Amor a primera sonrisa

By luzaazul11

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Una vez escuche que: "La vida es como un viaje en tren. Algunos comienza el viaje junto a ti, otros se sub... More

Aclaración
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Epílogo
Agradecimientos

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By luzaazul11

Nota: este capítulo contiene escenas de carácter sexual y lenguaje explicito. Leer bajo tú responsabilidad.


De la casa de los padres de Daniel, donde ha sido la ceremonia, salimos Charles y yo. La multitud sigue celebrando nuestro compromiso y de paso, la llegada de nuestro bebé. 

Subirme a un auto con otro que no sea Daniel o mis padres me genera un poco de ansiedad. 

-Descuida Em -dice tranquilizándome el monegasco una vez estamos dentro con nuestros cinturones de seguridad ya abrochados- Daniel me comento -dice meticuloso- no debemos salir a la carretera para ir hacia donde vamos -suelto un suspiro- solo seremos nosotros en esta pampa -sonrío tranquila- ¿puedo saber porque te pones así? -enciende el auto-. 

-Es por Dustin -niego con la cabeza- cuando él manejaba y yo iba de copiloto, le encantaba molestarme al subir la velocidad. En las partes donde se puede andar a esas velocidades, claro -digo recordando- sobre todo aquí -lo miro-. 

Charles pone en marcha el auto, dejado atrás la celebración. 

-¿A que te refieres con aquí? -pregunta doblando, saliendo del terreno de los padres de Daniel-.

-Mis padre viven cerca -sonrío- a unos veinte minutos de aquí y a Dustin le encantaba andar por estos lados, donde no hay autos o semáforos o gente cruzando la calle -bajo la ventanilla un poco- siempre aumentaba la velocidad aquí porque realmente me volvía histérica y eso le hacia gracia -me rio negando con la cabeza- La noche antes de su accidente mi madre nos mando a hacer las comprar y al volver, aumento la velocidad, como siempre -juego con mi trenza- aumento mucho la velocidad y por un segundo los frenos se bloquearon por un segundo -Charles me mira de vez en cuando al conducir- segundo en el que queríamos realmente frenar -explico- no sé como pero luego de frenar repetidamente, el auto logró detenerse. Nos asustamos mucho pero no se lo mencionamos a nuestros padres. 

Suspiro. 

-¿Sabes lo que dije esa noche? -Charles niega con la cabeza concentrado en la pista-. 

-Que moriría en un accidente de auto algún día -digo en un susurro- él se rió en mi cara, al día siguiente choco en auto porque un conductor  en estado de ebriedad no respeto el semáforo. 

Charles frena el auto. 

-No Emily -dice girándose un poco en el asiento para mirarme- no te puedes echar la culpa por eso, porque no la tienes en lo más mínimo -toma mi mano- no podemos vivir la vida pensando en que cada cosa que decimos se hará realidad, sino nadie diría nada. 

Asiento. Él se acerca a mí y besa mi frente. 

-Vamos, te llevaré donde tu esposo, Emily Ricciardo -dice para volver a poner el auto en marcha-. 

-Hasta ahora no me lo habían dicho -digo graciosa-. 

-Acostúmbrate -me guiña un ojo- ¿y ya han pensado nombres para el bebé?-. 

Asiento. 

-Quiero escuchar los de niña -dice emocionado-. 

-Daniel no me dijo ninguno pero a mi me gusta Oakley -digo sonriendo-. 

-Me encanta -chilla Charles sacándome una carcajada- ¿y de niño?. 

-Tampoco me dijo pero a mí me gusta Luca -sonrío-. 

-Wow -exclama- ósea que sí por alguna razón deben escoger el nombre rápido solo están tus opciones -dice gracioso-. 

-Asumo que me dirá las suyas pronto -me encojo de hombros- sino tendrá que aceptar las mías -digo graciosa-. 

Andamos unos minutos más en auto disfrutando de la musica. No es Taylor Swift. 

-Bien señorita -se aclara la garganta- o debería decir señora -lo fulmino con la mirada- hemos llegado. 

Veo por la ventana y no veo nada. 

-Charles, aqui no hay nada. 

Esta todo oscuro afuera y literalmente no distingo entre el cielo y el suelo. 

-Querida Emily eso es porque no estás mirando con atención -dice para luego bajarse del auto- mierda -escucho qué exclama-. 

-¿Decías? -le digo una vez que abre mi puerta y asumo que lo tengo en frente- Charles enciende la puta linterna de tu teléfono, no planeo caerme aquí -digo bajando con cuidado al tocar su mano-. 

Lo escucho resoplar y luego veo la luz proveniente de su móvil. 

-No apuntes a mi cara idiota -le digo tapando la luz con la palma de mi mano-. 

Charles rie. 

-Lo siento -se disculpa- bien dame la mano, debería estar por aquí. 

-¿Daniel? -pregunto- ¿cómo que debería?. 

-Te quieres callar un momento, estoy repasando su plan en mi cabeza y con tu vocecita no puedo -se queja-. 

Veo que apaga la luz de su teléfono para luego encenderla. Repitiéndolo tres veces.

-No me jodas que haces el puto código morse -me quejo- Daniel -grito a la nada- donde sea que estes será mejor que salgas ahora mismo, porque me duelen los pies y tengo hambre -grito-. 

-Daniel aparece por favor, este trabajo ya no me está gustando -grita Charles a mi lado también-. 

Escuchamos la reconocida sonrisa del australiano. Su cara la veo iluminada por la linterna de su teléfono. 

-Bien, mi trabajo aquí esta hecho -dice Charles para luego besar mi mejilla- los quiero -se sube a su auto y se marcha-. 

Daniel me abraza. 

-Hola cariño -dice dulce-. 

-Daniel cualquiera que sea la sorpresa, necesito luz -le ruego-. 

-Bien -dice divertido- necesito que te quedas aquí -me toma de los brazos y me mueve unos metros hacia adelante- justo aquí, ¿sí?. 

-¿Y tú? ¿no planeas dejarme sola aquí, embarazada y con hambre Daniel?. 

Daniel ríe. 

-Sólo serán cinco segundos -dice para luego alejarse de mí y correr hacia no sé qué dirección ya que solo veo el punto de luz moverse-. 

Me abrazo a mis misma y en unos segundos después veo como el terreno adelante de mi se ilumina. Miro a mi alrededor sorprendida al ver una estructura de madera frente a mí. 

-Bien ahora mismo estas parada en lo que será el porche -escucho la voz de Daniel por lo que dirijo mi vista hacia ese lugar y lo veo de pie dentro de la estructura de madera, con unos jeans gastados, una camiseta blanca y sobre eso una camisa a cuadros roja con franjas negras-. 

-Wow -exclamo- todo un campestre -digo graciosa- muy sexy -Daniel me sonríe-. 

-Escúchame y por unos minutos, no hables -elevo una ceja- por favor nena -me rio con una carcajada y asiento- bien entonces ese es el porche, dónde estás -asiento- camina diez pasos hacia adelante -camino lo indicado- frente a ti, estará la puerta, grande y hecha de tablones de madera con una manilla como la de los establos, pero sólo será de adorno porque si tendrá una cerradura -me explica y asiento- camina dos pasos -hago lo pedido- este es el hall, dónde lo adornaremos con una simple percha y un mesón para poder dejar las llaves y cosas así -asiento imaginado todo- desde ahí a tu izquierda estará un pequeño baño, sin ducha, para invitados o para alguna emergencia de los niños -sonrío- volviendo al hall, hacia la derecha una sala de juegos con una gran ventana que dará al costado del la casa, hacia el porche -hace una pausa- para que podamos estar con amigos pero al mismo tiempo ver a los niños.

-Me encanta como asumes que tendremos más de uno -digo graciosa y él me lanza un beso-. 

-Luego desde el hall, camina cinco pasos más -camino lo pedido- estás en la sala, imagínatela en concepto abierto. La sala tiene comunicación con la cocina que esta a tu derecha y con el segundo piso -elevo mi vista- la escalera hacia el segundo piso está a tu izquierda -veo realmente la escalera- subiremos después, ahora a tu derecha la cocina con una media ventana que nos entregara luz y una vista increíble -sonrío- desde la ventana también tendremos una puerta que también dará el porche. Desde la sala y comedor también tendremos una ventana corrediza que también comunica con el porche. 

-¿Osea que el porche rodea toda la casa?. 

-Exacto, y podemos ver a los niños desde todas partes -sonríe- a la corredera de vidrio le podemos poner stickers o algo para que los niños sepan cuándo está abierta y cuándo no, no queremos accidentes.  

Asiento. 

-Vamos a las escaleras -dice acercándose a mi-. 

Durante todo el recorrido anterior ha estado en plan, corredor de propiedades, la típica gente que te va enseñando las habitaciones de la casa mientras mueven las manos enseñando el espacio. 

-¿Seguro que se puede subir? -pregunto una vez estamos al pie de las escaleras-.  

-Que si mujer -dice Daniel detrás mio-.

Subo las escaleras y Daniel lo hace detrás mio. Una vez llegamos arriba vuelve a tomar el rol de vendedor de casas. 

-Bien entonces desde aquí tenemos enfrente esta pared donde podemos colgar fotos, o mis cascos o lo que quieras -dice pasando su mano por la pared de madera frente a nosotros- a la derecha desde la escalera tenemos otra pequeña sala que será para los niño también y para nosotros -sonrío y toma de mi mano- estando aquí en la sala y teniendo la entrada de la casa frente a nosotros, tenemos a mano izquierda el primer cuarto del bebé y junto a él otro cuarto más, que por el momento le podremos dar otra utilidad -explica- luego un baño para los niños. 

Me guía hacia una puerta cerrada al lado del baño. 

-Y para el final, nuestra habitación -sonríe- pero no tengo iluminación para la habitación, ¿me esperarías aquí para poder completar la sorpresa? -pregunta tímido-. 

Asiento. 

Besa mi labios castamente para luego entrar a al habitación y cerrar la puerta. 

Miro a mi alrededor y realmente puedo imaginarme una vida con Daniel aquí. 

Sonrío cuando escucho sus pasos por detrás de la habitación y como habla solo. 

Pasan unos segundo y abre la puerta con la mitad de su cuerpo fuera. 

-Ya puedes pasar -susurra-. 

Abre la puerta en su totalidad y entro en lo que será nuestra habitación. 

Miro la habitación asombrada, ya que está lista. Veo una cama, con sabanas y cobertor a juego con las paredes de color gris pastel, ventanas y cortinas. armarios listo además de nuestro baño privado. 

-Daniel -exclamo sin dejar de dar vueltas por el lugar mirando todo-. 

-Sólo falta la luz -dice indicando el techo donde se ve una lampara colgante apagada- no la pudieron tener lista hoy la conexión así que tuve que poner velas -explica apenado- y el baño no está listo para usarse, pero de igual forma pensé que. 

Deja de hablar cuando me lanzo a sus brazos y lloro en su cuello. 

-¿Son lágrimas de felicidad? -pregunta dulce-. 

-Claro que sí -digo separándome un poco para poder ver su rostro- es hermosa Daniel, sin duda no me esperaba esto -digo sonriendo y acercándome para besarlo-. 

-¿Te gustaría pasar la noche aquí? -me pregunta sobre mis labios-. 

Asiento. 

-¿Quieres algo para comer? -susurra de la misma manera-. 

Niego. 

-Te quiero a ti -susurro en sus labios-. 

Daniel sonríe durante el beso y me toma por el trasero para que enrolle mis piernas en su cintura. Ambos sonreímos cuando me deja acostada boca arriba en la cama. Me mira dulce aguantando su peso con sus brazos extendidos a ambos lados de mi cabeza. 

-¿Qué ocurre? -pregunto cuando veo que no hace nada-. 

-No se si quieres acción o cariños o ambos -lo fulmino con la mirada y él ríe-. 

-Lo que quieras -digo extendiendo mis brazos para acariciar los suyos-. 

Él sonríe. 

Se pone de pie completamente al pie de la cama y se quita la camisa junto con su camiseta, tirándolas al suelo. Lo miro atenta mientras desabrocha su cinturón. Me reincorporo y lo ayudo a quitárselo. Lo ayudo de la misma manera para bajarle sus pantalones, quedándose en bóxers rojos con el elástico negro. 

Cuando va a inclinarse sobre mí, yo me siento en la cama para luego ponerme de pie frente a él y girarme para del darle la espalda. Comienza a desabrochar mi vestido hasta el final del cierre. Una de sus manos toma el borde de este para poder bajarlo por mi espalda, hasta que cae al suelo. Al ser vestido strapless no estoy con sujetador, solo con bragas. 

Daniel acaricia la piel de mi espalda baja con la yema de sus dedos y cierro los ojos ante su contacto. Mi piel se enciende en respuesta al estímulo dedicado. Sube su mano de manera delicada hasta mi espalda alta, entre mis omoplatos. Ladeo la cabeza cuando acaricia la piel de mi cuello y oreja. 

Me volteo para quedar frente a mí y llevo mis manos al elástico de su bóxer. Rozo mis dedos en la tela de este y dirijo mi mano hacia la piel de esa zona, por su ombligo, abdomen y pecho. Llevo mis manos a sus hombros y lo guío para que quede él entre los pies de la cama y mi cuerpo. Me mira sin entender y sonrío. Me acerco para besar su cuello, él responde poniendo sus brazos alrededor de mis caderas, atrayéndome más a él. Mis pezones reaccionan antes el contacto con su tibia piel y ambos jadeamos. 

Dirijo mis besos desde su cuello, por su pecho y mientras lo beso empujo desde sus hombros para que se siente en la cama. Sé que me está mirando extrañado pero continuo con mi trabajo. Me pongo de rodillas frente a él mientras acaricio con mis uñas su pecho. 

Daniel suspira. 

Necesito que me diga la respuesta sin pensar. 

Beso nuevamente su cuello, dejando rastro húmedos ya que succiono la piel de esa zona mientras acaricio su pecho con una mano y con la otra tiro de sus rizos. Daniel intenta que me siente en su regazo pero me mantengo de rodillas frente a él, así quedo a su altura. Las caricias en su cabello las hago más lentas pero más profundas. Gime en mi oído. 

-¿De quien fue la idea de escoger "Love Story" para la boda? -susurro en su oído para luego atrapar su lóbulo entre mis dientes-. 

-Mia -responde jadeante-. 

Tomo su cara entre mis manos y Daniel abre los ojos. Lo miro fijamente y sonrío. 

-Quiero hacerlo -digo decidida-. 

-¿Hacer el qué? -pregunta confundido-. 

A modo de respuesta desciendo mi mano desde su rostro hasta su entrepierna, donde sólo dejo la mano en su bulto. 

-No tienes que hacerlo si no quiero cariño -dice en un susurro jadeante-. 

-Pero quiero hacerlo -beso sus labios dándole paso a nuestras lenguas-. 

Daniel gime durante el beso cuando meto mi mano dentro de su bóxer para acariciar su bulto. 

Jadeo cuando siento como ante mi tacto se endurece. Rompo el beso y saco mi mano para poder sacarle el bóxer y dejarlo libre. Me ayuda a quitárselo y lo tira por la habitación. Me acomodo entre sus piernas teniendo acceso privilegiado a su entrepierna. Daniel suspira cuando vuelvo a acariciarlo con mi mano derecha, de arriba a abajo lentamente. Toma mi cabello entre su mano izquierda y tira suavemente de él. Cuando se ha puesto lo suficientemente duro dejo de acariciar y elevo mi vista. Veo sus ojos color avellana un poco oscuros. 

Paso mi lengua por mis labios para acercarme lentamente a su erección frente a mí. Sin dejar de mirarlo lamo toda su longitud. 

-Mierda Emily -jadea ronco- espero no acabar tan pronto porque ya me estás haciendo sufrir. 

Repito mi movimiento anterior y siento como Daniel tiembla. 

Vuelvo a pasar mi lengua por mi labios para introducir la punta en mi boca. A medida que me voy sintiendo más cómoda voy introduciendo más su pene en mi boca. Una vez que creo que es una cantidad prudente, comienzo con los movimientos de cabeza de arriba a abajo. 

Escucho como Daniel jadea mientras acaricia mi cabello y su otra mano arruga el cobertor de la cama donde esta sentado. 

Mis movimientos son lentos y constantes. De vez en cuando lamo la punta de su erección y escucho como gime. Cuando ya siento mas confianza en lo que hago aumento un poco el ritmo de mis movimientos y siento la palma de la mano del australiano en mi cabeza, la cual guía para hacer los movimientos mas profundos. Sin apresurarme. 

Daniel no deja de gemir y de jadear conforme voy aumentando los movimientos. con mi dientes rozo ligeramente su longitud, pero sin hacerle daño. 

-Mierda -gruñe ronco-.

Aumento mis movimientos y siento como sus piernas comienzan a temblar. 

-Nena estoy -jadea cuando mis movimientos son más lentos- si no quieres que -de golpe aumento mis movimientos para lograr que llegue-. 

Daniel tira de mi cabello, lo que de alguna manera me anima a seguir con el ritmo de mis movimientos. 

-Ya no puedo aguantar más -dice ronco y entrecortado-. 

Lamo su longitud y su punta para luego sentir un líquido tibio en mi boca. Me alejo un poco de él, saliendo de mi posición para mirarlo a los ojos. Cuando lo veo sudoroso y que no controla todavía sus movimientos, decido tragar el contenido de mi boca. 

Daniel se reincorpora de inmediato, tomándome para recostarme en la cama. Junta mis muñecas por sobre mi cabeza para dejarlas atrapadas por su mano izquierda. Con la derecha se entretiene en mi pezón izquierdo, el cual pellizca y muerde. Jadeo cuando toma mi seno en tu totalidad para poder introducirlo en su boca. Su lengua juega con mi duro pezón y suelta mis manos para meter sin previo aviso un dedo en mi interior, haciendo a un lado mis bragas. 

Gimo de placer enseguida ya que sus movimientos son rápidos y sin detenerse. Acompaño el movimiento de su dedo con mis caderas, al elevarlas. 

-Daniel -jadeo mientras tiro de su cabello-. 

Saca su dedo de mi y baja mis bragas de un movimiento para tirarlas por la habitación. Deja besos húmedos desde mi pubis hasta mis labios. Finalmente se acomoda entre mis piernas para introducirse en mí. Ambos jadeamos, sus movimientos son como estocadas, me penetra y esperar un par de segundos para retirarse levemente y volver a penetrarme hasta el fondo. Gimo de placer mientras araño su espalda. 

Me penetra hasta la madrugada, logrado más de un orgasmo en mí. Y tras varias posiciones, ambos quedamos derrotados en la cómoda cama. 

. . . 

27 de agosto 2021. 

Bélgica. 

Hoy fue el día de la practica dos y los autos están de maravilla. Mañana toca la clasificación y el domingo la esperada carrera de vuelta del receso. 

Los últimos días en Australia hemos disfrutado de nuestra familia y de ver detalles de la casa, la cual ya se encuentra en total marcha de construcción.

Como de costumbre, las noches previas a la clasificación, duermo en la habitación de Lando. Quien me complace en todos mis antojos y los disfruta conmigo. 

Estamos sentados en la cama comiendo chocolates con papas fritas de bolsa. 

Sí, excelente combinación. 

-¿Cuándo podremos saber que sexo es? -pregunta por quinta vez mi amigo-. 

-Cuando el bebé se quiera mostrar -digo encogiéndome de hombros- cercano al quinto mes ya puede ser decisivo. 

-¿A que te refieres con decisivo? -pregunta confundido-. 

-Hay veces que los doctores le dicen a los padres que en niña pero al momento de nacer o ya cercano al nacimiento se dan cuenta de que es hombre -tomo un pedazo de chocolate y saco una papa frita de la bolsa llevándome ambas cosas a la boca-. 

-Hay que estar seguros entonces -dice serio- no quiero que se crea que es niña y todos la llamen Oakley cuando resulta ser un niño, ¿te imaginas el trauma? -dice asombrado-. 

Me rio ante las ocurrencias de mi amigo. 

-Jamás hacia probado esto -dice tomando un pedazo de chocolate junto con una papa frita y llevándose a la boca- y déjame decir que es la mejor combinación -dice con la boca llena- bebé -dice mirando mi vientre- tu madre si que sabe de comida -ambos reímos-. 

-¿Cómo crees que sea Daniel de papá? -pregunta mientras se acuesta boca a arriba en la cama-. 

-Yo creo que sea lo que sea, querrá que maneje en GoKarts o motocicleta -suspiro- y quizás este en su sangre así que no podré oponerme. 

-Además sus tíos querrán lo mismo -dice emocionado- ¿no te desespera la espera? porque yo no soy el embarazado y te debo confesar que algunas noches no duermo por la ansiedad, ¿será normal?. 

-Yo creo que ya perdiste la cabeza. 

Lando me lanza un bloque de chocolate. 

-Hey -lo regaño- la comida no se tira -Lando ríe mientras eleva sus manos en señal de paz-. 

-¿Cuál es tu meta para este nuevo periodo de temporada? -me acuesto boca arriba junto a él, dejando la comida en el suelo junto a la cama por si en unas horas me vuelve el antojo-. 

-Sumar la mayor cantidad de puntos para la escudería, la pelea con Ferrari está bastante reñida -suspira- y tratar de lograr otro podio -dice feliz- y que mi fotógrafa me saque mejores fotos. 

Le golpeo la cara con una almohada. 

Lando ríe. 

-Me está gustando lo que estamos logrando como escudería hasta ahora -dice feliz- le veo un gran futuro al equipo papaya -bosteza- ¿quién quieres que gane el campeonato? -pregunta serio- no te juzgaré. 

-Max -digo segura y Lando sonríe para luego bostezar-. 

-¿Quieres dormir? -le pregunto sentándome en la cama-. 

Lando asiente y se levanta para apagar la luz de la habitación. Se mete en su lado de la cama y yo junto a él. Me acomodo en las almohadas de la cama de tipo king y cierro los ojos. 

-Hablando en serio Em, ¿qué crees que sea? -susurra Lando a mi lado-. 

Lo golpeo nuevamente con un almohada. 

Bufa. 

-Que pesada eres -siento como se mueve en la cama para ponerse de costado, dándome la espalda-. 

Suspiro. 

-Niño -susurro y Lando salta en su lugar-. 

. . . 

28 de agosto 2021. 

Bélgica. 

La clasificación ha estado bastante bien. Eso si no incluimos un pequeño percance con el auto de Daniel. Por alguna razón los frenos se bloquearon y gracias a dios pudo salir de la pista luego de una curva. La gravilla detuvo el auto lo suficiente como para que quedar a centímetros de la baranda de metal. Obviamente como mujer embrazada enamorada, estuve como una loca con el corazón en la mano mientras esperaba su confirmación de estar bien por el comunicador. Cuando llego al box caminando, me lance a sus brazos y lloré en su pecho. 

Las hormonas me tienen mal. 

Luego de calmarme y que Daniel viera el tema con sus ingenieros, nos hemos venidos al hotel para comer todos juntos. Es decir Lando, Carlos, Charles, George y Max. Estamos todos sentados en una mesa redonda mientras comemos, beben y reímos. 

Dios extraño beber. 

Pero me tengo que conformar con un vaso de agua con una rodaja de limón dentro de él. El concepto de limonada de Charles. 

Los chicos hablan acerca de temas de los autos que no comprendo del todo.

-¿Cómo te has sentido Em? -me pregunta George a mi lado-. 

Le sonrío a mi otro amigo británico. 

-Bastante bien la verdad, solo las hormonas parecen estar de fiesta en mi cuerpo -ambos reímos- pero las náuseas ya se han ido -sonrío-. 

-Tienes un vientre pequeño -asiento-. 

-Daniel bromea con que es un pequeño duende -arrugo mi nariz y George ríe-. 

Siento la mano de Daniel por debajo de la mesa, apoyada en mí muslo izquierdo. 

-Es un bebé muy esperado -frunzo el ceño- en mí box todos hablan de él -sonrío-. 

-La verdad que han sido todos muy amables -acaricio mi vientre-.

-Em -la voz de Carlos me interrumpe- ¿quieres postre?. 

Lando bufa. 

-Se nota que no eres su mejor amigo Carlas -bromea Lando diciendo el apodo en español- si lo fueras, sabrías que eso a Em no se le pregunta, sólo se le da -dice orgulloso-. 

-Mira niño espero que estes hablando del postre -dice Daniel apuntando con su tenedor-. 

Lando se sonroja y asiente repetidas veces. 

-Sí quiero, gracias Carlos -le digo a mi amigo español-. 

. . . 

Tomamos el ascensor hacia nuestra habitación acompañados de Lando quien parece ponerse nervioso de un momento a otro. 

-¿Que te ocurre? -le pregunto-. 

Titubea. 

-Yo he querido preguntarles hace tiempo algo -dice rascándose el cabello-. 

Miro a Daniel sin entender. 

-¿Qué cosa? -pregunta Daniel-. 

-Yo -titubea- me gustaría que -hace una pausa- claro si es que ustedes quieren y no les incomoda -nos mira- ¿el bebé nacerá en Australia? -pregunta tímido-. 

Con Daniel asentimos. 

-Ya sé a que te refieres -dice Daniel sonriendo- ¿que creías? -Lando lo mira confundido- ¿que te dejaríamos fuera del nacimiento del bebé? -los ojos de Lando brillan- tu pasaje está comprado Lando. 

Lando abraza a Daniel por la cintura. 

Lloraré. 

-Pasaje de ida y vuelta porque la temporada del próximo año comienza el 18 de marzo -dice apenado- y cuando quieras acompañarme en algunos de los viajes rápidos a Australia entre carreras, puedes hacerlo, estoy seguro que a E le encantará, ¿no? -ambos me miran-. 

Asiento aguantándome las lagrimas. 

-¿Podré pedir un año sabático? -dice Lando- ya puedo imaginar los titulares -hace una pausa para dejar de abrazar a Daniel y extiende las manos en el aire- Lando Norris le da una pausa a su carrera para preocuparse del bebé de Daniel Ricciardo -dice haciendo una voz mas grave-. 

Daniel ríe e imita sus movimientos con las manos. 

-Mientras Daniel Ricciardo gana podios y ve a su bebé por cámara -dice imitando la voz de Lando-. 

Lágrimas caen por mis mejillas al momento que llegamos a nuestro piso. 

-Lando -regaña Daniel- ya la hiciste llorar -lo fulmina con la mirada-. 

Lando me mira apenado y veo cómo su rostro se ilumina. 

-¿Crees que le guste Taylor Swift? -pregunta mirándome-. 

Daniel lo fulmina con la mirada y mas lágrimas caen. 

. . . 

29 de agosto 2021. 

Bélgica. 

Hace unos minutos ha terminado la carrera. Daniel ha salido cuarto y no puede estar más feliz, lo que ha arreglado la mala clasificación de ayer y el mal ánimo. 

Lamentablemente Lando quedo onceavo, debido a las fuertes lluvias que cayeron por la pista. Se decidió mantener las posiciones tras un par de vueltas y luego no se pudo terminar como debía. 

Sorprendentemente, George ha sacado segundo lugar ya que comenzó con neumáticos de lluvia y logro mantener posiciones y subir a medida que los demás entraban a pits a cambiar. 

Vamos los tres caminando hacia el hotel luego de un largo día. 

-¿Cuales son sus expectativas para Holanda? -pregunto para animar-. 

Lando no dice nada, parece estar frustrado. 

-De momento, una buena fiesta con Martin -dice animado Daniel-. 

Lando ríe. 

-Creo que voy por lo mismo. 

Al llegar al hotel nos despedimos de Lando quién ha querido subir directamente a su habitación. Con Daniel caminamos al salón dónde hay mesas de pool y una mini barra dónde están los demás. 

-Hey -grita Max al vernos- ¿porqué tardaron tanto? -nos pregunta mientras nos abraza a cada uno por los hombros-. 

Creo que va borracho.

-Por qué hay trabajo Max -dice Daniel-. 

-¿Y desde cuanto tú te quedas hasta tarde en los boxes? -pregunta confundido Max-. 

-Ya maduré -le responde Daniel-. 

-Bien entonces no creo que aceptes mi humilde propuesta de una inocente cerveza -dice el holandés-. 

Daniel pestañea. 

-Creo que la madurez ya se fue -dice gracioso-. 

Camina junto a Max hacia la barra, desde donde les sirven una cerveza a cada uno. A su lado se encuentra George, en el mismo estado que Max

-¿Cuántas se han bebido? -le pregunto a Carlos cuando llega a mi lado indicando a Max y a George-.  

-Cinco -responde el español-. 

-Están así por la carrera, ya se les pasará -dice Charles a nuestro lado-. 

-Pues yo estoy agotada, me iré a la habitación -digo para acercarme a la barra donde Daniel, Max y George ríen-. 

-Cariño subiré a la habitación -beso su mejilla-. 

-¿No quires que suba contigo? -dice dejando a un lado su cerveza-. 

-No, tranquilo -digo indicando a los chicos de Ferrari- Carlos y Charles me acompañaran a la habitación. 

Daniel asiente. 

-No llegaré tan tarde -besa mi mejilla y acaricia mi vientre-. 

Me despido de los demás y junto a mis amigos subimos a mi habitación. 

. . . 

Una vez con pijama me acuesto en la cama y trato de mantenerme despierta para esperar a Daniel pero el sueño me vence. Mañana debemos viajar a Holanda así que nos espera un largo día. 

No se cuanto tiempo llevo dormida pero unos golpes en la puerta me despiertan. Me levanto de la cama para abrir. 

Un sonriente Daniel está al otro lado de la puerta. 

-Se me olvido la tarjeta -dice sonriendo para luego besarme y cerrar la puerta detrás de él-. 

Conmigo aún besándome me guía hasta la cama donde me recuesta y él se acuesta a mi lado. 

-Daniel debes sacarte la ropa, así dormirás mas cómodo -sugiero-. 

Sonrío cuando hace una mueca. 

Le quito la camisera junto con sus zapatos y calcetines para luego desabrochar su pantalón y sacárselo también. Dejándolo en bóxers. 

Se sienta en la cama para esperar a que yo me acomode boca arriba para así el poder acomodarse entre mis piernas y descansar su cabeza en mi pecho. Cada vez se acuesta más de lado entre mis piernas y no dejando caer todo su peso como lo hacia antes. 

-Los amo -dice en un susurro acariciando mi seno izquierdo-. 

-Y nosotros a ti -beso su cabeza-. 









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