Entre Tiempos

By Julie18_08

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Los ciclos se cierran y la vida sigue, aunque en realidad incluso cuando los ciclos se mantienen abiertos la... More

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Trece
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Diecisiete
Dieciocho
Diecinueve
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Veintiuno
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Veintitrés
Veinticuatro
Veinticinco
Veintiséis
Veintisiete
Veintiocho
Veintinueve
Treinta
Treinta y uno
Treinta y dos
Treinta y tres
Treinta y cuatro
Treinta y seis
Treinta y siete
Treinta y ocho
Treinta y nueve
Cuarenta

Treinta y cinco

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By Julie18_08


Derek apenas registró el sonido de una puerta abriéndose, estaba demasiado ocupado organizando su semana y...

-¿Por qué eres así?- la voz de Marco lo sacudió del trance.

Giró en su silla y le echó un vistazo, desde la toalla con la que secaba su cabello hasta el borde de los pantalones de pijama que le rodeaban las caderas.

-¿Así cómo?- preguntó alzando una ceja.

-Así.- insistió haciendo un ademán hacia el escritorio.

-No tengo idea de qué estás hablando.- dijo desentendiéndose, pero había captado perfectamente a lo que se refería.

El receso de invierno había terminado hacía dos semanas, lo que significaba que las clases habían retomado su ritmo habitual y Derek no tenía planeado volver a quedarse atrás nunca más en su vida; si quería tener un horario con tiempo para todo lo que quería hacer era necesario instaurar algunas reglas, como levantarse temprano, adelantar algo de estudio para ciertas clases y organizar su semana con antelación; por eso estaba en su escritorio con su computadora encendida y un cuaderno de notas a medio rellenar.

-Ayer hiciste lo mismo.- indicó Marco dejándose caer en la cama.

-Ayer salí a correr.- lo corrigió antes de volver a poner su atención en lo que estaba haciendo.

-Me siento ignorado.- dijo Marco en un quejido.-Me rompió el corazón despertar solo, ¿dónde estabas?-

-Llevé a Dana a la ciudad, está en un nuevo proyecto de investigación y la necesitaban temprano en el centro.- dijo sin quitar los ojos de su pantalla.

-Casi muero de aburrimiento la hora que estuve solo en esta habitación.- suspiró.

Derek rodó los ojos a pesar de que su primera reacción fue sonreír. Le causaba gracia la forma en la que Marco había comenzado a restregarle en el rostro su necesidad de pasar tiempo juntos, de hecho, la única razón por la que no se veían todos los días de la semana era la calendarización de Derek. Uno de los dos tenía que poner un poco de orden si querían mantener sus calificaciones y no descuidar sus otras responsabilidades, y el único que tenía esa capacidad era Derek, incluso cuando él también se ponía ansioso cuando no habían estado juntos por mucho tiempo.

-Estoy planeando distraerte, ¿lo sabes?- le preguntó Marco al cabo de unos minutos de silencio.

-Cinco minutos.- pidió.

En esos cinco minutos Derek alcanzó a responder algunos correos y enviar otros, además de compartir el borrador de una presentación con Dana. Esa mañana no tenía mucho en su calendario y su primera clase del día empezaba después del almuerzo, por lo que técnicamente tenía tiempo para distraerse unas horas. Cuando finalizó tachó algunas cosas de su agenda y cerró la computadora, luego giró la silla y se cruzó de brazos.

-Estoy libre, ¿qué necesitas?- preguntó.

-Bueno...- Marco lanzó la toalla húmeda sobre el escritorio, acción que Derek no apreció.-Tengo un poco de frío.- comentó.

-¿Subo la calefacción?-

-Sube...- comenzó Marco, pero se detuvo y dejó escapar una risa mientras se apoyaba en la cabecera.-Iba a decir algo tan tonto.- dijo divertido.

-¿Qué?- preguntó poniéndose de pie y llevando la toalla al canasto de ropa sucia.

-Iba a decir "Sube mi calefacción", pero suena pésimo.- admitió sin poder contener su sonrisa.

-Ah...- bufó con una risa mientras a la cama.

Si había una cosa que sabía perfectamente acerca de Marco era lo que el chico quería en la cama, lo había estado aprendiendo por casi un año y no le cabían dudas de que lo enloquecía que Derek lo trataba con seguridad, en especial cuando le mostraba lo fuerte y firme que podía ser, intenso pero en control. Derek se sentía cómodo llevando las riendas, pero también se sentía bien siguiendo instrucciones y dejándose llevar en manos de Marco, y a veces se preguntaba si él...

-Tengo una pregunta.- dijo subiendo a la cama, se acercó con lentitud y metió ambas manos bajo las rodillas de Marco para luego tirar de él hasta recostarlo.

-Sí, Derek.- dijo el chico rodeándole las caderas con las piernas y atrayéndolo hacia él.-No llevo nada bajo los pantalones, eres muy observador...- le sonrió dejando que sus brazos descansaran en la almohada junto a su cabeza.

-Es una pregunta seria.- deslizó los dedos por sus antebrazos hasta unir sus manos y atrapar a Marco bajo él.-Cuando estabas con chicas...-

-¿Chicas?- preguntó frunciendo el ceño.-Hace un tiempo me interesan otro tipo de personas.- indicó empujando hacia arriba con sus caderas, provocando un roce que Derek trató de ignorar.

-¿Eras sumiso?- dijo apretando sus manos con un poco más de fuerza.

-No lo creo.- negó con una risa.-Pero no me molestaba si alguna quería ser la jefa, y...- se alzó hasta encontrar la boca de Derek y le mordió un labio.-No me importaría llamarte Señor si eso te gusta.- Derek no pudo evitar reír, tampoco pudo contener los deseos de besarlo.

Sintió la sonrisa de Marco contra la boca, dejó ir el agarre que tenía sobre él y deslizó una mano por su abdomen hasta que la encajó entre sus piernas, su piel era cálida y firme bajo su toque, y el suspiro que dejó ir el chico fue tan perfecto que Derek no logró imaginarse deseando tocar a nadie más en mucho tiempo. Ni tampoco deseando que otras manos le acariciaran la espalda y se aferraran a él, que otra boca lo besara como si intentara devorarlo o que otras caderas se movieran contra él en busca de placer. Se sentía afiebrado e impaciente, y de ser más simple no se lo habría pensado dos veces y le habría dado a Marco lo que pedía, pero estaba preguntando.

-La otra vez...- dijo en voz baja, buscando su mirada y sintiendo una calidez en el pecho cuando la encontró. Lo que removía algo en Derek nunca era qué tan cerca estaban sus cuerpos, sino más bien la forma en la que los ojos de Marco se encontraban con los suyos, ese encuentro era tan... absorbente y encantador.-Dijiste que querías tener sexo.-

-Oh, ¿y decides discutirlo cuando me tienes excitado y tan necesitado que literalmente te dejaría hacerme lo que se te antoje?-

-Apenas te estoy tocando.- dijo dejando una última caricia entre sus piernas y llevando su mano hasta la base de su garganta, deslizando suavemente el pulgar por su pulso.

-A veces eres lo peor.- se quejó moviendo las caderas con ojos semicerrados.-Pero... sí, lo quiero.-

-¿Cómo?-

-Deberías...- las manos de Marco fueron hasta su espalda baja y comenzaron a empujar el borde de su pantalón sin siquiera tratar de abrir la pretina primero, Derek se alzó un poco para darle espacio y dejó un suave beso en su mejilla.-Ah... me quieres pasivo, ¿por eso preguntaste si era sumiso?-

-Una cosa no implica la otra, se puede ser pasivo sin ser sumiso, y no sé si me satisface la palabra "pasivo", me gustaría que participes mucho...-

-Voy a participar.- le aseguró mordiéndose los labios.

-Eso pensé.-

-Quiero sentirlo todo contigo.- murmuró con una sonrisa traviesa.-Pero primero necesito hacerme la idea, dame unos días.-

-Nunca he tenido problemas esperando.-

-Por supuesto.- rodó los ojos, tirando de él para acercarlo más. 

Forcejearon un poco quitándose el resto de las ropas mientras se besaban y Derek ya había comenzado a deslizar la mejilla por el interior de los muslos de Marco cuando escuchó el timbre de la casa sonar cinco veces seguidas, de forma errática y sin pausa, el sonido lo siguió mientras se erguía y fruncía el ceño, acariciando la pierna de Marco distraído, o así fue hasta que sus neuronas hicieron sinapsis y recordó que solo había una persona en el mundo que sería capaz de tocar un timbre de forma tan brutal.

-Oh, mierda.- soltó mirando a Marco entre nervioso y divertido.

-¿Quién está tocando el timbre así?- se quejó.-Porque más vale que alguien esté muerto.-

-Nadie murió.- le dijo bajando de la cama y recogiendo su ropa, luego le entregó algunas prendas que sacó de su armario.-La situación es que mis padres están en la puerta, así que iré a abrirles antes de que mamá se meta por una ventana.- anunció.

Los ojos de Marco cayeron alarmados sobre la ventana de la habitación, como si en verdad esperara ver a una mujer metiéndose por ella, luego sacudió la cabeza y lo miró confundido. Derek le había contado que toda su familia sabía de su existencia, también le había comentado que su madre se sentía un poco escéptica de su relación y que probablemente los visitaría. Recordaba con exactitud la expresión en el rostro de Marco cuando procesó el hecho de que iba a tener que conocer a sus padres, había sido pura alarma. Derek no se había preocupado porque pensó que tendría al menos dos meses para ayudarle a hacerse la idea y que no entrara en pánico, como claramente estaba pasando en ese instante.

-Ok.- asintió Marco.-Mierda, ok, eso me enfrió por completo. Y hablando de frío, puedo esconderme en el baño y hay más de uno en la casa, sí, será perfecto.- dijo como para sí mismo.

-Vas a respirar y a saludarlos, no muerden.- le aseguró.

-Estaba a minutos de coger con su hijo, no puedo mirarlos a los ojos y...- Derek se sorprendió al ver pasar por sus ojos una vulnerabilidad que le despertó el instinto protector con demasiada facilidad.-Esto va a destrozarme.- murmuró.

-Estás conmigo, nadie va a destrozarte.- dijo alzándole el rostro y depositando un beso en sus labios.-Baja cuando puedas, pero por favor...-

-Ok, entiendo.- lo interrumpió.

-No trates de escapar por la venta, terminará mal.- le dijo alejándose y apuntando el brazo que se había quebrado el año pasado.

Dejó a Marco y se apresuró bajando las escaleras, por suerte para él pensar en sus padres también había sido suficiente para aniquilar sus fantasías. El sonido del timbre se estaba volviendo irritante y encima de eso Antonio había comenzado a maullar, sin Maya en casa la bestia se estresaba y Derek no tenía idea de cómo calmar un gato. Cuando llegó a la puerta alejó a Antonio del camino empujándolo con un pie y luego abrió, segurísimo de que su madre iba a gritar cuando lo viera.

-¡Mi hijo favorito!- gritó la mujer alzando ambos brazos en el aire.

Derek no tenía idea de que estaba nervioso hasta que se vio envuelto en un abrazo. En verdad no había tenido tiempo de mentalizarse para este momento, siempre había asumido que a sus padres nunca se les pasaría por la cabeza la posibilidad de desaprobar alguna de sus parejas, pero ya no estaba tan seguro, lo que significaba que ahora había una pequeña parte de él gritándole que no tenía idea de qué hacer si alguno de ellos decidía que Marco no era suficiente. Se había esforzado demasiado protegiendo su relación como para escuchar a sus padres cuestionarla.

-Visita sorpresa.- comentó cuando la mujer al fin lo dejó ir.

-Algunas personas siguen sin recordar que es importante respetar las agendas de los otros.- comentó su padre rodeándolo con un brazo y atrayéndolo hacia él.-Perdón por despertarte, te envíe un mensaje, pero supongo que estabas dormido.- se disculpó.

-Algunas personas son aburridas y poco espontaneas.- canturreó su madre.

-Algunas personas necesitan planes.- dijo su padre mirándola con una sonrisa.

-Algunas personas sienten que los planes les cortan las alas.- dijo ella frunciendo el ceño.

-Algunas personas están ocupadas durante la mañana.- intervino Derek, alejando la imagen de lo que lo había tenido ocupado.-Pero es bueno verlos, y aprecio que tocaran el timbre y no usaran la llave, me hace sentir independiente.- les sonrió.

-¿Ves?- su padre sonrió satisfecho mientras tomaba la mano de la mujer.

-Derek, tienes que dejar de ponerte de su lado.- suspiró ella.

-No es mi culpa pensar como él a veces, me crió.- se defendió alzando las manos.

-Puras malas influencias.- suspiró ella, esta vez más profundo.-Como sea, ¿por qué no te vistes y vamos a desayunar?- le pidió.

-Eh...- Derek los animó a entrar y volvió a empujar a Antonio con el pie mientras cerraba la puerta.-No estoy solo.- les dijo.

-Claro que Maya y Ben están invitados.- dijo ella sacudiendo una mano restándole importancia.

-Maya está en una pijamada con sus amigas y Ben está de turno en el hospital.-

-Ah.- asintió su padre, una cruzada de mirada y Derek supo que adivinó enseguida.-¿Por qué no pedimos algo y desayunamos aquí?- sugirió.

-Derek.- le dijo su madre cruzándose de brazos.-¿Estás trayendo gente a casa? La audacia...-

-Laila.-

-¿Qué?-

-Tiene veintidós, por supuesto que invita a su novio a casa.- la corrigió.

-Mamá, te amo, pero tienes que relajarte con esto.- le dijo Derek cuando llegaron a la cocina.-Estoy bien, no tienes que preocuparte.-

-No soy yo, son las fuerzas del universo las que quieren que aplaste como cucarachitas a quienes se atrevan a ponerte las manos encima...-

Y porque las fuerzas del universo habían abandonado a Derek hace más de un año fue precisamente en ese momento que Marco apareció en la puerta de la cocina. Derek se apresuró a atraparlo antes de que el chico decidiera abortar la misión y lo tomó de la mano, haciéndolo entrar y sentarse en uno de los taburetes. Se quedó de pie tras de él, con ambas manos en sus hombros en un esfuerzo por mantenerlo con los pies en la tierra.

-Hola, es un placer.- los saludó Marco.

-Ok, eres lindo.- dijo su madre.-Medio punto, tienes que llegar a diez.- dijo con simpleza mientras lo examinaba con tanta atención que Derek lo sintió tensarse bajo sus manos.

-El placer es nuestro, Marco.- dijo su padre estrechándole la mano.-Ahora, ¿qué quieres desayunar?- le preguntó alzando su móvil.

-En serio, pide lo que quieras.- le aconsejó Derek.-Esta mujer está loca, necesitarás algo extraordinario para soportarla.-

-¿Huevos benedictinos y pie de limón?- preguntó Marco mirándolo por sobre su hombro con una expresión que decía "No tengo idea de lo que acabo de decir"

Derek rió despreocupado y le besó la sien, sus nervios fueron reemplazados por el impulso de contenerlo al ver la incertidumbre en sus ojos y lo abrazó como si eso lo fuera a proteger de las preguntas bizarras que estaba seguro le haría su madre.






*     *     *     *     *     *     *     *






-Entonces.- dijo la Sra. Laila, como ella misma le había pedido que la llamara.-Creo que hemos cubierto lo básico, ahora dime, ¿por qué deberíamos contratarte?- le preguntó mirándolo de reojo, sus ojos verdes eran increíblemente inquisitivos.

-¿Necesita un psicólogo?- preguntó Marco antes de darse cuenta de que parecía que le estaba diciendo loca.-Digo, aún no me titulo, así que no podría ni legal ni éticamente, pero... Perdón, ¿cuál era la pregunta?-

-¿Quieres que te escriba una carta de recomendación?- le preguntó Derek.

-Dime por qué deberíamos darte la oportunidad de trabajar con nosotros.- insistió ella.

-Lo que Laila quiere decir...- intervino Eric, como él mismo le había pedido que lo llamara, posando una mano en la de ella y mirándola de reojo.-Es que nos ha encantado conocerte y que esperamos ver más de ti.- le dijo.

-No me dejas divertirme.- se quejó ella.-Bien, veo la vibra y la apruebo, pero...- se apartó un mechón rubio del rostro y se aclaró la garganta.-Sólo lo diré, he escuchado que eres complicado ¿qué significa eso?-

-Mamá.- advirtió Derek.

Marco se tensó y sintió un escalofrío bajar lentamente por su espalda, posó los ojos sobre la mesa e intentó no ahogarse. Había pasado el día entero con esta familia y creyó que sobreviviría a la cena sin preguntas complejas o incómodas. Hasta el momento había logrado zafarse de todas las preguntas en torno a sus padres respondiendo de forma genérica y breve, pero aún así sus rostros no dejaban de aparecer en su mente. 

-Significa...- dijo deslizando una mano por su nuca.-He tenido un año difícil y me está costando adaptarme, he tomado algunas decisiones estúpidas y precipitadas..- suspiró, sintió la mano de Derek en su pierna.-Estoy tratando de respirar y avanzar, Derek me ha acompañado todo el tiempo y aún no tengo idea de cómo compensarlo por todos los problemas. No sé de dónde saca la paciencia.- dijo con una sonrisa nerviosa.

-De él.- le dijo la Sra. Laila apuntando a Eric.-Eso de la paciencia no está en mis genes, quizás ya notaste que se parece más a él que a mí.- suspiró decepcionada.-Es lamentable.-

La cena finalizó y abandonaron el restaurante en dirección a casa de Derek. Marco se sentía aliviado, especialmente porque no había hecho nada vergonzoso y porque a pesar de todo se sintió cómodo, nervioso, pero cómodo. Aunque su verdadero logro era que de alguna forma había mantenido la compostura incluso cuando se pasó todo el día comparando a sus padres con los de Derek, recordando una y otra vez que las dos personas que lo habían acogido por años lo habían desechado al primer inconveniente. 

Lo que pasó al llegar a casa de Derek fue difuso, Maya bajó a reunirse con sus padres y quizás los tres juntos se fueron a hacer algo, Marco no sabía si seguían en la casa o no cuando entró al cuarto de Derek. Apenas se hallaron solos se dejó caer al borde de la cama y descansó la cabeza entre sus manos, la sentía caliente y palpitante, al igual que la angustia que se expandía en su pecho. Derek atravesó el espacio que los separaba y se sentó a su lado, deslizando un brazo por su cintura para acercarlo y enterrando el rostro en su cuello.

-Por favor, dime que no te espantaron.- le pidió en un gruñido que le causó cosquillas.-Creí que había salido bien, llegaste a los cinco puntos con mamá, vas a mitad de camino.- le dijo tratando de animarlo.

Marco no respondió, no sabía cómo responder sin desarmarse. Quería ponerse de pie y abandonar la habitación, abandonar esa casa y abandonar los recuerdos y pensamientos que lo habían seguido desde el verano. También quería hacerse el desentendido solo para no volver a poner una pared entre Derek y él, decirle que no pasaba nada y que no se preocupara. Pero ambas opciones significaban retroceder, volver al juego que no había hecho más que distanciarlos.

-Quiero decirte algo, rápido.- dijo y se cubrió los ojos con una mano.-He estado como la mierda porque mis padres me echaron.- soltó antes de arrepentirse.

La mano con la que Derek le rodeaba la cintura subió por su espalda hasta posarse en su nuca, el contacto era cálido y reconfortante, demasiado cariñoso y suave para el estado de agitación en el que se encontraba, sentía que lo iba a romper. Se esforzó por permitir que la tensión se disipara incluso cuando sentía la necesidad de rechazar esa muestra se apoyo. Odiaba que su cabeza supiera que eso era lo que necesitaba pero que sus instintos le gritaran que corriera.

-Entiendo.- le dijo Derek, como siempre su voz era clara y tranquilizadora.-¿Cuándo?-

-Verano.- dijo.-Son unos manipuladores. Sé lo que están haciendo porque también se lo hicieron a Laura, pero ella tiene una actitud mucho más dura y tajante que yo, la echaron y dijo "A la mierda, jódanse" Pero yo no puedo, no puedo porque si no fuera por ellos... La idea de perder a mi familia no es tan fácil, incluso cuando nunca ha sido un secreto que no soy lo que querían. No querían hijos, pero eran nuestros parientes más cercanos luego del accidente y eran jóvenes y tenían dinero y en papel eran excelentes candidatos, no podían decir que no sin verse como la mierda. Ni siquiera les importa que sea gay o bi o lo que sea, pero supongo que les gusta distanciarse en momentos de crisis, supongo que eso lo aprendí de ellos...- rió, sin darse cuenta que simplemente lo había soltado todo.

Derek se agachó frente a él y tomó sus manos, las acarició como si quisiera que eso fuera lo único que pudiera sentir y dejó un solo beso en su mejilla. Marco podía sentir sus ojos sobre su rostro, pero se negaba a mirarlo hasta que todas las emociones negativas que lo habían golpeado se fueran.

-¿Quieres estar solo?- le preguntó Derek, Marco frunció el ceño.-No quiero que estés solo, pero...-

-No te vayas.-

-Aquí estoy.- dijo sosteniéndolo de la nuca y acercándolo.

-He intentado que esto no me joda, pero es obvio que evitar y beber no sirve para nada, lo hace peor.- rió con amargura.-Mira adónde me llevó, a herir una y otra vez al hombre que amo, a mentirte y empujarte ¿y para qué?-

-Quizás eso es cierto, pero no debí ser tan duro contigo, si no te sentías cómodo hablando de esto no debí tratar de obligarte.-

-No seas idiota.- masculló y no pudo evitar mirarlo.-No sabías qué me pasaba y no lo ibas a saber nunca, no te lo iba a decir.- dijo con una punzada de vergüenza.-Hace poco decidí que quizás debía hacerlo, pero no era concreto.- dijo.-Pero estar hoy con tus padres... Mierda.- maldijo cubriéndose los ojos.

-No tenemos que hablar de esto ahora.-

-¿Desde cuándo me aconsejas que cierre la boca?-

-Entonces dime qué puedo hacer por ti.- le pidió.

Al escuchar el afecto y la empatía en su tono de voz Marco sintió que el mundo se ampliaba y que podía respirar. El corazón le estaba latiendo como loco cuando agachó la mirada y se restregó los ojos.

-Te amo, ¿lo sabías?- dijo porque no podía seguir callándoselo.-Este es un pésimo momento para confesarlo.- rió.

-Marco.- lo llamó Derek posando ambas manos en sus mejillas y haciendo que lo mirara.

Se le escapó un apenas perceptible lamento cuando vio esos penetrantes ojos verdes observándolo y deseó no sentirse tan frágil y enojado y solo, estaba tan cansado de sentirse así. Sabía que su relación con Derek no iba a cambiar mágicamente su estado de ánimo ni a borrar el dolor del rechazo de su familia, pero aún así tenerlo cerca lo ayudaba de una forma que aún no lograba comprender.

-Si sientes lo mismo, guárdatelo.- se mordió los labios y suspiró.-No quiero saberlo, no ahora.- 

-No diré nada.- le prometió deslizando una mano por su cabello.

-¿Ves? Eres tan considerado, por esto te amo.- murmuró Marco.-Y porque eres atractivo...- agregó.

-En ese caso puedes observarme hasta que te quedes dormido.- bromeó poniéndose de pie y ofreciéndole una mano.









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