"No considero que sea buena idea que hayas traído a la pequeña contigo, A-Xian." Hua Cheng señaló a la pequeña Lan Xianghua envuelta en una sábana blanca con nubes pintadas, atada al la espalda de Wei Wuxian. "Esta montaña no es lugar para un bebé."
"No tenía nadie más con quien dejarla. El tío Qiren está fuera y todos parecen tener algo que hacer. Al menos Bo'er tiene clases y no debo preocuparme. Lan Yueguang puede cuidarlo mientras no estamos."
"Hua Chengzu dijo que esto sería rápido." Comentó Lan Wangji. Hua Cheng hizo un gesto de que ahora no estaba tan seguro.
"A quien venimos a ver dudo mucho que se distraiga con la niña, no te preocupes San Lang."
"Tampoco quería que tú vinieras..." Refunfuñó Hua Cheng.
"No hay de qué preocuparse, San Lang. Las puertas de Ciudad Gu no abrirán pronto, así que estaremos bien." Xie Lian le pellizcó la mejilla a su esposo. "Entremos ahora."
Frente a ellos estaba una modesta cabaña, Xie Lian tocó la puerta una vez, y pronto escuchó un sonido sordo de algo pesado cayendo al suelo.
"¡Ya voy!" Se escuchó desde el interior de la cabaña, luego mucho movimiento y luego silencio.
"¿No estará en casa?" Preguntó Xie Lian.
Detrás de todos, Shen Qingqiu puso los ojos en blanco y se abanicó con impaciencia. Extrañaba los timbres.
Luego de un momento, la puerta se abrió apenas un poco para mostrar la mitad del rostro de un hombre joven.
"No compramos ningún producto milagroso." Dijo el hombre joven, Xie Lian se echó a reír.
"No vengo a venderle nada."
"¡Ah, pero si es Su Alteza! Disculpe, es que últimamente han venido muchas personas extrañas a vender productos milagrosos. Por favor pase Alteza."
Xie Lian sonrió tímidamente. "Traje invitados, maestro, venía a pedirle un favor."
"Ya veo." El hombre joven vio detrás de Xie Lian a los acompañantes del príncipe heredero de Xianle. Frunció el ceño al ver a Hua Cheng y esto arruinó un poco sus facciones.
Se hizo a un lado y los dejó a todos entrar, pasando el recibidor estaba una mesa de madera pequeña, y una tetera al fuego. A la izquierda, un biombo con bellos dibujos de montañas separaba la cocina-comedor de la habitación y daba algo de privacidad.
"¿Qué puedo hacer por Su Alteza? Debe ser algo importante para que venga hasta aquí."
El hombre vio a todos los presentes de arriba a abajo, luego centró su atención en Lan Xianghua.
"Cabecita de melón." Se acercó peligrosamente a Wei Wuxian, pero solo acarició la cabecita de Lan Xianghua.
Lan Wangji guardó a Bichen discretamente.
"Por favor no se preocupen, mi maestro no le haría daño a la pequeña Xianghua." Xie Lian sonrió, intentando apaciguar a sus amigos. "Este es mi maestro, Mei Nianqing."
"¿Me estás diciendo que este hombre tan joven es tu maestro?" Preguntó Shen Qingqiu con incredulidad.
"Bueno, yo tampoco parezco de 800 años, ¿cierto?" Xie Lian rió. Mientras Mei Nianqing iba de aquí para allá, buscando dónde podrían todos sentarse.
Por dentro, la cabaña era sencilla pero lucía mucho más grande que por fuera. Estaba adornada como si alguien importante pero humilde viviera ahí.
"El príncipe heredero me trajo a tres cultivadores y a un rey demonio, esto debe ser importante." Comentó Mei Nianqing acercando algunas sillas quién sabe como ni de dónde. "No tengo té para todos, lo siento mucho."
"No es problema, buen maestro." Luo Binghe se sentó en la silla que le ofrecieron, limpiando con la mano el polvo de la silla ofrecida a Shen Qingqiu.
"Estamos bien así, gracias." Wei Wuxian se sentó, pero Lan Wangji se quedó parado a su lado. Con cuidado tomó a Lan Xianghua de la sábana en la que estaba envuelta y la cargó en sus brazos.
La niña dormía y no despertó a pesar del movimiento. Mei Nianqing la vio una vez más y sonrió.
"Qué dulce y bien portada. Puedo ver que tiene muy buena fortuna."
"¿En serio?" Wei Wuxian parecía sorprendido por aquella declaración.
"Por supuesto. Las circunstancias de su nacimiento fueron desafortunadas, pero le esperan muchas cosas buenas. Ahora, Su Alteza, ¿a qué debo el honor? ¿Este amo fantasma ha estado fallando en su caligrafía?"
Hua Cheng desvió la mirada y lució bastante avergonzado de ser expuesto de esa forma. Xie Lian rió nerviosamente.
"No, no, maestro, en realidad venimos porque A-Xian necesita ayuda."
"¿Este A-Xian? ¿Es este el pequeño fantasma que adoptó Su Alteza?"
Wei Wuxian sonrió y alzó la mano.
"Ese soy yo."
"Técnicamente no lo adoptamos, maestro."
"Sea como sea, este A-Xian tiene una vida interesante, ¿no es así?" Mei Nianqing se acercó a él, tomó una silla y se sentó. "Alguien te está perjudicando en este momento. Alguien bañado en oro."
Lan Wangji apretó a Bichen hasta que sus nudillos se pusieron blancos.
"No debes preocuparte mucho. Esta persona ha sido enfrentada antes, te tiene bastante miedo. Incluso se podría decir que te respeta. Nada de lo que haga podrá perjudicarte de ahora en más. Tiene mucho oro pero muy poca fortuna."
"¿Entonces no hay que preocuparse por esa persona?" Wei Wuxian ladeó la cabeza. Mei Nianqing negó.
"No por ahora. No hay que buscarlo, él te buscará a ti. Incluso si no quiere que sus planes se noten, se delatará sólo."
"Bueno, eso es un alivio. San Lang no había sido capaz de encontrar quién podría ser." Xie Lian suspiró aliviado.
Mei Nianqing se levantó de su sitio, luego vio a Shen Qingqiu y frunció el ceño.
"Tú no eres de aquí, ¿verdad?"
"¿Perdón?" Shen Qingqiu frunció el ceño.
Una alerta del Sistema apareció frente a Shen Qingqiu. Mei Nianqing alzó una ceja, como si pudiera claramente ver la pantalla. Luego negó con la cabeza y se alejó.
"Muchas gracias por esto, maestro Mei." Wei Wuxian se levantó de su silla y le hizo una reverencia. Lan Wangji inclinó la cabeza, pues tenía a Lan Xianghua en brazos. "Me deja mucho más tranquilo."
"No es nada, no es nada, joven A-Xian. Su Alteza tiene tan pocos amigos, me alegro de que usted sea sincero."
Charlaron un poco más de temas triviales, luego se despidieron del maestro Mei Nianqing y se marcharon de la cabaña.
"Ah, segundo maestro Lan." Le llamó Mei Nianqing. "Por favor salude de mi parte a la maestra Lan Huamei, tengo mucho tiempo sin verla."
"Mn, se lo haré saber."
"Muchas gracias."
Una vez que se marcharon, Mei Nianqing cerró la puerta de la cabaña, sirvió el té que estaba en la tetera en dos tazas y lo llevó a la habitación detrás del biombo.
"¿Se han ido?"
"Si, pensé que estarían aquí más tiempo." Mei Nianqing le ofreció una de las tazas a un hombre sentado en un pequeño sofá. "Trajeron a una niña tan pequeña y con ojos tan grandes. Debiste salir a saludar a Su Alteza."
"No estoy seguro de que Xianle quiera verme todavía."
Mei Nianqing suspiró. Que sea lo que él desee.
Hua Cheng estuvo algo inquieto en el camino de regreso. Decidieron parar en una posada en un pueblo cercano, y cuando cada quien se fue a sus habitaciones, decidió hablar.
"¿Sentiste quién más estaba en esa cabaña?"
"Sí, lo sentí."
"¿Por qué no salió? ¿Y por qué no dijiste nada?"
"No cambiaría nada, San Lang, tal vez él no salió porque no quiere verme. No está en mi exigirle explicaciones a mi maestro sobre a quién aloja en su casa."
"Pero Gege..."
"San Lang, es lo que es, si no está haciendo nada malo, dejemos las cosas como están."
Hua Cheng no estaba del todo convencido, pero fue y se sentó al lado de Xie Lian.
"¿Podemos practicar mi caligrafía?" Preguntó con voz melosa. Xie Lian se sonrojó. "Solo un poquito, Gege."
Xie Lian pareció pensarlo detenidamente. Luego sonríe.
"Bueno, solo un poquito."