HEIRS OF THE DEAD: "Murmuro c...

By Dani010214

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Johana era una chica normal hasta que en su cumpleaños 16 se entera de que es un angel, pero no cualquier an... More

Prólogo
1. El chico nuevo
2. ¿ Un caballero?
3.Mas que un Ángel
4. Profesor sustituto
5. Flores de cristal
6.El chico chica
7. El regalo ideal
8. 16 años
9. Secretos y respuestas
10. La primer alma
11. Control, algo que la muerte no tiene
12. Confía en la muerte
13. ¿Esto es vida?
14. El poder mata

13. La justicia de morir

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By Dani010214

Naethan corre, esta huyendo de algo, huye... de mí. Intento alcanzarlo, pero el solo se aleja aterrado. Un precipicio se alza frente a él, trato de gritarle que pare, pero no me escucha y cae.

-¡Despierta!- me despierto de golpe, todo era un sueño- Joan necesito tus patines por favor

Rayan esta junto a mi cama, con una mochila al hombro y me mira impaciente.

-Oh vamos! Despierta- Rayan se acerca a la ventana y abre las cortinas de golpe, ni siquiera recuerdo haberlas cerrado.

La luz entra y me ciega por un momento ¡ya es de día!

Los rayos solares impregnan toda la habitación llenándola de calor y luz, pero yo continuó fría y oscura. Quiza no recuerde lo que pasó después de abrir el portal, pero lo que sucedió antes, me quebró por completo.

-Venga cámbiate, se hace tarde- la luz le crea algunos mechones rubios al rojo cabello de mi hermano igual que el.de mi madre, se parece mucho a ella al contrario de mí, yo solo tengo sus negros ojos.

-¿Tarde para qué?- respondo mientras me levante para cambiarme la pijama ¿Cuándo me la puse?

-Ya te lo había dicho, se supone que papá me llevaría hoy casa de Mason pero bueno... ya sabes... se fue y te dije que me llevaras.

Lo recuerdo y también recuerdo la propuesta de irme lejos con papá. Tal vez debería irme, antes de hacer mas daño.

-Sí, ya me acuerdo. Ahora sal y déjame vestir- le digo empujándolo a la puerta

-No olvides los patines- grita antes de que lo saque.

Me pongo un short café corto, una playera rosa y unos tenis blancos. Me lavo los dientes y me recojo el cabello en un moño despeinado.

Bajo con los patines en mano, Rayan como una manzana, al escucharme me mira con grandes ojos grises iguales a los de mi padre. Tenemos color de cabello distinto, igual que los ojos, pero nuestros rasgos son similares.

-Ya era hora- dice teatralmente- nunca entenderé porque las chicas tardan tanto en estar listas.

Siento una punzada de dolor en el pecho. Naethan siempre me decía lo mismo cuando salíamos con Diana. ¿Cómo estará? ¿De verdad no quiere volver a verme? Por supuesto que no quiere verte, eres un monstruo, un demonio como dijo él.

-¿Joan?- mi hermano me hace regresar a la realidad

-Oh, andando y por cierto ¿Por qué quieres mis patines?- se los entrego

-Por que los tuyos son azules- me dice como si fuera lo mas obvio del mundo

-Y eso importa por qué...-

-Porque los de la hermana de Mason son rosas con flores, yo no me pondré algo rosa con flores.

Ruedo los ojos. Los chicos y su machismo.

-Esa no era la respuesta que esperaba, pero da igual hay que apresurarnos, no tengo ánimos de estar fuera. Debo tener una pinta fatal

-Qué bueno que lo admites, eso te iba a preguntar, pero estaba intentando encontrar la pregunta más cortés.

-¡Cállate!- le doy un golpe en el hombro y el me lo devuelve. Ambos sonreímos y salimos a tomar el autobús.

Él es lo único que me queda, no podría seguir si algo le pasara, ¿dónde queda lo justo de vivir siendo lo que soy?

Cuando regreso a casa, después de dejar a Rayan en casa de Mason, me dejo caer en la cama y comienzo a llorar.

La puerta de mi habitación se abre, y lo veo con sus ojos verdes y su atractivo rostro, Matt esta parada en la puerta ¿Esperando a que lo invite?

-¿Qué quieres? ¿Tengo que matar a alguien más?- le digo con incredulidad y al instante me arrepiento.

Se acerca con la cabeza baja hacia mí y se sienta en el suelo, recargando su espalda en la cama.

-¿Por qué estás molestas conmigo?- me dice sin alzar la voz, parece triste.

-No estoy molesta contigo. Perdón, es solo que... ¡ésto es una mierda!- grito llorando nuevamente- ¿Por qué justamente a ella?

-No llores- Matt suspira- La muerte es algo complicado, pero es lo que debe ser.

-¡No! Tu ni siquiera lo entiendes- estoy dolida y prefiero mostrar ese dolor en furia- Nunca has querido, tu mismo lo dijiste. No fuiste capaz de querer a Isabella, estás muerto por dentro igual que todo lo perteneciente a ese mundo- bajo la voz consiente de que estoy gritando- igual que yo. Esto es lo más injusto que existe.

-!Basta Joana! Niña tonta ¿qué pensabas? Si la vida no es justa, ¿Creías que la muerte lo iba a ser?- me quedo callada y Matt se levanta- Tú no sabes nada sobre mí, no tienes derecho a hablarme así

Tiene razón, estoy molesta conmigo y no tenía porque hablarle así. Soy una idiota. No encuentro palabras para decir, me siento en la cama y Matt me sigue.

-Mis padres murieron en un accidente automovilístico cuando yo era un bebe- comienza a decir él sin mirarme- Desde ese entonces quede a cargo de mi tío. Él era un hombre respetado, caballeroso, humilde y amable. Un ejemplo a seguir. Tenía un buen trabajo, nunca me falto nada, amor o dinero, nada.

"Cuando tenía seis años, él y yo salimos de compras- sonríe tristemente- Había sido el mejor de mi clase y me iba a premiar por eso. Me compro un libro de astronomía. De regreso al auto, unos hombres nos cerraron el paso y asacaron navajas. Mi tío les rogó que no nos hicieran daño y les entrego todo lo que tenía en ese momento, pero ellos no se conformaron. Uno de ellos golpeó a mi tío mientras otros me cargaron para llevarme. Él no se los permitió y lo apuñalaron. Yo viví, pero él no. Una muerte por una vida- sus ojos comienzan a brillar por intentar contener las lagrimas- Lo vi desangrarse en mis brazos hasta morir. Ese día me quitaron a la única persona que amaba, pero se me dio una oportunidad para buscar nuevas personas a las que quisiera. No te atrevas a decir de nuevo que nunca amé- mis ojos se llenan de lagrimas por lo que acaba de confesarme. No puedo creerlo, era solo un niño.

-Lo siento, estaba furiosa. No tenía porque haberme desquitado contigo- lo abrazo y le doy un beso en la mejilla. Él se gira para darme uno en los labios- Perdón

-Descuida, sé lo que sientes, Naethan es muy importante para ti- su rostro se contrae al decir éso- Pero la próxima no te desquites conmigo- me sonríe y le regreso el gesto.

-Tengo un poco de hambre, ¿bajamos a comer?- él asiente y bajamos.

En las escaleras escucho el teléfono sonar, me apresuro a contestar.

-¿Hola?

-¿Bueno? Gracias al cielo- la voz de una mujer me contesta del otro lado- ¿Es la madre de Rayan?

Mi hermano. Ahora en que lío estara.

-No, mi madre esta trabajando, soy su hermana Joana ¿Hizo algo?

-Joana soy la madre de Mason, ha ocurrido un accidente. Tu hermano esta en el hospital. Avísale a tu madre profavor.

Suelto la bocina del teléfono, que queda colgando. Mi hermano no puede estar en el hospital.

- ¿Pasa algo?- Matt se acerca a mí

-Mi hermano esta en el hospital- digo histérica- debo ir, saber cómo está- tomo las llaves y salgo de mi casa.

-Joana cálmate, estas en shock- me alcanza mientras camino a prisa- Vas en la dirección equivocada- me detengo y miro a mi alrededor tiene razón. No estoy pensando- Yo te llevo llegaremos más rápido.

******

Al llegar al hospital, antes de preguntar en recepción veo a la madre de Mason y corro a ella.

- ¿Qué ha pasado? ¿Cómo esta mi hermano?

- Oh! Cariño, hubo un accidente mientras patinaban, Mason no vio un auto que se acercaba, pero tu hermano sí, empujo a mi hijo y el auto lo arroyo a él. Lo traje de urgencias. Lo siento tanto

¡Rayan no puede estar aquí! Mi hermano, mi único apoyo, tiene que recuperarse. Mis lagrimas salen y Matt me rodea en sus brazos.

Quería irme con mi padre, alejarme de todo y llevar a Rayan conmigo, ahora éso no pasará.

-Linda ¿Le has avisado a tus padres?- la voz de la madre de Mason me trae a la realidad. Lo había olvidado por completo. Niego con la cabeza y Matt me conduce a unos asientos para esperar.

-Quiero ver a Rayan, necesito verlo- le ruego a Matt

-No puedes, esta en urgencias, no se permiten visitas. Tienes que esperar- resoplo

-Debo avisarle a mi madre y a papá ¿Tienes celular?- le pregunto, me mira con extrañeza

-No Joan, no tengo celular, me he estado comunicando contigo en los últimos días por obra del espíritu santo- me dice con sarcasmo, pero apenas lo capto, estoy muy preocupada por mi hermano

-Claro, que tonta. ¿Me lo prestarías? He dejado el mío por las prisas.

-Aquí tienes solo quería hacerte sonreír- me lo entrega y le sonrió- ¡Funcionó! No sé si haya cobertura aquí dentro, lo dudo. Ven- me extiende la mano y salimos.

El aire me mueve algunos cabellos sueltos del moño que llevo, hace frío a pesar de no ser tan tarde. Marco el número de mi madre

-¿Hola? ¿Quién habla?- me contesta mamá

-Mamá soy Joana, estoy en el hospital. Rayan ha tenido un accidente- la línea se queda en silencio por un momento, pero escucho la agitada respiración de mi madre.

-Voy para allá- dice y cuelga

Salió mejor de lo que creía, ahora es el turno de papá.

El teléfono da dos tonos y por fin alza la bocina.

-Bueno

-Papá soy Joana, Rayan esta en el hospital. Ya le avise a mamá.

-Esta bien Joana ¿Tú cómo estás?

-Bien, solo algo alterada

-Genial, te veo en un rato- cuelga

Le regreso su celular a Matt y entramos nuevamente ha esperar noticias. Un timbre me sobresalta. Matt coge el teléfono y contesta.

-Diga- habla y espera- Sí, esta conmigo- supongo que habla de mí- Estamos en el hospital- me mira y separa un poco la bocina de sus labios Diana articula con su boca- Ella esta bien, te explico aquí- cuelga.

Me siento en el suelo y Matt me sigue.

-¿Que quería?- le pregunto

-Saber como estabas, se preocupo porque dejaste el móvil y la bocina descolgada, asi que no podía localizarte- asiento, doblo las rodillas y las rodeo con miz brazos- Nunca he entendido por qué te gusta sentarte en el suelo- me encojo de hombros y recargo mi barbilla en mis rodillas, estoy cansada.

Matt me atrae hacia él para abrazarme, me dejo perder en su olor, pasto recien cortado y menta.

El paisaje se transforma, hay grandes bloques de hielo alrededor de un río, Matt esta parado frente a un trono, Jocelyn esta sentada en él.

-Por fin te dignaste a aparecer Matthew- dice ella con una sonrisa espectacular, la sonrisa de la que hablaba Beltrán.

-Me siento preparado Jocelyn- le contesta Matt, una chispa de rabia aparece en los ojos de Jocelyn, pero desaparece de inmediato- Entonces ¿Me sera asignada?

-Por supuesto, no podría negarte nada eres mi pequeño- los ojos grises de ella parecen perderse- En fin, solo tengo una pregunta ¿Por qué a ella?

-Nada en especial- encoje los hombros- Ya sabes, es linda.

-¡Claro!-Jocelyn se levanta del trono y camina hacia Matt con gran elegancia- No me ocultarías nada ¿Cierto Matthew? Yo solo quiere a ese niño por propósitos de protección

-¿De protección?- ríe sinicamente- Te asusta que pueda hacerte daño

-Por supuesto que no- sus facciones se contraen- Soy la muerte, no le temo a nada

-Excepto a perder el poder- le sonríe- y ella puede lograr eso.

-¿Ella?- le devuelve la sonrisa- Gracias, eso me ayuda mucho a encontrarla. William acompaña a Mattew a prepararse para su misión.

Lo veo acercarse a Matt, sus hechizantes ojos marrones. Beltrán

La imagen se borra y me retiro del pecho de Matt.

-¿Estás bien princesa?- Matt me mira extrañado, de nuevo estoy en el hospital.

-Matt ¿Cuantas veces has ayudado a un ángel?- mi pregunta lo extraña.

-¿A qué viene eso?- arquea las cejas, mi gesto es determinado, eso fue un recuerdo suyo, y hablaban de... ¿mí? Matt parece notar lo que sé, se pone serio- Dime exactamente que fue lo qué viste.

-Primero contesta mi pregunta- le respondo determinada.

Suspira

-Tú eres la primera- no había querido ayudar a nadie antes de ti- entonces si era yo, él me eligió

- Y ella, Jocelyn quiero decir ¿Te lo permitía?

- Sí, tenía algunos beneficios, la conocí antes de que se convirtiera en una dictadora de la muerte- todos sus recuerdos que he visto, desde que era un niño la conocía.

Asiento.

-¡Joana!- mis padres se apresuran a llegar junto a mí- ¿Qué pasó?

les cuento lo del accidente de Rayan. Papá se ve preocupado y dolido, pero mamá me mira furibunda.

-¡Se supone que lo cuidabas! Es tu culpa- me grita y antes de que me de una bofetada papá la detiene.

Me quedo parada, mientras las lagrimas me nublan la vista. Es mi culpa, yo lo deje, yo le dí los patines.

-Joan no es tu culpa, lo que pasó fue por...-

-Familiares de Rayan Dessert- un doctor interrumpe a Matt, él sabe algo, pero no le doy importancia.

Mis padres se levantan al escuchar al doctor.

-Soy su madre- le dice preocupada

-¿Cómo está mi hijo Doctor?- le dice mi padre

-Lo hemos tenido que operar de emergencia, se golpeo la cabeza, pero no reacciona, me temo que esta en coma. Hemos hecho todo lo que esta en nuestras manos, ahora es su turno de luchar.

Al escuchar eso mi madre suelta a llorar igual que yo. Rayan tiene que vivir, no puedo perderlo.

Siento los brazos de Matt rodearme y conducirme fuera de la vista de todos. Me mira con tristeza.

-Joan yo...- saca un pergamino. Un alma ahora, no- Perdón, no puedo hacer nada- no quiere darme el pergamino. Esto no es solo por el trabajo, hay algo más.

-Matt dame el pergamino, quiero saber quién es- él niega, pero me apresuro y se lo arrebato de las manos.

Rayan Dessert Jhonson. Tengo que llevarme a mi hermano

-¡No! No lo hare. No voy a matar a mi hermano.

-Joana es un truco- me dice Matt sosteniéndome de los hombros- Jocelyn es inteligente ella quiere algo.

-¿Y por qué mierda Jocelyn querría algo mío? No creo que se preocupe solo por un ángel, tú dijiste que habían muchos ¿Por qué le intereso? Tú lo sabes y no quieres decirme.

- No lo sé, no estoy seguro- me dice. Murmura otra frase, pero no logro escuchar.

- Pues me importa una mierda lo que quiera la muerte, no me voy a llevar ami hermano- intento no gritar para no llamar la atención.

- Tienes que hacerlo, créeme, no quieres a la muerte como tu enemiga. Ademas si no lo haces vendrán a buscarlo junto contigo.

-¿Entonces qué? ¿Debo matar a mi hermano y listo? Muy sencillo claro- le digo incrédula

- No. Te ayudare hay que pensar en algo- se pasa las manos por el cabello y comienza a caminar de un lado a otro.

Siento un ardor en las muñecas. El ardor es mas soportable, comienzo a acostumbrarme. Los tatuajes aparecen en mis muñecas.Se está agotando el tiempo.

-La prorroga- le digo a Matt- Salvare a mi hermano con la prorroga.

-Joan date cuenta que darle la prorroga alguien no significa salvarlo, mírame a mí, me condenaron. ¿Crees que Rayan pueda ser lo que yo soy?- su gesto es de pena, definitivamente el odia lo que es.

No había pensado en eso, hacer que mi hermano le ayude a otros como yo, condenarlo a no envejecer y alejarse de todos por lo que es solo para que viva ¿De verdad eso sería estar vivo?.

-No puede permitir que se vaya. Tu dijiste que era un truco ¿Por qué Jocelyn quiere a mi hermano? De cualquier forma no se lo entregare en bandeja de plata- le digo firmemente

-Princesa, no tengo idea del porqué quiere a tu hermano, pero te dije que te protegería incluso de la muerte y eso significa que si quieres luchar yo luchare contigo- le sonrío ampliamente y me da un beso en los labios.

Nos escabullimos a la habitación de mi hermano, y ahí esta, sus ojos grises cerrados, su cabello rojo sin brillo y su rostro, siempre con una sonrisa, sin ella.

Me acerco y tomo su mano, dejando que las lagrimas rueden por mi cara, le doy un beso en la mejilla que me hace saborear mi llanto.

-Hermanito, no dejare que te vayas, te quedaras conmigo- le digo a Rayan en el oído- ¿Qué tengo que hacer?- me dirijo a Matt

-Toma- me entrega el contrato- Debajo hay una linea, debes firmar y mandar el contrato por el portal.

-Simplemente eso, creí que sería mas difícil.

-Lo difícil es firmar, la muerte no puede quedarse sin la energía de esa alma, al firmar le estas entregando una parte de tu alma y una parte de la de tu hermano. Es por eso que el debe funcionar como Consultor- me toma las manos- Joana, una prorroga te quita cierta parte de tu libre albedrío, le estas entregando poder sobre ti a la muerte, un poder que usara en la travesía del silencio, y si no sabes controlar tus emociones te puede dominar. No quiero que eso te pase, debes prometerme que te alejaras de todo aquello que te provoque superioridad y poder.

- Nunca me ha importado el poder Matt, te lo prometo- lo beso en los labios, un beso calido que me llena de sensaciones, pero como la mayoría de veces, algo falta- ¿Con qué firmo? ¿Una pluma?- me río

-Ten- me entrega una delgada y pequeña aguja- Ahora firma.

Y lo hago. No sé exactamente qu esperaba que pasara, pero al menos esperaba algo. No pasa nada, ni explosiones, chispas, luces raras, nada.

-¿Funciono?- le pregunto a Matt

-Aún no, tienes que entregar el "alma". Hay un baño aquí- me conduce al baño.

Es un cuarto pequeño, pintado de blanco, un baño simple de un hospital, pero lo que voy a hacer no sera simple.

Extiendo los símbolos de mis muñecas y abro el portal. Una chispa, y aparece... ¿una puerta? es la primera vez que pasa algo como esto, era solo luz antes, esto es una entrada. Arrojo el contrato por la entrada de luz y esta se cierra unos segundos después.

Salimos para ver como se encuentra mi hermano, no hay nada raro. Por favor lo necesito, no se puede ir, deseo con tanta fuerza que haya funcionado. Y asi es, mi hermano abre los ojos con pesades.

-¡Oh Rayan!- me arrojo a él y lo abrazo, mis lagrimas flotan- me alegra tanto que estés bien, te prometo que no te dejare jamás, te ayudare en todo- le digo llorando de alegría.

-Joan, estas aplastándome- suelta un sonido como risa y me retiro de encima de él- Ya estoy bien, no llores- me seco las lagrimas y acaricio su mejilla- Hola Matt.

-Hola Rayan, me alegra que estés bien- le responde

-Le avisare a un Doctor que despertaste- salgo de la habitación seguida por Matt para encontrarme con un Doctor y avisarle.

Mis padres suspiran al enterarse. Mamá se suelta a llorar y papá corre a la habitación para verlo. Todo esta bien ahora, Rayan esta sano. Sonrío sin ser consciente.

-Me alegra que estés feliz- susurra Matt en mi oído- Eres fuerte, ni siquiera la muerte podría pararte- me da un beso en la mejilla.

- Oye, desde hace un rato te iba a preguntar algo. Hoy en la mañana desperte con mi pijama ¿Cómo fue eso posible?-elevo las cejas y el sonríe.

-Bueno, tu ropa estaba empapada te hubieses enfermado de haberte quedado con esa ropa, asi que...-

-Me quitaste la ropa y me pusiste la pijama- concluyo

-Oye fue por tu bien- se ríe

- ¡Ya claro!

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