Amor a primera sonrisa

بواسطة luzaazul11

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Una vez escuche que: "La vida es como un viaje en tren. Algunos comienza el viaje junto a ti, otros se sub... المزيد

Aclaración
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Agradecimientos

Epílogo

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بواسطة luzaazul11

11 de marzo 2022. 

Australia

A veces despierto en las mañanas, con Dustin a mi lado en su cuna y pienso en todo lo que ha pasado desde su nacimiento. 

En estos días de madre primeriza pensé que colapsaría. 

Daniel ha sido un padre perfecto. En un principio estuvo algo temeroso en tomar a Dustin y bañarlo, o cambiarle la ropa ya que se mueve bastante. De regalo Daniel se llevó bastantes patadas de su parte. 

La vida del británico dio una vuelta de trescientos setenta grados cuando sus padres fallecieron en una accidente en Inglaterra mientras el británico estaba enfocado en las carreras de la temporada. Fue una etapa dura ya que ocurrió a portas del termino de la temporada. Todos viajamos a Inglaterra al funeral y la familia completa de la Formula uno le presto su ayuda y lo acompaño en cual fuera su decisión a tomar.

Siempre supe que Lando era especial y sentía una necesidad desde siempre de tenerlo a mi lado. 

Ahora sé porqué la vida me puso en su camino.

Antes del accidente, el cual fue producto de un descuido por parte de un tercero, conocí a sus padres. 

Siempre estuvieron agradecidos por el cariño y apoyo de mi parte y de parte de Daniel hacia su hijo. Las veces que Daniel venia solo a vernos sólo era porque Lando iba a ver a sus padres.

La última conversación que tuve con la madre de Lando fue unos meses antes del accidente, por teléfono. Ella me llamo cuando Daniel vino a vernos solo.

Recuerdo que me dio las gracias por ser y escoger ser la segunda familia de Lando. El británico siempre le hablo de nosotros y de cuan importante somos para él. Me pidió que siempre lo cuidara ya que yo lo veía más seguido que ella.

Ahora sé que nunca dejaré de cuidarlo.

A pesar de lo ocurrido, Lando quiso seguir corriendo las carreras restantes del calendario y jamás a dejado de ser quién es.

Sí, claro que estuvo de duelo y sufrió. Se refugió en nosotros y logró salir adelante.

Pero logró tomarse de aquella situación, convirtiéndose en alguien más fuerte.

Sé que Lando está a gusto con nosotros y muy agradecido. Lo que más me importa es su felicidad y poder brindarle nuestro apoyo en todo lo que necesite. 

No contaba con el hecho de tener a cuatro personas al tanto de mí y de Dustin. 

Charles creé que será jugador de fútbol por el PSG. 

Lando no deja de mirarlo mientras duerme porque creé que dejará de respirar. 

Carlos no deja de tomarle fotos y no deja de apostar que será cuando grande.

En más de una ocasión he encontrado a Dustin en nuestra cama con el cojín de bebé que prácticamente lo abraza, y todos los cascos habidos y por haber de los pilotos. Ponen un casco cerca de su cabeza y entre ellos debaten si le quedaría bien o no. 

Dustin es un piloto aún que no lo sepa todavía. 

Por las noches, solemos cenar todos juntos en el horario que Dustin duerme luego de darle pecho. Carlos duerme en el sillón y Charles con Lando debido a una apuesta que perdió Carlos. 

Apostaron de que color era la caca de uno de los pañales de Dustin. 

Charles ganó, fue amarilla. 

Veo desde la cama de nuestra habitación como Daniel entra y arropa al bebé con la manta de nubes y se acuesta a mi lado. 

-¿Cómo estás? -acaricia mi cabello-. 

-Con sueño -él ríe-. 

-Duerme, yo me encargaré de él esta noche -besa mi mejilla-. 

-¿Tú le darás de comer? -lo miro graciosa-. 

-Créeme que sí podría, lo haría nena -ambos reímos despacio para no despertarlo-. 

Apoyo la mejilla en la almohada y trato de dormir. Según el horario que Dustin ha tenido los últimos días, debería despertar en cuatro horas para comer. Puede que despierte antes pero  con pasearlo por la habitación con él en brazos logra calmarse y volver a dormir. 

Cuatro horas que ahora soy consciente de qué valen muchísimo. 

. . . 

17 de marzo 2022.

Australia. 

Me despierto sobresaltada ya que no sé que hora es, pero en segundo logro ver gracias a los rayos del sol que comienzan a entrar por nuestra cortina. Daniel esta acostado boca arriba y en su pecho desnudo descansa Dustin con la boca entreabierta. 

Sonrío y me acerco al cuerpo de Daniel para acurrucarme. A medio día debe viajar junto con Lando a Bahrein para la primera carrera de la temporada. 

La verdad no sé quien está más triste; ellos, Dustin o yo. 

Estos días Dustin es solo brazos de Daniel, quien está encantado. 

Miro mejor la escena frente a mi ojos y veo la pequeña mano de mi bebé apoyada en el pecho de su padre. Me quedo viéndolos unos segundos hasta que escucho la puerta de nuestra habitación abrirse lentamente. 

Sonrío ya que sé quien es. 

-¿Están dormidos? -escucho el susurro de Lando-. 

-Yo no -le contesto de la misma forma-. 

Escucho sus pies por el suelo de madera y mi cuerpo se hunde en el colchón debido a que el británico se sentó a mi costado. 

-Es tan hermoso que quiero llorar -susurra Lando para restregar sus ojos con la manga de su camiseta de mangas largas- los extrañaré muchísimo -dice triste-. 

-Y nosotros a ustedes -le susurro- pero ya verás que el tiempo pasará rápido y podremos viajar todos juntos. 

Acerco a Lando a mi cuerpo para abrazarlo y siento como el cuerpo de Daniel se mueve también. 

-Buenos días -susurra ronco-. 

Enseguida la mano de Dustin se estampa contra la mejilla de Daniel. 

Lando ríe. 

Dustin escucha su risa y se queda viéndolo aún con su mejilla apoyada en el pecho desnudo de Daniel. 

-¿Creerá que soy su hermano? -pregunta Lando-. 

-Lo eres -dice Daniel-. 

. . . 

4 de septiembre 2022. 

Australia

Sí. Seis meses han pasado. 

Seis meses en los que Daniel y Lando vienen a vernos entre carreras.

Y recientemente ha sido el receso de temporada. 

Los mejores días de mi vida. 

Ahora los pilotos se encuentran en Holanda y la carrera ha finalizado hace poco. Esta noche viajan a Australia por apenas cuatro días ya que luego viene el Gran Premio de Monza. 

Cada vez las despedidas han sido peores ya que Dustin comienza a reconocer más a Daniel. En casa somos sólo los dos y está todo el día pegado a mí. Pero cuando vemos a Daniel y a Lando a través del teléfono o vienen, Dustin solo quiere estar con ellos. 

Y no lo culpo. 

Mi bebé juega con su taza de plástico de color roja, regalo de Charles, en su silla de comer en la cocina. 

Hace ruidos mientras golpea su taza con la mesita de la silla mientras yo termino de secar la loza. 

-Mañana veremos a papá y a Lando -le hablo-. 

Él deja de golpear la taza y me mira atento. Me río ante su aspecto. 

Está con pañales y tiene todo el torso, el pelo y la cara manchada con puré de aguacate. 

Sí. Mi hijo ama el aguacate. 

-Vendrá papá y Lando -él sonríe-. 

Dejo en el refrigerador las verduras que corté y salto del susto cuando escucho a Dustin chillar. 

Rápidamente fijo mi vista en él y veo que esta apuntando a la televisión encendida que hemos puesto en la pared de la sala. 

El único canal que se ve en esta casa es Sky Sports F1. 

Y la UFC cuando Daniel está en casa. 

Dirijo mi vista a la pantalla y veo que están entrevistando a Daniel. 

-Papá -le hablo a Dustin mientras camino hacia él para tomarlo en brazos y acercarnos a la televisión-. 

Lo dejo en su andador y comienza a saltar al ver a su padre. 

Voy a llorar. 

Busco mi teléfono para que Daniel pueda ver este momento. 

Dustin no deja de saltar ni de indicar la televisión mientras chilla. 

Escucho la voz del entrevistador mientras busco en mi teléfono torpemente el contacto de Daniel.

-¿Cómo va la vida de papá? -distingo la voz de Will Buxton-. 

Daniel suspira. 

-Es grandioso -sonríe como él sabe hacerlo- sin darme cuenta gane una hermosa esposa y unos hermosos niños -dice feliz-. 

Veo como Will le sonríe. 

Dustin balbucea cosas que solo Lando creé que entiende. 

-Todo el día estoy pensando en mi pequeño y que puede estar viéndome ahora mismo y probablemente me reconozca -ríe- tengo esa esperanza, ¿sabes? -hace un pausa y pasa una de sus manos por su cuello- que me vea en la pantalla grande y diga "oh ese es mi papá".   

-Papá -continuó diciéndole con la típica voz con la que se le habla a los bebés-. 

Cuando logro llamar a Daniel por FaceTime, me paro detrás de Dustin, quien sólo ha llegado un poco más cerca de la pantalla gracias a su andador. 

La cara de Lando aparece a los dos segundos. 

-Corre y ve donde Daniel ahora -le digo apenas lo veo-. 

Lando asiente y veo como corre ya que puedo ver su cabeza y el cielo azul por encima de él. 

-¿Quién es? -le pregunto a Dustin cuando me mira atentamente- papá -indico la pantalla y él ríe-. 

-No puede ser -escucho decir agitado a Lando- muévete Lance -escucho que dice-. 

-No dejes que Will deje de entrevistarlo Lando -le suplico-. 

Dustin se acerca más a la pantalla y salta. 

-Es -dice agitado- es -suspira- Dus -escucho la voz de Lando a través de la pantalla-.

Logro ver al británico en la pantalla y veo como Daniel se acerca a el para ver a través de la pantalla. 

-Mira a la cámara y di lo que sea -le digo cuando enfoca su vista en mí-. 

Veo como frunce el ceño y sonríe cuando volteo la cámara para enfocar a Dustin. 

Veo la cara de confusión también de Will y como Lando trata de recuperar la respiración. 

Vaya atleta en forma. 

Daniel mira directo hacia la cámara que está transmitiendo la entrevista y sonríe. 

-Hola pequeño -dice alegre-. 

Dustin grita, chilla, salta y mueve sus manos en el aire. Todo al mismo tiempo. Y Daniel logra ver eso a través de la pantalla. 

-Sí pequeño -le lanza un beso y cuando creo que Dustin sigue siendo un bebé, me equivoco-. 

Mi pequeño, de seis meses, imita la acción de su padre a través de la pantalla. 

-Ay Dios ya te quiero ver -dice Lando derrepente-. 

Dustin se ríe y tapa sus ojos con las palmas de sus manos. Suelen jugar a eso con Lando. 

Lando lo imita y Dustin vuelve a reír. 

-Es increíble pero tiene tu misma risa -dice Will riendo-. 

Me acerco a Dustin y volteo la cámara hacia la frontal. Él a pesar de estar en su andador, se apega a mi cuerpo y pasas sus bracitos alrededor de mi cuello. 

-Dile adiós a papá y a Lando -le digo indicando a cada uno en la pantalla para después mover mi mano de un lado hacia otros en forma de despedida-. 

Dustin me mira e imita mi acción. 

Daniel y Lando le mandan besos de la misma forma y Daniel se despide no sin antes decirnos qué nos llamará esta noche. 

Cuando la llamada se finaliza logro escuchar en por la televisión la voz de Will; 

-Tienen una hermosa familia -ambos pilotos sonríen y se miran para sonreír más-. 

Dustin estira sus brazos hacia mí, por lo que lo tomo en brazos apoyándolo en mi cadera. 

-Eres adorable -le digo mirándolo-. 

Una vez mas me sorprende cuando él mismo junta nuestras frentes y toma mi cara entre sus manitos. 

Sonrío cuando hace la acción y beso repetidas veces su cuello mientras escucho su adorable risa. 

. . . 

5 de septiembre 2022. 

Australia. 

Veo por el espejo retrovisor a Dustin, quien va en su silla para bebés que tiene un espejo por el cual puedo verlo ya que por la edad debe ir con la vista hacia el asiento. 

Es increíble la tecnología en el mundo de los bebés hoy en día. 

Dustin me saca la lengua de la forma que un bebé lo hace, pasa su lengua por sus labios y la deja unos segundo ahí mientras se ríe. Y no puedo evitar reír. 

Ha comenzado a imitar a temprana edad y Carlos se aprovecha de eso. En algunas de las llamadas por FaceTime con Daniel, están nuestros amigos. Y Carlos siempre le saca la lengua a Dustin. 

Gracias Carlos. 

Manejo rumbo hacia el aeropuerto para recoger a Daniel y Lando, quienes ya han llegado porque su vuelo salió antes de tiempo.

 Nunca antes visto. 

-¿Dónde vamos? -le pregunto mirándolo en un semáforo en rojo-. 

Él balbucea algo parecido a la sílaba "pa". O al menos eso escucho yo. 

Continúo el rumbo cuando el semáforo cambia a verde y doblo en la entrada al estacionamiento del aeropuerto. Una vez que me estaciono, me baño del auto y camino hacia la puerta para recoger a Dustin de sus silla. Lo acomodo entre mis caderas, en mi hombro libre llevo mi cartera y cierro el auto. 

Al caminar hacia la entrada, mi pequeño toma un mechón de mi cabello entre una de sus manos y juega con él. 

Mechón de cabello que sé que sufrirá las consecuencias cuando vea al resto de la familia. 

Cuando llegamos a la zona de desembarque de pasajeros me dedico a buscar a Daniel por el lugar. 

-Pitufo -distingo la voz chillona de Lando-. 

Dustin gira su cabeza hacia todos lados buscándolo. 

Los veo frente a mí a unos pasos de distancia. 

-Mira allá -llamo la atención del bebé para apuntar hacia la dirección en la que los dos pilotos vienen caminando rápido-. 

Dustin comienza a saltar en mis brazos y a aplaudir. 

Ambos llegan a nosotros e inmediatamente Dustin estira los brazos hacia Daniel, quien lo coge estirando sus brazos para dejarlo en las alturas por sobre su cabeza. 

-Hola pequeño -lo saluda Daniel- ¿me extrañaste? -Dustin lleva su dedo índice a su boca y le sonríe desde las alturas-. 

Lando me abraza apretándome contra su cuerpo. 

-No quiero trabajar más -dice triste sacándome una carcajada-. 

Daniel besa mi mejilla con Dustin en brazos.  

-¿A mí no me vas a saludar? -pregunta indignado Lando mirándolo-. 

Dustin ríe. 

-¿Y te ríes? -dice en voz chillona y extiende sus brazos hacia él-. 

Dustin estira sus brazos y abre y cierra sus manos para que Lando lo tome en brazos. 

-Auch -dice cuando Dustin le tira el pelo- descubriré quien dijo que me hicieras eso cada vez que me ves -Dustin se queda mirándolo y le sonríe de lado- creo que me enamoré. 

. . . 

-Lando no le pasará nada -le digo ya que está parado frente a Dustin quién duerme en el sillón-. 

-Lo sé -dice en un susurro- es que se ve tan adorable -dice girándose para vernos-. 

Con Daniel estamos sentados en la mesa del comedor, yo sobre sus piernas y recién hemos terminado de cenar. 

Al llegar del aeropuerto le he dado de comer a Dustin, le he puesto su pijama y se ha quedado dormido luego de estar jugando en el sillón junto con Lando con sus animales de hule; un león, una jirafa y un elefante, sus favoritos. 

Lando saca su teléfono y le toma una foto. 

-¿Lo puedo poner de fondo de pantalla? -nos pregunta apenado cuando se sienta junto a nosotros en la mesa-. 

-¿Porqué no? -le pregunta Daniel tomando de su copa de vino- ese bebé te adora, y nosotros a ti -dice sacando su teléfono- este es el mío -dice desbloqueando su teléfono y enseñándoselo a Lando-. 

-¿Cuando tomaste esta foto? -dice asombrado-. 

-Cuando dormias -dice obvio-. 

-Quiero verla -digo y Lando me entrega el teléfono-. 

Puedo ver la foto de fondo de pantalla que tiene el australiano en su móvil; Lando y Dustin durmiendo en nuestra cama. Lando está boca arriba y Dustin está acostado sobre su torso con ambas piernas a cada lado de su cuerpo. 

-¿Porqué yo no tengo esa foto? -le pregunto al hombre a mi lado-.

-Por que no me la pediste -dice encogiéndose de hombros y ruedo los ojos-  te envío la foto cariño. 

Lando estalla en un chillido pero lo hago callar enseguida. Luego da vuelta su teléfono para mostrarnos la foto que ha subido a Instagram. 

@landonorris

Todavía estoy esperando que tu primera palabra sea "Lando". 

P.D: No te tardes 😫❤️. 

Me levanto de las piernas de Daniel, quien aprovecha la oportunidad para darme una palmada en mi trasero, y beso la cabeza de Lando. 

-Acostaré a Dus -lo tomo con cuidado de no despertarlo y enseguida se acurruca entre mi cuello y mi hombro-. 

Subo con él en brazos hasta llegar a su habitación, donde lo acomodo en su cuna y lo tapo con su manta. Acomodo la jirafa y el oso junto a él y beso su frente. 

Enciendo el monitor de bebés abrochado en un costado de al cuna y enciendo la lámpara de luz tenue azul que reproduce figuras de autos en el techo de la habitación. Tomo el otro monitor inalámbrico para salir de la habitación. 

Daniel me sorprende en el pasillo y me toma por la cintura para caminar hacia nuestra habitación. Yo paso mis brazo alrededor de su cuello. 

-¿Dustin? -susurra en mi cuello juntando la puerta de nuestra habitación por detrás-.

-Durmiendo -susurro estirándome para que llegue mejor a la zona que me vuelve loca-. 

-¿Monitor? -muerde el lóbulo de mi oreja-. 

Hago que caminemos unos pasaos hacia atrás para poder dejar el monitor al costado de al tele. 

-Aquí -susurro para pasar mis brazos por alrededor de su cuello nuevamente- ¿Lando?. 

-Pondrá una película abajo -succiona la piel de mi cuello y jadeo-. 

-Todo en orden -decimos al mismo tiempo-. 

Esta es nuestra especie de checkist que repasamos antes de poder asegurarnos de que está todo en orden y poder entregarnos el cariño que queremos. 

-¿Dónde quieres empezar? -dice para luego morder mi labio inferior-.

Me lo pienso unos segundos. 

-Empezaré yo -me aparto del cuerpo del australiano para guiarlo hasta los pies de la cama-. 

Me mira expectante mientras tomo el dobladillo de su camiseta para comenzar a sacársela, mientras él me ayuda extiendo sus brazos. Dejo la camiseta a un lado y desabrochó su pantalón y los bajo junto con su bóxer en un solo movimiento. 

Apoyo mi mano en su abdomen trabajado, gracias a Michael, y lo empujo suavemente para que se siente en la cama. Me agacho hasta sus pies, para desabrochar sus zapatillas y sacárselas y luego hacer lo mismo con sus calcetines. 

Vuelvo a apoyar mi mano en su abdomen para que se recueste sobre las sábanas boca arriba. Se apoya en sus codos y sube su cuerpo un poco para quedar cómodo. 

Camino hacia la mesita de noche bajo su mirada y abro mi cajón para sacar el envase de Nutella a la mitad. 

-¿Antojos nocturnos? -dice en una carcajada y rápidamente lo hago callar-. 

-No querrás que Dus despierte -le digo amenazante-. 

Él traga saliva. 

Abro el envase de Nutella y con mi dedo saco un poco de la crema de avellanas para esparcirlo lentamente sobre el abdomen de Daniel. Vuelve a reír silenciosamente para apoyar su cabeza en una de las almohadas. 

Saco nuevamente Nutella para dejar un camino hasta su cuello. Otro más para dejar por detrás de su oreja. 

-Ese que sea el primer lugar que saques por favor -dice gracioso- me hace cosquillas. 

Me rio levemente. 

Saco mas crema de avellanas y la paso por su nariz y luego por sus labios. 

Daniel vuelve a reír. 

Esparzo crema por su muslo tatuado y vuelvo a sacar con mi dedo índice. Mientras lo miro, esparzo la crema en su bulto. 

-Listo -digo orgullosa-. 

-Creo que cambie de opinión de a dónde quiero que comiences -traga saliva-. 

Yo niego con la cabeza. 

-Yo decido dónde comenzar -sonrío dulce-. 

Cierro el envase de Nutella y lo dejo a un lado del monitor de bebes, donde puedo ver a Dustin profundamente dormido. Si de algo debo estar agradecida, es del sueño de mi bebé ya que casi duerme de corrido. 

Me volteo para poder comenzar a deleitarme con el churro que tengo delante. 

Apoyo mis manos en la cama para poder inclinarme hacia su muslo y pasar mi lengua por su piel con Nutella lentamente hasta no dejar rastro. 

Escucho a Daniel suspirar. 

Apoyo mis manos al costado de su torso para pasar mi lengua por su abdomen. De vez en cuando succiono con mis labios la Nutella. Sigo por el camino hasta llegar a su cuello, donde además de lamer y muerdo su piel. 

Lamo la Nutella detrás de su oreja para luego acercarme a su rostro. Sonrío al estar cerca de su nariz y en un solo movimiento con mi lengua, la dejo limpia. 

Beso lentamente sus labios, disfrutando del sabor a chocolate en ellos. 

-Nena -suplica en medio del beso-. 

Me alejo un poco para acariciar su abdomen hasta llegar a su bulto erecto. Desde mi posición lo miro de forma pícara pero mi mirada cambia. 

Esta con sus manos por detrás de su cabeza, sus ojos cerrados y está mordiendo su labio inferior. 

Suspiro y paso mi lengua por su creciente y dura erección. 

Daniel gruñe y nos voltea en la cama para yo quedar en la posición que él estaba. Levanta mi camiseta y besa mi abdomen, provocando que mi piel se erice. Toma el borde de mi camiseta y la comienza a subir hasta sacármela completamente. Suspira cuando me ve en sujetador, el cual en unos segundos más desaparece de la escena. Ve mis senos con atención para escoger al derecho y comenzar a acariciar mi pezón con su dedo pulgar. Suspiro ante su cariño relajándome. Siento su otra mano viajar hasta mi cintura y luego hacia el cierre de mi pantalón para desabrocharlo y bajarlo. Tuma uno de mis pies y levanta mi pierna para sacarme el calcetín y luego acaricia mi pierna como su fuera una guitarra. 

Repite lo mismo con mi otra pierna y una vez que las deja apoyadas en el colchón, con sus dos manos comienza a acariciarme desde mis tobillos hasta mis muslos, donde ejerce presión con sus dedos. Sube sus manos hasta mis bragas y las baja de un solo movimiento con su mano. Hace un camino de besos desde mis abdomen hasta mi cuello.

Mi zona favorita. 

Y él lo sabe. 

Deja besos húmedos en mi piel y mientras me mira fijamente, entra en mí. Comienza con sus movimientos que me vuelven loca sin dejar de mirarme. Desde que el bebé nació y Lando comenzó a venir de visita, intentamos ser un poco mas silenciosos. Calla mis gemidos cuando aumenta la velocidad de sus embestidas juntando nuestros labios pero sin besarnos. Mis manos recorren su trabajada espalda y pasan a sus brazos ya que Daniel está apoyado con ambas palmas de su mano en el colchón. Se mueve de manera más lenta para luego dar un par de estocadas rápidas y cortas, logrando que lleguemos al climax en un asombroso gemido ahogado. 

Daniel besa mis mejillas repetidas beses para luego besar mis labios y acariciar mi cabello. 

-¿Acerco el monitor? -pregunta-. 

Asiento con la cabeza para luego sentir como sale de mi interior. 

Sin bajarse de la cama, se estira hacia el mueble de la tele frente al pie de la cama para alcanzar el monitor de bebes. 

-No me creerás esto -dice en un susurro-. 

-¿Qué? -pregunto un poco alarmada poniéndome de rodillas en la cama junto a su cuerpo-. 

Me muestra el monitor y a través de la imagen en blanco y negro puedo ver a Dustin en su cuna durmiendo boca abajo con uno de sus brazos colgando desde la misma por entremedio de las barras de madera. Sigo la dirección de su mano y veo que está agarrada del pelo de Lando, quien está acostado con su colchón de su cama en el suelo junto a la cuna. 

Ambos duermen placidamente. 

Daniel me mira enternecido

-Iré a arroparlo -Daniel asiente y se acuesta en la cama-. 

Salgo de la habitación para entrar en la de Dustin, quien duerme tal cual como lo vi hace unos minutos. Me inclino en la cuna para besar su cabello rubio que está comenzando a rizarse. 

-Buenas noches Dus -susurro-. 

Me volteo para ver a Lando dormido de costado en el colchón y veo como Dustin tiene entre su mano hecha un puño el cabello rizado de Lando. Me inclino hacia él para arroparlo con el plumón que trajo consigo y beso su cabello. 

-Buenas noches Landis -susurro-. 

. . . 

6 de septiembre 2022.

Australia. 

Jamás pensé que sufriría a ver a mi pequeño llorar. No pensé que fuera a doler tanto. 

Hemos dejado a Lando y a Daniel en el aeropuerto y ha sido una de las peores despedidas. 

Dustin no saltaba el cuello de Daniel ni el cabello de Lando mientras lloraba. Un llanto de pena puro. Daniel trataba de calmarlo pero no servia de mucho. Tuvo que acercarse a mi y abrazarme con Dustin en brazos para que se distrajera un par de segundo y así yo poder tomarlo en brazos. 

Soltar el pelo de Lando fue otra tragedia. 

Mientras lo tenía en brazos no dejaba de balbucear y estirar su manos hacia los pilotos quienes ya nos estaban dando la espalda. 

Durante el camino de regreso, de tanto llorar se quedo dormido en su silla, por lo que al llegar a casa intente sacarlo lo más delicadamente posible para no despertarlo. 

Logre acostarlo en su cuna y he estado sentada en el sillón de su habitación desde entonces. 

Me despierto de un salto cuando siento mi teléfono vibrar y veo que es una llamada de Daniel. Me levanto y salgo de la habitación, no sin antes chequear que Dus siga dormido. 

Junto la puerta de su habitación y contesto la llamada. 

-¿Cómo está? -es lo primero que escucho-. 

-Durmiendo -susurro- se quedo dormido en el auto de regreso a casa -suspiro- ¿crees que sea buena idea que los acompañemos al aeropuerto? quizás si simplemente nos despedimos aqui en casa sea más fácil -digo triste-. 

Daniel se queda en silencio. 

Luego se aclara la garganta. 

Y luego escucho lo que jamás he querido oír. 

-¿Crees que sea buena idea que siga corriendo? -dice en un llanto ahogado-. 

Cierro mis ojos y las lágrimas no tardan en salir. 

-Daniel -comienzo a decir pero me interrumpe-. 

-No, nada de Daniel -imita mi tono de voz en su nombre- estoy pensando seriamente en dejarlo, no del todo, pero en no correr -suspira- siento que me estoy perdiendo de mucho y a pesar de amarlo, siento que no se lo estoy demostrando -dice para luego quedarse en completo silencio-. 

No sé que decir. 

Suspiro. 

-Escúchame Daniel, porque será la última vez que te lo diga, así que más te vale que lo entiendas de una vez por todas -escucho como aclara su garganta- eres un padre maravillo -él suspira- lo eres y Dustin lo sabe y te ama por eso. Lando lo sabe y te ama por eso. Y sí, puede que comience a entender más el hecho de que por algunos días no están -hago una pausa- pero cariño, créeme cuando te digo que salta de la emoción cuando te ve en televisión o por FaceTime -Daniel me regala una risa ahogada- no lo estas abandonando -dejo de escuchar su respiración- porque él sabe que volverás, yo lo sé y tú lo sabes -susurro cada palabra- puede que ahora sea un poco más complicado por el hecho de que no comprende del todo el tiempo en días y distancias, pero ya verás que cuando crezca, entenderá y no será la despedida de hoy. Son solo unos meses más y encontraremos la forma de darle una vida cómoda junto a nuestros trabajos y juntos -hace un sonido de asentimiento- no todas las familias viven en una sola casa y los padres trabajan a unos metros de distancia, no todas las familias son iguales. 

-Me gusta nuestra familia -susurra mientras sorbe por su nariz-. 

-Y a nosotros nos gustas tú -vuelve a suspirar- no quiero que abandones algo que amas, porque nosotros te amamos y no te abandonaremos. 

-Encontraremos la forma -dice más para si mismo que para mi-. 

Se despide de mí para irse a dormir ya que mañana son las practicas en Monza. Chequeo una vez más a Dus y camino hacia mi habitación con el monitor para dejarlo en la mesa de luz a mi lado. 

Abro las sábanas y veo una rosa en la cama. 

Sonrío y me acuesto dejando la rosa en la almohada de Daniel. 

El sonido de una notificación de Instagram interrumpe mi intento de dormir. 

danielricciardo te ha etiquetado en una publicación.

Enseguida hago click en la notificación, la cual me deja ver una foto reciente tomada por Daniel con Dus en la escalera de nuestra casa. 

@danielricciardo

Siempre cuidaré tu espalda pequeño Dus. 

Hago doble click en la foto y la escojo como fondo de pantalla.

. . .

11 de septiembre 2022. 

Australia. 

Domingo. Nuestros días favoritos. Y nuestro circuito favorito se ve en la pantalla. 

Cuanto te quiero Monza. 

Mi teléfono suena en la mesa de centro de la sala de estar en el segundo piso y lo tomo viendo una videollamada de parte de Lando. Dustin a mi lado enseguida deja de prestarle atención a la pista de Italia que se ve en pantalla en el momento de siempre antes de cada carrera, donde David Croft relata el clima de la pista, las curvas, las zonas de DRS y luego la cámara se queda con los boxes de cada escudería. 

Como cada día últimamente, pincha sin problemas en el botón verde. 

La pantalla nos muestra a un Daniel y un Lando vestidos con su uniforme nuevo, y muy sexy, sonrientes. 

-Hola pequeño -lo saluda Daniel-. 

-Hola pitufo -lo saluda Lando-. 

Dustin es pura risa y aplausos y no deja de indicar la pantalla. 

-¿Listo para la carrera campeón? -le pregunta Daniel-. 

Dustin me mira y yo asiento con la cabeza. 

-Ti -dice Dustin. 

Ayer aprendió a decir "sí" ya que me estuvo escuchando decir el monosílabo por teléfono toda la tarde ante mi pequeña reunión con Zak ya que todo marcha de maravillas en la escudería. 

Daniel y Lando están en shock. 

-¿Esa fue su primera palabra? -dice triste Lando-. 

Me rio con una carcajada. 

-Ti -repite Dus-. 

Lando parpadea un par de veces. Daniel sigue sin poder hablar. 

-Lando -dice despacio el británico apuntándose a si mismo- dilo tú -le dice a Dustin-. 

Dustin me mira. 

-Lando -le repito-. 

Dustin mira la cámara y ladea la cabeza para luego reír ante la cara de enojado de Lando. Mi pequeño se acerca más a la pantalla y con su mano hace el gesto de querer tomar entre sus manos el cabello de Lando. 

-Bien me conformo con eso -le sonríe le británico y Dustin le lanza un beso-. 

Indica con su pequeño dedo a su padre que no ha dejado de mirarlo en todo este momento. Me mira y se ríe. 

-Papá -le digo-. 

-Pa -dice despacio-. 

-Sí -exclama Lando- papá -dice fuerte indicando a Daniel-. 

-Pa -dice mas fuerte-. 

Miro a través de la pantalla a Daniel, quien tiene sus ojos llorosos. 

Lando sigue diciendo como loco "papá" para que Dustin lo imite. Mientras lo dice, ladea su cabeza de lado a lado y Dus lo imita. 

Comienza a decir la sílaba más seguido, logrando al fin decir la palabra completa. 

Indica nuevamente a Daniel a través de la pantalla. 

-Papá -dice sonriendo, dejando ver sus dos pequeños dientes que le han salido recientemente-. 

Daniel y Lando saltan y gritan, haciendo que Dustin salte en mis piernas y se ría. 

-Ahora di Lando -dice Lando inclinándose-. 

Dustin niega con la cabeza sacando su lengua.  

-Papá -dice estirando su brazo y abriendo y cerrando su mano-. 

-Pronto estaremos juntos Dus -le dice Daniel- ¿ahora nos verás correr?. 

-Tí -dicen Dustin y Lando lo imita al mismo tiempo-. 

Los cuatro reímos. 

-Amo nuestra familia -dice Lando luego de suspirar-. 

. . . 

Dustin descansa sentado en mis muslos con su espalda apoyada en mi abdomen. Algo tiene este niño con el cabello ya que en su mano derecha tiene atrapado un mechón de mi cabello. Yo acaricio su cabello rubio que está comenzando a rizarse y él de vez en cuando apunta con su  mano libre a la pantalla cuando enfocan a los autos de color naranjo que dan vueltas por la pista. 

Hace un año en esta misma pista, McLaren hizo el 1-2. Este año no se espera menos. 

Los tres primeros son; Hamilton, Verstappen y Ricciardo. Seguido por Norris. 

-Estás haciendo un trabajo maravilloso -escucho la voz del ingeniero de Daniel-. 

No tarda en aparecer en el lado derecho de la pantalla la cara del australiano, indicando la respuesta de la radio. 

-Kikiki ra -responde-.

Dustin estalla en risas y apunta la pantalla y no tarda en decir "papá" sin parar. 

Las siguientes vueltas la carrera ha transcurrido de manera normal. Los cuatro autos siguen en las mismas posiciones y ya han entrado en pits. Dustin se voltea para quedar frente a mi y con sus labios comienza a hacer ruidos. Es la manera de decirme que tiene hambre. 

-¿Quieres tu leche? -le pregunto-. 

Se acerca para atrapar mi nariz con su boca para luego responderme. 

-Ti. 

Lo tomo en brazos y veo en la pantalla que quedan cinco vueltas por lo que bajo las escaleras y enciendo la televisión del primer piso mientras dejo a Dustin en su andador para poder ir a la cocina a calentar su biberón. 

La televisión demora en encender y cuando lo hace, se enciende en Netflix. 

Lando olvidó dejarla en el canal de televisión abierta. 

-Papá -dice Dustin indicando la pantalla-. 

Busco el control remoto para poder cambiar la entrada de la televisión pero no lo encuentro. 

-¿Dónde está el puto control? -digo luego de comenzar a perder la paciencia-. 

Dustin estira sus brazos para que lo cargue. Camino con él hacia las escaleras y al llegar al pie de estas, puedo escuchar. 

-Pellízcame sí esto no está pasando -escucho la voz de Croft- McLaren lo hará de nuevo. 

Subo las escaleras y puedo ver en la parte de posiciones el característico "RIC" y "NOR" en los puestos uno y dos.

Dustin se mueve en mi brazos por lo que lo dejo en el suelo y gatea hasta la tele, donde con ayuda del mueble, se pone de pie. 

Los dos autos de color naranja cruzan la meta en la última vuelta y puedo ver la bandera a cuadros de color negra y blanca bailar sobre ellos. 

-Papá y Lando ganaron Dustin -le digo poniéndome de rodillas a su lado y sosteniéndolo por su cintura-. 

Dustin alza sus brazos y grita. 

Veo cómo se sienta en le suelo y la cámara enfoca la parte donde los tres primeros autos estacionan por detrás de los números. Camino hacia su habitación para buscar la camiseta de trabajo de la la escudería, regalada por Zak. 

Cuando vuelvo, Dustin está de pie con su mano en la pantalla en el cuello de Daniel, quien acaba de bajar del auto. A su lado, Lando también baja para abrazarse. Busco mi teléfono y desde atrás de Dustin tomo una foto. 

-¿Te quieres poner la camiseta? -le pregunto mostrándosela-. 

-Ti -chilla mostrándome sus dientes-. 

Se la pongo encima de su camiseta de bebé de algodón color blanca. 

Enfocamos nuestras vistas en la pantalla y podemos ver a ambos pilotos caminar hacia su equipo para lanzarse sobre ellos. Puedo distinguir a Zak entre la multitud, quien lleva un teléfono en su mano y se lo entrega a Daniel. 

Mi teléfono no tarde en sonar. 

Dustin voltea y comienza a gatear hacia mí. Acepto la llamada y enfoco a Dustin gateando vestido con la camiseta de la escudería. 

-Dustin -gritan los dos pilotos-. 

Llega a mi lado y lo tomo en brazos para sentarlo en mis piernas y volteo la cámara para que nos puedan ver. 

-Ti -dice Dus elevando sus brazos y sonriendo- papa -se acerca a la pantalla y le da un beso, dejando mi pantalla babeada-. 

-¿Y un beso para Lando? -dice Lando con un puchero-. 

Dustin se ríe y besa a Lando a través de la pantalla. 

-Felicidades chicos -hablo por primera vez- se lo merecen -les sonrío a ambos-. 

-También queremos un beso -dice Daniel-. 

Me acerco a la pantalla y beso a cada uno. Dustin se acurruca en mi cuello y bosteza. 

-Mañana viajamos -dice feliz Daniel- los amos -dice despidiéndose- los llamamos mas tarde -lanza un beso-. 

-Adiós pitufo -se despide Lando- nos vemos. 

Dustin mueve su mano en señal de despedida y Daniel corta la llamada. 

. . . 

Es de noche y Dustin ya está durmiendo en su cuna. El monitor lo tengo en mi mesita de luz y ya hemos hablado nuevamente con los pilotos. Mañana viajan desde Italia y estarán con nosotros una semana, ya que la siguiente carrera es en Rusia, el fin de semana veintitrés. 

Antes de dormir envío una foto de Dustin al grupo "Fam Ric 👩🏼👨🏾‍🦱👶🏼🧑🏽‍🦱".


Lando hermoso Norris // ahora. 

😍😫 . 

Daniel Ricciardo // ahora. 

😭 Los extraño ❤️. 

. . . 

23 de noviembre 2022. 

Australia. 

La temporada 2022 de Fórmula Uno ha terminado y en cuatro meses mi bebé cumplirá un año. 

Y por fin estoy entre los brazos de Daniel en nuestro lugar favorito. 

La tina de nuestro baño. 

Lando está con Dustin en el piso de abajo jugando a los autos en la sala de juegos y los podemos ver gracias al monitor por sí algo ocurre. 

Apoyo mi cabeza ene el hombro de Daniel. 

-¿Cómo crees que será la siguiente temporada? -le pregunto-. 

A decir verdad, McLaren ha andado mas que bien esta temporada. Logró ganarle a Red Bull, quedando en segundo lugar en el campeonato de escuderías. 

-Creo que podemos ser más fuertes la temporada que viene -dice ronco Daniel acariciando mi cabello mojado- estamos fuertes en cuanto a auto y a pits y Lando y yo en nuestro mejor momento -dice sincero y ambos sonreímos-. 

Me giro un poco para besar su cuello. 

-Yo creo que serás campeón -digo segura-. 

Daniel se ríe con una carcajada. 

-¿Qué? -le pregunto confundida-. 

-Yo no, pero aprecio el apoyo y la confianza -me responde el australiano-. 

Suspiro y me subo a su regazo para tomar su cara entre mis manos. Su barba creciente pincha las palmas de mis manos pero es una sensación que me encanta. 

-Daniel Joseph Ricciardo -se ríe- tú ya eres un campeón -lo miro fijamente- y si es tu sueño serlo, debes confiar en ti ciegamente y hacer que ocurra. 

Daniel me mira pensativo para luego besarme de manera ansiosa. La temperatura empieza a subir ya que me muevo en círculos sobre su regazo. Daniel jadea y muerde mi labio inferior. 

Cuándo va a acariciar mis senos, la puerta del baño se abre. 

-Tienen que escuchar esto -dice Lando respirando con dificultad con Dustin en sus brazos- ¿quién soy Dus? -le pregunta mirando a mi pequeño-. 

Dustin lo mira y lleva sus dedos a su boca para mirarlo pícaro. 

-No no hagas tu gracia ahora pitufo, abajo lo dijiste bien claro y fuerte -dice frustrado Lando-. 

Dustin toma en su mano el cabello de Lando y besa su mejilla. 

Daniel y yo los miramos expectantes. Ambos están vestidos con un pijama de color azul entero. 

Lando insiste en que se vistan iguales. 

Dustin apoya su cabeza entre el cuello y hombro de Lando y habla; 

-Lado -dice para luego sonreír mostrando sus adorables dientes-. 

Daniel y yo lo aplaudimos. 

-Hay que trabajar mas en la letra "n" pero me conformo -dice Lando haciendo que Daniel ría en una carcajada y levanta su mano para que Dus choque los cinco-. 

. . . 

 23 de diciembre 2022. 

Australia. 

Hace un día maravilloso aquí a pesar de ser las siete de la tarde. Dustin está con sus flotadores en cada brazos de color azul con estrellas de mar en los brazos de Charles. 

Sí. Hemos decidido repetir está navidad junto a los de Ferrari. Dustin los adora y no podemos estar más felices. 

Dustin tiene en sus manos una pelota de agua que flota y es de la misma tela que sus flotadores. 

-Tíramela Dus -le dice Carlos al frente de él-. 

Dustin le saca la lengua y se la tira. 

Creo realmente que Dustin está en una edad maravillosa. A sus nueve meses ya dice muchas palabras, repite todo lo que escucha, está a punto de caminar por su cuenta y se ríe por todo. 

-Ahora te la tiraré yo -Dustin lo mira-. 

Carlos le tira la pelota y Dustin la atrapa a la vez qué agua le salpica en la cara. Estalla en carcajadas contagiando a los dos de Ferrari. 

-Ma -dice Dustin-. 

Camino hacia él y lo tomo en brazos cubriéndolo con su toalla de color naranja. 

-¿Lado? -me pregunta una vez que entro con él a la casa para secarlo mejor y cambiarlo de ropa por ropa seca-. 

-Lando está durmiendo -llevo mi dedo índice a mi boca y Dustin me imita-. 

Juntos subimos las escaleras hasta nuestra habitación con Daniel, quien está saliendo de la ducha ya que también se baño en la piscina. Dustin estira sus brazos hacia él y el australiano lo toma en brazos para acostarse en la cama, poniendo la toalla de Dus por debajo de él para no mojar la cama. 

-Iré por ropa seca -le digo y el asiente-. 

Salgo de la habitación para ir a la de Dustin y sacar del closet un pantalón de buzo de color azul marino junto con una camiseta de color roja con una cebra en ella. Antes de ir hacia mi habitación voy a la de Lando y lo veo dormido en su cama. 

En sus paredes hay fotos de él con sus amigos del colegio, del auto que conduce, y fotos de su familia. 

En su mesita de noche hay una foto de él con Dustin en la cual salen los dos acostados boca arriba el borde de la piscina, con los brazos por detrás de sus cabezas y ambos vestidos con traje de baño de color naranjo. 

Sonrío al ver la fotografía tomada hace unos días. 

Con cuidado de no hacer ruido, me acerco a él para besar su cabeza y arroparlo mejor. 

Lando se mueve en la cama y abre sus ojos adormilados para sonreírme dulcemente. 

-¿Dustin? -pregunta con voz ronca-. 

Sonrío y aguanto las ganas de no llorar. Siempre me preguntan el uno por el otro. 

-Le daré un baño y le pondré ropa seca -beso su mejilla- sigue durmiendo, aún es temprano -le susurro-. 

Lando asiente. 

-¿Necesitas mi ayuda? -me mira dulce-. 

Lando siempre me ayuda en todo lo que puede ofrecer su ayuda. Con la comida, con la casa y sobre todo con Dustin. 

-En el baño de la noche -sonríe ampliamente y cierra sus ojos-. 

 Beso su cabeza. 

-Te amo -le susurro-. 

-Los amo -susurra adormilado-. 

Salgo de la habitación y junto su puerta. Es la señal para Dustin de que Lando esta durmiendo o está ocupado ya que muchas veces ha entrado mientras Lando está transmitiendo en vivo desde su canal de Twitch y lo asusta ya que lo ve desde la pantalla. 

Es el juego secreto favorito de Dustin. 

Camino por el pasillo hacia mi habitación pero me detengo en la puerta al escuchar la conversación de padre e hijo. 

Veo por el espacio de la puerta y el marco a Dustin sentado en el regazo de Daniel, quien está vestido con bóxers, apoyado en las piernas de su padre como si fuera una silla. En las manos de Daniel veo una de las fotos que tenemos en marco en nuestra habitación. 

Los cuatro en el aeropuerto cuando Daniel y Lando llegaron al terminar la temporada. Daniel me abraza por los hombros y yo por su cintura. Lando me abraza con uno de sus brazos por mi cintura y con el otro sostiene a Dustin en brazos, quien tiene su cabeza apoyada en su hombro. Los cuatro sonreímos. 

Daniel se apunta a sí mismo. 

-Papá -dice Dustin-. 

Daniel me indica a mí. 

-Mami -dice dulce Dus-. 

-Sí, mami -lo imita Daniel y besa su mejilla, nuestro hijo ríe pero luego lleva uno de sus dedos a su labios- ¿qué? -le pregunta su padre-. 

-Shh -dice Dustin-. 

Daniel le sonríe ya que sabe que lo dice por que Lando está dormido. Veo como apunta en la foto a Lando. 

Dustin lo mira un par de segundo y sonríe como nunca lo había visto sonreír. 

-Hemado -susurra- shh -indica hacia afuera de la habitación-.

-Sí Dus, hermano -Daniel sonríe dulce- está durmiendo pero luego iremos a despertarlo -dice pícaro-. 

Dustin eleva sus brazos, demostrando su felicidad máxima. 

Daniel indica en la foto a Dustin. 

-Dutin -se indica Dustin a su mismo y dice su nombre-. 

Daniel ríe y lo abraza contra su pecho. 

. . . 

Luego de bañar a Dustin y ponerle ropa seca para que no se resfríe, bajamos los tres a la terraza y vemos a los de Ferrari sentados tomando el sol. 

-No sabia que mi casa era un hotel -dice gracioso Daniel con Dustin en su brazos-. 

Charles estira sus brazos hacia el pequeño de cabeza amarilla y Dustin los acepta. El monegasco lo acuesta a su lado y acaricia su cabello. 

-¿Dónde está tú hermano? -le pregunta con voz chillona-. 

-Shh -dice Dustin llevando su dedo a su boca-. 

-Durmiendo -exclama Charles- pero que flojo -dice en tono gracioso a lo que Dus ríe-. 

-¿Quieres jugar a la pelota enano? -le pregunta Carlos a Dustin-. 

Dustin niega con la cabeza. 

-¿A los autos? -dice Carlos esperanzado-. 

-Ti -dice Dustin-. 

Los dos chicos de Ferrari se ponen de pie para caminar junto con Dustin. Cada uno tiene de la mano un brazo del pequeño y caminan a paso lento. 

Cuando pasan por nuestro lado, Dustin agita su mano. 

-Ayos mami papá -se despide-. 

Le decimos adiós de la misma forma y entramos detrás de ellos para ir hacia la cocina y preparar la cena. 

Daniel abre una botella de vino y sirve dos copas. 

-¿Qué quieres de cenar? -me pregunta luego de servir las copas y abrir la despensa de comida-. 

-Pasta -le digo llenando una olla de agua y Daniel saca la pasta que venden en bolsa-. 

-¿Crees que los italianos de mentira se alarmen al ver la pasta así? -dice Daniel apuntando a la sala de juegos desde donde podemos escucharlos jugar con Dustin-. 

Me río en una carcajada. 

Pongo el agua a hervir mientras Daniel saca los platos para poner la mesa en la sala. 

-Tú hijo me ha ganado en la pista de autos a control remoto -dice un Charles indignado sentándose en la barra de la cocina-. 

Daniel ríe en una carcajada. 

Veo como de la sala de juegos viene caminando Carlos quien toma de la mano a Dustin para que camine dando pasito cortos. 

-¿Y tú que te ríes? -le pregunto abriendo la bolsa de pasta y dejándola caer en la olla con el agua hervida- también te ha ganado a ti. 

Charles y Carlos explotan en risas. Daniel me mira indigado para luego beber de su copa de vino y Dustin los hace callar a todos. 

-Shh hemado shh -dice sacándose de la boca su chupete y sentándose en el suelo para jugar con algunos juguetes que deja tirados por toda la casa-. 

Todos se callan. 

-¿Quieres ir a despertarlo? -le pregunto a mi pequeño al ver la hora y también porque la comida estará lista-. 

Dustin eleva sus brazos en el aire y luego se pone el chupete de color azul con celeste en su boca. 

Los chicos no encontraron uno naranja. 

-Ya quiero ver a este niño bailar -dice Charles-. 

Tomo en brazos a Dustin y subimos las escaleras para entrar al cuarto de Lando. 

Dejo a Dustin en el suelo y me quedo apoyada en el marco de la puerta. Dustin gatea hasta llegar al borde de la cama, donde toma entre sus manos el plumón de cama de Lando para poder ayudarse a sí mismo y ponerse de pie. 

Se quita él chupete y besa la mejilla de Lando al mismo tiempo que su mano atrapa sus rizos de color café. 

Lando enseguida se mueve y abre los ojos, viendo la cara de Dustin a centímetros de su rostro. 

Se ríe ronco y Dustin alza sus brazos para que lo tome en brazos. Lo sienta en su regazo y se miran el uno al otro. 

Me emociona el momento y siento mis ojos aguarse. 

Por la forma en la que se miran, sé que serán amigos para toda la vida. 

Lando sonríe dulcemente, contagiando a Dustin. 

-Dustin -llamo su atención- enséñale lo que te enseñó papá -le digo indicando otra fotografía en la mesita de luz de Lando en la que salimos los cuatro en la piscina de nuestra casa-. 

Lando sin entenderme mucho toma la foto y se la enseña a Dustin. 

Dustin suspira, como si se estuviera preparando para decir lo que sé que dirá a continuación. 

-Papá -indica con su dedito a Daniel-. 

Lando asiente. 

-Mami -me indica en la fotografia-. 

Lando sonríe y asiente. 

-Hemado Lado -dice indicando a Lando-. 

Lando lo queda mirando en silencio. Nunca antes había escuchado que se refería a él como su hermano. 

Dustin no sabe qué decir ni qué hacer ante la sorpresa de Lando. Pero no demora en sonreírle y en apoyar su mano en la mejilla de su hermano. 

-Hemado -dice nuevamente para acerca a él y besar su nariz-. 

Veo los ojos de Lando llorosos y como sonríe y ríe nervioso. Me mira y finalmente sus lágrimas caen por sus mejillas. 

Dustin me mira alarmado y le sonrío de manera tranquila. 

-Hazle cariño a Lando -lo animo-. 

Dustin vuelve a mirar a Lando y pasa sus manos por sus mejilla para secar sus lágrima. Se acuesta completamente en el pecho del británico. 

Lando acaricia su espalda y me mira. 

-Gracias por esto -dice mientras se sorbe por la nariz-. 

-Gracias a ti -le digo-. 

Dustin se reincorpora y lo mira fijamente para luego sonreírle y llevarse su chupete a su boca. 

. . . 

Hemos terminado de cenar y es Carlos quien se encarga de la loza con la ayuda de Charles. Daniel va a al terraza a prender la luces de ambiente que hemos puesto recientemente y a preparar la mesa para una noche de juegos. 

Nuestra rutina como familia es o Daniel o yo nos encargamos de la mesa mientras el otro junto con Lando bañan a Dustin para luego el mismo que lo baño lo haga dormir mientras Lando baja a ayudar para preparar la noche de juegos. Por lo general siempre jugamos cartas o un juego en el cual cada uno desde una tarjeta escoge que dibujar y los otros dos deben adivinar lo que está dibujando el otro. 

Esta noche, el baño me toca a mí con Lando. 

Subimos los tres al baño del segundo piso, el cual comparten los niños. En la pared que da hacia la tina hay un sticker de un elefante con un flotador y un león con flotador y un sonorkel. 

Lando abre el grifo del agua y se preocupa de que esté tibia para luego poner el tapón mientras yo le saco la ropa a Dustin. 

-¿Listo para bañarnos? -le pregunta animadamente Lando-. 

-Ti -chilla y le extiende su brazos para que lo cargue y lo mete en la tina-. 

Rápidamente comienza a jugar con el agua y con sus juguetes de baño. Mueve su patito de hule   por debajo del agua mientras Lando enciende la pequeña lancha a control remoto. 

Cuando comienza a andar la lancha por el agua y por alrededor de su cuerpo,  Dustin no deja de reír. 

-¿Te gusta? -dice Lando chocando levemente con una de sus piernas- oh, chocamos -dice y Dustin ríe-. 

-Camos -repite-. 

Lando vuelve a hacer que la lancha choque en su pierna y Dustin ríe.

-Dápido -dice Dustin-. 

Lando retrocede la lancha y comienza a dar vueltas por la tina mientras Dustin mueve sus pies salpicando agua. 

El británico está sentado en la tapa del inodoro y yo estoy de rodillas lavando el pelo de Dustin. El juego de la lancha cumple su rol de distracción. 

Enjuago el cabello del pequeño quien no deja de reír ante los movimientos de la lancha. Su risa contagia a Lando quien no tarde en llorar de la risa. Por su parte a Dustin le está dando un ataque de risa y chilla. 

Lando deja de acelerar con la lancha para poder respirar y ambos dejan de reír. Dustin se refriega los ojos con sus manos y respira hondo. 

-Pete -le pide Dustin a Lando abriendo y cerrando su mano-. 

Lando le entrega su chupete y Dustin se lo coloca en la boca. 

De un momento a otro, se escucha un ruido fuerte y veo como Lando está en el piso junto a mí. Dustin se asusta un momento por el ruido pero al ver a Lando en el suelo, no tarda en volver a estallar en risas. 

Miro a Lando y veo que ha roto la tapa del inodoro y por eso se ha caído. 

Me uno a la risa de Dustin y Lando nos mira indignado. 

-¿Les da risa? -pregunta- me pude haber lesionado -dice de broma enfadado-. 

Dustin no deja de reír. 

Lando aprovecha la situación y saca de su pantalón su teléfono para tomarle una foto a Dustin, quien ya tiene la risa controlada. 

-Eres adorable -le susurra Lando y se acerca a él-. 

A Dustin le da una especie de desesperación y toma su rostro en sus manos para darle besos sin parar. Lando se ríe por las cosquillas que le produce. 

La verdad que los besos de Dustin son pura lengua y baba. 

Me quedo mirando la escena un par de segundos para luego tomarles una foto. 

. . . 

24 de diciembre 2022. 

Australia. 

Bebé durmiendo. 

Adolescente durmiendo. 

Visitas durmiendo. 

Daniel suspira a mi lado y besa mi cabeza. Paso mis manos por su cuerpo sudoroso producto de lo que acaba de pasar. Acaricio su pecho y lo beso. 

-Feliz navidad nena -dice ronco-. 

-Feliz navidad cariño -beso sus labios castamente-. 

Daniel suspira. 

-¿Qué? -lo miro y acaricio sus rizos-. 

-Amo nuestra familia -me dice mirándome fijamente y traga saliva-. 

Le sonrío dulce y lo vuelvo a besar. 

-Y yo a amo a mis chicos -Daniel sonríe-. 

Me abraza contra su cuerpo y besa mi cabeza una vez más. Nuestros teléfonos en nuestras mesitas de noche vibran. 

-Debe ser la misma notificación -dice ronco- revisa tu -dice con voz adormilada-. 

Me estiro para poder llegar a mi teléfono y lo tomo. La pantalla se enciende dejándome ver mi nueva foto de bloqueo de pantalla. 

Daniel, Lando y Dustin. Los tres con casco. Daniel y Lando con el suyo respectivo que ocupan en las carreras y Dustin tiene el suyo acorde a su tamaño, mitad diseño del casco de Daniel y mitad del diseño de casco de Lando. 

-Adoro esa foto -dice Daniel a mi lado en un susurro-. 

Beso su mejilla. 

@landonorris te ha mencionado en una publicación. 

Hago click en la notificación. 

@landonorris 

Siempre seré tu "Lado". 

@eemily_walsh: ❤️ 

Hago doble click en la foto tomada por Lando hace un par de horas. 

Daniel a mi lado coge su teléfono y entra en la publicación. Puedo leer su comentario en la foto en segundos. 

@danielricciardo mis 🧑🏽‍🦱👶🏼❤️. 

. . . 

31 de diciembre 2022. 

Australia. 

Hoy hemos decidido hacer un paseo familiar al lago por el día. 

Dustin está en su silla y Lando sentado junto a él. 

Han ido hablando todo el camino, Dustin balbucea, Lando le responde lo que sea y Dustin se ríe para seguir balbuceando. Daniel se divierte viendo por el espejo retrovisor a los dos niños sentados en la parte de atrás del auto y de vez en cuando sé que contiene las ganas de reír. 

Apoya su mano derecha en mi muslo presionando un poco. 

-Deberíamos acampar un día de estos -dice Daniel para luego darme una mirada y mirar por el espejo retrovisor-. 

Hago una mueca y Daniel ríe. 

-A mami no le gusto la idea -dice apretando más mi muslo haciéndome cosquillas-. 

Lando se ríe. 

-Yo acamparía pero en el porche de la casa -dice seguro-. 

-Apoyo esa idea -digo-. 

-¿Qué gracia tiene acampar en nuestra casa? -dice Daniel-. 

-Que el baño está cerca -se encoge de hombros Lando-. 

Daniel ríe. 

-Niño el baño es la naturaleza, y lo tendrás en todas partes -habla Daniel mirando al británico por el espejo retrovisor-. 

Dustin durante toda la conversación ha estado jugando con su jirafa de hule. 

-¿Y tú que dices de acampar? -le pregunta Lando a Dustin-. 

-Ti -dice mirándolo y arrugando su nariz-. 

Lando lo imita y Dustin se ríe con una carcajada. 

Hacia dónde vamos, queda a unos cuarenta minutos de nuestra casa. Hemos traído todo lo necesario para pasar el día aquí y almorzar para luego volver a casa y preparar todo para la noche. 

Pasaremos año nuevo con mis padres y los padres de Daniel. 

-Creo que Dustin se hizo -dice Lando abriendo un poco la ventana del auto- ¿qué tienes en tu pañal? -le pregunta gracioso-. 

-Caca -dice Dustin enseguida-. 

-Lando -lo regaño y me volteo para mirarlo cuando Daniel se estaciona en una gasolinera-. 

Dustin ríe ya que conoce mi tono de regaño. 

-Es lo que tiene -dice encogiéndosela de hombros-. 

Me bajo del auto y Lando hace lo mismo para ayudarme a poner el paño mudador en su asiento. Saco a Dustin  de su silla y lo acuesto en el asiento de Lando. Mientras muerde su dinosaurio le cambio el pañal. 

Una vez listos, retomamos el camino hacia el lago. 

. . . 

En el agua están mis tres hombres mientras que yo estoy en la orilla. Hemos jugado con las piedrecitas con algunos juguetes de arena de Dustin, quien al ver a Lando en el agua ha querido meterse. Daniel infló los flotadores y con ayuda de Lando están con Dustin en el agua, quien es capaz de mantenerse de pie solo con una mano tomada. 

Daniel tiene de la mano a Dus quien no deja de reír cuando Lando se sumerge en el agua y de un momento para otro sale de ella asustándolo. 

-¿Dónde está Lando? -escucho que le pregunta Daniel al pequeño-. 

Dustin indica con su dedo hacia dónde vio a Lando por última vez. 

Tomo una foto. 

Dustin chilla de la risa cuando Lando aparece a centímetros de su cuerpo. Suelta la mano de Daniel y se lanza a los brazos de Lando. 

Daniel camina hacia mí y se sienta a mi lado en la orilla de este. Juntos vemos cómo Lando tiene en brazos a Dustin y lo eleva un poco para luego dejarlo caer y volver a tomarlo. 

Cuando ya es hora de comer, salimos del agua y caminamos hacia una de las mesas para picnic de la zona. 

-¿Qué hay para comer? -pregunta Daniel-. 

-Hemos hecho sandwiches con Em -dice Lando y busca en la nevera- este es para ti -dice enterándole uno a Daniel que en el envoltorio de metal tiene su nombre escrito-. 

-¿Y porqué es para mí? -pregunta abriéndolo-. 

-Porque tiene lo que te gusta -dice Lando tomando el suyo y devorando-. 

Dustin en mis piernas come de las frutas picadas que le he traigo en un plato de plástico y su leche se la ha tomado antes de meterse al agua. 

Toma un trozo de manzana y se la acerca a Daniel quien abre la boca y muerde un pedazo. Dustin ríe por el sonido de la manzana crujiente. Hace lo mismo conmigo y luego, como siempre, es el turno de Lando. 

-Muchas gracias Dus -dice Lando con la boca llena-. 

Dustin le sonríe. 

-Es el momento en el que dices "de nada" -le dice Lando-. 

-Deada -dice y arruga su nariz-. 

Lando ríe por la ternura y se acerca a él. 

-Te quiero -besa la frente del pequeño-. 

La tarde transcurre al igual que cuando llegamos. 

Todos en el agua salpicando agua y Dustin en los brazos de Lando. 

. . . 

-¿Quieres que lo lleve a su cuna? -pregunta Lando en un susurro cuando el auto se detiene en el estacionamiento de nuestra casa-. 

-Gracias -le respondo de la misma manera para bajarme y ayudar a Daniel a bajar las cosas-. 

Cuando entramos a la casa Lando sube con cuidado por las escaleras hasta la habitación de Dustin.

-¿Es mucho lo que hay que preparar para la noche? -me pregunta Daniel abrazándome por la cintura atrás de mi cuerpo-. 

Niego con la cabeza y él besa mi cuello. Escucho los pasos de Lando, quien trae el monitor del bebé en su mano para dejarlo en la mesa de la sala. 

-Todavía es muy temprano -digo mirando la hora; cinco de la tarde- pueden ir a descansar -miro a ambos pilotos-. 

Lando de un salto se sienta en el sillón y enciende la televisión enciendo la consola de PlayStation 4 para jugar el juego de la F1. 

-Entrenaré un poco -dice Daniel besando mi cabeza-. 

-¿Tú no deberías hacer lo mismo? -le pregunto a Lando cuando me siento a su lado-. 

-Así es -me mira divertido- debería -dice imitándome-. 

Daniel y yo reímos y muero de amor cuando Daniel se acerca a Lando desde el respaldo del sillón para besar su cabeza. 

-No me extrañen demasiado -dice para luego salir por la ventana de la sala hacia el porche-. 

Lando se acomoda enseguida con su cabeza en mis piernas y con el control en sus manos. Mientras acaricio su cabello el teclea los botones para escogerse a sí mismo como piloto. 

-¿Qué pista quieres? -me pregunta-. 

Lo pienso unos segundos. 

-Circuit Paul Ricard -digo en francés-. 

Lando se ríe chillón. 

Escoge en el menú el Gran Premio de Francia y aprieta el botón de "iniciar carrera". 

-¿Cómo es que puedes jugar así? -le pregunto graciosa ya que ve la pantalla de lado y no de frente-. 

-Un piloto de verdad debe poder jugar a esta simulación de cualquier forma -dice orgulloso y me provoca una carcajada-. 

-Quiero verte jugar con Dustin trepándote por encima -ambos reímos-. 

La carrera en el juego comienza y Lando va bastante bien. 

-¿Lando? -le pregunto en un susurro ya que la respuesta me aterra-. 

Él hace un sonido con su garganta. 

-¿Eres feliz? -le pregunto con un nudo en la garganta-. 

Lando deja de acelerar en el juego, quedando en la mitad de la pista. Veo como todos los autos lo pasan en la pista y queda último. Dejo de prestarte atención al juego cuando siento sus manos en mis mejillas. 

-Gracias a ustedes soy feliz -dice para tragar saliva y mirarme dulcemente- nunca podré agradecerles lo que hacen diariamente por mi, desde el principio -sonríe de lado- siempre estaré en deuda porque no tengo como pagarles o explicarles lo agradecido que estoy -moja sus labios con su lengua y cierra los ojos un par de segundos- solo sé que me encanta estar aquí y poder ayudarlos en lo que necesiten con Dus -ambos sonreímos-. 

-Y yo estaré eternamente agradecida al saber que Dus te tendrá siempre -Lando me sonríe dulcemente-. 

Sentimos como la puerta de la terraza se abre y vemos a un Daniel sudoroso entrar. 

-Zapatillas -decimos Lando y yo al mismo tiempo-. 

Daniel rodea los ojos y se quita las zapatillas antes de pisar la sala. Una vez que está sin ellas, se acerca a nosotros. 

-Lando -lo mira indignado- como es eso que perdiste -dice indicando al pantalla y todos vemos que quedo en último lugar-. 

Lando mira la pantalla para luego vernos a nosotros. 

-Sí, pero gane mucho más -dice y atrapo su cuello para abrazarlo contra mi cuerpo-. 

Enseguida sentimos los brazos de Daniel abrazándonos. 

-Apestas -decimos al mismo tiempo con Lando-. 

Daniel ríe ronco y sube las escaleras para ducharse. Por el monitor vemos cómo Dustin está de pie en su cuna afirmándose él solo con las barras de madera. 

-Yo voy -dice Lando para levantarse de un salto y correr escaleras arriba-. 

Me quedo mirando el monitor y veo cómo Dustin comienza a saltar dentro de su cuna mientras estira las manos y las abre y las cierra en dirección a la puerta. Un segundo después puedo ver a Lando entrar por la habituación, agachándose a la altura de Dustin. Quien saca sus brazos de la cuna como si esta fuera una reja, y atrapa el cuello de Lando con sus pequeñas manos para darle besos. 

Gracias monitor logro escuchar la risa de Lando y las palabras de Dustin; 

-Te quiello. 

Sonrío ante la escena y busco mi teléfono para subir la foto tomada en el lago. Una vez que la encuentro, la subo a Instagram. 

@eemilywalsh

El/La que adivina a quien está señalando Dustin, es por qué es de la familia 🤨👀. 

Una vez que la subo, los comentarios no tardan en llegar. 

@charles_leclerc A "Lado"! Soy el primer comentario, exijo mi premio. 

@carlossainz55 Como siempre, a @landonorris 🥺. 

@mclaren Al nuevo MCL36 🧡👀. 

@maxverstappen 🦁. 

@landonorris 😫💙. 

@georgerussell63 AL tio georgi 😋. 

@danielricciardo 😍😍😍. 

. . . 

Y nuevamente estamos aquí. En el porche de nuestra casa, con las pequeñas luces encendidas. Junto a nuestra familia. Pero más importante, con mi familia. 

Daniel me abraza por la cintura con uno de sus brazos y con el otro abraza a Lando por los hombros. Lando lo abraza por la cintura y su otro brazo pasa por la mía. Con uno de mis brazos abrazo por la cintura a Lando y Dustin nos abraza a Daniel y a mí por los hombros, cerrando así el circulo. 

-No creerán esto -dice Lando en un susurro al escuchar que en segundos comienza la cuenta regresiva- ¿listo Dustin? no me hagas quedar en ridículo porque lo practicamos toda la semana -le dice entrecerrando sus ojos-. 

Dustin asiente con su cabeza y le saca la lengua. Lando lo imita. 

Mi familia está abrazada a nuestro costado y la de Daniel al otro costado. 

Desde la pantalla de la sala podemos ver que la cuenta regresiva comienza. 

-Diez -decimos los tres-. 

Dustin ríe, Lando lo mira y asiente mientras dice el siguiente número. 

-Eve -dice Dustin-. 

Daniel y yo lo miramos sorprendido. 

-Ocho -decimos los cuatro-. 

Daniel besa la mejilla de Dustin. 

-Siete. 

Daniel besa la mejilla de Lando, quien lo mira dulce y el australiano le guiña un ojo. 

-Seis. 

Dustin me da un beso en la mejilla. 

-Cinco. 

Dustin y Lando se miran para luego gritar el número. 

-Cuato -gritan al mismo tiempo-. 

Daniel los mira y entiende que es el número de Lando y por eso lo gritan, por lo que los mira expectante a ver cómo dicen el número siguiente. 

Dustin mira a su padre y sonriendo mientras arruga la nariz grita el siguiente número; 

-Tes -besa la mejilla de Daniel-. 

Daniel se ríe y Lando le guiña un ojo. 

-Dos -decimos los cuatro juntos-. 

Daniel hace que nos acerquemos más para comenzar a saltar. 

-Uo -grita Dustin-. 

Lando nos hace callar. 

-Deben escuchar esto -dice mirando a Dustin- ¿qué pasaba después del uno Dus?. 

Dustin eleva sus brazos en el aire y grita; 

-Felich ayo uebo. 

Daniel nos aprieta en un abrazo grupal y a pesar de que susurra, puedo escuchar claramente; 

-Los amo. 

. . . 

2 de marzo 2023. 

Australia. 

El día comienza al escuchar pasos. Abro mis ojos y veo a Daniel dormido a centímetros de mi rostro. Beso sus labios y un poco adormilado abre los ojos. 

Llevo mi dedo índice a mis labios en señal de que no haga ruido. El asiente y ambos aguantamos la respiración para poder escuchar. 

No sé escuchan pasos pero se escucha la risa de Dustin y un susurro que no logramos identificar. 

Daniel sonríe ampliamente. 

Escucho pasos suaves y qué no son tan seguidos para luego escuchar pasos firmes y lentos. La puerta de nuestro dormitorio se abre por completo ya que escucho cómo suenan las bisagras. 

-Dilo Dustin -dice Lando con voz chillona-. 

-Papás -escucho la voz de Dustin alargando el sonido de la letra "s"-. 

Lando se ríe chillón. 

-Es mi cumpleaños -vuelve a hablar Lando-. 

Con Daniel nos sentamos en la cama para poder ver la escena. Lando tiene de las manos a Dustin, quien camina paso a paso por el pasillo de la pieza. Está con su pijama de color rojo con dinosaurios y en la cabeza tiene una corona de peluche con el número uno. 

-¿Qué día es hoy? -pregunta Daniel mirando a Dustin-. 

Dustin suelta una de sus manos de las manos de Lando para llevar sus dedos a su boca y jugar con su lengua mientras arriba su nariz. 

-Es mi cumpleaños -le susurra Lando en el oído al pequeño-. 

Dustin ríe. 

-Mi cupleayos -chilla igual que Lando-. 

Extiende sus brazos hacia Daniel, quien lo alza y lo acuesta en la cama. Dustin gatea hasta llegar a mi lado y se pone de pie en la cama afirmándose de mi hombro izquierdo. Restriega su cara contra mi mejilla dejándome el rostro húmedo por su saliva. 

-¿Dónde crees que vas? -escucho decir a Daniel con voz de regaño-. 

Tomo en brazos a Dustin para sentarlo en mi regazo y así poder ver a Lando de pie a un lado de la puerta. 

-No es tu cumpleaños pero no significa que te salvaras de esto -dice Daniel apuntando la cama-. 

Lando se sonroja. 

-No me hagas ir por ti -dice Daniel a modo de broma suspirando-. 

Lando niega con la cabeza y comienza a caminar. Lo siguiente que veo es a Daniel de pie tomando en brazos a Lando redándolo por la cintura y dejándolo caer en la cama. Dustin se ríe y se lanza a la espalda del adolescente. 

Lando levanta un poco su cabeza y Dustin aprovecha para tirar de su cabello. 

-Te quiello. 

Daniel besa la cabeza de Dustin para luego besar la de Lando. 

-¿Y bien? -pregunta- quién quiere comenzar el día con un súper desayuno. 

Dustin y Lando gritan al mismo tiempo. 

Otra tradición de esta familia; una vez a la semana Daniel Ricciardo prepara el desayuno, tortitas con crema y frutillas, tostadas con queso, juego de arándanos y café. Y para Dustin; tostadas con palta, leche y frutillas. 

. . . 

Dustin se ha negado a sacarse la corona. La verdad que no sé de donde la saco Lando. 

-Pero Dus tu corona no va con tu outfit de chico safari -dice Lando sentado frente a él- ¿te quieres probar el gorro de safari? -dice animadamente poniéndoselo él-. 

Ha desarrollado un afán por los animales así que se nos ocurrió que la temática del cumpleaños sea de un safari. En la terraza del porche que da hacia la piscina tenemos la mesa de madera de estilo picnic adornada con platos con las caras de animales; jirafa, león, elefante, mono y cebra. Los globos son de color verde claro y oscuro, simulando los arboles y algunos tienen el diseño de rayas de cebra o de tigre. La torta consta de tres pisos, uno de color café que simula la tierra, otro verde claro y otro verde oscuro. En cada piso de torta hay animales comestibles y en el último piso la vela número uno de color amarillo. 

El atuendo pensado para Dustin es una jardinera de pantalones cortos de color café con tirantes, una popera blanca de mangas cortas con el número uno pintado como la piel de las jirafas y un sombrero de safari. 

El cual Dustin no quiere ponerse porque prefiere la corona. Juega con los tirantes de su jardinera mientras ríe al ver a Lando con el gorro. 

-¿Ahora tú? -le pregunta animado-. 

Dustin asiente y se saca él mismo la corona, dejándola a un lado. Lando le pone el gorro de safari y le sonríe. 

-Que niño más guapo -lo anima-. 

-Foto -le pide Dustin a Lando-. 

Lando saca su teléfono para tomarle la foto a Dustin mientras Daniel entra en la habitación del pequeño. 

-¿Cómo es que logró que se lo pusiera? -me susurra a mi lado indicando a Dustin con el gorro-. 

Me encojo de hombros. 

-Se lo puso él y luego le preguntó si él quería probárselo -digo viendo como Dustin se baja del sillón para acercarse a Lando, quién da vuelta la cámara para tomarse una selfie-. 

-Pero si eso mismo hice yo -me susurra Daniel indignado-. 

Me rio con una carcajada. 

-Pero él es su hermano mayor -vuelvo a susurrar y Daniel me sonríe para luego mirar a los hombres frente a nosotros-. 

-¿Estás listo para la sorpresa Dus? -le pregunta animadamente Daniel-. 

-Ti -chilla con sus brazos elevados-. 

Toda nuestra familia nos está esperando fuera. Y sorprendentemente, Dustin no se ha dado cuenta. 

Mis padres, los padres de Daniel, Zak, y los pilotos que siempre han estado con nosotros; están aquí. 

Y debido a la obsesión de Dustin por los animales de la selva, hemos convencido a todos de llevar gorros tipo peluches con las cabezas de animales tales como; mono, cebra, león, elefante y jirafa. 

Nosotros tampoco nos salvamos. Y Lando parece no estar muy feliz con el gorro de mono que le tocó al ser escogido al azar gracias a una página Webb donde he puesto el nombre de todos más el nombre de los animales y así a través del sistema, te escogía que animal de sombrero debías llevar.  

Así todos estañan conforme con que fue escogido al azar. 

Y la verdad que no aguanté con el grupo en WhatsApp que se me ocurrió hacer para preguntar qué animal quería cada uno. 

Daniel toma en brazos a Dustin y todos salimos de la habitación para bajar por las escaleras a la primera planta. Salimos hacia el porche desde la sala de juegos, ya que desde la sala ya se puede ver a todos los invitamos. 

-Autos -dice Dustin indicando la pista a control remoto- Lado autos -vuelve a apuntar-. 

-Después jugamos a los autos -le contesta el británico-. 

Una vez que estamos en el porche doblamos y toda la gente grita para celebrar a Dustin. Sonrío al ver que todos están con los gorros puestos. 

-Jiafa -es lo primero que dice Dustin al ver a Charles con el gorro de jirafa-. 

-Eso paga la vergüenza -dice Charles y todos reímos-. 

Todos se acercan a saludar a Dustin, quien camina de la mano con Daniel hacia la mesa de cumpleaños. 

El cumpleaños transcurre con normalidad y entre risas por las palabras que repite Dustin. Luego de cantarle y que intentara de soplar al vela, todos nos hemos sacado los gorros y Dustin está en mi brazos quedándose dormido. 

Cuando veo que Zak se acerca a mí, sonrío. 

-Que bien te quedaba el gorro de elefante -le digo en un susurro mientras me balanceo de lado a lado para hacer dormir a Dustin-. 

Zak me fulmina con la mirada y luego me mira como si esperara a que dijera algo. 

-¿Lando te lo dijo ? -vuelvo a susurrar-. 

Zak asiente. 

Suspiro. 

-Sí, esta temporada me tendrás en el equipo. Quería hacerlo formar y llamarte por teléfono pero supongo que mi adolescente se adelantó -ambos reímos-. 

Zak sonríe ampliamente e intenta abrazarme pero se contiene cuando ve que tengo a mi pequeño en brazos. 

-No sé como resultará y la verdad que me aterra un poco. 

-Todo saldrá bien -me interrumpe mi jefe- tendrán mi apoyo y el apoyo de la escudería siempre, eso no lo dudes -hace una pausa- y no sólo te tendré a ti de vuelta en el equipo -sonríe y mira a Dustin- tendré a mi segunda familia -dice para luego besar la frente de Dustin y la mía para alejarse hacia la mesa de postres-. 

Lando llega a mi lado. 

-¿Se lo contaste? -dice emocionado-. 

-Querrás decir, que tú se lo contaste primero -lo miro encarnando una ceja-.

El chilla. 

-Sabes que no soy bueno guardando secretos -se excusa-.

-No eres bueno guardando nada -él ríe- ¿dónde quedo el juguete que tu hermano te pidió que guardaras por el antes de su siesta.

Lando bufa. 

-Sé que lo guardé en alguna parte, es solo que lo guarde tan bien para que no se pierda, que se me olvidó -se encoge de hombros- ¿está dormido?. 

-Sí, lo llevaré a su cuna -Lando intenta hablar- en una hora lo podrás despertar -sonríe ampliamente y beso su frente para caminar hacia el interior de la casa-. 

La relación de Dustin y Lando se ha convertido en que cada vez que uno está durmiendo, tiene el permiso de despertar al otro luego de un tiempo razonable. Ya que si duermen mucho, después ninguno de los dos puede quedarse dormido fácilmente de noche. 

A pesar de que con Daniel nos encante escuchar sus conversaciones nocturnas, ambos necesitan dormir. 

. . . 

13 de Marzo 2023. 

En un avión. 

El día más esperado por todos, ha llegado. Nos encontramos volando hacia el primer destino del primer Gran Premio de la temporada de F1 2023. 

Bahrein. 

Viajamos con suficiente ropa y las cosas de Dustin como coche y cuna también vienen con nosotros. Tenemos planeado de igual manera viajar entre las carreras cuando sea posible para poder pasar uno días en casa y que Dustin no olvide su hogar. 

Lando es el más emocionado. Dus ya aprendió a caminar y lo hace por sí solo. Lo cual además de ser una ventaja, conlleva a que estemos más pendientes de él. 

Es hijo de Daniel Ricciardo, por lo que siempre está risueño y por todos lados saludando a la gente o haciendo travesuras. 

Y tiene de hermano a Lando Norris. 

Es tal la combinación de los tres, que un día no encontré a ninguno por la casa por un periodo tiempo. Salí a hacer las compras y al volver no encontré a ninguno. Comencé a desesperarme para que el auto estaba estacionado. Al primero que encontré fue a Lando. 

Estaba dentro del armario debajo de la escalera. 

Resultó que estaban jugando a las escondidas y Daniel estaba contando. Cuando pregunté por Dustin, Lando me respondió que estaba escondido. 

Cuando pregunté dónde está escondido, me respondió que no lo sabía ya que él también estaba escondido. 

El siguiente en aparecer fue Daniel, entró por el ventanal de la sala. Dijo que no encontraba a Dustin. 

Sentí mi corazón detenerse y mi pecho se apretó. Comenzamos a gritar por la casa que el juego se había terminado. 

Pero los dos hombres genios nunca le explicaron a Dustin que el juego podía terminar antes a pesar de no ser encontrado.  

Lo buscamos por todas partes y cuando estaba a punto de llamar a la policía, escuchamos su voz proveniente del segundo piso. 

-Uo dos tes mi. 

Subimos las escaleras y lo vimos de pie frente a la pared del pasillo con una de sus manos apoyada en esta. Cuando le preguntamos dónde se había escondido, nos llevo hasta el baño e indicó en tiesto de la ropa sucia. 

Desde ese día no dejo a los tres niños solos. 

Vamos los cuatro sentados en una de las filas del avión con los demás miembros de la escudería. Dustin está sentado en las piernas  de Lando, quien está en el asiento al lado de la ventana, luego vengo yo, un asiento libre y luego Daniel en el pasillo. 

Lando le muestra las nubes desde la ventana a Dustin y Daniel llama mi atención. 

-Mira esta foto -dice mostrándome su teléfono-. 

-¿En qué minuto creció tanto? -tomo su teléfono para ver mejor la foto-. 

Daniel suspira. 

-Ni me lo digas -pasa su mano por su cabello- no sé que haremos cuando Lando tenga novia -me susurra para que el británico no escuche-. 

Abro los ojos sorprendida. 

-¿Novia? -le susurro alarmada- no está en edad de tener novia -Daniel ríe-. 

Las luces se apagan y Dustin me estira los brazos para que lo cargue. Se sienta en mi regazo con las piernas a cada lado y apoya su mejilla en mi pecho. Mientras acaricio su cabello puedo sentir su respiración cada vez más lenta, indicándome que se esta quedando dormido. 

Un par de minutos más y siento en mi hombro derecho el peso de la cabeza de Lando, quien también duerme. Apoyo mi mejilla en su cabeza y siento como de alguna manera, Daniel pasa su brazos por detrás de mi cuerpo hasta llegar al cuerpo de Lando y abrazarnos. 

. . . 

19 de novimebre 2025. 

Abu Dhabi. 

Domingo. 

Día de carrera. 

Último día de carrera de la temporada 2025 de F1. 

Último día de carrera para Daniel Joseph Ricciardo. 

Estos años, Daniel ha dado su vida por McLaren. Pero ha decidido retirarse de las pistas. Pero no de la escudería del todo. Ha llegado a un acuerdo con Zak, y formará parte del equipo estratégico. De Lando, específicamente. 

Ambos están muy emocionados por la nueva etapa que vivirán juntos en la oficina. 

Y toda la escudería la esta. Hoy sobre todo. 

Ya que no sólo es LA última carrera, sino que es LA carrera que puede hacer a Daniel Joseph Ricciardo por primera vez, campeón mundial. 

En la temporada pasada pensamos que McLaren estaba en su mejor momento; volvió a salir segundo en la competencia de escuderías, sus dos pilotos quedaron entre los primeros cinco en cuanto a puntos y Daniel estuvo a diez puntos de coronarse campeón. 

Max Verstappen logró su tercer título consecutivo. 

Sí. 

Hemos estado cantando "Súper Max" por tres años. 

Dustin la adora. Cada vez que ve a Max, la canta. 

Esta temporada ha comenzado muchísimo mejor para McLaren ; va primero en la competencia de escuderías, ambos pilotos en primer y tercer lugar en puntos y ésta es la carrera decisiva. 

Daniel y Max comparten el primer lugar en puntos. Están igualados y el que gane esta carrera, será el campeón de la temporada. 

Me despierto porque siento besos húmedos en mi mejilla. Pero son tan babosos, que sé que no son de Daniel. 

Abro los ojos y veo a mi pequeño rizado. Sus ojos color verde azulados me miran y sonreímos ambos al instante. 

-Buenos días mami -dice claramente-. 

Ya tiene tres años y no podemos estar más enamorados de él. 

Se pasea por el paddock con total libertad, entra a los boxes de Ferrari, Red Bull y obviamente McLaren. Saluda a todos y adora la atención que le dan. 

-¿Papá? -hace el gesto de llevar su dedo a sus labios-. 

Asiento. 

-¿Y Lando? -le pregunto susurrando y haciéndome a un lado para que se acueste a mi lado-. 

-Salió a correr -dice-. 

Damas y caballeros, aprendimos la letra "R". 

Se sube encima de mí y se sienta en mi regazo para mirar a su padre. 

-¿Y la carrera? -susurra-. 

-Es en la tarde Dus -le digo-. 

Damas y caballeros, aún no aprendemos el transcurso del tiempo. 

Dustin asiente. 

Sonrío porque sé que es lo que me preguntará a continuación. 

-¿Lo puedo despertar? -susurra indicando a Daniel-. 

Yo asiento. 

Dustin sonríe, igual que Daniel. Se baja de mi regazo y se sube encima de la espalda de su padre. Apoya su mejilla en su espalda desnuda y se ríe despacio. 

Escucho la puerta abrirse y al segundo después la risa de Dustin al sentir a Lando, ya que salto hacia la cama. 

-Lando -chilla en una risa Dus-. 

Damas y caballeros, aprendimos la letra "N".

-Dustin -dice de la misma forma Lando-. 

-Niños -dice adormilado Daniel-. 

Lando y Dustin chillan.

Daniel ríe ronco e intenta moverse pero el cuerpo de Dustin está atrapado en su espalda por el brazo de Lando, quien está entre Daniel y yo.

-¿Saliste a correr? -le pregunta Daniel a Lando-.

-Sí, lo siento ¿hice mucho ruido al salir? -le pregunta-.

-No te escuché, pero te huelo -todos reímos-.

-Hueles mal -dice Dustin saliendo del abrazo de Lando y apoyándose en la espalda de su padre con las dos manos-.

-¿Sí? -le pregunta el británico al menor-.

Dustin asiente.

-Quizás si hueles más de cerca, no sea tan mal -dice Lando para luego atrapar a Dustin y dejarlo boca arriba en la cama-.

Comienza a hacer cosquillas y Dustin se retuerce bajo sus manos. Ambos ríen y Daniel se reincorpora en la cama para sentarse. Mira hacia el balcón del hotel y sonríe.

-¿Quién quiere tomar desayuno en el balcón? -pregunta animado-.

Lando y Dustin gritan.

-Jacuzzi -dice Dustin sonriendo enseñando sus dientes-.

Damas y caballeros, mi hijo de tres años adora decir "jacuzzi".

Daniel se levanta de la cama y Dustin se pone de pie en el colchón para alzarle los brazos a su padre. Quien lo toma en brazos y salen juntos hacia la terraza. Desde la baranda del balcón cuelgan tres trajes de baños.

Dos de un tamaño similar y uno pequeño.

De color naranja, obviamente.

-¿No vienen? -nos pregunta Daniel desde el balcón con Dustin aún en brazos-.

-Cinco minutos más -dice Lando acostado boca abajo en la cama-.

-Lando -escucho la voz de Dustin y como alarga le letra "a"-.

Lando ríe y se pone de pie en dos segundos.

Sonrió tapada con la sábana ya que sé lo que escucharé a continuación.

-Mami -escucho las voces de mis tres hombres y luego sus carcajadas ya que también alargan la letra "a"-.

. . .

Luego de tomar desayuno y bañarnos un momento en el jacuzzi, Daniel se despide de nosotros ya que debe entrenar con Michael pero que almorzaremos juntos.

Lando por su parte tiene una reunión con su equipo antes de almuerzo, por lo que estaremos solos en la mañana Dustin y yo.

Son las once de la mañana y ni tengo trabajo que hacer.

-¿Quieres ir a la piscina Dus? -le pregunto a mi hijo, quien está sentado en el piso de la sala de nuestra habitación jugando con sus autos de juguete-.

Me mira con sus hermosos ojos.

-Jacuzzi -me sonríe mostrándome sus dientes-.

-Pero la piscina es más grande -intentó convencerlo-.

Abre sus ojos sorprendido.

-¿Saltos como Lando? -abre y cierra sus ojos para alardear de sus largas pestañas-.

Es lo que hace cuando quiere conseguir algo.

Niego con la cabeza.

-No puedes saltar como Lando lo hace en la piscina de la casa porque es muy peligroso -le explico sentándome a su altura- además Lando no tiene permiso para hacerlo.

-Pero mami, él lo hace -dice poniéndose de pie y estirándome sus brazos para que lo cargue-.

Así que Lando Norris no respeta mis reglas.

-No le digas -dice mi hijo llevándose las manos a su boca-.

Suelto una carcajada.

-Si quieres podemos invitar al tío Charles y al tío Carlos.

Sus ojos se iluminan.

-Si -chilla y se remueve en mis brazos para que lo suelte-.

Una vez que está en el suelo, se saca él sólo su short y corre desnudo hasta el balcón para tomar su traje de baño.

-Listo -dice una vez que está vestido con el traje de baño y con sus flotares en sus manos-.

Lo tomo de la mano y salimos de la habitación. Yo ya estoy con el traje baño puesto y llevo en un bolso nuestras toallas y sus juguetes de agua.

Cerramos la puerta de la habitación y juntos caminamos hacia el elevador. Me pide que lo cargue y cuando las puertas se abren entro en el con Dustin en brazos.

-Vamos primero a buscar a lo tío Charles -ls digo para presionar el número cinco en la tabla de números del elevador-.

-Tío Chars -dice una y otra vez mientras subimos hacia el piso del monegasco-.

Las puertas del ascensor se abren y caminamos hacia la habitación quinientos once.

Dustin toca la puerta con su mano en un puño y enseguida se abre.

-Enano -dice Charles al verlo y estira sus brazos para cargarlo-.

Dustin se tira a sus brazos y besa su mejilla.

-¿Listo para los saltos? -dice Charles-.

-Si - chilla Dustin-.

Fulmino con la mirada a Charles, quien me mira divertido.

. . .

Escucho la risa de Dustin desde la silla de piscina al borde de esta. Veo como mi hijo es elevado por los aires para luego ser atrapado por las manos de Charles. Está con sus flotadores de estrellas de mar y solo sus piernas tocan el agua cuando Charles lo atrapa.

-Mas alto -escucho a Dustin hablar-.

Ambos me miran y niego con la cabeza.

Los dos bufan en el agua y el juego termina cuando Dustin quiere jugar con su animales en la piscina de niños.

Me levanto para ayudarlo a salir por la escalera principal de la piscina y tomo su mano para que entre en la piscina de niños, la cual es redonda, se puede sentar y el agua solo le cubre las piernas. Le entrego el balde con sus dinosaurios de goma y comienza a jugar él solo.

A mi lado se sienta Charles, con los pies en el agua al igual que yo.

Carlos no puedo venir al panorama ya que está en una sesión de fotos.

-¿Cómo están para esta noche? -me pregunta el monegasco mientras ve jugar a Dustin-.

Suspiro.

-Ansiosos -él ríe- Daniel no durmió y eso me preocupa -el piloto de Ferrari me mira atento- estuvo toda la noche dando vueltas -explico-.

-El baño de tina no fue suficiente para calmarlo -dice Charles y ambos reímos- lo hará bien -dice mirándome- y ganará -dice seguro-.

Sonrío.

-Sí, papá va a ganar -dice Dustin mientras hace pelear a sus dinosaurios debajo del agua-.

-¿No crees que tus dinosaurios ya murieron? -el pregunta Charles-.

Dustin frunce su ceño para mirarlo.

-No pueden respirar debajo del agua -le dice Charles-.

Dustin lo mira unos segundos para luego mirar a sus dinosaurios, uno azul y el otro morado.

-Son dinosaurios de agua -le responde-.

Charles se queda mirándolo para luego mirarme. Yo aguanto la risa y Charles sonríe.

-Eres un pequeño muy inteligente Dus -dice el monegasco cuando vuelve a mirar al pequeño-.

Dustin ríe para sacar sus dinosaurios del agua para levantar sus manos y dejarlos caer, salpicándonos con un poco de agua.

-Pitufo -escuchamos la voz de Lando desde la enterada de la piscina-.

Veo como Dustin enfoca su vista hacia el británico y se pone de pie en la piscina. Lando está corriendo por el borde de la piscina, con su traje de baño puesto y de un salto se mete en la piscina principal.

-Mami hermano saltó -dice indicando a Lando, quien ya salió a flote-.

Veo la sonrisa inocente de Lando y sonrió.

-Yo quiero -dice Dus indicando a Lando-.

Lando sale de la piscina ya camina hacia dónde estamos con en piloto. Dustin extiende sus brazos para que su hermano lo cargue y entran juntos a la piscina.

-Mami aquí -escucho la voz de mi pequeño-. 

Nos levantamos con Charles para meternos en la piscina. 

-¿Yo salto? -me pregunta Dustin en los brazos de Lando-. 

. . . 

Dustin está sentado junto a los ingenieros de Daniel con su traje de la escudería. 

Sí. 

Zak ordenó hacer una traje de piloto a medida para Dustin. 

Eligió el número dos. 

Beso su frente. 

-¿Dónde va mami ahora? -le pregunto-. 

-A trabajar con fotos -dice alegre-. 

-¿Dónde está papá y Lando? -le pregunto-. 

-Corriendo en auto -indica la salida del box-. 

-¿Cuando vuelve mami a tu lado? -vuelvo a hacerle otra pregunta-. 

-En un momento -me sonríe juntando sus dientes-. 

Yo asiento. 

-¿Qué debes hacer tu?.  

-Aquí -indica la silla en la cual está sentado- y tú conmigo. 

-Así es, te quedas aquí hasta que mami llegue -él asiente-. 

-Si algo pasa, ¿qué debes hacer si mami no está?-. 

Dustin busca con la mirada a Zak, quien como siempre, está sentado en la mesa de control frente a los pits. 

-Tío Zak pero sin salir -dice seguro cuando lo ve y lo indica-. 

-Muy bien -beso su cabeza- te quiero. 

-Te quiero mami -dice despidiéndose de mi mientras mueve su mano de un lado hacia otro-. 

Me despido de todos para salir del box para llegar donde Zak. Los pilotos ya están en la grilla de partida y están todos esperando a que se dé la partida. 

Quedan cinco minutos. 

-¿Todo en orden? -me pregunta Zak cuando llego a su lado-. 

-Sí. 

-¿Respondió todo bien? -me pregunta mientras se pone los audífonos-. 

-Sí -digo sonriendo al ver a Dustin con los cubre orejas de color naranjo. Mueves sus manos mientras habla con los ingenieros, quienes lo escuchan atento y se ríen de vez en cuando-. 

-Todo listo entonces -dice Zak en un suspiro-. 

-¿Nervioso? -juego con él-. 

-¿Yo? -se indica a si mismo y bufa- ¿por qué estaría nervioso? -parpadea un par de veces- ¿porque uno de mis pilotos puede salir campeón, el otro puede quedar segundo y como escudería también podemos salir campeones? -hace una pausa- todo menos nervioso -me guiña un ojos-. 

Ambos reímos y con mi cámara me dirijo a la zona de la largada. Desde detrás de la reja puedo ver a todos los monoplazas, esperando por ser arrancados por sus pilotos. 

Las luces se encienden y una a una se van apagando. 

-Las luces se apagan y comenzamos -dice David Croft-. 

Siento mi corazón latir contra mi pecho y como mis manos sudan. 

Daniel obtuvo la pole y Max va de primero en la segunda fila de partida. Lando apoya en el tercer lugar. 

Nuevamente los tres pilotos que lideran la carrera pasan por la meta por lo que tomo las fotos necesarias. Mientras dejo de verlos, enfoco mi vista en las pantallas en la cual se puede ver la transmisión de la carrera. 

Daniel ha defendido su lugar en las ocho primeras vueltas y ha aumenta la diferencia con Max. Mientras que Lando comienza a acercarse al holandés. 

Sigan así las siguientes cincuenta vueltas. 

Una vez que estoy conforme con las fotos desde el ángulo en el que me encuentro, vuelvo a la mesa de control y me siento a un lado de Zak. Miro hacia atrás desde mi asiento y veo a Dustin en las piernas de Josh, uno de los ingenieros más cercano a Daniel. Josh le indica la pantalla a Dustin y el pequeño le sonríe. 

-¿Todo en orden? -le pregunto a Zak poniéndome los audífonos para escuchar a Daniel-. 

Hemos llegado al acuerdo de que me voy turnando con los audífonos por cada carrera. Esta carrera me toca escuchar a Daniel-. 

-Todo en orden hasta ahora -dice el canoso a mi lado mirando atento a las pantallas- dependemos de la estrategia ahora -dice concentrado-. 

Asiento. 

. . . 

McLaren es el primero en entran a boxes. 

Pirelli prevé una sola parada. 

Y McLaren apostará por ella. 

Estoy desde el balcón con la cámara lista enfocada en la zona de pits. Todos los ingenieros de Daniel lo están esperando. 

Cuando veo la mancha naranja en mi lente, tomo fotos sin parar. 

Estas fotos valdrán sí Daniel gana. 

Una vez que dejo de captar la mancha naranja, pasan un par de segundo y veo otra mancha. 

Lando. 

Tomo las fotos necesarias y una vez que los dos están en pista bajo lo más rápido que puedo para ver cómo quedaron en la tabla de posiciones. 

NOR 

VER

RIC

Verstappen aún no entra a pits, por lo que quedaremos liderando la carrera. 

Luego, todo transcurre con normalidad. Todos los autos han entrado a pits y Lando se encuentra liderando la carrera. Max intenta sobrepasar a Daniel, ya que al entrar en pits ha hecho el menor tiempo y ha salido a la pista por detrás de Lando pero por delante de Daniel, volviendo de dejar las posiciones tal cual como hace un par de vueltas atrás.  

Dustin está sentado en mis piernas ya que quedan las diez últimas vueltas. Aplaude cada vez que enfocan a Lando o Daniel en las pantallas. 

Lando acorta la distancia entre él y Max, dejando que el australiano los pase con facilidad. Verstappen se encuentra con el cambio rápido de posiciones de los dos McLaren, por lo que frena abruptamente por detrás del auto de Lando. 

Luego ocurre lo que jamás pensé que pasaría. 

El auto de Red Bull choca con el alerón trasero del auto de Lando, lo que provoca que el auto naranja gire en trescientos sesenta grados, dirigiéndose hasta una de las paredes de contención de la pista. 

Max sigue en pista. 

-¿Lando está bien? -escucho la voz del australiano enseguida-. 

-¿Lando? -dice Dustin en mi brazos y tapándose los ojos-. 

Beso su cabeza y miro a Zak quien está mirando a Andreas. 

-Lando está bien cariño, sólo fue un pequeño accidente -lo tranquilizo-. 

Veo por las pantallas como Daniel reduce la velocidad al no tener noticias de Lando. 

-No haré esto hasta saber qué esté bien -escucho decir a Daniel-. 

-Estoy bien -dice Lando-. 

Dustin al escuchar su voz a través de las pantallas, sonríe y vuelve a mirar. 

-Está bien -dice Zak a mi lado- entrará a pits para cambiar el alerón trasero y el delantero y continuará en pista. 

-Entendido -dice Daniel y en un despiste, Max logra adelantarlo-. 

Veo entrar al auto de Lando a pits, se tardan seis segundos en cambiar todo y sale de la pista en la velocidad establecida. 

-Vamos niño, no te veo en mi trasero -dice Daniel para alentarlo ya que ha ingresado en la pista en quinto lugar-. 

Quedan tres vueltas y Max sigue liderando. Lando logró subir en posiciones y se encuentra en tercer lugar, por detrás de Daniel. 

-Ese es mi chico -dice Daniel-. 

-Yihaa -escucho la voz de Lando-. 

-Yihaa -repite Dustin-. 

Zak y yo reímos. 

Escachamos la comunicación de Max con su equipo y Zak me mira con un brillo de esperanza en sus ojos. 

-Estoy sientiendo mucha vibración -dice el holandés-. 

-Lo chequearemos -le responden-. 

En la vuelta número cincuenta y seis, el neumático delantero derecho de Max Verstappen explota. Haciendo que el auto de Red Bull tenga que detenerse a un costado de la pista, siendo sobrepasado en segundos por los dos autos naranjas. 

Salto de mi asiento con Zak al mismo tiempo y todos los ingenieros se ponen de pie. Dustin chilla y Zak no deja de mirar las pantallas. 

Los dos autos cruzan la meta, cumpliendo la vuelta cincuenta y siete. 

-Queda una vuelta Dus -dice emocionado Zak-. 

-¿Papá campeón? -pregunta en mis brazos-. 

-Eso creo Dus -le dice volviendo a mirar las pantallas-. 

El auto que viene detrás de los dos autos de McLaren, es nada más ni nada menos que Sebastian Vettel. 

-Lando quiero que defiendas tu trasero como nunca lo haz hecho antes -hablo por el comunicador de Lando al acercarme a Andreas-. 

-Entendido mamá -escucho decir a Lando-. 

Mis ojos se tornan llorosos apenas escucho a Lando decir esas palabras. Nunca me había dicho así antes, en todo este tiempo. A pesar de creer saber que me quiere de esa forma, el hecho de escucharlo hace que mi corazón se hinche. 

-¿Mami? -me pregunta Dustin a mi lado-. 

Lo cargo y besa mis mejillas sin parar. 

-No llores -me sonríe- papá y Lando ganan -dice dulce-. 

Camino para quedar al lado de Zak y al momento de ver correr a todos los ingenieros de overoles de color naranjo, soy consciente de que Daniel Ricciardo y Lando Norris han hecho el 1-2 nuevamente. 

- -grita Daniel-. 

-Ganaste -grita eufórico Lando- tú eres el campeón -chilla- oh por dios -escucho sus sollozos-. 

-Oh por Dios -grita Daniel- oh por Dios Lando -se ríe con una carcajada- niño eres increíble

Lando grita. 

Zak grita. 

Y Dustin grita. 

Dejo a Dustin en el suelo para poder cargar mi cámara. Lo cargo en mi espalda y corro hacia la zona donde los tres primeros autos estacionan. 

Cuando veo a los dos monoplazas estacionan detrás del cartel con el número uno y el número dos, tomo mi cámara y tomo fotos sin parar. 

Cuando Daniel se baja del monoplaza, eleva sus brazos como lo hacen los luchadores y salta a los brazos de Lando cuando este se baja del auto. 

Veo a Dustin correr hacia ellos, pero están tan sumergidos en su abrazo que no se dan cuenta de que Dustin está a su lado. Debe tirar del pantalón de Daniel para que lo vean. 

Daniel lo carga en brazos y lo sienta en sus hombros. Lando se pone de puntas de pie para tomar las manos de Dustin, quien no deja de reír. 

Tomo la fotografía y corro hacia ellos. 

Me lanzo a los brazos de Daniel, quien me abraza por los hombros y me apega a su pecho. 

Inspiro de manera que su olor se quede para siempre en mi memoria. 

Siento la pequeña mano de Dustin en mi cabeza y elevo el visor del casco de Daniel, pero este se lo quita para dárselo a Dustin, quien se lo coloca. 

Veo una vez más esos ojos color avellana que una vez me cautivaron. 

Me regala su típica sonrisa. 

Sincera y única. 

-Lo hiciste -le sonrío con lágrimas en los ojos-. 

Daniel niega. 

-Lo hicimos -dice besando mi frente para besar la frente de Lando y luego bajar a Dustin de sus hombros para cargarlo normal y besar su frente- como una familia. 

Escucho la risa de Dustin y veo a Lando por primera vez desde la carrera. 

Sus ojos grises están llorosos y sus mejillas están enrojecidas. El sudor se pega en su frente y sonríe ampliamente, dejándome ver el espacio entre sus dientes superiores que tanto me encanta ver. 

-Hola mamá -dice tímido mirándome, como si esperara mi reacción-. 

Sonrío y mis lágrimas caen. 

Lo atraigo hacia mí envolviendo mis brazos alrededor de su cuello. 

-Te amo -le susurro y él asiente- sé que lo sabes, pero quiero que nunca lo olvides -beso su cabeza-  estaré contigo siempre cariño -tomo su rostro con mis manos y beso su frente-. 

Me sonríe y besa mi mejilla. 

Daniel carraspea. 

-¿Y yo qué? -dice indignado mirando a Lando-. 

Lando ríe nervioso. 

-Mi papá es el campeón de la temporada 2023 de la Fórmula Uno -dice Lando-. 

Veo cómo lágrimas caen por las mejillas del australiano. 

-Así es -asiente- tu papá -atrae a Lando a su pecho con su brazo por su hombros-. 

-¿Carrera? -dice Dustin-. 

Los tres reímos. 

-La carrera ya terminó Dus -dice Lando mirándolo-. 

Dustin hace un puchero. 

-Pero vendrán otras -dice Daniel-. 

Dustin sonríe. 

Veo con a atención a los tres hombres frente a mí. 

Lando mira con un brillo en sus ojos a Dustin, quien lo mira y le hace caras graciosas. El británico chilla de la risa contagiando a su hermano pequeño. 

Daniel los mira con atención, y de vez en cuando se ríe con su conocida carcajada. Luego me mira y siento una vez más la sensación extraña en mi estómago. 

Y es ahí cuando soy consciente. 

Estas tres personas estañan en mi vida por alguna razón. 

Una razón que quizás nunca le encuentre la respuesta. 

Pero, gracias a ellos, comprendí que hay gente que llega a tu vida sin una razón alguna pero que cambian tu vida completa. 

Y sin dudas, volvería a entrar por las puertas de la central de McLaren en Woking, sin ninguna expectativa. 

Sólo para poder llegar a este preciso momento. 

Con los tres hombres que cambiaron mi vida por completo, sonriéndome. 

Veo que Dustin sonríe pícaramente. 

-¿Piscina y saltos? -pregunta inocente-. 










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