"Nadie puede reescribir las estrellas. ¿Cómo podemos decir que serás mío?"
— Rewrite the star; Zendaya & Zac Efron.
Yeosang.
Aunque dije que ayudaría a Wooyoung a buscar información sobre los sueños repentinos que ha tenido últimamente, no lo hice.
Y no es que no quisiera hacerlo, sólo que mi mente y mis pies me llevaron a ese lugar al que ahora era un "cliente" frecuente. Viendo a Seonghwa trabajar, aunque no le dirigí la palabra de inmediato. Me quedé viéndolo, notando lo guapo que Seonghwa se veía con su delantal de empleado, y atendía con debido respeto a sus clientes.
Me sigo limitando a mirarlo muy de cerca. Puedo ver que tiene una piel suave, pero también veo cansancio en sus ojos, aunque posea una sonrisa muy alegre en sus delicados labios. Tengo la sensación de sonrojarme cuando veo cómo muerde sus labios, para luego dar un suspiro agotador. ¡Lo sabía! Estaba exhausto. Seonghwa era un tanto fácil de leer, aunque no siempre. Pero puedo ver que algo lo tiene preocupado y no sé si es algo personal o sólo trabajo.
Después de tanto batallar, logro sentarme en el taburete y festejo por mi éxito. Muevo mis pies suavemente y mis ojos vagan con cada paso que Seonghwa da en el local. Lo veo ir hasta la puerta y gira el letrero de abierto a cerrado. Vuelve a suspirar y se voltea. Se quita el delantal y lo deja cerca de la caja registradora. Sigo apreciando su belleza y cómo estira su cuerpo debido al turno agitador.
— ¿De casualidad estás aquí, Yeosang?
Me sorprendo y asentí aunque sabía que no podía verme. — ¡En efecto! ¿Te molesté?
— No es eso, —rió— creí sentir que estabas aquí. No sé si ya estoy loco. —volvió a reír.
Me levanté y caminé hasta estar frente a él. — Dicen que es normal que esas cosas pasen. Si sientes una presencia es posible que haya algo. Todo dependerá de cómo te sientes respecto a eso. Si crees que es dañina, normalmente tienes miedo y si no, sólo es alguien que quiere tu compañía.
— Entiendo, tiene sentido.
— Dime, ¿qué sientes conmigo?
Seonghwa pareció pensarlo pero luego sonrió y sentí otra vez cómo si nuestras miradas se cruzaran, aunque él no podía verme. No entiendo cómo le hacía. — Eres bueno, sólo quieres mi compañía. ¿Es así?
No entendí por qué me puse nervioso y luego sonreí cómo un tonto. — Si, sólo quiero tu compañía.
— Bien, tal vez quieras ayudarme en algo que tengo en mente. ¿Te animas?
— Si puedo serte útil.
Seonghwa se carcajeó. — Fui criado por mi abuelo y aún así mi lenguaje antiguo no es cómo el tuyo.
— Disculpa, posiblemente sea mayor que tu abuelo, niño bonito.
Seonghwa alzó una ceja y sonrió de medio lado. Se inclinó y aunque miró a todos lados, me sentía intimidado por un segundo. — ¿Niño bonito?
— C-cómo sea, ¿qué necesitas?
— Sígueme.
Nos adentramos a una puerta al final de la tienda, esta conducía a un pequeño estudio lleno de cuadros, pintura y un sofá que suponía era negro, pero las manchas de pinturas le habían otorgado un nuevo estilo. Trato de sentarme en el, lográndolo y Seonghwa luego de recorrer el lugar y tomar algunas cosas, se sentó. Le informé que estaba a su lado y él sólo sonrió. Tenía un lápiz, y un cuaderno para dibujar sobre su regazo. Lo veo acomodarse y raspar la punta del lápiz en una página que probablemente ese sea su uso, ya que noté marcas de carbón en ella. Seonghwa suspira, sonríe y lo veo prepararse. Me impresiona la manera en la que hace todo con naturalidad.
— Sabes, tuve que ayudar en el negocio familiar cuando mi abuelo enfermó y mi papá heredó el lugar. Sin embargo yo quería ser un artista. Quería dibujar, especialmente bocetos para la policía.
— El arte es magnifico. Aunque debes tener una musa para poder reflejarlo en tus pinturas. Una inspiración, supongo.
— Es así. Dejé de pintar a causa del trabajo. Ni siquiera he dibujado una rosa desde entonces. —sonrió, aunque se veía la tristeza— Así, que decidí una cosa.
— ¿Qué cosa?
— He decidido que hoy serás mi inspiración. Te voy a dibujar.
Me he reído, más de lo que debía, supongo. Seonghwa se ha reído también, pero parecía que hablaba en serio. ¿Dibujarme? ¿A mi? No podía creerlo, en todo caso, ¿como podría hacerlo? No puede verme, no tengo retratos que me describan y soy malo para explicarme cómo soy. Wooyoung sería capaz de detallarme a la perfección, pero todavía no he hablado con él del todo sobre Seonghwa. Aun así, me parece una locura que alguien como Seonghwa, quiera pintar a alguien como... yo.
He dicho que no, Seonghwa sigue pidiéndome que lo haga. Yo lo pienso y vuelvo a negarme. No puedo imaginarme ser dibujado por sus manos. Aunque no sé si en realidad tengo nervios. No puedo explicar cómo me siento ahora mismo. Sin embargo, la insistencia de Seonghwa y su cara de perro con falta de cariño, me hace suspirar y decir que si al instante. Lo escuchó festejar y acomodarse en su sitio. Se queda fijo y en espera de mis detalles. Yo, no sé por dónde empezar.
— ¿Cómo es tu rostro? ¿Es así o así? Dibujaré unos bocetos y sólo dime qué tan parecido es. Yo lo tomaré cómo base y seguiremos con los detalles de tu rostro, ¿te parece?
— ...Si.
— Bien. Comencemos.
Seonghwa comenzó a dibujar rostros, líneas trazadas que formaban una cara rápidamente. Veo lo concentrado que está y me siento cómodo en este momento. No importa lo demás, sólo me siento en paz. Le indico el rostro y comienza a dibujar mis ojos.
— Son un poco más pequeños, y pestañas largas. — asiente, lo veo borrar y arreglar. Añadir y trazar— Así, se parecen mucho. La nariz es más perfilada. — reí— La dibujaste muy corta.
— ¿Crees que está tomando forma?
— Usted es el artista, niño bonito.
Lo veo reír, sin dejar de dibujar y enfocado en el papel frente a él. Borra, arregla, vuelve a trazar y repite el proceso hasta tener el resultado que quiere sobre mis labios. Y ni siquiera tengo que corregirlo, porque siento que así están igual, demasiado iguales. Va a mi cabello, le digo que está partido a la mirad y es oscuro. También le cuento de esa marca cerca de mi ojo.
— ¿Es de nacimiento? —Me pregunta.
— Es posible, no lo sé. No recuerdo mucho de mi vida cuando estaba vivo. Así que desde que tengo memoria, he tenido esta marca.
— Dicen que las marcas de nacimiento son cómo morimos en nuestra vida anterior, ¿lo crees de esa manera?— Seonghwa seguía dibujando, según yo, dando los últimos detalles, porque no dejó que mirara desde entonces.
— ¿La vida anterior? —suspiro— Quisiera creer que hay más vidas. Pero sigo estancado aquí, así que no puedo comprobarlo.
— Yo creo en otras vidas, creo en el destino y también creo en que mi dibujo eres realmente tú. ¿Qué crees?
Él giró el cuaderno de dibujo y sentí que estaba frente a un espejo dónde sólo podía ver mi cara. Era yo y Seonghwa tenía un talento increíble y posiblemente desperdiciado. Es un artista, debe serlo.
— Realmente soy yo, Seonghwa. ¡Dios mío! Soy yo.
— ¿De verdad? ¿Piensas que debo arreglar algo? Quiero que este dibujo sea perfecto.
Asentí muy rápido. — No miento, es mi rostro. Has dibujado mi rostro, niño bonito. Estoy impresionado.
— Eres muy guapo, Yeosang. Extremadamente guapo.
El silencio se apodera de mi y sólo me quedó mirándolo. Él está embelesado ante mi dibujo y yo ante él. Cada cuál aprecia el arte a su manera, ¿verdad? Yo no era guapo, Seonghwa lo era. Increíblemente guapo, varonil, lo que todo hombre desearía ser y todo lo que a mi me carece.
— Gracias, Seonghwa. Quedó muy elegante.
Él rió. — Me quedaré con él. Así al menos sabré cómo luce el chico con el que hablo.
Asentí y sonreí. No sabía que decir, ni explicar cómo me sentía. Sólo sé que sentía mi prácticamente inexistente cuerpo, muy muy cálido y me gustaba.
Era agradable estar con Seonghwa.
El ruido instantáneo de la puerta abriéndose, me hizo dirigir mi mirada hacia allá. Viendo aquel hombre alto entrar y acercarse con una cara malhumorada hasta nosotros. O, bueno, hasta Seonghwa. Sin embargo, mis ojos se quedaron mirándolo, sintiendo algo que no me sucede hace mucho tiempo... ¡Sentir que conozco a alguien!
— ¡Oye, Seonghwa!
— ¿Papá?