Amor a primera sonrisa

By luzaazul11

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Una vez escuche que: "La vida es como un viaje en tren. Algunos comienza el viaje junto a ti, otros se sub... More

Aclaración
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Epílogo
Agradecimientos

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By luzaazul11

Nota: este capítulo contiene escenas de carácter sexual y lenguaje explicito. Leer bajo responsabilidad.

24 de diciembre 2021. 

Australia. 

Me acomodo mejor en las sábanas de nuestra cama y apoyo mi mejilla en la almohada de color negra. Sonrío cuando escucho pasos por el pasillo. 

Últimamente así son mis mañanas, Daniel me trae el desayuno a la cama. Yo como pan tostado con mantequilla, yogurt y jugo de naranja y él pone su cara entre mis piernas. 

Escucho como la puerta se abre y me escondo de bajo de las sábanas. Escucho la risa ronca de Daniel y cómo apoya la bandeja de madera en una de nuestras mesitas de noche. Siento como la cama se hunde a mi costado para luego sentir las manso de Daniel recorrer mi espalda desnuda. 

-Debes ser silenciosa porque no queremos despertar al invitado de al lado -dice en un susurro Daniel por debajo de las sábanas-. 

Sí. Lando está durmiendo en la habitación de al lado. Pero no me cabe duda que sigue durmiendo ya que anoche ambos pilotos se quedaron hasta tarde ya que Lando hizo una transmisión en vivo por Twitch junto a Charles, quien tiene vuelo para hoy a Australia al igual que Carlos. 

Pega mi espalda a su torso desnudo para luego abrazarme por la cintura. Su otro brazo pasa por debajo de mi cuello, como una almohada. La mano en mi vientre baja lentamente hasta mi pubis. 

-Una vez más que nos escuche no agravará su trauma -susurro besando su brazo tatuado-. 

Daniel ríe ronco en mi oído para luego morder mi lóbulo derecho. 

Acaricia mi pubis con su dedo pulgar para luego cubrir son sus dedos de manera completa mi entrepierna. Su cuatro dedos suben y bajan por encima de mi piel sensible y comienzo a jadear.

-Alguien está sensible hoy -besa mi cuello y pasa su lengua por el-. 

Gruño en respuesta. 

Su dedos se mueven en forma circular en mi zona y extiendo mi cuello para acercarme más a los labios de Daniel. Muerde la piel de mi cuello al mismo tiempo que ubica su dedo índice en mi clítoris. 

Jadeo de manera un poco ahogada.

Daniel mueve un poco las sábanas sobre nuestras cabezas para que pueda entrar aire. 

Mueve su dedo en círculos rápidos e introduce su dedo anular en mí. 

Beso su abrazo y muerdo su piel cuando sus movimientos aumentan. De alguna manera logro acomodarme para flexionar mi brazo hasta alcanzar su entrepierna. La cual tomo entre mi mano por completo y comienzo a subir y bajar.

Siento la sonrisa de Daniel en mi cuello y de un momento a otro, ambos perdemos el control de nuestros movimientos. Mi mano sube y baja por su erección dando leves apretones de vez en cuando. Su dedo índice pareciera ir a una velocidad propia en comparación con sus otros tres dedos en mí, mientras que su pulgar acaricia la piel de mi pubis. 

No olvidamos completamente de callar nuestro gemidos y de un momento a otro, deja de tocarme para voltearme y hacer que quede sentada en su regazo. Ya no estamos de bajo de las sábanas y Daniel apoya su espalda en el respaldo de la cama. 

Últimamente es la única posición que nos acomoda, ya que a Daniel le preocupa ponerse encima de mí. 

Comienzo con mis movimientos circulares lentos sobre su entrepierna, él pone sus manos en mis caderas para también guiar mis movimientos. Tomo su entrepierna en mi mano cuando vuelvo sentirla dura y la acomodo para que entre en mí Ambos jadeamos y comienzo a entrar y salir de manera rítmica. Daniel pone sus manos en mi trasero para profundizar las estocadas. Se acerca para besarme de manera desesperada y pierdo el control de mis movimientos al apoyar mis manos en el respaldo de la cama ya que me dan mayor satisfacción. Toco el cabello de su nuca y lo siento mojado por el sudor. Unos movimientos más y podemos sentir el cuerpo del otro vibrar. 

-Feliz navidad nena -susurra en mi oído-. 

. . . 

Los padres de Daniel pasarán está noche con la familia de Michelle en casa de ella. La mañana de mañana lo pasaremos con ellos. Por mi parte, mis padres se han ido a pasar navidad a Estados Unidos pero llegarán para año nuevo y también lo pasarán con nosotros, junto con los demás pilotos. 

Carlos y Charles han llegado al medio día. Hemos almorzado juntos en el porche con vistas hacia nuestro patio y piscina. Daniel ha hecho barbacoa en nuestra parrilla a gas y Lando me ayudó con las ensaladas y la mesa. 

Mi embarazo va de maravillas, no he tenido molesta alguna y en los controles la docta nos ha dicho que el peso del bebé ha ido aumentando. A pronosticado la fecha para la primera semana de marzo lo cual nos tiene a todos muy ansiosos. 

Por parte de mi trabajo, hemos hablado con Zak, quien me ha dejado quedarme aquí en casa y junto con él hemos buscado a un fotógrafo profesional momentáneo quien tomará las fotos y me las enviará para yo poder hacer la edición correspondiente y subirlas. Todo desde la comodidad de nuestra casa. 

Daniel tendrá que seguir viajando obviamente para las carreras y el entrenamiento correspondiente. Como sabemos, las practica, pruebas del nuevo auto debido al nuevo reglamento para esta temporada, sesiones de fotos, y todo lo relacionado con la pre-temporada ocurre en febrero. 

Debido a mi embarazo y  por los meses que ya tengo, no es recomendable viajar por los que me quedaré aquí mientras Danilo viaja a Londres para todo lo relacionado con la nueva temporada. 

Una vez que haya nacido el bebé y tengo el tiempo suficiente, comenzaré a viajar con él y con Daniel junto a la escudería como siempre. Y en los tiempo entre carreras podremos venir a Australia de manera rápida. 

Daniel está un poco preocupado por esto, ya que la temporada del año siguiente comienza el dieciocho de marzo, por lo que el bebé tendrá unas semanas de nacido y se lamenta el no poder estar para ayudarme y apoyarme. A pesar de decirle que todo estará bien, sé que tiene pena al no poder estar esos primeros días presente. 

Veo como Carlos y Charles juegan en la piscina con un balón de voleibol. Daniel está terminando de beber su copa de vino en la mesa conmigo y Lando. 

-Hey Lando -grita Charles- tenemos lista la piscina para ti -dice indicando el apartado de la piscina grande dónde esta la de niños que es de forma redonda con un escalón continúo y si el bebé está de pie, el agua solo le llega hasta los tobillos-. 

En estos momento la piscina de niños está con algunos de los juguetes de bebé para el agua que nos han regalado amigos. 

Lando ríe sarcásticamente y se quita la camiseta para tirarse al agua, salpicando a los de Ferrari. 

La piscina tiene una parte más profunda y otra de mediana profundidad, que es la parte donde los pilotos están de pie para poder jugar. Carlos le tira la levanta la pelota a Lando, quien en vez de levantarla con los dedos, le pega de manera remache directo al pecho de Charles. 

-No se maten todavía que debemos entrenar -los regaña Daniel-. 

Voy a retirar la mesa cuando Daniel toma mi brazo y me guía hasta sentarme en su regazo. 

-¿Como te varias con tres niños? -dice acariciado mi vientre y mirando a los pilotos en el agua-. 

Quienes en vez de jugar, se salpican agua. 

. . . 

Estamos los cinco en la cocina preparado la cena de esta noche. 

Pescado al horno con mantequilla acompañado de una salsa blanca, espárragos, papas cortadas al horno y postre de manzanas asadas. 

Y pos supuesto vino. Y limonada para mí. 

Daniel se encarga del pescado, yo de la salsa, Carlos de las papas y Charles de los espárragos junto con las manzanas. 

Lando bebe cerveza sentado desde la barra. Su sueño se hizo realidad. 

Desde la cocina se perde ver la sala decorada con el árbol de navidad en una esquina, uno pequeño acomodado encima de un tronco de madera cortado y pintado por Daniel para hacer lucir las vetas de la madera. Los adornos son con las bolitas de plástico de color doradas y en la punta una pequeña estrella. 

Debajo del árbol descansan algunos regalos. Hemos decido jugar a amigo secreto entre nosotros. Pero como somos cinco, hemos decidido incluir al bebé. 

Claramente el bebé no tiene a nadie a quien regalar por lo que yo le he comprado un regalo de manera simbólica del bebé hacia la persona que le haya tocado. 

Mi amigo secreto es Charles. Daniel no aguantó el juego y me contó que su amigo secreto es Lando. 

Daniel pone al horno el pescado junto con las papas cortadas por Carlos. Me encargo de poner la mesa y nos sentamos en la sala a esperar que la comida esté lista. 

Una vez que todo está listo, nos sentamos en la mesa al costado de los cascos de Daniel colgados en la pared. Comemos entre risas, anécdotas y bromas de parte de los pilotos. 

. . . 

25 de diciembre 2021. 

Australia. 

Ya es más de media noche y puedo ver la ansiedad de Lando. 

-¿Les parece si nos hacemos la entrega de regalos? -pregunto mirando a todos los pilotos-. 

Lando es el primero en decir que sí. 

Pasamos a la sala, donde me siento junto a Daniel en el sillón. Lando está sentado en el piso junto a la mesa de centro, y Carlos y Charles en el sillón también. 

-¿Quién comienza? -pregunta Charles-. 

-Ya que tú haz preguntado, comienza tú -sugiere Daniel-. 

-Bien -dice el monegasco para ponerse de pie y tomar un paquete rectangular de color azul- espero realmente que le guste mi regalo porque me costó trabajo elegir -dice sincero-. 

Se acerca a Carlos y le entrega el regalo. 

-Lo sabía -dice Carlos con voz chillona y poniéndose de pie para abrazar a su compañero de escudería-. 

Se sienta para abrir el regalo y se ríe con una carcajada. 

-Los usaré para los domingo de carreras -dice tomando en sus manos un bóxer de color rojo con la cara de Charles impresa en todas partes-. 

Todos reímos. 

-Asumo que lo que te costó elegir fue la foto de tu cara -dice Daniel bebiendo de su copa-. 

Charles sonríe para sentarse. 

-Continuó yo -dice el español y se pone de pie para buscar el regalo al árbol-. 

Toma una caja de color amarillo y se la entrega a Daniel quien se pone de pie para recibir el regalo. 

Abre la caja y se ríe con una carcajada. 

Saca de la caja un dental de cocina pero que tiene el diseño de un cuerpo musculoso con una tanga naranja con el símbolo de McLaren en el centro. Se la coloca por el cuello y Carlos lo ayuda a hacer el nudo por al espalda. 

Ambos se abrazan y les tomo una foto con mi teléfono. 

-Nena no te preocupes que desde ahora yo haré la cena -dice divertido caminando hacia el árbol aún con el delantal puesto-. 

Toma un paquete de color verde y se lo entrega a Lando. 

-Espero que te guste niño -dice para luego sentarse a mi lado-. 

Lando recibe el paquete sorprendido y lo abre. 

Veo cómo sus ojos se llenan de lagrimas.

Saca de la caja una camiseta de color naranja con las mangas blancas que dice "#1 tío" para después sacar una camiseta igual pero de la talla de un bebé que dice "#1 sobrino". 

Se pone de pie y se coloca la camiseta para caminar hacia nosotros y abrazarnos. Luego se separa para poner por delante de mi vientre la camiseta del bebé y Charles se pone de pie para tomar la foto de los tres sonriendo. 

Y llorando. 

Lando me abraza una ultima vez y besa mi mejilla para ir hacia el árbol y sacar una pequeña caja de color negro. 

Cuando camina hacia mi comienzo a llorar. 

-No llores más que no quiero llorar más -dice con voz ronca-. 

Me extiende la caja y la tomo para abrirla. Saco de ella una pulsera de color negra con un dije de una "T". 

Lo miro confundida. 

Él me muestra su muñeca con la misma pulsera pero con el dije de una "S". 

Chillo y el ríe con su típica risa nerviosa. 

-¿Sí entendiste? -dice abrazándome-. 

-Claro que sí -digo segura- T de troy -él estela en risas-. 

-Yo no entendí -dice Charles-. 

-Taylor Swift -dice Daniel-. 

Lando extiende su mano y choca los cinco con el Australiano. 

Me acerco al árbol para tomar el regalo de mi amigo secreto real. Tomo la caja de color negra con una cinta de color blanca y se la entrego a Charles. 

-Sabía que esa caja tenía que ser mía, muy sexy la combinación de colores -dice poniéndose de pie para abrazarme-. 

Se la entrego y la abre ansioso. 

Saca de la caja una corbata de color negra mate. 

-Uh esto atraerá a las chicas -dice poniéndosela-. 

Luego de quedarnos conversando unos minutos más, me despido de todos y subo ya que estoy cansada. Paso por la habitación del bebé para quedarme en la mitad de la habitación acariciando mi vientre. 

Siento cómo la puerta se abre un poco para dejar ver al británico. 

-Solo quería ver cómo estabas -dice dulce- estaban -se corrige-. 

Sonrió. 

-También -dice apenado- tengo un regalo para el bebé -dice acercándose tímido-. 

-Lando, no tenías porqué -le digo cuando me acerca una bolsa de color café con una cinta azul-. 

Él se encoge de hombros. 

-Lo siento, pero no puedo dejar de pensar en bebes -ambos reímos-. 

Saco de la bolsa dos peluches, uno es una jirafa y otro es un oso. 

-Son adorables -le digo para abrazarlo- le encantarán -digo para dejar los peluches dentro de la cuna-. 

-Espero encantarle yo -dice riendo-. 

Lo miro dulce. 

-Claro que le encantarás, y si quieres puedo sacrificarme y hacer que su primera palabra sea Lando. 

Él ríe. 

. . . 

31 de diciembre 2021. 

Australia. 

Estamos todos de pie en el porche de nuestra casa, esperando para hacer la cuenta regresiva. Están nuestro padres y nuestros amigos. Todos estamos vestidos acorde la ocasión. Charles lleva a corbata que le regalé para navidad y estoy segura que Carlos lleva los bóxers regalados por Charles. Daniel va de terno de color azul un poco brillante y yo con un vestido azul largo con escote y espalda descubierta. 

Las manos de Daniel recorren mi piel descubierta mientras nos miramos fijamente. 

-¿Creíste que tu año terminaría así? -me pregunta-. 

Niego con la cabeza. 

-Si Zak me hubiera dicho ese día en la oficia que esto terminaría así, me habría reído en su cara -Daniel ríe-. 

Las luces colgadas en las vigas del porche iluminan todo el lugar. Y más les vale porque fue realmente mucho trabajo ponerlas con Carlos. 

La piscina está con las luces encendidas y tenemos música ambiental para animar. 

Luego la fiesta se desatará. Según lo que dice Daniel. 

Mi cuerpo con el de Daniel están pegado, por que cuando el bebé patea, Daniel puede sentirlo. 

-Hola bebé -dice Daniel y el bebé patea nuevamente-. 

Últimamente patea mucho cuando escucha la voz de Daniel. 

-Queda menos para conocernos -dice mirándome y sonrío-. 

Lando se acerca a nosotros con la boca llena de uvas. 

-10 -gritan todos-. 

Daniel pone sus manos en mi cintura. 

-9 -nos unimos la grito-. 

Pongo mis brazos al rededor del cuello de Daniel. 

-8. 

Besa mi frente. 

-7. 

Junto nuestras narices. 

-6. 

Daniel sonríe sobre mis labios. 

-5. 

Junto nuestro labios en un beso. 

-6. 

Daniel rompe el beso para pasar uno de sus brazos por sobre los hombros de Lando y atraerlo hacia nosotros. 

-5. 

Lando nos mira y nos sonríe. 

-4. 

Beso la mejilla de Lando y Daniel me imita. 

-3. 

Los tres reímos. 

-2. 

-Gracias por todo -susurra Lando con lagrimas en sus mejillas-. 

-1. 

-Gracias a ti -decimos con Daniel al unísono-. 

. . . 

Max y Charles bailan sobre la isla de la cocina con una botella de cerveza en cada mano. 

Sí. Beben un trago de una botella para luego beber otro trago de la otra botella. 

Lando y yo estamos sentados en la barra y puedo asegurar que somos los únicos que no están borrachos. 

George, Daniel y Pierre están sin camiseta bailando al rededor de la isla de la cocina.

Carlos esta sentado en el piso de esta, con la botella de tequila en sus manos animando el baile. 

"Party Rock" rebota en los parlantes traídos por Max y todos bailan al ritmo de la música. 

-Siento que me volví un viejo aburrido -dice Lando a mi lado-. 

-¿Disculpa? -lo miro indignada-. 

-¿Qué? -dice gracioso-. 

-¿Crees que al gente es aburrida en fiestas solo por no tomar alcohol? -me levanto del taburete-. 

-Oye tranquilo viejo -dice extendiendo sus manos hacia mi-. 

Lo fulmino con la mirada y me quito los tacones para caminar hacia la cocina. Daniel me mira sorprendido dejando de caminar alrededor de la isla de la cocina y sonríe cuando le extiendo la mano. 

-Pilotos -dice y todos dejan de hacer lo que están haciendo- mujer embarazada quiere subir a bailar. 

En un segundo tengo a todos los pilotos en mi cocina ayudándome a subir. Max y Charles me extienden sus manos y se agachan. Daniel y Pierre me toman de la cintura para ayudarme a subir y Carlos y Lando están al tanto por sí me caigo. 

Una vez arriba Max y Charles me miran atentos. 

-Lando, la canción -le digo mirándolo y apuntando con el dedo índice-. 

Me mira asombrado. 

-Sí sabes cuál es la canción -hago énfasis en "la"- y como no la sepas te cuelgo del segundo piso. 

Veo cómo traga saliva y busca en su teléfono la canción. 

Todos miramos a Lando. 

-No me presionen -dice histérico mientras veo su dedo indice recorre la pantalla de su móvil- ¿una pista Em? -suplica-. 

Niego con la cabeza con mis manos apoyadas en mis caderas. 

-Si no recuerdas cuál es, nuestras amistad se va. 

-¿A dónde? -pregunta George-. 

-Del inodoro al mar -dice Lando pensando en la canción-. 

Luego veo cómo pincha su pantalla y ambos sonreímos cuando se escucha la famosa melodía de la canción "Girls Just Want To Have Fun". 

Elevo mis brazos para bailar al ritmo de la música. Los pilotos a mis lados no tardan en bailar al ritmo de la música y los pilotos que nos miran desde el suelo tampoco. 

Lando le sube al máximo volumen y camina para subirse a la isla con nosotros. Max se baja para dejarle el espacio y junto con Charles bailamos a todo ritmo. 

Siento un flash en mi rostro y veo como Pierre nos graba desde su teléfono mientras ríe al igual que todos por cómo estamos bailando. 

No se confundan, quienes cantaron el coro de la canción a todo pulmón, fueron los hombres. 

. . . 

10 de enero 2022.

Australia. 

Creí que lo había visto todo. TODO. 

Pero no. 

Gracias a Dios me faltaba ver a Daniel, Lando, Charles y Carlos entrenar si camiseta en nada más y nada menos que en el porche de mi propia casa. 

Culpen a las hormonas. 

Comenzaron su entrenamiento en el pasto encima de unas colchonetas para elongar y comenzar a estirarse. 

Oportunidad donde le tome una foto a Lando. Mi favorita hasta ahora. 

Luego se levantaron para correr alrededor de la casa y como el sol comenzó a salir a los pilotos les dio calor y se sacaron la camiseta. 

Ahora están en el porche haciendo estaciones, Daniel hace flexiones, a su lado Lando hace abdominales, a su lado Carlos hace estocadas y a su lado Charles salta la cuerda. Luego de cinco minutos de hacer la estación rotan posiciones. 

Y yo estoy de publico, claramente. 

La música es manejada por Daniel y no sé que canción es. Este hombre escucha tantas canciones que nunca logro aprenderme los nombres. 

Fijo mi vista en mi teléfono para subir la foto de Lando a mi feed. 

@eemilywalsh

Este niño 😍 @landonorris. 

Una vez que la foto está subida dejo el teléfono en la mesa de picnic del porche y tomo mi libro para continuar con mi lectura. 

Pierdo la noción del tiempo hasta que siento un beso en mi cabeza. 

-¿Disfrutaste de la vista eh? -dice Daniel elevando una ceja-. 

Yo solo logro reírme. 

-Son las hormonas -me excuso-. 

-Si claro, las hormonas -dice sarcástico sentándose a mi lado-. 

-Ahora que no te conviene no lo aceptas, pero bien que te gusta que las hormonas estén así en las noches -digo graciosa-. 

Él me mira sonrojado y me regala una de sus hermosas carcajadas. 

. . . 

20 de enero 2022.

Australia 

Este día hemos decido salir a un lago cercano con los pilotos. 

Que por cierto Carlos y Charles han estado con nosotros desde navidad en la casa. Como Lando tiene la pieza de visitas, Carlos y Charles se turnan noche a noche para poder en la cama de abajo de al cama de Lando y el otro duerme en el sillón de la sala en el primer piso. 

No sé qué haré cuando todos se vayan al lanzamiento de los nuevos diseños de los autos de las respectivas escuderías. Ferrari lo lanza el 17 y McLaren el 11 de febrero. 

En el lago hemos dejado el auto estacionado y hemos almorzado en la mesa de picnic dispuestas para su uso en el lugar. 

Afortunadamente, no hay nadie más que nosotros. 

Luego de almorzar nos hemos metido al lago a nadar hasta que Carlos llego con flotadores circulares para todos. 

Ahora estamos en ellos flotando por el lago mientras los pilotos beben cerveza. 

Ya lo decidí, lo primero que haré una vez termine de dar pecho será beber alcohol. Y el padre de mi bebé estará encargado de él durante las veinticuatro horas del día. 

Mamá estará muy ocupada bebiendo una botella de vino en la bañera. Sí dije botella, no copa. 

Con mi teléfono tomo una foto de Daniel, quien está ene su flotador frente a mí y a su lado Charles. 

Decido subir la foto también. Y también porque Daniel se puso celoso al ver que subí una foto de Lando. 

@eemilywalsh 

Este hombre 😍 @danielricciardo. Créditos a la mano de @carlossainz55.

. . . 

22 de enero 2022. 

Australia. 

El plan de hoy es el padel. Deporte que claramente con una barriga creciente no realizaré. 

Pero me he reído mucho viendo a los pilotos jugar. Carlos juega mucho en España con su papá y hemos encontrado un lugar aquí dónde puedes arrendar la cancha para jugar con tus amigos. Como se juega de a cuatro, mi participación no es de vida o muerte. 

Daniel está jugando con Lando y Carlos con Charles. 

Al pobre Charles lo regañan en cada punto. 

Yo, me dedico a reír y a tomarles fotos. 

Una vez que el partido termina con el triunfo de Daniel y Lando, volemos a casa. En el camino envío las fotos al grupo de WhatsApp que tenemos los cinco. 

"Em y sus monos". 

Nombre elegido de manera unánime. 

Mi teléfono suena con una notificación. 

@charles_leclerc te ha mencionado en una publicación. 

@charles_leclerc 

Divertido día de padel 🎾 @danielrriciardo @landonorris@carlossainz55@eemilywalsh. 

Comento la foto. 

@eemilywalsh el momento en el que @charles_leclerc hizo un punto y @carlossainz55 se puso feliz. 

. . . 

31 de enero 2022. 

Australia. 

Es noche de películas. Noche de discusión por cuál película ver. Estamos todos sentados en la sala del segundo piso frente a la televisión con Netflix en inicio. 

-Acción -dice Daniel-. 

-Comedia -dice Carlos-. 

-Misterio -dice Charles-. 

-Terror -dice Lando-. 

-¿Para qué dices eso sí después vas a nuestra habitación? -le susurra Daniel a Lando quién le sonríe tímido-. 

Veo como la hora pasa y no hemos elegido nada. 

-¿Qué vemos? -pregunto ya cansada de la situación-. 

Todos vuelven a repetir los géneros dicho diez veces. 

 Le quito el control a Carlos  para hace clic en la función de aleatoria de Netflix en la que reproduce algo según películas o series que hayas visto antes. 

Netflix reproduce Pitch Perfect. 

Gracias Netflix. 

A pesar de las protestas de los presentes, a medida que avanza la película nos estamos riendo todos. 

. . . 

11 de febrero 2022.

Australia. 

Otro gran día a la lista. Hoy es el lanzamiento oficial del nuevo monoplaza de McLaren. El hermoso MCL36 y no puedo estar más ansiosa. 

La ceremonia podré verla a través de zoom y luego las fotos me serán enviadas para su siguiente edición. 

Mi teléfono en la mesa de picnic del porche vibra, dejando ver en la pantalla que Daniel me está llamando por FaceTime. 

Hago clic en la tecla verde y aparecen en mí pantalla Daniel y Lando. 

-Hola nena -me saluda Daniel y Lando mueve su mano sonriente-. 

-Hola chicos -miro extraña la situación frente a mis ojos- ¿porqué están en bóxer?. 

-Porqué queríamos que fueras la primera, después de nosotros claro, en ver el nuevo traje -dice emocionado Lando-. 

-Deléitenme entonces -digo dejando el móvil apoyado en mi computadora para estar más cómoda-. 

Ambos se alejan de la pantalla y puedo ver sus cuerpos completamente. Están vestidos con bóxers de color naranja, ambos, y con calcetines negros en el camarín de Daniel. 

Tomo una captura de pantalla. 

-Oye vimos eso -reclama Daniel-. 

-Te cobraré por esa foto -dice Lando-. 

Ambos toman tu respectivo traje y comienza a vestirme por los pies para luego subirlo a su cintura donde toman el borde del traje para acomodar cada brazo y luego subir el cierre hasta le cuello. 

El traje este año es de color negro como base y tiene naranjo en la zona alta del pecho y costados del abdomen. Las marcas que nos auspician se ven mucho mejor la verdad. 

-Wow -les silbo- pero qué guapos. 

-Ahora si puedes tomarnos fotos -dice Lando posando como luchador-. 

Daniel se agacha como un futbolista. 

Hago una captura y enseguida le subo un poco el brillo y ajusto el contraste junto con la saturación. La escojo como mu nuevo fondo de pantalla. 

Siguen haciendo poses extrañas hasta que Zak entra por la puerta. 

-¿Qué rayos están haciendo? -pregunta gracioso-. 

Ambos pilotos indican hacia mí y Zak aparece frente a la pantalla, me saluda emocionado. 

-Emily -agita su mano- ¿cómo estás, te llego el link para Zoom?. 

-Muy bien y sí, me llego el link. 

-Perfecto -dice mi jefe- es hora de irnos chicos -les dice a sus pilotos- nos vemos Emily -se despide de mí y sale del camarín-. 

-Nos vemos luego cariño -dice Daniel tomando su teléfono- los amo, cuídense -pone su mano en sus labios y me lanza un beso- hablamos en la noche -me guiña un ojo-. 

-¿Cómo que en la noche? -aparece la cara de Lando en la pantalla- ¿hablas con ella en las noches y no me invitas? -lo mira frunciendo el ceño- me dijiste que en las noches no hablaban por que el bebé necesita dormir -lo mira fulminando con la mirada-. 

Estallo en una carcajada. 

-Yo también quiero hablar en las noches -dice Lando-. 

-Créeme, no quieres -dice Daniel para luego lanzarme otro besa y apartar la cabeza de Lando con su mano para luego finalizar la llamada-. 

Dejo mi teléfono a un costado de mi computadora para entrar al enlace Zoom. 

Mi telefono vibra. 

Lando hermoso Norris // ahora. 

El estúpido de tu esposo no me dejo despedirme. Los quiero. 

Tecleo en la pantalla para responderle. 

Y nosotros a ti. 

. . . 

Ya es de noche cuando estoy acostada en nuestra cama sin Daniel. 

Estoy editando las fotos enviadas por el fotógrafo, que a decir verdad, están bastante bien. 

Comienzo a editar las fotos del auto para luego algunas de los chicos con su nuevo traje. 

Qué hermosura de deporte. 

Veo la hora en nuestro reloj en la mesita de noche. Once en punto. Daniel debe estar por llamarme. Cada noche a esta hora me llama, sin importar que haya hecho en el día o dónde este. 

Estas semanas sin él y sin la presencia de los chicos por la casa ha sido bastante extraña. Mi madre o la madre de Daniel vienen a verme cada dos días y siempre están en contacto conmigo. La verdad es que también me gusta la tranquilidad de la casa y no tengo mal estar alguno. 

Termino de editar todas las fotos y las subo a la pagina Webb de la escudería.




Mi teléfono vibra y veo un mensaje de Lando. 

Lando hermoso Norris // ahora. 

Antes del lanzamiento ocurrió esto 

Veo que adjunto fotos en el chat. 

Lando hermos Norris // ahora. 

No preguntes qué dijo 🤣. 

Tecleo. 

JAJAJAJAJAJAJA solamente podían ser ustedes 😍😂. 

Decido subir una a instagram. 

@eemilywalsh

 Estos dos 😍🧡 @danielrriciardo @landonorris. 

Mi teléfono ve el nombre de Daniel en FaceTime. Contesto enseguida. 

Frunzo el ceño al ver un baño de un hotel. 

-Daniel como se te ocurra asustarme -lo regaño-. 

Escucho su risa y creo mojarme. 

-Dame un segundo -dice ronco-. 

Al parecer acaba de salir de la ducha ya que veo un poco de vapor en el espejo del baño. Daniel aparecer por el costado derecho del teléfono con una toalla amarrada a su cintura. Toma el teléfono en su mano y camina hacia la cama donde se recuesta y apoya el teléfono en lo que asumo es una almohada. 

-Oh, hola hermosa -dice pasándose las manos por el cabello mojado sentado en la cama-. 

El teléfono está de lado así que lo imito y acomodo el teléfono de forma horizontal en una de las almohadas. 

-¿Cómo está mi bebé? -dice-. 

-Patea todas las noches y no deja a mamá dormir -digo apoyando mi espalda en el cómodo colchón y acariciando mi vientre-. 

Daniel también se acuesta de la misma forma y me mira fijamente. Sé a lo que se refiere, ya que se nos ha vuelto una rutina estos días. 

Desabrocha su toalla y comienza a acariciar su pene. 

Yo, bajo mi mano desde mi vientre hasta mi zona sensible. Estoy vestida solo con una de las camisetas de Daniel. 

Cierro mis ojos ante mi propio tacto en mi entrada. 

-Mírame -escucho la voz de Daniel-. 

Veo como a comenzado a masturbarse lentamente así que introduzco un dedo en mí. Ambos jadeamos. Comienzo a entrar y salir sin dejar de mirar a Daniel por la pantalla. Aumento mi ritmo cuando lo escucho gruñir y con ayuda de mi dedo índice froto mi punto más sensible. 

Daniel se pone de rodillas en el colchón con todo su cuerpo apuntando a la pantalla. 

Abro un poco más mis piernas para tener mejor acceso a mi entrada y comienzo a jadear. 

-No te detengas nena -dice ronco Daniel-. 

Cierro mis ojos y elevo mi espalda. 

Daniel gruñe y puedo distinguir el sonido que provoca su mano al rozar con su entrepierna. 

Acompaño el movimiento de mis dedos con mis caderas y mi otra mano la meto por dentro de la camiseta para pellizcar mi pezón. 

Escucho el gemido de Daniel y puedo ver cómo se corre a través de la pantalla. Unos movimientos más de mi parte y también gimo. 

Daniel toma el teléfono en sus manos y se acuesta debajo de las sábanas. Yo hago lo mismo. 

-Buenas noches cariño -dice adormilado- buenas noches bebé. 

. . . 

2 de marzo 2022. 

Australia. 

Lando y Daniel llegaron ayer a casa. Luego de las pruebas de los autos en pista, donde todo a salido de maravilla, por fin están conmigo. Y no fui consciente del todo el cuanto los extrañe hasta escucharlos cerrar la puerta del auto desde el estacionamiento de la casa y abrir la puerta para tenerlos a ambos entre mis brazos. 

Como siempre, Lando está durmiendo en la habitación del visitas. 

No sé que hora es pero nos hemos acostado con Daniel hace poco. Él ya esta totalmente dormido y yo, por alguna razón, no logro dormir. 

Carlos y Charles han arrendado un departamento en la cuidad ya que dicen que Australia, es su nueva segunda casa. 

No sé cuantas vueltas he dado en la cama pero comienzo a sudar. Me siento en la cama extrañada y siento a Daniel moverse. 

-¿Todo bien? -pregunta adormilado acariciando mi espalda-. 

-Sí -digo intentando ponerme de pie- sólo tengo mucha sed. 

Él se acomoda para ayudarme a bajar de la cama pero sólo quedo sentada en el borde del colchón con los pies apoyados en el suelo. 

Me volteo para mirarlo extrañada ya que siento algo entre mi piernas. Llevo mi mano derecha hasta el lugar y toco algo mojado

Daniel enciende la luz de la mesita de noche a su costado y se acerca para ver la sábana mojada. 

Rápidamente se pone de pie y comienza a vestirse. 

-Lando -grita- hora de irnos -vuelve a gritar para abrir la puerta de nuestra habitación-. 

Comienzo a respirar de manera lenta y controlada. 

-¿Crees que puedas bajar las escaleras? -me pregunta desde el piso ya que me está poniendo un pantalón de buzo, ya que estoy en bragas, junto con unas Crocs. 

Asiento y pasa su brazo por debajo de mi axila para ayudarme a ponerme de pie. 

En le momento que Lando entra por la puerta, totalmente vestido y con el bolso del bebé en su hombro, las contracciones comienzan. 

Doblo un poco la espalda hacia adelante para tratar de contener el dolor que estoy sintiendo. 

-Bien, Lando necesito que vayas abajo y enciendas el auto, iremos mas rápido que una ambulancia -Lando asiente y lo pierdo de visto-. 

-Vamos cariño, comenzamos a caminar -dice para tomarme de la cintura y poder ayudarme. 

Caminamos un par de pasos, hasta que llega otra contracción, donde nos detenemos y retomamos el camino una vez que se ha pasado. 

Lando está en al mitad de la escalera, esperando su próxima orden. 

-Avisa a mis padres y a los de E, luego a los demás -Lando teclea en su teléfono y comienza a llamar a todos-. 

Logramos bajar de las escaleras sin tener contracciones y al estar en la puerta grito de dolor. 

-¿Estás bien? -pregunta preocupado Lando mirándome y mirando a Daniel- ¿esto es normal?. 

-Es normal -dice Daniel- anda súbete atrás para ir con ella -Lando corre al auto y se sienta donde le dijeron-. 

-Vamos cariño un par de pasos más y seré yo el que tenga que ayudarte -dice besando mi cien-. 

Suspiro y camino lo más rápido posible en el momento que la contracción cesa para poder llegar al auto. 

Una vez que estoy dentro, Daniel abrocha mi cinturón y Lando abrocha el suyo. Cierra la puerta y corre hasta la puerta del piloto para comenzar a manejar hacia el hospital. 

-Lando llama a la doctora -dice Daniel mirándolo por el espejo retrovisor-. 

-Ya la llamé, nos está esperando -dice mirándolo y Daniel le sonríe- Carlos y Charles ya están en camino al igual que sus padres. 

Tomo la mano de Lando cuando otra contracción llega. 

Veo la cara de dolor de Lando y siento pena. 

-Lo siento -le digo aún en medio de la contracción-. 

-No hay problema -dice con dificultad- pueda aguantarlo. 

-Ese es mi niño -dice Daniel-. 

. . . 

Cuando llegamos al hospital, es igual que en las películas. Todo un equipo de enfermeros y la doctora nos están esperando en la entrada de este. Me bajo del auto con ayuda de Daniel y me sientan en una silla de ruedas. 

Luego todo es adrenalina. 

Los enfermeros corren conmigo por los pasillos hasta llegar a la parte restringida del hospital donde están los quirófanos. En la puerta de estos puedo ver a mis familia, los padres de Daniel y nuestros amigos; Carlos, Charles, Max, George y Pierre. 

Lando sigue con el bolos colgado de su hombro y sé que estás aguantando las ganas de llorar. 

Al pasar por ahí todos me lanzan besos y entramos al pasillo junto con Daniel. 

La sala está preparada para mí y entre dos enfermeros me suben a la camilla para rápidamente ponerme la sábana estéril que cubre de mi cintura hacia abajo. 

-Papá hora de lavarse -dice la doctora llegando a nosotros vestida-. 

Daniel asiente y con un enfermero van a la zona de lavado correspondiente para luego vestirse con la bata, la mascarilla y el gorro. 

-¿Cómo estás mamá? -me pregunta la doctora-. 

-Bien -le sonrío-. 

Ya me han puesto la epidural y la doctora se sienta entre mis piernas para revisar mi dilatación. 

-Bien -dice cuando Daniel está a mi lado tomando mi mano- hora de pujar Emily. 

Miro a Daniel y pujo lo más fuerte que puedo. 

¿Porqué nadie dice que sientes como si tu cuerpo se quebrara en dos?. 

Siento como comienzo a sudar y a llorar. 

-Bien -dice la doctora- a la cuenta de tres una vez más de la misma forma. 

Aprieto la mano de Daniel y pujo cuando escucho el tres. 

-Así Emily muy bien -dice la doctora- una vez más. 

Pujo y siento a Daniel besar mi cabeza. 

-Lo estas haciendo genial nena -besa mi frente-. 

-Emily -dice la doctora- una más con todas tus fuerzas. 

Asiento y pujo como me lo pide. 

-Logro ver la cabeza, continua -me alienta la doctora-. 

Daniel a mi lado se estira un poco para poder ver. 

-E es precioso -dice llorando-. 

-Continua un poco más -dice la doctora-. 

Pujo una vez más y cuando creo que mi cuerpo no puede más, lo escucho. 

El llanto de mi bebé. 

Me dejo descansar en la camilla y Daniel besa mi mejilla repetidas veces. 

-Papá -Daniel mira a la doctora- hora de cortar el cordón -dice entregándole unas tijeras mientras un enfermero sostiene al bebé-. 

Veo como Daniel llora y corta el cordón. Luego el enfermero envuelve a nuestro bebé en una manta de color blanca con franjas azules y rosadas pálidas en los extremos y me acerca al bebé. 

Suspiro y tomo por primera vez a mi niño en brazos que no deja de llorar. 

Le sonrío a su hermosa carita y cierro los ojos para llorar. 

Daniel a mi lado acaricia mi cabeza y con su otra mano acaricia la cabeza del bebé. 

-Es igual a ti -dice llorando en un susurro-. 

Tomo la mano del bebé y este aprieta mi dedo. 

Daniel ríe y besa su frente y calma sus sollozos. 

-Le haré unos chequeos rápidos y será todos suyo -dice una enfermera tomándolo en brazos-. 

. . . 

Ya estamos en la habitación, donde nos han dejado que entren todos. Estoy acostada en la cama con el bebé en mis brazos y Daniel le da abrazaos a todos los presentes. 

Mis padres y los padre de Daniel ya han tomado al bebé y no han dejado de llorar. Mi hermano también lo ha tomado en brazos y no ha dejado de mirarlo. 

Nuestros amigos también le han dado besos y han tomado de su pequeña mano. 

Pero falta Lando. 

-Hey -le digo llamando su atención- alguien quiere conocerte. 

Lando se acerca y ve al bebé plácidamente dormido en mis brazos. Toma una de sus manos para besar su cabeza. 

-Dios Em -dice llorando y se lanza a mi cuello para llorar-. 

-Le he traído los peluches -dice apenado-. 

Se acerca a la mesa dónde está el bolso del bebé y me entrega la jirafa. Se la acerco al niño quien toma una de las patas de la jirafa entre sus manos.

-Si le gusto -dice emocionado Lando-. 

-Claro que sí -dice Daniel palmeando su espalda para luego ponerse a mi otro costado-. 

Besa la cabeza del bebé, quien se mueve un poco para tomar entre sus manos un mechón de mi cabello. 

Daniel me mira sorprendido y veo sus ojos llenarse de lágrimas. 

-¿Y cómo se llama? -dice Charles desde el fondo de la habitación-. 

Nuestro bebé descansa en mis brazos y Daniel está a su lado. Tiene los ojos cerrados junto con la boca. Y no suelta ni la jirafa ni mi mechón de cabello. 

Daniel me mira. 

-Yo tengo pesando un nombre -dice en un susurro-. 

-¿Y cuál es? -le pregunto-. 

Daniel mira al bebé y con su dedo índice acaricia su mejilla. 

-Dustin -susurra y el bebé se mueve en mis brazos para hacer una mueca con su boca-. 

SÉ que todos los presentes han escuchado. 

Dejo de respirar mirando a Daniel fijamente quien luego de unos segundos de mirar a su pequeño hijo, me mira. 

Siento como mis ojos se llenan de lagrimas y el australiano besa mi frente. 

-Dustin -repito mirando a mi bebé quien aprieta más de mi mechón de cabello-. 

Miro a todos los presentes, y todos están llorando. 

Mi padre asiente en señal de agradecimiento mirando a Daniel, quien le sonríe. 

-Me ofrezco a cambiar el primer pañal de Dustin -dice Lando a mi lado-. 

. . . 

5 de marzo 2022.

Australia. 

No hemos quedado en el hospital un padre días más y hoy es el día que nos vamos a casa. 

Los cuatro. 

Dustin está en su cuna de hospital vestido con un enterito de pandas regalado por los padres de Daniel con su chupete. 

Daniel y Lando me ayudan a ordenar todas nuestras pertenencias para poder irnos. Yo ya estoy en pie y sin dolor alguno. 

Me acerco a al cuna donde mi pequeño duerme tranquilamente. 

 -¿Cuándo comenzará a caminar? -susurra Lando a mi lado-. 

Me rio. 

-Entre los nueve meses y el año -susurro-. 

Lando piensa un instante. 

-¿En tanto tiempo? -susurra exclamando-. 

-Pasará rápido -dice Daniel a mi otro costado- ya verás, después no dejará de seguirte a todas partes y querrás que deje de caminar -susurra riendo-. 

Tomo mi teléfono para tomarle una foto a Dustin. 

-Dios es adorable -dice Daniel abrazándome por la cintura-. 

-Debo decir que realmente hicieron un une trabajo -dice Lando con una mueca- y me alegra haber sido testigo de alguno de ellos -nos sonríe-. 

Daniel y yo nos miramos. 

-No es broma -agrega el británico- pero me encantaría que lo fuera -Daniel y yo reímos-. 

Una vez que vamos camino a casa, Dustin sentado en su silla de bebés con Lando a su lado y yo de copiloto, decido subir la foto. 

@eemilywalsh

Dustin, 02.03.2022. 

Enseguida los " me gusta" y comentarios llegan. 

 @landonorris 😫😫😫.

@carlossainz55 quiero cambiarle los pañales YA😍. 

@charles_leclerc nuevo integrante a la banda😍

@georgerussell63 ❤️❤️

@lance_stroll omg😭

@pierregasly ❤️❤️❤️😍😍😍

@maxverstappen1 el futuro corredor de@redbullracing. 

@mclaren nuestro nuevo favorito 😍🧡. 

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