En la vida nos rodean dos tipos de personas:
1-. Las que te llevan por el buen camino y decides seguirlas con toda confianza.
2-. Las que te arrastran a sus aventuras locas y no puedes decirles que no, porque la culpa te arrastra al punto de acompañarlas y asegurarte que no les pase nada.
En este momento me veía envuelta en la segunda opción.
Andrea siempre se las arreglaba para llevarme hacer su voluntad de una forma inocente que luego llegaba a otro extremo.
Era sábado y desde la mañana me sacó de mi aposento para llevarme al centro comercial de compras, luego almorzar, después a casa de sus padres (si, se reconcilió con ellos), y henos aquí ahora, en una disco de madrugada tomando margaritas desde que llegamos con su tóxico grupo de amigas.
¿Cómo terminé aquí? Por mi buen corazón y mi severo problema con la palabra No.
No entiendo porque me costaba mucho negar algo muchas veces.
-¿Y le estás exprimiendo la billetera a tu papá como compensación por lo de Aaron? -Marlene le preguntó a Andrea juguetona.
-De alguna forma tenía que pagar mi perdón -dijo ella encorvada-, no me siento orgullosa pero se lo merecen por jugar con mi vida de ese modo.
-Estas chafada Andi, ni todo el dinero paga tanta humillación -opinó Pamela. Otra chica del grupo, a quien apenas le presté atención hoy.
Ésta salida sólo era de chicas. Ya teníamos un buen aquí.
-¿Y tú fuiste su telonera? -me preguntó Marlene con infula de creída.
La miré con mala leche.
-¿Qué te hace pensar que puedes hablarme? -solté impertinente.
Ella arqueó una ceja.
-¿Disculpa?
-Lo que oíste, me caes fatal y no voy a fingir que me agradas -espeté, ignorándola.
-Aparte de pobre, arrogante -soltó y me enfureci.
Tocar mi carácter con unos tragos demás era mala idea.
-Al menos no soy la zorra del grupo -balbucee, dando otro trago a mi margarita.
Con su mirada casi me arranca las mechas.
-¿Dejarás qué ésta me trate así? -le preguntó a Andrea.
-Tú empezaste Marlene -esa fue su respuesta.
Marlene quedó boquiabierta en su lugar.
-¿Estas defendiendo a ésta aparecida en lugar de a mí? -sonó ofendida.
-Es que eres una pesada amiga, las invité a relajarnos no a pelear -Andrea rodó los ojos.
Marlene quiso protestar pero se obligó a cerrar la boca y mantenerse callada. Gracias al cielo. Otra babosada suya y mi mano aterrizará en su cara dura.
-Vengan, vamos a bailar -Andrea me sostuvo la mano y me arrastró a la pista de baile.
Ahí sudamos la gota gorda, canción tras canción y trago tras trago. Ya estaba bizca pero consciente aún.
Regresamos a la mesa y Marlene nos ofreció otras margaritas, la miré dudosa y Andrea se bebió la suya como agua. Yo apenas di un sorbo. Tanta amabilidad me sorprendía.
Revisé la hora en mi celular y me fijé las diez llamadas perdidas que tenía de Raell. Hostias. Con tanto rollo no le dije donde estaba.
Fui al baño para devolverle la llamada y me contestó casi de inmediato.
-¿Liz donde estas? Me tienes desesperado aquí.
Decir que esta preocupado es poco.
-Lo siento tanto Raell, se me pasó el tiempo.
Mi voz sonaba atropellada.
-¿Estás ebria?
Me quedé en silencio un momento.
-Un poco si.
Mordí mi labio ansiosa.
-Liz por favor ¿de nuevo?, Seguro estás con Andrea.
Dedujo bien.
-Si y con sus amigas.
-¿Dónde estás? Voy ya mismo a buscarlas.
No fue sugerencia, fue una orden muy clara.
Le di la dirección y aseguró estar aquí pronto. Todavía no entiendo cómo, porque no puede conducir pero Raell protector no conoce de limitación.
Fui a contarle Andrea que Raell venía por nosotras y estaba actuando muy extraño, mucho más de lo común cuando bebé alcohol. Estaba ida y se reía por todo.
-¿Qué tiene Andrea? -le reclamé a Marlene.
-Esta ebria ¿no es obvio? -gruñó.
Note los ojos rojos de mi amiga y eso no era normal.
-¡Parece drogada! -le grité a Marlene.
Ella se encorvo de hombros.
-¿Y yo qué?
¡Era tan cínica!
-¡¿Dices llamarte su amiga y no te importa?!
-¡Deja tu cantaleta Liz! -me gritó de vuelta-, Andrea ya me tiene cansada con sus vicios y si tanto te preocupa ocúpate de ella. Yo me voy.
Agarró su bolso y con Pamela se fue dejándonos solas en el club. Mi barbilla casi se cae al suelo por eso.
Frustrada, me terminé de beber mi margarita para esperar a Raell junto a una drogada Andrea, que no paraba de reír, mecer su cabello como un perro recién bañado y buscar formas de besarme.
Me di mucha paciencia mental.
Una vez más me veía envuelta en un problema por seguirle la corriente Andrea, es que no podía creer que estuviese drogada ¿Tan bajo había caído por causa de Aaron?.
Si supiera que Rafael está en la ciudad y aún la quiere recuperar ¿estuviese tan deprimida?
Eran tantas preguntas a mi cabeza y penumbras. Aveces el ser humano entra en un abismo desolador y es difícil salir de allí.
Mi celular vibró y cuando pensé que era Raell, me sorprendió un texto de un número desconocido con un link de YouTube. La curiosidad pudo mucho y le di clic para ver que se trataba de una canción de Justin Bieber.
Mi ceño se frunció.
Escuché la canción y la letra me trajo sentimientos ocultos de nuevo a la vida, porque eran como promesas rotas que sabía no volverían a pasar.
El final del texto me impacto de tal manera, que mi intensa noche se terminó de completar.
Sé que no fui el mejor novio para ti, te falle una y mil veces, desprecie tu fiel y leal amor por cobardía. No soy tonto Liz, sé que no tengo perdón y no tengo cara para pedírtelo, lo último que hice contigo y Raell me está atormentando muchísimo.
De todo corazón te deseo lo mejor y si elijes estar con él al menos sé que estarás en buenas manos, él si podrá darte ese amor y valor que yo no te di.
Solo quiero que sepas una cosa: eres el amor de mi vida, nadie podrá igualarte y si no eres tú no será nadie más.
Me enseñaste el amor real, pero no supe como mantenerlo.
Te amo Liz, roto e imperfecto pero te amo.
Las lágrimas se atoraron en mis ojos, con un nudo insoportable en el pecho y mi mundo se desmoronó. Todo el muro que había construido en estos días sintió un estremecimiento fuerte, amenazando con romperse.
Aún así, me di autocontrol y estuve pendiente de Andrea, ella me necesitaba más en este momento.
Gracias al cielo Raell llegó con Raiden al club y me ayudaron a lidiar con ella, fuimos a casa en el auto de Raiden y como pudimos logramos encerrarla en mi habitación. Estaba tan extasiada que golpeaba la puerta con ganas de salir, muy agresiva.
Raell me miró preocupado, -Liz ¿qué bebió? Está fuera de control.
Mordí mi labio nerviosa, -Creo que se drogó.
Fui sincera.
-¡¿Qué?!
Baje la mirada.
-Le pregunté a Marlene y me dijo eso.
-No sabía que era tan grave sus vicios.
-Yo tampoco.
Sus gritos furiosos se oían en toda la casa y mi tormento interior cayó en picada sintiendo culpa, sentimientos encontrados por Aaron y una terrible crisis existencial.
-Yo intentaré dormir, tengo clases mañana -avisó Raiden yéndose a su habitación.
Raell me miró atentamente, sabiendo que algo me pasaba.
-Me tocará dormir en el sillón -dije encorvada, tratando de disimular mi miseria.
-De ninguna manera -objetó-, mi cama tiene suficiente espacio para los dos.
Negué la cabeza enseguida, -No voy a molestarte Raell.
-No empieces Liz, además no es la primera vez que estas conmigo y vemos películas.
No era por eso, sinceramente quería estar sola para reventar en llanto con tranquilidad. Sin embargo; Raell me conocía bien y si me oponía será peor.
-Esta bien, vamos.
Nos hicimos camino a su habitación y me senté en la orilla de la cama desganada, mi alma pedía a gritos auxilio.
Raell me dio un chándal suyo y un suéter para que me diera una ducha y me cambiara. Así hice, pasé un gran rato bajo las gotas de la alcachofa y dejé fluir varias lágrimas, aún así no pude explotar del todo.
Tenía un sentimiento extraño en mi ser, en el fondo quería llorar mucho pero no podía. Era agotador la verdad.
Luego de darme un baño me puse la ropa que me dio Raell, me quedaba grande pero estaría cómoda al menos. Fui con él a la cama y ya estaba entre las sábanas, tecleando algo en su portátil.
Me acosté y me acurruque en el suave edredón, había frío.
-¿Tienes sueño? -preguntó y asentí.
La verdad no tenía, pero tampoco quería hablar con nadie.
No preguntó nada más y me acosté de lado, dándole la espalda. Cerré los ojos y las imágenes del video y la letra de la canción fluyeron en mi mente, haciéndome sentir fatal. Luego estaban sus mensajes... El efecto que lograron en mí, Aaron todavía me dolía.
Sin poderlo evitar un sollozo salió de mi boca, ahogandose en mi garganta haciéndome doler el pecho insoportablemente.
Solo alguien que amó con todo su corazón y salió herida, podía entender como me sentía en este momento.
-¿Liz qué pasa?
Oí la voz de Raell pero no contesté nada, sólo podía llorar y llorar, atragantarme con muchos sollozos y lágrimas. Hipaba mucho y me faltaba la respiración.
Esto era horrible, no sé hasta cuando sufriré por Aaron.
Sentí unos brazos cobijar mi espalda y me dejé hacer, necesitaba tanto un abrazo, de esos que te llenan el alma.
Raell me acariciaba el cabello como si fuese una niña asustada, susurrando palabras tranquilizadoras que en cierta forma, me hacían bien al alma.
Poco a poco fui controlando los sollozos, solo fluian lágrimas que me hacían arder los párpados.
-Liz mi princesa ¿Que tienes?
La voz rota de Raell me derrumbó, me voltee y lo abracé, acurrucada en su pecho para conseguir consuelo.
-Me siento tan miserable Raell -balbucee-. Hago todo mal.
Él me aferró mucho más a su pecho.
-No digas eso, eres una gran persona Liz -susurró y cerré los ojos, tratando de creerle-, solo estás pasando un difícil proceso.
Levanté la cara para mirarlo, mi visión algo borrosa por tanto llorar.
-¿Crees qué algún día seré feliz, qué alguien podrá amarme de verdad? -pregunté desconsolada.
La mirada tan intensa que me dio, provocó un vuelco extraño en mi interior.
Acarició mi mejilla con delicadeza, mirando mis labios.
-Espero que si Liz, mereces mucho amor -afirmó-. Mereces un hombre que te respete, te haga la mujer más dichosa y llene todos tus días de felicidad.
Sus palabras me dieron ganas de llorar otra vez, parecía tan fácil decirlo, pero la realidad era otra.
-¿Si te hago una pregunta la contestas con sinceridad? -pregunté y asintió mirándome con cariño-. ¿Si tuvieras una novia como yo, te diera vergüenza o estarías orgulloso?
La comisura de sus labios se levantaron en una tierna sonrisa.
-Si fueses mi novia te presumiría ante todos con orgullo. Tanto, que te haría hasta mi esposa -dijo y no pude evitarlo, vi sus labios a mi entera disposición y lo besé.
Enrede mi manos en su nuca y lo besé con mucha necesidad, hacía tanto que no probaba sus labios, o sentía la suave y delicada forma de acariciarme que me era una imposible resistirme.
Él respondió mi beso con la misma necesidad que yo, sosteniendo mi cintura con firmeza y anhelo. Jadee sobre sus labios y le mordí suavemente el inferior, susurró mi nombre con deseo y un calor subió por mi cuerpo.
Si había frío hace un rato, ya no lo tenía.
-¿Liz, qué estamos haciendo? -preguntó, mirándome con sus iris brillantes.
-No lo sé, pero te necesito -dije y cerró los ojos, como en una lucha mental.
-¿Necesitas qué? -preguntó atormentado.
-A ti -contesté, con un furor intenso.
-¿Quieres estar conmigo?
Ahora la que cerré los ojos fui yo, sin saber exactamente lo que estaba pasando. ¿En qué momento terminamos en este rollo?
-Yo... Estoy muy confundida -reconocí.
Él asintió con una pequeña sonrisa.
-Eso supuse princesa, no pasa nada mejor vamos a dormir -dejó un beso en mi frente y se alejó de mí.
Sentí su ausencia enseguida, pidiendo a gritos su abrazo nuevamente.
Esto era muy confuso y extraño, estar con Raell era la sensación más placentera y cálida que podía sentir, era como estar en casa.
Pero algo se interponía...
Mis miedos estaban a flor de piel todavía, apenas estaba saliendo de una tóxica relación con Aaron y no quería lastimar a Raell con mi crisis existencial y mis confusiones sentimentales. Él era demasiado especial para verse envuelto en esto. Él merecía estabilidad emocional con una chica y yo lastimosamente en este momento no era la ideal.
Aunque me estaba comenzando a gustar más de la cuenta Raell Figueroa, muchas cosas estaban en contra.
Yo estaba rota...
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Hola hermosurassss.... 😘😘
Ustedes dirán ¿hasta cuando está tortura de Raell muriéndose por Liz y Liz por él y no se comen?????!!
Pues...
Esa es la esencia 😂😂sorry.. Todo a su tiempo...
Que hablando de tiempo ya le queda poco a esta historia ❤️ pronto se cerrará ese ciclo y vendrá el decicibo momento donde sabremos si Liz se quedará con Raell, perdonará a Aaron o terminará comida por Raiden😏
Okey noooo... Eso lo sabremos prontito..
Las quieroooo nos leemos luego.. Tengo que lidiar con el dolor de no haber visto A través de mi ventana todavía.. 😭😭
Me consuela que la leí desde sus inicios ♥️♥️ y forme parte de su crecimiento..
Loviuuuuu beibesss