TaeHyung se encogió de hombros en su lugar y se abrazó a sí mismo. Se sentía sucio, solo, pero al menos había salvado a las personas que amaba.
Sus ojos se cristalizaron e inmediatamente comenzó a llorar en silencio, apretando con fuerza la maleta que llevaba en las manos. El día anterior habían sucedido muchas cosas. NamJoon lo ayudó a salir de Japón antes de fugarse. Al parecer el plan de ese enfermo era separarlo de JungKook e intentar adquirir la empresa de esa manera, pero claro, no la tenía nada fácil dado que la policía había comenzado a seguirlo debido a los cargos que presentó su novio.
Como las cosas se complicaron más de lo que NamJoon pensó, optó por el plan B. Y, bueno, TaeHyung tan solo quería alejarse de todo, por lo que se escapó antes de que Don Perfecto pudiera encontrarlo. Y es que, recordar todo lo que le habían hecho no lo hacía sentir muy orgulloso de sí mismo. Era consciente de que lo estaban buscando para que diera una declaración, sin embargo, eso es algo que realmente no quería hacer. Lo tenían amenazado y el demente le dijo que si regresaba con JungKook o su propia familia, los mandaría a asesinar.
Temblando ligeramente, comenzó a recodar fragmentos de lo sucedido en la cama. Para hacer algo así, fue nuevamente drogado. Se sentía muy mal. Se habían aprovechado de él y sentía que la culpa era suya, solo suya.
¿Por qué hacía tanta calor?, ¿Por qué sentía que su sangre estaba hirviendo? Todo su cuerpo se sentía hormigueando, en especial su pelvis.
Un golpeteo constante contra su próstata le arrancaba unos gemidos realmente incontrolables, puesto que por más que intentaba guardar silencio el placer producido le hacía abrir su boca y expresar lo que sentía.
--- Jung...Kook--- balbuceó. Su vista borrosa intentó enfocarlo sin mucho éxito, quejándose por la frustración de no poder verlo y apreciar su marcado cuerpo--- ¡Ah!
Un siseó le respondió, junto a un movimiento brusco de caderas que no se detuvo durante algunos segundos. Justo lo que había querido. Aunque, ¿No se sentía diferente a lo normal? Algo parecía haber cambiado. Quizás el agarre en su cintura era inusualmente agresivo. ¿O aquellas manos eran demasiado ásperas para su gusto?
--- T-te... amo. Mh...
No podía seguir pensando en ese estado, así que cuando llegó al orgasmo, un cansancio anormal lo golpeó abruptamente. Algo no estaba bien, pero no pudo descifrarlo antes de caer rendido en la cama.
Con una expresión victoriosa, el más alto salió del interior del bonito TaeHyungie y observó su semen comenzar a salir a borbotones.
--- Filma bien esto--- amenazó a la otra persona, para después limpiarse un poco con la ayuda de unos pañuelos.
Todo estaba hecho. Con tan poco sería capaz de arruinar la vida de alguien a quien detestaba tanto. Alguien a quien definitivamente podía arruinar de a gratis y sin dudarlo.
--- Este mocoso lo hace bien--- aclaró mientras se acercaba a amasar el trasero del castaño. Era potente--- Por eso se iban a casar, ¿No?--- inquirió antes de darle un golpe que le arrancó un delicado gemido--- Dudo mucho que sea por otra cosa, sinceramente. Solo es un cara bonita, un fracasado que solo sirve como prostituto. Su inteligencia jamás fue suficiente.
La otra persona guardó silencio y tan solo grabó el desastre que los otros dos habían provocado.
--- Bueno. Cuando sepa que tengo más dinero que mi querido primo, vendrá conmigo--- aseguró. Nadie podría borrarle esa sonrisa jamás, pues sabía que ya había ganado. Aunque quizás y en ratos ya deliraba un poco.
Comenzó a vestirse con una calma envidiable y seguido, le arrebató la cámara a su cómplice.
--- No toques eso o lo arruinarás y tendré que comenzar de nuevo--- anunció mientras veía el contenido grabado--- patético--- murmuró el moreno.
NamJoon tomó las llaves de su auto y salió junto al otro chico, ambos dirigiéndose hasta su siguiente destino. Aún era de madrugada, así que debían de aprovechar muy bien el tiempo.
Por un momento TaeHyung olvidó que estaba esperando a abordar su avión en el aeropuerto. Pronto lo llamarían, y aunque realmente no tenía a dónde huir o un lugar al que deseara ir solo, tan sólo decidió seguir con su camino.
¿Por qué le habían hecho algo así a un don nadie como él?, ¿A un chico pobre fan de la justicia?, Alguien que solo tenía a sus padres y abuelos... no tenía nada de valor. ¿Entonces porqué se había convertido en el objetivo de alguien? ¿En verdad una persona había llegado a tal punto?, ¿Era alguien que merecía ser odiado? Alguien sin importancia y con un futuro dudoso. Eso era él.
Un sollozo se escapó de entre sus labios y en seguida una calidez abrumadora intentó tranquilizar a su corazón roto, al igual que ese abrazo tan delicado que recibió, como una seda muy suave lo estuviera envolviendo lentamente, atrapándolo poco a poco. ¿Quién se atrevería a abrazar a alguien como él?
--- ¡No me toques!--- gritó después de que reaccionó, girándose violentamente para encarar a la persona que se había atrevido a tanto, aunque al ver quién estaba parado ahí frente a él, se sintió pequeño y con muchas más ganas de llorar. Se quedó sin habla.
Esa persona tan importante para él. Aquel que le había enseñado tantas cosas en tan poco tiempo. Su primer amor.
--- Osito... ¿Estás bien?--- preguntó JungKook, procurando ser cuidadoso con las palabras que elegía para hablar--- ven conmigo. Estuve como loco buscándote...--- comentó. Al ver su rostro, eran notoria su falta de sueño. Seguramente no había dormido nada hasta el momento, cosa que perjudicaba gravemente su salud después de su recaída pasada--- ¿A dónde ibas?--- inquirió tristón al ver cómo se aferraba a aquella maleta, como si su vida dependiera de ello--- Vamos a casa, mi amor--- "casa", sí. Aquel departamento que habían elegido juntos era su hogar, su nidito de amor.
Se acercó a tomar la mano ajena, sin embargo, el azabache recibió un fuerte golpe en cambio, justo a la altura de su pecho. Un golpe desesperado, sin apuntar.
--- No iré contigo a ningún lado. Ya no...--- se limpió las lágrimas bruscamente y negó varias veces. ¿Cómo podría?, ¿Qué tal si regresaba a su lado y al despertar se encontraba a su ser amado muerto?--- no quiero... y no puedo hacer esto--- se quejó desganado, frustrado.
JungKook entendía. En esos momentos sentía como si le transmitiera todos sus malestares. No se veía bien en absoluto. Parecía estar agonizando, como si estuviera derrumbándose. Quería ayudarlo.
--- TaeHyungie--- se acercó una vez más, pero el mas joven volvió a retroceder--- mi amor, hablemos. Quiero solucionar todo. Me encargaré de NamJoon y nosot-
--- Nosotros nada--- aclaró el castaño--- Todo esto pasó por acercarme a ti--- lo miró fijamente, casi que obligándolo a retener el aire--- jamás debí de haberlo hecho.
El mayor realmente quería detenerlo, pero escucharlo decir eso lo desanimó en sobremanera. ¿Eso era cierto? Quizás el culpable era él. No debió de haber dejado solo en ningún momento a TaeHyung.
--- Lo lamento, amor. Te hice daño.
Con un resoplido, el contrario le respondió afirmativamente.
--- Me voy. No quiero casarme contigo. No quiero verte nunca más y tener que exponer a mi familia al peligro--- sentenció, con el corazón en la mano mientras se decía mentiroso a sí mismo. Quería ir a su lado y ser consolado, y que le dijera aquellas palabras mágicas que hasta la fecha tenían un fuerte efecto en su corazón.
Era hora de irse. Lo estaban llamando para que abordara el avión, pero si seguía más tiempo junto a Don Perfecto podría arrepentirse y correría hasta sus brazos. No podía hacer eso. ¿Quién le decía que NamJoon no los estaba espiando? No soportaría el que le hicieran daño a sus seres queridos.
--- Te odio... Te odio tanto...--- murmuró con el ceño fruncido, aunque más se odiaba a sí mismo--- no me vuelvas a buscar nunca en tu puta vida--- rogó para sus adentros antes de ver fijo a su equipaje--- te odio.
El bienquisto dió un paso al frente y con lágrimas en los ojos, soltó un fuerte y claro:
--- Kim TaeHyung, te amo. Y aunque te alejes de mí, no pienso olvidarte...--- le hizo saber, viendo cómo su adorado osito comenzaba a correr, ajeándose de él. Porque si su deseo era alejarse, lo respetaría.
Además lo sabía. Había algo que hacer antes que todo. Tenía que atrapar a Kim NamJoon y hacerlo pagar para que TaeHyung fuera libre.
Si el destino de dos personas que se amaban era estar juntos, entonces el universo entero esperaría tan preciado reencuentro.
--- Yo también te amo--- sollozó el universitario mientras se acomodaba en su asiento del avión, a punto de irse al otro lado del mundo, sin saber lo que le depararía el destino, con el corazón roto y dejando de creer en cualquier tonto e infantil cuento de hadas, porque él no tenía ninguna clase de final feliz. Su triste final lo había alcanzado.