Apareciste así, sin saber te has metido en mí.

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Ese día no tenía clases así que pasé directo al lugar de reunión, tenía muchas ganas de ver de nuevo a Nyan.   Ahí estaba él. Traía un lindo vestido azul cielo, su cabello largo y lacio estaba impecable. Se sabía hermoso y sabía como resaltar su belleza.

Noté que habían llegado nuevos miembros, Uno de ellos es Albert, un alemán pelirrojo que tocaba el chelo en la filarmonica de la ciudad. Es un año mayor que yo. También llegó  su hermano Seth quien al parecer estaba enamorado de él por la manera en que lo veía y lo celaba.

El pelirrojo estaba platicando con Nyan muy animadamente, incluso le tomaba de la mano y le contaba anécdotas de su infancia lo que el joven tomaba con mucha gracia y sonreía. De inmediato sentí una punzada de enojo, de entre todos los asistentes el pelirojo Albert ¿tenía que llegar e intentar ligarse al francés?, me sorprendí a mi mismo pensando de esa manera, ¿eran celos?

Nyan alzó la vista cuando notó que yo había llegado. Caminó hacia mi y me recibió con una sonrisa tímida. Me presentó a Albert al que saludé y sonreí falsamente. Después de un rato Albert se levantó y se fue diciendo que tenía un ensayo.

Nyan y yo nos quedamos platicando, para gran alegría mía casi todo el día. Me encanta su sonrisa, su manera de desenvolverse, su candidez disfrazada de timidez y su manera de sonrojarse. No podía creer que yo pudiera tener tanto en común con alguien. Ni siquiera con Fye era tan compatible.

Mi raciocinio me hizo detenerme y dejar de ilusionarme e ilusionar a otros. No quería lastimar ni salir lastimado.

 A media tarde Nyan fue a la cocina para preparar unos bocadillos. Y yo lo acompañé. Era muy ágil en la cocina, preparó te y canapés.

Cada minuto que pasaba su lado sentía una conexión especial. Había mucha química entre nosotros.

 En la cocina me acerqué a ayudarle con la charola y quedamos muy cerca el uno del otro. Miré sus labios entreabiertos, me invitaban a besarlo. Me acerqué unos milímetros a él y sus mejillas se tiñeron de rojo. Me detuve. "¿qué estas haciendo Hiro?" me dije.

No quería que Nyan pensara mal de mi, no quiero que crea que soy un aprovechado por ser mayor que él. Ademas yo no quiero saber nada de nadie ni de nada.

Me alejé  de él rápidamente y regresé a la sala con la charola en las manos. Escuche que el francés suspiró atrás de mi.

Ya en la sala, continuamos platicando sobre varios temas. Se nos unieron Zach y Ray.  Intenté seguir la conversación pero  mi mirada no se despegaba de Nyan. Era como un imán para mis ojos.

El fin de semana me fui a la plaza a pasear solo. Es agradable pasar tiempo conmigo mismo. Una hora después se abrió mi apetito, así que fui por un refrigerio.  Llegué al local donde venden helados y entré a comprar uno. Había tres personas adelante de mi, así que me puse a leer mientras despachaban al cliente adelante de mi.  No me fijé quien era , la persona tardaba mucho en decidirse por un sabor, sin quitarme los lentes para leer y sin separa la vista del libro cortésmente le dije:

- ¿Aun no te decides?

- ¡Monsieur Hiroshi!.. Que agradable sorpresa. -

Alcé la vista del libro y ahí estaba Nyan hermosamente ataviado con un vestido liviano color verde que acentuaba sus ojos azules, la piel que quedaba al descubierto contrastaba con su cabello rosa agarrado con un pequeño broche.

Estaba por disculparme por mi abrupto comentario cuando él se me acercó y tomó mi mano y me dio un beso en la mejilla con toda naturalidad.

-Soy muy indeciso, ¿cuál me recomienda? –

POR QUÉ A MI? [Hard yaoi]Where stories live. Discover now