vio la mirada amenazante en la cara de Wanda.

— Sí, claro... yo soy la ruidosa. — la castaña le siguió el juego.

Natasha se echó a reír y le dio un mordisco a su croissant. Lo masticó y tomó otro sorbo de su té antes de continuar la conversación.

— Para ser honesta, Wanda... No podría importarme menos. — dijo con calma. — Valió la pena — continuó y miró a Wanda porque quería que supiera que realmente sentía lo que iba a decir a continuación. — vales la pena.

Wanda sintió sus mejillas ardiendo debido a las palabras de Natasha y la mirada suave y vulnerable en sus ojos verdes. Luchó contra el impulso de mirar hacia otro lado, incapaz de encontrar las palabras adecuadas y se sintió aliviada cuando Natasha sonrió antes de interrumpir el intenso contacto visual mientras continuaba comiendo.

— No pude evitar escucharte hablar por teléfono. — la actriz redirigió la conversación. — ¿Era esloveno?

— Sí, devolví la llamada de mi madre para hacerle saber que todo está bien. — respondió Wanda. — ¿Cómo te sonó?

— En realidad, me recordó un poco cuando mi amiga Val habla con sus padres en serbio... Para mí suena un poco familiar... ¿lo es?

— Claro, hay algunas similitudes, supongo... Después de todo, antes de la disolución de Yugoslavia, el idioma oficial era el serbio y todos tenían que aprenderlo en la escuela además del idioma oficial de cada país individualmente. — explicó.

— Vaya, eso es interesante. ¿Naciste antes o después de eso?

— En el medio, en realidad... Las cosas parecían desmoronarse alrededor de 1989 y Eslovenia se independizó de Yugoslavia en 1991... Pero yo nací en Sokovia porque mi madre había conocido a mi padre antes de eso.

— Entonces tu madre probablemente también habla serbio, ¿verdad? ¿Y tú? Por ejemplo, si conocieras a Val, ¿Se entenderían las dos?

— Mi madre lo habla con fluidez y yo también lo entiendo, aunque cometo algunos errores con la declinación de los sustantivos. — Wanda sonrió. — Pero sí, la entendería, aunque creo que ella no me entendería si hablara esloveno... Es un poco diferente a todos los otros idiomas en la región de los Balcanes.

— Me encanta aprender cosas nuevas. — dijo Natasha con entusiasmo. — Estas últimas hora han sido muy esclarecedoras para mí... Además de lo que me acabas de decir, también me di cuenta de que definitivamente soy una persona de tetas y aprendí que me puedo correr en menos de cinco minutos... Y todo eso antes de las... — dejó de hablar para mirar la hora en su teléfono y luego continuó. — once y media de la mañana.

Wanda se echó a reír y de repente se dio cuenta de que realmente le gustaba Natasha.

No Natasha, la actriz.

Le gustaba esta Natasha, la hermosa persona sentada frente a ella, bromeando sobre tetas y orgasmos.

Estaba cómoda con ella y sentía que podrían hablar de cualquier cosa, como si se hubieran conocido hace años y ahora se estuvieran poniendo al día. Natasha estaba mostrando un interés genuino en la vida de Wanda y su conexión no solo era física, sino que abarcaron una gran cantidad de temas de conversación refrescantes y estimulantes.

Wanda no podía recordar cuándo fue la última vez que disfrutó tanto hablar con alguien.

— Yo también aprendí algo nuevo. — dijo ella con una sonrisa juguetona.

— ¿Qué?

— Tienes una mancha de nacimiento debajo de tu nalga izquierda.

— Ay sí — rió Natasha. — Me avergonzaba cuando era una adolescente.

— Pues yo creo que es muy sexy. — dijo la castaña en voz baja y sensual. — Y hay algo más...

— ¿Qué?

— Cuando te pones tus gafas me entran ganas de encerrarte en esta habitación y follarte hasta que salga el sol. — dijo mientras miraba intensamente a Natasha, que tuvo que tragar con fuerza antes de poder responder.

— ¿Qué estas esperando entonces? — dijo ella con una sonrisa pícara en su rostro, levantando la ceja.

Wanda se levantó y se acercó, girando la silla en la que estaba sentada Natasha y se inclinó sobre ella con las manos sobre los mangos de la silla.

— Estoy lista para mi postre. —  dijo la castaña mientras le desataba la cuerda de la bata de baño, revelando el cuerpo desnudo de Natasha.

La respiración de la pelirroja se hizo más fuerte cuando Wanda se arrodilló sin romper contacto visual, separó sus piernas y procedió a darle el mejor sexo oral de su vida.

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Holii <3

¿Cómo están?

He pensado que Wattpad además de leer y escribir también es para conocer personas nuevas.
Así que me gustaria saber, ¿Cómo se llaman? :)

–Shani :^

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