POR QUÉ A MI? [Hard yaoi]

By Mitsune78

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La historia de Hiroshi, un maestro de universidad enamorado del amor. Todo comienza cuando llega a una ciudad... More

Siguiendote
Te voy a olvidar
Mi rubia obsesión
Ayudame a olvidar...
El inicio
Me estoy enamorando
Sólo quiero estar contigo y con nadie más.
Mi historia a tu lado
Voy a olvidarte
Apareciste así, sin saber te has metido en mí.
No quiero pensar estar si ti.
Un día maravilloso a tu lado
Pídeme...
Salut d'Amoure
Quiero que seas sólo para mí
Te odio y te quiero
Epilogo

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.

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By Mitsune78

Al día siguiente como siempre fui a trabajar. Intenté no encerrarme y deprimirme como solía hacerlo. Mi mente no dejaba de decir: ¿Qué nos pasó? ¿Por qué nos perdimos? ¿Una estúpida foto terminó con una relación de meses?

Llegué al salón de clases como todos los días. Intenté dar mi  clase lo mejor que pude. Traté de sacar a Nyan de mi mente, pero no pude lograrlo. Me agobiaba. Todo me lo recordaba, La escuela, el lugar donde se sentaba a tomar clases, sus amigos. Incluso ir al sanitario me lo recordaba porque varias veces se puso cariñoso en ese lugar.

 A la hora de mi  descanso me topé con  Miyagui.

- Profesor Hiroshi lo veo desconectado de nuestro planeta, ¿en donde anda? –

- No ando en ningún lado, aquí estoy ¿qué es lo que quiere?–

- solo preguntaba como estaba, ¿acaso es pecado ser cortes? – sonrío

- Estoy bien –

Me puso la mano en la frente

- ¿No estará enfermo?, lo veo más delgado –

Le quité la mano de mí frente

- Estoy bien si me disculpa me voy –

- Otra vez le pasa algo, llevaba semanas de ser el señor sonrisas y ahora es el señor seriedad y amargura, ¿Tiene algún problema? ¿Puedo ayudarle en algo?

- Estoy bien, agradezco su preocupación por mí. Sólo estoy cansado –

Me salí del salón de maestros, no quería que nadie me preguntara nada. Tomé mi teléfono y otra vez me sentí tentado a marcarle o mandarle un mensaje. Me senté en una banca algo apartada. Al mirar su nombre vi que estaba en linea y el corazón me latió más fuerte. Sentí que se me nublaba la vista. Mis ojos comenzaron a humedecerse. Deje el aparato a un lado. Respiré profundo varias veces. No quería llorar, no quería estar ahí.

- Quiero ya no amarte y enterrar este dolor. Quiero que mi corazón te olvide -

Me levanté Decidí no ir a ningún bar a tomar. No iba a caer en la misma situación cuando perdí a Fye. En eso mi teléfono sonó, mi corazón dió un vuelco, por un momento pensé que era mi pequeño amor pero era Ray. Sentí cierta desilusión.  No tenía ánimos de hablar con nadie aún así decidí responder a mi amigo. Después de intercambiar algunas palabras quedamos en vernos en el lugar de reunión. Fuí sin muchas ganas, pero Ray insistía en verme, estaba preocupado por mi. Cuando llegué me recibió con un abrazo.

- Ay Hiro, te ves mal. Me duele verte así.  Nyan vino y nos contó que se iba y te dejaba. Al parecer no lo amas, que sigues siendo un Don Juan -

Yo un poco sorprendido atiné a levantar los hombros

-U-un Don Juan? pero si no he hecho nada más que adorarlo a él y dedicarme a hacerlo feliz. Éll fue el que vino y me dijo mentiras y yo le creí-

En eso llegó Albert, me saludó:

- Siento mucho lo de Nyan y tú, hoy en la mañana me enteré. Me habló del aeropuerto, parece que su vuelo sale en dos horas –

Miré con ansia al pelirojo, era como un rayito de esperanza, necesitaba ver a Nyan y él sabía donde estaba

- ¿Eh... donde?

- Vuelo 203 sala 15, sale en hora y media –

Salí de inmediato. Me subí al auto y conduje hasta el aeropuerto, el camino era largo y hubiera tardado hora y media, hice el recorrido en 45 minutos. Afortunadamente a esa hora no había mucho transito vehicular.  Busqué donde estacionarme y entré rápido. Miré mi reloj, aún no despegaba, todavía podría verlo. Busqué la sala 15 hasta que dí con ella. Corrí hacia allá. Quería verlo y decirle que no se fuera, que aún lo amo. Que me duele horrores que se vaya así con una idea errónea de mí.

Busqué como loco por toda la sala y por fin lo encontré. Al verlo  mi pulso se aceleró. Mi garganta se secó. Todo al rededor se borró, sólo estaba él sentado en la sala de espera. Noté que estaba platicando  con una señora. De pronto ambos se levantaron de su asiento. La mujer a su lado se veía alta y agraciada. Imaginé que era su madre, se parecían mucho. Como siempre, mi pequeño amor vestía coquetamente. Se veía hermoso. Su cabello largo caía suavemente abajo de sus hombros. Tenía el semblante ligeramente triste. Quisiera creer que estaba triste por lo nuestro pero en el restauran se veía tan frio y distante, como si dejarme no le doliera.

 Tal vez, sólo tal vez aún tengo una pequeña esperanza de seguir juntos... aunque sea un amor a distancia. Digo... ahora la tecnología ha avanzado ¿no? Existen las video llamadas.

Me puse a pensar en como llegar hasta ellos. Si me acercara, su madre preguntaría demasiado y no quería poner a mi pequeño amor en aprietos. Aún así tengo que acercarme. A mi lado había un stand de recuerditos y regalos. Compré un souvenir típico, y decidí acercarme a ellos. Desearía tener un whisky para darme un poco de valor. Así que sin más me acerqué. Me aclaré la garganta y Nyan volteó a verme, se sorprendió.

-Hir... P-profesor... ¿que hace aquí?-

No me gustó como se oyó la palabra profesor en sus labios, yo quería que me llamara como siempre. Con mucho esfuerzo puse mi mejor sonrisa y lo saludé como si sólo fuéramos conocidos

Buenos días Chatte, supe que te ibas hoy y quise desearte un buen viaje.

En eso la madre se dirigió a mí

- ¿Usted quien es? – muy cortes le di la mano para presentarme

Soy Hirosh... -Nyan me interrumpió – Es el maestro de filosofía que mi padre contrató para darme clases

La elegante señora me sonrío

- Encantada, mi adorado hijo no me había dicho nada de usted –

- eh.. si... bueno sólo le daba pocas clases– Miré al muchacho, respiré hondo para continuar hablando con aplomo.

– Que lastima que tengas que irte, te voy a extrañar... digo... haz sido uno de los mejores alumnos que he tenido y.... –

Me sentía como un imbécil. En realidad quería decirle que me dolía que ya no estuviéramos juntos, que tenía planes para nosotros, que estaba muy enamorado de él y que no quería que se fuera.

- Te traje este presente de despedida... q-que tengan buen viaje –

Puse entre sus manos el pequeño detalle. Tenía unas ganas enormes de abrazarlo pero me contuve. En eso él me tomó por el brazo y me jaló, miró a su madre mientras decía

-Madre permíteme unos minutos, quiero darle un recado al sempai para unas amigas -

la señora se quedó un poco sorprendida y sólo sonrió

-Date prisa Nyan, no tardan en anunciar nuestro vuelo. Un placer conocerlo profesor .

Ya un poco lejos de su madre me dijo muy molesto:

- ¿Qué estas haciendo aquí? ¿Sabes que puedes meterme en un problema con mi madre? -

– Solo quise verte una vez más, aunque no sé ni por que -

- No debiste venir, esto será más doloroso para ti –

Me sentí desesperado,

- Entonces, a ti no te duele... -

- Es una decisión que ya tomé -

- Por favor Nyan, no te vayas... no me dejes, sé que no fui el novio perfecto. Tal vez ni siquiera soy el hombre que mereces pero si estoy así de desesperado es porque te amo, en verdad te amo y no quiero perderte -

- Ya hablamos esto, no quiero mas... - me pareció que su voz se iba a quebrar, así que lo tomé por sorpresa y lo abracé

- Quédate un poquito más por favor,  aunque sea un minuto más... sólo abrázame -

Puso un poco de resistencia al principio pero se quedó ahí sin moverse mientras yo lo abrazaba por última vez. Acaricie su cabeza y su cabello suavemente.  Era la despedida y no pude evitar que mis ojos se humedecieran. Mi mano bajó despacio por su rostro y acaricie su mejilla y sin pensarlo lo besé en los labios.  Nyan se soltó de inmediato y me abofeteó. Ni siquiera me dolió. Pero el dolor de su rechazo era demoledor. No pude evitar que se me escapara una lágrima, llevaba varios minutos aguantándome. Él seguí frio como tempano y me dijo:

- No creas que me vas a convencer con tus lágrimas de cocodrilo...-

- ¿Nyan, por qué eres así conmigo? Qué fue lo que hice mal? ¿Esto es por una estúpida fotografía? Ni siquiera recordaba que estaba ahí -

- Creo que ayer te lo dije y lo dejé muy claro -

 - Esta bien... si ya no quieres estar más conmigo lo tengo que aceptar. No quiero tu compasión, sólo quiero despedirme de ti, sólo quiero estar un poco más contigo hasta que te hayas ido -

en ese momento escuchamos el altoparlante que decía:

- Señores pasajeros del vuelo 203 con destino a Paris Francia, favor de abordar por la puerta número 18 –

Intenté abrazarlo de nuevo pero él me detuvo. Lo miré a los ojos y tomé su mano

- Mi alma... No sé si algún día vuelva a verte. No es fácil aceptar haber perdido. Por última vez te digo esto: Por favor, no me abandones. 

Evitó mi mirada.

- Tengo que irme, mi vuelo está por salir, además mi madre comenzará a buscarme y no quiero que nos vea así-

- Nyan.. No me arrepiento de haberte amado como lo hago, pero si tu felicidad no es conmigo, entonces acepto que te vayas y busques tu felicidad porque lo mereces, de verdad, yo  deseo lo mejor para ti...-

Recordé un poema de despedida de José Angel Buesa y quise decírselo por último antes de soltara mi mano para siempre. Tenía un enorme nudo en la garganta. Como pude lo recité para él.

Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.

Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.

No sé si me quisiste... No sé si te quería...

O tal vez nos quisimos demasiado los dos.

Este cariño triste, y apasionado, y loco,

me lo sembré en el alma para quererte a ti.

No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;

pero sí sé que nunca volveré a amar así.

Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,

y el corazón me dice que no te olvidaré;pero,

al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,

tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.

Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,

mi más hermoso sueño muere dentro de mí...

Pero te digo adiós, para toda la vida, aunque toda la vida siga pensando en ti.

Se soltó de mi mano y comenzó a caminar hacia donde lo esperaban

-No hagas esto mas difícil para ambos, entiéndeme, quiero estar solo y lejos de ti... ya no quiero estar contigo, adiós –

Me dolió su frialdad, fue  la estocada final .Me dio la espalda y se fue. Y ahí estaba yo, sintiéndome desolado.  Lo vi irse junto a su madre.  Cruzaron por la sala de abordaje perdiéndose en el pasillo junto a los demás pasajeros.  Me limpié la cara con el dorso de la mano y fui  hacia los ventanales que dan a las pistas. Vi la fila de pasajeros  caminando hacia el avión. Lo vi, subía las escaleras. Vi que miraba hacia atrás y después desapareció dentro del avión. Me quedé ahí parado frente a los ventanales viendo como el avión corría por la pista y se elevaba llevándose a Nyan lejos de mí para siempre.

No me derrumbé como cuando Fye me abandonó, en algún lado de mi corazón sabía que esto pasaría. Amaba a Nyan y mucho. Sufría por no tenerlo a mi lado. Tenía muchos planes con él pero no llegaron a concretarse. Comencé a sentir ese dolor abrumador y desesperante. Quería correr, huir lejos de eso que me dolía pero no podía, el dolor estaba dentro de mí. Ahora si no pude evitar llorar. Intenté aguantar más pero no pude. De pronto sentí un par de manos sobre mis hombros, por un momento mi mente imaginó que era mi pequeño pelirosado que me decía que todo había sido un error y que seguía amándome, pero no era él.  Era Albert que me miraba con ternura. Me voltee para limpiarme la cara, no quería que me viera así. Me quedé ahí parado sin saber que hacer. Mi mente estaba congestionada, me sentía abrumado, solo, desolado. Albert me abrazó.

- Hiro, siento lo que sucedió, créeme que a mi también me tomó por sorpresa la actitud de la princesa. Sé lo que sientes, a mi me ha pasado lo mismo y aún me duele la partida de Armand

Seguí como ausente, no correspondí el abrazo del pelirojo. No se ni como me llevó a su auto. Recordé que había dejado el mío en un estacionamiento cerca de ahí pero ya en ese momento no me importó nada. Estaba desmoralizado. Albert me llevó a su casa. En el trayecto no dije nada, solo miraba el camino, Albert intentaba conversar conmigo, de vez en cuando me preguntaba si estaba bien, a lo que yo  respondía afirmativamente con la cabeza. No tenía ánimos ni de hablar.

Por fin llegamos a su casa. Me bajé de su auto y entramos. Ni siquiera noté la decoración, sólo me senté y me ofreció un whisky. Lo acepté y lo bebí despacio. Él también me acompañó bebiendo otro.

-Albert, ¿Por qué me pasa esto a mí?, yo traté de darle lo mejor de mi... voy a olvidarlo, voy a borrarlo -

Se sentó a mi lado y tomó mi mentón y me miró fijamente a los ojos.

- se que diste lo mejor de ti. Me consta que siempre fuiste detallista, romántico... Su relación a veces me daba envidia... eh...Tal vez no estaba en su destino estar juntos –

No respondí, me solté de su agarre y apuré mi trago. Quería irme, ¿pero a dónde?

  Miré mi teléfono y el sólo abrirlo me dolió mas. Tenía una foto de Nyan. Boté el aparato en un sillón. Me  sentía frustrado. Pensé en irme a mi apartamento pero ahí está lleno de recuerdos y me pareció frío y solo. Albert pareció adivinar mis pensamientos.

- ¿Por que no te quedas aquí Hiro, y mañana con la mente mas lucida te vas? Será una velada sólo para hombres. Brindaremos por la libertad que ahora tenemos –

Acepté, no me sentía bien, así que un poco de compañía no me haría mal. Me sirvió otro trago. Seguía yo sin expresión alguna. Sentía una gran presión en el pecho y subía por mi garganta. No quería llorar, no quería derrumbarme, no quería dar lastima a nadie y menos a Albert. Él quería separarnos ¿no?

El tiempo pasaba terriblemente lento. Platicamos un poco. Descubrí que Albert no era tan malo después de todo, era un hombre sensible y carismático, me empezó a caer bien.

 Cuando la noche llegó me dejó dormir en su cama y él se fue al sofá. Intenté conciliar el sueño pero no pude. Aún estaba muy presente la partida de Nyan, lo extrañaba. Me levanté a media noche, tenía la garganta seca y el conocido nudo en la garganta. En la mesa de noche había una jarra con agua, Bebí dos vasos al hilo. Luego me senté en la cama y  busqué en mi cartera, la abrí y lo primero que vi fue la foto de Nyan, estaba en una pose muy sexy y tenía una dedicatoria: Para Hiro, que nuestro amor perdure para siempre. Tuyo. N

Sostuve la fotografía entre mis manos y no pude contenerme más, comencé a llorar despacio, no quería que Albert me escuchara. Le murmuré a la foto como si fuera el verdadero:

- ¿Por que Nyan, por que te fuiste? te necesito tanto –

Me senté al borde de la cama y continué sollozando sólo para mi.  En eso escuché un pequeño ruido, volteé pero no vi nada. Me acerqué a la puerta, estaba cerrada pero no con seguro. La abrí y no había nadie, Albert seguía dormido en el sillón.  Regresé  a la cama. Suspiré un par de veces para calmarme. Recuerdo que amanecía cuando me quedé dormido por fin, aún con la foto en mis manos.

Escuché la voz de Albert y me desperté, estaba frente a mí con una bandeja con lo que parecía un desayuno.

-Despierta dormilón, mira que ya son más de las 9 –

Me froté los ojos y me senté en la cama. De inmediato me punzó la cabeza. Mucho whisky la noche anterior. El pelirrojo me puso la charola en las piernas

- Albert, no debiste molestarte yo... -

- No te preocupes Hiroshi, siempre lo hago con mis invitados, una antigua costumbre familiar. Desayuna mientras busco unas partituras –

No tenía mucho apetito, pero no quise despreciar su buen gesto. El desayuno estaba hecho con mucho detalle. Servilletas almidonadas, una rosa, jugo recién exprimido y un consomé. Albert seguía buscando entre sus papeles y sin mirarme dijo:

- Anoche tomamos mucho. Imaginé que te sentirías mal y compré un poco de consomé para los dos. dicen que es bueno para la resaca.-

- G-gracias... no es necesario que te tomes tantas molestias por mí -

El pelirrojo dejó lo que estaba haciendo y me miró

- No hables así. No eres ninguna molestia. lo hago con gusto. Anda, come o se enfriará -

Así que me tomé el consomé. La verdad que si me ayudó mucho. Dejé la charola a un lado. Noté que ya no tenía la foto de Nyan en la mano. La busqué con la mirada. Estaba en la alfombra cerca de Albert que estaba muy concentrado buscando entre sus papeles. Quise levantarme y recogerla pero noté que no traía pantalones. Intenté tomarlos de la silla.  Albert se me acercó,  pero seguía muy concentrado  buscando entre sus papeles. Aprovechando su distracción me puse los pantalones, tomé la fotografía de Nyan y la guardé en mi bolsillo.  Tomé la charola del desayuno y me dirigí a la cocina para lavar los trastes. En eso sentí los brazos de Albert rodeándome por completo y recargó su mentón en mi hombro

-¿Que haces? – dije. Su abrazo me tomó desprevenido.

-¿No es obvio? Te estoy abrazando tontito –

Yo no traía camisa así que sus manos recorrieron un poco mi pecho. De pronto  me soltó, me quitó la charola y se fue a la cocina.

- Deja estos trastes, yo los lavo, tu eres mi huésped no debes hacer nada de estas cosas. Ve a cambiarte y saldremos a dar una vuelta que tanto nos hace falta –

Caminé hacia la recamara para buscar mi ropa, me vestí sin muchas ganas. Guardé la foto de nuevo en mi cartera y salí de la habitación de Albert. Me lo topé de frente

- Luces mal Hiro, ¿no pudiste dormir anoche? –

- eh... no mucho – le sonreí sin ganas

- Me pasó lo mismo cuando Armand se fue. Aún lo extraño... -

- Yo.. lo siento Albert, será mejor que me vaya. Tomaré un taxi al aeropuerto, dejé mi auto allá -

- Vamos, te llevo, tengo que entregar una partitura pero antes quiero tomar aire fresco y creo que tú también lo necesitas -

- No es necesario... no quiero darte molestias -

- No digas eso Hiro, somos familia -

Suspiré - Ya no lo somos, Nyan me dejó -

- Oh, no importa, siempre serás mi cuñado favorito. -

Salimos de su casa en dirección de la plaza central y tomamos una taza de café en un pequeño restaurante. Platicamos de algunas cosas. Yo aún no me sentía de humor para hacer eso pero era mejor que estar encerrado en mi departamento.

Después me acercó al aeropuerto y recogí mi auto. Manejé a casa solo.

Mi vida continúo sin Nyan, en el lugar de reunión ya todos lo sabían. Nadie mencionó el tema, imaginaban como me sentía.

Seguí trabajando, no me concentraba. Sabía que tenía que seguir.  Hice de todo pero me estaba deprimiendo. No tenía ganas de ver a nadie pero Albert me insistió que tenía que enfrentarlo y seguir conociendo gente, que era sano para mí salir al mundo y no encerrarme.

Yo no podía concentrarme y tampoco podía evitar marcarle a Nyan pero nunca me contestó una llamada.

 Albert se preocupaba por mi. Últimamente lo veía casi todos los días. Decía que había ensayado cerca de ahí o lo encontraba en el supermercado mientras compraba algunos víveres.

Los días se hicieron semanas. Extrañaba mucho a Nyan. Aún seguía en mi corazón. Me era difícil olvidarlo. Los días sin él eran como morir. No quería esta soledad, quería a mi pequeño amor a mi lado.

Empecé a tener síntomas de abstinencia, como si fuera un adicto al que le han quitado su droga favorita. No dormía bien en por las noches y me la pasaba con mucha ansiedad y nerviosismo. Por las mañanas estaba muy cansado e irritado. Mis pobres alumnos sufrían mis arranques de enojo.

Para olvidarme un poco salía a caminar por el lago y el pequeño bosque que rodea la ciudad. Había días que recorría hasta 10 kilómetros. Me ayudaba un poco, pero al regresar a mi rutina diaria todo volvía a ser muy duro.

Acudí al lugar de reunión para conversar un poco con los pocos amigos que me quedaban. Estaba mirando unas fotos de Nyan y mías cuando éramos felices y recordaba los buenos momentos que pasamos juntos. Llegó Albert y me encontró a punto de llorar de nuevo y se molestó

- No Hiroshi,no debes andar por ahí llorando y recordándolo ni atormentándote mas, eso te hace daño –

- Lo se, pero... no puedo evitarlo –

- Por  qué no borras todas esas fotografías? Sólo te estás dañando a ti mismo -

- Lo sé Albert,te prometo que lo haré, no hoy... no me siento listo aún. Dejaré de verlas y de torturarme con ellas, lo prometo -

- Así me gusta Hiro, que aprendas a superar poco a poco esto, juntos lo haremos. –

Esa noche me fui a mi departamento, aún no podía olvidar a mi pequeño amor, ¿Qué estará haciendo ahora? ¿Comerá bien, lo cuidarán? Ojala no pase frío ni esté solo... ojala pueda encontrar a alguien que lo haga feliz.

Cada fin de semana iba al bosquecito y al lago y caminaba o trotaba intentando olvidar.

Los días seguían pasando y escuché a los amigos de Nyan hablar de él. Se me encogió el corazón. Sabía que si escuchaba algo de él me dolería  mucho. Aún así me acerqué para escuchar lo que decían.

- Mira, Nyan nos manda saludos a todos y unas fotos.  -

- Se ve bien, debe se porque su padre ya no le exige ser alguien que no es. -

- Seguramente ya encontró novio francés -

- ah.. profesor, nos está escuchando?-

- Disculpen... es que los escuché hablando de Ny.. de Chatte y sólo quería saber si aún tienen contacto con él.¿ saben si está bien ? Incluso cambió su número de teléfono -

- Si profesor, yo creo que lo cambió para que su padre no lo molestara. -

- Seguramente lo cambió para que el ex novio no lo contactara -

- Pero a mí me hizo llegar su nuevo número y a veces nos manda mensajes y algunas fotos.  Se inscribió en una universidad allá en Paris y se ve feliz. Mire las fotos -

El chico me dejó ver las fotos de Nyan. En una él estaba frente a la avenida Los Campos Eliseos, otra más cerca del arco del triunfo . Había varias fotos en grupo. En todas esas fotos él estaba sonriendo junto a sus nuevos compañeros de escuela. No parecía extrañar su vida aquí.  Incluso se había recortado el cabello un poco. Se veía feliz. Le regresé el teléfono. Volví a sentir el nudo en la garganta. Me asfixiaba

- M-me alegra que esté bien. Lastima que se fue, era un excelente alumno... Gracias por mostrarme las fotos. Me quedo más tranquilo sabiendo que él está feliz  -

Me despedí de los alumnos y caminé hacia uno de los sanitarios y me encerré en uno. A esa hora no había nadie. Me senté a llorar. Duele saber que Nyan es feliz, que me ha superado tan rápido como si lo nuestro no hubiera existido. Incluso cambió su número telefónico para que no lo moleste más.  Por más que intento no puedo supera esto. Seguía abrumado y en total negación.


Esa noche me sentía muy mal, así que me subí al auto y decidí dar un paseo. Conduje por casi 40 minutos. Conducía sin saber a donde ir. Mi mente no dejaba de decirme: "Qué haces imbécil? Irás hasta Francia a buscar a alguien que claramente no te ama?"

Cuando me di cuenta estaba en la zona roja donde había varios chicos y chicas ejerciendo la prostitución. Suspiré. Seguramente es lo que necesito. Un clavo saca otro clavo.

Todos estaban detrás de un vidrio, exhibidos como mercancía. Uno de ellos llamó mi atención, parecía muy joven y tenía el cabello largo y rubio... me recordaba a Nyan o a Fye o a los dos. Me decidí por él. Pagué la tarifa y me llevó de la mano a su recamara. Era una habitación espaciosa con una cama bastante grande

- ¿Eres pasivo o activo galán?

- Me gusta tomar la iniciativa -

- oh, entonces adoptaré mi personalidad de uke violable ¿te parece? -

Me acerqué a él y lo tomé suavemente del rostro y comencé a besarlo despacio, él desabrochó mi camisa y quitó mi corbata y con suave voz me dijo

- Por favor, sea gentil conmigo -

Nos dejamos caer en la cama y seguí besándolo. Mi mente divagaba, sentía que el cuerpo que estaba conmigo era de Nyan. Me despojé de mi camisa mientras seguía besando al chico. Todo iba muy bien hasta que el chico tocó mi ante pierna y me trajo a la realidad.

Me senté en la cama y tomé mi camisa

- Lo siento, no puedo...-

El chico se abrazó a mi y volvió a besarme.

- Entonces ¿prefieres ser sometido ah? Muy bien, entonces déjamelo a mi galán. Vas a ser mi uke violable y no te cobraré extra por todo lo que te voy a hacer!! -

Se subió sobre mí y comenzó a someterme. Comenzó a besarme y a desnudarme. Por un momento quise dejarme llevar sólo por el placer. Era muy agradable sentirme acariciado de esa manera. Pero no pude seguir. Y así se lo hice saber.

-Espera,   -

- ¿Por qué galán? ¿no te está gustando? ¿prefieres que sea más rudo? Tal vez un poco de bondage te excite, pero si quieres que sea más rudo entonces tendrás que pagar extra y a parte tendrás que pagarte un buen doctor porque te haré sangrar y te aseguro que te gustará -

No es eso, tú eres estupendo y supongo que haces maravillas. Vine aquí pensando que quiero sexo pero no es lo que busco. -

- MMM, ya, seguramente tienes en casa una esposa celosa y toxica y vienes aquí para estar lejos de ella aunque sea unas horas -

- No soy casado -

- Ah, entonces te acaban de botar y agarraron tu corazoncito y lo hicieron pomada -

- Algo así -

El chico prendió un cigarro y me ofreció uno. Luego se recargó en la almohada y le dio golpecitos al lugar junto a él para que me siente a su lado.

- Ven aquí hermoso y cuéntame todo lo que te ha pasado, soy todo oídos. Tenemos dos horas para desahogar tu pecho. -

 Y dicho y hecho comencé a platicarle todo lo que había vivido con Nyan, desde que comenzamos hasta que me dejó en el aeropuerto.

- Lo que necesitas es depurar tu vida y tirar todo lo que te recuerda a tu novio o novia, ya no se que era. Si quieres mi consejo, busca a alguien que te ayude a olvidarlo. Haz deporte, o ven a visitarme cuando quieras, te haré un descuento por lindo -

Un rato después terminé de vestirme. Me despedí del chico y me fui a mi departamento. Sentía un poco de alivio. Le haré caso. Botaré todo lo que me recuerde a mi pequeño amor... no, ya no le diré así. Él ya no es mi amor, él se fue y me dejó.  Mañana será otro día.

Un par de días después estaba en la sala de profesores calificando sin muchos ánimos los trabajos de mis alumnos cuando mi teléfono sonó. Era un número desconocido. Estaba por rechazar la llamada y seguir con lo que estaba haciendo pero el Hiro que seguía sin aceptar que Nyan se había ido aún tenía esperanzas de que fuera él, así que respondí

- H-hola? -

- Hallo Hiro, soy Albert -

- Ah.. hola, ¿cómo te va? -

- Se nota que esperas otra llamada. Lo siento, pero por el momento soy yo. Oye, hay un concierto para chelo y me obsequiaron dos boletos. Quieres ir? -

Estaba a punto de negarme ya que no tenía ánimos pero el pelirrojo me interrumpió

- Vamos Hiro, no todo en la vida es trabajo, sé que ya no te reúnes  con los pocos amigos que tienes.  No es bueno que te encierres. Vamos, no quiero ir solo -

Tenía mucha razón, no podía encerrarme o sólo estar trabajando, tampoco era sano.

- Esta bien, ¿ A qué hora es el concierto? -

- A las 9 de la noche en la plaza -

- Esta bien, te veo en la entrada principal-

Seguí en la universidad hasta casi las 7 dela noche. Guardé todo el papeleo y salí de la sala de maestros. Fui al sanitario a lavarme la cara y arreglarme un poco el cabello. Me veía fatal. Había perdido un par de kilos y mi rostro lucía cansado y con ojeras. De nuevo me sentí sin ánimos para salir. Saqué mi teléfono para cancelar la salida. Al ver la pantalla  volví a ver las fotos de Nyan.

- Eras mi vida, eras mi todo. Voy a olvidarte... voy a borrarte. Por qué tengo que sufrir por ti. Tú ya me olvidaste y has rehecho tu vida sin mirar atrás -

Sentí mucha furia y comencé a borrar todas las fotografías de Nyan. No sabía que tenía tantas. Mi furia crecía. Azoté con mucha fuerza el teléfono contra el piso y este se rompió. La pantalla rota aún mostraba el rostro de mi ex.

- ¿Cómo es posible que se haya ido así? Por más que le supliqué me dejó atrás!-

Respiré profundamente. Decidí cambiarme la camisa. Por suerte siempre traigo una limpia en el maletero. Al terminar de arreglarme recogí el teléfono roto. Ya no prendió más, se había apagado. Le saqué el chip con mi número y tiré el aparato roto al bote de basura.

Llegué a la plaza y ahí estaba Albert esperándome.

-Hiroshi!! que bueno que llegaste. Por un momento pensé que me dejarías plantado -

- Disculpa la demora Albert... tuve.. un accidente con mi teléfono y fui a comprar otro.-

- ¿Todo bien? Te veo más delgado -

- Estoy bien. eh.. hay exámenes y trabajos finales para calificar el semestre y he estado muy ocupado, siempre me pasa -

- No te descuides Hiro, si tú no cuidas de ti, nadie más lo hará por ti -

- Lo sé Albert, no me recuerdes que estoy solo de nuevo -

- no me refería a eso Hiro, tienes a mucha gente al rededor que se preocupa por ti, entre ellos ... yo. Me refiero a que nadie puede cuidar mejor de ti que tú mismo -

- Gracias por tus palabras, pero  ya soy un hombre adulto, sé cuidarme solo -

- y qué le pasó a tu otro teléfono? ¿Te asaltaron o algo así? -

- Eh... no fue eso. Se me cayó en el baño y se rompió -

- oh que pena. Vamos, la función está por comenzar.-

- Seguramente te salieron muy caros los boletos...-

- No creas, tengo muchos colegas músicos y a veces me regalan boletos para sus presentaciones y yo les correspondo de igual manera -

La función estuvo muy bien. Por lo menos me hizo olvidar por unas horas. Al terminar, el pelirojo me sugirió ir a cenar a algún lado. No tenía muchos ánimos ni hambre. Así que me negué excusándome por cualquier cosa. Me fui a mi departamento a descansar.


Albert comenzó a invitarme a varios lugares. A veces lo rechazaba porque prefería salir a caminar o a nadar en el lago.  Albert es muy persistente así que terminaba aceptando algunas de sus invitaciones por compromiso nada más.

A veces después de la universidad pasaba por mi para ir al teatro, al cine, a algún bar a tomar algunos tragos. Todas esas salidas me ayudaron, mantenía mi mente ocupada.

Acudí al lugar de reunión y me topé con Ray quien me dijo:

- ¿Tú y Albert están juntos? –

- Claro que no, solo es un amigo –

- Últimamente se les ve juntos –

- Él también esta deprimido por lo de Armand y quiere olvidar lo sucedido –

- Me alegra que estés tomando bien lo de Nyan. Cuando se fue Fye te pusiste muy mal. Parece que ya le has olvidado –

- No es eso Ray, aún me duele y mucho pero he aprendido que de nada sirve si me encierro o tomo alcohol  para olvidar, no es sano –

- Es bueno saber que no harás tonterías como antes. - y me abrazó.

- Eres un excelente amigo Ray, ¿Qué haría yo sin ti?

Al regresar a mi departamento miré con detenimiento todo. Aún había cosas de Nyan y tenía que quitarlas aunque me doliera. Tomé una bolsa de basura y comencé tirando todos los retratos donde aparecíamos juntos. Encontré una prenda suya. Solté la bolsa de basura y me abracé a la prenda como si fuera mi pequeño amor. Me detuve, no podía comenzar de nuevo, no podía dejarme caer otra vez. Con mucho esfuerzo tiré la prenda a la bolsa. Cambié la posición de los muebles de la sala y así evitar recuerdos dolorosos. Si Nyan pudo sacarme de su vida y olvidarme completamente yo también puedo.

Así pasaron cuatro meses. Cuatro largos meses desde que el pelirosado se fue. Ya no me sentía abrumado como al principio. La furia se había disipado poco a poco. Ayudó mucho tener a mis amigos cerca. Sin ellos no sé que hubiera hecho.

Albert continuó invitándome a salir. Fuimos a la opera, a conciertos de música de cámara lo que disfrutaba enormemente. También fui a algunos conciertos donde él tocaba algunos solos de chelo. Es muy buen interprete, le ponía sentimiento y pasión a lo que tocaba. Llegué a sorprenderlo ejecutando de esa manera mientras me miraba. Parecía acariciar las cuerdas, haciéndolas vibrar con sus largos dedos.  Para compensarlo a veces lo invitaba a  pasear por el bosque o el lago.

Una noche después de unos de sus conciertos me invitó a su casa. Ya lo había rechazado muchas veces así que decidí aceptar. Albert no sabía cocinar así que ordenó algo de cenar al restaurante más cercano. Cuando la cena llegó nos sentamos a la mesa y platicamos como buenos amigos.  Platicamos sobre innumerables cosas, lo que nos gustaba, y sobre nuestro pasado. Evitamos el tema de Nyan, no quería incomodarme. Aún no lo superaba del todo pero estaba en el camino. Después de la cena me ofrecí a lavar los platos, era lo menos que podía hacer, tomé la loza sucia, la llevé a la cocina y las puse en el lavaplatos. Estaba poniendo el jabón cuando sentí que Albert me rodeaba con sus brazos, me hizo girar sobre mi mismo para quedar frente a frente

- Hiro, se que no es correcto esto que voy a decirte ... pero ya no puedo soportar mas, tengo que decírtelo... me gustas –

Me quedé pasmado, ¿Qué me estaba diciendo?... seguía sin soltarme y le respondí

- Pero tú amas a Armand... ademas estabas detrás de Nyan y... -

- Claro que no Hiro, en realidad el que siempre me ha interesado eres tú. Traté bien a Nyan solo por cortesía. La princesa es muy linda pero no es mi tipo. Cuando llegué aquí al primero que traté fue a él pero cuando te vi por vez primera no pude evitar sentirme atraído por ti.  No te dije nada por que vi tu enorme interés por Nyan. Mas de una vez probé tu fidelidad y la de él para ver si lo de ustedes iba en serio. Siempre me decía que te quería por eso me he quedado sorprendido por su partida.  Algo tuvo que influenciar en su decisión.

Yo estaba perplejo, Albert siguió con su relato.

Me hice su amigo hasta que me gané su total confianza. Me contaba todo lo que le hacías, lo que te gustaba, lo que te excitaba... a veces no podía soportarlo. Yo quería estar contigo

Acarició mi cabello y continúo sin dejar de mirarme

- Se que aún no lo olvidas, te he visto triste y apunto llorar, como aquella vez que se fue. Te vi sentado en mi cama sollozando, no sabes las ganas que tenía de abrazarte, de consolarte, pero me contuve. Quiero ayudarte a que aprendas a olvidar, que esta experiencia en lugar de destruirte te haga más fuerte –


Ahora muchas cosas tenían sentido. Sólo se hizo amigo de Nyan para saber de mí. De pronto interrumpió mis pensamientos Pegando su cadera a la mía acorralándome contra el lavaplatos y acarició mi rostro con su pulgar

- Ansiaba estar contigo pero no quería dañar a Nyan, me consideraba como su hermano mayor. Para apartarte de mi mente comencé a salir con Armand, pero se cansó de mí. Me dejó porque supo que lo estaba usando –

Yo estaba totalmente sorprendido, jamás me esperé eso de él. Acercó su rostro al mío y me abrazó por completo, no dejaba de mirarme con ternura

- Hiro, por favor no me rechaces, he esperado tanto por este momento. Ha sido mi mayor deseo el tenerte en mis brazos y decirte lo que siento –

Sus brazos eran cálidos al igual que sus palabras. Rozó con su nariz la mía buscando mis labios. Yo estaba sorprendido de todo lo que acababa de decirme. Esquivé sus labios y me safé de su abrazo. Él me miró un tanto decepcionado, no supe que decirle, mi mente estaba en blanco, volvió a acercarse a mí

- Albert... por favor, no ahora, yo... -

-Lo se Hiro, aún amas a Nyan,no te pido que me ames, solo quiero hacerte olvidarlo. Quiero darte mi cariño aunque yo no reciba nada de ti -

Volvió a abrazarme y  me besó despacio, atrayéndome hacia su cuerpo.  Introdujo su lengua en mi boca y jugueteó con la mía. Por un momento pasó por mi mente el quitármelo de encima pero me dejé llevar por sus besos. No dejaba de acariciarme, de morderme el cuello, susurraba mi nombre. Albert me caía bien, me gustaba su manera de tratarme, pero sólo eso. Desabrochó mi ropa y metió las manos acariciándome. Ahí fue donde me separé

- Disculpa Albert, será mejor que me vaya -

Me dirigí hacia la salida y tomé mi abrigo. Él me me agarró del brazo

- Espera Hiroshi... por favor, no quiero perder tu amistad. Sé que esto es muy apurado pero no pude evitarlo. Llevo mucho tiempo guardándolo -

- Mañana te veo... - y me fui

Llegué a mi casa, y me dejé caer en el sofá. Estaba muy sorprendido, nunca me hubiera imaginado que Albert estaba detrás de mí, jamás lo hubiera sospechado. Aún sentía los labios de mi amigo presionando contra los míos, Yo no sentía por él nada mas que amistad y tal vez gratitud. Recordé lo que me dijo el chico del prostíbulo, que buscara a alguien me me hiciera olvidar. ¿Pero es justo usar a alguien de esa manera? Albert dijo que no pedía amor, sólo quería mi compañía y quería ayudarme a olvidar. Si quiero olvidar... ¿no sería mejor contratar de nuevo al muchacho aquél?  Me levanté y tomé las llaves de mi auto y conduje a la zona roja de nuevo. De nuevo lo encontré y volví a contratarlo.

- Hola Hiroshi, Sabía que regresarías, esa huella dejo en mis clientes. -

- H-hola... -

Recordé que no sabía su nombre. Él me tomó de la mano y me llevó de nuevo a su habitación. Esta vez no platicamos.


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