Rengoku suspiró, no le quedaba otra opción - está bien - Kyojuro lo miró a los ojos - solo te ruego que no le hagas nada, no lo intentes convencer de ser demonio ni de nada. No lo soportaría.
Akaza lo miró - oh, Kyojuro. No te preocupes, aunque quisiera, no puedo convertirlo en demonio. Él no tiene la fuerza suficiente. La transformación le sentaría realmente mal, podría morir. No es un buen candidato.
Kyojuro le sonrió sarcásticamente - mejor para mí.
Oye, no eres tan rápido como yo pero puedes correr, dame al niño y llegaremos más rápido a mi escondite - dijo exponiendo sus brazos para cargarlo.
Ni loco confío en ti para llevar a mi hermano - agarró fuertemente a Senjuro.
¿Eres imbécil o te lo haces? No me comería a un niño, no me serviría ni para un tentempié, llamita - le respondió Akaza riéndose.
Rengoku lo miró desconfiado pero le pasó a Senjuro, solo esperaba que no despertarse antes de llegar porque tendría que dar aún más explicaciones de las que le debe.
Akaza puso la mano en el lugar donde Senjuro se había llevado el golpe - tardará un rato en despertar, le va a salir un buen chichón más o menos de este tamaño - dijo haciendo una aproximación con sus dedos.
¿Cómo lo sabes? - ¿acaso tenía alguna técnica demoníaca o algo por el estilo?
Los demonios podemos analizar todo lo que concierna a un humano, necesitamos saber si están heridos o enfermos para comprobar si vale la pena comérselos - se dio la vuelta y se puso en posición para saltar - ten cuidado, no te vayas a perder, llamita.
Rengoku lo miró enfadado - ¿con quién te crees que estás habl...? - Akaza dio un salto rápido y comenzó a correr a través de los árboles.
Kyojuro lo persiguió con dificultad, le dolían las piernas aunque podía seguirle el ritmo. Con cada salto se quejaba por el dolor y Akaza giraba riéndose.
¡Maldito, deja de reírte, no ves que sigo herido! - Akaza lo estaba sacando de sus casillas.
¡Vamos, Kyojuro, no pensé que fueras tan lento, esperaba más del "increíble" Pilar de las Llamas! - Akaza le echó una mirada burlona - ¡si fueras un demonio no te dolería!
¡Y si tú fueras humano no serías tan idiota! - Akaza no dejaba de reír ante las palabras del Pilar, su lado sádico disfrutaba de ver a Kyojuro correr como un loco intentando siquiera alcanzarle.
Al notar que Rengoku fue bajando la intensidad por el cansancio Akaza dejó de burlarse y simplemente se dedicó a girar de vez en cuando a ver si estaba bien. Tras un rato consiguieron llegar a la mansión abandonada de Akaza.
¡No.. puedo... más! - Rengoku estaba totalmente cubierto de sudor y se apoyaba sobre sus rodillas, sentía que le iba a dar algo. En cuanto se recuperase iba a arrancarle todos los dedos de la mano a Akaza.
Vamos, vamos, si solo ha sido una carrerita. No estás en forma, acéptalo - le dio unas palmadas en la espalda, todo con la intención de joder a Rengoku.
Akaza había conseguido distraer a Kyojuro de todo lo que había pasado, sabía que el Pilar se picaría con cualquier cosa a la que le retase y eso lo ayudaría a no pensar.