POV de Amanda
Salí del baño luego de ponerme el buzo de Lucas. Había intentado ponerme los pantalones, pero eran demasiado grandes.
Lucas era demasiado alto.
Olí, solo por curiosidad, el cuello interno del buzo, y mis sospechas se confirmaron. Olía a equisito perfume masculino. Ya había sentido ese olor en Lucas.
No me llamen rara. Es cosa de mujer oler las cosas para encontrar perfume, y más si es el adictivo perfume o desodorante de hombre, ¿o no? Bueno, no cosa se mujer sino se cualquier persona con olfato y buen gusto.
Salí del baño y estaba yendo hacia la habitación de Lucas, cuando me di cuenta de que su puerta estaba abierta, me acerqué y lo vi, con la camiseta sobre la cabeza, tratando de ponérsela.
No pude evitar mirarlo y no voy a negar que lo disfruté.
Tenía los abdominales levemente marcados, sus brazos musculosos, y la linea "v" por sobre el pantalón.
Luego se volteó para terminar de ponerse la camiseta y vi su musculosa espalda.
No era excesivamente musculoso como los otros chicos que se pasaban el día entrenando para presumir.
Era musculoso de una forma más atractiva, en mi opinión.
Bueno, su ropa no me quedaba por que era alto, y musculoso.
Fuimos a la sala-comedor-cocina y nos sentamos en uno de los sillones.
La madre de Lucas aun estaba en la cocina terminando de guardar algunas cosas.
-¿Quieres algo de tomar?- me preguntó Lucas mientras preparaba el televisor.
-Yo traigo- dije y fuí hasta la cocina.
Solo traía puesto, además de mi ropa interior obviamente, un buzo enorme de Lucas y mis converse moradas. Y para agregar, mi pelo estaba aún medio mojado.
-Vaya, te queda grande esa camiseta- rió la mamá de Lucas.
-Imagina el pantalón. Créeme, traté de usarlo.
-¿Coca cola?- me ofreció.
Asentí y Sarah sacó dos vasos y los llenó de bebida. Le agradecí, los agarré y fui a sentarme al sillón.
-Amy, ¿Lucas te llevará en mi auto hasta tu casa?
-Si, mamá. Yo la llevo.
-Está bien- dijo mientras se alejaba por el pasillo.
Lucas me dió uno de los mandos del videojuego, agarró el el otro, y puso play al juego.
Primero me enseñó como jugar al Call Of Duty, y como usar las armas, como esconderme, etc.
Las primeras dos partidas necesité su ayuda, pero de todos modos perdí.
-Oh, ¡vamos! ¡No puede ser! ¡De nuevo!- le ordené.
-Muy bien, pero te venceré de nuevo.... Ahora aprieta...
-No- lo interrumpí. -Esta vez yo sola.
-Si tu lo dices.
Jugamos y le gané. Pero a la siguiente vez me ganó él. Luego gané yo otra vez. Luego otra. Pero luego él me ganó 4 veces seguidas.
-Muy bien. Me rindo. Me rindo- dije soltando el control y alzando ambas manos.
Lucas apagó la consola, la televisión, agarró los dos controles y los guardó.
Agarré mi vaso y me tomé lo poco que me quedaba de la bebida.
-Creo que ya deberia irme- miré mi reloj que marcaba las 12.30.
-Por dios, ¡llevamos dos horas y media jugando!
-Eso no es nada- se rió Lucas con su hermosa sonrisa .
-Muy bien, busca tus cosas y déjame llevarte.
-Está bien, Mr. Musculo- me reí.
Fui hasta la el baño donde había dejado mi ropa mojada, que aún seguia humeda.
Volví a la cocina y la madre de Lucas le estaba dando las llaves de su auto.
-Adios, Sarah. Gracias por todo- le dije mientras me envolvía en un abrazo.
-Gracias por venir. Fue un placer conocerte. Y estás invitada de nuevo cuando quieras.
Le sonreí y seguí a Lucas fuera de la casa.
Nos subimos al viejo auto de color azul oscuro y Lucas comenzó a conducir hacia mi casa.
Prendí la radio y estaba pasando una canción de 5 Seconds Of Summer: Good girls.